RECETAS DE COCINA

ALÓ COMIDISTA: "¿HAY QUE TIRAR EL LÍQUIDO DE LAS CONSERVAS?"




Aló Comidista:


Las sardinitas, qué ricas sooon.. MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA



MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA

Aló, Comidista vuelve como un clavo a su cita mensual. En este consultorio vale todo: dudas culinarias, enigmas gastronómicos, problemas psicológicos, cuestiones metafísicas y dramas de la vida contemporánea. Sólo tenéis que enviarme un mail a elcomidista[arroba]gmail.com. Responderé a vuestras chorradas preocupaciones el primer viernes de cada mes, salvo festivos, puentes, enfermedad grave o fallecimiento.

Antonio: ¿Hay que tirar el "agua" de los frascos de conserva y pasar por el agua del grifo el alimento de turno antes de utilizarlo? Hasta ahora yo lo hacía pero últimamente he leído opiniones a en contra y me ha surgido la duda.

Querido Antonio, el agua de las conservas es perfectamente comestible. Otro asunto es que te guste más o menos o que te interese para cocinar un determinado plato. Yo lo uso, por ejemplo, en uno de los aperitivos más adictivos que existe, la crema de berberechos para untar, y también trato de aprovechar siempre el aceite de las latas de conserva de pescado, con el que pueden salir unas mayonesas tuneadas o unos aliños brutales. Si la conserva es fiable y de buena calidad, desperdiciar ese caldillo con todo el sabor y los nutrientes que lleva me parece un crimen. Si es una conserva cutrilla y el líquido sabe un poco a Quimicefa, lo tiro.


 
La mejor boloñesa que has comido en tu vida, durante el confinamiento
Es uno de los platos italianos más cocinados en España, y con razón. La fórmula rápida es sencillísima (carne, tomate frito y a correr). Pero su potencial es tan enorme que no aprovecharlo es una auténtica afrenta culinaria


Foto: Foto: Unsplash/@nerfee.



Por
Álvaro Hermida
03/04/2020


Ya hemos superado (de largo) los 100.000 casos y los 10.000 fallecidos por el Covid-19. Las cifras son absolutamente aterradoras y el fin de los días de confinamiento está todavía lejos. La falta de información o, en su defecto, el exceso de información falsa nos hace la vida mucho más difícil de lo que ya es. Las tensiones en casa se acumulan, la soledad nos agobia y echamos de menos la interacción humana, a la que hemos renunciado, cívicamente, en favor del distanciamiento social tan necesario para poner freno a esta terrible epidemia.

Sí, en efecto, el escenario es pésimo y nuestro optimismo es uno de los primeros caídos en combate. Es por ello por lo que debemos encontrar cualquier tipo de alegría que nos pueda hacer más llevadera la estancia prolongada en nuestro hogar. Por suerte para nosotros, desde Italia llega una de las recetas capaces de cumplir, con creces, este cometido: los espaguetis a la boloñesa.

Cierto es que podemos preparar unos de andar por casa, con tomate frito, un poco de carne y a correr, pero si queremos, por un lado, estar orgullosísimos de lo que hemos creado y, por el otro, disfrutar de una de las mejores boloñesas de nuestra vida, podremos seguir esta receta que, como los buenos juegos de mesa, hará las maravillas de 2 a 99 años de edad.


Ingredientes
  • Medio kilo de carne picada (mezcla)
  • Una cebolla (grandecita)
  • Dos zanahorias
  • Dos dientes de ajo
  • Apio
  • 5 tomates grandes (buenos, ya sean pera, raf o los que encontremos que tengan sabor de verdad)
  • 150 ml de vino blanco seco
  • Agua

Foto: Unsplash/@shootdelicious.


Foto: Unsplash/@shootdelicious.


  • Aceite de oliva
  • Espaguetis nº 5
  • Mantequilla
  • Orégano
  • Pimienta
  • Sal
  • Dos hojas de laurel
Preparación
  1. Pasta y salsa se elaboran de forma separada, no como esas barbaridades que hacen los estadounidenses (sí, mac and cheese, me refiero a ti). Para la pasta, poner a fuego alto (hasta que hierva) una olla con dos litros de agua, el laurel y un puñado de sal. Cuando hierva, añadiremos la pasta y reduciremos el fuego a un término medio (si el máximo es 10, a un 6 o 7).
  2. Mientras esperamos a que se haga la pasta, pelaremos zanahorias y quitaremos el núcleo de los tomates (que si son 'feos' y naturales estará durísimo y entero a pesar de pasar cocinándose horas y horas) para después picarlos junto al apio (lo más fino posible, con lo que una picadora eléctrica puede sernos de utilidad).
  3. Cortamos la cebolla en brunoise y con esta y los dientes de ajo picados, en una sartén con una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra, hacemos un sofrito añadiéndole la otra hoja de laurel.
  4. Antes de que empiecen a dorarse, añadimos la carne con el objetivo de esparcirla y sellarla (que no cocinarla, pues la idea es hacer un guiso).
  5. Cuando no queden porciones claramente crudas en la parte exterior de la carne, añadiremos el tomate, la zanahoria y el apio picados.
  6. Tras un minuto, llegará el momento de sumarle el vino blanco, una cucharadita de pimienta y el orégano.
  7. Llega lo complicado. El vino se echa primero con el objetivo de que sea absorbido en su forma más concentrada por el resto de ingredientes, pero se evaporará a la velocidad del rayo. En este momento es cuando deberemos añadir el agua. Lo ideal es hacerlo poco a poco, de tal modo que no corte la cocción.
  8. Aquí, hay que bajar el fuego lo que podamos, hasta el punto mínimo en el que siguen saliendo burbujas de la ebullición pero poco más.
  9. La idea es reducir, poco a poco, la salsa hasta que nos quede densa y sea muy difícil diferenciar los ingredientes que la componen. En ese momento, estará lista.
  10. Debemos tener en cuenta que tiene que coincidir la finalización de la pasta(que tarda menos de 10 minutos en hacerse) con la de la salsa (que nos llevará un mínimo de media hora).
  11. Cuando los espaguetis estén hechos -olvidemos las 'técnicas' de lanzamiento contra pared y demás sinsentidos, lo que funciona de verdad es probarlos para comprobar que están 'al dente'-, los escurriremos y les añadiremos una pequeñísima cucharadita de mantequilla para evitar que se peguen entre sí mientras se enfrían.
  12. Serviremos los espaguetis primero y, por encima, un buen cucharón de la salsa.

El truco final
El 'queso' rallado del súper está bien para emergencias. Si nos hemos esforzado tantísimo para llevar a cabo esta preparación, profanar nuestro esfuerzo con este preparado lácteo es poco menos que un sacrilegio. Lo ideal es comprar una cuña de parmesano reggiano y rallarlo encima del plato justo antes de comer. Este añadido es como la guinda de un pastel, a la vez insignificante y fundamental.

 
PLATOS DE PASTA SANOS Y FÁCILES PARA EL CONFINAMIENTO


¿Tienes los armarios de la cocina llenos de pasta y ya no sabes con qué combinarla? Aquí tienes una guía para no caer en la aburridísima lata de atún o el socorrido pero poco sexy bote de tomate frito.




JORDI LUQUE
01/04/2020

¿Se te ha ido la mano comprando macarrones, fusilli o tagliatelle y ahora te preguntas qué hacer con ellos? ¿Estás harto de hervir la pasta y volcar encima una lata de atún desabrida o un bote de tomate frito que te transporta al comedor escolar? No sufras porque esas decenas de paquetes de pasta seca que duermen en un armario de la cocina pueden proporcionar muchas alegrías si sabes cómo tratarlos.

Eso sí, antes de empezar te recomendamos leer los consejos de las hermanas Simili, dos leyendas de la cocina italiana, que veas este vídeo para ahorrarte los errores más comunes al cocinar pasta y que tengas en cuenta que la pasta es una fuente de carbohidratos muy carbohidratada, intenta combinarla con bastantes verduras y un poco de proteína y seguir unas proporciones razonables. Por razonable se entiende una ración de pasta por persona de entre 80 y 100 gramos.


Menos es más
La pasta tiene un sabor neutro y va bien con todo, pero eso no significa que tengas que echarle todo. Como decíamos en este artículo donde reunimos recetas tan treméndolas como unos rigatoni con brócoli, setas, cebolla y gorgonzola u orecchiette con berenjena, ajo, tomate y mozzarela: “Con 4 ingredientes –o menos– y una buena pasta puedes preparar unos platazos de caerte de culo”.

Puedes elegir ingredientes que combinen algo salado –como unas aceitunas, anchoas o alcaparras–, con algo un poco dulce y un poco ácido como tomates Cherry o passata y un elemento aromático; pongamos que albahaca, peladura de limón rallada o ajo. Esta receta de pasta con tomate, ajo y anchoas es un buen ejemplo, como este fresquísimo plato de pasta corta con tomatitos Cherry, albahaca y ralladura de limón.

Para darle una vuelta de tuerca al esencialismo, nada mejor que unos espaguetis con ajo y cayena, el aglio e peperoncino di tutta la vita, son la quintaesencia del minimalismo pastil; y la receta no puede ser más fácil, sencilla y sabrosa. Para cuatro personas, blanquea cuatro dientes de ajo tres veces; luego tritura el ajo con 100 ml de agua y de aceite hasta obtener una crema. A continuación, pon a hervir el agua con sal y, mientras se hace la pasta, calienta la pasta de ajo en una sartén grande con abundante perejil picado, una o dos guindillas secas picadas y sal al gusto. Cuando la pasta esté en su punto, cuélala y mézclala en la sartén con la salsa de ajos y guindillas. Sírvela inmediatamente con un poco más de perejil picado por encima.



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Con cuatro cosas. EL COMIDISTA



Aprovecha el fondo de nevera (o armario)
Si tienes un trozo de calabacín tristón por la nevera puedes convertirlo en el coprotagonista de un platazo junto a un poco de panceta. Si no tienes panceta, puedes usar cualquier otro derivado del cerdo que contenga un poco de grasita y algo de magro, como jamón picado o unas salchichas.
Al principio he disparado contra la lata de atún pero combinándola con yemas de huevo y alcaparras –si no tienes puedes sustituirlas por unas aceitunas picadas– te marcarás una pasta con salsa de atún que no puede ser más fácil de preparar, tienes la receta en este vídeo, pero ahí va: pica una cebolla y pochala en la sartén con bien de aceite durante cinco minutos. Luego añade el atún y desmenúzalo con una cuchara de madera, una espátula, etc. Sube el fuego a tope y añade 200 ml de vino blanco. Deja evaporar el alcohol, añade 125 ml de caldo de pescado y una cucharada de zumo de limón. Cuando espese, echa las alcaparras y 360 gramos de pasta larga hervida. Mezcla bien, añade dos cucharadas de nata y dos yemas batidas, vuelve a mezclar y listo.
¿Que lo que se te están muriendo de aburrimiento en la nevera son unos champiñones? Tira de esta receta de pasta con champiñones, bonito y anchoas y además sacarás brillo a un par de conservas.



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Ese calabacín tiene mucha vida. EL COMIDISTA




Tira de clásicos
La pasta al pesto, la mal llamada boloñesa –es ragú– o la carbonara son clasiquísimos que aportan mucha felicidad y carecen de dificultad (bueno, el ragú es algo laborioso, pero pongamos que estás confinado y tienes tiempo).

Empecemos por el pesto. Además de ser una salsa polivalente que tanto te sirve para aliñar una sepia o alegrar unas zanahorias, también tiene las virtudes de hacerse con la gorra y admitir infinitas variaciones. En este vídeo te contamos tres recetas: la canónica, una elaborada con cilantro y avellanas y la roja, que se prepara con tomate seco. Luego solo tienes que mezclarlo con tu pasta favorita y comerla en frío o caliente. Si quieres llevar tu pesto un poco más allá, puedes preparar esta pasta corta con pesto de mejorana y aceitunas –si no encuentras mejorana estos días, tira por cualquier otra hierba verde– o esta ensalada de pesto de aguacate. Y ya para elevar la cosa a otro nivel, prueba éste de alcachofas y nueces: es un locurón.

La carbonara es food porn italiano en estado puro. La puedes preparar con setas, con anchoas, judías y espárragos e incluso a la marinera, pero si te inclinas por la ortodoxia te recomendamos que veas este vídeo en el que ponemos a prueba cuatro recetas de cocineros famosos. Necesitarás huevos, panceta, queso curado y pimienta.



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No es pesto con cosas, ojo. CLARA PÉREZ VILLALÓN



La salsa –o ragú– boloñesa requiere más ingredientes que las anteriores y tiene una preparación más larga pero la mayor parte del tiempo es de horno, así que no tienes que estar demasiado pendiente de ella. Aquí contamos cómo se elabora una versión bastante fiel a la tradicional del norte de Italia pero hay alternativas, como esta receta de ragú de cordero o esta versión facilísima elaborada con costilla de cerdo.

Por cierto, si quieres tirar de otro tipo de clásicos, aquí tienes tres recetas de mammasiciliana y unos espaguetis con albóndigas sacados de El Padrino que puedes hacer así: coge una sartén y dora ligeramente dos dientes de ajo en una cucharada de aceite. Añade 750 g de tomate natural –o en conserva– triturado a lo bruto junto a 170 g de concentrado de tomate. Remueve y cocina 10 minutos a fuego alegre sin que el contenido se pegue a la sartén y añade 250 g de albóndigas y 2 salchichas grandotas y troceadas. Añade un chorretón de vino, una cucharada de azúcar y salpimenta al gusto. Luego deja reducir la salsa a fuego lento durante 20 minutos, corrige de sal y añade una cucharada de orégano o albahaca fresca bien picada. Cuece 400 g de salsa y sírvela con una cucharada de salsa.


También en frío
Las ensaladas de pasta pueden ser un horror si tiramos de maíz de lata, jamón cocido y aceitunas rellenas , pero tienen su gracia si aplicas cierto criterio.
Como son un mundo aparte, hay que empezar por el principio, es decir, por leerse este artículo con consejos para perfeccionarlas: consejos como cocer la pasta un poco más de lo conveniente para no encontrarla dura cuando se enfríe y prescindir de farfalle y fusilli en favor de otros tipos de pasta, normalmente, corta



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¿Ensalada?. EL COMIDISTA



Estas tres recetas –con calabacín y champis, con judías blancas y tomatitos confitados y una pseudocésar– no se quedan cortas en lo que a hacer salivar bocas se refiere y esta última, con paté y encurtidos, te puede ayudar, además, a abrir alguna lata que tenías guardada: doble combo.
Ya entrados en materia, ahí van algunas recetas. Estos espaguetis fríos con tomate no sé si son una ensalada en sentido estricto, pero se le parecen y están buenísimos. Se preparan así: Lava los tomates, quítales el tallo, hazles una cruz con un cuchillo en el culo y escáldalos en agua hirviendo diez segundos. Pásalos a un bol con agua helada, enfríalos, pélalos, despepítalos y córtalos en dados pequeños. A continuación, junta el tomate en un bol con 6 cucharadas de aceite, media cucharada de tomillo seco y otra media de orégano y un diente de ajo aplastado. Remueve, tapa con film y deja que marine durante una hora como mínimo. Cuando llegue la hora de comer, hierve 350 gramos de espaguetis, cuélalos y reserva un cazo de agua y deja enfriar. Corta otro ajo por la mitad y frota la fuente o el plato donde lo vayas a servir. Junta los espaguetis con su agua de cocción, saca el ajo del tomate picado y añádelo a la pasta y remueve bien para que todo se impregne. Si quieres ir más allá, añade un poco de chorizo picado.


 
COCINA EN DIRECTO: ARROZ CONFINADO
Si creías que no haríamos más directos, te equivocabas. Este sábado hemos cocinado en vivo un arroz confinado. Aquí tienes el vídeo por si te lo has perdido.


Cocina en directo: arroz confinado - YouTube




Primero fue la tortilla de patatas. Luego, los macarrones gratinados con tomate y chorizo. Y ahora llega otro superclásico de la cocina española: el arroz. Como lo de tomar este plato por la noche es un poco raro, cambiamos de día y movimos la retransmisión al sábado, a las 13.00 (hora peninsular), para comérnoslo a las 14.00. Lo podéis ver en esta misma página, en el vídeo de arriba.


Aunque era un arroz seco y nos basamos más o menos en la receta de la paella, ni la llamamos así ni pretendimos acercarnos a lo que es una auténtica paella valenciana. De hecho, a los que cocinábais en casa os animamos a ponerle los ingredientes que os salieran del garrofó, o directamente lo que tuviérais en la nevera. Vamos, que lo nuestro tiró más para el arroz con cosas, pero bien hecho. Y como siempre, sugerimos prepararlo en versión vegetariana.


El jasca elegido para esta ocasión fue #ArrozConfinado. Si lo hicisteis o lo hacéis en casa, sacadle fotos y compartidla con él en las redes sociales. Por supuesto, también estuvisteis invitadisimos a preguntar dudas o comentar en el chat durante el directo: intenté contestar en la medida de mis posibilidades.

Éstos fueron los ingredientes necesarios. Importante: son para 2 personas; si sois más, multiplicad, que para algo os enseñaron matemáticas en la escuela.


ARROZ CONFINADO VERSIÓN CON CARNE

Para 2 personas

  • 200 g de arroz
  • 250 g de pollo sin piel pero sin deshuesar en trozos pequeños (sustituible por cualquier otra carne)
  • 200 g de costilla de cerdo en trozos pequeños (ídem)
  • 2 alcachofas no muy grandes (sustituible por cualquier otra verdura)
  • 50 g de judías verdes (ídem)
  • 50 g de judías blancas cocidas (sustituible por garbanzos cocidos)
  • 100 g de tomate natural triturado o fresco rallado
  • 2 dientes de ajo sin pelar
  • 1/2 cucharadita de pimentón de la Vera
  • 1/2 de azafrán (si tienes)
  • 1/2 cucharadita de romero (ídem)
  • 1/2 litro de caldo de pollo o de agua
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta negra
ARROZ CONFINADO VERSIÓN VEGETARIANA

Para 2 personas

  • 200 g de arroz
  • Entre 300 y 400 g de verduras (guisantes, habas, zanahoria o calabacín picados, trozos pequeños de brócoli o coliflor, alcachofas, judías verdes...).
  • 50 g de judías blancas cocidas grandes (sustituible por garbanzos cocidos)
  • 100 g de tomate natural triturado o fresco rallado
  • 2 dientes de ajo sin pelar
  • 1/2 cucharadita de pimentón de la Vera
  • 1/2 cucharadita de azafrán (si tienes)
  • 1/2 cucharadita de romero (ídem)
  • 1/2 litro de caldo de verduras o de agua
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta negra
¿Y el instrumental? Con esto será suficiente:

  • 1 paella o sartén grande
  • 1 cazuela para calentar el caldo
  • Cuchillos
  • Tabla
  • Un paño limpio húmedo
VIDEO: https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2020/03/26/articulo/1585250845_155773.html
 
PASTA CREMOSA CON ALCACHOFAS Y SOBRASADA


Pasta cremosa con alcachofas y sobrasada



Preparamos una pasta cremosa como su fuera un risotto y la acompañamos con la verdura estrella de la temporada: la alcachofa. Para rematar, un toquecito de sobrasada fundida.




¿Otra receta con alcachofas? ¡Otra receta con alcachofas! Y las que quedan, ¿o es que no habéis visto nuestro logo? Mientras estén de temporada, estas inflorescencias -que vienen a ser capullos de una futura flor- no faltarán en nuestro recetario ni en nuestra mesa. Sobre todo cuando tenemos la suerte de conseguirlas de proximidad y recogidas casi en el mismo día gracias al Parc Agrari del Baix Llobregat, donde se cultiva una fabulosa alcachofa con D.O.


Si no tenéis ningún caldo decente a mano, simplemente disolved un par de cucharadas de miso en agua caliente: conseguiréis un sustituto muy digno para que la pasta tenga sabor (y color). Yo usé orzo, una pasta de origen italiano muy popular en la cocina griega esencial para el Yuvetsi, un plato donde se mezcla con un estofado de ternera en salsa de tomate y se gratina. Pero también podéis usar piñones e incluso una pasta más grande, como podéis ver en esta receta de fusili con setas y vermut.


Es una comida perfecta para sentar a la misma mesa a veganos, vegetarianos y omnívoros: solo tienes que apartar la ración vegana antes de añadir el queso y no poner la sobrasada en la de los vegetarianos. Es importante que el embutido esté a temperatura ambiente y no frío de la nevera, para que se funda con el calor residual (¿hay algo menos apetecible que la sobrasada fría?). Si queréis hacerlo sin carne, también podéis ser un poco más rumbosos con el queso: ahora que no nos oye nadie, podéis tranquilamente doblar los 40 g de la receta.

Que no os asuste no saber exactamente cuánto va a tardar en hacerse vuestra pasta, ni el líquido que va a absorber: como lo iremos añadiendo cacito a cacito, solo habrá que probarla pasado un tiempo prudencial y ajustarla poniendo más o menos caldo. El ajo asado le aporta un sabor profundo, y aunque no es imprescindible queda de muerte en esta receta, sobre una tostada con un poco de mantequilla o de todas las maneras que te puedas imaginar.

Dificultad

No hace falta tener un máster presencial.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 320 gramos de pasta pequeña (yo usé orzo)
  • Una cebolla grande
  • 6 alcachofas
  • Una cucharada rasa de ajo asado (opcional, pero recomendable)
  • 80 g de sobrasada
  • 40 g de queso parmesano, pecorino o manchego rallado
  • 100 ml de vino blanco seco
  • Unos 900 ml de caldo de verduras, miso o pollo
  • Aceite de oliva
  • Sal
  • Pimienta
Preparación

  1. Pelar y picar la cebolla fina y pocharla en una cazuela con un poco de aceite.
  2. Mientras, cortar las hojas exteriores y la parte de fuera del tallo de las alcacachofas, y cortarlas por la mitad a lo largo y cada mitad en tres. Añadirlas a la olla, subir un poco el fuego y dejar que se doren durante cinco o siete minutos, removiendo de vez en cuando.
  3. Añadir la pasta y dar vueltas durante un par de minutos más. Salpimentar y mojar con el vino, dejando que reduzca casi del todo.
  4. Añadir un cucharón de caldo caliente y remover. Repetir el proceso hasta que la pasta esté cocinada (el tiempo exacto y la cantidad de caldo depende del tipo de pasta que usemos, el orzo tardó unos 12 minutos).
  5. Añadir el parmesano y el puré de ajo asado -si se tiene- remover, emplatar y servir con la sobrasada por encima.
 
MENÚ PARA HOY: 'MINIPIZZAS' DE CALABACÍN PARA NIÑOS Y MAYORES


El calabacín ofrece muchas posibilidades



Si cuando ves un calabacín piensas automáticamente en cocinar una crema, te estás perdiendo muchas de las posibilidades de esta hortaliza, con la que incluso puedes hacer minipizzas. De regalo, un menú del día.


MIREIA FONT
06/04/2020


Calabacín en la nevera, crema de calabacín en el plato. No, no y no. Por favor, además de invertir todo nuestro tiempo de confinamiento en Netflix, aprovechémoslo también para salir de nuestra zona de confort culinario. Nuestros comensales lo agradecerán, especialmente los más pequeños de la casa. A lo mejor incluso conseguiremos que no tengamos que perseguirles cual Coyote detrás del correcaminos para que se sientan en la mesa.


¿Minipizzas de calabacín?

Sí. Pizza y críos; uña y carne; tal para cual. Una infancia sin este manjar no es infancia. Primera película de la saga Solo en casa; el detonante argumental es una pelea por una pizza entre Kevin Mc Callister (interpretado por Macaulay Culkin) y su hermano mayor. El pequeño es castigado en su dormitorio y la familia se va de vacaciones navideñas a Francia sin él por error. ¿Y cuál es uno de los momentos clímax del film? La escena en que Kevin usa los diálogos de una película de mafiosos para evitar que el repartidor de pizzas a domicilio le vea. Otra vez la pizza. Siempre la pizza. Y aquí estamos treinta años después del estreno de este clásico infantil hollywoodiense; solos en casa. Solos, solos; solos con compañeros de piso; solos con la pareja o… solos con niños. Que no cunda el pánico, tranquilos y continuad con el confinamiento. Podemos hacer que los benjamines del hogar se entretengan echándonos una mano en la cocina y coman sano.

¿Cómo?
Con un entrante muy resultón; estas sencillísimas mini pizzas que sustituyen la masa de harina por rodajas de calabacín y encima llevan salsa de tomate, mozzarella y orégano.

Repito: ¿Cómo?
Precalienta el horno a 190 grados. Corta el calabacín en rodajas diagonales de 5 mm (corte al bies, para ganar un poco de superfície). Pon papel de horno o de aluminio encima de la bandeja. Añade un poco de aceite y espárcelo bien con los dedos. Coloca las rodajas y hornea durante 10 minutos. Dales la vuelta y otros 10 minutos de horno. Retira la bandeja y con una cucharita echa un poco de salsa tomate, mozzarella, orégano, una pizca de sal y unas gotitas de aceite de oliva encima de cada rodaja. Dale cinco minutos finales de horno o los necesarios para que se funda el queso y se gratine un poco.
Si en lugar de elaborar varias mini pizzas prefieres hacer solo una más grande, para poder ponerle más ingredientes, corta las rodajas más finas para superponerlas y tener más superficie.

En mi casa no hay horno
Ningún problema. Pasa las láminas de calabacín por la plancha y por ambos lados. Transfiérelas en un plato; echa un poco de salsa de tomate, mozzarella, orégano y aceite encima y mételas al microondas a modo grill hasta que el queso esté fundido. Si tampoco tienes microondas simplemente tapa la sartén hasta que el queso se funda (aunque te perderás la parte gratinada, seguirá estando rico). También puedes darle la vuelta y tostar el queso directamente en la sartén, un consejo que solo aplica si la sartén en cuestión es antiadherente.

Tampoco hay calabacines
Pues usa berenjenas, aunque en este caso es posible que tengas que alargar el tiempo de cocción, sobre todo si las rodajas son un poco gruesas. También puedes hacerlo con patata, pero seguro que eso ya se te había ocurrido.

¿Y qué más?
De condimentos extra podemos usar zanahoria, pimiento, cebolla, atún, jamón york, salami, beicon o cualquier resto de embutido anchoas, aceitunas, mezclar diferentes quesos… Cualquier salsa para pasta está invitada a la fiesta -si es pesto, recuerda ponerla al salir del horno-, igual que los restos de guisos o estofados con carne y pescado (mejor con salsa, para que no se sequen, aunque el tiempo de cocción es corto). A diferencia de nuestra paciencia con los críos, la lista de ingredientes de esta receta no tiene límite.

¿Otras ideas con calabacín?
En El Comidista nos gusta hacer magia con esta aparentemente aburrida verdura y de nuestra chistera ya hemos sacado los calabaguetis, que puedes aliñar con tu salsa y queso favoritos y la parmigiana de calabacín que también puedes versionar a tu antojo. También somos firmes defensores de tomarlo en ensalada, por ejemplo a la moruna con un aliño alegre de ajo, pimentón, comino y un buen chorro de vinagre. En este caso va ligeramente cocido al vapor, pero también recomendamos tomarlo crudo, por ejemplo entre los palitos de verduras que usemos para picar hummus -normal, de remolacha y menta o de zanahoria asada- o labneh.

Rebozado o empanado también está para chuparse los dedos -como casi todo-, solo o acompañado de su inseparable prima, la berenjena. Como no sé si todos estáis haciendo tanto ejercicio en casa como los instagramers de turno, os informo de que la plancha también les va estupendamente, sobre todo si los alegras con una salsita de pimiento y almendras. Si has comprado yogures por encima de tus posibilidades, hay otra salsa que puedes hacer para acompañar estas ricas tortitas de calabacín y cebolla.



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Las tortitas en cuestión. RAQUEL BERNÁCER


 
Escalopines al cabrales.


Escalopines al cabrales. Receta asturiana




Ingredientes para Escalopines al cabrales
  • 8 escalopines de ternera 125 gr./ud.
  • 3 dientes de ajo
  • Perejil fresco
  • Para rebozar: 4 cucharadas de harina, 2 huevos y 3 cucharadas de pan rallado
  • Aceite oliva suave
  • Sal (al gusto)
  • 150 gr. queso Cabrales
  • 500 ml. leche entera
  • 1/2 cebolla
  • 75 ml. vino blanco

Cómo hacer escalopines al Cabrales. Una receta de rechupete que sin duda, uno de las recetas más tradicionales de la cocina asturiana.

Se trata de un plato que encontraréis seguro en prácticamente todas las casa de comidas o restaurantes de la región, un clásico muy presente en el día a día de la comunidad asturiana.

Como premisas básicas para una buena ración de escalopines al Cabrales son una carne de calidad y el conseguir una salsa equilibrada con el queso Cabrales, ni muy líquida ni con grumos, con su característico sabor sin que por ello se oculte la carne.

El queso de Cabrales es uno de los muchos que se hacen en Asturias, quizá el más conocido fuera de sus fronteras, propio del concejo de Cabrales y que desde 1981 cuenta con denominación de origen.

Es un queso azul que se elabora de forma artesanal a partir de leche de vaca, oveja y cabra y que tiene su proceso de maduración en cuevas situadas en los Picos de Europa.

El resultado final es un queso de olor penetrante, untuoso, cremoso y de color verde-azulado cuando está maduro. Este queso es perfecto para tomar untado en pan con unas sidrinas o para preparar este tipo de platos, como acompañamiento de carnes.

Si sois de los que os encanta este queso y buscáis una excusa para visitar Asturias, el último domingo de agosto se celebra en Arenas de Cabrales el Certamen del queso Cabrales. Así que ya sabéis, nos vemos por Asturies!

Y recordad que si os gusta la cocina asturiana en el blog podéis encontrar un montón de recetas. En Asturias no solo se come bien, sino que además en abundancia. Además de ser un paraíso natural, le acompaña un gran compañero, su gastronomía envidiable.



Preparación de los escalopines. Limpieza, rebozado y fritura
  1. Adobamos los escalopines con ajo y perejil y dejamos que se adoben durante 2 o 3 horas.
  2. Retiramos los ajos y el perejil y, mientras calentamos 5 o 6 cucharadas de aceite de oliva en una sartén, salamos y rebozamos los escalopines.
  3. Pasamos los escalopines por el clásico rebozado, pasándolos por harina, huevo y pan rallado.
  4. La harina ayuda a que el huevo se adhiera mejor a la carne, y el huevo actúa como pegamento para fijar el pan rallado.
  5. Hay quien da una capa y hay quien prefiere usar dos. Lo mejor es rebozar con una sola capa para que no sea demasiado grueso. Así resultan más ligeros y absorben menos aceite en la fritura.
  6. Para freír nos interesan aceites con alto punto de humo que se oxiden (quemen) menos.
  7. Esto depende de la calidad del aceite que empleemos. Yo os recomiendo un aceite de oliva virgen extra suave, por ejemplo un arbequina. Estos aceites nos permitirán freír a alta temperatura. Conseguiremos un empanado crujiente tras un corto proceso, por lo que el interior quedará más jugoso.
  8. Cuando tengamos todos los escalopines preparados calentamos abundante aceite en una sartén y los vamos friendo a temperatura media-alta. Siempre en tandas pequeñas para no bajar en exceso la temperatura del aceite.
  9. Es importante que el aceite no esté muy caliente al freírlos, así evitamos que se queden muy tostados por fuera y crudos por dentro. Los cocinamos 2 minutos por cada lado.
  10. Retiramos a una bandeja con papel de cocina para absorber el aceite sobrante. Reservamos.


Preparación de los escalopines al Cabrales. Salsa y presentación final
  1. Para preparar la salsa de queso comenzamos pelando y cortando la cebolla en brunoise, en daditos pequeño.
  2. Sofreímos la cebolla en una sartén con 3 o 4 cucharadas de aceite de oliva.
  3. La cocinamos a temperatura media-baja hasta que esté bien blandita, durante unos 15 minutos.
  4. Añadimos el vino al sofrito. Dejamos que se evapore el alcohol antes de incorporar el queso de Cabrales desmenuzado.
  5. Con ayuda de una cuchara de madera ayudamos a que el queso se vaya derritiendo mientras se cocina con la cebolla.
  6. Cuando el queso se haya desecho totalmente incorporamos la leche. Cocinamos a fuego medio hasta que vemos que ha comenzado a espesar.
  7. Comprobamos la sal y añadimos si es necesario.
  8. Tenemos que tener en cuenta que a medida que la salsa se vaya templando espesará un poco por lo que no es necesario que esté muy espesa para que esté lista.
  9. Incorporamos los escalopines que tenemos reservados a la sartén y los calentamos durante 4 o 5 minutos con la salsa.
  10. Ya veréis como los preparáis varias veces en casa para cenar porque son rápidos y muy sencillos.
Si os gusta este tipo de corte de carne para acompañar vuestros platos, podéis encontrar un montón de recetas de solomillo que seguro triunfan en casa.

Podéis ver todas las fotos del paso a paso en el siguiente álbum.
 
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