QUEEN

La enigmática vida de John Deacon, bajista de Queen, que lleva 20 años sin querer saber nada del grupo
Mientras 'Bohemian rhapsody' arrasa en taquilla, el mejor amigo de Mercury en el grupo vive otra forma de éxito


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Roger Taylor, Freddie Mercury, Brian May y John Deacon, los cuatro Queen, en una imagen de 1977. GETTY | EPV
Hace unos días alguien lo vio. Vestía un jersey azul de lana con trenzados y unos pantalones de pana. Calvo, con pelo canoso a los lados y con barriguita. Apuraba un cigarro hasta el final. Un hombre de 67 años, taciturno, discreto, paseando cerca de su casa, en el tranquilo parque de Greenwich, en el suroeste de Londres. A pocos metros de allí la gente acudía en masa a ver la película más taquillera del momento, Bohemian Rhapsody. Él es uno de los protagonistas, pero lleva alejado de los focos demasiado tiempo, más de 20 años. No quiere saber nada. Se llama John Deacon, fue el bajista de Queen y el compositor de piezas claves del grupo como Another one bites the dust y I want to break free.

Dicen los vecinos de la exestrella del rock que a veces lo han visto en el supermercado del barrio. Pocas. El asunto es que es difícil reconocer a este casi setentón en aquel que actuaba ante estadios repletos. Vive con su esposa, Veronica Tetzlaff, con la que tuvo seis hijos que ha criado en el mismo barrio del sur de Londres donde reside todavía hoy. Se estima que la fortuna de Deacon asciende a 120 millones de euros. Y aumenta cada año en derechos de autor. Sin embargo, vive absolutamente al margen de los lujos que se podría permitir.

Deacon fue el más afectado por la muerte de Mercury. John y Freddie tenían una relación particularmente estrecha, con el solista ejerciendo a veces de su protector. El dolor de su pérdida y la falta de sentido a seguir con el grupo llevaron a Deacon a sufrir una depresión

Para conocer la personalidad de Deacon, es interesante ver un vídeo que alguien le grabó y lo subió a YouTube. El músico es abordado en la calle por un grupo de seguidores de Queen. El bajista, sorprendido, comienza a decir: "Oh, lo siento, lo siento". En un momento dado se tapa la cara con las manos, no para impedir que le filmen sino por pura vergüenza. Está pasando un mal trago. A final, alguien del grupo de seguidores dice: "Dejadle solo, por favor". Deacon al final sonríe, apenas abre la boca y firma, sorprendido, autógrafos.

John Deacon (Leicester, Inglaterra, 1951) fue el último en llegar al grupo en 1971, cuando era un estudiante de electrónica en el Chelsea College de Londres. Amigos comunes le presentaron a los tres jóvenes, exmiembros del grupo Smile, que acababan de formar Queen y estaban buscando un bajista. Le ofrecieron una prueba, y aquel día cambió su vida. Taciturno, tranquilo e introvertido, los clichés que suelen asociarse a los bajistas se hacían realidad. Estas cualidades de su personalidad fueron muy apreciadas por el resto del grupo, que juzgaron que con ese carácter —“siempre tuvo los pies en el suelo”, diría años después Brian May, el guitarrista— se complementaría bien con los temperamentos, digamos más expansivos de sus compañeros.

Los siguientes años fueron el relato de un ascenso hacia el éxito jalonado por puntos cumbre como el exitazo de temas como Bohemian Rhapsody, giras que cambiaron para siempre la concepción del rock-llena-estadios y álbumes multiplatino. Además de los citados Another one bites the dust y I want to break free, Deacon compuso los temas You're my best friend y Friends will be friends junto a Mercury, y su colaboración en otros, como Under pressure (ese adherente sonido de bajo inicial), es imprescindible. Su afición por la electrónica le llevó a construir el deacy amp, un amplificador de la guitarra eléctrica que dotaría al grupo de un sonido único y reconocible. Entremedias, Deacon lanzó un álbum como solista en 1986 y creó un grupo paralelo, The Immortals, con el que sacó un único single.

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John Deacon paseando por su barrio del sureste de Londres en una imagen reciente. Gtres

El nivel estratosférico de fama que alcanzó Queen a partir de 1975 fue, en palabras del propio Deacon, “difícil de gestionar”. Según Phil Sutcliffe, autor de una completa biografía sobre el grupo, “Queen era una asociación muy volátil entre tres personalidades explosivas; y luego tenías a John, que era el tranquilo. Había formado su familia muy pronto, en 1975, y era sobre todo un hombre de familia”. Junto a su esposa Veronica, tuvo seis hijos que crió en el mismo barrio londinense donde reside todavía hoy. De hecho, se rumorea que uno de los motivos de ruptura con Trident, su primera discográfica, fue que ésta no le prestase el dinero para comprar su casa junto a su esposa.

El ser “un hombre de familia” no le impidió al bajista vivir intensamente la experiencia completa de una estrella de rock. Según recoge Daily Mail, Deacon tuvo, como otros miembros del grupo, problemas con la bebida. Durante una fiesta en julio de 1986 “a altas horas de la noche John se deslizó en silencio de su silla y terminó debajo de la mesa. Después de un rato regresó. Era muy típico de John, le gustaba la bebida”, afirma el diario.

Todo cambió el 24 de noviembre del 1991, cuando Freddie Mercury murió como consecuencia de haber contraído el VIH. Tal vez fue John Deacon el más afectado del grupo. John y Mercury tenían una relación particularmente estrecha, en la que solista ejercía a veces de su protector. El dolor de su pérdida y la falta de sentido a seguir con el grupo sin Freddie Mercury le llevaron a sufrir una depresión. El siempre introvertido bajista actuó con sus compañeros May y Taylor en el concierto homenaje a Mercury de 1992, terminó junto a ellos el último álbum de la banda, Made in heaven, y formó parte también de No-One But You, el único single del grupo sin Mercury, lanzado en 1997. Desde entonces, el silencio.

Mientras el guitarrista Brian May (Londres, 1947) y el batería Roger Taylor (Norfolk, Inglaterra, 1949) siguen actuando de forma periódica y se mantienen como cabezas visibles del legado del grupo, ya sea como invitados en el estreno de la película Bohemian Rhapsody o apadrinando el musical We will rock you, Deacon no hace comparecencias públicas, no da entrevistas y ni siquiera mantiene contacto con sus antiguos compañeros de correrías. Brian May reconoce que solo tienen relación por motivos económicos (y con intermediarios) y de gestión del legado de Queen. Taylor dice: “No estamos en contacto porque John es realmente un sociópata. Ha dado su bendición a lo que Brian y yo podemos hacer con la marca Queen. Y desde luego lo hemos aprovechado muy bien”. Y May añade: "Es su elección. No se pone en contacto con nosotros. John era bastante delicado desde el principio".

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John Deacon con su amigo Freddie Mercury en una de las actuaciones de Queen de los setenta. Getty

Esta última aseveración no puede negarse. Queen sigue siendo uno de los iconos más rentables de la música pop, sea en forma de merchandasing, con los conciertos, el musical, los derechos de autor de canciones que siguen sonando en radio y televisión o con el reciente estreno de la película Bohemian Rhapsody, cuyo éxito demuestra que el interés del público por los músicos británicos está lejos de agotarse. En 2014 las ganancias generadas por Queen eran de 55,5 millones de euros.

Gracias a sus años en el grupo y a esa gestión de sus excompañeros digna de un magnate de los negocios, John Deacon, el anónimo jubilado padre de familia numerosa de pelo cano y camisas de cuadros, posee hoy una fortuna. “Mis aficiones son beber té y tener hijos”, diría en una entrevista de hace años. El golf es otra de sus aficiones. Todo alejado del estilo de vida excesivo que llevó en el pasado.

El anonimato y la tranquilidad pueden considerarse hoy su mayor éxito.

https://elpais.com/elpais/2018/11/08/icon/1541671935_509035.html?rel=mas
 
El (irrepetible) estilo de Freddie Mercury
por Jessica Bumpus2 de noviembre de 2018
El look súper glamuroso, teatral y transgresor del vocalista de Queen vuelve a estar de moda. Analizamos su inagotable influencia en el mundo de la moda, el cine y la publicidad

Estilo de fantasía.

Solo Freddie Mercury era capaz de llevar chaquetas multicolor de corte torero y defender un estilo masculino y sexy. Lo hacía combinándolas con pantalones ajustados y nada más.
© Getty Images

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El extravagante sentido de la moda de Freddie Mercury vuelve este mes a inundar nuestra conciencia colectiva con el estreno de la película biográfica sobre el líder de Queen que protagoniza Rami Malek. Bohemian Rhapsody, título tomado del gran éxito de 1975 de la banda –y que cualquier persona menor de 40 años identifica como el tema principal del filme de culto Wayne's World–, documenta la vida del cantante, incluido el trágico momento en que le diagnosticaron SIDA y hasta 1985, fecha del legendario concierto en el Live Aid. Sobra apuntar que el vestuario nos brindará también momentos sublimes.

Porque además de escribir e interpretar algunas de las canciones de pop-rock más queridas de la historia, la megaestrella de la música también fue responsable de algunos de los mejores looks de la época, tanto que se lo puso todo: desde enfundarse de arriba abajo en un mono de lentejuelas –más tarde portada de la revista Classic Rock– hasta vestirse de ama de casa reprimida (con falda de cuero, top rosa y pendientes de aro) para el vídeo de "I Want To Break Free", o lucir a menudo en escena deslumbrantes casacas militares con tachuelas y pedrería. Mercury era un ícono de estilo, y tanto su vestuario único como sus privilegiadas cuerdas vocales nos han brindado un legado imperecedero.

"El estilo de Freddie era muy singular y siempre ajustado", dice la estilista y asesora creativa Charlotte Pilcher, recordando especialmente su gusto por los pantalones blancos ceñidos, los chalecos ajustados "y un toque años 70 de los policías en moto de la serie estadounidense Chips… pero con un glamour a lo Versace ”, describe con acierto.

Nunca han cobrado tanta presencia estos componentes de estilo como en las últimas colecciones de pasarela, tanto en las de otoño/invierno 2018 (ya en las tiendas) como en las de primavera/verano 2019 (recién presentadas). Incluso en estas última temporada, los desfiles de Balmain (de ambientación siempre tan musical de manos de Olivier Rousteing) y de Junya Watanabe introdujeron temas de Queen para acompañar sus propuestas femeninas. Si bien la tendencia al disfraz de Mercury lleva largo tiempo inspirando a Gucci, hemos visto a otras firmas incurrir en los elementos distintivos de la estrella del rock. Mientras que Balmain –junto con Faith Connexion, Redemption y AMIRI– apostó fuerte por las preciosistas chaquetas de Mercury, incluidos los hombros afilados y las superficies de alto diseño, Moschino y Andreas Kronthaler for Vivienne Westwood optaron por las ondulantes capas y los monos flexibles de la faceta más glam del cantante. En las pasarelas de hombre, se enseñó pecho con mucho rock y sexy en Ann Demeulemeester, o se salpicó de glitter como en Saint Laurent. Y de un showman a otro, Hedi Slimane, el nuevo fichaje de Céline, derrochó estilo ochentero con chaquetas de cuero que gritaban Freddie Mercury.

Podría decirse que s us actuaciones allanaron el camino a más de un artista arriesgado y teatral de la escena contemporánea, y caben las comparaciones con Perfume Genius o Jake Shears de Scissor Sisters; e incluso hay una referencia explícita a Mercury en el nuevo single "Danny Nedelko" de la banda Idles. Su influencia ha sido vital para renovar la imagen de los grandes almacenes británicos John Lewis, cuyo último anuncio en televisión giraba completamente en torno a la canción Bohemian Rhapsody. Y no olvidemos las palabras de otro compañero igualmente virtuoso y valedor de un buen look dramático… David Bowie, quien dijo de él una vez: "Por supuesto, siempre he admirado a un hombre que lleve medias".

Basta con ver el vídeo de "I Want To Break Free" para saber que Mercury no hacía ascos al armario femenino, que era capaz de liberarse de las normas de género y jugar con ellas de la misma manera que lo entendemos hoy. No es de extrañar pues que su estilo resuene tanto en la moda masculina como en la femenina. En la última temporada, véase por ejemplo el conjunto de chaleco y pantalón blanco de la nueva colección de Mugler por Casey Cadwallader; las chaquetas militares de terciopelo de Saint Laurent; las capas con volantes de Y/Project o el homenaje de Isabel Marant a los años ochenta. El estilo de Freddie Mercury ha dejado de ser fantasía para convertirse en realidad.

https://www.vogue.es/moda/articulos/freddie-mercury-influencia-moda-archivo-estilo/37413
 
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