Poesía Eres Tú...

;););)


Igual que le han dado a Bob Dylan, el Nobel de Literatura. Esto también es poesía y de la buena, y que nunca morirá.
Mis disculpas a quién abrió este Hilo, espero y deseo que lo entienda.
En especial para Gazelle.
Por supuesto para todos los foreros, visitantes, y Staff, con todo mi agradecimiento.

.
Dear @Serendi : Gracias por la serenata nocturna con esta inolvidable cancion Strangers in the night.
Un beso y una flor para un caballero de fina estampa, de fibras sensibles y que tiene mucho que dar
y compartir. Ojala que perdures en el tiempo......you are Unforgettable...........Lehaim !!!!!


 
(Seré curioso)

En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible

vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles

tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste

aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse

los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países

ustedes duros
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles

cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple

cómo traicionan
usté y los otros
los adulones
y los seniles

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde

y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite

allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve

después de todo
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.

Mario Benedetti (1920-2009)
 
Esclarece el cielo durmiente.
El aire se funde al paso, divino
como el aliento que deja un respiro.
Agua que fluye en su caminal.
Chispeantes gotas, desvanecientes,
sorbos de vida que el ave sediente
revolotea es este ramal.
Y, el árbol, cerezo exultante
en flor, que al atardecer primaveral,
como el soplo de una chispa, radiante,
exhorta al fruto al amanecer estival.
Y, ¿qué misterio se adivina,
absorta al afán de este día?
Porque del rojo terciopelo
al sino blanco, miro este cielo.
Y, llevo mi alma
al anhelo de esta luz en alba.

(Claudia G)
 
A las doce de la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
San Silvestre.

Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para
Salomón.

Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur.

Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco
del Arquero.

A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.

Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;
doce aljabas cada año para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora
del Arquero.

Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas el murciélago Satán.

San Silvestre, bajo el palio de un zodíaco de virtudes,
del celeste Vaticano se detiene en los umbrales
mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes
inmortales.

Reza el santo y pontifica y al mirar que viene el barco
donde en triunfo llega Enero,
ante Dios bendice al mundo y su brazo abarca el arco
y el Arquero.

Año Nuevo,
Rubén Dario (1867-1916)
 
"Muere lentamente", un poema de Pablo Neruda, en el que todos nos vemos identificados.

 
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Nació en Navi, Asturias, el 24 de septiembre de 1817, el mismo año que Jose Zorrilla, con quien con frecuencia fue comparado.

Su padre era un rico labrador nacido en el concejo de Coaña y su madre era de la familia noble de los Campo Osorio de Navia.

En 1821, cuando Ramón aún no había cumplido cuatro años, muere su padre Miguel Pérez Campoamor. A los diez años comienza a estudiar Latín y Humanidades en Puerto de Vega, donde obtuvo el certificado de estudios primarios.

Poema : El gaitero de gijón
I
Ya se está el baile arreglando
Y el gaitero ¿dónde está?
-Está a su madre enterrando,
Pero en seguida vendrá
-Y ¿vendrá? -Pues ¿qué ha de hacer?
Cumpliendo con su deber
Ved le con la gaita... pero,
¡Cómo traerá el corazón
El gaitero,
El gaitero de Gijón!

II
¡Pobre! ¡Al pensar que en su casa
Toda dicha se ha perdido,
Un llanto oculto le abrasa
Que es cual plomo derretido!
Mas, como ganan sus manos
El pan para sus hermanos,
En gracia del panadero,
Toca con resignación
El gaitero,
El gaitero de Gijón.

III
¡No vio una madre más bella
La nación del sol poniente!...
¡Pero ya una losa, de ella
Le separa eternamente!
¡Gime y toca! ¡Horror sublime!
Mas, cuando entre dientes gime,
No bala como un cordero,
Pues ruge como un león
El gaitero,
El gaitero de Gijón.

IV
La niña más bailadora,
-¡Aprisa! -le dice- ¡aprisa!
Y el gaitero sopla y llora,
Poniendo cara de risa.
Y al mirar que de esta suerte
Llora a un tiempo y los divierte,
¡Silban, como Zoilo a Homero,
Algunos sin compasión
Al gaitero,
Al gaitero de Gijón!

V
Dice el triste en su agonía,
Entre soplar y soplar;
-¡Madre mía, madre mía,
Cómo alivia el suspirar!
Y es que en sus entrañas zumba
La voz que apagó la tumba;
¡Voz que, pese al mundo entero,
Siempre la oirá el corazón
Del gaitero,
Del gaitero de Gijón!

VI
Decid, lectoras, conmigo:
¡Cuánto gaitero hay así!
Preguntáis ¿por quién lo digo?
Por vos lo digo, y por mí.
¿No veis que al hacer, lectoras,
Doloras y más doloras,
Mientras yo de pena muero,
Vos las recitáis, al son
Del gaitero,
Del gaitero de Gijón?.. .
 
Gerardo Diego, máximo representante en España del “Creacionismo” e impulsor de la “Generación del 27”, mantuvo de forma constante un puente entre la tradición y las vanguardias.

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Gerardo Diego Cendoya nació en Santander el 3 de octubre de 1896.

Desde niño cultivó su intensa afición por el piano y se decantó en sus estudios por las letras. Siendo ya Doctor en Lengua y Literatura obtiene en 1920 una cátedra de su disciplina en el Instituto General y Técnico de Soria (hoy Instituto Antonio Machado), donde trece años antes había estado Machado.

Llegó un 1 de abril de 1920.El 20 de mayo de 1922 abandonó Soria con destino a su nuevo destino, Gijón, volviendo a Soria en varias ocasiones.

Romance al rio Duero


Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.

Indiferente o cobarde
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.

Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.

Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.

Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.

Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,

sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.


.

 
Muere John Ashbery: la voz de América
Fallece el gran poeta estadounidense a los 90 años. Representaba lo mejor de su país, había heredado de Walt Whitman la capacidad de hablar y agitar la conciencia de la gente de la calle


«De lo que hablan mis poemas es de nuestra intimidad, y de la dificultad para pensarnos a nosotros mismos», explicaba el autor


EDUARDO LAGO
Nueva York 4 SEP 2017 - 02:10 CEST
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El poeta John Ashbery, en su apartamento de Nueva York en 2008. BEBETO MATTHEWS AP


BIBLIOGRAFÍA


Autorretrato en espejo convexo (Visor, 1990).

Galeones de abril (Visor, 1994).

Diagrama de flujo (Cátedra, 1994).

El doble sueño de la primavera (Visor, 2009).

Pirografía (Visor, 2003).

Una ola (Lumen, 2003).

Por dónde vagaré (Lumen, 2006).

Un nido de bobos (Elipsis ediciones, 2007).

Un país mundano (Lumen, 2009).

El juramento de la pista de frontón(Calambur, 2010).

Otras tradiciones (Vaso roto, 2014).

Pasaje techado (Visor, 2016).


John Ashbery, uno de los poetas norteamericanos más importantes de nuestro tiempo, falleció ayer a los 90 años de causas naturales en la localidad de Hudson, Nueva York. “La principal preocupación del poeta”, escribió en La vanguardia invisible,breve ensayo de 1972 en el que formulaba, de manera elusiva, sus ideas acerca de la creación verbal, “es dar vida a la obra de arte de tal manera que resulte imposible intentar explicarla”. Su relación con el lector respondía a ese planteamiento: propiciaba un acercamiento que iba más allá de lo racional. Como en el arte abstracto, del que sus versos eran una refracción, como en la música concreta, todo comenzaba en un plano puramente sensorial del que se saltaba imperceptiblemente a lo emocional; la comprensión, si es que llegaba, lo hacía después. Él mismo no tenía una idea muy precisa de adónde le podía llevar su imaginación cuando empezaba a componer. Las imágenes le llegaban sin que supiera bien de dónde procedían. Su actitud hacia el objeto poético era la misma que la de Czeslaw Milosz quien, cuando le preguntaron cómo nacía un poema respondió: “Yo no lo sé, me viene dado”. Y cuando le insistieron, apremiándole: “¿Por quién?” se limitó a decir: “No lo sé. No tengo un nombre para eso”.

Las palabras introductorias de una entrevista que concedió a este diario en 2004 con motivo de la traducción al español de Pirografías, antología mayor de sus poemas, cobran hoy un valor inusitado: “Considerado el más grande poeta vivo de su país, John Ashbery representa lo mejor de una América que, en los enrarecidos tiempos que corren, resulta fácil perder de vista: la América democrática, fundada sobre una fe inquebrantable en las libertades cívicas e individuales. No en vano, su verbo formidable hunde directamente sus raíces en el legado de Walt Whitman, el cantor de las multitudes que supo dar cabida en su poesía a la totalidad de lo real”. John Ashbery era un poeta esencialmente elusivo y misterioso, pero que había heredado de su más remoto maestro, Walt Whitman, la capacidad para hablar directamente a la gente de la calle, sacudiendo gozosamente sus incertidumbres y logrando una inmediata comunicación celebratoria con quien se acercaba a él. Autor de más de treinta poemarios, su libro más revolucionario, Autorretrato en un espejo convexo (1975, el título procede del de un cuadro de Parmigianino), obtuvo los tres premios más prestigiosos de Estados Unidos, el Pulitzer, el de la Crítica, y el Nacional del Libro.

Paul Auster, que siempre le profesó una admiración sin límites, explicó así el enigmático poder de su palabra: “Pocos poetas poseen hoy día su misteriosa habilidad para socavar nuestras certidumbres, para articular tan plenamente las zonas más ambiguas de nuestra conciencia”. Muchos años antes, cuando Ashbery era un perfecto desconocido y cayó en manos de W. H. Auden el manuscrito de Unos árboles, su primer libro, el poeta angloamericano tuvo una curiosa reacción a dos tiempos. Primero afirmó no haber entendido una sola palabra. Tras dejarse llevar por lo que se le escapaba, se sumergió en el texto sin poner trabas y al concluir celebró el hallazgo declarando: “Solo es merecedor del título de poeta quien sepa regresar a las regiones de lo sagrado. [. . .]De Rimbaud a Ashbery la imaginación sigue aferrada a los valores de lo mágico”. Coronando la opinión de los mejores conocedores de la poesía estadounidense de nuestro tiempo, Harold Bloom, que consideraba que Ashbery era el mejor poeta de su generación, escribió en una ocasión: “Hoy día no hay ningún poeta en lengua inglesa que tenga más posibilidades que Ashbery de sobrevivir el severo juicio del tiempo. Está destinado a formar parte de la insigne estela de poetas que incluye a Walt Whitman, Emily Dickinson, Wallace Stevens y Hart Crane”.

John Ashbery nació en Rochester, Nueva York, en 1927, y repartía su tiempo entre su apartamento del barrio neoyorquino de Chelsea y una vivienda a orillas del Hudson, lugares en los que compartía sus días con su esposo, David Kermani. Se crió en una granja rodeada de manzanos, donde su mayor fascinación era ver nevar, motivo que cristalizó en la composición de su primer poema, a los ocho años. Desde entonces, lanzó sus versos al vacío sin saber dónde podían caer. Uno de ellos, Saliendo de la estación de Atocha, acabó siendo el título de la primera novela de Ben Lerner. La música, el arte abstracto, el lenguaje de la naturaleza y el habla impersonal, que pertenece a todos, con sus clichés y frases hechas, eran los ingredientes esenciales de su poesía. Pero también lo era su contrario: el reverso del ruido, la música y la palabra, es decir el silencio. Para Ashbery, no había mejor definición de poesía que la que formuló John Cage: “No tengo nada que decir y lo estoy diciendo y eso es poesía”.

https://elpais.com/cultura/2017/09/04/actualidad/1504482441_956256.html


 
Verano

Ahí está ese sonido como viento

Olvidado en las ramas que significan algo

Nadie puede traducir. Y ahí está el aleccionador “más tarde”

Cuando tú consideras lo que una cosa significaba, y lo anotas



Por lo pronto la sombra es abundante

Y difícilmente vista, dividida entre las ramas de un árbol,

Los árboles del bosque, justo como la vida es dividida

Entre tú y yo, y entre todos los demás



Y lo hallándose en etapas siguientes

El periodo de reflexión. Y de repente, estar muriendo

No es ligero o conocido o poca cosa

Solo usado, el calor inaguantable



Y también las pequeñas construcciones tontas sobrecargan

A las fantasías que hicimos: verano, el ovillo de agujas de pino

Los destinos inciertos dados a nuestros actos con sonrisas simbólicas

Llevando a cabo sus instrucciones muy exactamente



-Muy tarde para cancelarlas ahora- , y el invierno, el trinar

De las estrellas frías en el cristal, que describe con amplios gestos

Este estado que no es tan grande después de todo

El verano implica descender como una escalera empinada



Hacia una estrecha cornisa encima del agua. ¿Esto es todo, entonces

Este consuelo metálico, estos tabúes razonables,

O lo que quieres decir cuando lo dejaste? Y el rostro

Se asemeja al tuyo reflejado en el agua


John Ashbury 1970
 
UN CIEGO (JORGE LUIS BORGES)

No sé cuál es la cara que me mira
cuando miro la cara del espejo;
no sé qué anciano acecha en su reflejo
con silenciosa y ya cansada ira.


Lento en mi sombra, con la mano exploro
mis invisibles rasgos. Un destello
me alcanza. He vislumbrado tu cabello
que es de ceniza o es aún de oro.


Repito que he perdido solamente
la vana superficie de las cosas.
El consuelo es de Milton y es valiente,


Pero pienso en las letras y en las rosas.
Pienso que si pudiera ver mi cara
sabría quién soy en esta tarde rara.
 
20 poemas de amor y una canción desesperada

Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.

Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.

Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.
 
Un Juan Ramón Jiménez inédito descubre su lado «más tierno»
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Juan Ramón Jiménez en Madrid, en 1927 ARCHIVO JRJ



«Historias», dedicado a los niños, incluye 47 poemas
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EFE Madrid11/09/2017 15:46h - Actualizado: 12/09/2017 09:51h. Guardado en: Cultura Libros
"Historias", este es el nombre del nuevo libro deJuan Ramón Jiménezque, a través de 27 poemas inéditos, recoge su "yo más tierno". Una obra donde "abandona los ropajes del Modernismo y se desnuda" y muestra su "amor por los niños" y los "seres singulares".

Así lo ha explicado Rocío Fernández, la editora de esta obra publicada por la Fundación José Manuel Lara dentro de la colección Vandalia, que se compone de poemas escritos en Moguer (Huelva) entre 1909 y 1912 que acompañaron al poeta toda su vida y que el propio poeta andaluz corrigió en 1921, pero que quedaron sin publicar debido a su exilio en Puerto Rico.

"'Historias' es un libro entrañable, un libro para la inmensa mayoría que recoge su yo más tierno (...) Es un libro paralelo a 'Platero y yo', porque está dedicado a los niños", ha añadido Fernández sobre estas poesías procedentes del centro de investigación Sala Zenobia y Juan Ramón Jiménez, de la Universidad de Puerto Rico.


Para Fernández, la novedad de este libro no es sólo que sea inédito, sino que en él el "espíritu del poetase abre a la realidad de su entorno, y el sentimiento aflora en textos de gran sensibilidad y hondura".

"En Moguer, sus escritos se tornan más humanos, comprometidos y conscientes de lo que atañe al hombre. Descubre allí que puede hacer poetizable la realidad. La ensoñación, lo infinito del hecho poético, los niños y el viaje son algunos de los motivos desde los que el escritor poetiza esta nueva visión", ha añadido.

Poemas que calan
Según ha explicado esta especialista en la obra juanramoniana, la obra está dividida en cuatro partes: "Historias para niños sin corazón", "Otras marinas de ensueño", "La niña muerta" y "El tren lejano". Cuatro partes que recogen "poemas que calan", según ha matizado.

"La primera y la tercera parte está dedicada a los niños, y la segunda y la cuarta son evocaciones y reflexiones que luego se verán en 'Diario de un poeta recién casado'", describe sobre este poemario, que muestra también a un nobel andaluz "confuso" tras su encuentro en Madrid "con los poetas mayores". "Pero entendió que tenía que empezar un camino individual", ha puntualizado.

Y así lo ha corroborado Carmen Hernández-Pinzón, la sobrina nieta de Juan Ramón Jiménez, así como impulsora y "centinela" de la edición de los textos inéditos de su tío.

Su familia, muy presente
Hernández-Pinzón ha dicho que se trata de un libro que hará que se conozca la "etapa más tierna" de su tío, pero también una obra en la que está "muy presente" su familia, sobre todo en la parte de "La niña muerta", dedicada a una sobrina del poeta (tía de la heredera de la obra del poeta onubense), que falleció con solo 26 meses.

Pero, según ha justificado, esta obra también es una muestra de que todavía queda mucho legado de Juan Ramón Jiménez por publicar: "Hay obra inédita aún porque antes no había interés en publicarlo. Su poemas tienen su dificultad, Juan Ramón no es fácil, y hay que trabajar sus borradores. Es arduo y complicado".

En palabras de Fernández, estos poemas no llegaron a publicarse dado que sus años de retiro en Moguer fueron "muy fecundos", pero no dio todo a la imprenta y muchos de sus poemas sólo vieron la luz en sus antologías.

"Luego la marcha al exilio con Zenobia, ligero de equipaje, el saqueo de su casa de Madrid y, finalmente, la enfermedad de ambos y la muerte de Zenobia hicieron que muchos de sus proyectos ordenados en la Sala Zenobia-RJR de la Universidad de Puerto Rico quedaran inéditos", ha contado.

El libro incluye también un pormenorizado estudio introductorio y un cuaderno gráfico con fotos y facsímiles de los manuscritos.

http://www.abc.es/cultura/libros/ab...bre-lado-mas-tierno-201709111546_noticia.html

 
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