Patios de Cordoba

VIII CONCURSO POPULAR DE PATIOS ABC CÓRDOBA

El patio más votado por el público, será el ganador de un premio en metálico de 1.000 €

Ya está en marcha en ABC Córdoba su ya tradicional concurso digital en el que se elige el «Mejor Patio de Córdoba por Votación Popular» y que llega ahora a su octava edición de la mano de Caixabank como su principal patrocinador. Con la ayuda de la tecnología, los cordobeses y los visitantes de Córdoba estos días podrán dar su apoyo al recinto, de entre los cincuenta participantes en la concurrencia oficial, que más les haya gustado en sus visitas por todos los que se incluyen en las rutas de la Fiesta de los Patios de Córdoba 2019 y su concurso oficial. Una cita que está declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2012.

La web creada para este concurso es abccordoba.es/patios, que estará abierta para las votaciones hasta el próximo domingo 19 de mayo, que es cuando concluye el certamen.

Enlace a la votación. Para poder votar tienes que registrarte. Si ya estás registrado accede desde aquí.

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La Fiesta de los Patios de Córdoba sigue creciendo en popularidad

Los Patios de Córdoba entran en su primer fin de semana con gran expectación de visitantes, no sólo cordobeses sino llegados del resto de España y también de otros países.

La Fiesta de los Patios sigue creciendo en popularidad y en importancia en la agenda turística nacional y en la internacional. Cada vez más ha comenzando a formar parte de las rutas que cualquier viajero no debe perderse en el mes de mayo. El tiempo acompaña para callejear por el casco histórico de la ciudad y vivir a fondo este periodo festivo tan especial para Córdoba.

Este sábado se espera una máxima de 35 grados con un sol dominante. Pero claro, cuantos más visitantes, más espera. Los turistas aguardan hasta más de una hora para poder entrar a ver alguno de los patios en concurso en una jornada en la que la ciudad cuelga el cartel de completa.

Fuente: https://www.abc.es – Atlas España 12/05/2019
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Recorrer los patios durante el día, y disfrutarlos a la caída de la tarde, entre el olor al jazmín y al azahar de los naranjos, la música flamenca y la conversación entre amigos es una experiencia única.

Los Patios suponen una tradición única en el mundo, son muchos y variados, por lo que podríamos distinguir entre una primera modalidad compuesta por Palacios Señoriales, Conventos, o Antiguos Hospitales y la segunda referida a los Patios Populares.

Estos últimos están en casas particulares, la mayor parte de ellas habitadas por varias familias, que los cuidan a lo largo de todo el año. Es difícil encontrar dos patios iguales, pues todos tienen las paredes encaladas, los jazmines, las madreselvas y las macetas – en muchos casos simples latas – de geranios, alhelíes, claveles o rosas. Visitarlos durante el día, o aún mejor al anochecer, llenará la pituitaria del aroma del jazmín o el azahar. En el mes de Mayo es el momento ideal para verlos, aunque muchos están abiertos todo el año.

Algunos de los más afamados se encuentran en las calles Postrera, Martín de Roa y San Basilio. Otro tipo de patio es el que pueden encontrar en el Palacio de Viana dotado de hasta 13 patios a cada cual más hermoso y sugerente. No en vano se conoce al Palacio como el Museo del Patio y está declarado oficialmente Jardín artístico. Es recomendable la visita, que es guiada, ya que se trata de un auténtico museo con una gran colección de tapices, muebles, cuadros, porcelanas y armas de fuego.
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Origen y Evolución

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En el interior no cabe pensar una casa que no tenga patio. La colección de patios es tan amplia que comprenden desde el patio de la Mezquita-Catedral hasta patios minúsculos. Los limites los marcan los designados como corral, patinete o patio de luces, huerto, parque o jardín.

La topología, va desde patios de planta cuadrada con arquería en dos plantas y los de cuatro lados; con arquerías en tres, dos y un lado. Esta variedad de se combina con galerías de arquerías, balcones, balaustres, con galerías altas y sin galerías altas, etc. Patios que no tienen galerías o simplemente limitados por muros. Por otro lado los suelos son terrizo, empedrados, ensolados de ladrillo o mármoles. Los hay con fuentes o pozo, con árboles y macetas, etc.

La mayoría de patios son corrales o casas de vecinos; otros patios son de edificios públicos, palacios o conventos, todos estos patios constituyen el centro de la casa. Empezaremos con al evolución de los patios desde el año 6.000 a.c. con las casas de la ciudad de Jericó edificaciones rectangulares y de la ciudad truca de Çatal Üyúc. Haremos referencia a las distintas culturas donde se encuentran los primeros ejemplos de casas patio.

En Egipto se establece un tipo de casa con sala central de ventanas altas para defenderse del calor, sin la existencia de patio, la creación de jardines acotados propicia el nacimiento del peristilo (patio).

En la ciudades sumerias, se encuentran muy pronto viviendas con patio totalmente desarrollado. Estos primeros patios permiten disponer el fuego en ellos y situar los almacenes y lugares de dormir en su perímetro. Esto demuestra que la sociedad se ha organizado por familias.

La evolución del patio en Córdoba con más influencia es desde la casa Romana. La vivienda que se impone en los territorios romanizados esta ordenada por el peristilo (patio). En estos domus (grandes casas), el núcleo de la casa es el patio ajardinado , adorando con estanque y juegos de agua.

Estos domus estaban situados debido a su amplias dimensiones. El patio es el centro de la casa, adornado frecuentemente con jardín, estanques y juegos de agua. Los mosaicos enriquecen los enriquecen, pasando a tener figuras de lujosa policromía.

La densidad de población obligo a crear otro tipo de vivienda llamada ínsula edificio coml patio o patios centrales de hasta ocho plantas de altura con bajos comerciales abovedados y una serie apartamentos con cocina o sin ella.

La cultura islámica debe mucho al mundo tardorromano, los primeros califas omeyas reutilizan esta arquitectura. Tanto en Occidente como en Oriente los musulmanes encontraron poblaciones tardorromanas con casas-patio, que debieron adaptar a su sistema social. Poco sabemos de la época tardorromana en Córdoba.

En las ruinas de Medina Azahara es donde podemos encontrar los mejores ejemplos de los sería las nuevas viviendas. Se presentan modelos muy interesantes, porque a partir de ellos se van a desarrollar distintas variantes de la arquitectura hispano-musulmana posterior que tanto contribuiría a singularizar la vivienda hispana actual.

Dos testimonios de arquitectura califal en el conjunto arqueológico de Medina Azahara son, una de las viviendas más interesantes es la conocida como Casa de la Alberca y otra es el Patio de los Pilares, construcción presidida por un patio central.

Los palacios han desarrollado la idea presente en la Casa de la Alberca cordobesa, estirando los patios y aligerando el cerramiento de la primera crujía hasta convertirla en un pórtico ligero. En las viviendas más modestas de los cordobeses islámicos, aparece un patio con una o dos cabeceras o alhanias laterales con función de dormitorio, y un patio con andenes de piedra dotado de alberquilla o pozo.

Con la caída del Califato siguieron la evolución de los modelos anteriores, pero con una menor riqueza material y complicando los detalles decorativos. Los almohades, originarios del atlas marroquí, son reformadores religiosos que introducen en España una arquitectura más sobria, utilizando materiales más sencillos: tapial, ladrillo y yeso. En Córdoba se ha demostrado por la arqueología que los nuevos conquistadores mantuvieron la ciudad con una gran población, y suponemos que aquí el desarrollo de la arquitectura domestica almohade estaría mejor conectado con las formas preexistentes.

La permeabilidad entre los reinos cristianos y nazaríes, consecuencia de una convivencia no siempre hostil, explica las mutual influencias sufridas en los dos reinos y justifica la existencia de ese mudéjar tardío que se encuentra en gran parte de Andalucía y que queda patente en Córdoba en la Casa de las Campanas (Sede la Asoc. de Amigos de los Patios Cordobeses), Caballeros de Santiago, etc.

Con la toma de Córdoba por Fernando III la ciudad de Córdoba queda desploba pero no totalmente destruida. No habría necesidad de construir viviendas. A los caballeros se les dieron lotes de casas,(es posible) estos elegian la mejor para ellos y las colindantes para sus peones y caballos.

Esto explica la estructura de las casas mudéjares existentes aún en la cuidad, algunas con varios patios, consecuencia de agrupaciones de casas. Ejemplos de patios cordobeses con rasgos mudéjares son Patio Morisco del Alcazar de los Reyes Cristianos, las casas de los Ceas, los Aguayos y los Marqueses del Carpio. En todas las plantas altas aparecen motivo góticos que hacen pensar en la vuelta al estilo en el siglo XV.
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En nada se parecía la antigua casa de Córdoba a la moderna; aquella tenía un sello característica, esta es igual a la de todas la poblaciones.

La antigua casa ocupaba una gran extensión de terreno; no era reducida como las actuales y sólo constaba de dos pisos y sobre el segundo una alegre azotea o torre coronada por la indispensable veleta con un San Rafael pintado y recortado en una chapa de hierro.

El portal amplio, como todas las dependencias, hallábase proviso a los lados de poyos de mampostería para servir de asientos y en el techo jamás faltaba la mirilla para poder ver, desde el piso alto, a las personas que llamaban al recio portón, pintado de azul o de color de caoba.

El patio, cono hones de jardín y huerto, semejaba un trozo de nuestra incomparable Sierra, trasladado a la población.

Tenía el pavimento de menudas piedras, formando artísticas labores; las paredes cubiertas por los bien enjardinados naranjos, el hamin, el rosal de pasión o el aromo; los arriates llenos de dompedros, alelíes, copetes, llagas de Cristo, espuelas, albahaca y otras muchas plantas y flores que ya pasaron de moda, sin que faltaran las hierbas medicinales como la manzanilla, las malvas y la uña de león para cicatrizar las heridas.

A sala del estrado destinábase la habitación más regular y espaciosa, que tuviese balcones o ventanas a la calle.

No estaba estucado ni pintada, sino blanqueada como todas las demás; lucía en su calros promisosas cortinas de encaje pendientes de galerías con adornos de latón; no había en ella ricas alfombras, sino una humilde estera de pleita de colores; una sillería de caoba tallada y forrada de damasco; en el frente principal una mesa de las llamadas de figura y sobre ella un espejo de gran tamaño con artístico marco dorado; en los muros cornucopias y cuadros con lienzos antiguos y en el techo una lámpara de bronce con quinqué de petróleo.

Esta habitación permanecía cerrada casi siempre; solo se abría para recibir a las visitas de mucho cumplido o en las solemnidades extraordinarias.

Las cocinas, principalmente la del piso bajo, semejábanse a las de los cortijos, por sus excepcionales dimensiones y por la chimenea de descomunal campana.

En las tablas, sujetas en los muros con unos soportes brillaban como el sol los braseros y peroles de azófar, los vellones de Lucena, los almarices y otros efectos de distintos metales, que hoy, los aficionados a antigüedades, pagan casi a precio de oro.

En ninguna de estas casas faltaba tampoco la despensa, bien repleta de orzas y tinajas, ni el corral con su apartado para los gallinas.

Todos los muebles, todos los enseres, aunque se tratase de familias ricas, eran modestos. Camas de madera sin lujo de adornos, pero con gran número de colchones de lana; un par de sillones de baqueta para los ancianos; toscas sillas de enea para los demás; numerosas mesitas llenas de urnas y fanales con imágenes de Cristos, vírgenes y santos, casi envueltas entre flores artificiales; la mesa estufa con sus vestiduras de bayeta verde y viejos arcones contenido las alhajas incomparables de la platería cordobesa, los vestidos de seda, las colchas de damasco, que sólo salían de su encierro el Jueves Santo o con motivo de una visita regia.

En la galería principal se destacaba el chinero, que encerraba la vajilla de lujo, una vajilla decorada con polícromas figuras y tiliteada de oro, que hoy constituye el sueño dorado de los anticuarios.

Modestos y sencillo como estas viviendas eran los hábitos y costumbres de sus moradores.

La servidumbre, aún de las personas de mayor duración, reducíase a una criada que, ordinariamente, pasaba toda su vida con unos mismos amos, llegando casi a constituir parte de su familia.

El que figuraba como cabeza de esta iba diariamente al mercado, para hacer la despensa, provisto de su canasto, oculto debajo de la capa, de la que no prescindía ni aún en verano, con el objeto de que nadie curioseara la compra.

Por esta costumbre, exclusiva de nuestra capital, la gente de buen humor denominaba a los cordobeses caballeros de capa y canasto.

Como entonces aún no se habían importado las costumbres francesa, hacíanse tres comidas, todas ellas compuestas de pocos platos, poco nutritivos y abundantes. A las nueve de la mañana el almuerzo; a las dos de la tarde la comida, consistente en la sopa, el cocido y la ensalada y a las nueve de la noche una cena frugal.

Los días festivos aumentábase a la comida un plato, generalmente un estofado de carne, y apruébase una botella de vino de Montilla.

Las comidas extraordinarias se reservaban para los días de los jefes de la familia, para el de Nochebuena y para aquel en que se terminaba la matanza.

Cuando esta operación concluía, todos los parientes se congregaban en la cocina de campo y allí eran obsequiados con un almuerzo que a sus organizadores les parecía superior a los festines de Lúculo.

En todas estas casas celebrábanse también, de distintos modos, los acontecimientos que la Iglesia conmemora: la Natividad del Hijo de Dios con la instalación de los pintorescos nacimientos, encanto de la infancia; la Semana Santa con la colocación de preciosos altares llenos de luces y flores; en análoga forma la Invención de la Santa Cruz e iluminando los balcones con faroles de cristales multicolores alimentados por candilejas de aceite las festividades de San Rafael, San José y la Inmaculada Concepción.

Notábase una extremada limpieza; la operación de hacer sábado se repetía semanalmente con extraordinaria minuciosidad. Antes de que la familia se instalara en el piso bajo al llegar el estío y en el alto a la entrada del invierno, habitaciones, patios y corrales eran blanqueados con purísima cal de Cabra, desinfectante mejor que muchos de los usados en la actualidad y la fachada también blanqueábase en los días próximos a la Semana Santa o a la festividad de Corpus Christi.

Las mujeres, aún las de mayores capitales, jamás permanecían ociosas; cuando no se dedicaban a bordar o confeccionar otros primores, hilaban, hacían calceta o cuidaban los gusanos de seda, indispensables en todas las casas de Córdoba.

Teatros y cafés estaban, por regla general, desiertos. La gente sólo acostumbraban a salir para pasear, los domingos, siempre a pie y sin hacer alardes de lujo.

Las señoras, se tocaban la mantilla de seda y en invierno, aún las más aristocráticas, utilizaban, para abrigarse, el mantón de alfombra.

En la estación del frío algunas familias iban a los jardines altos, la mayoría a los alrededores de la Sierra y, en verano, la alta aristocracia se congregaba en el paseo de San Martín, y las demás clases sociales en la Ribera, lugares donde sólo permanecían hasta las diez o las once de la noche.

Los demás días, terminadas las ocupaciones de cada miembro de familia, todos se reunían en su casa; en los meses de frío pasaban las primeras horas de la noche alrededor de la estufa, las mujeres dedicadas a sus labores, los jóvenes a sus estudios, el padre leyendo una obra recreativa; en la época del calor reunidos todos en el patio, en amena charla, hasta que los relojes indicaban las once, momento en el cual todos, como movidos por un resorte, se levantaban y dirigíanse a sus habitaciones en busca del descanso.

Tales eran las antiguas casas y las viejas costumbres del pueblo de Córdoba; en estas casas rara vez entraba el espectro de la tuberculosis y estas costumbres proporcionaban una vida patriarcal a nuestros abuelos, de la que ni disfrutamos hoy ni disfrutarás las generaciones futuras.

Ricardo de Montis. Córdoba. 1989
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Los Patios rozaron el millón de visitantes durante su última edición en Córdoba
Hosteleros creen que son un éxito pero denuncian masifiación por los tours que sólo paran unas horas en la ciudad


Los Patios de Córdoba han vuelto a sobrepasar la barrera del millón de vistas. Hoteles y apartamentos turísticos con lleno absoluto los dos fines de semana durante el concurso, y un tercio más de contrataciones en hostelería, en la mayor concentración de visitantes en Córdoba sólo comparable a Semana Santa. La delegada de Promoción de la Ciudad del Ayuntamiento de Córdoba, Carmen González (PSOE), ha anunciado hoy que se han alcanzado 984.000 visitas, algo menos que el pasado año, tras una edición, celebrada del 6 al 19 de mayo, en la que se ha cuidado más que nunca evitar las aglomeraciones dentro de los recintos, aunque las colas inevitables han vuelto a ser la tónica. González quiso destacar todo el trabajo y generosidad de las personas propietarias y cuidadoras de patios, de cómo saben mantener sus plantas en semanas de mucho calor para que luzca este Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

González ha asegurado que menos los dos sábados, los autobuses de visitantes no han parado en el Alcázar y que para evitar aglomeraciones la Policía Local ha invitado este fin de semana a los visitantes de San Basilio a trasladarse a otras rutas. El éxito de la edición es reconocido por todos desde los propietarios de los Patios a los hosteleros.

«La escalera encalada rodeada de flores es quizá la más fotografiada de Córdoba. Por esta casa han pasado más de 2.500 personas cada día para admirar nuestras gitanillas, clavellinas o crisantemos, sin olvidar el pozo. Las flores han aguantado bastante», admite el secretario de la Asociación Amigos de los Patios, Miguel Ángel Roldán Cruz, de San Basilio, 44. «Las colas son inevitables, la gente tiene que tener sus 3 o 4 minutos cada uno tranquilos en el patio para disfrutarlo y hacer fotos», añadía como visión general pero con la satisfacción de haberse desarrollado un concurso sin incidentes. «El viernes fueron 2.900 visitas, batiendo todos los récord. Hubo mucho público nacional que tienen la Fiesta de los Patios como referente y saben que hay que venir a Córdoba en estas fechas. los fines de semana son de un éxito total, este barrio está masificado; es verdad que hay muchas más visitas en esta zona aunque hay 50 patios», asegura Roldán.



Lo cuenta también Rafael Barón, presidente de la Asociación de Propietarios «Claveles y Gitanillas», desde su casa-patio Pastora, 2. Aunque con tiempo para reflexionar sobre qué mejorar o cambiar de los Patios desde «Gitanillas y claveles», a la que pertenecen 33 de los 50 asociados, Barón aseguró que la ayuda de los controladores ha sido extraordinaria, sabían lo que tenían que hacer en cada momento, con paciencia. «Habrá que pensar en el próximo año porque muchos patios querrán entrar a concurso tras la bonificación del IBI y habrá que ser muy cuidadoso para no bajar el nivel del concurso». El balance ha sido muy positivo y eso ha repercutido en la hostelería donde el presidente de Córdoba Apetece, Alberto Rosales, ha señalado que es la Fiesta, pese a coincidir con la Feria de Sevilla y Jerez, uno de los grandes acontecimientos de Andalucía que tiene más tirón. «Los hoteles han estado llenos los dos fines de semana y al 70 por ciento de lunes a jueves del festival de Patios y el nivel de los acondicionamientos de los participantes sigue superándose dándole un tirón internacional que sólo es comparable con la Mezquita Catedral», ha matizado Rosales.

El presidente de Apetece reconoce que las dos primeras semanas de Mayo se incrementan las plantillas en hosteleria un 20 por ciento, y las dos semanas de patios un 30. Los apartamentos turísticos rozaron el lleno absoluto, según Rosales. En cuanto a las encuestas de satisfacción de los hosteleros, pese a las aglomeraciones que se producen al duplicarse o triplicarse los clientes, es alto y demuestra que la hostelería cordobesa está preparada para ocuparse de ellos. Más crítico ha sido el presidente de la otra patronal hostelera Hostecor, Fran de la Torre, que señalaba una ocupación media durante Los Patios del 80 por ciento pero quien lamentó que haya más visitantes en autobús que otros años, sobre todo en el Alcázar Viejo. «Estos visitantes que llegan de paso, no pernoctan, ni consumen ni comen en nuestra ciudad y se van sus destinos como Sevilla y Málaga pero si provocan masificación y que los visitantes que se quedan en Córdoba estén más molestos por las aglomeraciones. A ese modelo de patios habría que darle una vuelta para no morir de éxito», concluye De la Torre.

https://sevilla.abc.es/andalucia/co...ima-edicion-cordoba-201905201851_noticia.html

 
Palacio de Viana




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En la plaza de Don Gome se levanta este majestuoso palacio, cuyas dependencias se desarrollan en torno a doce magníficos patios y un fantástico jardín. Las distintas especies florales decoran y perfuman cada rincón del ampuloso museo. La última marquesa de Viana, Sofía de Lancaster, supo mantener el exquisito origen de este palacio del siglo XIV.

Las múltiples dependencias del Palacio de Viana acogen numerosas colecciones de todo tipo (pinturas, vajillas, mosaicos, tapices, azulejos, armas de fuego). Las fabulosas obras de arte que se exhiben en este recinto hacen de esta visita una de las más constructivas de Córdoba. Destacan la colección de guadamecíes y la gran biblioteca de los siglos XVI al XVIII.
https://www.turismodecordoba.org/palacio-de-viana
 
Patios de Córdoba por Pablo Ponte Ortega

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El festival ayuda a conservar parte de la arquitectura, digna también de contemplar.
Una buena escusa.

En el concurso existen dos modalidades: patios de arquitectura antigua y patios de arquitectura más moderna. La apertura y embellecimiento de estos se presenta como una excelente escusa para salir a la calle y conocer la Córdoba más profunda. Cientos de visitantes llegan a Córdoba estos días, sobre todo los fines de semana, para conocer esta fiesta tan característica como especial. Los patios se convierten así en un reclamo para propios y extraños, para cordobeses y turistas. Para los autóctonos el festival se concibe como una agradable y diferente forma de disfrutar del buen tiempo que suele hacerse protagonista en estos días. Para el foráneo, una oportunidad de acercarse a las raíces del pueblo andaluz.

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Los turistas abarrotan los patios, en especial, los fines de semana.
La visita por las diferentes rutas que se establecen los días de concurso, da la posibilidad de adentrarse en preciosos barrios de la ciudad, ajenos en muchos casos para el turismo cotidiano. No obstante, este no es el caso de barrios como el de San Basilio o el de la Judería. El primero es uno de los más famosos y de mayor tradición, que se erige como referencia imprescindible en nuestra visita. Situado junto al Alcázar de los Reyes Cristianos, es una de las zonas donde más patios se abren a concurso y el lugar donde se ubica la sede de la Asociación de Amigos de los Patios. Sus callejuelas y casas blancas se engalanan de color, música y olor, en muchos casos procedente de las numerosas tabernas y bares en las que se pueden degustar los platos más típicos.
En pleno casco antiguo también encontramos quizás el barrio más representativo de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad, la Judería. En él se adornan patios tanto de arquitectura antigua como moderna, que suelen ser de pequeño tamaño. Desde algunos como el de la calle Céspedes se consigue divisar el antiguo alminar de la mezquita. Existen también otros fuera de concurso, y no por ello menos interesantes, como el del Zoco Municipal, abierto todo el año, con talleres artesanales de venta al público.
Alejándonos del caso histórico, siguiendo la ribera del Guadalquivir, encontraremos uno de los rincones más atractivos de la ciudad, la preciosa Plaza del Potro, famosa por haber sido mentada por Cervantes en su obra. En ella podremos ver el Patio de los Museos, llamado así porque desde él se puede acceder al Museo de Bellas Artes o al del famoso pintor cordobés Julio Romero de Torres.
En el Barrio de Santiago, calles como la de Agustín Moreno o Barrionuevo albergan algunos de los patios más populares. Un precioso ejemplo es la Casa de las Campanas, de origen musulmán, cuya belleza arquitectónica es por sí misma motivo de interés.

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Patio del barrio de San Agustín.
Todos estos paseos por la Córdoba histórica pueden ir alternándose con numerosas paradas no solo en sus patios, sino en la ingente cantidad de rincones que se van ir presentando al turismo sin previo aviso y que conseguirán trasladar una visión más auténtica de la belleza y el patrimonio cordobés.
Uno de estos preciosos espacios es el “Compás de San Agustín”, una tranquila y bonita plaza, con una llamativa iglesia gótica, como tantas otras en la ciudad, erigida por Fernando III el Santo. Este lugar, que al parecer debió ser antaño el patio de entrada al convento de los frailes que habitaban donde hoy se alza la iglesia de San Agustín, es el punto de partida para conocer patios como los de la calle Guzmanas, donde fuentes, sonidos y antigüedades complementan la profusión de colores que irradian sus flores.
http://www.travellersbook.net/index...k=view&id=603&Itemid=383&limit=1&limitstart=1
 
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