Overton, Timsit, Goebbels y Sharp. Ingeniería socio-política: Así nos manipulan

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La terrible Ventana de Overton (como legalizar cualquier cosa)


La Ventana de Overton es una teoría política que describe con escalofriante exactitud cómo se puede cambiar la percepción de la opinión pública para que las ideas que antes se consideraban descabelladas sean aceptadas a lo largo del tiempo.

En principio ningún tabú escaparía a la eficacia de esta técnica. Por consiguiente, se podría cambiar de modo radical la valoración que la sociedad tiene actualmente de la eutanasia, el incesto, el bestialismo, la pederastia o el canibalismo, por poner sólo unos cuantos ejemplos. Para ello no se aplicaría un lavado de cerebro directo, sino una serie de técnicas avanzadas, cuyo desarrollo pasaría inadvertido para la sociedad.

Para mostrar de qué manera esta teoría explica cómo se pueden lograr los efectos deseados, conviene que nos centremos en un tabú concreto. Examinemos por ejemplo el canibalismo. Así pues, ¿cómo sería posible convertir en aceptable la ingesta de personas? ¿Cómo se opera ese cambio en las conciencias desde la fase de aversión hasta la de conformidad plena? En cinco etapas sucesivas, que a continuación describimos.

Primera etapa: de lo impensable a lo radical

En este primer estadio, la aprobación del canibalismo es todavía algo impensable. La práctica de comer carne de la propia especie se encuentra en el nivel más bajo de aceptación de la ventana de posibilidades de Overton (muy estrecha aún, por no decir cerrada a cal y canto), puesto que la sociedad considera ésta una acción repugnante y ajena a la moral pública. Es decir, la ventana está cerrada y de momento no se mueve.

Para modificar esta apreciación —y amparándose en la libertad de expresión—, se trasladaría esta cuestión a la esfera científica, sugiriendo que para los científicos no deberían existir temas tabú. En ese caso, podría realizarse un simposio etnológico sobre rituales exóticos de culturas ancestrales, para obtener declaraciones autorizadas sobre costumbres caníbales, forzando así la transición de la actitud negativa e intransigente original de la sociedad a una actitud más positiva y abierta.

Simultáneamente, se crearía un grupo radical de caníbales a fin de ser advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Con esto ya se habría logrado el objetivo de la primera fase: eliminado el tabú, que la cuestión originalmente inaceptable empiece a discutirse.

Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable

En esta segunda etapa ya se persigue abiertamente la aprobación del canibalismo. Para que éste pueda ser aceptado hay que seguir divulgando las conclusiones de los «científicos», e insistir en lo oportuno que es no tener prejuicios sobre el tema, calificando de intransigentes a quienes se nieguen a adquirir conocimientos sobre el mismo.

Los que se resisten deben empezar a ser vistos como fanáticos que se oponen a la ciencia y a la ilustración. Mientras se condena públicamente a los intolerantes, es necesario crear un eufemismo, con la intención de que se pierda el significado directo del término original y sus connotaciones negativas, sustituyendo así la expresión original (canibalismo) por antropofagia, primero, y antropofilia, en último término. Paralelamente se crearía un precedente, histórico, mitológico, o inventado, que sirviera de referencia y pudiera ser utilizado como prueba de que la antropofilia es perfectamente legítima.

El uso combinado de medios de comunicación y grupos de presión convertiría en aceptable, más pronto que tarde, el hecho de que haya personas que incluyen en su menú diario carne de la propia especie.

Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato

Para convertir en sensato lo que en un principio era totalmente inaceptable, lo siguiente sería proponer que la ingesta de carne humana sea un derecho de todo hombre libre. Un lema apropiado podría ser el siguiente: «un hombre libre tiene derecho a decidir qué come».

Al mismo tiempo, seguiría siendo absolutamente necesario arrinconar a quienes piensan diferente, es decir, a cuantos todavía impugnan la consolidación de este pretendido derecho. Así, se acusaría a estas personas de radicales que odian la antropofilia, de retrógrados y extremistas que arrojarían en hogueras, si pudieran, no sólo a los caníbales, sino a los miembros de cualquier minoría.

A su vez, pretendidos expertos y personajes conocidos del mundo de la comunicación, insistirían en que a lo largo de la historia humana nos hemos comido unos a otros, sin que esto produjera extrañeza en aquellas sociedades…

Como hemos advertido, el objetivo de esta tercera etapa es que el canibalismo sea considerado una costumbre razonable.

Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular

A continuación se debe poner toda la maquinaria del poder al servicio del ideal supremo. En este instante, los medios de comunicación, secundados por gente famosa y autoridades, hablan abiertamente de antropofilia. El canibalismo se convierte entonces en un tema predilecto de la industria del entretenimiento. El fenómeno asoma por primera vez en películas, letras de canciones comerciales, novelas y espectáculos televisivos. De repente, se produce también el ensalzamiento de personajes relevantes que en la historia practicaron la antropofilia, sirviendo de modelo a las multitudes.

El fenómeno pronto se vuelve imparable y multitudinario. Además, para reforzar su imagen positiva, los caníbales son presentados ante la opinión pública como víctimas de una sociedad represora, que les impide satisfacer sus apetitos, y comer lo que su cuerpo les pide.

Quinta etapa: de lo popular a lo político

El ideal ya está al alcance de la mano. En esta última etapa, la ventana de posibilidades de Overton, totalmente cerrada al principio, aparece ya a escasos centímetros de abrirse de par en par.

El arreón definitivo consiste en preparar la legislación para legalizar el fenómeno. Los partidarios de la legalización del canibalismo, incorporados en grupos de presión, se consolidan en el poder y crean encuestas con el fin de mostrar un alto porcentaje de partidarios de la legalización del fenómeno. Y de forma automática, como la fruta madura que cae por sí sola del árbol, se acaban estableciendo en la conciencia colectiva nuevos e incontestables dogmas: «se prohíbe la prohibición de comer personas»; «comer personas es un derecho»; «quienes se oponen a la antropofilia incurren en un delito de antropofobia»…

Como vemos, el movimiento de las ventanas es una estrategia perfectamente definida. Hemos contemplado el arco completo, pasando del rechazo absoluto al canibalismo (como uso totalmente ajeno a la moral pública) a su legalización y aprobación popular y política.

Decíamos al principio que la Ventana de Overton es una teoría política que describe con escalofriante exactitud cómo se puede cambiar la percepción de la opinión pública para que las ideas que antes se consideraban descabelladas sean aceptadas a lo largo del tiempo. Y hemos descrito cómo es posible. De hecho, el movimiento de las ventanas —que, como resulta evidente, es extrapolable a cualquier fenómeno—, no sólo se ha ensayado con éxito en el pasado, sino que se sigue aplicando con éxito en el presente…

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Las 10 estrategias de manipulación mediática de Sylvain Timsit


1. La estrategia de la distracción.


El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.​

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.​

3. La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.​

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá a mejor mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.​

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.​

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…​

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.​

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…​

9. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!​

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.​
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Los 11 principios de la propaganda de Joseph Goebbels

  • Principio de simplificación y del enemigo único.
    Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

  • Principio del método de contagio.
    Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

  • Principio de la transposición.
    Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

  • Principio de la exageración y desfiguración.
    Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

  • Principio de la vulgarización.
    Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

  • Principio de orquestación.
    La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".

  • Principio de renovación.
    Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

  • Principio de la verosimilitud.
    Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

  • Principio de la silenciación.
    Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

  • Principio de la transfusión.
    Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

  • Principio de la unanimidad.
    Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.

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El 'golpe suave' de Gene Sharp


Se denomina golpe de Estado blando, golpe suave, golpe encubierto o golpe no tradicional al uso de un conjunto de técnicas conspirativas no frontales y principalmente no violentas, con el fin de desestabilizar a un gobierno y causar su caída, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de otro poder. La expresión ha sido atribuida al politólogo estadounidense Gene Sharp quien, según Thierry Meyssan, "fue encargado por la CIA para conducir la aplicación práctica de su investigación teórica en China", en 1989 y trabajó para Israel para "crear programas de entrenamiento para jóvenes activistas con el objetivo de organizar golpes". En algunas ocasiones, el golpe de Estado blando se relaciona con el llamado lawfare (guerra jurídica o guerra judicial), cuando la desestabilización o derrocamiento del gobierno se realiza mediante mecanismos aparentemente legales.

Gene Sharp describe 198 métodos para derrocar gobiernos mediante “golpes suaves”, considera que la estrategia se puede ejecutar en cinco pasos:

  • La primera etapa es promover acciones no violentas para generar y promocionar un clima de malestar en la sociedad, destacando entre ellas denuncias de corrupción, promoción de intrigas o divulgación de falsos rumores.

  • La segunda etapa consiste en desarrollar intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.

  • La tercera etapa se centra en la lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales y en la manipulación del colectivo para que emprenda manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones.

  • La cuarta etapa pasa por ejecutar operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando un clima de "ingobernabilidad".

  • La quinta y última etapa tiene por objeto forzar la renuncia del presidente de turno, mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente, se prepara el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.

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Fuentes:
Overton Overton Goebbels Goebbels Timsit Timsit Sharp Sharp
 
Última edición:
La terrible Ventana de Overton (como legalizar cualquier cosa)


La Ventana de Overton es una teoría política que describe con escalofriante exactitud cómo se puede cambiar la percepción de la opinión pública para que las ideas que antes se consideraban descabelladas sean aceptadas a lo largo del tiempo.

En principio ningún tabú escaparía a la eficacia de esta técnica. Por consiguiente, se podría cambiar de modo radical la valoración que la sociedad tiene actualmente de la eutanasia, el incesto, el bestialismo, la pederastia o el canibalismo, por poner sólo unos cuantos ejemplos. Para ello no se aplicaría un lavado de cerebro directo, sino una serie de técnicas avanzadas, cuyo desarrollo pasaría inadvertido para la sociedad.

Para mostrar de qué manera esta teoría explica cómo se pueden lograr los efectos deseados, conviene que nos centremos en un tabú concreto. Examinemos por ejemplo el canibalismo. Así pues, ¿cómo sería posible convertir en aceptable la ingesta de personas? ¿Cómo se opera ese cambio en las conciencias desde la fase de aversión hasta la de conformidad plena? En cinco etapas sucesivas, que a continuación describimos.

Primera etapa: de lo impensable a lo radical

En este primer estadio, la aprobación del canibalismo es todavía algo impensable. La práctica de comer carne de la propia especie se encuentra en el nivel más bajo de aceptación de la ventana de posibilidades de Overton (muy estrecha aún, por no decir cerrada a cal y canto), puesto que la sociedad considera ésta una acción repugnante y ajena a la moral pública. Es decir, la ventana está cerrada y de momento no se mueve.

Para modificar esta apreciación —y amparándose en la libertad de expresión—, se trasladaría esta cuestión a la esfera científica, sugiriendo que para los científicos no deberían existir temas tabú. En ese caso, podría realizarse un simposio etnológico sobre rituales exóticos de culturas ancestrales, para obtener declaraciones autorizadas sobre costumbres caníbales, forzando así la transición de la actitud negativa e intransigente original de la sociedad a una actitud más positiva y abierta.

Simultáneamente, se crearía un grupo radical de caníbales a fin de ser advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Con esto ya se habría logrado el objetivo de la primera fase: eliminado el tabú, que la cuestión originalmente inaceptable empiece a discutirse.

Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable

En esta segunda etapa ya se persigue abiertamente la aprobación del canibalismo. Para que éste pueda ser aceptado hay que seguir divulgando las conclusiones de los «científicos», e insistir en lo oportuno que es no tener prejuicios sobre el tema, calificando de intransigentes a quienes se nieguen a adquirir conocimientos sobre el mismo.

Los que se resisten deben empezar a ser vistos como fanáticos que se oponen a la ciencia y a la ilustración. Mientras se condena públicamente a los intolerantes, es necesario crear un eufemismo, con la intención de que se pierda el significado directo del término original y sus connotaciones negativas, sustituyendo así la expresión original (canibalismo) por antropofagia, primero, y antropofilia, en último término. Paralelamente se crearía un precedente, histórico, mitológico, o inventado, que sirviera de referencia y pudiera ser utilizado como prueba de que la antropofilia es perfectamente legítima.

El uso combinado de medios de comunicación y grupos de presión convertiría en aceptable, más pronto que tarde, el hecho de que haya personas que incluyen en su menú diario carne de la propia especie.

Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato

Para convertir en sensato lo que en un principio era totalmente inaceptable, lo siguiente sería proponer que la ingesta de carne humana sea un derecho de todo hombre libre. Un lema apropiado podría ser el siguiente: «un hombre libre tiene derecho a decidir qué come».

Al mismo tiempo, seguiría siendo absolutamente necesario arrinconar a quienes piensan diferente, es decir, a cuantos todavía impugnan la consolidación de este pretendido derecho. Así, se acusaría a estas personas de radicales que odian la antropofilia, de retrógrados y extremistas que arrojarían en hogueras, si pudieran, no sólo a los caníbales, sino a los miembros de cualquier minoría.

A su vez, pretendidos expertos y personajes conocidos del mundo de la comunicación, insistirían en que a lo largo de la historia humana nos hemos comido unos a otros, sin que esto produjera extrañeza en aquellas sociedades…

Como hemos advertido, el objetivo de esta tercera etapa es que el canibalismo sea considerado una costumbre razonable.

Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular

A continuación se debe poner toda la maquinaria del poder al servicio del ideal supremo. En este instante, los medios de comunicación, secundados por gente famosa y autoridades, hablan abiertamente de antropofilia. El canibalismo se convierte entonces en un tema predilecto de la industria del entretenimiento. El fenómeno asoma por primera vez en películas, letras de canciones comerciales, novelas y espectáculos televisivos. De repente, se produce también el ensalzamiento de personajes relevantes que en la historia practicaron la antropofilia, sirviendo de modelo a las multitudes.

El fenómeno pronto se vuelve imparable y multitudinario. Además, para reforzar su imagen positiva, los caníbales son presentados ante la opinión pública como víctimas de una sociedad represora, que les impide satisfacer sus apetitos, y comer lo que su cuerpo les pide.

Quinta etapa: de lo popular a lo político

El ideal ya está al alcance de la mano. En esta última etapa, la ventana de posibilidades de Overton, totalmente cerrada al principio, aparece ya a escasos centímetros de abrirse de par en par.

El arreón definitivo consiste en preparar la legislación para legalizar el fenómeno. Los partidarios de la legalización del canibalismo, incorporados en grupos de presión, se consolidan en el poder y crean encuestas con el fin de mostrar un alto porcentaje de partidarios de la legalización del fenómeno. Y de forma automática, como la fruta madura que cae por sí sola del árbol, se acaban estableciendo en la conciencia colectiva nuevos e incontestables dogmas: «se prohíbe la prohibición de comer personas»; «comer personas es un derecho»; «quienes se oponen a la antropofilia incurren en un delito de antropofobia»…

Como vemos, el movimiento de las ventanas es una estrategia perfectamente definida. Hemos contemplado el arco completo, pasando del rechazo absoluto al canibalismo (como uso totalmente ajeno a la moral pública) a su legalización y aprobación popular y política.

Decíamos al principio que la Ventana de Overton es una teoría política que describe con escalofriante exactitud cómo se puede cambiar la percepción de la opinión pública para que las ideas que antes se consideraban descabelladas sean aceptadas a lo largo del tiempo. Y hemos descrito cómo es posible. De hecho, el movimiento de las ventanas —que, como resulta evidente, es extrapolable a cualquier fenómeno—, no sólo se ha ensayado con éxito en el pasado, sino que se sigue aplicando con éxito en el presente…

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Las 10 estrategias de manipulación mediática de Sylvain Timsit


1. La estrategia de la distracción.


El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales (cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.​

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.​

3. La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.​

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá a mejor mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.​

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.​

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…​

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.​

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…​

9. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución!​

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.​
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Los 11 principios de la propaganda de Joseph Goebbels

  • Principio de simplificación y del enemigo único.
    Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

  • Principio del método de contagio.
    Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

  • Principio de la transposición.
    Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

  • Principio de la exageración y desfiguración.
    Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

  • Principio de la vulgarización.
    Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

  • Principio de orquestación.
    La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".

  • Principio de renovación.
    Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

  • Principio de la verosimilitud.
    Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

  • Principio de la silenciación.
    Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

  • Principio de la transfusión.
    Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

  • Principio de la unanimidad.
    Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.

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El 'golpe suave' de Gene Sharp


Se denomina golpe de Estado blando, golpe suave, golpe encubierto o golpe no tradicional al uso de un conjunto de técnicas conspirativas no frontales y principalmente no violentas, con el fin de desestabilizar a un gobierno y causar su caída, sin que parezca que ha sido consecuencia de la acción de otro poder. La expresión ha sido atribuida al politólogo estadounidense Gene Sharp quien, según Thierry Meyssan, "fue encargado por la CIA para conducir la aplicación práctica de su investigación teórica en China", en 1989 y trabajó para Israel para "crear programas de entrenamiento para jóvenes activistas con el objetivo de organizar golpes". En algunas ocasiones, el golpe de Estado blando se relaciona con el llamado lawfare (guerra jurídica o guerra judicial), cuando la desestabilización o derrocamiento del gobierno se realiza mediante mecanismos aparentemente legales.

Gene Sharp describe 198 métodos para derrocar gobiernos mediante “golpes suaves”, considera que la estrategia se puede ejecutar en cinco pasos:

  • La primera etapa es promover acciones no violentas para generar y promocionar un clima de malestar en la sociedad, destacando entre ellas denuncias de corrupción, promoción de intrigas o divulgación de falsos rumores.

  • La segunda etapa consiste en desarrollar intensas campañas en “defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos”, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.

  • La tercera etapa se centra en la lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales y en la manipulación del colectivo para que emprenda manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones.

  • La cuarta etapa pasa por ejecutar operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando un clima de "ingobernabilidad".

  • La quinta y última etapa tiene por objeto forzar la renuncia del presidente de turno, mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en la calle. Paralelamente, se prepara el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.

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Fuentes:
Overton Overton Goebbels Goebbels Timsit Timsit Sharp Sharp
Las de Sylvain Timsit yo las había leído como de Noam Chomsky.
Muy reales, en cualquier caso, y lo vemos cada día en el telediario, en los periódicos y en todos los medios de comunicación.
Lo mismo con la ventana de Overton, terrible cómo acabamos comulgando con ruedas de molino.
 
Las de Sylvain Timsit yo las había leído como de Noam Chomsky.
Muy reales, en cualquier caso, y lo vemos cada día en el telediario, en los periódicos y en todos los medios de comunicación.
Lo mismo con la ventana de Overton, terrible cómo acabamos comulgando con ruedas de molino.
Sí, la atribución a Chomsky parece ser que fue un error de una agencia que se perpetuó en el tiempo. Cosas que pasan. Como la falsa autoría de Cervantes de la frase 'Ladran, luego cabalgamos' cuando realmente es de un poema de Goethe 🤷‍♀️

 
La verdad es que es terrible la locura y el punto al que estamos llegando y como vamos directos al matadero, se dicen y se hacen las cosas más horribles que podamos imaginar o que puedan imaginar quienes tienen poder o nos gobiernan, nos escandalizamos un minuto, hacemos un comentario en foros y en redes y a otra cosa, porque sí, tiene que ser así ya que la mente de una persona normal no puede asimilar ciertos temas y tiende a evadirse como puro institno de supervivencia, mientras esa cosa tan terrible y la manipulación de los interesados se va afianzando hasta formar parte de nuestra vida cotidiana con la mayor naturalidad del mundo
Que Dios nos pille confesados
 
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