"Huevos rotos fusilados". Otro restaurante al margen de la Ley de la Memoria Histórica
Se llama Casa Eladio y está en Ávila. Un restaurante que se suma a la larga lista de 'parques de atracciones del franquismo'. Esos templos gastronómicos que explotan impunemente la simbología fascista para hacer caja a costa de la memoria histórica.
No se te ocurra pedir una tortilla francesa. En el caballete de la entrada de Casa Eladio lo deja bien claro: la tortilla, española; el Bacalao, grande y libre... de cebolla; los huevos rotos, fusilados,... una referencia constante al franquismo con exabruptos y apología de la dictadura que busca llamar la atención de los viandantes. Y lo consigue.
Cuando entras en Casa Eladio sabes que entras en zona nacional. El aviso está por todas partes: servilletas, toldos, cuadros, cartas... hay casi tantos como advertencias de cámaras de seguridad. Quizás por el miedo a represalias de los ofendidos, por eso también avisan: "rojos, abstenerse". Solo los chorizos pueden serlo.
La Falange de visita en Casa Eladio Facebook/BAR CASA Eladio
Pero esta reserva del derecho de admisión es ficticia, allí puede entrar cualquiera y hacer fotos al gusto. No hay una dinastía de falangistas detrás del negocio. La idea es solo usar el reclamo para vender más chorizos y sus famosos huevos 'fusilados'. El local nació como un bareto vulgar más hasta que su dueño —un cuarentón que lucía pañales en la dictadura— cambió el símbolo heráldico de la bandera que adornaba la pared principal por el aguilucho... ¡EUREKA!
La decoración del llamado "Mini Casa Pepe de Ávila" no se limita a la dictadura, también hay folclore militar, chistes rancios, fotos de simpatizantes y amenazas veladas. Una foto de Acebes, otra de Rajoy firmada, fotos de Hitler, de Pedro Jota, de El Lute. Una mezcla imposible que busca la provocación para vender lo que no pueden hacer sus cocinas. Es solo humor, dicen algunos clientes...
Es solo humor... Google Maps
Y es que estos museos del fascismo son cada vez más numerosos en España. Y tienen éxito porque se han convertido en templos para muchísima gente que defiende y ríe las gracias al 'emprendedor' de turno... pero sobre todo tienen éxito porque la apología del franquismo no es delito en España gracias al PP.
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El único marco legal que puede acotar este exhibicionismo rancio es la denostada Ley de Memoria Histórica aprobada por el PSOE en 2007. En ella se establece que: "Los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura deberán ser retiradas de los edificios y espacios públicos".
El problema es que el precedente histórico de 'Casa Pepe' ha definido a estos espacios como privados aunque tengan una clara proyección pública. La inmunidad ha animado a otros imitadores a construir negocios similares que sortean sin problema la legalidad. La prueba de que esta laxitud en la aplicación de la ley es generalizada es que sigue habiendo también excedentes franquistas en decenas de calles, plazas y edificios públicos y alcaldes que se resisten a retirarlos.
Esta ambigüedad entre lo público y lo privado también hace malabarismos cuando policías y guardias civiles deciden fotografiarse en el templo facha sin ningún tipo de reparo.
Fotos de policía y GC en Casa Eladio FB/BARCASAELADIO14
También los militares con sus uniformes de gala:
Militares en Casa Eladio FB/BARCASAELADIO14
España es de los pocos países europeos donde se permiten las apologías fascistas. En Alemania, por ejemplo, te meten en la cárcel por tener las mismas botellas decoradas con Hitler a la venta en un bar. La razón de la diferencia es evidente. Ningún tribunal internacional ha condenado los crímenes de lesa humanidad que se han cometido aquí. Las leyes todavía se revisan y redactan con los rescoldos de los ganadores.
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Las botellas de Casa Eladio FC/BARCASAELADIO14
Se llama Casa Eladio y está en Ávila. Un restaurante que se suma a la larga lista de 'parques de atracciones del franquismo'. Esos templos gastronómicos que explotan impunemente la simbología fascista para hacer caja a costa de la memoria histórica.
No se te ocurra pedir una tortilla francesa. En el caballete de la entrada de Casa Eladio lo deja bien claro: la tortilla, española; el Bacalao, grande y libre... de cebolla; los huevos rotos, fusilados,... una referencia constante al franquismo con exabruptos y apología de la dictadura que busca llamar la atención de los viandantes. Y lo consigue.
Cuando entras en Casa Eladio sabes que entras en zona nacional. El aviso está por todas partes: servilletas, toldos, cuadros, cartas... hay casi tantos como advertencias de cámaras de seguridad. Quizás por el miedo a represalias de los ofendidos, por eso también avisan: "rojos, abstenerse". Solo los chorizos pueden serlo.
La Falange de visita en Casa Eladio Facebook/BAR CASA Eladio
Pero esta reserva del derecho de admisión es ficticia, allí puede entrar cualquiera y hacer fotos al gusto. No hay una dinastía de falangistas detrás del negocio. La idea es solo usar el reclamo para vender más chorizos y sus famosos huevos 'fusilados'. El local nació como un bareto vulgar más hasta que su dueño —un cuarentón que lucía pañales en la dictadura— cambió el símbolo heráldico de la bandera que adornaba la pared principal por el aguilucho... ¡EUREKA!
La decoración del llamado "Mini Casa Pepe de Ávila" no se limita a la dictadura, también hay folclore militar, chistes rancios, fotos de simpatizantes y amenazas veladas. Una foto de Acebes, otra de Rajoy firmada, fotos de Hitler, de Pedro Jota, de El Lute. Una mezcla imposible que busca la provocación para vender lo que no pueden hacer sus cocinas. Es solo humor, dicen algunos clientes...
Es solo humor... Google Maps
Y es que estos museos del fascismo son cada vez más numerosos en España. Y tienen éxito porque se han convertido en templos para muchísima gente que defiende y ríe las gracias al 'emprendedor' de turno... pero sobre todo tienen éxito porque la apología del franquismo no es delito en España gracias al PP.
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El único marco legal que puede acotar este exhibicionismo rancio es la denostada Ley de Memoria Histórica aprobada por el PSOE en 2007. En ella se establece que: "Los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura deberán ser retiradas de los edificios y espacios públicos".
El problema es que el precedente histórico de 'Casa Pepe' ha definido a estos espacios como privados aunque tengan una clara proyección pública. La inmunidad ha animado a otros imitadores a construir negocios similares que sortean sin problema la legalidad. La prueba de que esta laxitud en la aplicación de la ley es generalizada es que sigue habiendo también excedentes franquistas en decenas de calles, plazas y edificios públicos y alcaldes que se resisten a retirarlos.
Esta ambigüedad entre lo público y lo privado también hace malabarismos cuando policías y guardias civiles deciden fotografiarse en el templo facha sin ningún tipo de reparo.
Fotos de policía y GC en Casa Eladio FB/BARCASAELADIO14
También los militares con sus uniformes de gala:
Militares en Casa Eladio FB/BARCASAELADIO14
España es de los pocos países europeos donde se permiten las apologías fascistas. En Alemania, por ejemplo, te meten en la cárcel por tener las mismas botellas decoradas con Hitler a la venta en un bar. La razón de la diferencia es evidente. Ningún tribunal internacional ha condenado los crímenes de lesa humanidad que se han cometido aquí. Las leyes todavía se revisan y redactan con los rescoldos de los ganadores.
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Las botellas de Casa Eladio FC/BARCASAELADIO14