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No me parece bien que la vocación religiosa sea un tema para frivolizar con un reality. Estoy viendo ahora a la chica que tiene novio y está indecisa, es muy fuerte que al novio le haga acompañarla al convento y lo deje en la calle, para luego decirle lo que ha decidido: si se queda o se va.
La chica chilena y la almeriense, sí que se les ve esa seguridad que la anterior no se le ve. Las chicas catalanas desde el principio se veía que no era su lugar, yo creía que se iban a la primer semana.
La vocación religiosa es algo, para mí, difícil de entender cuando te llega, para ejemplo dos compañeros de Instituto: uno de ellos era muy beato, siempre metido en la iglesia, fue monaguillo, luego cantó y fue director del coro en las misas, fue catequista, varios veranos se fue a sudamerica a misiones, misa diaria, comunión, etc y por supuesto, nunca tuvo novia, le llamabamos Monseñor, hasta aspecto de cura tenía, solo le faltaba el alzacuellos.
El otro era un desastre: buen estudiante e hijo, pero era de los que salía desde el jueves hasta el domingo, novias como cambiar de camisa, le encantaba la fiesta, bailar, estar con los compis, la última vez que asistió a misa fue en su comunión, no se le veía ni una pizca de religiosidad.
Terminamos el instituto y nos dijo que se iba a Senegal a colaborar con una ONG que ayudaba a buscar agua y hacer pozos para poblaciones que no tenían este servicio.
Al terminar el verano, nos reunimos para la última reunión porque nos sepárabamos por diferentes universidades y nos dieron la noticia bomba: Monseñor se había enamorado estando de vacaciones en el pueblo (su último verano antes de ingresar en el seminario) y lo dejaba todo, el otro nos dijo que se iba al seminario y hace unos pocos años se ordenó sacerdote, lo hizo en la orden de los Salesianos, ahora está en Roma estudiando Derecho Canónico.
La chica chilena y la almeriense, sí que se les ve esa seguridad que la anterior no se le ve. Las chicas catalanas desde el principio se veía que no era su lugar, yo creía que se iban a la primer semana.
La vocación religiosa es algo, para mí, difícil de entender cuando te llega, para ejemplo dos compañeros de Instituto: uno de ellos era muy beato, siempre metido en la iglesia, fue monaguillo, luego cantó y fue director del coro en las misas, fue catequista, varios veranos se fue a sudamerica a misiones, misa diaria, comunión, etc y por supuesto, nunca tuvo novia, le llamabamos Monseñor, hasta aspecto de cura tenía, solo le faltaba el alzacuellos.
El otro era un desastre: buen estudiante e hijo, pero era de los que salía desde el jueves hasta el domingo, novias como cambiar de camisa, le encantaba la fiesta, bailar, estar con los compis, la última vez que asistió a misa fue en su comunión, no se le veía ni una pizca de religiosidad.
Terminamos el instituto y nos dijo que se iba a Senegal a colaborar con una ONG que ayudaba a buscar agua y hacer pozos para poblaciones que no tenían este servicio.
Al terminar el verano, nos reunimos para la última reunión porque nos sepárabamos por diferentes universidades y nos dieron la noticia bomba: Monseñor se había enamorado estando de vacaciones en el pueblo (su último verano antes de ingresar en el seminario) y lo dejaba todo, el otro nos dijo que se iba al seminario y hace unos pocos años se ordenó sacerdote, lo hizo en la orden de los Salesianos, ahora está en Roma estudiando Derecho Canónico.