Espero que Urkiola lo escriban con K, es un parque natural de el País Vasco, con un santuario. Es muy conocido y escribirlo con Q es una aberración.
Nombres que ponen los padres a sus hijos que os parecen raros, no os gustan u os gustan.
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Espero que Urkiola lo escriban con K, es un parque natural de el País Vasco, con un santuario. Es muy conocido y escribirlo con Q es una aberración.
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Lo leí en el periódico y se referían a Urquiola de Palacio, nueva presidenta de la corte española de árbitraje. Lo escribían con Q, pero igual era cosa del periódico. Es la hermana de Ana y Loyola de Palacio.
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A mi se me presentó un chico de 30 y pocos que se llamaba Pito. Pensaba que era un apodo. Le pregunté que como se llamaba en realidad y él, insistiendo que Pito. Al final por cansina, medio enfadado me soltó: Agápito!
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Hoy e coincidido con un Garrido de nombre pensaba que era un apellido pero resulta que lo lleva de nombre y una clementa no me puede sonar peor
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Es casi peor el diminutivo que el nombre. Vaya tela.A mi se me presentó un chico de 30 y pocos que se llamaba Pito. Pensaba que era un apodo. Le pregunté que como se llamaba en realidad y él, insistiendo que Pito. Al final por cansina, medio enfadado me soltó: Agápito!
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¿Procopio no es un medicamento?
Urquiola y Loyola
Los famosos montes de Urquiola, del País Vasco. Loyola será por Ignacio de Loyola, menudos nombres.
A mi se me presentó un chico de 30 y pocos que se llamaba Pito. Pensaba que era un apodo. Le pregunté que como se llamaba en realidad y él, insistiendo que Pito. Al final por cansina, medio enfadado me soltó: Agápito!
Esto es como el chiste del cuartel militar. Un sargento super mala leche empieza a pasar revista:
-A ver tú, nombre
-Juanito
-Ni Juanito ni ito ni hostias, tú te llamas Juan y aquí no hay diminutivos, nada de itos, ¿me entendéis?.
Le pregunta a otro
-A ver tú, nombre.
-Miguelito
-Ni Miguelito ni ito ni hostias, ¡¡joder!!, tú te llamas Miguel y el próximo que me vuelva a soltar un diminutivo se va al calabozo por un mes y encima le pongo trabajos forzados.
Le pregunta al último, ya enfadadísimo y con una mala leche tremenda:
-A ver, tú, nombre
-Me llamo AGAPUTO.
Haciendo esta tarde planes de “quedadas” y demás para cuando esté en la playa este verano he mensajeado a un amigo de nombre Ramiro y he caído en que, aunque yo lo tenga totalmente “asumido” es un nombre que se las trae, sobre todo si tenemos en cuenta de que su madre le sigue llamando Ramirín aun siendo cuarentón.
