Presunto abuso sexual en GH Revolution

A mi me parece repugnante Mierdaset sus directivos programas presentadores etc etc etc

Ha salido hoy en la BBC.

Y asco que da que no haya manifestaciones en calles, ciudades, o donde sea.

EDITADO POR LA MODERACIÓN
 
Última edición por un moderador:
Coto Matamoros, de estrella a azote de Telecinco: “Esto es pelear contra un monstruo”

1575134016708.png


Pide Coto Matamoros que no se le vincule en esta descripción a los clichés que “la prensa le ha atribuido” y así será. Ahora bien, es necesario decir que en su día fue el contertulio más popular de Telecinco y que las cosas han cambiado mucho desde entonces. Tanto, que en los últimos días ha abanderado el ‘ejército’ que ha impulsado el boicot contra Gran Hermano VIP, que ha dejado al programa sin una treintena de anunciantes. Lo ha hecho desde República Dominicana, en un claro ejemplo de que la guerra cibernética no entiende de cercanía, lejanía ni de fronteras.

El origen de esta batalla se encuentra en el presunto abuso sexual que sufrió en 2017 la concursante Carlota Prado. Matamoros afirma que si los espectadores vieran el vídeo completo -bajo secreto de sumario- tendrían una mejor idea de la magnitud del escándalo. Desde la productora, Zeppelin, se han comprometido a tomar medidas para evitar comportamientos inadecuados dentro del concurso. Entre ellas, la de prohibir el alcohol en la casa.

Desde Mediaset, han culpado del escándalo que se ha generado alrededor de este asunto, judicializado, a Atresmedia y sus medios afines.

Ésta es una entrevista sin pelos en la lengua.

Pregunta: De repente, me lo encuentro a la cabeza de la revolución contra Gran Hermano…


Respuesta. Lo primero que tengo que decir es que yo a esta chica (Carlota Prado) no le conocía de nada, pues yo no veo la televisión. Pero me enviaron el vídeo y yo me puse en contacto con ella y le pregunté si aquello era lo que parecía.

P: ¿Y qué le dijo?

R: Que eso no era nada en comparación con lo que ocurrió. Que había más. Lo que ha salido a la luz es 1 minuto de 15. El vídeo entero me dejó los pelos de punta. Bueno, los de los brazos, en la cabeza no tengo. Aquello era una barbaridad.

P: Entonces, usted se pone en marcha…

R: Decidí que iba a intentar algo. Y digo bien intentar porque esto equivale a pelearte contra un monstruo. Mediaset seguramente sea el grupo europeo que está dando mayores beneficios en la televisión, pero me planteé el reto y contacté con un amigo mío, que fue el que destrozó La Noria en su día. Entre los dos convencimos a Pepe Herrero -exconcursante de Gran Hermano- de que teníamos que ir a muerte con esto. Entonces, pusimos la maquinaria en marcha.

P: ¿Cómo lo planearon?

R: Ellos querían hacer un boicot y yo dije que nada de eso. Lo que había que hacer era una campaña de información a las empresas, pues el término boicot es agresivo y produce cierto rechazo. También a las empresas. Les dijimos entonces que si estaban seguros de que querían seguir asociando su imagen corporativa a la de una presunta violación y a la de una manipulación. A la imagen del dolor de una chica indefensa. Desde entonces, la cosa ha ido rodada. Ni en nuestros mejores sueños pensábamos que estos iban a hincar la rodilla.

P: ¿Pero qué tiene la parte que no se ha visto del vídeo?

R: Yo no puedo pasar a nadie el vídeo de los 15 minutos porque es secreto de sumario, pero se ve la presión a la que someten a la chica para que no diga nada, para que continúe encerrada y aislada. Pero lo peor es que, cuando la sacaron, la llevaron a un hotel y en cuatro días la dejaron incomunicada. Primero, con su psicóloga; y luego, con otro psicólogo, supongo que elegido por su mayor poder de convicción para que ella aprendiera un discurso y lo soltara delante de las cámaras.

P: ¿Cree que eso resultó creíble?

R: Tienes que tener en cuenta una cosa, y es que ellos han aprendido a que el público acepte el ‘tongazo’ que es ese concurso. También saben que al público le da igual lo que le eches. Si le das mierda, se la come. Así se inventó la telemierda, la telebasura, la telesangre y el telestiercol.

P: ¿Y cómo se lo hacen llegar a las empresas?

R: En Twitter…todo ha sido a través de Twitter. Ten en cuenta que cuando una empresa recibe 4.000 o 5.000 interacciones con un mismo tuit, no le queda más remedio que estudiarlo. En este caso, les han mandado a tomar por el culo rapidísimo.

P: Ya van 27 empresas (jueves por la tarde).

R: Y Santander hoy estaba a punto, según me han dicho. Eso sería ya una tragedia para ellos.

P: Se atribuyen ustedes esta campaña, pero Mediaset señala a Atresmedia

R: Es que son tontos hasta para eso. Porque LaSexta y Antena 3 sólo han comentado por encima el escándalo y varios días después de que saltara. Han dado pinceladas. Y de eso no se entera nadie. ¿Quién ve un informativo de LaSexta? ¿Quién se entera de lo que dice? ¡Pero si no se entera nadie!

P: Entonces, no sólo niega usted que hayan orquestado la campaña, sino que les culpa de haber hecho poco ruido…

R: Entre los directivos siempre impera la omertà y por eso han callado durante varios días. Pero si yo soy directivo de LaSexta, quito al tío ese de los sábados en LaSexta, que es tonto, por cierto, y lío una… te lo juro.

P: Lo mismo dentro de un tiempo se encuentra con que un juez le pregunta si tiene algún vínculo con la competencia de Mediaset. En Telecinco dicen que esta “confusión” ha sido amplificada por la competencia y sus medios afines…

R: Mira, Atresmedia y yo tenemos un problema. Yo escribí un libro, que es bastante bueno, por cierto, y entonces me llamaron de LaSexta para hacer la promoción, porque lo editó el Grupo Planeta. Y entonces, de repente, me cambiaron la fecha. Yo vivo en otro país y estar en España supone un gasto. Y a mí el dinero no me sobra, pese a que viva como quiero. Entonces, lo que hice fue mandarles a tomar por el culo. A mí me da igual vender un libro que vender siete. Se cabrearon, pero vamos, que me da igual. Que hagan lo que les dé la gana.

P: Lo que se puede decir con usted es que ‘arrepentidos los quiere Dios’…

R: Pero es que no es lo mismo, man.

P: ¿No era Crónicas Marcianas telebasura?

R: Es que no es lo mismo. Crónicas estaba enfocado como un divertimento. Allí es verdad que había gente que salía humillada. Bastaba con que hubiera alguien inteligente entre tanto tonto. Ves la mesa de Crónicas y dices: ¿esto qué es? Era puro detritus. Estaba (Javier) Sardá y nadie más. Ni Boris Izaguirre, que, pese a lo que pueda parecer, tiene de inteligente lo que yo de put*.

P: Convengamos en que no era un programa cultural…

R: Allí sobresalía el más cabrón, ni más, ni menos. Pero yo te puedo decir que jamás ataqué a un débil, como pasó en Gran Hermano con Carlota (Prado). Yo me metía con los poderosos, como la Duquesa de Alba, que me llamaba y me decía: “Por favor, para, que es que no puedo ni salir a la calle”.

P: ¿Le ha cambiado mucho la vida desde entonces?

R: Me ha cambiado mucho el concepto de felicidad y también el de desarrollo. Ahora tengo claro que al evolucionar individualmente también lo hacemos como especie. Y ese proceso es imparable. Entonces, claro, yo siempre voy contracorriente y, cuando haces eso, chocas contra la sociedad. En su día, critiqué al lobby gay y a los siete años comenzó a haber gente que se preguntaba por las cosas que hacía el lobby gay. Pero la presión en su día me la comí yo por decirlo el primero. Eso te hace evolucionar, te desarrolla.

P: Yo confieso que le había perdido la pista…


R: Pues mira, pasé mucho tiempo en Asia, he estado en monasterios, en centros de desarrollo espiritual… He estado en Estados Unidos mucho tiempo aprendiendo mecanismos, sistemas… Ahora, soy capaz de proyectarme sin ningún tipo de inducción que no sea la de mi propio cerebro.

P: Habla de Asia. Le recuerdo en Tailandia amenazando con suicidarse. ¿Cómo fue aquello?

R: Aquello fue una mentira porque quería librarme de pasar el verano en la cárcel. Eso es insufrible, la peste que hay ahí, el calor, no corre el aire, las puertas son metálicas… Un día de verano allí equivale a 10 de invierno.

P: No eligió mal sitio para pasar el verano…

R: Bueno, los hay mejores, ¿eh?

P: Usted fue consumidor de cocaína reconocido. ¿Era habitual en la televisión de entonces?


R: No. Alguno se metía un tirito, pero nada. Yo entonces consumía 5 gramos de farlopa diarios.

P: ¿Cómo recuerda aquellos años?


R: Mal, los recuerdo mal. Me dio una forma de vida que estaba bien porque no trabajaba. Llegaba allí cinco minutos antes y me iba cinco veces después. Iba del aparcamiento al plató. A los gilipollas que trabajaban allí no les dirigía la palabra.

P: No le daban guión…


R: Yo no sabía ni de qué iban a hablar. Pero tampoco es tan difícil, ¿eh? Si te dicen que una señora de 70 años (Marujita Díaz) se ha echado un novio de 20, que encima es cubano (Dinio García), no cuesta mucho hacer un análisis de la situación. Todo era así, un disparate.

P: Y llega un momento en el que se propone cambiar, entiendo…

R: De aquellos años guardo buen recuerdo de Jesús Quintero, un gran amigo. Él se ponía malo cuando me veía. Me decía: ¿pero tú qué haces ahí? ¿cómo un tío de tu talento puede estar desperdiciando la vida ahí? Y mi mujer me decía lo mismo. Y oye, al final me lo acabé creyendo. Claro, la sorpresa fue el día que llegué a mi casa tarde y estaba mi mujer viendo Crónicas Marcianas, cuando yo ya me había ido.

P: Vaya impresión, ¿no?

R: Hubiera preferido encontrármela con otro.

P: Pasó usted en poco tiempo de la mesa más alterada de la televisión a un templo budista asiático…

R: Crónicas Marcianas no marcó mi vida. Mi vida la marcó el hecho de concebir una idea de Dios. De descubrir cosas fruto de la evolución personal.

P: Pero Crónicas le hizo famoso. Algo le cambiaría…

R: Yo he sido famoso toda mi put* vida. Mira, yo no he pagado una copa en Madrid nunca. Te lo juro por mi madre. He tenido locales que han ‘pitado‘ que no veas. Con 18 años ganaba 10 veces más dinero que mi padre. Todo es un cúmulo de circunstancias y todo va sumando. Todo te va formando. Dicen que los dioses están esculpidos a martillazos y es verdad. Yo a base de todo eso he ido aprendiendo.

P: De su rebelión contra Gran Hermano entiendo que, si pudiera dar marcha atrás, no volvería a la televisión, ¿no?

R: Me arrepiento. Me arrepiento de esas cosas. Ni loco volvería. No obstante, todo eso ha tallado mi personalidad y mi espíritu.

P: Pero se fue de Crónicas Marcianas, pero no de la televisión…


R: No, yo tuve una experiencia con la televisión blanda. Con la gorda ésa, que no me acuerdo cómo se llama… La de las hijas ésas… La Campos, joder, no me salía (ríe). No he conocido un personaje más bajo que ése en mi vida, man. Me dejó a deber, ¿eh? A veces me mandan documentos de ella y de su vida y vomito. Pero bueno, todo es un proceso.

P: Y hay un momento en el que se va de España

R: Claro. Fue cuando tuve una ruptura con mi familia, con mi mujer…y me voy fuera. Salgo de mi zona de seguridad….aunque bueno, yo en la pirámide de Maslow te digo una cosa: me cago, pero desde lo más alto. Me da igual. No pienso en mañana, no sé qué va a pasar. No sé si me va a amenazar (Paolo) Vasile o me va a mandar sicarios. Pero me da igual, ni lo pienso. Ya me preocuparé cuando me los mande. Lo mismo me hace hasta gracia o lo mismo le doy las gracias si me quita de en medio.

P: No diría yo que no le va a caer una querella después de esto


R: Pues va a tener que venir muy lejos a buscarme. A Santa Mónica, Santa Bárbara o a la selva de México.

P: ¿Ahora mismo, dónde está?

R: Ahora mismo, entre República Dominicana y Estados Unidos. Por elección personal. De República Dominicana me atrajo la belleza. Sentí cuando llegué la típica emoción que no necesita ser pensada, que se vive. Yo cuando llegué a Samaná y vi aquello desde arriba, dije: aquí me quedo yo. Y me quedé. No fui ni a recoger el equipaje al hotel. Ahí me quedé a vivir. Y es que llega un momento en la vida en el que buscas disfrutar la vida, que es una obligación. Y bendecir lo bueno y lo malo, todo lo que te rodea.

P: Se ha dado usted a la vida placentera…

R: En todas éstas, tuve una relación con una cherokee que conocí en Estados Unidos y he estado sentimentalmente muy pillado. Pues eso, disfrutando de la vida. De verdad que, si lo piensas, tío, dices: coxx, ¿por qué me mosqueo?; ¿por qué sufro? Si te molesta, cámbialo. No te crees apegos, olvídate de todo, de la patria y de la hostia… Olvídate de todo, man. Eres cosmopolita, pero no porque visites Nueva York, sino porque eres ciudadano del cosmos. Mira al cielo, cabrón. ¿Para qué te vas a mirar los pies?

P: Todo eso es muy zen, pero, de repente, ha llegado usted y parece que le ha hecho daño a un gran grupo de televisión con una acción dura en redes sociales…

R: Es que es un hostiazo histórico. Mira, yo tengo todos los récords de audiencia en la televisión, pero no de España, sino de Europa. Cosa que tapan, aunque me da igual porque si hay algo que no tengo es ego. Pero jamás en la vida le había pegado a alguien así. Es un golpe al buque insignia del grupo de comunicación europeo que más dividendos da. Un pepinazo. Y se lo han dado tres tíos: uno, desde un colmado de Puerto Plata; otro, en su despacho de Madrid mientras atiende a los clientes; y el otro, que no se entera de nada, en un apartamento de Alcobendas (ríe). Estos tres cabrones han hecho daño de verdad. Y se lo hemos cantado por anticipado. Vasile, así es la vida.

P: Recuerdo, hace 20 años, que había un vídeo circulando con los mejores insultos de Coto Matamoros. Eran dos minutos que no recomendaría yo a ninguno que aspire a dar una lección de buenas formas…

R: El insulto es una necesidad. La gente está equivocada, te lo digo en serio. El insulto a quien se lo merece es una necesidad. Porque la palabra mata más que una bomba. La palabra, destruye. Y si es irónica y ridiculiza, mata mucho más. Mata más que un kilo de matarratas. Pero yo lo que hice fue rescatar vocabulario que ya se había perdido, como ‘cermeño’, ‘mascachapas’, ‘tonto a las tres’… Eran palabras que no estaban en uso. No me lo ha agradecido la RAE. Debería…

P: No tengo yo claro que ahora le dejaran decir todo eso…


R: Mira, lo políticamente correcto es hipocresía. No tiene otra explicación. Es hipocresía consagrada. Sobre mí, se han soltado muchas calumnias en televisión y yo perdono el daño que pudo hacer en mi hija. Esa gente llegó a decir que yo había tirado a una tía desde una ventana y que me habían condenado por no querer pagar una pensión. Eso es mentira. Un juez me condenó sin pruebas, eso sí es acojonante. Eso fue una de las cosas que me impulsó a salir de España. Dije: ¿pero yo para qué me voy a quedar? ¡Estos tíos me van a matar!

P: Todo esto da un resumen: usted ha tenido una vida con varias peripecias…y ahora, le da por una nueva, y es intentar dañar a Gran Hermano.

R: Mira, esto se trata de vivir y de aprender. De aprender, desarrollarse, disfrutar de lo bueno, fracasar y aprender a vivir mejor gracias al fracaso. Eliminar el orgullo, el deseo, el sufrimiento y toda la mierda. Entonces, cuando uno elimina toda esa mierda, tiene una puerta enorme para ser feliz.

P: No hacía yo a Coto Matamoros con un discurso budista.

R: Tengo cierta influencia budista, sí, porque he estado en muchos monasterios budistas y, quieras que no, es como la educación judeocristiana. Todo eso te lo atornillan en la cabeza y se te queda


 
Mefalta ARy todos del salva y esa mujer tan encantadora aaa el cayo malayo que comente . hoy escuche que van 42 firmas las que se fueron ,hasta que se fueron anunciantes en tv5 calladitos como putas((perdon a las señoras con tal denomimacion)que soys decentes
 
POR ESTHER
MUCIENTES

01/12/2019

LA VIDA ROTA DE CARLOTA EN 18 MINUTOS
“Por primera vez no me siento sola…”

Y cómo la joven malagueña se sobrepone a su presunta violación cuando concursaba en Gran Hermano. “La música salvó mi vida y sangrando poesía estoy intentando curarme”, dice. En espera de juicio por los hechos, la condena llega ya al ‘reality’, que se queda sin anunciantes. El acusado niega la violación: “Nos restregamos ella conmigo y yo con ella”

Descubra Orbyt
  • Disminuye el tamaño del texto
  • Aumenta el tamaño del texto
  • Imprimir documento
  • Comparte esta noticia
  • twitter
Madrugada del noviembre de 2017, 01.30 horas, Guadalix de la Sierra, casa de GH Revolution, José María López presuntamente abusa sexualmente —está pendiente fijar la fecha del juicio— de Carlota Prado, la que por entonces era su pareja en la casa y tras una fiesta en la que a la joven le sienta mal el alcohol que la organización les proporcionó.
Cerca de 10 minutos de imágenes, que nunca se han emitido, en las que según la juez de Colmenar Viejo que ha investigado el caso «existen indicios de que la conducta del recurrente pudiera ser constitutiva de un delito de abuso sexual».
Pese a que la escena estaba siendo grabada, nadie entró a ayudar a Carlota Prado. El programa sólo intervino cuando todo había pasado y a la mañana siguiente para mostrarle a la veinteañera el vídeo del presunto abuso sexual del que fue objeto la noche anterior. Sin nadie, sola e instándola a que no contara nada. Es el inicio del mayor escándalo en la historia de Gran Hermano, de la historia de la televisión.
«Por primera vez no me siento sola y esto automáticamente se convierte en amor, esto automáticamente se convierte en generosidad para cualquier persona que esté pasando por una situación similar a la mía (…) Si vais a escoger el bando correcto, no por mí sino por vosotros, por todos los demás, y espero que hagáis lo correcto», son las últimas palabras de Carlota Prado en sus redes, dirigidas a todo el tsunami que desde hace días está haciendo lo que no se hizo antes. Carlota ya no está sola.
El 19 de septiembre de 2017, Carlota Prado y José María López cumplen su sueño: entran en la casa como concursantes de pleno derecho de GH Revolution, la última edición anónima del reality. Ella entraba en la casa con tan sólo 24 años. Natural de Estepona, Carlota Prado llegó a GH tras haber dejado la noche como directora de dos discotecas en Marbella y después de correr decenas de aventuras, que ella misma contó en su vídeo de presentación. «Tengo un pequeño problema que es que pienso que tengo más huevos que cualquier hombre que esté cerca», aseguró entonces. Para ella entrar en Gran Hermano era «todo un reto personal» dado su «fuerte carácter». «Si es la revolución yo tengo que estar ahí sí o sí».
José María López también entra en la casa con 24 años desde la localidad murciana de Torre Pacheco donde se dedicaba a la agricultura. José María, el presunto violador, se definió entonces como un «chico activo y deportista que cae bien a todo el mundo» y que entraba en GH porque quería «vivir la experiencia y aprender a comer bien».
El reto personal de Carlota Prado y la búsqueda de experiencias de José María acabó convirtiéndose en una pesadilla para la joven malagueña. Cerca de 10 minutos, según la instrucción de la juez, en los que las decenas de cámaras de GH Revolution grabaron el presunto abuso sexual de José María López a una semiinconsciente Carlota Prado sin que nadie de la organización interviniera. Es después de esos 10 minutos cuando el programa entra en escena utilizando uno de los códigos que el programa tiene para alertar a los concursantes y frenar determinados comportamientos.
Aquella noche, la responsable de todo lo que pasaba en la casa era María Robles Hurtado, la Súper que estaba de turno y que fue la que pasados esos 10 minutos utilizó uno de esos códigos para parar lo que estaban viendo —«el micro», «ponte el micro» o «cuidado con el micro»—. Demasiado tarde. En su declaración ante la juez, María Robles explicó que no vio lo que pasaba bajo el edredón y que «solamente» vio a Carlota en «mal estado». Cuando la preguntaron si en algún momento se le representó la posibilidad de que se estuviera cometiendo un delito, la respuesta fue clara: «sí».
Nada que ver con la declaración del presunto violador. Como ya hizo en un vídeo tras ser expulsado, aseguró a la juez que «no recordaba» que Carlota le dijera que no, que para él ella se encontraba en «perfectas condiciones» y que sólo se estuvieron «restregando. Ella conmigo y yo con ella».
Una declaración en las antípodas de la de la víctima que en ningún momento dudó en responder que recordaba «perfectamente» encontrarse «muy mal» y decirle a José María López que no quería acostarse con él: «Él quería mantener relaciones sexuales y yo no».
No es hasta el 4 de noviembre por la mañana cuando Carlota Prado despierta y ve que José María López no está en la casa. El Súper la llama al confesionario y es allí donde le muestra el vídeo del presunto abuso sexual. Completamente sola, angustiada, sin tener muy claro qué es lo que estaba viendo. Ocho minutos de imágenes en las que Carlota Prado entra en shock. En el vídeo, publicado la semana pasada por el diario El Confidencial, se ve a una joven rota, nerviosa y sobrepasada, que suplica insistentemente que le quiten las imágenes, mientras la organización se niega. «Tienes que verlo, Carlota».
Ella se levanta, va hacia la pared, la golpea y… pide ver a José María López. Carlota Prado no puede creer lo que acababa de ver. ¿Cómo es posible que el que fuera su pareja dentro de la casa le hubiera hecho eso? El Súper le niega poder verle y le comunica que el murciano ha sido expulsado de la casa. Ella pregunta si alguien más ha visto las imágenes y GH le asegura que nadie más las verá y que el programa se limitará a decir que José María López ha sido expulsado por «conducta intolerable».
La joven quiere salir de allí, respirar y ver a sus compañeros. El Súper no la deja, le pide que espere al equipo de psicólogos del programa, pero Carlota Prado no quiere verlos, quiere a alguien de su entorno. Vuelve a pedir salir y es entonces cuando el programa le advierte de que «por el bien de ella y de José María» no puede contar nada de lo sucedido. Carlota Prado accede, llega la psicóloga, las cámaras dejan de grabar.
Ocho minutos de confesionario en los que se ve claramente la reacción de una mujer que ve su propia violación sin la ayuda de nadie, más que la voz distorsionada de una persona. De hecho, la única respuesta que ha dado el programa a toda la oleada de indignación y boicot publicitario desatada en los últimos días ha sido reconocer que no se debió mostrar a Carlota las imágenes de los hechos tal y como se hizo, y que revisarán los protocolos del programa para que no haya alcohol y evitar que ocurran situaciones que «vulneren derechos».
Tras hablar con la psicóloga, Carlota Prado decide salir de la casa. Estuvo cuatro días en un hotel dispuesto por la organización, acompañada de su madre, sin móvil y con un equipo de psicólogos de GH. Cuando recibió el alta, decidió regresar a la casa porque no podía con la presión del exterior, «no era consciente». Entró de nuevo y nadie dijo ni media palabra. De hecho, si no llega a ser porque los medios de comunicación informaron de que el programa se había personado horas después de lo sucedido en la Comandancia de la Guardia Civil para denunciar los hechos, todo hubiera quedado en una expulsión por «comportamiento intolerable». A los pocos días fue expulsada por la audiencia, desapareció y ya en frío y arropada por los suyos decidió denunciar.
Son los poco más de 18 minutos que resumen el suceso más oscuro en la historia de GH, 18 minutos que Carlota lleva reviviendo desde aquella madrugada de noviembre. «…Sí, siento vergüenza, angustia, una infinidad de emociones, pero es la verdad, y ahí queda para todo el que me denigró o sigue sin creerme», ha afirmado en las redes sociales. Efectivamente, pocos creyeron entonces a la concursante de GH Revolution. El silencio absoluto de Mediaset, de Telecinco, de GH —sólo hubo tres comunicados en los que se informó de la expulsión de José M. López— es la segunda carga que arrastra desde entonces la malagueña.
Todo estalló y Carlota Prado pasó de ser la víctima de una presunta violación a ser el objetivo a atacar por los espectadores, los medios y todo aquel que ante la falta de información no comprendía ni tantos silencios ni lo que había sucedido.
Durante largo tiempo ha estado callada, intentando recuperarse de un supuesto abuso sexual. 730 días y 730 noches de un caso que se olvidó; dos años sin apoyo de la productora —Endemol Shine, propietaria de Big Brother—; dos años sin que nadie recordara el terrible hecho y dos años en los que la joven ha tenido que vivir no sólo con la supuesta violación sino con que nadie la apoyara, ni el por entonces conocido como #MeToo, ni los movimientos feministas, ni todos aquellos que no la creyeron.
CON CASCOS Y EN TRATAMIENTO
Se tiñó el pelo —de su castaño rojizo al negro—, abandonó las redes sociales, se puso en tratamiento psiquiátrico y psicológico y llegó incluso a salir a la calle con los cascos puestos para no escuchar como muchas personas le preguntaban si era cierto que la habían violado. No ha vuelto a trabajar, no puede. «La música salvó mi vida y sangrando poesía estoy intentando curarme», afirma en su perfil de Twitter. Pero Carlota Prado decidió hace poco que ya no iba a guardar silencio, como le pidió entonces Gran Hermano. Habla para que se «haga Justicia», para que se sepa «la verdad» y para que quienes pasen por lo mismo no se callen.
Lo único que ha cambiado desde aquel 4 de noviembre es que a raíz de la difusión de las imágenes del confesionario, Carlota Prado ha encendido una oleada de apoyo imposible de parar. «Ahora sí soy consciente, y cualquier persona decente y con empatía entiende que el shock que yo sufrí no se digiere en cuatro días encerrada en un hotel. Y quien tenga algo que preguntarme que lo haga, aunque antes de nada, que tal si pensáis en si le pasase a un ser querido vuestro», es uno de los últimos mensajes en respuesta a los que hoy todavía siguen poniendo en duda su relato. Una minoría en comparación con la avalancha de indignación que ha desatado y que, de momento, le está costando a Gran Hermano la retirada de decenas de sus anunciantes.
El pasado mes de octubre la juez encargada de la investigación del caso dio por finalizada la instrucción. Queda fijar la fecha del juicio pendiente del escrito de la Fiscalía y las partes. Un hecho que supondría sentar en el banquillo de los acusados, por primera vez en la historia de GH, a un concursante por una presunta violación en el programa. Pese a todo, Mediaset no forma parte ni ha sido llamada a declarar.
La juez, de las pocas personas que han visualizado el vídeo, ha sido muy clara: «…observándose una manipulación interna en la que José María pudiera ser que estuviera quitando las bragas a Carlota (…) Ésta le comunicó, sin apenas fuerza, la frase “no puedo” (…) Después Carlota le dijo “quita” y se dio la vuelta, para posicionarse de espaldas a José María. Se volvieron a ocasionar desplazamientos por su parte que impulsaban a Carlota arriba y abajo, sin que motu proprio ésta reaccionara al estímulo; el cual pudiera consistir en penetraciones».
 
Es todo muy fuerte, puedo entender aunque no le exime de culpa que telecinco haya escondido el suceso, pero lo que no me cabe en la cabeza es que le enseñaran a la chica las imágenes ! esto se vio en directo en la edición de ese año ?
 

Temas Similares

2
Respuestas
17
Visitas
2K
Back