Siempre acaba estropeando lo que lleva. Piensas que va bien pero algo acaba fallando. Los zapatos del primer atuendo, indescriptibles, los que usó con el traje naranja no eran apropiados para la ocasión, las botas por encima de las rodillas demasiado invernales para esta época del año, el abrigo a cuadros rojos con zapatos azules de verano no hay quién lo entienda. La postura corporal tampoco es demasiado buena.