Si tienes vacaciones como si no, agosto es odioso.
Si tienes vacaciones, todo es más caro y todo está abarrotado de gente; la playa, el chiringuito, la carretera, los museos, los aeropuertos, los trenes, todo, todo, todo.
Si vives tranquilamente en un pueblo y te quedas en agosto, se acaba la tranquilidad, llegan las familias, se llena el pueblo de niños, barbacoas, piñatas, ruido de día y de noche.
Y si te toca quedarte en casa porque no tienes vacaciones o porque no te puedes permitir un viaje, entonces es deprimente.
Piensas en hacer un montón de cosas, arreglar algo de la casa, coser alguna prenda, tomar algo en tu cafetería habitual, pero todo está cerrado: la mercería, la ferretería e incluso la cafetería de tu calle.
El gimnasio cerrado, la biblioteca bajo mínimos, el cine igual. Si piensas en aprovechar las fechas para arreglarte la boca o cambiar de gafas, el odontólogo esta de vacaciones y en la óptica hay una becaria suplente que no conoce tu historial.
Si cae una tormenta, se atascan las alcantarillas porque incluso los servicios de limpieza están bajo mínimos.
Solo queda esperar a que llegue septiembre para volver a la alegre monotonía.
Si tienes vacaciones, todo es más caro y todo está abarrotado de gente; la playa, el chiringuito, la carretera, los museos, los aeropuertos, los trenes, todo, todo, todo.
Si vives tranquilamente en un pueblo y te quedas en agosto, se acaba la tranquilidad, llegan las familias, se llena el pueblo de niños, barbacoas, piñatas, ruido de día y de noche.
Y si te toca quedarte en casa porque no tienes vacaciones o porque no te puedes permitir un viaje, entonces es deprimente.
Piensas en hacer un montón de cosas, arreglar algo de la casa, coser alguna prenda, tomar algo en tu cafetería habitual, pero todo está cerrado: la mercería, la ferretería e incluso la cafetería de tu calle.
El gimnasio cerrado, la biblioteca bajo mínimos, el cine igual. Si piensas en aprovechar las fechas para arreglarte la boca o cambiar de gafas, el odontólogo esta de vacaciones y en la óptica hay una becaria suplente que no conoce tu historial.
Si cae una tormenta, se atascan las alcantarillas porque incluso los servicios de limpieza están bajo mínimos.
Solo queda esperar a que llegue septiembre para volver a la alegre monotonía.