Pilar Miró: un pasado amoroso de armas tomar

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Ha aparecido en el periódico Libertad Digital una cumplida crónica de la escabrosa vida sentimental de la directora televisiva y cinematográfica Pilar Miró, ahora que se cumplen veinte años de su repentina muerte, justo pocos días después de realizar la retransmisión del bodorrio de los ladrones de guante blanco Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín, !todavía recordamos a esta tipa corriendo por la catedral de Barcelona en los preparativos de la emisión, toda pálida, toda nerviosa! (y)(y)(y)(y) !fue ella quien dio la "señal institucional", o sea! o_Oo_O

En fin; el estupendo periodista no quiere decir lo que es "vox populi en Sevilla" y hasta en la China, que el asturiano de Pravia José Luis Balbín es el padre de Gonzalito Miró, no quiere pillarse las manos, más sabiendo cómo se las gasta el play-boy. Sí que menciona al de la pipa y "La clave" como uno más de la larga relación de amores de la que alguien llamó la botellita lacrada, viene a decir que la incansable amante del amor perdió el oremus por sus huesecitos, como le ocurrió con tantos otros. Por cierto, el insustancial Gonzalito nació por los mismos días en que se produjo el tejerazo del 23-F, tiene 12 años menos que aquella con la que mantuvo un sonado romance, la bajita plateá, la de mi tocaya la señá duquesa, que siempre tuvo atravesado al niñato por ateo. :mad::mad::mad::mad::mad::mad:

Esta crónica de amores cuenta una cosa que yo desconocía: que cuanto se hartaba de un noviete le mandaba de regalo un cactus seco a modo de desprecio, hay que tener muy mala follá, como dicen los andaluces, para obrar de esa guisa. !Menudo par de ovarios!:eek::eek::eek::eek::eek::eek:

Rebusca que te rebusca en el anecdotario de experiencias eróticas de la realizadora, el cronista no puede dejar de hacer mención del director cinematográfico Claudio Guerín, que perdió la vida trágicamente en febrero de 1973 al caer desde el campanario de una iglesia gallega rodando una película; justo en aquellas fechas Pilar y Claudio saboreaban las mieles de un romance, a este no le pudo remitir un amargo cactus seco cuando lo suyo llegó a su fin, las circunstancias imperaban.

También tuvo historias con el actor Álvaro de Luna, con el también actor Alfredo Marsillach...con el periodista Eduardo Sotillos vivió otro tórrido romance a finales de los años setenta cuando éste era corresponsal de TVE en Lisboa, entre el primer y segundo matrimonio de él; me he enterado leyendo este jugoso artículo de que el fallecido actor Leo Anchóriz fue otro de sus amores, uno de los primeros.

Ya en su joven madurez Pilar Miró vivió un idilio con el director de cine Mario Camus...en fin, que nunca le faltó de nada. Era de armas tomar. Con su hermano, militar de profesión, no se hablaba. Se llevaba a las mil maravillas con el mataelefantes y realizó los bodorrios de las dos hijas infantas, eran unas retransmisiones "muy institucionales", con imágenes de Adolfo Suárez y su mujer y todo eso.

En el otoño de 1988 saltó la liebre cuando se supo que había comprado camisones y saltos de cama y perfumes en Loewe con cargo al erario público, un pecadillo que
está a la orden del día, ello supuso que le dieran la patada en el culo y dejase de ser directora de TVE. La sucedió en el cargo Luis Solana.

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Pilar Miró: un mes antes de casarse dejó plantado a su novio, el actor Álvaro de Luna

Se cumplen 20 años de su muerte

2017-10-19




Pilar Miró | RTVE
Eran las dos de la tarde del domingo 19 de octubre de 1997 cuando Pilar Miró se derrumbó al suelo en su chalé madrileño situado en la calle Virgen de Icíar, de Majadahonda. El corazón, que tantos sustos le había dado desde que fuera operada por vez primera en 1976, no le dio más treguas. Un infarto acabó con la vida de esta interesante mujer, que sólo tenía cincuenta y siete años. Estudió Derecho, después Periodismo y sucesivamente fue realizadora de Televisión Española, también de cine, directora general de Cinematografía y directora general de Televisión Española. Rebelde siempre, tuvo una vida complicada, con encuentros y desencuentros constantes entre sus amigos y cuantos profesionales trabajaron a sus órdenes. En el fondo, un ser tierno, desvalido, que buscó desesperadamente el amor y no lo encontró en sus relaciones con varios hombres. Únicamente ese pájaro de la felicidad que tanto deseaba, como tituló una de sus películas, voló hasta ella. Su hijo Gonzalo –sobre el que nunca quiso revelar la identidad del padre– le proporcionó esa dicha que el destino le hurtaba. Fue quien la encontró muerta. Tenía entonces dieciséis años, intentó practicarle la respiración boca a boca, pero ya era inútil. Con total entereza presidió el entierro de su madre, cuyos restos fueron incinerados.

Alguna vez Pilar Miró Romero comentó que estaba "hambrienta de amor". Lo cierto es que siendo muy jovencita se prendó del encanto de un estudiante de Medicina, de quien averiguó que se llamaba Gonzalo. Lo siguió un día hasta La Granja, donde realizaba prácticas militares en las milicias universitarias. Mas él no le hizo caso alguno, tenía novia. Pero el impacto de aquel chico le duró tanto que, cuando tuvo a su hijo, lo llamó Gonzalo en recuerdo de aquel amor imposible. Aquello le sucedió en 1957, con diecisiete años. Si tuvo otros amores reales después, no lo sabemos, pues nuestras pesquisas nos llevan hasta un actor almeriense, Leo Anchóriz (fallecido hace justamente treinta años) con el que vivió un tórrido romance, del que quedó después muy desilusionada. Lo mismo que se enamoraba de golpe, se desenamoraba al poco tiempo. En esa inconstancia incorporamos otro galán relacionado con el cine, aunque no actor, sino colega suyo: el joven y malogrado realizador Claudio Guerín. Breve fue su romance porque Guerín falleció de forma dramática cuando rodando en la localidad gallega de Noya, en la torre de una iglesia, perdió el equilibrio, cayendo al vacío. Murió en el acto, claro. Estaba rodando La campana del diablo. Eso sucedió en 1973. Se habían conocido en la Escuela de Cine. Era rubio, alto, de ojos claros, muy guapo. Su desaparición causó a Pilar Miró un comprensible dolor.

Más adelante es cuando vino su intenso noviazgo con el actor Álvaro de Luna: un especialista primero en el cine, buen deportista, que terminó siendo muy popular después de la serie Curro Jiménez. Pilar Miró había alquilado un apartamento en la zona norte de Madrid, calle del doctor Fleming, que convirtió en su nidito de amor. Ella y Álvaro de Luna encontraron después un piso donde pensaban residir, muy enamorados, en el madrileño Parque de las Avenidas. Tanto que fijaron la fecha de la boda: un mes antes Pilar Miró dejó plantado al novio. El buenazo de Álvaro de Luna no podía dar crédito a esa situación. Luego encontró a la mujer con la que recobró la felicidad, que había roto su anterior relación. No hay mal que por bien no venga.


Álvaro de Luna y su mujer en 2003
Otros novios fueron apareciendo en la biografía de esta mujer vitalista. Uno de ellos, el periodista Eduardo Sotillos, casado con una palentina, pero que antes de contraer segundas nupcias con su secretaria dio en caer en los brazos de Pilar Miró. A pesar de las buenas maneras de nuestro querido colega, algo debió pasarles porque ella acabó mandando un cactus a Eduardo, modo que ella practicaba para despedirse de quienes ya no eran de su agrado. Parece que luego firmaron la pipa de la paz cuando ella lo nombró director de Radio Nacional de España. Otro periodista de su entorno amoroso fue el asturiano José Luis Balbín, que ése sí que fumaba realmente en pipa, responsable de uno de los programas más añorados de aquella televisión en blanco y negro: La Clave. Bueno, pues Pilar se "pirró" por él como una colegiala. "Es el hombre de mi vida", le confió a su buen amigo, el crítico de cine Diego Galán, autor de una espléndida biografía de "la Miró". Con Balbín convivió una temporada y hasta compartieron algunos viajes, en concreto uno a Suiza. Pero el frío de aquella experiencia también acabó por desunirles, cuando ya la pasión le había desaparecido a la fogosa directora. No debía importarle a ella mucho que algunos de sus amantes ocasionales estuvieran casados. Llegaba hasta pedirles directamente que se separaran de sus esposas. A uno de ellos le remitió una carta, que cayó en manos de su legítima, la que inmediatamente se puso en contacto con aquella para afearle su conducta, notablemente enfadada. Y la respuesta de Pilar Miró no pudo ser más cínica: "No tengo por qué hablar contigo de mi vida privada".

Adolfo Marsillach se convirtió también en fugaz compañero de cama de Pilar Miró a raíz de un encuentro en Barcelona. Resulta que ella no tenía donde dormir esa noche y aquél se apresuró a cederle su apartamento, sin ánimo alguno de "ligue". Se acostaron pero no ocurrió nada. Posteriormente ya sí llegaron al "clímax". Rompieron definitivamente en una escena propia de un buen vodevil. Estaban alojados en un hotel, y una noche Adolfo se fue de farra él solo y acabó regresando a la habitación, muy tarde y con una notable borrachera. Para que su amada no se despertara, procuró hacer el menor ruido posible, con los zapatos en la mano, pero Pilar Miró estaba despierta, esperándolo pacientemente. En tal situación, al actor-director le entró una risa irreprimible, lo que aprovecharía ella para vestirse rápidamente y salir disparada del hotel. Ni que decir tiene que Marsillach recibió en su momento un cactus envuelto en un bonito paquete.

Probablemente, su pareja más duradera fue el montañés Mario Camus, excelente director y guionista, con el que Pilar Miró hizo buenas migas desde los primeros momentos en que se conocieron. Les unía una idéntica atracción por el cine y otra ya de carácter sentimental. Estuvieron juntos desde 1983 hasta cerca de finales de esa época. Luego no supimos más de otras relaciones de Pilar. Contaba Diego Galán de los momentos en que ella se deprimía, creyendo que no le sería posible encontrar alguna vez el equilibrio amoroso en su vida, con un hombre que la hiciera feliz y con el que poder ser madre.


Gonzalo Miró, en la presentación del libro sobre su madre en 2006
Gonzalo nació el 13 de febrero de 1981. Dado que era madre soltera los apellidos con el que fue inscrito serían los suyos, Miró Romero. Se desvivía por él, le compraba un montón de juguetes, sobre todo si viajaba a capitales como Nueva York. Cuando por sus obligaciones y desplazamientos le era complicado ocuparse de él, le pedía ayuda a la gran periodista de televisión Blanca Álvarez, o a la actriz Mercedes Sampietro (a quien tuvo de protagonista en varias de sus películas, caso de Gary Cooper que estás en los cielos). Pilar Miró había sido compañera del Rey don Juan Carlos de Borbón en las aulas de la Facultad de Derecho de la Complutense. Les unió siempre una recíproca admiración y afecto. Fue precisamente el monarca quien decidió que Pilar Miró se ocupara de la realización en TVE de la boda de su hija Cristina con Iñaki Urdangarín. Sería el último trabajo conocido de Pilar. Preparaba dirigir una película en Argentina. Se le adelantó la muerte. Don Juan Carlos se ocuparía de estar en contacto con Gonzalo Miró, pendiente de sus estudios, y al tanto también, de vez en cuando, de su educación y su vida en general.

Gonzalo Miró, sabido es, después de intentar dedicarse al cine ha acabado siendo comentarista de programas deportivos nocturnos. Un muchacho de buena estatura, tempranamente atacado por la alopecia, de aspecto serio y no precisamente guapo. Pero algo tendrá que atrae a las féminas que conquista, como aquello del agua cuando la bendicen, ya que público y notorio es su bagaje amoroso, con periódicos romances bien publicitados en las revistas rosas, como el más reciente con la cantante Malú. Se enamora a menudo y cambia de amante cada dos o tres temporadas. A veces da la sensación de ser un muchacho triste, retraído, melancólico. Piensa mucho en su madre, seguro


http://www.libertaddigital.com/chic...-su-novio-el-actor-alvaro-de-luna-1276607751/


 
DIEGO GALÁN PRESENTA LA BIOGRAFÍA DE PILAR MIRÓ
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"Nos conocemos desde hace años, Pilar, y pienso que eres una mujer difícil", le dijo el actor Emilio Gutiérrez Caba a Pilar Miró (1940-1997) durante el rodaje de "La petición". Miró replicó: "No es verdad, no soy difícil. Soy totalmente transparente". Ésta es una de las muchas frases reveladoras que aparecen en la biografía Diego Galán: "Pilar Miró. Nadie me enseñó a vivir" (Plaza & Janés). El autor recuerda que la realizadora y él se conocieron en Cannes en 1971. Ya por entonces, Miró le reveló que estaba enamorada de Adolfo Marsillach y que tenía graves problemas de corazón. Muchos años después, el hijo de la directora de "El perro del hortelano", le dijo a Diego Galán: "¿Por qué no escribes un libro sobre mi madre y así me enteró de quién fue?". Gonzalo Miró añadió: "Tengo cartas, documentos, sus diarios… Mi madre lo guardaba todo, cualquier papel que pasaba por su mano… Si aceptas el envite te los dejo".

Diego Galán ha manejado todos esos materiales, y de alguna manera la Pilar Miró más íntima habla en el libro, pero también conversó con los amigos, colaboradores, ayudantes y técnicos que trabajaron con ella. El resultado último, el daguerrotipo final que obtiene Galán es el de una mujer sumamente compleja, dura y antipática, irascible y rencorosa, despiadada incluso, pero también dulce, romántica, enamoradiza, vulnerable, de una voluntad de hierro y proclive a reacciones tan ásperas como llenas de humanidad y de ternura. Su niñez fue más bien dura: en su familia no se hablaba nada, y su padre se pasaba los días escuchando óperas en el gramófono en el salón. Oyó un día: "¡Ay, hija! Antes de nacer tú sí que estábamos bien!". Era muy feliz en el cine, y se quedó prendada de la Jo de "Mujercitas" y de Gary Cooper y de su caballo; murió con el deseo de ser la chica que iba en su grupa. Y también se prendó de un estudiante de medicina, Gonzalo, al que espiaba con su amiga Maruchi, hasta que descubrió que tenía novia formal. Jamás lo olvidó: cuando decidió tener un hijo, como Hildegart, lo llamó Gonzalo. Coincidió con el futuro rey Juan Carlos en la Facultad cuando estudiaba Leyes. Como se le resistía la asignatura de Derecho Civil, se matriculó en Zaragoza, sin demasiado éxito. Para entonces ya había descubierto a Luis Buñuel, con quien coincidiría años después: el aragonés elogiaría su coraje para llevar a la pantalla "El crimen de Cuenca".

Se incorporó a TVE, en junio de 1962, de "chica para todo", gracias a la ayuda de Blanca Álvarez, que fue su amiga, su segunda madre y la madre de su hijo. Empezó a realizar, a dirigir series y proyectos. Asistió a la Escuela de Cine, donde conoció a otros dos de sus novios: Manuel Summers y Claudio Guerín, que fue la pasión de su vida. Juntos alquilaron un nido de amor en la calle Fleming. Aquello se truncó porque Claudio Guerín se desplomó desde la torre de la iglesia de San Martín de Noya (La Coruña), mientras rodaba "La campana del infierno". Pilar Miró era capaz de cualquier aventura: con el zaragozano José Antonio Páramo partió a abortar a Italia, pero el viaje más impresionante lo realizó a Noya en el coche de Julia Guerín. Fue a la iglesia y "desde allí calibró el recorrido de su amado al encuentro con la muerte. Y sollozó: "¿Por qué te tuviste que su***dar, Claudio querido?".

Diego Galán explica su enamoramiento de José Luis Balbín, la censura que se cernió sobre "El crimen de Cuenca" o narra sus continuos rencores hacia otras mujeres y sus conquistas. Era una cazadora. Escribió una vez: "Soy el amor imposible, verdadero o eterno de 400 señores. Y ninguno da un paso. Qué pequeños son todos. ¡Hay qué fastidiarse!". También aborda su paso por la dirección de TVE. Nada más llegar al despacho de Calviño, su antecesor en el cargo, dijo: "Qué mal huele aquí". Vio tres teléfonos, y le dijeron que uno de ellos conectaba directamente con Alfonso Guerra, lo descolgó, espero que contestasen en vano y decidió arrancarlo. Luego, Guerra sirvió fría su brutal venganza.
 
En los 70 que una mujer fuese profesional y viviera su vida sentimental como esta señora la vivió debía de ser rarísimo, y hasta amenazante para muchos. Hoy en día no llamaría tanto la atención, su vida sentimental no sería mucho más ajetreada que cualquier famosa, lo cual no es ni bueno ni malo. Eso sí, da la sensación de que emocionalmente debía de ser una persona bastante inestable: no sé hasta que punto sería eso lo que provocaba que la mayoría de sus relaciones durasen poco o que ese modo de vivir y de pensar hiciera que le costase encontrar un hombre que quisiera una relación estable con ella por aquel entonces.

Respecto a la paternidad de Gonzalito, aunque salte a la vista de quien es hijo, supongo que algún motivo de peso habrá para que ni Pilar ni posteriormente Gonzalo hayan querido decirlo públicamente. Quizás Pilar acabase fatal con Balbín, quizás Balbín se lavó las manos y se negó a reconocerlo... y si Gonzalo ha sido feliz sin padre oficial, ¿quien lo necesita? ¿Qué drama hay? Eso sí, Gonzalín parece haber sido muy malcriado, muy consentido, es lo que me transmite. Que siempre ha sido un mantenido y se busca parejas que de un modo u otro lo mantengan, o por lo menos den que hablar con sus relaciones.

Y sobre la muerte de Claudio Guerín, se dice que no fue accidental, sino un su***dio. Ya hace tiempo leí un artículo al respecto, que tras la última jornada de rodaje de la película que estaba haciendo, Claudio se subió al campanario de la iglesia y se tiró. Al día siguiente, Pilar cogió el coche y condujo hasta ese campanario de Noia y recuerdan verla subir al campanario preguntandosé "por qué lo habrá hecho?"

Lo del cactus seco me ha hecho gracia. Qué modo más simbólico de decirle a la peña "¡no quiero saber nada más de ti!". Debía de ser una señora de armas tomar, sobre todo en cuanto pilló poder. Claro que en seguida le dieron la patada, en cuanto empezó a sacar la patita del tiesto.
 
Respecto a la paternidad de Gonzalito, aunque salte a la vista de quien es hijo, supongo que algún motivo de peso habrá para que ni Pilar ni posteriormente Gonzalo hayan querido decirlo públicamente. Quizás Pilar acabase fatal con Balbín, quizás Balbín se lavó las manos y se negó a reconocerlo... y si Gonzalo ha sido feliz sin padre oficial, ¿quien lo necesita? ¿Qué drama hay? Eso sí, Gonzalín parece haber sido muy malcriado, muy consentido, es lo que me transmite. Que siempre ha sido un mantenido y se busca parejas que de un modo u otro lo mantengan, o por lo menos den que hablar con sus relaciones.

respecto a la paternidad de Balbín, tengo entendido que el propio padre nunca ha tenido un mayor interés por relacionarse con su hijo, por raro que suene o_O
 
respecto a la paternidad de Balbín, tengo entendido que el propio padre nunca ha tenido un mayor interés por relacionarse con su hijo, por raro que suene o_O

Lo doy por hecho, vamos, tiempo ha tenido más que de sobra. Ignoro los detalles de la relación Miró-Balbín, pero me imagino que no debieron de acabar en muy buenos términos y/o Balbín se lavó las manos y pasó de reconocer al crío. E intuyo que en ningún momento han querido ni Balbín ni Gonzalo intentar un acercamiento, supongo de de haberlo habido algo se hubiese sabido o por lo menos rumoreado
 
En los 70 que una mujer fuese profesional y viviera su vida sentimental como esta señora la vivió debía de ser rarísimo, y hasta amenazante para muchos. Hoy en día no llamaría tanto la atención, su vida sentimental no sería mucho más ajetreada que cualquier famosa, lo cual no es ni bueno ni malo. Eso sí, da la sensación de que emocionalmente debía de ser una persona bastante inestable: no sé hasta que punto sería eso lo que provocaba que la mayoría de sus relaciones durasen poco o que ese modo de vivir y de pensar hiciera que le costase encontrar un hombre que quisiera una relación estable con ella por aquel entonces.

Respecto a la paternidad de Gonzalito, aunque salte a la vista de quien es hijo, supongo que algún motivo de peso habrá para que ni Pilar ni posteriormente Gonzalo hayan querido decirlo públicamente. Quizás Pilar acabase fatal con Balbín, quizás Balbín se lavó las manos y se negó a reconocerlo... y si Gonzalo ha sido feliz sin padre oficial, ¿quien lo necesita? ¿Qué drama hay? Eso sí, Gonzalín parece haber sido muy malcriado, muy consentido, es lo que me transmite. Que siempre ha sido un mantenido y se busca parejas que de un modo u otro lo mantengan, o por lo menos den que hablar con sus relaciones.

Y sobre la muerte de Claudio Guerín, se dice que no fue accidental, sino un su***dio. Ya hace tiempo leí un artículo al respecto, que tras la última jornada de rodaje de la película que estaba haciendo, Claudio se subió al campanario de la iglesia y se tiró. Al día siguiente, Pilar cogió el coche y condujo hasta ese campanario de Noia y recuerdan verla subir al campanario preguntandosé "por qué lo habrá hecho?"

Lo del cactus seco me ha hecho gracia. Qué modo más simbólico de decirle a la peña "¡no quiero saber nada más de ti!". Debía de ser una señora de armas tomar, sobre todo en cuanto pilló poder. Claro que en seguida le dieron la patada, en cuanto empezó a sacar la patita del tiesto.


Leí que no se caiò, sino que fue su***dio
 
Como cosa anecdótica diré que cuando fue directora de TVE le cogí una cierta "manía" porque el "Un, Dos, Tres" que siempre había sido el viernes por la noche, lo cambió al lunes. Estaba tan acostumbrada de ver mi concurso favorito el viernes durante muchos años, que el verlo un lunes (y encima pensar en que en cuanto acabara irme a la cama) me sonaba rarísimo.
 
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