Nunca nadie quiso perderse un desfile de DAVIDELFIN

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UNA TRIBU DE ARCHIFAMOSOS, UNA EXPAREJA Y HASTA UNA PRINCESA (DEL PUEBLO): NUNCA NADIE QUISO PERDERSE UN DESFILE DE DAVIDELFIN

En el arranque de una nueva edición de la pasarela madrileña recordamos los invitados, la música y la energía del diseñador en cuya primera fila no cabía nunca un alfiler.


POR AMAIA ODRIOZOLA
12 DE SEPTIEMBRE DE 2020 · 08:46

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Nadie quiso nunca perdérselo: Davidelfin, con Bimba, aclamado por sus amigos e invitados, en septiembre de 2012 en Madrid Fashion Week. GETTY IMAGES


DAVIDELFIN hacía muy complicada la tarea de quedarse sentado en el asiento.

Recuerdo que una vez su íntima amiga Alaska dijo, intentando acomodarse en el suyo: “Venir a un desfile de David te pone buena cara”. “Te da subidón y te quita el sueño”, terminaba al mismo tiempo la otra mitad de la cantante, Mario Vaquerizo.

Aquel día era un sábado de septiembre (de 2012) y eran las 12 de la mañana, y lo cierto es que aquel efecto despertador de Delfín funcionaba a cualquier hora: sus desfiles fueron siempre un antídoto, un chispazo, una enérgica sacudida ante el inevitable aletargamiento que producía asistir a un pase tras otro durante una semana en el oscuro pabellón de Ifema donde se celebraba la pasarela madrileña. Madrid Fashion Week, que inicia ahora su 72ª edición, le debe mucho a aquella fiesta.

En la ropa volcaba sus miedos, sus sueños, sus fantasías y su dolor, por eso su discurso era tan potente. Y por ello, también, el titular siempre se lo llevaron sus colecciones, como debe ser, desde que en 2002 (el año de su debut en la pasarela madrileña) presentó Cour des Miracles, con las modelos con unas polémicas, incómodas y metafóricas capuchas faciales y sogas al cuello. En aquel momento se le apodó el enfant terrible de la moda española, y es cierto que él siempre tuvo algo de contestatario, pero le bastaron 30 segundos para arrancar los aplausos del público, en el que sí caló la energía y el mensaje tras el revuelo.

Si en la ropa estaba su intención, el brillo estaba en su shows. Desde entonces y hasta 2016, en todas las ediciones en las que participó, al desfile de Davidelfin siempre le caracterizó una cosa: todo el mundo quería asistir.


En su codiciada primera fila de invitados se apelotonaban los amigos. Los archifamosos Alaska y Mario, las actrices Bibiana Fernández, Rossy de Palma y Antonia San Juan, la galerista Topacio Fresh, la diseñadora Elena Benarroch, al artista Juan Gatti, el escritor Boris Izaguirre, su expareja el influyente Pelayo Díaz, el entonces director creativo de Loewe Stuart Vevers (hoy en Coach), su colega Carlos Díez, la socialite Carmen Lomana e incluso la televisiva Belén Esteban en una ocasión.

Su íntima Bimba Bosé solía vivir los desfiles junto a él, en backstage y saliendo a desfilar. Los actores despuntantes también querían invitación y siempre deseaban acudir vestidos por él: Hiba Abouk, Eduardo Casanova, Martiño Rivas, Marc Clotet.

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Mario, Alaska, Bibiana y Topacio: los cuatro incondicionales de Davidelfin. GETTY IMAGES

Su lista de asistentes era como él, divertida, heterogénea y fiel, hacía muchísimo ruido, montaba un gran revuelo de cámaras y era un tanto indisciplinada. Lo que también conseguía David era que en la grada de enfrente, la reservada a la prensa, ocurriera una euforia similar.

Nadie quería perderse, nunca, la fiesta de sus desfiles, aunque eso supusiera sentarse de canto. Él siempre salía a saludar (y a lanzar besos y a dar algún abrazo) corriendo, dando saltos.

Si esto era así es porque David, en el fondo, no era un provocador. Lo que a él le interesaba era emocionar. De ahí que la música, la puesta en escena, la coreografía, el escenario y todo lo que rodeaba la performance de sus desfiles –también sus invitados– resultaran tan desbordantes.

Era casi imposible no ponerse a bailar, o al menos, a golpear el suelo con la punta de los zapatos cuando tocaba el turno de su desfile. Cómo estarse quieto cuando mezclaba Heroes de David Bowie (en la que, por cierto, se cuela un delfín) con canciones de Alaska, o comenzaba un desfile con un remix de This Charming Man de The Smiths y lo cerraba con un remasterizado Estando Contigo de Marisol (lo hizo en su presentación de la primavera verano 2016).

En febrero de 2012, como colofón a su minimalista colección Will, desató la locura entre los presentes con un concierto en directo de Alaska, Mario y Bimba cantando, con delirio, Absolutamente.

El éxtasis fue tal que Mario acabó tirándose al suelo al terminar la canción. Todo el mundo estaba de pie. Lástima por el diseñador que le tocara presentar un desfile a continuación.

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Apoteósico final con Alaska, Mario y Bimba cantando tras el desfile del Otoño Invierno 2012-2013. GETTY IMAGES

Su última pasarela, en enero de 2016, la abrió su adorada Bimba entre tantos aplausos que apenas era audible Bizarre Love Triangle de Vitamin String Quartet.

Terminó con Desfachatez, de Fangoria. Aquel fue el último desfile de ambos.

David ya no está y de aquellas fiestas solo quedan recuerdos y sonrisas.

Nos creímos, una edición tras otra, que la chispa de sus desfiles siempre estaría ahí. Y es que más allá del legado estético de sus colecciones todos aquellos momentos forman ya parte de la historia de nuestro país, y no sólo en la moda.

David llenó sus desfiles de cultura, de música y de sociología, y construyó un lenguaje, un universo, un entusiasmo y una red de amigos que sobreviven al fin de fiesta.

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David Delfín, en febrero de 2016, saludando tras su desfile en Ifema. GETTY IMAGES

 

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