Me acabo de acordar de una amiga del pueblo de mi abuela. Que decía que a su nieta le iban a poner de nombre Axila, que era lo mismo que Sobaco. Mira, que cachondeo. La pobre toda convencida y pasándolo fatal. Y luego en el bautizo, que fue en el pueblo, ya nos enteramos de que el nombre era Alexia.Está por ahí el Selene, que se lo puso alguien de mi entorno a su hija, y sí, señoras: la madre es una flipada de coj*nes. La tía fue a parar a una familia política andaluza de gente normal de toda la vida llana, y por cierto con nombres todos muy bonitos atemporales y tradicionales, sin pretensiones.
Es que todavía recuerdo el pollo que se montó cuando llegó aquí la flipada y anunció su rimbombancia. Selene. Es que todavía me descojono.
Aún me acuerdo y me parto.