RECETAS DE COCINA

Lomo de cerdo al horno

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Lomo de cerdo al horno, una receta sencilla con la que acertar. En otro artículo hablamos de cómo preparar lechazo al horno con guarnición de boletus, hoy te contamos como hacer lomo de cerdo al horno.

Propiedades del lomo de cerdo
¿La carne de cerdo es blanca o roja?Aunque otras partes del animal comoel solomillo son carnes rojas, el lomo tiene menor porcentaje de grasas y se le considera carne blanca. Si te preocupa comer poca grasa este tipo de carne junto a la de pollo o pavo son buenas fuentes de proteínas y nutrientes.

La carne de cinta de lomo tiene baja cantidad de grasas saturadas por lo que la pueden tomar un par de veces en semana sin problemas personas que están controlando el colesterol, la diabetes o que siguen una dieta de adelgazamiento. En cuanto al sabor y textura la carne de cinta de lomo además resulta más jugosa que la de pollo.


Receta de Lomo de cerdo al horno
Ingredientes para 4 personas:

  • 1 kg de lomo de cerdo deshuesado
  • 3 dientes de ajo
  • ½ cebolla picada
  • 1 cucharada de romero seco
  • Orégano
  • 1 hoja de laurel
  • 1/4 taza de aceite de oliva
  • 1/2 taza de vino blanco
  • 1 cucharada de mostaza a la antigua
  • Sal y pimienta
  • Caldo de carne
Preparación:
  1. En una bolsa de plástico grande con cierre (de estas que se usan para congelar) o en un recipiente con tapa mezcla los dientes de ajo machacados, la cebolla picada, el orégano, el laurel, la cucharada de romero, la pimienta, el vino blanco y la mostaza.
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  2. Pon a macerar el lomo de cerdo deshuesado en esta mezcla y déjalo en la nevera toda la noche. La carne se irá impregnado de esta mezcla y cuando la preparemos estará más jugosa.
  3. Al día siguiente preparamos la carne. Primero la mezcla donde habíamos marinado la carne la pasamos por la batidora (los ajos, el laurel, el vino, la mostaza etcétera) hasta obtener una salsa fina. Precalentar el horno a 180 grados.
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    Pinchamos la carne con un cuchillo por todos lados añadimos varias cucharaditas de la salsa anterior en estos orificios que acabamos de hacer en la carne.
  4. En una fuente de horno ponemos un poco de aceite de oliva y un poco de la salsa anterior que hemos logrado con la batidora y horneamos el lomo alrededor de una hora. Cada 20 minutos abrir el horno y el jugo que vaya soltando la carne añadírselo por encima al lomo.
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    Si por lo que sea te quedas sin caldo puedes añadir un poco de caldo de carne (que habrás hecho previamente con una pastilla de caldo de carne, laurel y un poco de agua).
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    Ya tenemos listo nuestro lomo de cerdo al horno, dejar reposar un poco antes de servir, puedes acompañarlo de patatas asadas, pasta o verduras.



    https://okdiario.com/recetas/2016/05/11/lomo-cerdo-horno-5519
 
¿La quinoa te parece sosa y pastosa? No la estás cocinando bien: así se prepara una quinoa deliciosa
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La reciente moda de los "superalimentos" empezó de alguna manera con la quinoa o quinua, ese pseudocereal de origen andino que de repente parecía el alimento imprescindible que había que probar sí o sí. No hay que atribuirle poderes mágicos pero la quinoaes un producto muy saludable que, además, puede ser deliciosa. El problema es que no siempre la cocinamos bien.

Al igual que sucede con el tofu, muchas personas rechazan la quinoa por puro desconocimiento, por aborrecer la moda -no les culpo- o porque sus intentos con ella en la cocina han sido un fracaso. Si tienes un paquete de quinoa languideciendo en la despensa te animo a darle otra oportunidad; estos son los trucos para cocinar siempre una quinoa perfecta y muy sabrosa.

Ni sosa, ni aguada: la mejor quinoa es esponjosa y ligeramente crujiente
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Aunque se compara con el arroz, el bulgur o el cuscús, la quinoa no es un cereal como tal. Se considera un pseudocereal porque realmente es una semilla, y eso la diferencia con características nutricionales únicas. Destaca por su contenido en proteínas vegetales de alta calidad y aminoácidos esenciales; además es saciante, rica en friba, minerales y vitaminas, y posee un bajo índice glucémico.

Pero esta vez nos queremos centrar en sus cualidades gastronómicas para cocinar una quinoa que apetezca comer. Cocinarla no es difícil: basta con cocerla en abundante liquido hasta dejarla en su punto, como el arroz o la pasta. Sin embargo, en los detalles de esa cocción estará la diferencia entre una masa aguada y blandurria o un bocado disfrutable.

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Una quinoa realmente sabrosa tiene que presentar el grano ligeramente suelto, esponjoso y que presente una suave resistencia al morder. No queremos una papilla de textura gomosa o blanda, sosa y triste; solo en contadas excepciones nos interesará obtener un acabado más cremoso.

Pensemos en el arroz o la misma pasta, ¿no hay un abismo de sabor entre el arroz bien cocido, con el grano suelto, y la pasta al dente? Con la quinoa sucede lo mismo. Y puede que por sí sola sea algo insípida, pero exactamente lo mismo pasa con otros cereales o cualquier pasta cocida.

No siempre hay que lavarla previamente
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Cuando empezamos a cocinar con quinoa aprendimos que era imprescindible lavarla muy bien antes de usarla. Los granos están cubiertos de saponina, una sustancia natural que ingerida en grandes cantidades podría ser tóxica, aunque también se están estudiando sus propiedades beneficiosas y aplicaciones.

Sería muy difícil intoxicarse por ingerir un exceso de saponina a través de los alimentos; sin embargo, tiene un sabor muy amargo. Cuando empezó a comercializarse la quinoa directamente de plantaciones andinas seguramente sí llegaba sin tratar, pero hoy en día casi todas las marcas han lavado los granos previamente para eliminar ese amargor de cara al consumidor.

Hoy en día casi toda la quinoa se comercializa ya lavada
En cualquier caso, lo mejor es leer las instrucciones del fabricante y probar la quinoa antes y después de cocinarla. Si aún contiene altas cantidades de saponina, se notará al chupar un grano crudo. En caso contrario lo mejor es ahorrarse este paso, no solo por la pérdida de tiempo y agua, también porque dificultará un poco el cocinado.

Tuesta la quinoa cruda antes de cocerla
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Este truco me gusta hacerlo también, según la receta, con otros cereales, legumbres crudas o cocidas o incluso con semillas. Si hemos prelavado la quinoa es además un paso casi imprescindible para eliminar por completo esa primera humedad, y además lograremos un mejor sabor, con tonos de nuez o fruto seco.

Lo ideal es usar una cazuela o sartén de fondo grueso, que transmita bien el calor, a fuego fuerte. Podemos usar un poco de aceite para evitar que se pegue y para enriquecerla aún más, pero queda muy bien tostándola sola. Dependiendo del plato también puede ser aconsejable dorarla junto con especias, molidas o enteras, como alcaravea, comino o cúrcuma.

Tostando previamente la quinoa en crudo obtendremos mejor sabor y textura
Si la cocinamos el tiempo suficiente a temperatura muy alta incluso podremos “inflarla” un poco, como si fueran diminutas palomitas. Solo hay que tener mucho cuidado de que no salte y no quemarla.

Otra buena opción es sofreírla con otros ingredientes, tal y como haríamos al preparar, por ejemplo, un arroz. Es tan sencillo como pochar algo de cebolla, ajo y tomate, incorporar la quinoa cruda con algunas especias y sofreír el conjunto dos o tres minutos antes de añadir el agua.

Reduce el volumen de líquido
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Teóricamente hay que seguir las indicaciones de cada fabricante para saber la proporción exacta de quinoa en seco y agua o caldo. Sin embargo, la mayoría de marcas piden el doble -¡o triple!- de líquido, provocando, casi siempre, que la quinoa quede aguada o sobrecocida.

Para evitarlo, prueba a cocinarla con una proporción de 1: 1 y 1/2; por ejemplo, un vaso de quinoa con 1 vaso y 1/2 de agua. Siempre puedes añadir un poco más de líquido hacia el final si te quedaras corto. Y es raro que eso pase.

Cocina con tapa a fuego bajo
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Una vez todo ha llegado a ebullición se recomienda llevar la potencia del fuego a casi el mínimo, tapar la olla o cazuela y dejar cocer sin abrir durante unos 15-20 minutos. No queremos que se pierda el vapor caliente, por eso hay que evitar la tentación de curiosear el interior hasta que no hayan pasado, como mínimo, 10 minutos.

El tiempo exacto variará según la marca, el tipo de fuego o la variedad de quinoa. Usaremos las indicaciones del paquete como orientación, pero al final hay que guiarse por la experiencia. Una quinoa bien cocida empezará a estar transparente, con ese característico anillo exterior más marcado, pero no queremos que se separe.

Deja reposar
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Siempre es preferible reducir el volumen de líquido y ajustar el tiempo de cocción para poder dejar el grano reposar una vez cocido. Comprueba que se ha absorbido todo el agua cuando la quinoa ya está al dente, o si le falta muy poco, y vuelve a tapar rápidamente. Deja reposar 5 minutos apartado del fuego y después airea con un tenedor, suavemente.

Es la idea que se aplica a la preparación del cuscús precocido, ayudando al grano a separarse con el tenedor aún en caliente, para lograr esa textura esponjosa. Para un punto extra de sabor añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra, pimienta negra o alguna especia antes del reposo.

Más fácil todavía: cuece la quinoa como si fuera pasta
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Cierto día que tenía mucho lío en la cocina pensé en no complicarme y preparé la quinoa como si estuviera cociendo pasta. Es un método ridículamente sencillo que funciona de maravilla:

  1. Pon una olla o cazuela grance con abundante agua salada a calentar.
  2. Cuando esté hirviendo con alegría, añade la quinoa y reduce un poco el fuego.
  3. Cuece unos 15 minutos, hasta que esté al dente, ligeramente firme.
  4. Escurre rápidamente con ayuda de un colador, sin enjuagarla.
  5. Deja enfriar en otro recipiente o en una bandeja, extendiéndola para que pierda el calor.
Vuelve a tostarla una vez cocida
Este paso es opcional pero muy recomendable si queremos una guinoa más firme y suelta. Una vez cocida, prueba a saltearla en una sartén con algo de aceite, añadiendo si quieres algunas especias. Mantén el fuego suave para no quemarla, queremos que se evapore del todo la humedad y marcar el grano para que se tueste un poco.
 
¿Cueces o enriqueces?
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La quinoa puede ser una gran guarnición para acompañar guisos, platos con salsas o los aliños y vinagretas de una ensalada, pero cocida por sí sola puede resultar sosa. Si has aplicado los trucos anteriores y aún así te parece insípida, prueba a cocerla en algo más que agua.

Además de añadir especias a la fase de tostado, puedes poner en el agua unas hojas de laurel, clavos de olor, hojas de curry, un bouquet garni, dientes de ajo... o también un chorrito de salsa de soja, tamari, worcestershire, tabasco, miso o vinagre. También ganará mucho si cambiamos el agua total o parcialmente por caldo.

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Hay otra técnica que aprendí cocinando arroz blanco igual de válida para la quinoa: dorar un par de dientes de ajo fileteados con buen aceite de oliva virgen extra y saltear la quinoa recién cocida. Si estamos haciendo un plato más exótico, añadir una rama de canela y algunos clavos de olor obrarán maravillas.

Formas alternativas de cocer y servir la quinoa
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Decíamos al principio que la quinoa es muy versátil, y eso se aplica también a las técnicas de cocción. Preparándola como hemos visto hasta ahora podemos usarla en recetas de todo tipo: salteados, pilaf, ensaladas, guarniciones, un poké bowl, hamburguesas vegetarianas, wraps... Pero hay formas alternativas de cocinarla.

  • Añadiendo algunos puñados directamente en crudo a sopas, guisos, estofados y potajes, por ejemplo para enriquecer una cazuela de lentejas o garbanzos.
  • Dejándola semicocida para terminar su cocinado en el horno, rellenando pimientos u otras verduras.
  • Triturando el grano crudo para obtener una harina que podemos usar para espesar o elaborar una salsa estilo bechamel vegana y sin gluten.
  • Cociéndola como si fuera arroz en una paella, o aplicando la misma idea a un arroz al horno.
  • Añadiendo la quinoa a masas dulces, de galletas y bizcochos, o masas de pan.
  • Utilizándola para enriquecer el relleno de croquetas, albóndigas, empanadillas...
  • Cociendo la quinoa en leche o bebida vegetal para hacer un postre cremoso, estilo arroz con leche, un pudding o gachas con fruta. Si prefieres una textura más “mordiente”, mezcla el grano ya cocido con la leche en frío, o calentándolo muy ligeramente.
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La quinoa cocida se puede conservar unos 3-4 días en perfecto estado en la nevera, siempre que se haya enfriado completamente y usemos un buen recipiente limpio de cierre hermético. También se congela sin problemas, por lo que es una buena idea preparar grandes cantidades de una vez y separar porciones, según nuestras necesidades.

Fotos | iStock - jules - Meal Makeovers Moms - Marco Verch
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Cinco sorprendentes recetas con quinoa que te dejarán con la boca abierta

A pesar de ser un seudocereal antiguo, no fue hasta hace apenas seis o siete años que la quinoa asomó la patita por las cocinas de nuestro país. Lo hizo tímidamente, pero no tardó en ponerse de moda e instalarse en las repisas de nuestros comercios y en las cartas de la mayoría de restaurantes. Y no es de extrañar, pues la quinoa es nutritiva, saludable, versátil y da mucho juego en la cocina.

Oímos y leemos la palabra quinoa y ya no nos suena a chino, pero esto no significa que la hayamos comido ni cocinado. Puede que este sea tu caso, que tengas ganas de incorporarla a tu cocina y que no sepas cómo hacerlo. O puede que te guste la quinoa y andes en busca y captura de nuevas recetas. Sea cual sea tu caso, te proponemos cinco sorprendentes recetas con quinoa que te dejarán con la boca abierta.

1. Pan de quinoa
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Esta receta de pan de quinoa está pensada para preparar en amasadora, pero tambien se puede realizar a mano si se tiene cuidado de dejarlo levar dos veces. Es un pan completo y de fácil digestión, de corteza crujiente y miga esponjosa. Si no lo vais a comer todo en el día, podéis rebanarlo y congelarlo para tirar de el a lo largo de los desayunos y meriendas de la semana.

  • Ingredientes para un molde de plum cake: para la masa madre, 75 g de harina de fuerza, 25 g de agua, 5 g de levadura de panadería y 10 g de leche; para el pan, 200 g de quinoa, 480 g de agua, 25 g de avena, 60 g de agua, 60 g de leche, 180 g de agua tibia, 50 g de aceite de oliva, 3 cucharadas de leche en polvo, 100 g de masa madre, 250 g de harina de trigo, 375 g de harina de fuerza y 1 sobre de levadura para pan.

  • Elaboración: Empezamos preparando la masa madre con la suficiente antelación mezclando en un bol los ingredientes. Los tapamos con papel film y los dejamos reposar hasta que doblen de tamaño. Mientras, ponemos la quinoa en un colador y la enjuagamos bien varias veces. Ponemos al fuego los 480 g de agua y cuando hierva añadimos la quinoa, dejándola hasta que se absorba el agua. La dejamos enfriar. Hervimos la avena con los 60 g de leche y 60 g de agua, removiendo para que no se pegue, y la dejamos enfriar. Colocamos en la panificadora el agua tibia, el aceite de oliva, la leche en polvo, la sal, la masa madre, la quinoa, la avena, las harinas y la levadura. Ponemos el programa de masas. Con las manos untadas de aceite (es una masa bastante pringosa) sacamos la masa de la cubeta y le damos la forma deseada, yo usé un molde de plum cake, y horneamos en el horno precalentado a 200ºC durante 45 minutos aproximadamente.
Enlace | Pan de quinoa

2. Ensalada de quinoa primaveral con espárragos y fresas
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A pesar de que esta elaboración incorpora productos de primavera, no hemos querido dejar de incorporarla a nuestro recopilatorio. Los espárragos y habas se pueden encontrar a lo largo de todo el año y las fresas se pueden sustituir por otros frutos rojos, así que no hay excusa para no animarse a preparar esta sabrosa ensalada de quinoa.

  • Ingredientes para dos raciones: 70 g de quinoa, 1 manojo de espárragos verdes o trigueros, 300 g de habas tiernas, 4 rabanitos, 5-6 fresones, perejil fresco, aceite de oliva virgen extra, ralladura de limón, pimienta negra y sal.

  • Elaboración: Preparamos la quinoa según las instrucciones del paquete, lavándola bien primero, y reservamos. Lavar bien los espárragos, los rabanitos y los fresones, retiramos los extremos más gruesos de los espárragos y los rabitos de los otros vegetales. Cortamos los espárragos en dos o tres partes y cocemos en agua hirviendo unos pocos minutos, procurando que no se reblandezcan demasiado. Laminamos muy fino los rabanitos y los fresones. Extraemos las habas de sus vainas y las escaldamos ligeramente. Condimentamos la quinoa con sal, pimienta, perejil picado y aceite de oliva virgen extra. Mezclamos el resto de ingredientes aliñándolos con aceite, sal, pimienta y ralladura de limón al gusto. Disponer sobre la quinoa.
Enlace | Ensalada de quinoa primaveral con espárragos y fresas

3. Ensalada de nabo, quinoa y semillas de sésamo tostado
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Esta ensalada es uno de de esos platos que vale la pena recomendar, por lo sabrosa que resulta y porque es una ensalada original con una mezcla de ingredientes muy acertada. Ideal para preparar en dos tiempos y así aprovechar el tiempo cuando tenemos prisa. Un día se puede asar el nabo en el horno y al día siguiente sólo hay que montar la ensalada y llevarla a la mesa.

  • Ingredientes para dos raciones: 1 nabo grande, 1 diente de ajo picado, 1 cucharada de aceite de oliva, 2 cucharadas de semillas de sésamo, 2 cucharadas de miel, 1 pellizco de sal, 1 cucharada de salsa de soja, 2 cucharadas de cilantro picado, 4 o 5 puñados de lechuga, 1 taza de quinoa cocida, 1/4 de taza de cebolleta picada, 2 cucharadas de vinagre de arroz y 1 cucharadita de aceite de sésamo tostado.

  • Elaboración: Pelamos el nabo y lo cortamos en cubitos, lo colocamos en un bol y añadimos el ajo picado, el aceite de oliva, 1 cucharada de semillas de sésamo, la miel y la sal. Mezclamos bien, extendemos sobre una bandeja de horno y asamos a 180 ºC unos 30 minutos o hasta que esté caramelizado. Retiramos la bandeja del horno, añadimos la salsa de soja y el cilantro y lo dejamos enfriar. Para montar la ensalada, mezclamos los nabos ya fríos con la lechuga troceada, la quinoa cocida, las cebolletas y el resto de semillas de sésamo tostado. Batimos el vinagre y el aceite se sésamo y lo vertemos sobre la ensalada. Mezclamos todo hasta que esté bien combinado y servimos.
Enlace | Ensalada de nabo, quinoa y semillas de sésamo tostado

4. Galletas de quinoa a la naranja
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Para esta receta se necesita harina de quinoa que se puede preparar en casa en caso de no encontrarla en las tiendas. Para ello se enjuaga y escurre bien la quinoa varias veces, se tuesta en el horno y se tritura finamente. El proceso es sencillo aunque largo, pero merece la pena si lo que se obtiene como recompensa son estas ricas galletas de quinoa a la naranja.

  • Ingredientes para 24 unidades: 70 g de piel de naranja confitada, 100 g de harina de quinoa, 100 g de harina de trigo sarraceno, 100 g de mantequilla, 100 g de azúcar moreno, 1 huevo, 1 yema de huevo, 1 cucharadita colmada de levadura química en polvo, 30 g de leche entera y azúcar molido para espolvorear.

  • Elaboración: Ponemos en el vaso la piel de naranja confitada y trituramos 30 seg/vel 6. Con la espátula, bajamos la trituración hacia el fondo del vaso. Agregamos las harinas de quinoa y trigo sarraceno, la mantequilla, el azúcar, el huevo, la yema, la levadura y la leche y amasamos 1 min/vel 5. Retiramos la masa, formamos un cilindro y lo envolvemos en film transparente. La dejamos reposar en el frigorífico un mínimo de 30 minutos. Precalentamos el horno a 160ºC. Forramos 2 bandejas de horno con papel de hornear. Dividimos la masa en 24 bolas, las aplastamos ligeramente y las colocamos separadas en la bandeja. Horneamos cada bandeja a 160ºC durante veinte minutos. Dejamos enfriar las galletas y las servimos espolvoreadas con azúcar molido.
Enlace | Galletas de quinoa a la naranja

5. Dulce de quinoa con leche
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Uno de los postres más clásicos y tradicionales de nuestra gastronomía es el arroz con leche, del que nos hemos atrevido a hacer una versión con quinoa que nos ha gustado mucho y que os recomendamos fervientemente. El dulce de quinoa con leche es una reinvención del postre de toda la vida cambiando el ingrediente base por quinoa. El resultado es sorprendente.

  • Ingredientes para seis raciones: 100 g de quinoa, 200 ml de agua, 750 ml - 1 litro de leche, 1 rama de canela, 1 corteza de limón, 1 cucharada de mantequilla (opcional), 80-100 g de azúcar, 1 pizca de sal y canela molida o azúcar para servir.

  • Elaboración: Enjuagamos la quinoa en un colador hasta que el agua deje de salir turbia y escurrimos bien. Disponemos en una olla o cazuela (mejor si es de fondo grueso), encendemos el fuego y dejamos que se seque unos segundos. Añadimos el agua, llevamos a ebullición, bajamos la temperatura y cocemos hasta que se evapore el líquido. Incorporamos la rama de canela, la corteza de limón sin parte blanca y una pizca de sal. Agregamos unos 750 ml de leche y, cuando arranque el hervor, removemos y bajamos el fuego. Cocemos lentamente durante unos 45 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo. Añadimos el azúcar a los 40 minutos. Vigilamos el nivel de líquido, pues puede pedir más leche en función del tipo que hayamos usado y de la textura que nos guste. La quinoa estará cocida a los 20 minutos pero buscamos que reduzca el líquido y que se quede una textura cremosa que además espesará una vez fría. Ajustamos también el punto de azúcar al gusto y añadimos la mantequilla, si se desea. Retiramos la canela y el limón. Repartimos en cuencos y dejamos enfriar antes de servir. Podemos espolvorear con canela molida o azúcar por encima, que se puede quemar para crear una costra.
Enlace | Dulce de quinoa con leche
https://www.directoalpaladar.com/di...con-quinoa-que-te-dejaran-con-la-boca-abierta
 
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Bocatas de verano, venid a mí. STOMAKO



BOCADILLO DE POLLO ASADO CON HIGOS

Las sobras de un pollo asado dan para platos algo más veraniegos que las croquetas y los canelones. En este bocadillo se vienen arriba con un yogur cremoso, fruta y frutos secos.


RUBÉN LEÓN Y GUIYE COMÍN / STOMAKO


No hay costumbre nacional más transversal y dominical que comprar un pollo asado para alimentarse cuando estás vaguete en estas fechas veraniegas. Pero, ¿qué hacemos con lo que sobra? ¿Croquetas con 40 grados a la sombra? Mejor que no. ¿Canelones? Seguramente todos lloramos ante la idea de encender el horno antes de que llegue el otoño. En este momento necesitamos nuevas ideas, rápidas, frescas, sencillas y muy apañadas.

Como somos muy de bocatas, no podíamos desviarnos de nuestro sendero habitual y hoy os proponemos un bocadillo con los restos del pollo acompañado de labneh. “Ya estamos con las moderneces”, dirá alguno. Pues de moderno, nada: el labneh es una preparación tradiconal que se prepara en un momento -el trabajo duro lo hace la nevera- y nos transporta a Oriente Medio sin pagar billete de avión. Se puede sustituir por un queso cremoso untable, pero la gracia es ponerse a investigar un poco: os prometemos que se os abrirán un mundo de posibilidades y combinaciones con este invento.

Nuestro compañero de fatigas y recetas comidistas Carlos Román nos explicó en esta receta como hacerlo. Se puede conservar en forma de bolitas en un frasco de cristal en la nevera, con aceite de oliva virgen y aromatizado con hojas de menta. Ya que tenemos claro lo del labneh, vamos con el resto: solo necesitaremos un poco de la carne de pollo desmenuzada y unas láminas de higos, hierbas frescas y frutos secos para darle una segunda vida. Salvo el labneh, el resto se hace en menos de cinco minutos.

Como siempre que hacemos un bocata, tenemos que ponerle bastante atención al pan. Ya que nos hemos liado la manta a la cabeza para preparar el labneh, lo ideal es no usar un pan de molde cutre. Mucho mejor uno de hamburguesa artesanal, pan de coca, hogaza… cualquier pan de calidad previamente tostado nos servirá. Las autoridades gastronómicas del comidista recomiendan el consumo responsable de bocadillos, acompañados de una cerveza bien bien fría o vuestra bebida favorita.

Dificultad

De lo fácil que es, querrás montar un puesto ambulante de bocadillos de pollo asado fruto de el exceso de tiempo libre, las vacaciones y las altas temperaturas.

Ingredientes

Para un bocadillo

  • 100 g de pollo asado
  • 3 cucharadas de labneh (comprado o preparado con esta receta)
  • 3 cucharadas de cebolla roja
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 4 hojas de menta fresca
  • Una breva o higo fresco
  • Una cucharada de cacahuetes o nueces
  • Guindilla fresca o seca al gusto
  • Sal
Preparación

  1. Desmenuzar el pollo con la ayuda de un tenedor. Condimentar al gusto con sal, pimienta y un poco de guindilla en copos.
  2. Mezclar el labneh con la cebolla roja picada finamente, el aceite de oliva y dos hojas de menta, también picadas.
  3. Tostar el pan, extender el labneh y disponer encima el pollo desmenuzado, un higo fresco en láminas, los frutos secos picados, dos hojas de menta picadas y cerrar con la tapa del pan.
https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2018/07/17/receta/1531864020_565507.html
 
Los mejores cereales y granos sin gluten para celíacos (y no celíacos)
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Me puedo imaginar lo confuso y difícil que debió ser hasta hace unos años descubrir que se era celíaco, cuando apenas había información al respecto y la sociedad no estaba aún concienciada de la necesidad de ofrecer productos sin gluten. Afortunadamente hoy eso está cambiando y, aunque aún queda mucho por mejorar, es más sencillo encontrar alternativas sin gluten para la alimentación diaria. El tema de los cereales y granos es, en principio, el más complicado, pero existen muchas opciones libres de gluten perfectas para celíacos y también para no celíacos.

No pretendo comparar ambas condiciones, pero me gusta destacar que la intolerancia a la lactosa me ha dado también cosas positivas. El tener que preocuparte mucho más por lo que comes, lo que compras o cocinas te lleva a conocer mejor los alimentos, su valor nutricional y sus posibilidades en la cocina, y también te incita a descubrir muchos productos nuevos. Por eso animo a todo el mundo a probar estos cereales y granos, para introducir una mayor variedad en nuestra dieta y demostrar que hay vida más allá del trigo y del arroz.

Trigo sarraceno o alforfón
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Reconozco que es mi favorito de esta lista en su forma de harina integral. Descubrí su sabor con unas deliciosas galettes en Toulouse hace años y desde entonces lo añado a panes, bizcochos y galletas sin problemas, combinado con otros cereales o por sí solo. Aunque su nombre puede dar lugar a error, al incluir en una de sus denominaciones la palabra “trigo”, el alforfón no contiene nada de gluten. Es un pseudocereal que en su forma de grano tiene una curiosa forma triangular, es muy rico en proteínas vegetales y destaca por su contenido en lisina.

La harina de trigo sarraceno es muy característica por su color oscuro, ligeramente tostado, casi con matices violetas o grisáceos. Aporta un toque algo rústico a las masas en su textura, con un sabor dulzón que recuerda a la fruta madura, con algunos matices amargos. Es perfecta para recetas que no requieren la acción del gluten como aglutinante, como crêpes, tortitas, blinis, gofres, galletas o pasta. Se puede combinar con otros cereales sin problemas, y en dulce hace una buena pareja con frutas aromáticas y chocolate.

Mijo
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El mijo es un grano de tamaño muy pequeño que nos puede recordar al cuscús habitual que encontramos en cualquier supermercado, pero con un color amarillo más destacado. En realidad hay varios tipos de mijo, pero todos son sin gluten y ofrecen características similares. En Europa se empieza ahora a consumir más, aunque en muchos países de África y Asia ha sido durante mucho tiempo una fuente de alimentación fundamental gracias a su fácil cultivo y su gran contenido nutricional.

El mijo se puede consumir como si fuera arroz o avena, dejando una textura más suelta o cremosa, o añadiéndolo a sopas y guisos para sumar nutrientes y dar un toque de sabor y textura distinto. En ensaladas frías y templadas ofrece muy buenos resultados, por ejemplo preparando una especie de tabulé o combinándolo con verduras en un salteado. Por su pequeño tamaño también es adecuado para agregarlo a masas de pan o bollería, especialmente combinado con otros cereales y semillas. Hay que tener en cuenta que al cocerse en líquido puede casi cuatripicar su volumen.

Amaranto
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También se considera un pseudocereal semejante a la quinoa, y es rico en proteínas vegetales y minerales como el calcio, potasio y magnesio. Sus pequeños granos tienen forma redondeada y también recuerdan en crudo a la quinoa o al mijo. El amrantoproviene de Centoamérica, donde su cultivo se remonta hasta varios miles de años atrás, ya que era uno de los productos más apreciados y consumidos por las culturas precolombinas, especialmente mayas y aztecas.

Se puede preparar el grano como si fuera arroz o cuscús, cociéndolo en agua y usándolo como guarnición o acompañándolo de otros ingredientes, por ejemplo en un salteado o sopa. En forma de harina tiene un color amarillo pálido y tiene aromas a campo y mineral, combina muy bien con la harina de maíz y es perfecto para masas de tartas saladas o bizcochos algo rústicos con frutos secos, miel y especias aromáticas.

Maíz
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Yo pensaba que no me gustaba el maíz porque en conserva me da algo de repelús, pero resulta que al natural y en forma de cereal y harina me encanta. Hay que tener cuidado en las recetas para no confundir el almidón de maíz con la harina, aque además a veces se vende precocida o con diferentes grosores. Lo que conocemos como maizena es la fécula, y aunque también sirve para hacer panes y dulces, su uso mayoritario es como espesante. La mazorca de maíz a la brasa es una delicia que recomiendo a todo el mundo, pero también es buena idea sumar su harina a la despensa.

La harina como tal tiene una textura más granulosa, fina en el caso de que la usemos como si fuera harina de trigo o de centeno, con un color amarillo muy característico. Es un ingrediente básico en muchas culturas, y no extraña la cantidad de recetas tradicionales que usan la harina maíz como base en la cocina mexicana. Es un grano rico en fibra y destaca por su contenido en vitamina A, además de ser muy energético y saciante. Independientemente de la textura de su grosor, la harina de maíz aporta un sabor algo dulzón que hace muy buena pareja con ingredientes lácteos y frutas.

Teff
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Parece que la última tendencia entre las famosas internacionales es pasarse al teff, quizá precisamente por ser naturalmente libre de gluten. En cualquier caso, es un grano de muy pequeño tamaño que se cultiva sobre todo en Eritrea y Etiopía, donde es el ingrediente fundamental de uno de sus alimentos básicos. La injera es una especie de crêpe de consumo diario, tan esencial en su dieta como nuestro pan, imprescindible para acompañar sopas y guisos de todo tipo.

El teff es uno de los granos más ricos en minerales, especialmente calcio, y vitamina C, además de fibra y hierro. Por su pequeño tamaño es fácil sumarlo incluso en forma de grano directamente a masas de pan, galletas o bizcochos, y su harina ofrece las mismas cualidades que los cereales comentados anteriormente. También se comercializa en forma de copos, perfectos para añadir al cuenco del desayuno con frutas y yogur, para hacer barritas energéticas caseras o para enriquecer batidos y cremas.

Sorgo
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Cada vez empieza a sonar más entre las listas de alimentos de moda el sorgo, un grano procedente de áreas tropicales de África y Asia, donde es una de las principales fuentes de sustento. Se cultivas diferentes variedades que presentan distintas tonalidades de color, desde el amarillo pálido hasta violáceos y rojos. Su capa exterior es comestible por lo que contiene más fibra que otros cereales, y también destaca por aporte de antioxidantes.

Tiene un sabor sutil muy suave que hace que se pueda sumar a la dieta fácilmente, también en su forma de harina, aunque hace las masas algo más densas y necesida combinarse con otros ingredientes si buscamos migas esponjosas. Sí es una harina adecuada para hacer panes planos, tortitas, crêpes o galletas. Es muy saciante y tiene un índice glucémico bajo, por lo que también está ganando aficionados a usar este grano para preparar porridge o gachas de desayuno.

Arroz
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Está claro que el arroz es el cereal más conocido de toda la lista, pero por su importancia fundamental en la dieta de celíacos y no celíacos de todo el mundo, merece la pena reseñarlo. Hay muchísimas variedades con especialidades en diferentes culturas, y solemos diferenciarlas en cocina por su tamaño y su capacidad de absorción de líquido. Es muy energético, saciante y versátil, con el que podemos preparar multitud de platos dulces y salados. Mi padre suele decir que con un poco de arroz y lo que pille en la despensa es fácil improvisar una comida o cena más que decente.

En cuanto a la harina de arroz, podemos compararla con la maizena, ya que es de textura muy fina y contiene mucho almidón. Nos sirve por tanto como otro espesante sin gluten, y en rebozados ayuda a conseguir texturas más ligeras y crujientes. Si se combina con otras harinas puede dar muy buenos resultados en masas de bizcochos y pasteles, con migas más esponjosas y ligeras, y la variedad glutinosa – que no quiere decir que contenga gluten – se usa en la cocina asiática para ciertos platos, como los dulces mochis japoneses.

Quinoa
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Creo que la descubrí hará casi ya diez años, pero se puso realmente de moda hace unos cinco o seis, cuando empezó a instalarse en supermercados y en los menús del día de los restaurantes más cotidianos. Hoy hemos normalizado más su consumo, y afortunadamente se han extendido los cultivos por todo el mundo. Otro pseudocereal que más bien es una semilla, la quinoa es una gran fuente de nutrientes, especialmente de proteínas con una buena carga de aminoácidos esenciales, es muy saciante, energética y versátil.

La quinoa se puede encontrar en sus variedades blanca, negra y roja, con sutiles diferencias de sabor pero intercambiables entre sí. Es más difícil conseguir una textura seca y suelta después de cocerla, pero a mí me gusta mucho en ensaladas con hortalizas, verduras o frutas frescas. Se puede combinar con otros cereales o añadir directamente a sopas y potajes, por ejemplo en las recetas de legumbres guisadas. También se encuentra en copos y en forma de harina, que tiene un aroma algo más fuerte de lo habitual con notas de tierra húmeda. Es perfecta para dar un toque rústico a las recetas de horno otoñales, con muchos frutos secos, miel y especias.
 
continuación
Arroz salvaje
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A pesar de su nombre, ni es arroz ni es salvaje, al menos en la actualidad. Pertenece a un género de plantas diferente llamado Zizania, aunque por su tamaño y forma lo asociamos con el arroz, incluso se suele comercializar mezclado con este. Por sí solo puede chocar un poco al que lo prueba por primera vez, ya que tiene una textura más dura, crujiente, y es mucho más aromático que el arroz blanco cotidiano.

Siempre que no pretendamos hacer una paella o un arroz con leche, el salvaje se puede usar como si fuera otro cereal corriente más. Un puñado añade textura a una sopa o crema de verduras, queda muy bien en ensaladas mezclado con hortalizas de hoja verde y es perfecto para combinarlo con frutos secos y hortalizas de raíz, especialmente si jugamos con contrastes de color. Nutricionalmente podemos destacar un contenido ligeramente superior en proteínas al arroz, y mucha más fibra.

Avena
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Los celíacos deben tener mucho cuidado con el consumo de avena, ya que a pesar de que en su forma natural no contiene gluten, normalmente sufre contaminación cruzada y es difícil asegurar con seguridad que es apta para dietas sin gluten. Pero merece la pena buscar marcas que tengan el sello acreditativo, ya que es uno de los cereales más interesantes y versátiles del mercado. Asociado a las gachas y al porridge, tambien al muesli y a la dieta de deportistas, la avena es sin duda mi cereal favorito.

Hoy es un producto de lo más común, pero cuando yo era pequeña y mi padre, como buen suizo, la buscaba en tiendas, no resultaba fácil de encontrar. La forma más conocida son los copos, que pueden ser de diferente tamaño, pero también podemos comprarla en grano entero o en forma de harina. En realidad es fácil hacer harina de avena casera triturando los copos con una picadora o molinillo corriente. Tiene un sabor dulzón pero suave perfecto para todo tipo de dulces, panes y otras masas. Los copos y los granos enteros cocidos añaden un punto de textura muy rico en crumbles, streusels, barritas de cereales, mezclas de muesli y granola e incluso en rebozados.

Como se puede comprobar, en realidad hay más cereales y granos naturalmente libres de gluten que al contrario. Los celíacos tienen muchas opciones saludables para su alimentación diaria, y aquellos que sí podemos consumir gluten también podemos sumarlos a nuestra dieta para darle más variedad y descubrir sabores y texturas nuevas. ¿Cuál es vuestro cereal favorito?
https://www.directoalpaladar.com/in...granos-sin-gluten-para-celiacos-y-no-celiacos
 
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Fibonacci haciendo de las suyas. MÒNICA ESCUDERO

ARROZ
ARROZ INTEGRAL CON BRÓCOLI Y REFRITO DE AJO Y PIMENTÓN
  • MÒNICA ESCUDERO 24/01/2018

  • Hay un tipo de col que se llama romanesco, cuya característica principal es tener una preciosa estructura en forma de fractal, capaz de dejarte atrapado mirándolo durante horas como un conejo cuando ve las luces largas. Pero no hemos venido a aquí a hablar de psicodelia, sino de comida, y lo que vamos a preparar podrías hacerlo también con un brócoli que no te haga pensar que has confundido el orégano con marihuana.

    Prepararemos este brócoli al dente, dorado y fresco sin tener que hervirlo ni usar la vaporera, simplemente con una sartén, una tapa y una evaporación rápida. Para acompañarlo, un poco de arroz integral -puede ser redondo, salvaje, rojo, venere o el que prefieras: solo asegúrate de conocer su tiempo de cocción-, una cebolla que aporte melosidad y un refrito para darle vidilla. Si en lugar de arroz tienes un resto de puré de patata, quinoa, pasta o cuscús, ni se te ocurra tirarlos: todos esos ingredientes -y muchos más- pueden formar parte de este plato con éxito rotundo.

    El refrito es un clásico entre los más clásicos, a base de ajo dorado en aceite, pimentón rojo y un toque de vinagre, pero aquí también puedes meter cucharada usando lo que tengas o lo que prefieras. Puedes cambiar el pimentón por curry, tomillo, romero, ras el hanout, orégano o cualquier especia en polvo que te guste. Tienes que asegurarte de que solo se dora unos segundos mientras la remueves, y no se quema: en ese caso amargaría y la receta entera se iría al garete.

    Este es uno de esos platos en los que vale la pena utilizar el perejil como ingrediente de pleno derecho, en lugar de ser un mero aderezo o algo para decorar. Una generosa cantidad de hojas de esta aromática, enteras o troceadas, quedan fabulosas en ensalada, platos de pasta, salteados o sopas. Solo hay que ponerlas justo antes de servir el plato para que no se queden blandurrias -como haríamos con el cilantro, la menta o la albahaca- y listo.

    Dificultad

    No es ni un salteado, por el amor de Dior.

    Ingredientes

    Para 4 personas
    • 150 g de arroz integral
    • 1 brócoli mediano (unos 600 g)
    • 1 cebolla grande
    • 2 dientes de ajo (o más o menos, al gusto)
    • 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
    • Un chorrito de vinagre de jerez
    • Pimentón ahumado dulce o picante al gusto (yo usé una cucharadita, mitad y mitad)
    • Sal
    • Perejil al gusto
    Preparación
    1. Hervir el arroz integral en abundante agua caliente con sal durante unos 25 minutos (o lo que indique el fabricante).
    2. Limpiar el brócoli y separarlo en arbolitos pequeños. Pelar el tronco y cortarlo en rodajas de medio centímetro aproximadamente. Ponerlos en una sartén grande a fuego alegre, verter medio vaso de agua y tapar. Esperar dos minutos a que se consuma, remover y repetir la operación.
    3. Añadir dos cucharadas de aceite, la cebolla picada y dar vueltas durante tres minutos.
    4. En un cacito, dorar los ajos laminados en cuatro cucharadas del aceite de oliva a fuego medio. Cuando casi estén listos añadir el pimentón y poco después y fuera del fuego un chorro de vinagre (cuidado con las salpicaduras).
    5. Añadir el arroz ya escurrido a la sartén del brócoli y la cebolla, añadir el refrito, rectificar de sal y dar un par de vueltas para que se mezcle bien. Servir con perejil al gusto por encima.
  • https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2018/01/17/receta/1516224613_072433.html
 
Cereales: ingredientes básicos en una dieta saludable
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Llamamos cereales a los granos o semillas de las gramíneas que según las recomendaciones para la alimentación humana, deben ser ingredientes básicos en una dieta saludable, por eso, hoy profundizamos en ellos y te contamos las mejores opciones para cuidar al organismo mediante las comidas.

Cereales: fuente principal de energía en nuestra dieta
Los hidratos de carbono son el nutriente predominante entre los cereales, es decir, la mayor parte de las calorías que ellos aportan derivan de los hidratos complejos, y dado que en nuestra dieta se aconseja que la fuente principal de energía sean los hidratos, los cereales no pueden faltar en una alimentación saludable.

Bajo la denominación de cereales podemos incluir al trigo, la cebada, el centeno, la espelta, la avena, el maíz, el arroz y derivados de éstos, los cuales ofrecen entre 40 y 80 gramos de hidratos de carbono complejos por cada 100 gramos, siendo el aporte de proteínas de entre 6 y 12 gramos en igual cantidad de alimento, mientras que el aporte de grasas es muy bajo en la mayor parte de los cereales.

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Así, en ellos podemos encontrar el nutriente básico en una dieta saludable y aunque podemos escoger cantidades variables para incluir en nuestra mesa, éstos no pueden faltar si queremos cuidar la salud del organismo.

Muchos más que energía en los cereales
Como ya hemos dicho cuando hablamos de las pastas, los cereales son mucho más que energía, y si bien el nutriente que predomina son los hidratos de carbono, en ellos podemos encontrar valiosos minerales y vitaminas para la salud del organismo.

Por ejemplo, la mayor parte de los cereales ofrece gran variedad y cantidad de vitaminas del complejo B que ayudan al funcionamiento del sistema nervioso y muscular, así como intervienen en el metabolismo y en el trabajo cerebral.

También destaca el contenido de potasio, magnesio y fósforo, que es mayor a menor grado de refinamiento al igual que la fibra, por lo tanto, contienen mayor proporción de minerales los cereales integrales, quienes también por tener más fibra, tienen menor índice glucémico y son los más aconsejados si estamos en planes de perder peso, de prevenir enfermedades cardiovasculares, de tratar dislipemias o de controlar una diabetes.

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Algunos cereales en particular, como es el caso de la avena, contienen gran cantidad de calcio, mientras que en otros también podemos encontrar carotenos, como es el caso de la harina de maíz.

Y en los cereales integrales, además de más minerales, fibra y vitaminas, podemos encontrar buenos antioxidantes como vitamina E o selenio.

Como podemos ver, en los cereales podemos encontrar mucho más que energía y por ello, son ingredientes básicos en una dieta saludable.

Los mejores cereales para tu salud
Como hemos dicho, los cereales son un gran grupo de alimentos que si bien comparten características muy similares, también pueden diferenciarse notablemente entre sí.

Por ello, a continuación te mostramos los mejores cereales para tu salud, en función de las necesidades y condiciones biológicas de cada uno:

  • Para un plan de pérdida de peso: la mejor alternativa para una dieta que permita adelgazar son sin duda los cereales integrales que contienen más fibra y proteínas, sacian más y no dejan de ofrecer buenos nutrientes con un bajo índice glucémico. Asimismo, es conveniente consumirlos al dente y combinados con otros alimentos, por ejemplo, con vegetales
  • Para celíacos: si se requiere la eliminación del gluten de la dieta, como es el caso de los celíacos, podemos recurrir al maíz y al arroz así como a sus derivados para elaborar platos saludables.
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  • Para personas con diabetes: si se busca controlar los valores de glucosa en sangre, una excelente alternativa son los cereales integrales, el centeno y la avena, que tienen alto contenido en fibra y bajo índice glucémico.
  • Para tratar dislipemias o colesterol alto: en estas circunstancias siempre es mejor incluir alimentos ricos en fibra y con grasas buenas, por lo tanto, vuelven a ser la mejor alternativa los cereales integrales en todas sus versiones, ya sea un pastel de harina integral, arroz integral o pan integral.
  • Para deportistas: en los deportistas las fuentes de hidratos son muy importantes, pero tampoco deben faltar proteínas y micronutrientes, por eso, además de los cereales integrales, siempre es conveniente consumir los cereales al dente, que se absorben lentamente y permiten que la energía permanezca más tiempo en nuestro cuerpo.
  • Para quienes tienen gastritis: si buscas cuidar tu estómago y el aparato digestivo, todos los cereales son apropiados, ya que se absorben relativamente fácil y sobre todo los que tienen menos fibra, no implican gran trabajo digestivo
Claramente los cereales pueden adaptarse a nuestras necesidades y siempre cuidando las cantidades, pueden incluirse en todo tipo de dietas saludables, siendo ingredientes básicos para nuestras preparaciones.

Además, los cereales son económicos, versátiles y pueden permitirnos resolver una comida entera en pocos minutos.
https://www.directoalpaladar.com/salud/cereales-ingredientes-basicos-en-una-dieta-saludable
 
Receta de arroz con leche cremoso exprés
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Me encantan las recetas con tradición e historia como el arroz con leche, postre habitual para acabar toda comida que se precie en Asturias. Aquí es famoso por su cremosidad y su sabor obtenido de una cocción lenta y a base de remover durante un mínimo de dos horas, pero para conseguir ese punto muchas veces necesitamos un tiempo del que no disponemos en nuestra vida de locos. Bueno, o eso creía, porque hoy os traigo una receta de arroz con leche cremoso exprés que hará que con mucho menos minutos consigamos esa textura tan buscada.

El secreto, una leche entera cremosa de botella y un toque pequeño de nata, así como hervir unos minutos en agua nuestro arroz siempre de grano redondo. Con ello lograremos cuando enfríe, un arroz con leche cremoso y en la mitad de tiempo y ya nunca más será un postre que os de pereza hacer.

Ingredientes
  • 700 ml de leche entera pasteurizada de botella no de tetra brick, 200 ml de nata para montar, 180 g de arroz redondo, 6 cucharadas soperas de azúcar, 1 palo de canela en rama.
Cómo hacer arroz con leche cremoso exprés
Comenzaremos colocando a fuego muy suave una olla de fondo grueso con la leche, la nata y la rama de canela. Aparte pondremos una olla con bastante agua a hervir, cuando comience a borbotear añadimos el arroz y lo dejamos cocer durante diez minutos a fuego fuerte. Una vez pasado el tiempo, lo escurrimos, y lo añadimos a la leche y la nata.

Subimos un poco el fuego y cocemos todo durante veinticinco minutos removiendo de vez en cuando. Le añadimos el azúcar y cocemos cinco minutos más, ahora sí removiendo seguido para que no se pegue. Separamos del fuego y vertemos en cazuelitas o en una fuente grande.

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Tiempo de elaboración| 40 minutos
Dificultad | Fácil

Degustación
El arroz con leche cremoso exprés se suele tomar a temperatura ambiente o frío como postre. Se le puede añadir un extra de canela en polvo por encima o añadirle una cucharadita de azúcar en la superficie y requemarlo con un soplete de cocina. Lo cierto es que vais a sorprenderos con lo cremoso que queda en tan poco tiempo y casi sin remover, y no lo digo yo sola, también “auténticos catadores asturianos de siempre” acostumbrados a la receta tradicional.
https://www.directoalpaladar.com/postres/receta-de-arroz-con-leche-cremoso-expres
 
Receta de pasta integral con pimientos asados y tapenade
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Recetas de pasta habré probado cientos, algunas las hago una vez y nunca más las vuelvo a repetir, y otras forman parte de mi recetario de diario como esta de pasta integral con pimientos asados y tapenade, especial para cuando me apetece algo ligero, sin carne, y con todos los beneficios de la pasta integral.

Yo por lo general suelo asar los pimientos en casa, pero si estáis apurados de tiempo reconozco es lo más tedioso de la receta, así que si conseguís una buena conserva de pimientos al horno, podéis tranquilamente emplearla y evitar el paso del asado.

Ingredientes para cuatro personas


  • 400 g de pasta integral de vuestro gusto, 2 pimientos rojos asados, 80 ml de aceite de oliva, 145 g de aceitunas negras, zumo de medio limón, 4 hojas de albahaca, ½ diente de ajo, 30 g de almendras, sal y pimienta.
Cómo hacer pasta integral de pimientos asados y tapenade
Si vais a asar los pimientos en casa, precalentar el horno a 200 grados, lavaremos los pimientos y los colocamos en una bandeja cubierta de papel sulfurizado. Horneamos durante media hora. Una vez que pase el tiempo, los envolvemos en papel de aluminio y los pelamos y cortamos en tiras.

Por otra parte, en un bol mezclamos el aceite, el ajo, la sal, la pimienta, las hojas de albahaca, las aceitunas negras, el zumo de limón y las almendras. Trituramos con una batidora hasta formar la tapenade.

Cocemos la pasta integral según las instrucciones del fabricante, la escurrimos y la echamos en una ensaladera junto con los pimientos asados en tiras y la tapenade.

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Tiempo de elaboración | 45 minutos Dificultad | Fácil

Degustación
La pasta integral con pimientos asados y tapenade es un plato que se puede servir tanto caliente como frío, dependiendo de nuestro agrado. Os recomiendo que probéis esta receta tan mediterránea, creo que como a mí os va a encantar.
https://www.directoalpaladar.com/re...asta-integral-con-pimientos-asados-y-tapenade
 
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Crujientes y listas para mojar. STOMAKO


EMPANADILLAS CHINAS DE SETAS Y VERDURAS

Arranca la temporada de setas con estas empanadillas orientales de shitake o, en su defecto, de champiñón. Montarlas tiene un poco de truco, pero seguro que a la tercera ya te salen perfectas.

RUBÉN LEÓN Y GUIYE COMÍN / STOMAKO


Nos pirran los dumplings, gyozas, empanadillas asiáticas, o como os dé más rabia llamarlas. Tal vez podríamos referirnos a ellas como “las primas lejanas de nuestras queridas croquetas”, ya que también se puede preparar a cascoporro y congelar para su uso durante un buen par de meses.

La masa de estas empanadillas asiáticas se pueden encontrar sin problema en supermercados orientales en la sección de congelados. Para los menos iniciados -o los que tenéis un acceso complicado a este tipo de ingredientes- os proponemos una sencilla alternativa: las masas de empanadilla tradicionales que podéis encontrar refrigeradas en cualquier supermercado. No son lo mismo, pero si queréis empezar a hacer pinitos en la materia es un buen primer paso.

Sabemos que los dumplings y gyozas se suelen comer hechos al vapor a la plancha (avisamos, por si alguien quiere acusarnos de falta de rigos). Nosotros las freímos por que buscamos un punto más crujiente, similar a las empanadillas de nuestras madres pero con un relleno mas exótico. Si se quieren hacer a la plancha lo ideal es mojar ligeramente las empanadillas en aceite, ponerlas en la sartén antiadherente caliente, cubrir con un poquito de agua, tapar 2 minutos y retirar cuando el agua se haya evaporado y se hayan dorado.

Para tener un relleno sabrosón hay que sofreír bien los shitakes, o champiñones en su defecto; pero también es importante no pasarse con la cocción para mantener las verduras crujientes. El paso más delicado de la receta es armar los dumplings: tiene algo de maña la cosa, pero una vez se hacen unas cuantas empiezan a quedar bonitas. Aquí tenéis un video en el que grabamos a Oscar Cabezas, un pedazo de cocinero que nos enseña al detalle cómo se cierran.

Para mojar las empanadillas proponemos algo bien sencillo: una mezcla de salsa de soja, un poco de de vinagre de vino y una pizca de guindillas secas o en copos. Podéis añadirle sésamo, cebollino o cebolla picada, dejar unos dientes de ajo y un poco de jengibre marinando un rato en la salsa y jugar con las proporciones a vuestro gusto: como os guste, estará bien.

Dificultad

Menos que decir bien cocretas.

Ingredientes

Para 24 empanadillas

24 obleas para dumplings o empanadillas
    • 500 g de shitake frescos
    • 100 g de col china
    • 10 gr de jengibre fresco
    • 1 zanahoria mediana rallada
    • 80 g de puerro picado en brunoise
    • 1 cucharada sopera de maizena
    • Un buen puñado de cilantro fresco (opcional)
    • Aceite de oliva
    • Sal
Preparación

Sofreír un par de minutos las setas con un poco de aceite a fuego vivo. Añadir el resto de verduras, el jengibre y el cilantro -si se quiere usar- y saltear un minuto más. Dejar enfriar.
    • Colocar las verduras en un bol y espolvorear con la maizena. Mezclar bien hasta que quede homogéneo.
    • Armar los dumplings y freírlos en aceite de girasol a 180º hasta que se doren.
    • Acompañar de la salsa que sugerimos o simplemente salsa de soja.

  1. https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2017/09/26/receta/1506419683_894361.html
 
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