Claro, no digo que estén criando a futuros tiranos ni mucho menos, pero sí veo a niños de casi 2 años que ni saben lo que es una cuchara, ni han oído un "no" (dicho con cariño claro) ni conocen límites, y sus padres no son precisamente pasotas, todo lo contrario, quieren darle lo mejor al niño y lo quieren con tanta fuerza que se pasan de vueltas y acaban consiguiendo lo contrario, que sus niños vayan bastante "por detrás" de otros en cuando edad y evolución. Pero estos son los casos de la gente que yo conozco, por supuesto no es el de todo el mundo!
La crianza con apego o respetuosa y la disciplina positiva no es no decir nunca no, ni implica que si un niño no quiere lavarse tú se lo permitas. Lo que supone, así a grandes rasgos, es no "obligarle" y sí "convencerle", por decir de alguna manera. Otra cosa es que haya padres que se queden con la idea de que no hay que dar órdenes, que debe elegir el niño, que hacer BLW implique comer con las manos hasta el final de los tiempos (para mí equivalente a niños de cuatro años comiendo papillas y tomando biberón).
Si es la hora de comer y tú hijo no quiere lavarse las manos tienes tres opciones, así a voz de pronto, que seguro hay muchas más.
- Gritarle que tiene que hacerlo, decir eso de no te lo repito más, si no te las lavas no comes, repetirlo tres o cuatro veces, siendo perfectamemte consciente el niño de que por mucho que le grites se saldrá con la suya, y lo más probable es que a los cinco minutos esté el crío comiendo tan campante con las manos sin lavar.
-Llevarle a rastras al baño, seguramente entre lloros, y obligarle a lavárselas.
-Hablar con él, preguntarle por qué no quiere lavarse las manos. Explicarle el motivo por el que tiene que lavárselas. Lavártelas tú a modo de ejemplo. Y vamos, a menos que tenga un día torcido, que todos los tienen, incluidos los padres, si tú dialogas con tú hijo, no le impones las cosas sino que se las explicas, no tendrás que pedirle que se lave las manos porque en cuanto oiga eso de "a comer", lo primero que hará será lavarse las manos. Y desde bien chiquito.
Es un ejemplo tonto, uno de muchos, y muchas veces claro que se acaba gritando o p erdiendo la paciencia o diciendo "no", pero la idea es esa.