Paolo Vasile.

Paolo Vasile: "Nadie tiene nuestras pelotas para hacer Sálvame"
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Reportaje fotográfico de Carlos García Pozo
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Visitamos el despacho donde se decide lo que ve en televisión cada día el 30,7% de los españoles.

Defiende que lo suyo no es telebasura: "Eso es una ofensa al público. Si dices: 'Eres un comemierdas' no ofendes a la mierda, sino a la persona".

03/07/2016 03:03
Sostiene Vasile, el magnate de la tv, que su negocio consiste en parecerse lo menos posible a una cuatro quesos con pepperoni: «La realidad no me importa. En Telecinco no pretendemos ni siquiera ser creíbles porque la realidad es increíble. Si no, sería previsible; sería una pizza».

Sostiene Vasile, el ex estudiante de Antropología, que cuando la gente es feliz con su vida necesita llorar con la televisión.

Sostiene Vasile, el consejero delegado de Mediaset, que lo importante de hacer TV es ganar dinero y ahorrarse lecciones, porque «al público no hay que mejorarlo ni educarlo, sólo quererlo». Sostiene que se lo enseñó Berlusconi.

Sostiene Vasile, el prestidigitador de nuestros tiempos muertos, que la televisión «es un objeto mágico porque incluso apagado nos avisa con una lucecita roja de que está ahí para hacernos compañía». Y vocaliza despacio «lu-ce-ci-ta», con cariño, dibujando a mano en el aire, como un chamán encariñado con su bastón.

Sostiene Vasile, el romano, romanísimo dentro, adorador de Totti, que sólo hay una razón por la que su gran formato, Sálvame, no se ha vendido a ningún otro país del mundo: «Porque nadie tiene las pelotas que tenemos nosotros para hacerlo».

Sostengo que es su única respuesta corta en dos horas de conversación.

El primer recuerdo de infancia de Paolo Vasile, presidente de Mediaset, son los desayunos con su padre en el bar de los estudios romanos de Cinecittà. Mojaba el cornetto en leche caliente mientras su imaginación movía sola la cuchara: «Veías a los astronautas tomándose un cappuccino con los cowboys, mientras entraba un jefe de reparto y gritaba: '¡Las vírgenes, a escenaaaa!'. Cuando vives eso, el espectáculo no lo aprendes, lo llevas dentro».

En su despacho de Mediaset, de una elegancia ochentera, no hay extras con pistola ni naves espaciales. En una mesa frente a un mecano de nueve pantallas se cocina todo el imaginario colectivo del mayor pasatiempo de España. Nuestro chicle para los ojos. Sus siete canales sumaron en mayo un 30,7% de las 3 horas y 54 minutos que los españoles dedican cada día a ver la tele. Haciendo caso a Umberto Eco, cuando escribió que «Dios ya no existe, pero sí la televisión», Mediaset sería sin duda el altar supremo de la iglesia del entretenimiento.

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Su pontífice lleva 17 años en el cargo y ha creado un modelo de TV donde lo menos sorprendente sería ver a un cowboy saludar a un astronauta. «Telecinco está pensada para hacer compañía y lo hacemos de forma brillante, con programas, películas, informativos o series. Si fabricamos algo triste, hacemos llorar. Si hacemos reír, te partes. Y claro, si buscamos el esperpento, conseguimos el esperpento total».

¿Se necesita cinismo para dirigir una TV?
El cinismo es necesario y no sólo para hacer televisión. Quien lo niega es un hipócrita. Ése es el gran defecto del que hay que preocuparse hoy: la hipocresía y no el cinismo. Odio la hipocresía, el buenismo, esas cosas vomitivas.
Da la sensación de que la televisión nos ha hecho inmunes a la estupefacción. ¿Ya no nos escandaliza nada?
No escandalizarse es positivo y denota el grado de evolución. Cuanto más ha visto un pueblo, menos se sorprende, que es lo que nos pasa a los romanos. Escandalizarse es de personas poco evolucionadas.
Doy un respingo casi sobrecogido. Nada que ver con mi interlocutor, que conversa de espaldas a la pantalla central del despacho. El sobresalto es por un primer plano de Belén Esteban, que mastica palabras a centímetros de la cámara, perjurando que el viernes enseñará unas facturas de un tal Toño. Vuelvo en sí justo cuando Vasile resuelve el asunto como un profesor de Historia del Arte: «Del realismo pasamos al surrealismo y ahora en TV estamos en el hiperrealismo». Nota mental: el hiperrealismo es magnético... y acojona un poco.

¿Quién quiere ver lo peor de sí mismo en un espejo? Sobre la mesa de Vasile, un paquete de hojas llenas de curvas de audiencia nos da la respuesta: millones de personas.

Ese esperpento perfecto, con sus fanfarrones en vena, sus mujeronas desgañitadas y su carrusel eterno de decibelios y brillantina es lo que muchos bautizaron como telebasura. Para Vasile, «un concepto snob y altivo del pseudointelectual que piensa que la gente come basura. La telebasura es una ofensa al público. Si dices: "Eres un comemierdas", no ofendes a la mierda, sino a la persona».

Un directivo de televisión dijo que sólo es posible hacer la TV de Mediaset si tus hijos no viven en España, como es su caso.
Es una frase muy estúpida y la dijo un frustrado. Sé quién fue. Una simple excusa para justificarse por no haber sido capaz de hacer una televisión así.
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Prejuzgar a Paolo Vasile y su televisión, criticada hasta la saciedad, es tentador y asegura cierto aplauso. Comprenderle es más complejo y no todo son ratings de audiencia, sal gruesa y el perro de Pavlov sujetando el mando a distancia entre las fauces. La charla es un impecable máster sobre las pulsiones básicas del alma humana, capítulo sala de estar: «Somos una industria para hacer compañía porque el hombre nace, vive y muere solo. No ofreces lo que te gusta a ti, sino lo que complace al otro. ¿Para qué voy a regalar bañadores en invierno? La diferencia entre Mediaset y el resto es que no intentamos imponer nuestro pensamiento».

Usted dijo que en los años 80, durante el boom económico en Italia, el éxito de Mediaset fue entender que la gente quería llorar.
Siendo nuestra cultura católica, con su sentido de culpa, donde aquello que gusta engorda y lo que da placer es pecado, la gente necesita sufrir cuando disfruta demasiado. Llorar con la TV. Y la clave, como dice Berlusconi, es la pasión. Sin pasión no hay televisión posible. Positiva o negativa, porque detestar a alguien también es una pulsión para verlo. Eso vale para todas las décadas.
Y ahora, ¿qué quiere la gente? ¿Política?
La política, que habitualmente aburre al público, ahora genera curiosidad. Desde el punto de vista del entretenimiento, ha sido interesante contar con actores nuevos, vestidos de otra manera, que hablan de otro modo... Pero ha habido una sobreexposición. La gente nunca quiere sólo una cosa.
Siempre ha dicho que el directo es la clave de Mediaset. El secreto de su pócima mágica.
Cuando ideamos Telecinco, logramos casi sin querer un antídoto frente el resto de formas de entretenimiento. Hacer una TV con muchas películas y series, que es lo que yo llamo la televisión muerta, es menos competitiva. La televisión de flujo es aquella en la que te arriesgas a perderte algo si no la estás viendo. Eso crea una relación estrecha con el público. Consumar un rito colectivo: ésa es la fuerza de la televisión en directo.
Traducido: las tablets, YouTube o el móvil representan formas de consumo individual y Vasile cree que tardarán en amenazar ese cemento social que es la TV. «La televisión es lo contrario», argumenta el ejecutivo italiano, «una misma emoción que llega a muchas personas a la vez. Por eso hablamos de la entrevista de anoche o del partido de España al llegar al trabajo. Esa centralidad es la clave de la televisión».

¿Corre el riesgo la televisión de convertirse en un medio para la tercera edad?
El cambio no existe, existe sólo el movimiento. Cuando no percibes ese movimiento en tiempo real y estás distraído, un día miras atrás y percibes el cambio. Adelantarse es el arte de la televisión. El envejecimiento de la población es un dato real. Pero es una generación que ha crecido y vivido con la televisión. No imaginan su vida sin ese objeto.
El objeto mágico. El de la lucecita roja.

Junto a la oficina privada de Vasile hay una equipada sala de juntas, con sillones de cuero y pantalla proyectora. No la usa. Cree que trae mala suerte. Así que cada miércoles reúne en su despacho a su comité de contenidos. Vasile no negocia supersticiones. Igual que odia ver en pantalla a presentadores de violeta, color de la mala suerte en Italia. «Imagina lo que mando en casa que a mi primera nieta la llamaron... Viola. Así que ya lo llevo un poco mejor».

¿Y su fijación con las mujeres que llevan uñas rojas en pantalla?
Eso no es superstición, es una cuestión de clase. Es una lucha con mi hija, que aparece con las uñas rojas, verdes, negras... Una mujer elegante debe llevar las uñas con esmalte transparente y medias todo el año.
Elocuente, caballeroso, también afilado cuando desenfunda la daga, Vasile lleva tres lustros haciendo una de las televisiones más rentables de Europa. Ese imperio Deluxe, que incluye también películas exitosas como Ocho apellidos vascos o Lo imposible, ganó 50,1 millones sólo en los tres primeros meses de este año, un 37,8% más que en 2015. El negocio se resume en una gigantesca construcción industrial apoyada en un pequeño puñado de caras, a las que Vasile, un maestro de la corta distancia, cuida con palo y zanahoria.

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«Es el padrino de todos. A la vez tierno y muy duro, implacable y fiel, cálido y frío, no mezcla temas profesionales y personales. Te ayudará en un mal trago pero no le temblará la mano si es lo que Mediaset necesita», describe uno de los presentadores más importantes de Telecinco. Cada año, en su discurso de la cena de Navidad, ante ese ramillete de egos, Vasile llora. El próximo diciembre lo volverá a comprobar Bertín Osborne.



¿Telecinco es el hábitat natural de Bertín Osborne antes que La1?
Estamos encantados con la llegada de Bertín. Pero hay que decir que lo echaron por censura. Hacer la televisión que ya hacen las privadas con dinero público no tiene sentido alguno.
¿Lamenta la salida de Pablo Motos?
No lo dejé escapar. No podía permitírmelo. Él vino y me dijo que le habían hecho una oferta económica indecente. En efecto era indecente y yo no hago cosas indecentes. Contento no estoy porque Motos me parece un muy buen elemento para una televisión, pero saber renunciar en la vida es esencial para hacer bien tu trabajo.
¿Le gusta Jordi Évole?
Es un personaje con muchísimo talento, muy inteligente, muy cercano al espectador. Consigue hacerse entender y no es presuntuoso. Le gusta a la gente y a mí también.
Existe un mito en torno a Vasile. El del monstruo sin escrúpulos que se levanta a las cuatro de la mañana para recibir el primero de España, con las manos temblorosas por el pavor, los datos de audiencia de la víspera. Una pena que sea mentira. A riesgo de perder algo de mojo back, habrá que ceñirse a la verdad: las audiencias salen a las ocho. Pero eso no rebaja ni un ápice la obsesión maniaca con la que vive su trabajo. Porque no lo considera un oficio sino una razón de ser. Si pierde Mediaset, pierde él.Y no se bromea con el orgullo imperial de un romano.

Camina por los pasillos de Mediaset, entre foto y foto para el reportaje, sin despegar su mirada del móvil. Aprovecha incluso los segundos que separan cada posado para responder mensajes. De frente, un whatsapp; de perfil, dos mensajes recibidos. Ana Rosa Quintana todavía recuerda la última vez que le soltó sin pensar: «Que descanses el fin de semana, Paolo». La respuesta fue: «Yo no necesito descansar».

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Por las mañanas, desayuna acompañado o solo en la cafetería para trabajadores de Telecinco, en medio de cámaras, electricistas y tertulianos somnolientos. Pide siempre té con limón y unas galletas María y se niega a abrir una cuenta a su nombre. Paga con un billete manido de cinco euros. Quien hace televisión sabe del poder de los símbolos.

Vasile detesta la soledad. Desde que su mujer y sus hijos Andrea, Martina y Luca volvieron a Roma, cada viernes pone rumbo a Italia para ver a la famiglia. Si puede, navega en el barco que tiene amarrado cerca de la capital y no se pierde un partido de la Roma. Los lunes vuelve directamente del aeropuerto a Mediaset. Su vida madrileña trascurre en un piso que da a la Puerta de Alcalá y, cuando no tiene cenas de trabajo, come solo con la televisión encendida. O con la lucecita roja haciéndole compañía.

¿Ha alentado usted en cierto modo esa imagen secreta de sí mismo?
En mi trabajo, sobran las caras y las imágenes. Yo decidí desde pequeño quedarme al otro lado de la cámara. Nunca he puesto mi nombre en unos títulos de crédito. En España tuve la desventura de encontrarme con gente que, para dañarme, dio una imagen de mí que no era real.
Se refiere a LaSexta y su primer grupo dirigente [él lo llama, con cierto sentido escénico, la Barroso connection, en referencia a Miguel Barroso, secretario de Estado de Comunicación cuando se entregaron las licencias a Cuatro y LaSexta] y, en concreto, a un programa, Sé lo que hicisteis. «Se llegó a la difamación, pero hay un aspecto positivo de todo esto», analiza Vasile, «y es lo que yo llamo el síndrome Mourinho: si hay un pararrayos, los demás trabajan mejor. Así que ayudo a mi gente a trabajar más serena parando yo los rayos. E che possiamo fare» (Qué le vamos a hacer), sentencia con fuerte deje romano.

Aunque romano orgulloso, su vida la marcó un milanés, Silvio Berlusconi, que le reclutó en 1983, y con el que, tras tres décadas de amistad y trabajo, no tiene una sola imagen pública. Ambos comenzaron en la música y Vasile, que compuso varias bandas sonoras, llegó como su mentor a publicar un disco como cantante. Cuando falleció su padre en 2009, el ex primer ministro acudió con su número dos, Gianni Letta, al funeral en la iglesia de Sant'Andrea.

¿Qué aprendió usted de Berlusconi?
Todo. La revolución de Berlusconi fue hacer una TV para el público, que luego significa hacer una televisión para vender publicidad. Lo contrario que los editores clásicos, con los que competimos en los 80, que creían que podían hacer televisión con el dinero de la publicidad. Se arruinaron, por supuesto. La segunda cosa que aprendí de Silvio es que, sin una gran pasión por el público es imposible hacer tele. No tiene que gustarte todo lo que haces en televisión, pero sí a quién te diriges. Es la actitud opuesta a la del intelectual.
Por si había dudas, los intelectuales y el aburrimiento son los dos grandes enemigos de Vasile. Carga sin parar contra el racarraca de lo políticamente correcto con la convicción, algo bolivariana, de saber qué quiere el pueblo, pero también con una insistencia que a veces raya la autojustificación.

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La misma batalla que Berlusconi libra desde siempre contra el establishmentde la izquierda cultural italiana y frases como aquélla de Franco Battiato: «No quiero sentirme inteligente viendo a cretinos por televisión, quiero sentirme cretino viendo a inteligentes en la televisión». Para Vasile, lo cretino de verdad sería hacer programas para tipos como Battiato: «Todos los que hablan de la gente son justo aquellos a los que, en el fondo, les da asco. Nosotros la adoramos. A algunos les molesta ser vistos». Berlusconi no es la única figura política de referencia para Vasile. También bebe del pragmatismo más genético (y cuestionado) de Italia: la Democracia Cristiana.

Leí una frase suya, «La televisión genera frustración sólo entre aquellos que no aparecen», que parecía calcada del lema de Giulio Andreotti: «El poder desgasta al que no lo tiene».
Conocí bien a Andreotti y mi padre, aún mejor. Fue uno de esos políticos que marcó mi país y su lenguaje. Muchos nos reconocemos en ese estilo. Y llevaba razón: el poder desgasta al que no lo tiene.
Vasile da pocas entrevistas. Tardamos un año en que accediese a responder a PAPEL y, a la paciencia, añadimos una petición: que la entrevista se realizase en italiano. El idioma transalpino despliega dramaturgia hasta en los monosílabos. Puestos a conocerle, mejor en su propia salsa.

Y Vasile muerde en cada respuesta. No le basta con responder. Quiere convencer y vencer. Lo adorna con un abrumador dominio escénico. Y qué es Telecinco sino pura commedia dell'arte, un teatro popular, entretenido, vodevilesco, que se mide a la escena más florentina de Atresmedia. No son sólo dos empresas. Son dos modelos. Dos ideas de sociedad. Dos culturas.

Atresmedia ha facturado más en el primer trimestre de 2016, siendo Mediaset líder de audiencia. ¿Quiere eso decir que tienen un problema de posicionamiento?
El objetivo no es facturar más que Antena 3, es ganar más dinero que Antena 3. Costamos mucho menos y nos ven más personas; ellos facturan un poco más pero les ven menos. Entiendo la frustración infinita de Antena3 porque ser segundo de dos, durante tanto tiempo, no es fácil. Intentaron hacer nuestro mismo modelo de televisión y les fue notablemente mal. Por eso crearon la excusa de la calidad.
¿Cómo definiría entonces a su rival?
Dicen que hacen una televisión blanca. Y el blanco, o lo lavas todos los días, o tiende al gris. Declarar que una televisión es blanca es un resumen de lo que le decía: hipocresía, buenismo, frustración...
¿La calidad es una excusa?
Es que Antena 3 ni siquiera hace programas inteligentes. Esto es lo triste. Y lo saben, porque no son estúpidos. Hacen una mañana como la nuestra y tiene menos éxito. La tarde es como la de La1. Mire, ahí las tengo, La 1 y Antena3 [se gira entonces hacia dos de sus nueve pantallas, las de la esquina superior derecha, y las señala]. ¿Las distingue usted? Yo no. Son dos agujeros iguales donde se emiten historias banales, superficiales, que podría hacer cualquiera. Cuatro vestidos de época mal hechos y ya.
El informativo nocturno de Telecinco es el más visto, pero la cadena más influyente según el CIS es LaSexta. ¿Tiene audiencia pero no influencia?
La gran diferencia entre Mediaset y alguna cadena de la competencia es que nosotros no queremos imponer nuestro pensamiento. De hecho, no queremos imponer ningún pensamiento. La humildad es la primera regla en televisión. Al menos, en la generalista. Otra cosa es la de propaganda como LaSexta.
Guste o no, LaSexta tiene un posicionamiento claro. No tanto Cuatro.
LaSexta nació con una misión de propaganda. Como un arma de guerra. Hecha por personas que quieren hacer política sin exponerse a la política. Si uno quiere hacer política debe presentarse a las elecciones y ganar menos dinero.
Ya, pero yo le preguntaba por Cuatro.
Prisa es un grupo editorial progresista que hizo Cuatro a su imagen. Es una televisión generalista, pero no tan amplia como Telecinco, que busca un público más joven, urbano y progresista.
En cada respuesta, en cada uno de sus escorzos en la butaca, se advierte un ímpetu caníbal. Para los futboleros, aborda el partido intelectual con la obstinación frenética de Pippo Inzaghi buscando el gol, las dentelladas de Luis Suárez en el área o la mirada poseída de Gattuso ante un balón dividido. Tú acabas de echarle azúcar al café y él ya ha tomado Normandía. Vasile lo llama «pasión» berlusconiana.

Su férreo control de todo lo que ocurre en Mediaset, el hambre incesante de victoria, la intensidad máxima que destila en una entrevista de martes por la mañana... quizás todo provenga de aquella frase tan siciliana que repetía su padre, el escritor, guionista y productor Turi Vasile: «Éramos felices y no lo sabíamos». Una frase impregnada de melancolía meridional. «Una sentencia preciosa pero, si lo piensa, de una tristeza infinita. Es el resumen de la eterna insatisfacción». Sostiene Vasile.

http://www.elmundo.es/papel/historias/2016/07/03/57750038ca4741894a8b4584.html
 
Mediaset es como Zara.
Empresas dirigidas por Reyes Midas (Vasile y Ortega)
Calidad? Eso que es?
Lo importante son los beneficios y las audiencias.

No todos buscamos eso cuando encendemos la tv.
 
Curiosamente la televisión que hace en España no la hace en su país , curioso no? A través de los programas se educa, se evoluciona, si la gente joven ven programas como MYHYV! Y ven como gente inculta como Belén E o Kiko H , sin oficio ni beneficio parte de ellos quieren triunfar solo con el esfuerzo del gimnasio y el culto al cuerpo. La gente mayor se le distrae con problemas de porterías, antiguamente criticando a las vecinas se olvidaban de sus tristes vidas, ahora las vecinas están en la caja tonta. Paolo , no tiene respeto a la audiencia ( se la trae al pairo ) , maneja a las personas como monigotes, todos tienen un precio, les hace que pierdan la dignidad por un buen sueldo, en esas monedas van incluidas la venta de su privacidad , vender, amores,desamores,hijos,amigos y enemigos. Ha aprendido de Berlusconi pura mafia. Para que la cultura? No sirve para llenar las arcas , habla de hipocresía .....le dijo la sartén al cazo. Permite acoso en directo ( asesinato, aún no...debemos darle tiempo) y después pretende en la 4 hacer un programa con víctima precisamente de acoso. Pues sí señor Vasile su programación es TELE BASURA, lo cual se la trae floja, ni le importa los comentarios, de profesionales que no han entrado en su juego y a los que en sus programas no dudan en poner como hojas de perejil .... Pero sus hijos , sus nietos, su señora viven de p......a madre. No faltaría más ! Aunque a mí me daría un poco de espanto..., no por nada..., por eso de la ley del karma ...... Que a usted querido se la trae floja.
 
Vaya engreido pecho-lobo.
La conversación con el paleto éste debe ser yo soy, yo tengo, yo he hecho y yo he conseguido.
Probablemente nació en una aldea pequeña de la Italia profunda.

Una cosa sí le concedo, conoce la naturaleza humana como nadie.

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Última edición por un moderador:
Corrección, nadie tiene tan mal gusto como para hacer una porquería igul o parecida a salvame.
 
El periodista q le entrevista tambien esta heroico ¿eh?.Este lo tiene AR en sus tertulias y ese es el nivel q hay q llegar a fin de mes.Todo queda en casa y la entrevista para El Mundo q son italianos tambien.....

Aki Vasile ya puede soltar cualkier cosa q no pasa nada.No solo nos mete su mierda patrocinada por nosotros gracias a los politicos q ni quieren hacerle competencia ni permiten publicidad en la publica sino q encima hay q hacerle una reverencia de lo iluminado q es.Orgulloso de producir mierda barata a costa de encanallar y maleducar a la sociedad.
 
Un tronista muerde a Paolo Vasile mientras éste le daba de comer
LOGRÓ ESCABULLIRSE MIENTRAS LOS CONCURSANTES ERAN APLACADOS CON DARDOS TRANQUILIZANTES



Por Xavi Puig

El consejero delegado de Mediaset, Paolo Vasile, tuvo que ser atendido de urgencia ayer por la noche después de que un tronista le atacara y le mordiera la mano izquierda en las dependencias de Telecinco. El ejecutivo había acudido a los almacenes para controlar el stock y se animó a dar de comer a los concursantes de “Mujeres y Hombres y Viceversa”. Uno de ellos, muy excitado por su visita, se le arrimó y tuvo que ser apartado a latigazos por los responsables de seguridad.

“El señor Vasile conocía los riesgos pero le gusta controlar personalmente la materia prima”, explica un portavoz de la cadena de Fuencarral. Normalmente, sólo se acercan a los tronistas cuidadores especializados y el recinto está permanentemente vigilado. “Ayer estaban mansos y él mismo insistió porque sabe que agradecen el contacto”, explica el responsable de seguridad.

Afortunadamente, el empresario sólo sufrió rasguños superficiales pese a que el susto fue mayúsculo. “Fue muy aparatoso porque, después de la mordida, el señor Vasile soltó la bolsa de Doritos y todos se arremolinaron alrededor, chillando y quitándose la camiseta”, relata el guardia de seguridad. Vasile logró escabullirse mientras los tronistas eran aplacados con dardos tranquilizantes.

A las 3:35 de la madrugada, el ejecutivo ingresó conmocionado y con el traje desgarrado en el Hospital 12 de Octubre, donde fue dado de alta dos horas más tarde sin mayores consecuencias.

http://www.elmundotoday.com/2016/07...-paolo-vasile-mientras-este-le-daba-de-comer/
 
Paolo Vasile suspende el programa de la lavadora por falta de audiencia

EL PROGRAMA EXHIBÍA TRAPOS SUCIOS, EN LA LÍNEA DE TELECINCO



Por Xavi Puig

El máximo responsable del grupo Mediaset ha decidido interrumpir el programa de la lavadora “porque no había nadie mirando”. El ejecutivo italiano asegura que “a veces el gato se quedaba como hipnotizado frente al aparato, pero ahora ya ni él se acercaba”.

El directivo admite que le ha dado muchas vueltas al tema y que no ha tomado la decisión en frío. “No se puede suavizar la situación: continuar con el programa sería una mancha en nuestra trayectoria”, ha dicho.

Vasile ha reconocido que en este programa “se exhibían todos los trapos sucios”, siguiendo la línea editorial de Telecinco. “Es verdad que era un poco repetitivo, pero si la audiencia hubiera aguantado hasta el centrifugado, que es cuando las cosas se ponen interesantes, igual habría remontado”, concluye.

La cancelación trunca también el estreno de un nuevo programa para encontrar pareja que iban a protagonizar varios calcetines.

http://www.elmundotoday.com/2015/01...ograma-de-la-lavadora-por-falta-de-audiencia/
 
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