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Estoy de acuerdo en los dos primeros párrafos. Y hasta ahí.Ahora, no aguantamos nada. No hay lealtad. Creemos que cambiando al Ken se arregla nuestra infelicidad. No aceptamos que somos mayores. Relaciones huecas, de usar y tirar, utilitaristas a un objetivo concreto, cortoplacistas y perecederas en el tiempo.
El matrimonio eran los niños. Sí que eran la prioridad. Se juntaban dos familias para sacar los hijos adelante y que crecieran dentro de un hogar, con un padre y una madre. Era mejor un hogar que crecer en un orfanato. Entonces, no había apenas protección social.
La familia era un proyecto para toda la vida. Te quedaras sola como madre o fuera la pareja de padres juntos. Las necesidades de los adultos pasaban a un último plano, había otras personas que les necesitaban, sus hijos.
Ahora, las presuntas necesidades de los adultos son incuestionables y están por encima de las necesidades de los niños.
Suelen ser ellas, mayormente, quiénes toman la decisión del divorcio. Ellos prefieren mantener la familia. No son matrimonios que están mal, la vida son alegrías y problemas, sino que tenemos la idea del individualismo incrustada en la cabeza.
Una economía doméstica normal no soporta mantener dos vidas, la vida de soltero feliz y la vida con niños. Se prioriza al adulto. Así, se hace difícil que el niño estudie inglés, como dijo la prima, o que estudie tal carrera en tal universidad.
Porque la familia que tenía 5 hijos sin poderlos mantener, esos niños no es que no estudiaran carrera, es que eran analfabetos.
No había apoyo social, efectivamente, por eso se tenían niños: traen sustento a casa y si tienes una hija soltera te cuida en la vejez, más utilitario que eso ya no hay nada. Si eres gay y no quieres seguir el legado porque te asquea tirarte a una tía, tienes que tragar porque tienes que casarse si o si. Y si se lo dices a tu familia te dejan de hablar o te marginan : súper lealtad hasta que te salgas del tiesto.
Idealizáis las familias antiguas. Y creo que los valores que hemos perdido son buenos, sirven, deberíamos luchar por ellos. Soy más bien tradicional, me encantaría tener una familia tradicional. Pero tengo mis estándares. No me vale cualquiera. No me vale un celoso, un controlador, una persona que no me parezca interesante mentalmente, con la que conecte. No quiero que hagan peor mi vida. Mi abuela nunca se planteo esto, ninguna de las dos, se casaron a ciegas. Mi madre ya pudo elegir. El precio a pagar es la soledad para mi.
.Pero veo en mi familia y en mi entorno que las relaciones entre abuelos no son tan idílicas y que muchas veces se han basado en el abuso de poder/económico , peleas continuas... Y eso ha estado muy normalizado hasta hace bien poco.
Sale muy barato pegarle la patada a quien le has jurado lealtad, pero antes salía barato amargarle la vida porque era casi de tu propiedad.