RECETAS DE COCINA

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Sin animalitos. STOMAKO



FALSO 'PULLED PORK'

  • RUBÉN LEÓN Y GUIYE COMÍN / STOMAKO


  • El Ciervo y el Oso no es el título de un cuento de los hermanos Grimm, sino el nombre de uno de los proyectos gastronómicos que descubrimos en nuestro periplo colombiano, allá por el año 2013. Poco antes había abierto sus puertas en la ciudad este restaurante, de la mano de Marcela Arango y Camilo Ramírez (ideólogos y chefs del proyecto). En El Ciervo y el Oso vegetarianos y carnívoros comparten mesa para disfrutar de una gastronomía local rica en colores, sabores y tradición, donde ofrecen una propuesta sin segregación en un bonito lugar lleno de luz.

    Esta receta no sale directamente de sus fogones, pero sí un camino que nos mostraron y con el que nos sentimos inmediatamente identificados: una gastronomía para todos los gustos y sensibilidades. El trampantojo de la semana es una propuesta de nuestro amigo y chef Ivan Pelaez, una versión vegana del aclamado y fusilado pulled pork, a tope de sabor y sin ningún sufrimiento animal conocido.

    Como en anteriores recetas vegetarianas vamos a utilizar legumbres y setas, un sofrito potente, una combinación de especias infalible y una base crujiente llena de sabor y color como es la col lombarda. No hay fallo. En esta ocasión hemos evitado ingredientes exóticos y de otras latitudes (una salsa barbacoa decente se puede encontrar en cualquier gran superficie). Recomendamos revisar los ingredientes de estas salsas industriales, ya que muchas utilizan jugo de anchoa para dar sabor y color, y debemos evitarlas si lo que buscamos es una receta vegetariana.

    En caso de no encontrar lombarda encurtida podemos hacer una versión rápida cortándola en juliana y macerándola con miel, mostaza y aceite de oliva durante unas horas. Siempre podemos encurtirla o fermentarla nosotros mismos, pero nos tomará más tiempo y paciencia. Si queremos preparar cantidades mayores será suficiente con multiplicar, algo que vale la pena ya que aguanta muy bien el congelado; eso sí: aconsejamos recalentar el estofado al baño maría.

    Dificultad

    Es más fácil que ser vegano en Extremadura.

    Ingredientes

    Para 4 personas
    • 100 g de lentejas pardina
    • 40 g de cebolla
    • 100 g de zanahoria
    • 100 g de setas (Portobello, Ostra, Shitake)
    • 100 g de repollo
    • 100 ml de salsa de soja
    • 100 ml de salsa barbacoa
    • 1 cucharadita de pimentón
    • 1 cucharadita de comino
    • 1 cucharadita de ajo en polvo
    • Copos finos de avena
    • Pepinillos agridulces
    • Chucrut o col lombarda en vinagre
    • Cebolla crujiente
    Preparación

    1. Cortar la cebolla en juliana y sofreír junto con la zanahoria rallada y dos cucharadas de aceite de oliva durante cino minutos a fuego medio, o hasta que la cebolla empiece a coger color.
    2. Añadir las setas y el repollo al sofrito y cocinar hasta que las setas suelten todos sus jugos. Añadir los condimentos y rehogar.
    3. Añadir las lentejas cocidas y la salsa barbacoa, remover y dejar cocer todo junto durante 10 minutos removiendo a menudo desde el fondo de la sartén para evitar que se queme. Añadir la salsa de soja poco a poco hasta conseguir el punto deseado, añadiendo más si fuera necesario.
    4. Apagar el fuego y añadir los copos de avena necesarios para conseguir una textura firme y moldeable.
    5. Tostar el pan, cubrir la base con la col lombarda, una buena cantidad del salteado y espolvorear con cebolla crujiente al gusto. Poner la tapa, pinchar un pepinillo en la misma con la ayuda de un palillo y servir inmediatamente.
  • https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2018/06/05/receta/1528214146_227618.html
 
ALIADO EN LA COCINA
Cuatro comidas que puedes preparar al horno y te hacen la vida fácil
Con este electrodoméstico se pueden hacer una serie de elaboraciones de manera sencilla, con menos calorías que con otros métodos y que no están exentas de sabor

Sergio Gómez
CONTACTO
Lun, 03 Sep 2018

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Las patatas fritas también pueden hacerse al horno.

El horno no solo existe para hacer pizzas, lasañas y pollos asados. Más allá de estas preparaciones tan comunes, hay una serie de alimentos que también pueden aprovechar las virtudes de este aparato de manera más saludable que otros métodos de cocción. Y es que no hay necesidad de emplear aceite en determinadas recetas como ocurre, por ejemplo, con las patatas fritas en la freidora o la sartén. Además, otra de las ventajas de este electrodoméstico es que resulta muy cómodo de utilizar, pues solo requiere de cierta atención para ver el punto de cocinado, dar la vuelta a los ingredientes o añadir líquidos de vez en cuando.

pimientos son una de las verduras más polivalentes del mercado. Pueden formar parte de sofritos a los que aportan sabor o lucir crudos en las ensaladas. Otra opción muy tradicional en España es freírlos, pero también existe la alternativa de hacerlos asados. Los rojos, por ejemplo, son una de las variedades más comunes, ya que emiten un destacado aroma que envuelve la cocina del hogar y acaban obteniendo un sabor intenso y una textura más tierna y jugosa. Se pueden comer en solitario, como guarnición o para elaborar una ensalada de pimientos morrones.

Berenjenas rellenas
Uno de los platos más sorprendentes y resultones que se pueden preparar en el horno tiene de protagonistas a las berenjenas. Estas se calientan en su interior para poder retirar la pulpa. Después, esta masa carnosa se utiliza para elaborar un sofrito que puede ser de verduras, de carne picada o de legumbres como la soja y las lentejas, que se emplea como relleno. Dicha preparación se introduce en el interior de la mitad de una berenjena abierta, que ha quedado vacía tras extraer la pulpa. De esta forma, funciona como un recipiente que luego se calienta en el horno con queso rallado por encima, dando lugar a un plato que destaca especialmente a nivel visual y gustativo.

Pescados al papillote


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Foto: iStock.


El horno puede ser también un gran aliado para cocinar pescados. La técnica del papillote posibilita el prepararlos de manera muy sencilla con un resultado mucho más jugoso del habitual, además de mantener su sabor e impregnarse fácilmente con el aroma de los otros ingredientes.

El papillote requiere básicamente de un pescado -como el mero, el bacalao, la merluza, la trucha o la rosada-, papel de aluminio, vegetales al gusto, aceite, sal y pimienta. Se coloca la carne sobre el papel, se acompaña por ejemplo de rodajas de cebolla y tomate, se salpimentan y se le añade un chorreón de aceite. Se envuelve todo, se cierra herméticamente y se hornea durante unos 20 minutos. Con esta receta, el pescado no pierde sus jugos y se mezcla con los de las verduras y el aceite para lucir más suculento.

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Ensalada de brotes verdes con higos y queso de cabra

POR
JIMENA ESPIGA







Atrás quedó la operación bikini, y aunque esté a punto de acabarse el verano, no está de más seguir cuidándose, sobre todo si estos meses has abusado de las tapas y las cañas a todas horas. Por eso te traemos una ensalada, ideal para una cena ligera pero nutritiva, y con un ingrediente excepcional: los higos.

Hace poco te contamos qué frutas debes comer en septiembre, y los higos están en esa lista, ya que están de temporada. Así que aprovecha para añadirlos a tus platos, y darle un toque dulce a una ensalada como ésta tan sencilla que te proponemos hoy.

Ingredientes:

  • Brotes verdes (al gusto)
  • Rulo de cabra
  • Zanahoria cruda
  • Pepino
  • Tomates cherry
  • Higos
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre balsámico de Módena
  • Crema balsámica
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Orégano
Preparación:

Elige la mezcla de brotes verdes que más te guste: lechuga, espinacas, canónigos, rúcula… Y disponlos en el plato como base para la ensalada.

Agrega los tomates cherry cortados por la mitad, unas rodajas de zanahoria y de pepino. Corta el rulo de cabra y añádeselo.

Adereza con un poquito de pimienta negra, orégano y sal. Aliña con un chorro de vinagre balsámico y aceite virgen extra.

Por último, coloca los higos que quieras por encima y decora toda la ensalada con un chorrito de crema balsámica.

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Alcachofas con almejas

POR
JIMENA ESPIGA


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Nos va apeteciendo un plato caliente con sabores tradicionales de la tierra y del mar, consistente, rico y sabroso para superar las largas jornadas de trabajo con las que ya hemos empezado. Puede que seas de los nuestros y puede que esta receta de alcachofas con almejas sea el plato que estabas esperando para coger fuertes a principios de semana.





Ingredientes:

  • 7 alcachofas.
  • 200g de almejas frescas.
  • Perejil.
  • 2 dientes de ajo.
  • 300ml de agua o caldo de pescado.
  • 1 cucharada sopera de harina.
  • 4 cucharadas soperas de vino blanco.
  • Aceite de oliva.
  • Cayena


Preparación:

Empezamos por pelar las alcachofas par después cocerlas únicamente con agua y sal (tapadas) durante media hora, aproximadamente.

Mientras esperamos que las alcachofas estén en su punto exacto de cocción, vamos fileteando los dos dientes de ajo y picamos la cayena y el perejil. Y rehogamos estos tres ingredientes en una sartén a fuego bajo.

Cuando esta mezcla empiece a rehogarse, añadimos la harina e inmediatamente después, sin dejar de remover, la cantidad indicada de vino blanco. Y, a continuación, añadimos el agua o caldo de pescado, según gustos, y un poco más de perejil.

Añadimos las almejas, tapamos y esperamos a que abran dejándolas tapadas durante varios minutos a fuego fuerte. Cuando hayan abierto, las sacamos para que no se sobrecuezan e incorporamos a la cazuelas las alcachofas que, tapadas, dejamos cocer.

Volvemos a añadir las almejas para que cojan el gusto del resto de los ingredientes y pasados unos minutos retiramos del fuego y servimos caliente.


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Carrot cheesecake de mascarpone, la tarta de queso con base saludable de zanahoria
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Estoy feliz con esta receta de tarta de queso, una nueva versión en la que he sustituido la tradicional base de galletas por un bizcocho esponjoso de zanahorias, cocinando todo a la vez. Esta Carrot cheesecake de mascarpone, la tarta de queso con base saludable de zanahoria es muy fácil de hacer así que poneos manos a la obra.

Aunque quizás siempre hagamos la tarta clásica de queso hecha en el horno, o cuando queramos innovar, usemos una de estas maravillosas once tartas de queso originales para sorprender, esta carrot cheesecake de mascarpone tiene todo para enarmorar desde el primer bocado.

Ingredientes
Para 8 personas
  • Zanahoria rallada 180 g
  • Queso mascarpone 450
  • Azúcar 180 g para base y 100 para la crema de queso
  • Huevo (2 para la base y 2 para el relleno) 4
  • Harina de repostería 151 g
  • Levadura química una cucharada de postre
  • Canela molida una cucharita de café
  • Nata líquida 100 ml
  • Mermelada de fresa para decorar
  • Aceite de girasol para la base de zanahoria 100 ml
  • Sal para la base, un pellizco
Cómo hacer carrot cheesecake de mascarpone con base de zanahoria
Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 1 h
  • Elaboración 20 m
  • Cocción 40 m
Para hacer la base o bizcocho de zanahoria, mezclamos la zanahoria con 2 huevos, la harina, la levadura, la sal, la canela y batimos bien. Agregamos entonces el aceite de girasol y cuando tengamos una mezcla homogénea, lo ponemos en el molde de la tarta como base.

Por otro lado, preparamos el relleno de la tarta de queso, mezclando el mascarpone con otros dos huevos, el azúcar y la nata líquida. Batimos y lo servimos sobre la base de zanahoria, procurando que no caiga desde muy alto para que no se mezclen ambas masas.

Horneamos a 180 º durante 40 minutos y apagamos el horno, dejando sin abrir y esperando hasta que la tarta esté bien fría antes de sacarla, para que quede en su punto. Decoramos con mermelada de fresas o de algún fruto rojo y servimos.

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Con qué acompañar la Carrot cheesecake de mascarpone, la tarta de queso con base saludable de zanahoria
Para mí, el mejor acompañamiento de esta Carrot cheesecake de mascarpone, la tarta de queso con base saludable de zanahoria es un vaso de leche fría, pero podéis tomarla con un té o cualquier infusión o con una taza de café con leche si lo preferís.
https://www.directoalpaladar.com/po...scarpone-tarta-queso-base-saludable-zanahoria
 
INTOXICACIÓN POR MOLUSCOS

Las toxinas invisibles del marisco a pie de playa: mortales a diferencia del anisakis
No se pueden detectar por el sabor, la textura o el olor. El cocinado no las elimina. Solo un análisis del agua lo revela. Huye si lo ofrecen barato a pie de puerto o en la costa y de la red de furtivos

No se pueden detectar por el sabor, la textura o el olor. El cocinado no las elimina. Solo un análisis del agua lo revela. Huye si lo ofrecen barato a pie de puerto o en la costa y de la red de furtivos

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El parásito presente en el pescado se ha convertido en una gran preocupación entre los consumidores debido al potencial riesgo de desarrollar anisakiasis. Sin embargo, la alergia al pescado es mucho menos grave que algunas de la patologías que puede presentar el marisco, como el veneno paralizante de moluscos, un neurotóxico potente, la toxina diarreica o la amnesia tóxica. Son peligrosas y en algunos casos, como la paralizante, pueden causar la muerte.

El aumento de los mariscadores furtivos constituye un riesgo: solo se puede controlar con análisis del agua.


El riesgo es además mayor porque no se puede distinguir a un molusco que contenga estas toxinas ni por el olor, ni por la textura, ni por el sabor. Son muy difíciles de detectar y, a diferencia del anisakis, no se destruyen con la temperatura: es indiferente que las cocinemos o las comamos crudas. Así lo explica a Alimente el biólogo marino Andrés Simón, que trabaja en Galicia con las cofradías: "Los moluscos con toxinas provienen de los que filtran algas microscópicas, lo que se denomina fitoplancton. Hay determinadas especies que en ciertas condiciones acumulan algunas moléculas que para ellas no son tóxicas, pero sí para nosotros cuando las comemos. Es un proceso natural, por lo que hay que controlar la cantidad de esas células tóxicas en agua si hay presencia de especies problemáticas. Si la hay, se empieza con los controles exhaustivos. Primero el mejillón: el molusco que más toxinas acumula y más pronto reacciona a la presencia de estas en las algas, después se analiza el resto de mariscos".

"Hay restaurantes que compran a las mafias y turistas que les hace gracia adquirirlos a pie de puerto"



El aumento de los mariscadores furtivos, tal y como ha denunciado en julio la Xunta de Galicia o la Guardia Civil en Huelva, constituye el mayor riesgo, ya que la única forma de controlar la buena salud de estos manjares reside en los análisis biológicos del agua, que se llevan a cabo en las zonas de marisqueo: solo el laboratorio puede confirmar que un área determinada contenga suficientes toxinas como para que pasen a los bivalvos y de ahí a los humanos si los consumen.

La filtración del veneno
La Xunta advirtió que “puede suponer un riesgo para quien consume producto extraído y comercializado de forma ilegal al no haber pasado ningún control que lo avale”, tal y como informó 'La Voz de Galicia'. Hace tan solo un mes hubo un repunte de los furtivos en la ría de O Burgo, A Coruña, una zona donde se marisquean almejas principalmente. El año pasado se incautaron 175.074 kilos de marisco ilegal en la comunidad gallega.



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Mejillones, los moluscos con más peligro. (iStock)


Los moluscos como los mejillones, almejas, berberechos, zamburiñas o las vieirasson los que producen este tipo de intoxicaciones debido a que se alimentan filtrando las algas marinas, que es donde se encuentran las sustancias dañinas para la salud. "Si se compra en lonja y a través de los canales de venta certificados, es totalmente seguro. Se envía una gran cantidad de muestras de forma semanal y cuando empieza la época de toxinas se intensifica el proceso: a veces dos o tres veces a la semana. Si alguna da positivo, te cierran la explotación hasta que se haya eliminado el peligro. Todo está regulado por un reglamento europeo: no hay posibilidad de riesgo. Todo el marisco que pasa por lonja es perfectamente apto para el consumo, porque está muy controlado. Si se ha contaminado, para volver a trabajar te tienen que validar dos muestras separadas por 48 horas", explica Simón.

"De hecho, hay zonas de Galicia donde hay tramas bastante organizadas: es un negocio que mueve mucho dinero"


Ahora bien, el mayor riesgo se presenta cuando no se realizan estos análisis o cuando los productos son adquiridos de forma ilegal, como es el caso de los furtivos. Al marisquear en cualquier zona que puede no estar controlada, facilitan que se recojan bivalvos muy peligrosos para la salud si se consumen. Ya sea porque no se ha realizado un análisis de las condiciones del hábitat marino o si existe y se ha reportado una posible amenaza y se ignora. "El problema surge si lo consumes fuera de los circuitos legales. La gente que anda buscando que alguien le venda directamente, que es muy típico: hace mucha gracia comprarle a un señor a pie de puerto, que es algo muy simpático, pero también muy peligroso porque es indistinguible", explica Simón. No es solo ya la posible presencia de las toxinas, sino otros riesgos: "Puedes coger también una salmonelosis o una E. Coli y te puedes quedar en el sitio", explica el experto.

Narcos del marisco
La amenaza de los furtivos no es anecdótica. "Hay zonas de Galicia donde hay tramas bastante organizadas: es un negocio que mueve mucho dinero y vemos que hay mucho marisqueo ilegal. Luego hay que identificar qué canales utilizan, si lo colocan en depuradoras, en restauración o si lo venden a particulares. Algunos, por las cantidades que sacan, está claro que lo pueden colocar en canales que el consumidor desconozca, como restaurantes que les compran porque les parece que no pasa nada o depuradoras que hacen la vista gorda. Por eso cuando hay una alerta se intensifica la vigilancia, pero siempre se te puede escapar alguno, claro".

En España, el riesgo de intoxicación procede de este tipo de práctica, ya que las empresas certificadas, las cofradías de mariscadores y los distribuidores siguen los controles y análisis del agua y del hábitat necesario que detectan las toxinas de las algas y, por tanto, el riesgo de que estas pasen a los productos del mar.

Enfermedades peligrosas
Solo así es posible evitar que se desaten enfermedades graves debido a la intoxicación tras su consumo. No hay ninguna pista, ni ninguna forma de comerlas que prevengan al consumidor: unos berberechos, unos mejillones, unas zamburiñas o unas vieiras contaminadas saben igual de bien que las que no lo están y su cocinado, además, no destruye su toxicidad, como sí ocurre con el anisakis, el parásito cada vez más presente en el pescado.

Las tres patologías principales que se pueden derivar de su consumo son la paralizante, la diarreica y la amnésica. Siendo la primera de ellas la más peligrosa. La gravedad de la intoxicación dependerá del nivel de toxinas presentes en los moluscos, de la cantidad ingerida y de la reacción del propio individuo -algunas personas son más sensibles que otras-. Su pronóstico, por tanto, varía de un cuadro leve hasta nada menos que la muerte. El primer caso reportado de intoxicación por bivalvo lo recoge el capitán George Vancouver en su obra de 1793 'A vogage of discovery to the North Pacific Ocean and around the world'. Desde entonces ha habido múltiples estudios y recopilación de casos que hayan padecido los síntomas, y surgieron en algunas zonas partidas de moluscos afectados que produjeron algunas oleadas de víctimas en diferentes partes del mundo.


https://www.alimente.elconfidencial...nisakis-furtivos-neurotoxico-galicia_1608903/
 
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PILAF DE QUINUA CON BERENJENA


Con la misma técnica que usaríamos para hacer un arroz seco podemos preparar muchos otros granos: este pilaf de quinua, elaborado con un buen caldo y algo de canela para darle sabor, es la prueba definitiva.

RAQUEL BERNÁCER 05/09/2018

El pilaf, además de una receta deliciosa de arroz, es una buenísima técnica para preparar muchos otros granos. Para aplicarla, el grano en cuestión se saltea con vegetales aromáticos y una grasa -aceite de oliva, en este caso- y luego se cuece en caldo hasta que este es absorbido por el grano y queda seco. Si has cocinado o has visto cocinar una paella o arroz seco alguna vez sabrás de lo que hablo, porque es la misma técnica la que se utiliza en el plato valenciano. Para un resultado óptimo, es importante mantener la proporción de líquido y grano ya que corremos el riesgo de que se nos pase o nos quede crudo.

Además, es importante que el agua de los vegetales u otros ingredientes que se han utilizado al inicio se haya evaporado lo máximo posible, porque puede afectar al resultado de la cocción final del grano. En este caso, mantendremos la proporción de una parte de grano por dos de agua. Para ello, pon la cantidad de quinua que vas a cocinar en un recipiente medidor y observa el volumen que ocupa. A continuación, mide dos veces ese volumen de líquido y, en principio, con una potencia de fuego media, el resultado debería de ser perfecto.

Es habitual que la quinua se prepare hervida con abundante agua, pero cuando se aplica bien la técnica del pilaf, el resultado es simplemente maravilloso. Los granos quedan sueltos y esponjosos, y el sabor puede ser tan rico como buenos sean los ingredientes que utilices. Aunque puedes cocerla con agua, lo mejor es preparar un buen caldo de verduras o pollo y combina adecuadamente verduras y especias. En esta receta, además del caldo de verduras y el sofrito de tomate y cebolla, utilizaremos una rama de canela para aromatizar el plato. Que no te eche para lo de cocinar un plato salado con canela: el resultado es muy suave y combina muy bien con la berenjena.


Dificultad

Media, tiene su qué si nunca lo has hecho antes. Pero siempre hay una primera vez, ¿no?


Ingredientes

Para 4 personas


  • 350 g de quinua
  • 1 cebolla
  • 1 berenjena pequeña
  • 3 cucharadas soperas de tomate triturado natural
  • 200 g de garbanzos cocidos, bien escurridos.
  • 1 rama de canela
  • 4-5 ramas de perejil
  • Un puñado de almendras tostadas
  • 1 diente de ajo
  • ½ limón
  • Caldo de verdura o agua
  • Aceite de oliva virgen extra y sal
Preparación


  1. Poner la quinua en un colador de malla pequeña y enjuagarla bien hasta que el agua salga clara. Dejarla escurrir. Pelar la cebolla y picarla a dados pequeños de medio centímetro aproximadamente.
  2. Lavar el exterior de la berenjena, cortar tres o cuatro láminas de medio centímetro de grosor -aproximadamente- y picar el resto. Si tiene semillas, poner todo en un bol grande con un poco de sal para contrarrestar el amargor.
  3. En una paella, calentar cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva, a fuego medio-alto. Añadir la cebolla y una pizca de sal, y cocinar hasta que empiece a estar translúcida.
  4. Escurrir los tacos de berenjena y reservar las láminas para prepararlas después. Añadir los tacos a la cebolla y cocinar unos cuatro o cinco minutos. Añadir el tomate triturado y sofreír hasta que cambie de color y espese. Incorporar la quinua y la rama de canela, y remover bien para que se impregne bien del aceite. Dejar que se cocine un par de minutos.
  5. Incorporar los garbanzos, mezclar y poner el caldo. Añadir un poco de sal y probar el caldo: ha de tener un sabor potente, sin estar excesivamente salado, para que luego la quinua tenga sabor.
  6. Dejar cocinar unos 20 minutos a fuego medio, vigilando la evaporación del caldo: si queda corto, añadir un poquito más (1/2 vasito), y si queda demasiado caldoso subir el fuego para que se evapore con mayor rapidez.
  7. Mientras tanto, en una sartén antiadherente, calentar un par de cucharadas de aceite de oliva a fuego medio alto y hacer las láminas de berenjena por ambos lados durante unos minutos. Pasarlas a la cazuela donde se está haciendo la quinua y ponerlas encima. Se terminarán de hacer ahí.
  8. Preparar una picada con 3-4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, perejil, el ajo y almendras. Añadir unas gotas de limón; una vez la quinua está hecha y el caldo se ha evaporado, añadir unas cucharadas de la picada por encima y servir.
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Cinco salsas españolas típicas que nunca faltan en cualquier mesa

Este elenco de salsas se elaboran con los ingredientes más característicos del país y sirven para acompañar a todo tipo de elaboraciones y, además, aportar un extra de sabor en el paladar


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Con salsa sabe mejor. (iStock)


Sergio Gómez


Son 'la salsa de la vida'. O de la comida concretamente y nunca mejor dicho. El elemento capaz de añadir sabor y matices a determinados alimentos para que estos resulten más apetitosos. Una manera de otorgar una capa más a nivel gastronómico a ciertas elaboraciones y hacerlas más sorprendentes. En España tenemos muchas salsas que demuestran nuestra afición a determinados sabores y al uso de nuestros ingredientes más característicos.

Alimente recopilamos algunas de las salsas más típicas de nuestro país, unas elaboraciones que suelen estar presentes en multitud de platos.

En Alimente recopilamos algunas de las salsas más típicas de nuestro país, unas elaboraciones que suelen estar presentes en multitud de platos.


Alioli
Una de las salsas españolas más comunes en nuestra gastronomía es el alioli o ajoaceite. Este es especialmente típico en las regiones mediterráneas, incluso fuera del país, pero se puede encontrar por todo el territorio nacional. Básicamente consiste en una emulsión de ajo y aceite de oliva, como su propio nombre indica. En sus orígenes era un majado de ambos, pero a día de hoy se elabora también con ciertas variaciones. Y pueden servirse con patatas, carnes, fideuás, arroces

Así, se le puede aplicar una yema de huevo, por ejemplo. Es muy común ver que ciertos 'aliolis' tengan un color blanco, pero esto es porque se ha empleado leche o, en su defecto, se trata de una mayonesa que se ha condimentado con ajo. Esto es una práctica muy común y extendida que a veces es rechazada en las zonas originarias de esta receta, donde defienden que solo hay que emplear ajo, aceite y sal para obtener una salsa de color amarillo.




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Alioli.


Romesco
Típica de Cataluña y especialmente conocida por ser la que se utiliza para mojar los calçots, como se ve en la foto que encabeza este artículo, pero también para acompañar verduras, pescados y hasta carnes. La salsa romesco se elabora a base de tomate, ajo, frutos secos, aceite de oliva y pimientos rojos secos o ñoras. Con todo esto se elabora un sofrito o se pica y se bate utilizando tomates y ajos asados.

Su inconfundible sabor a asado con cierto regusto picante y fuerte la convierten en una gran acompañante para los calçots y otras verduras a las que les aporta un matiz en el sabor gracias al que destacan sin solapar el del resto de alimentos.

Mojo rojo y verde
En las islas Canarias, algunas de las comidas más típicas, como las papas arrugás, se suelen acompañar con un tipo de salsa muy característica: el mojo, que suele llevar un alto contenido en pimienta que le confiere el toque picante o picón. Así, hay varias maneras de elaborar la misma, pero principalmente son dos las que destacan y que son las más extendidas: el rojo y el verde.

Estos suelen elaborarse con algunos ingredientes en común como aceite, vinagre, ajo y pimiento, aunque cada uno requiere de algunos más específicos para adquirir sus propias particularidades.

  • El rojo, que resulta más picante, utiliza pimienta palmera y pimentón, por ejemplo. Y este resulta especialmente adecuado para acompañar la carne o las papas.
  • El verde, en cambio, tiene un sabor más suave y se suele utilizar, además de con las patatas, con pescados. En él se emplea cilantro, perejil y pimiento verde, que son los ingredientes que le dan su particular color.


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Papas arrugás con mojo rojo.


Salsa brava
Las patatas bravas son uno de los platos más típicos de España. Pueden ser una tapa, un entrante o una guarnición perfecta para muchos menús. Y aunque los tubérculos son la base de la misma, el protagonismo y el éxito recae en la salsa que las empapa. Es esta la que les da el sabor y el gusto picante por los que son una de las preparaciones estrella de la gastronomía española.

La salsa brava no solo destaca por el sabor, sino por lo barata y sencilla que resulta, pues sus ingredientes base son el aceite de oliva, el pimentón dulce y el picante, pudiendo ser el tomate y la cayena otros añadidos. Por supuesto, hay muchas variantes para elaborarla en función del gusto más o menos picante o dulce que se desee. No obstante, es fácil reconocer cuándo se está comiendo una salsa auténtica o cuándo se está empleando un tomate frito al que se le ha añadido guindilla.



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Patatas bravas.


Salsa española
El nombre deja claro de dónde proviene, aunque esta fue popularizada en Franciagracias a Auguste Escoffier, cocinero y restaurador que modernizó la cocina gala. Este adaptó la receta de esta salsa en el siglo XIX y la adaptó para conformar una de las cinco salsas madre que se utilizan para crear otras derivadas como una de champiñones, una cazadora o una de Oporto, por ejemplo.

La salsa española tiene un intenso sabor que la hace combinar muy bien con platos cárnicos. Se elabora con un 'roux' y un fondo oscuro al que se le acaba añadiendo vino tinto o caldo de carne para así acabar obteniendo el citado gusto fuerte con una textura espesa que pueda empapar y penetrar en los alimentos a los que acompañe.



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Salsa española.


https://www.alimente.elconfidencial.../2018-09-06/salsas-espanolas-tipicas_1611711/

 
PARMIGIANA DE BERENJENAS, CALABACÍN Y MORCILLA

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  • MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA


  • ¿Por qué se llama parmigiana entonces? Tras hacer una investigación en profundidad sobre el asunto -o sea, mirar la Wikipedia-, he averiguado que hay dos teorías. Una dice que es por el queso parmesano que lleva. La otra, que es una deformación de la palabra siciliana parmiciana, usada para designar los listones de madera de los postigos, que se superponen como las capas de verduras del plato.

    Venga de donde venga su nombre, la parmigiana es mortal de necesidad. No hay forma de no sucumbir a las capas de berenjena cremosa y tomate, coronadas con albahaca y una costra de queso gratinado. Además me encanta que sea un plato ultraversátil, al que le puedes añadir lo que te venga en gana. De hecho, una de las últimas que comí, hecha por mi cuñada May, llevaba huevo cocido y chorizo en lonchas. Así, con un par. Ella la denomina "parmigiana guarra", no sin motivo.

    En cuanto a la técnica, el plato también tiene sus versiones: la light, en la que las berenjenas se hacen al horno o a la plancha; la heavy metal, en la que se fríen, y la hardcore black death metal, con la verdura empanada o rebozada y después frita. Reconozco que no he probado ésta última, pero entre las otras, me quedo con la heavy a pesar de ser un torpedo "en la línea del flotador". Lo siento, pero para mí entre una berenjena a la plancha y una frita hay un abismo que ni el de Helm.

    Mi guarrindongada particular con la parmigiana intercala berenjena y calabacín -a la plancha, para que veáis que me preocupo por vuestras lorzas, y lleva morcilla, uno de los embutidos que mejor combina con el tomate de este planeta. Supongo que los puristas de la cucina italiana se rasgarán las vestiduras con este invento de cocina fusión (nuclear)... pero qué queréis que os diga: está requetebuena.

    Dificultad

    Con que sepas leer la receta es suficiente.

    Ingredientes
    • 2 berenjenas medianas
    • 1 calabacín
    • 1 morcilla pequeña (unos 200 gr.)
    • 1 bola de mozzarella de búfala (unos 150 gr.)
    • 100 gr. de parmesano
    • 1 kg. de tomate muy maduro (si no, mejor usar en conserva)
    • 1 cebolla
    • 2 dientes de ajo
    • 1 manojo de albahaca fresca
    • Aceite de oliva
    • Sal
    Preparación

    1. Cortar las berenjenas en rodajas de 1 cm. aproximadamente. Salarlas y dejarlas sobre un escurridor para que suelten algo de líquido y pierdan amargor. Cortar los calabacines en rodajas también de 1 cm.

    2. Rehogar a fuego suave la cebolla en una cazuela grande con un chorro de aceite de oliva, hasta que esté transparente (unos 20 minutos). A mitad de la cocción añadir el ajo picado.

    3. Escaldar (si se usa tomate natural), pelar y despepitar los tomates. Añadirlos enteros a la cebolla y el ajo, remover y tapar. Dejarlos que se hagan a fuego suave unos 15 minutos, o hasta que estén espesos y pierdan buena parte de su acidez.

    4. Mientras, secar las berenjenas con papel de cocina y freírlas en tandas en abundante aceite a fuego medio-fuerte. Dejarlas escurrir sobre más papel para que suelten el exceso de grasa. Salarlas ligeramente.

    5. Pasar el calabacín por una sartén con un poco de aceite, lo justo para que se ablande un poco.

    5. Salpimentar el tomate y añadirle la albahaca picada en grueso con la mano. Retirar del fuego.

    6. Cortar la mozarella y la morcilla en rodajas finas, quitándole la piel a ésta última.

    7. Precalentar el horno a 190 grados.

    8. En una fuente de horno, disponer capas sucesivas de berenjena y calabacín, tomate, morcilla, mozzarella y parmesano espolvoreado. Dos cosas importantes: no hace falta usar todo el tomate, mejor hacer capas finas y usar lo que sobre para otros platos; la morcilla y la mozzarella no tienen que cubrir todo; con unos trocitos por capa vale. Terminar con el parmesano y, si se quiere una costra más crujiente, con un poco de pan rallado.

    9. Hornear unos 20-30 minutos, hasta que la superficie de la parmigiana esté bien dorada y burbujeante. Dejar que se enfríe un poco unos minutos y servir.

    https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2011/05/25/articulo/1306299600_130629.html



 
COCA DE CERVEZA CON CALABACÍN Y TOMATITOS


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  • MÒNICA ESCUDERO


    Si hoy es jueves, esto es otra entrega de la saga Recetas Invitadas. La de hoy, una coca de cerveza aderezada con verduritas de verano, viene de la mano de Gloria Adelantado. Gloria, además de la madre de una amiga, es una excelente cocinera de las de antes –sin blog, sin Twitter y sin esas cosas que solemos enlazar aquí– que compartió amablemente su fórmula con nosotros cuando, después de probarla en una cena, se la pedimos con lágrimas en los ojos fruto del éxtasis y masticando a dos carrillos. Recordad que vosotros también podéis mandar vuestras recetas a recetascomidista(arroba)gmail.com, y nosotros las prepararemos, fotografiaremos y publicaremos para que podáis presumir de talento cocinillas delante de vuestros amigos (y todavía más, de vuestros enemigos).

    Tanto los ingredientes como la manera de preparar la base recuerdan un poco a la coca de trempó, aunque aquí el agua se sustituye por cerveza, que le da un sabor y una textura diferentes, más ligeros y absolutamente deliciosos. Se me ocurren mil ocasiones en las que esta coca te puede salvar la vida, desde un picnic o una jornada de playa hasta un día en el que se te presenta gente a casa sin avisar, como en el mítico anuncio de Ferrero Rocher. Pero creo que la ocasión en la que más nos hará brillar será en la típica cena/comida/evento para chorrecientas personas en el que nunca sabes qué poner, porque cuesta casi el mismo esfuerzo preparar una coca que ocho, solo es cuestión de doblar las cantidades de la masa y usar las dos bandejas del horno y ya podemos invitar a la pandi a cenar sin arrepentirnos antes de que entren por la puerta.

    Aunque la cobertura que os presentamos es tan campeonísima que no querrás comer otra, la autora nos propone una versión que podría sustituirle durante los meses de invierno, cuando el calabacín y los tomates están fuera de temporada y parecen una versión de cartón piedra de si mismos. La cosa iría más o menos así: primero, poner a sofreír cebolla con unas acelgas. Por otro lado, hacer una salsa de tomate con pimiento rojo también sofrito. Escurrir bien las acelgas y mezclarlas con el tomate en una capa fina, un chorrito de aceite y terminar espolvoreando con un poquito de harina. Al salir del horno, rematar con un poco de una buena conserva de bonito y huevo duro picado. Listo para ser devorado con una copa de vino o una cerveza, y si se cambia el bonito por unas pasas, totalmente apto para vegetarianos.

    Ingredientes

    Para la masa (da para cuatro cocas)
    • 500 g de harina (y un poco más para la mesa)
    • 250 ml de cerveza
    • 125 ml de aceite
    • 1/2 cucharadita de sal
    Para el relleno de una coca
    • Un calabacín
    • 2 cebolletas
    • 250 g de tomatitos cherry
    • 2 cucharadas de piñones
    • Un puñado de hojas de albahaca
    1. Añadir la cerveza y el aceite poco a poco a la harina a la que habremos añadido la sal, integrándolos hasta conseguir una masa consistente. En este momento, se puede congelar (con esta cantidad, da para 4 cocas). Estirar muy fino con los dedos sobre una bandeja de horno y preparar el relleno.

    2. Cortar en láminas finas (una mandolina o un pelador de verduras facilitarán el trabajo) el calabacín limpio, cortar la cebolleta fina y los tomates cherry por la mitad, espolvoreándolos con un poco de azúcar y sal. Ponerlo todo encima de la coca, y llevarla al horno precalentado a 250 grados, con calor arriba y abajo.

    Tiempo aproximado: 30 minutos.

    3. Sacar del horno, dejar templar y distribuir por encima la albahaca y los piñones. Servir tibia o fría.


    https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2014/06/12/articulo/1402553815_140255.html
 
Karlos Arguiñano cumple 70 años: esta es la historia del cocinero más querido de España
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El chef Karlos Arguiñano, que cumple hoy 70 años, es muy consciente de su popularidad, y suele
presumir de ello en las entrevistas. “Soy más conocido que el rey”, dice, asegurando que varias encuestas sobre personajes famosos le han situado como la persona más conocida de España.

Hoy pierde algunos puntos en este tipo de estudios –sigue en el top 10, pero superado por personalidades del deporte como Rafa Nadal–, pero continúa al pie del cañón, presentando a diario su programa de cocina, como lo lleva haciendo desde 1990.

Estar casi 30 años en televisión haciendo lo mismo es algo al alcance de muy pocos. Arguiñano supera incluso a Jordi Hurtado, pues este empezó a presentarSaber y Ganar en 1997, siete años después de que el cocinero vasco se estrenara en ETB, gracias a una carambola del destino.


El culpable de que Arguiñano acabara en televisión no es otro que Joan Manuel Serrat. Como ha contado el cocinero en numerosas ocasiones, el cantautor catalán fue a cenar con todo su equipo a su restaurante en Zarauz, tras una actuación en Donosti, y fue uno de sus colaboradores el que le consiguió su primer programa en televisión.

El cocinero se estrenó en ETB, en un programa en euskera llamado 14 cocineros vascos

“Me senté en la mesa con ellos, empecé a contar chistes que era lo mío y estuvimos todos descojonándonos hasta las tres de la mañana”, nos explicó el cocinero en un encuentro con periodistas. “Entonces hubo uno en la mesa que me dijo '¿quieres hacer un vídeo de chistes?' Le dije que los chistes los cuento sobre la marcha y que lo que me gustaría hacer es un programa de cocina. Y a los diez días me llamó y me ofreció presentar uno”.

El cocinero se estrenó en ETB, en un programa en euskera llamado 14 cocineros vascos, y en solo dos años dio el salto a Televisión Española para sustituir a Elena Santoja, que presentaba el mítico Con las manos en la masa. Paradojas del destino, nunca habría hecho televisión de no saber euskera. “Si Arzak, Subijana o cualquiera de estos hubiera manejado el euskera como yo a mí no me hubiesen llamado nunca”, asegura.


El imperio Arguiñano
A Arguiñano la televisión le cambio la vida. Se había endeudado enormemente para comprar el palacete donde hoy sigue ubicado su hotel-restaurante de Zarauz, que adquirió en 1978. Lo compró con solo 300.000 pesetas en el bolsillo, ahorradas gracias a su trabajo en los hoteles y restaurantes de este clásico pueblo de veraneo de la aristocracia española, y se metió en una hipoteca de once millones. Estaba con el agua al cuello, asegura, hasta que empezó a presentar programas de televisión.

Cada cierto tiempo aparece un vídeo suyo en redes sociales porque, entre chiste y chiste, arremete contra algún político

Hoy, además de mantener su hotel-restaurante y, desde 1996, una escuela de cocina, tiene un imperio mediático encabezado por su empresaBainet, que además de encargarse de la publicación de sus libros –el cocinero ya va alcanzar los 60 volúmenes con su firma– produce sus programas y otros comoBricomanía, Decogarden, Hoy cocinas tú... Bainet es además socio del Grupo Audiovisual de Medios de Producción, un consorcio creado para constituir La Sexta, actualmente miembro del accionariado de Atresmedia.

Pero, pese a haber ganado muchísimo dinero, el cocinero no reniega de sus orígenes, tampoco en lo que a política se refiere, algo que le ha metido en más de una polémica. Arguiñano nunca ha ocultado ser de izquierdas, “orgulloso de haber sido obrero y tener a mis hijos trabajando de camareros y de cocineros”, y cada cierto tiempo aparece un vídeo suyo en redes sociales porque, entre chiste y chiste, arremete contra algún político. La semana pasada le tocó a Trump, al que le recriminó su política migratoria.

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Pese a estos posicionamientos, Arguiñano es un personaje querido por la amplia mayoría de los españoles, y es que siempre ha explotado su imagen de tipo gracioso y cercano, que es lo que le ha valido tantas simpatías. Una imagen que los que le hemos tratado en persona no hemos logrado desenmascarar.

Arguiñano es un payaso, en el buen sentido de la palabra, que realmente no para de contar chistes –aunque hoy en día tiene a un empleado que se los redacata–, hacer gracias y es incapaz de no salir en una sesión de fotos sin colocarse dos tomates en el ojo o dos grandes cebollas a modo de t*tas. Es así. Y solo así ha logrado mantenerse casi tres décadas enseñando a cocinar a los españoles.

Zorionak Karlos.
https://www.directoalpaladar.com/ch...-70-anos-sigue-siendo-cocinero-querido-espana
 
Panchineta o pantxineta. Receta de postre de Karlos Arguiñano
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La panchineta o pantxineta es un postre vasco que, según el Diccionario enciclopédico de gastronomía vasca, fue creado por la Pastelería Otaegui de San Sebastián a principios del siglo XX. Su nombre es una adaptación al euskera del franchipán francés, por eso a veces ambos dulces se confunden aunque no son iguales.

Si tenemos hojaldre casero nos saldá un postre redondo, pero si no queremos complicarnos podemos usar el congelado. También es tradicional realizar panchinetas individuales, de forma circular, que podemos conseguir recortando la masa de hojaldre con un cortapastas. El procedimiento será el mismo. La próxima vez lo haré así.



Ingredientes para 8-10 personas
  • 2 láminas de hojaldre, 2 huevos, 3 yemas, 75 g de azúcar, 30 g de harina de maíz, 100 g de almendra granulada, 100 g de almendra picada, 1/2 l de leche, un poco de harina, azúcar molido y 1 vaina de vainilla.
Cómo hacer panchineta o pantxineta
Empezamos haciendo la crema, va muy bien prepararla el día antes así tiene tiempo de enfriarse bien. Calentamos la leche en una cazuela, reservando un poco en un bol aparte. Abrimos la vaina de vainilla y la añadimos.

En un cuenco ponemos la harina de maíz y el azúcar, mezclamos. Vertemos leche reservada anteriormente y removemos bien. Añadimos las 3 yemas y el huevo entero y mezclamos. Agregamos un poco de la leche caliente, removemos bien y vertemos todo nuevamente a la cazuela. Mantenemos al fuego sin dejar de remover hasta que espese. Dejamos templar y añadimos la almendra picada.

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Espolvoreamos una superficie limpia con un poco de harina. Colocamos encima las láminas de hojaldre y las estiramos ligeramente con un rodillo. Cubrimos una placa de horno con papel de hornear y colocamos encima una lámina de hojaldre. La cubrimos con la crema pastelera preparada dejando los bordes libres.

Untamos los bordes con un poco de agua y colocamos encima la otra lámina de hojaldre, presionando los bordes para que se junten. Pintamos la superficie con un poco de huevo batido y la espolvoreamos con la almendra en grano. Horneamos a 180ºC durante 40 minutos o hasta que la masa esté bien dorada. Cuando esté fría la espolvoreamos de azúcar molido.

Tiempo de elaboración | 1 hora y media
Dificultad | Fácil

Degustación
La combinación de hojaldre y crema pastelera que reúne esta receta de panchineta o pantxineta es exquisita. Podemos ahorrarnos mucho trabajo si realizamos la crema y tenemos preparado el hojaldre con antelación. La serví a temperatura ambiente y creo que acerté, aunque un trocito que sobró lo guardé en la nevera y frío estaba también delicioso.
https://www.directoalpaladar.com/po...ntxineta-receta-de-postre-de-karlos-arguinano
 
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