POLÍTICA Gaspar Llamazares y Baltasar Garzón registran un nuevo partido de izquierda crítica

Ninguno de los dos. De toda la vida se ha dicho "Melchor, Gaspar y Baltasar".
Así que les toca buscar un Melchor para que encabece la cabalgata.

No lo veo claro. Llamazares es de IU, comunista, y BG más bien socialista. Es como si fuera una recreación del acuerdo Unidos Podemos con IU, es decir, que a bastantes de IU no les ha gustado la union con Podemos porque se da la impresión de que les absorben, y con un partido de un ex juez muy relacionado con el socialismo se junte con un comunista ...pues más de lo mismo, es decir, los comunistas se pueden sentir absorbidos por parte del socialismo.

A lo dicho ¿Quien financia ese partido político, plataforma política o formación política? Ahí está la clave.

Por cierto @bilbainada, ¿Quien crees que pueda se el tercer mago?
 
No lo veo claro. Llamazares es de IU, comunista, y BG más bien socialista. Es como si fuera una recreación del acuerdo Unidos Podemos con IU, es decir, que a bastantes de IU no les ha gustado la union con Podemos porque se da la impresión de que les absorben, y con un partido de un ex juez muy relacionado con el socialismo se junte con un comunista ...pues más de lo mismo, es decir, los comunistas se pueden sentir absorbidos por parte del socialismo.

A lo dicho ¿Quien financia ese partido político, plataforma política o formación política? Ahí está la clave.

Por cierto @bilbainada, ¿Quien crees que pueda se el tercer mago?


O... ,maga

http://www.eldiario.es/politica/Criticos-IU-Madrid-Llamazares-Talegon_0_443756313.html


La noticia es del 2015...
 
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Gaspar Llamazares, diputado de IU en la Junta General del Principado de Asturias. ELOY ALONSO



Actúa, antes plataforma ciudadana, llama al entendimiento entre el PSOE y Podemos

HEMEROTECA: Baltasar Garzón presenta la plataforma Actúa para "quitar el gobierno al PP"

La plataforma ciudadana Actúa, que cuenta entre sus miembros fundadores con Gaspar Llamazares y Baltasar Garzón, tomó la decisión el pasado jueves de registrarse como partido político para poder concurrir a futuras elecciones. Se trata de una nueva propuesta que clama contra la falta de entendimiento de las fuerzas políticas de izquierda y pide un lugar común para el entendimiento con el objetivo de evitar que el PP se mantenga en el gobierno. Sus primeros objetivos son las municipales y las europeas de 2019.

Lo llamativo del caso es que el partido, ya inscrito en el Registro del Ministerio del Interior, nace con la esperanza de no tener que presentarse a los comicios. «Hay un millón de huérfanos de izquierda que no fueron a votar en las últimas elecciones», manifestó Llamazares, «pero preferimos que sean las fuerzas de izquierda las que se dirijan a ellos» para evitar «la continuidad del PP».

El portavoz de Izquierda Unida en Asturias explicó que si los dos partidos de izquierdas con más apoyos, el PSOE y Podemos, no se ponen de acuerdo para atraer al electorado desmovilizado, «aspiraremos a representar ese espacio».

«Si las izquierdas se ponen de acuerdo no nos presentaremos a las elecciones», asegura Llamazares

Actúa cuenta con el impulso de Izquierda Abierta, partido integrado en IU cuyo portavoz es el propio Llamazares, y la asociación Convocatoria Cívica, presidida por Baltasar Garzón. Además de estas dos personalidades, Actúa se constituyó como plataforma ciudadana con la firma de la abogada Cristina Almeida o el ex director de la Unesco Federico Mayor Zaragoza, entre otros.

Para conseguir volver a movilizar a los desencantados, Llamazares valoró que las opciones de izquierda han de tener una «vocación pluralista, acogedora y no excluyente». «Esperamos no tener que ser necesarios, pero si lo somos nos presentaremos. Eso dependerá de otros», añadió, en referencia a las opciones mayoritarias de la izquierda.

Ángel Viviente, portavoz del partido, no descartó la posibilidad de que tanto Garzón como Llamazares formen parte de las candidaturas en caso de que finalmente Actúa se presente a las elecciones. En todo caso, aseguró que «ni siquiera se ha planteado» este extremo, ya que el proyecto se encuentra en una fase demasiado temprana y todavía no se ha hablado de la configuración de los órganos de partido.


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Baltasar Garzón, en una imagen de 2015. | ALBERTO DI LOLLI

La pertenencia de Llamazares a la plataforma que ahora nace como partido se enmarca en el contexto de las críticas que ha realizado a la coalición de Izquierda Unida con Podemos. Él mismo se encargó de recodar que ha sido «muy crítico con la posición de IU en el debate de la moción de censura», puesto que considera que Alberto Garzón no debería haber utilizado sus turnos de palabra para «ponerse de parte de Pablo Iglesias». Llamazares cree que Izquierda Unida se ha diluido tras la marca de Podemos, por lo que «sería legítimo» plantearse todos los acuerdos una vez terminado el periodo electoral.

El portavoz de IU evitó pronunciarse sobre si el giro ideológico del PSOE en los últimos meses coincide con las políticas que propugna Actúa, aunque sí quiso hablar de un «punto de inflexión» en España. «La moción de censura, las primarias socialistas y el acuerdo de gobierno en Castilla-La Mancha» han contribuido al «buen clima» que se vive en la izquierda española: «Vemos con buenos ojos que se haya superado el antagonismo político».

Por ahora, la opción de concurrir a las elecciones se presenta lejana, puesto que todavía quedan dos años para las municipales y europeas. Por eso el ex diputado es conservador acerca de cuáles serán los próximos movimientos de Actúa, «lo que no quiere decir que nos vayamos a negar esa intención electoral». Con el objetivo de saber si Actúa goza de apoyos suficientes como para que presentarse a las elecciones valga la pena, se abrirán espacios de debate a nivel municipal y autonómico a finales de año.

Como opción política, Actúa seguiría apostando por las mismas medidas que plasmó en el manifiesto de la plataforma. Lo principal es un acuerdo mayoritario de izquierdas contra el PP, pero también un modelo social frente los recortes, un programa de regeneración política y la configuración de España en un modelo federal.

Llamazares aclaró además que la inscripción como partido de Actúa es «instrumental y preventiva», para así evitar que otras iniciativas utilicen ese nombre con fines políticos. El salto de la plataforma a la política ha sido beneficioso: fundada en abril de este año, casi el 30% de sus adhesiones se han producido a lo largo de este martes. «Eso demuestra que la gente quiere actuar, a pesar de la decepción. Hay vida política más allá de la situación institucional», sentenció Llamazares.

http://www.elmundo.es/espana/2017/08/08/5989847dca47416c378b460c.html

Gracias por la info-, @pilou12 !...muy interesante...

"Como opción política, Actúa...lo principal es un acuerdo mayoritario de izquierdas contra el PP, pero también un modelo social frente los recortes, un programa de regeneración política y la configuración de España en un modelo federal."

@Ondina , @gabriela, @pato laqueado , @Eleonora de Toledo , @windsor

https://www.cotilleando.com/threads...eracion-union-federal-o-union-jacobina.71326/
 
Lo del acuerdo de las izquierdas ya se está intentando , pero el partido que se decía y dice de izquierdas da largas....y su deriva no es clara.

Quien financia esa plataforma. Ahí está la clave del asunto.
 
Pedro Sánchez levanta el veto sobre Baltasar Garzón para el futuro del PSOE


"Todo lo que sea fortalecer a la izquierda y caminar con personalidades de estas características lo vemos bien", aseguran fuentes próximas a Sánchez



Gonzalo Cortizo
12/08/2017 - 19:30h
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Baltasar Garzón en una imagen de archivo EFE

Llamazares informó a Pedro Sánchez a mediados de julio sobre sus planes para crear Actúa
El PSOE de Pedro Sánchez ha levantado el veto sobre Baltasar Garzón para futuras colaboraciones políticas. "Es un referente de la izquierda", aseguran fuentes cercanas al secretario general que no descartan ningún tipo de colaboración futura con el exjuez. "Todo lo que sea fortalecer la izquierda y caminar con personalidades de estas características lo vemos bien", asegura uno de los principales dirigentes de Ferraz en conversación con eldiario.es.

El nombre del exjuez ha vuelto a primer plano tras el anuncio de registro del Actúa, como nuevo partido político con Gaspar Llamazares y el propio Garzón al frente. Como avanzó esta redacción, Llamazares se reunió con Sánchez para informarle de su intención de impulsar un nuevo espacio de actividad política en torno a Actúa. En ese encuentro, el nombre de Garzón estuvo sobre la mesa, como uno de los activos que habría que recuperar para la vida política.

La historia de Garzón y el PSOE es antigua y, por momentos, tortuosa. El exjuez ocupó el número dos de la lista por Madrid con la que Felipe González se presentó a las elecciones de 1993. El fichaje estrella acabaría por truncarse, tras comprobar Garzón que González le relegaba a un simbólico puesto de secretario de Estado en el Plan Nacional contra las drogas. Garzón esperaba ser ministro, pero ese cometido acabó en manos de Juan Alberto Belloch.

En esa época, González nombró a Margarita Robles para la secretaría de Estado de Interior. Ni siquiera ese puesto fue para un Baltasar Garzón que pocos meses después acabaría por dimitir para volver al juzgado número cinco de la Audiencia Nacional. Ya de vuelta a su puesto de juez, Garzón acabaría por impulsar la investigación del caso Filesa, la principal causa contra la financiación ilegal del PSOE de la historia de España.

De aquellas disputas quedan rencillas como las que el propio Garzón y Robles parecen no haber superado pese al paso del tiempo. Si las ideas de Sánchez se imponen y el PSOE vuelve a encontrar hueco para el exjuez, ese será uno de los primeros escollos a los que Sánchez habrá de entregarse.



Fuentes socialistas aseguran que las diferencias entre el exjuez y el PSOE se dan por superadas. Uno de sus principales contactos en los últimos años ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien Garzón mantiene excelentes relaciones. Las mismas fuentes aseguran que a lo largo de los últimos años el exmagistrado fue uno de los principales contactos de los socialistas con el mundo de la judicatura.

Por ahora, el exjuez dice que su intención no es tener un cargo político y ya ha descartado el puesto en el que todos parecían ubicarle: la candidatura a la alcaldía de Madrid, en caso de retirada de Carmena. En Ferraz, mientras tanto, no dan nada por cerrado pero tampoco descartan nada.

http://www.eldiario.es/politica/Pedro-Sanchez-Baltasar-Garzon-PSOE_0_674383114.html

Lo que me imaginaba. Pedro Sanchez está de paso y le están formando los mastodontes del Psoe una plataforma para quitarle votos, mejor dicho a él de enmedio. Van a dividir al PsoE, pero...no sé que pinta un comunista en esa plataforma tan unida al PsoE.

Y eso de que las rencillas entre MR y BG están superadas...habrá que verlo.
 
Las mentiras reiteradas del exjuez Garzón


"Es difícil aceptar que un juez que ve los cuerpos llagados de muchos de los detenidos sencillamente no pueda pensar que pasa algo de este tipo", dicen los autores en referencia a las torturas que aseguran que padecieron

Diecinueve de los detenidos de la denominada Operación Garzón han escrito este artículo, en que responden a las últimas declaraciones del exjuez Baltasar Garzón al diario La Vanguardia, y lo remitieron a dicho periódico que se negó a publicarlo


Ramon Piqué, Marcel Dalmau y 17 encausados más*
52 Comentarios

14/08/2017 - 20:10h
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El exjuez, Baltasar Garzón. EFE

OPINIÓN "Carta a Jaume Asens: De las verdades a medias", por Baltasar Garzón
En un artículo publicado a La Vanguardia el día 31 de julio, dice el señor Baltasar Garzón que "la postverdad es la mentira emotiva, cuando lo que ha ocurrido en realidad tiene menos importancia que la percepción que se puede tener del hecho en sí". En el supuesto que nos atañe, lo que ha ocurrido y, según él, tiene menos importancia, son las torturas que varios militantes independentistas sufrimos a manos de la Guardia Civil en el verano del 1992, poco antes de los Juegos Olímpicos. Un delito de lesa humanidad.

Con un comienzo de artículo como el citado, el exjuez Garzón ha desaprovechado una ocasión de oro para hacer una autocrítica y desmarcarse de las cloacas del Estado, de las cuales en algún momento de su vida quiso sacar provecho para hacer carrera política. Hay que recordar que él trabajaba para la Audiencia Nacional, la instancia judicial heredera directa del Tribunal de Orden Público franquista, que continuó cumpliendo con las mismas funciones sin ninguna revisión, limpieza o ruptura.


El motivo por el cual el pasado mes de julio unos cuantos encausados dimos el paso de esperarlo en el Parlamento de Cataluña es que él había sido el responsable judicial de la operación en el marco de la cual fuimos torturados. Un responsable innegable, puesto que fue quien ordenó nuestras detenciones. Es difícil aceptar que un juez que ve los cuerpos llagados de muchos de los detenidos sencillamente no pueda pensar que pasa algo de este tipo. Le hicimos esta pregunta el día que vino a nuestro Parlamento y él no la quiso contestar. ¿Era ingenuo o era cómplice?

El día 16 de diciembre de 2012, en el programa Salvados de la Sexta, el señor Garzón afirmó taxativamente que, de las personas que habían comparecido ante él, ni una sola había denunciado torturas. Obviamente, cuando hizo esta afirmación, mentía. Está grabado y usted mismo se desmiente de manera implícita en este último artículo. En abril del 2013 el semanario La Directa hizo públicas las actas de nuestras declaraciones, en las que se demostraba que siete de las personas detenidas habían denunciado ante él esas torturas.

Tenemos que apuntar que, antes de declarar ante el juez, los agentes de la Guardia Civil nos habían amenazado con volver a ser torturados si no repetíamos las declaraciones que habíamos aprendido cuando estábamos en sus manos y, obviamente, nos avisaban de que fuéramos con cuidado si denunciábamos torturas. Nos habían demostrado con creces que no se trataba de ninguna postverdad, señor Garzón, y los juicios se fundamentaron sobre estas declaraciones, hechas bajo amenazas y torturas, que nunca fueron anuladas.

A pesar de todo, siete personas denunciamos torturas ante el juez y cuando empezamos a hablar de todo aquello a lo que habíamos sido sometidos, él, Baltasar Garzón, nos recordó que las preguntas las haría él, y que cualquier referencia al trato recibido se haría al final. De este modo, se descontextualizaba la declaración en relación a las torturas recibidas.

El exjuez dice que él no podía hacer nada más de lo que hizo, que la competencia era del juzgado ordinario y de la fiscalía correspondiente. Afirma que la sentencia de Estrasburgo dice que su actuación fue impecable, cosa que no aparece en ninguna parte del texto de la sentencia… El señor Garzón hace un relato a medida de sus intereses, sin ni una brizna de humildad.

Dice el señor Garzón que, de los quince detenidos que sostuvieron la denuncia al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH), seis fueron condenados por la Audiencia Nacional, y que eran personas que usaban el terror como medio para transmitir sus ideas. La relación de algunas de estas personas con Terra Lliure no justifica la práctica de la tortura. Este posicionamiento está en las antípodas de la defensa de los derechos humanos. Por otro lado, ¿tenemos que considerar que las otras nueve personas que habían denunciado torturas y que no fueron condenadas ni procesadas son daños colaterales de la razia policíaca? ¿Es así como quiere ser un defensor de los derechos humanos? Relea lo que ha escrito y dice en su artículo. ¿De qué postverdad está hablando?

Dice que no entiende la insistencia en intentar reivindicar visiones del pasado distorsionadas, que no vale la pena perder el tiempo… Las visiones distorsionadas del pasado las hemos soportado durante muchas décadas en este país, y los encargados de difundirlas han sido personas como usted, que se han dedicado a construir versiones oficiales tergiversadas con impunidad total. Dice que nadie es perfecto, y que ha hecho autocrítica en numerosas ocasiones y quiere continuar haciéndolo. Señor Garzón, no sabemos si ha hecho autocrítica, pero el texto de su artículo más bien va por otro camino, más bien es la actitud de alguien que, si tuviera dignidad, pediría perdón antes de proclamarse defensor acérrimo de los derechos humanos.

Pero, desgraciadamente, más allá del caso que nosotros vivimos, el exjuez en cuestión es conocido en algunas instancias de defensa de los derechos humanos justamente por su papel obstaculizador en materia de derechos humanos, y en su currículum hay más causas parecidas. Tenemos que recordar casos como el de Aritz Beristan, detenido el 2002 por orden del señor Garzón, ante el cual había denunciado torturas, y la sentencia posterior del TEDH, que condenaba de nuevo al Estado español por no haberlas investigado.

O el caso de las cinco personas detenidas en Vilanova i la Geltrú acusadas de pertenecer a Al Qaeda que denunciaron que habían sido torturadas ante los jueces de la Audiencia Nacional, Andreu y Grande-Marlaska y, posteriormente, ante el juez Garzón. Después de un tiempo, el mismo Tribunal Supremo anuló la sentencia de la Audiencia Nacional apuntando que no se habían investigado las torturas a pesar de los indicios racionales que había.

La Coordinadora por la Prevención y Denuncia de la Tortura, con motivo de la presentación del señor Garzón en 2011 como candidato a miembro del Comité por la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, hizo llegar a aquella instancia un documento con la compilación de numerosos casos en los que, siendo juez instructor el señor Garzón, se habían producido denuncias por torturas y no se habían parado los procesos, más bien al contrario. El juez tuvo que retirar su candidatura.

Señor Garzón, hablamos de torturas, no del proceso que vive Cataluña. Hablamos de un delito de lesa humanidad, no de independentismo.

*Firman este texto Ramon Piqué (twiter: @rpiqueh), Marcel Dalmau y 17 encausados más (todos ellos detenidos el año 1992 en el marco de la Operación Garzón semanas antes de la celebración de los JJOO de Barcelona).
 
Verdades incómodas sobre Venezuela y la furia de las oligarquías mediáticas

Atilio A. Boron
Rebelión

Reflexiones en defensa propia



Los periódicos comenzaron a existir para decir la verdad
y hoy existen para impedir que la verdad se diga.”
(G. K. Chesterton, 1917)



En los últimos días, en coincidencia con la decisión de Cambiemos de hacer de Venezuela uno de sus ejes de campaña, fui sometido a un ataque sin precedentes desde las ciudadelas de la oligarquía mediática argentina a propósito de mis opiniones acerca de lo que está ocurriendo en aquel país. Periodistas y académicos unieron sus fuerzas para no sólo disentir con mis ideas sino también para lanzar toda suerte de agravios sobre mi persona. No tiene sentido referirme a cada uno de sus autores por separado, y esto por dos razones. Primero, porque en el fondo su discurso es el mismo: variantes de un mismo guión dictado desde Washington, reciclado por sus acólitos neocoloniales y lanzado por ellos a través de los “medios independientes” (¿independientes de quiénes?) para hostilizar a quienes piensan distinto. Segundo, porque individualizarlos sería conferirles a los autores de tales libelos una dignidad que su estatura intelectual y moral hace totalmente inmerecida. Dicho esto, en lo que sigue, va mi respuesta.

Uno. En Venezuela la oposición está compuesta por dos sectores. Uno, que acepta al diálogo con el gobierno. Otro, totalmente opuesto a él y dispuesto a quebrar el orden constitucional y derrocar a Nicolás Maduro apelando a cualquier recurso, legal o ilegal. Desgraciadamente, esta fracción ha sido la que hasta la semana pasada ha hegemonizado la oposición amenazando al sector dialoguista con una brutal represalia si cedía a los llamados del gobierno. [1] Conversar con éste equivalía, para los violentos, a una infame traición a la patria, merecedora de los peores castigos. Este grupo extremista y fascista hasta el tuétano, venía conspirando contra la democracia desde el fallido golpe de estado del 11 de abril del 2002 y sus principales líderes: Leopoldo López, Henrique Capriles, Antonio Ledezma, Freddy Guevara, Julio Borges y María Corina Machado apoyaron abiertamente aquel golpe. Machado, una de las “demócratas” de hoy, fue firmante del Acta de Juramentación de la nueva junta de gobierno presidida por el empresario Pedro Carmona Estanga. En dicha acta se cancelaban las libertades públicas, se abolían todas las leyes producidas por el chavismo y se decretaba la cesación en sus cargos de todas las autoridades electas y los parlamentarios y ediles del país. Estos fascistas fueron los que, bajo el liderazgo de Leopoldo López, organizarían la sedición de febrero del 2014 –significativamente llamada “Operación Salida”- una vez consumada la derrota del candidato Henrique Capriles en las elecciones presidenciales convocadas luego de la muerte de Hugo Chávez. La “Operación Salida” adoptó las tácticas violentas de control de la calle aconsejadas en diversos manuales de la CIA y en la obra de uno de sus máximos teóricos, Eugene Sharp. Aquellas contemplaban la realización de atentados de todo tipo a instalaciones públicas, autobuses colectivos, erección de barricadas armadas (“guarimbas”) impidiendo que la gente saliera de sus hogares y matanza indiscriminada de personas para aterrorizar a la población. A diario López declaraba que esta insurrección sólo cesaría con la renuncia de Maduro. Finalmente se restableció el orden público , pero con un saldo luctuoso de 43 muertos. López fue apresado y enviado a la justicia donde, como veremos más abajo, recibió una moderada condena, desproporcionada en relación a los crímenes cometidos. Este mismo grupo es el que en abril de este año relanzó la segunda fase de la estrategia insurreccional, pero incrementando exponencialmente la violencia de sus actos e introduciendo macabras innovaciones en sus tácticas de “oposición democrática”: arrojar bombas incendiarias sobre jardines infantiles y hospitales y, como en los viejos tiempos de la Inquisición, quemando vivas a personas cuyo pecado fuese tener el color de piel incorrecto según el criterio de los terroristas. Cuando al describir este deplorable escenario utilicé la expresión “aplastar a la oposición” era obvio para cualquier lector atento de mi artículo que me estaba refiriendo a este sector y no a quienes deseaban una salida pacífica, como felizmente parece estar en marcha en estos últimos días. Cualquier interpretación en contrario sólo puede ser producto de la mala fe. Pero fue dicha lectura la que originó la primera ronda de críticas e insultos.

Dos, si algo revela la monumental hipocresía de mis censores es su sepulcral silencio a la hora de proponer alguna alternativa para detener la violencia en Venezuela. Críticos que en su enorme mayoría no conocen ese país, que jamás estuvieron en él, ignoran su historia y no tienen amigos o parientes viviendo allí se dan el lujo de agraviar a quien piense de otra manera. Mi preocupación obsesiva por el deterioro de una situación que podría desembocar en una orgía de muerte y destrucción se funda en la necesidad de evitar para Venezuela -y para los amigos que tengo en ambos lados, en el chavismo y en la vereda de enfrente- un final apocalíptico. No es el caso de mis censores, a quienes en su condición de obedientes publicistas de la derecha – la de aquí y la de allá, y sobre todo la de “más allá”, en Washington- se les ordenó que descarguen toda su artillería contra quienes tuviéramos la osadía de defender el orden institucional en Venezuela. Mil veces hice la pregunta: ¿cómo se detiene la violencia iniciada, nuevamente por la derecha golpista, y ante la cual la respuesta del Estado fue débil e insuficiente? Las respuestas casi siempre fueron evasivas, pero cuando les exigía mayores precisiones lo que decían era: “renuncia de Maduro y convocatoria a elecciones presidenciales.” Es decir que estos severos críticos de mis opiniones, autoproclamados (pero inverosímiles) custodios de la libertad, los derechos humanos y la democracia, no son otra cosa que vergonzantes apologistas de la fracción terrorista de la oposición. Lo que quieren estos furiosos escribas es nada menos que el triunfo de la sedición, la victoria de los golpistas, el retorno de los fascistas y la destrucción del Estado de derecho. O sea, quieren exactamente lo mismo que la pandilla de López y sus compinches. Son, por lo tanto cómplices, cuando no autores intelectuales o legitimadores post bellum, de la barbarie desatada por la derecha. En su desesperación por acabar con el chavismo apelan a una retórica que sólo en apariencia es democrática. Lo que hay debajo de sus huecas palabras es una afrenta a los valores humanísticos que dicen defender. Tendrán que hacerse cargo de su apología de la violencia. Porque, en la reseca llanura de la política latinoamericana, con tantas “democracias” que empobrecen, marginan y lanzan a la desesperación a millones de personas no sería de extrañar que fuera de Venezuela surjan grupos que ante el ostensible vaciamiento del proyecto democrático decidan también ellos apelar a la violencia para derrocar gobiernos que los hambrean y embrutecen. Si los sedicentes custodios de la democracia aprobaron esa metodología en Venezuela, ¿la apoyarán también cuando se ensaye en otros países? ¿Qué van a decir entonces: ¿Que saquear, incendiar, matar y quemar vivas a personas está bien en Venezuela pero estaría mal en Colombia, Argentina, México? ¿No les suena un poquitín incoherente exaltar la vía insurreccional en contextos laboriosamente democráticos y que tanto costó construir?

Tres, decíamos más arriba que esta ofensiva se produce en momentos en que el gobierno argentino hizo de Venezuela uno de los ejes de su campaña electoral. Este sábado fue la punta de lanza para suspender a Venezuela del Mercosur, violando las normas del Mercosur y la Carta Democrática establecida en el Protocolo de Ushuaia, y los ataques tienen que ver con eso pero también con algo más. Obedientes, los escribidores y charlistas de los medios hegemónicos arremeten con saña contra cualquiera que defienda al gobierno legal, legítimo y constitucional de Nicolás Maduro. La voz del amo imperial les exige que digan que su gobierno es una feroz dictadura, una manzana podrida en el cajón donde brillan las ejemplares democracias de Argentina, Brasil y Paraguay, dignas herederas de la democracia ateniense y sus grandes líderes como Pericles, Solón y Clístenes, que empalidecen cuando se los compara con sus actuales sucesores sudamericanos. Tremenda dictadura la de Maduro en donde, seguramente al igual que en tiempos de Videla, Pinochet y Strossner, sus opositores pueden ir a Estados Unidos para solicitar la intervención armada de ese país en Venezuela, como lo hiciera el presidente de la Asamblea Nacional Julio Borges en su visita al Jefe del Comando Sur, Almirante Kurt Tidd, y regresar al país sin ser molestado por las autoridades, conservar su inmunidad parlamentaria, ofrecer conferencias de prensa y entrevistas en numerosos medios nacionales e internacionales y proseguir con su actividad proselitista sin ninguna clase de limitaciones. Seguramente ocurriría lo mismo con los opositores en las dictaduras de Videla, Pinochet y Strossner. Este es un ejemplo entre muchos otros. Uno más: en Venezuela la mayoría de los medios de comunicación son contrarios al gobierno y las grandes cadenas de noticias internacionales tienen sus corresponsales instalados en aquel país que día a día “malinforman” o “desinforman” al resto del mundo sobre lo que ocurre en Venezuela sin ninguna clase de restricciones. Es que la “posverdad” y la “plusmentira” se convirtieron en monedas corrientes en los medios hegemónicos.

Conviene reproducir aquí lo que recientemente escribiera Boaventura de Sousa Santos, profesor de la Universidad de Wisconsin y uno de los más distinguidos sociólogos y juristas contemporáneos. Luego de adherir a un manifiesto de intelectuales críticos del gobierno de Nicolás Maduro, de Sousa Santos sintió la necesidad de escribir un artículo porque, según sus palabras, “estoy alarmado con la parcialidad de la comunicación social europea, incluyendo la portuguesa, sobre la crisis de Venezuela, una distorsión que recorre todos los medios para demonizar un gobierno legítimamente electo, atizar el incendio social y político y legitimar una intervención extranjera de consecuencias incalculables.” Y, poco más adelante, en ese mismo artículo, nuestro autor, cuya autoridad científica y moral convierte a mis críticos en deformes pigmeos, termina diciendo que “El gobierno de la Revolución bolivariana es democráticamente legítimo. A lo largo de muchas elecciones durante los últimos veinte años, nunca ha dado señales de no respetar los resultados electorales. Ha perdido algunas elecciones y puede perder la próxima, y solo sería criticable si no respetara los resultados. Pero no se puede negar que el presidente Maduro tiene legitimidad constitucional para convocar la Asamblea Constituyente.” [2] Suficiente en relación a este tema.

Cuatro, siempre en función de la dupla “posverdad-plus mentira” ninguno de los órganos de la oligarquía mediática que nos desinforma a diario en toda América Latina -incluyendo a El País de España, director de esta desafinada orquesta mediática- mencionó una noticia que ningún medio de comunicación “serio e independiente”, como gustan llamarse estas agencias de propaganda que hoy nos bombardean con sus falsedades, podría haber dejado pasar por alto. En su conferencia de prensa del 1º de agosto el Secretario de Estado de Donald Trump, Rex Tillerson, anunció oficialmente que “estamos evaluando todas nuestras opciones de política acerca de lo que nosotros podemos hacer para crear un cambio de condiciones donde o bien Maduro decida que ya no tiene futuro y quiera marcharse por voluntad propia o nosotros podemos hacer que los procesos gubernamentales en Venezuela vuelvan a lo que marca su constitución. [3] O sea: el imperio, por boca de su encargado de relaciones exteriores, anuncia que está implicado en la concreción de un golpe de Estado en Venezuela y tan gravísima novedad es escandalosamente silenciada en los grandes medios, esos que dedican ríos de tinta y horas y más horas de radio y televisión para acusar y difamar a diestra y siniestra a quienes denuncian las maniobras del imperialismo y sus lugartenientes locales para destruir regímenes democráticos, como lo hicieron –para nombrar sólo los casos más resonantes- en Guatemala (1954), en Brasil (1964), en República Dominicana (1965), en Chile (1973), en Honduras (2009), en Paraguay (2012) y hace pocos meses en Brasil. Pocos días antes había sido el Director de la CIA, Mike Pompeo, quien declarase en su ponencia ante el Foro de Seguridad convocado por el Aspen Institute que “basta señalar que estamos muy esperanzados de que puede haber una transición en Venezuela, y nosotros -la CIA-, está dando lo mejor de sí para entender la dinámica allá para que podamos comunicársela a nuestro Departamento de Estado y a otros, los colombianos. Acabo de estar en Ciudad de México y en Bogotá, la semana antepasada, hablando exactamente sobre este tema, intentado ayudarles a entender las cosas que podrían hacer para obtener un mejor resultado para su rincón del mundo y nuestro rincón del mundo.” [4] ¡ Al demonio con la soberanía nacional, la autodeterminación de los pueblos y la democracia! Porque si al emperador no le gusta el gobierno que existe en algunas de las provincias del imperio lo derriba sin miramientos. Y la prensa de todo el hemisferio, más la española, convenientemente aceitada y colonizada, acepta el engaño sin chistar y se esmera por blindar la ominosa noticia con la colaboración de los habituales saltimbanquis de los medios que dicen los que se les ordena decir, no importa lo que hayan dicho antes. No es conveniente que el pueblo se entere de estos planes la Casa Blanca que producen un daño irreparable a la credibilidad de la democracia porque esta sólo será respetada si sus resultados son del agrado del emperador. Caso contrario el error se corrige con una ayudita de los boys de la CIA y la “embajada”. Mejor que siga pensando que el imperio tiene su sede en Orlando y sus personajes más significativos son el Pato Donald y el Ratón Mickey, que la CIA es una vetusta leyenda soviética y los otros quince servicios de inteligencia de Estados Unidos productos de una alucinación colectiva que afectó irreparablemente los cerebros de Noam Chomsky, Howard Zinn, Tom Engelhardt, Michael Parenti, James Petras, Jim Cockcroft, Philip Agee y John Perkins. Que no vaya a recordar ese pueblo que en el mayor acto terrorista de la historia Estados Unidos arrojó dos bombas atómicas sobre dos ciudades indefensas cuando Japón estaba vencido y que sí recuerde, en cambio, que Washington ha “exitosamente” exportado la democracia a Irak, Libia y Ucrania y ahora está tratando de hacer lo mismo en Siria y Venezuela. En síntesis, que Estados Unidos es lo que Hollywood dice que es y que Julian Assange es el novio despechado de la hija de Donald Trump y por eso inunda al mundo con sus mentiras desde Wikileaks. Se cumple lo que hace ya un siglo había pronosticado Gilbert K. Chesterton cuya cita pusimos como epígrafe a este escrito: los medios existen para impedir que la verdad sea dicha, que la verdad sea conocida. [5]

Cinco y final. El torrente de mentiras, falsedades y ocultamientos de mis críticos me obligaría a escribir un libro para desnudar toda y cada una de sus canalladas. No lo merecen. Prefiero proseguir con mis análisis y no perder mi tiempo discutiendo una a una sus acusaciones y respondiendo a sus insultos. Pero haré una excepción en relación a una de sus más socorridas mentiras: la reiterada caracterización del líder fascista y golpista Leopoldo López cono un “preso político.” En su afán por congraciarse con el imperio y la derecha vernácula los personeros de la oligarquía mediática insisten en el tema y, aún más, endiosan a ese personaje y a otros de su calaña como si fueran heroicos combatientes por la libertad. ¿Les suena la melodía? ¡Claro! Washington la empleó varias veces en el pasado: Combatientes por la libertad fueron los “exiliados” iraquíes que atestiguaron que el gobierno de su país estaba fabricando armas de destrucción masiva, a sabiendas de que tal cosa era una flagrante mentira. Pero sus testimonios fueron decisivos para que el Congreso de EEUU aprobase la declaración de la guerra contra Irak junto a José María Aznar y Tony Blair, siniestros cómplices del engaño que todo el mundo sabía era tal. [6] Antes habían utilizado la misma virtuosa categoría para exaltar la imagen de los “contras” nicaragüenses, convirtiendo a unos brutales mercenarios en heroicos luchadores por la democracia y los derechos humanos. Volvieron a hacer lo mismo con la “oposición democrática” a Gadaffi supuestamente bombardeada por este en Bengasi, un hecho que luego se demostró absolutamente falso pues el monitoreo satelital de la zona reveló que no existió tal bombardeo. [7] Pero la mentira surtió efecto y las víctimas de ese supuesto ataque rápidamente se convirtieron en valerosos combatientes por la libertad. Lo mismo está ocurriendo hoy en Venezuela, caracterizando como “preso político” a un señor como Leopoldo López que en realidad es un político preso, y que lo está por haber sido encontrado culpable del delito de sedición.

En Estados Unidos, por ejemplo, esto configura un crimen federal y puede llegar a ser purgado con prisión perpetua y hasta con la pena capital si es que en los incidentes promovidos por los sediciosos para alterar el orden institucional o derrocar a las autoridades constituidas se produjeran víctimas fatales. Parecida es la pena contemplada en España (recordar el caso del Teniente Coronel Antonio Tejero, en 1981) a quien en principio se lo sancionó con prisión perpetua por haber intentado un incruento golpe de estado ocupando la sede de las Cortes, reteniendo a los diputados pero sin provocar el menor destrozo dentro y fuera del recinto. La sanción a López, en cambio, fue mucho más benigna pese a los destrozos producidos y las muertes ocasionadas: 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión. Con el ánimo de reducir la crispación política en vísperas de la Asamblea Nacional Constituyente la justicia venezolana le concedió el benefició de la prisión domiciliaria. Tal como es habitual en estos casos su otorgamiento estaba regido por estrictas reglas, una de las cuales era abstenerse de hacer proselitismo político, norma que el líder golpista violó repetidamente y por eso fue devuelto a la cárcel. Lo mismo ocurre en EEUU cuando un reo sale de la cárcel bajo “parole” y viola las condiciones de la libertad condicional. Nada nuevo.

El gobierno argentino, y otros de su mismo signo, insisten en la liberación del “preso político” Leopoldo López, mientras mantiene como prisionera política sin cargos y sin proceso, y en contra de los reclamos de Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derecho Humanos, a Milagro Salta en la prisión de Alto Comedero, en Jujuy. Sin embargo, bastó que dijera que el retorno a la cárcel de López se ajustaba a derecho y era lo que legalmente correspondía para que un tropel de críticos se abalanzaran de nueva cuenta contra mi persona, haciendo lugar inclusive a la inserción en una de esa notas de ataques soeces y agraviantes extraídos de los mensajes enviados en las redes sociales, algo que yo al menos nunca había visto antes y que expresa el grado de putrefacción moral a que han llegado las oligarquías mediáticas en la Argentina y Nuestra América. [8] ¡Dixit, et salvavi animam meam
!

Notas:

https://www.state.gov/secretary/remarks/2017/08/272979.htm . Fue también publicado en España por el periódico digital Público: http://www.publico.es/internacional...uu-dice-estudiando-forma-derrocar-maduro.html

https://www.youtube.com/watch?v=3fNkeOZlM4U

https://www.youtube.com/watch?v=XYesnOD6_gQ

[8] “Atilio Borón aplaudió los encarcelamientos de opositores en Venezuela y en Twitter le respondieron”, en https://www.clarin.com/mundo/atilio...nezuela-twitter-respondieron_0_HkGhBMRU-.html
 
Otros que se tenían que haber jubilado. Ya estorban en política su tiempo y oportunidad ha pasado.
Ganas de enredar.
 
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