Gracita tenía una mala uva impresionante.
Creo que tuvo una depresión de caballo porque le dejó Martín Zerolo, un pintor canario tío de Pedro Zerolo.
Cierto, lo he oído siempre, que tenía un mal genio impresionante, que luego chocaba con su eterno personaje inocentón. Siempre leí esa frase "Gracita murió como un perro", juraría, si no estoy equivocada, que lo último que hizo profesionalmente fue un capítulo de "Los ladrones van a la oficina", y ya se la veía mal.