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Desde Donald Trump a Melania e incluso los príncipes (y nietos) más pequeños de la reina Isabel II. Todos deben seguir una serie de reglas de protocolo que la monarquía británica, una de monarquías europeas más estrictas en este sentido, sigue respetando e incluso escenificando concediéndole mayor simbolismo y ceremonia a cada una de sus apariciones públicas.
Tras la visita del presidente de Estados Unidos Donald Trump y la primera dama Melania (además de los hijos de él) a Londres esta semana hemos podido ver que él sigue resistiéndose a algunas de esas normas. Esta vez ha ocurrido en el banquete en su honor ofrecido por la reina en Buckingham, cuando el presidente ha tocado la espalda de la monarca -algo fuera de los márgenes protocolarios-. En 2018, también dio que hablar cuando echó a andar por delante de la reina -ella siempre debe ser la primera- después de hacerla esperar al sol y tomar la iniciativa en el saludo (le extendió la mano y la reina le correspondió), lo que provocó la incomodidad de Isabel II. El estatus del presidente y la primera dama le permite ciertas licencias, como el hecho de no tener que hacer la genuflexión, pero lo anterior, sí debería haberlo respetado Donald Trump.
El protocolo es una compilación de usos y costumbres que se han asentado y se llevan a cabo con habitualidad que también se ha ido actualizando conforme ha evolucionado la sociedad. De hecho, en España la reverencia no es obligatoria. Según nos ha contado la secretaria general de la OICP, desde 1978 hay dos formas de saludar a los reyes, una más moderna y otra más tradicional, y utilizar una u otra depende del gusto de cada uno y la circunstancia en la que se encuentra.
Fernández nos ha explicado cómo debe ser el saludo, que incluye postura y mirada. “El hombre debe dar un apretón de manos y una leve inclinación de la cabeza. En cambio, en el caso de la mujer, debe realizar la genuflexión, y para realizarla correctamente debe apoyar su peso en el lado derecho del cuerpo doblando la rodilla derecha. Mantener la espalda recta es muy importante, y la pierna izquierda solo debe estar un poco hacia atrás. Y, siempre, mirando a los reyes. Si queremos realizar una reverencia casi impecable podemos buscar como las hacía la duquesa de Alba”, pone como ejemplo de perfección.
Protocolariamente se dice que quien posee un título nobiliario mayor tiene una jerarquía superior, y la duquesa de Alba siempre dejó en claro que no hay mayor título que el de un rey o reina. Por eso ella siempre realizaba una reverencia ante los reyes cuando coincidía con los monarcas en actos públicos.
Arrodillarse siempre ha tenido cierta simbología, sobre todo en la Edad Media donde si hablamos de reverencia podemos decir que en las rodillas se encuentra el ego, y realizar una solemne genuflexión podría significar “doblego mi ego hacia usted” o “me ofrezco ante usted, su alteza”. Eso gesto que entonces significaba, tal y como confirma Fernández, “doblegarse”, en la actualidad está relacionado con “el respeto hacia una institución y bajo ningún concepto se refiere a vasallaje”. En nuestro país, esta manera más “tradicional” de saludar a los reyes no tiene un uso demasiado extendido. Esto no quiere decir que se rompan las reglas, solamente que se han ido renovando. Las tendencias no solo se dan en moda también en protocolo, y son los reyes Felipe VI y Letizia quienes las marcan en nuestro país.
En la actualidad no hay una publicación disponible que recoja las normas del Protocolo Real de forma específica. Como explicamos, se basa más en la tradición, por ejemplo, la forma de saludar a sus Majestades, los Reyes queda a criterio del que ejecuta el saludo. No obstante, se acostumbra a inclinar levemente la cabeza en el caso de los hombres y flexionar la rodilla en el caso de las mujeres, muchos se decantan por estrechar la mano de la forma habitual y si tienen que dirigirse a ellos se recomienda utilizar el término de Señor o Señora.
Hay algunos manuales a los que podemos acudir en caso de duda. Uno es "El gran libro de protocolo" de José Antonio de Urbina y otro es "Protocolo oficial: Las Instituciones Españolas del Estado y su Ceremonial" de Carlos Fuentes Lafuente.
“El protocolo es una herramienta de comunicación, y cuando de un encuentro entre mandatarios se trata debemos tener en cuenta que como si fuera un juego de ajedrez, un mandatario o presidente está al mismo nivel que un rey o la reina”, concluye Fernández. Quizás Trump no esté rompiendo el protocolo tanto como pensamos.
Protocolo 'royal': cómo saludar a los reyes Felipe VI y Letizia (o a la reina Isabel II)
No hay nada obligatorio, pero sí algunas recomendaciones. Una experta nos explica los detalles del protocolo 'royal'.
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