27/07/2019
LA ‘RUINOSA’ JUGADA QUE LE HA HECHO A SU “ADORADA” MADRE
Cuenta el biógrafo del jugador que el día del debut de su hijo, María Luisa Blanco, su madre, lloró por los insultos que le dedicaba la hinchada rival. “Es el pilar de la familia”. Por eso resulta extraño que el jugador del Madrid la dejara de liquidadora de una sociedad que vació para no tener que hacer frente a una deuda millonaria. A sus 75 años, podría acabar condenada. POR EDURNE URRETA
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El Eterno 7 del Real Madrid se había convertido ya en Mister 7, emulando a Zidane y poniendo rumbo hacia el banquillo del Santiago Berbabéu.
Su debut como entrenador de Segunda B no pudo ser mejor: Raúl se despidió con su primera victoria, rodeado de fans que le pedían autógrafos y selfies al grito de “¡Raúl, Raúl!”. Además de la victoria, el ex jugador se llevó a casa una placa que el equipo rival, la Gimnástica Segoviana, le entregó en homenaje a su carrera profesional.
Con una familia aparentemente perfecta y una trayectoria deportiva impresionante, Raúl estaría pasando por su momento más dulce si no fuera por el mazazo judicial que acaba de recibir. El ex futbolista del Real Madrid está acusado de graves delitos societarios en un proceso en el que también está implicada su madre, María Luisa Blanco, de 75 años, además de su cuñado, Carlos Redondo Sanz.
Ambos figuran como administradores de Europa Scar Sport SL (ESS), empresa con una deuda de 7,17 millones. Marisa, la madre de Raúl, una mujer sin estudios que ha ejercicio siempre de ama de casa, figura, además, como liquidadora de la empresa.
La Audiencia Provincial de Madrid ha decidido revocar un intento de archivo del caso y ha ordenado continuar el procedimiento contra el ex jugador por vaciar la empresa para evitar pagar la deuda. Raúl supuestamente ha cometido los delitos de insolvencia punible, apropiación indebida y delito societario, que pueden ser condenados incluso con penas de cárcel. Él niega todas las acusaciones.
¿Por qué figura la madre de Raúl como principal socia y administradora de sus empresas? Marisa Blanco ha acompañado a su hijo en sus aventuras empresariales desde el principio. En 1995 Raúl fundó su primera sociedad mercantil, 29 de octubre SL, dedicada a la compraventa y alquiler de bienes inmuebles. Al acto de constitución de la sociedad asistió su madre.
Un año más tarde constituyó Europa Scar Sport, con su agente Fermín Gutiérrez como administrador único, aunque fue cesado pocos meses después. En 2004 es su madre quien ocupa el cargo de administradora. Además, Marisa tenía también plenos poderes sobre Rolo Imagen, la sociedad constituida en 1997 para la explotación de derechos de imagen.
“Raúl la adora, siente devoción por ella. Marisa ha sido el pilar de la familia”, cuenta Ulises Sánchez-Flor, autor de la biografía Los secretos de una leyenda. Llama la atención, sin embargo, que una mujer de extracción humilde y sin estudios figure al frente de un entramado de inversiones más propio de una ejecutiva que de una ama de casa.
“Poner como administrador único a tu madre es cargarle con una enorme responsabilidad si las decisiones adoptadas no son las correctas. Ella está forzada a asumir todas las obligaciones legales por ese cargo y es una faena, desde luego, porque esa figura conlleva una serie de responsabilidades que no se pueden tomar a la ligera a la hora de aceptar o proponer el cargo”, señala un abogado experto en Derecho Mercantil, consultado por LOC. El experto señala, además, que es sorprendente que la madre del ex futbolista no hubiera sido cesada del cargo si se preveían dificultades.
Marisa no siempre ha ejercido de empresaria. La madre de Raúl vivió con su marido, Pedro, y sus tres hijos en la Colonia Marconi, en el distrito de Villaverde, un barrio obrero de Madrid. Los padres del ex futbolista nacieron en Medina del Campo (Valladolid) y se mudaron a Madrid cuando se casaron. “Era una familia muy humilde, pasaron muchas necesidades y les costaba llegar a final de mes. El padre, que trabajaba como electricista, era más despegado. Ella era la que se las ingeniaba para sacar adelante a la familia”, rememora el periodista.
En ese ambiente de necesidad y penuria se forjó el carácter competitivo y luchador de Raúl, que jugaba con el balón en el barrio, de la mano de su padre, forofo de la caza, los toros y el fútbol. Pedro quería que el benjamín de la familia fuera novillero, pero el chaval resultó ser un crack con la pelota y a los 17 años fichó por el Real Madrid después de pasar por categorías infantiles en el Atlético de Madrid, el club de su familia.
“Era un niño en un vestuario de hombres, pero Raúl es muy inteligente y se juntó con los veteranos, como Hierro, que le aconsejaron muy bien para orientar su carrera”, recuerda Sánchez Flor.
Con su primer gran sueldo les compró un piso a sus padres, que pasaron de la Colonia Marconi a Mirasierra, un lujoso barrio en el noroeste de Madrid. También le regaló un todoterreno a su padre, para que pudiera salir a cazar. “Siempre les ayudó, igual que a sus hermanos, Marisa y Pedro, que le llevaban 9 y 7 años. Les cambió la vida. Para él su familia es sagrada”, cuenta Sánchez-Flor, que asegura que no entiende la presencia de Marisa en las empresas de su hijo. “Puede que haya sido un error, un paso en falso... pero no tengo ni idea”.
La influencia de la madre en la vida de Raúl es muy grande. Se convirtió en su seguidora número uno, siempre presente en los partidos madridistas, incluso los que se disputaban en Europa. Sufría mucho, eso sí. En el primer partido de Liga que Raúl jugó con el Real Madrid en Zaragoza Marisa acabó llorando por los constantes insultos y gritos que estaba recibiendo su niño. La anécdota, reflejada en Raúl: El triunfo de los valores, de Enrique Ortego, refleja la estrecha relación que mantenían madre e hijo.
“En cada viaje él siempre se acercaba a dar un beso a sus padres, a preguntarles que qué tal el hotel y esas cosas. Su padre era muy campechano y dicharachero mientras que ella era más discreta y callada. Nunca fue de madre de”, cuenta una de las personas que solía viajar con el equipo madridista y con la Selección.
El auto de la Audiencia Provincial de Madrid ha vuelto a poner el foco en una persona que odia llamar la atención. Personas que le conocen aseguran que es tímido, discreto y tremendamente desconfiado. No soporta aparecer en la prensa que no sea deportiva. “Escarmentó cuando le sacaron saliendo de una discoteca tras una noche de juerga. Eso le hizo mucho daño y tuvo que dar hasta una rueda de prensa. Decidió llevar una vida más ordenada y ahí es cuando habla por primera vez de su novia”, cuentan.
Fue en una de sus noches discotequeras cuando conoció a Mamen Sanz (44), que ponía copas en Barnon, un local frecuentado por las estrellas del Madrid. Con ella se casó a los 22 años y ha formado una familia con cinco hijos: Jorge, de 19 años, Hugo, de 18, los mellizos Héctor y Mateo, de 15 y la pequeña María, de 10.
Es un hermano de Mamen, Carlos Redondo Sanz, economista y administrador único de tres empresas, el que se convierte en el asesor del ex futbolista. Él fue quien convenció a Raúl para que invirtiera en Cadmos, la compañía fotovoltaica que podría acabar sentando al ex futbolista en el banquillo de los acusados.
LA ‘RUINOSA’ JUGADA QUE LE HA HECHO A SU “ADORADA” MADRE
Cuenta el biógrafo del jugador que el día del debut de su hijo, María Luisa Blanco, su madre, lloró por los insultos que le dedicaba la hinchada rival. “Es el pilar de la familia”. Por eso resulta extraño que el jugador del Madrid la dejara de liquidadora de una sociedad que vació para no tener que hacer frente a una deuda millonaria. A sus 75 años, podría acabar condenada. POR EDURNE URRETA
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El Eterno 7 del Real Madrid se había convertido ya en Mister 7, emulando a Zidane y poniendo rumbo hacia el banquillo del Santiago Berbabéu.
Su debut como entrenador de Segunda B no pudo ser mejor: Raúl se despidió con su primera victoria, rodeado de fans que le pedían autógrafos y selfies al grito de “¡Raúl, Raúl!”. Además de la victoria, el ex jugador se llevó a casa una placa que el equipo rival, la Gimnástica Segoviana, le entregó en homenaje a su carrera profesional.
Con una familia aparentemente perfecta y una trayectoria deportiva impresionante, Raúl estaría pasando por su momento más dulce si no fuera por el mazazo judicial que acaba de recibir. El ex futbolista del Real Madrid está acusado de graves delitos societarios en un proceso en el que también está implicada su madre, María Luisa Blanco, de 75 años, además de su cuñado, Carlos Redondo Sanz.
Ambos figuran como administradores de Europa Scar Sport SL (ESS), empresa con una deuda de 7,17 millones. Marisa, la madre de Raúl, una mujer sin estudios que ha ejercicio siempre de ama de casa, figura, además, como liquidadora de la empresa.
La Audiencia Provincial de Madrid ha decidido revocar un intento de archivo del caso y ha ordenado continuar el procedimiento contra el ex jugador por vaciar la empresa para evitar pagar la deuda. Raúl supuestamente ha cometido los delitos de insolvencia punible, apropiación indebida y delito societario, que pueden ser condenados incluso con penas de cárcel. Él niega todas las acusaciones.
¿Por qué figura la madre de Raúl como principal socia y administradora de sus empresas? Marisa Blanco ha acompañado a su hijo en sus aventuras empresariales desde el principio. En 1995 Raúl fundó su primera sociedad mercantil, 29 de octubre SL, dedicada a la compraventa y alquiler de bienes inmuebles. Al acto de constitución de la sociedad asistió su madre.
Un año más tarde constituyó Europa Scar Sport, con su agente Fermín Gutiérrez como administrador único, aunque fue cesado pocos meses después. En 2004 es su madre quien ocupa el cargo de administradora. Además, Marisa tenía también plenos poderes sobre Rolo Imagen, la sociedad constituida en 1997 para la explotación de derechos de imagen.
“Raúl la adora, siente devoción por ella. Marisa ha sido el pilar de la familia”, cuenta Ulises Sánchez-Flor, autor de la biografía Los secretos de una leyenda. Llama la atención, sin embargo, que una mujer de extracción humilde y sin estudios figure al frente de un entramado de inversiones más propio de una ejecutiva que de una ama de casa.
“Poner como administrador único a tu madre es cargarle con una enorme responsabilidad si las decisiones adoptadas no son las correctas. Ella está forzada a asumir todas las obligaciones legales por ese cargo y es una faena, desde luego, porque esa figura conlleva una serie de responsabilidades que no se pueden tomar a la ligera a la hora de aceptar o proponer el cargo”, señala un abogado experto en Derecho Mercantil, consultado por LOC. El experto señala, además, que es sorprendente que la madre del ex futbolista no hubiera sido cesada del cargo si se preveían dificultades.
Marisa no siempre ha ejercido de empresaria. La madre de Raúl vivió con su marido, Pedro, y sus tres hijos en la Colonia Marconi, en el distrito de Villaverde, un barrio obrero de Madrid. Los padres del ex futbolista nacieron en Medina del Campo (Valladolid) y se mudaron a Madrid cuando se casaron. “Era una familia muy humilde, pasaron muchas necesidades y les costaba llegar a final de mes. El padre, que trabajaba como electricista, era más despegado. Ella era la que se las ingeniaba para sacar adelante a la familia”, rememora el periodista.
En ese ambiente de necesidad y penuria se forjó el carácter competitivo y luchador de Raúl, que jugaba con el balón en el barrio, de la mano de su padre, forofo de la caza, los toros y el fútbol. Pedro quería que el benjamín de la familia fuera novillero, pero el chaval resultó ser un crack con la pelota y a los 17 años fichó por el Real Madrid después de pasar por categorías infantiles en el Atlético de Madrid, el club de su familia.
“Era un niño en un vestuario de hombres, pero Raúl es muy inteligente y se juntó con los veteranos, como Hierro, que le aconsejaron muy bien para orientar su carrera”, recuerda Sánchez Flor.
Con su primer gran sueldo les compró un piso a sus padres, que pasaron de la Colonia Marconi a Mirasierra, un lujoso barrio en el noroeste de Madrid. También le regaló un todoterreno a su padre, para que pudiera salir a cazar. “Siempre les ayudó, igual que a sus hermanos, Marisa y Pedro, que le llevaban 9 y 7 años. Les cambió la vida. Para él su familia es sagrada”, cuenta Sánchez-Flor, que asegura que no entiende la presencia de Marisa en las empresas de su hijo. “Puede que haya sido un error, un paso en falso... pero no tengo ni idea”.
La influencia de la madre en la vida de Raúl es muy grande. Se convirtió en su seguidora número uno, siempre presente en los partidos madridistas, incluso los que se disputaban en Europa. Sufría mucho, eso sí. En el primer partido de Liga que Raúl jugó con el Real Madrid en Zaragoza Marisa acabó llorando por los constantes insultos y gritos que estaba recibiendo su niño. La anécdota, reflejada en Raúl: El triunfo de los valores, de Enrique Ortego, refleja la estrecha relación que mantenían madre e hijo.
“En cada viaje él siempre se acercaba a dar un beso a sus padres, a preguntarles que qué tal el hotel y esas cosas. Su padre era muy campechano y dicharachero mientras que ella era más discreta y callada. Nunca fue de madre de”, cuenta una de las personas que solía viajar con el equipo madridista y con la Selección.
El auto de la Audiencia Provincial de Madrid ha vuelto a poner el foco en una persona que odia llamar la atención. Personas que le conocen aseguran que es tímido, discreto y tremendamente desconfiado. No soporta aparecer en la prensa que no sea deportiva. “Escarmentó cuando le sacaron saliendo de una discoteca tras una noche de juerga. Eso le hizo mucho daño y tuvo que dar hasta una rueda de prensa. Decidió llevar una vida más ordenada y ahí es cuando habla por primera vez de su novia”, cuentan.
Fue en una de sus noches discotequeras cuando conoció a Mamen Sanz (44), que ponía copas en Barnon, un local frecuentado por las estrellas del Madrid. Con ella se casó a los 22 años y ha formado una familia con cinco hijos: Jorge, de 19 años, Hugo, de 18, los mellizos Héctor y Mateo, de 15 y la pequeña María, de 10.
Es un hermano de Mamen, Carlos Redondo Sanz, economista y administrador único de tres empresas, el que se convierte en el asesor del ex futbolista. Él fue quien convenció a Raúl para que invirtiera en Cadmos, la compañía fotovoltaica que podría acabar sentando al ex futbolista en el banquillo de los acusados.