Neandertales: primeros artistas incomprendidos del mundo

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    Una foto de P. Saura de una pintura con forma de escalera de más de 64 mil años, ubicada en una cueva en La Pasiega, España. Arqueólogos afirman que las pinturas fueron hechas por los neanderetales, no los humanos modernos, lo que es tal vez evidencia de que eran capaces de crear símbolos, y tal vez de lenguaje (P. Saura vía The New York Times).
    • Hace mucho tiempo que es un insulto que te digan neandertal. Sin embargo, cuanto más se ha estudiado a estas personas elusivas y desaparecidas,más respeto han ganado entre los científicos.

      El 22 de febrero, un equipo de investigadores proporcionó evidencia convincente de que los neandertales contaban con una de las principales señales de sofisticación mental: podían pintar arte rupestre. Ese talento sugiere que los neandertales eran capaces de pensar simbólicamente y pudieron haber alcanzado otros logros no conservados en los registros fósiles.

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      Una foto de J. Zilhão de Cueva de los Aviones, en el este de Spain, donde alguna vez hubo neandertales. Hay evidencia cada vez más sólida de que las conchas perforadas halladas en una cueva fueron hechas por neandertales, quienes vivieron en la zona hace alrededor de 115 mil años (J. Zilhão vía The New York Times).

      “Cuando tienes símbolos, hay lenguaje”, dijo João Zilhão, un arqueólogo de la Universidad de Barcelona y co-autor del nuevo estudio.

      Cuando los fósiles neandertales salieron a la luz por primera vez a mediados del siglo XIX, los investigadores se sorprendieron con el grueso y bajo arco de la ceja en sus cráneos. Descubrimientos posteriores mostraron que los neandertales tenían cerebros tan grandes como los nuestros, pero cuerpos más bajos y anchos.

      Para principios del siglo XX, los científicos describían a los neandertales como bestias parecidas a gorilas, una rama extinta de la humanidad que no pudo competir con los humanos más delgados e inteligentes.

      Sin embargo, la evidencia tanto de fósiles como de ADN indica que los neandertales y los seres humanos descienden de un ancestro común que vivió hace casi 600 mil años. Nuestra propia especie quizá vivió en su mayor parte en África.

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      Una foto de J. Zilhão de Dirk Hoffmann, a la izquierda, y Alistair Pike, coleccionando muestras de calcita justo arriba de un pintura que se asemeja a una escalera en una cueva en La Pasiega en España (J. Zilhão vía The New York Times).

      Durante algunos cientos de años después de la división de especies, los ancestros de los humanos actuales dejaron atrás herramientas básicas como hachas de roca para destrozar cadáveres y lanzas con cuchillas para cazar.

      Luego, hace casi 70 mil años, los humanos en África comenzaron a dar señales de pensamiento más abstracto. Colorearon y perforaron conchas marinas, por ejemplo, posiblemente para usarlas como joyería.

      Los humanos modernos comenzaron a esparcirse desde África y llegaron a Europa hace aproximadamente 45 mil años. Para entonces, se habían hecho capaces de realizar creaciones simbólicas aún más impresionantes, entre ellas grabados de marfil y pinturas extravagantes en las paredes de las cuevas.

      Los neandertales desaparecieron de manera abrupta después, hace casi 40 mil años, y dejaron atrás un registro fósil propio desde España hasta Siberia.

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      Una foto de J. Zilhão de conchas perforadas halladas en sedimentos en Cueva de los Aviones, que se estima se remontan a 115 hasta 120 mil años de antigüedad (J. Zilhão vía The New York Times).

      Al principio, los investigadores no encontraron evidencia clara de pensamiento simbólico en los neandertales. No obstante, en años recientes, la información ha comenzado a cambiar.

      Zilhão se unió a los arqueólogos Alistair G. W. Pike de la Universidad de Southampton y Dirk L. Hoffmann, ahora en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania, para ver si podía analizarse en mayor detalle la prehistoria del arte europeo.

      Puede ser muy difícil establecer una fecha exacta para los fósiles y vestigios humanos. Con el fin de determinar la antigüedad de las pinturas rupestres, por ejemplo, los investigadores han dependido tradicionalmente de la datación por radiocarbono. Sin embargo, ese método solo funciona si la pintura contiene ingredientes que contengan carbono, como el carboncillo. En contraste, el ocre rojo no puede datarse de esa manera.

      Por si fuera poco, la datación por radiocarbono se hace cada vez menos fiable cuando se trata de componentes con más de 40 mil años de antigüedad.

      En vez de la datación por radiocarbono, Zhilão y sus colegas utilizaron un método distinto para conocer la antigüedad de las pinturas.

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      Una foto de Breuil et al. de una reproducción hecha por un arqueólogo en 1913 de una pintura similar a una escalera hallada en la cueva de La Pasiega cave en España (Breuil et al. vía The New York Times).

      Puesto que el agua se filtra en las cuevas, podría depositar sedimentos lechosos de minerales en los muros, conocidos como colada. La colada contiene pequeñas cantidades de uranio, que poco a poco se descompone para formar torio. Cuanto más antigua sea la colada, más torio se acumulará en el interior.

      La colada que cubre una obra de arte rupestre podría darles a Zilhão y sus colegas la fecha mínima de su creación.

      Los investigadores regresaron a cuevas en España donde se habían descubierto pinturas antiguas a lo largo del siglo pasado. Los artistas habían dibujado imágenes abstractas en los muros de las cuevas, entre ellas líneas largas, patrones de puntos y el contorno de una mano humana.

      © 2018 New York Times News Service

      https://www.clarin.com/new-york-tim...rtistas-incomprendidos-mundo_0_S1H8_0ruG.html



 

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    Una foto de P. Saura de una pintura con forma de escalera de más de 64 mil años, ubicada en una cueva en La Pasiega, España. Arqueólogos afirman que las pinturas fueron hechas por los neanderetales, no los humanos modernos, lo que es tal vez evidencia de que eran capaces de crear símbolos, y tal vez de lenguaje (P. Saura vía The New York Times).
    • Hace mucho tiempo que es un insulto que te digan neandertal. Sin embargo, cuanto más se ha estudiado a estas personas elusivas y desaparecidas,más respeto han ganado entre los científicos.

      El 22 de febrero, un equipo de investigadores proporcionó evidencia convincente de que los neandertales contaban con una de las principales señales de sofisticación mental: podían pintar arte rupestre. Ese talento sugiere que los neandertales eran capaces de pensar simbólicamente y pudieron haber alcanzado otros logros no conservados en los registros fósiles.

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      Una foto de J. Zilhão de Cueva de los Aviones, en el este de Spain, donde alguna vez hubo neandertales. Hay evidencia cada vez más sólida de que las conchas perforadas halladas en una cueva fueron hechas por neandertales, quienes vivieron en la zona hace alrededor de 115 mil años (J. Zilhão vía The New York Times).

      “Cuando tienes símbolos, hay lenguaje”, dijo João Zilhão, un arqueólogo de la Universidad de Barcelona y co-autor del nuevo estudio.

      Cuando los fósiles neandertales salieron a la luz por primera vez a mediados del siglo XIX, los investigadores se sorprendieron con el grueso y bajo arco de la ceja en sus cráneos. Descubrimientos posteriores mostraron que los neandertales tenían cerebros tan grandes como los nuestros, pero cuerpos más bajos y anchos.

      Para principios del siglo XX, los científicos describían a los neandertales como bestias parecidas a gorilas, una rama extinta de la humanidad que no pudo competir con los humanos más delgados e inteligentes.

      Sin embargo, la evidencia tanto de fósiles como de ADN indica que los neandertales y los seres humanos descienden de un ancestro común que vivió hace casi 600 mil años. Nuestra propia especie quizá vivió en su mayor parte en África.

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      Una foto de J. Zilhão de Dirk Hoffmann, a la izquierda, y Alistair Pike, coleccionando muestras de calcita justo arriba de un pintura que se asemeja a una escalera en una cueva en La Pasiega en España (J. Zilhão vía The New York Times).

      Durante algunos cientos de años después de la división de especies, los ancestros de los humanos actuales dejaron atrás herramientas básicas como hachas de roca para destrozar cadáveres y lanzas con cuchillas para cazar.

      Luego, hace casi 70 mil años, los humanos en África comenzaron a dar señales de pensamiento más abstracto. Colorearon y perforaron conchas marinas, por ejemplo, posiblemente para usarlas como joyería.

      Los humanos modernos comenzaron a esparcirse desde África y llegaron a Europa hace aproximadamente 45 mil años. Para entonces, se habían hecho capaces de realizar creaciones simbólicas aún más impresionantes, entre ellas grabados de marfil y pinturas extravagantes en las paredes de las cuevas.

      Los neandertales desaparecieron de manera abrupta después, hace casi 40 mil años, y dejaron atrás un registro fósil propio desde España hasta Siberia.

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      Una foto de J. Zilhão de conchas perforadas halladas en sedimentos en Cueva de los Aviones, que se estima se remontan a 115 hasta 120 mil años de antigüedad (J. Zilhão vía The New York Times).

      Al principio, los investigadores no encontraron evidencia clara de pensamiento simbólico en los neandertales. No obstante, en años recientes, la información ha comenzado a cambiar.

      Zilhão se unió a los arqueólogos Alistair G. W. Pike de la Universidad de Southampton y Dirk L. Hoffmann, ahora en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Alemania, para ver si podía analizarse en mayor detalle la prehistoria del arte europeo.

      Puede ser muy difícil establecer una fecha exacta para los fósiles y vestigios humanos. Con el fin de determinar la antigüedad de las pinturas rupestres, por ejemplo, los investigadores han dependido tradicionalmente de la datación por radiocarbono. Sin embargo, ese método solo funciona si la pintura contiene ingredientes que contengan carbono, como el carboncillo. En contraste, el ocre rojo no puede datarse de esa manera.

      Por si fuera poco, la datación por radiocarbono se hace cada vez menos fiable cuando se trata de componentes con más de 40 mil años de antigüedad.

      En vez de la datación por radiocarbono, Zhilão y sus colegas utilizaron un método distinto para conocer la antigüedad de las pinturas.

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      Una foto de Breuil et al. de una reproducción hecha por un arqueólogo en 1913 de una pintura similar a una escalera hallada en la cueva de La Pasiega cave en España (Breuil et al. vía The New York Times).

      Puesto que el agua se filtra en las cuevas, podría depositar sedimentos lechosos de minerales en los muros, conocidos como colada. La colada contiene pequeñas cantidades de uranio, que poco a poco se descompone para formar torio. Cuanto más antigua sea la colada, más torio se acumulará en el interior.

      La colada que cubre una obra de arte rupestre podría darles a Zilhão y sus colegas la fecha mínima de su creación.

      Los investigadores regresaron a cuevas en España donde se habían descubierto pinturas antiguas a lo largo del siglo pasado. Los artistas habían dibujado imágenes abstractas en los muros de las cuevas, entre ellas líneas largas, patrones de puntos y el contorno de una mano humana.

      © 2018 New York Times News Service

      https://www.clarin.com/new-york-tim...rtistas-incomprendidos-mundo_0_S1H8_0ruG.html


Buenos días mi @Miss Guerlain; y a tod@s en general.
Excelente y bien documentado post el que has insertado; que por razones de proximidad: la Cueva de los Aviones bien cerca que la tengo.
Con tu permiso y como complemento subo un pequeño video sobre ella,
Saludos cordiales,
Tu Serendi,
 
Buenos días mi @Miss Guerlain; y a tod@s en general.
Excelente y bien documentado post el que has insertado; que por razones de proximidad: la Cueva de los Aviones bien cerca que la tengo.
Con tu permiso y como complemento subo un pequeño video sobre ella,
Saludos cordiales,
Tu Serendi,

Buenos días Mi Serendi, honor y agradecimiento de que tamaño forero aporte a este humilde hilo. Y sobre todo me hagas llegar tu aliento.
Gracias por estar, hoy y siempre.
Saludos cordiales,
Tuya, Miss Guerlain.
 
Siempre he pensado que los historiadores de prehistoria están puteados cuando ya tienen una teoría montada y casi demostrada aparece un nuevo hallazgo y se la tira por los suelos.

Como me gustaría tener una ventana mágica para ver la historia a través de ella, con más de un acontecimiento histórico se me iba a quedar el culo torcido de ver que realmente no fue así....
 
Antonio Rosas, paleoantropólogo
«Nos cruzamos con los neandertales como los coyotes lo hacen con los lobos»
El investigador del CSIC recoge en su último libro las historias de los fósiles que han marcado la evolución humana
Judith de Jorge@judithdj
MadridActualizado:01/03/2019 21:50h0¿Acabó la endogamia con los neandertales?

Es una historia inmensa que define lo que somos. Antonio Rosas, profesor de investigación del CSIC y director del Grupo de Paleoantropología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, realiza en su último libro, «Los fósiles de nuestra evolución» (Ariel), un viaje por los principales yacimientos donde han aparecido los restos que explican nuestro pasado como especie. Desde Ardipithecus ramidus, unos homininos que vivieron en África hace 4,4 millones de años, los más antiguos que conocemos, a Homo erectus, pasando por la famosa Australopithecus afarensis«Lucy», o la sorpresa de Homo habilis. Sin olvidar a Homo antecessor de Atapuerca, antepasado más directo de los neandertales, la especie a la que pertenece la familia de El Sidrón en Asturias, referencia a nivel mundial y cuyo estudio dirige el doctor en Biología. A estos fósiles se les unen mucho más en un árbol intrincado y con profundas raíces en el que nosotros, Homo sapiens, no somos más que una de las ramas.

-¿Qué nos hizo humanos?

-Lo que entendemos por humanos es un complejo sumatorio de muchas cualidades que han ido añadiéndose a lo largo de la evolución. Por ejemplo, no se puede concebir a un ser humano sin que tenga un andar bípedo, pero el bipedismo surgió hace 6 millones de años. No se puede concebir a un ser humano sin que tenga una tecnología a su alrededor, pero las herramientas aparecieron hace 3 millones de años. No concebimos a un ser humano sin que tenga un cerebro grande, una cabeza redonda, pero el cerebro empezó a ser grande hace aproximadamente medio millón de años. Si hablamos de los sapiens, nos definen el desarrollo exponencial de la tecnología y la capacidad de formar grandes redes sociales, tan de moda últimamente.

-A algunos expertos no les gusta hablar de especies humanas. Prefieren referirse a grupos o poblaciones.

-Hay dos posturas un tanto radicales: los que pensamos que ha habido diferentes especies humanas y los que piensan que son variantes de una especie global. El debate más intenso siempre se ha producido en la diferenciación entre neandertales y sapiens. Pero el estudio de los neandertales nos dice que sus raíces evolutivas son antiguas, por lo menos medio millón de años, lo cual a mi juicio es un argumento poderoso para hablar de una especie distinta que ha tenido su propio linaje.

-Y algunas de esas especies han vivido hasta hace no tanto tiempo.

-Sí. Homo floresiensis, en la isla de Flores en Indonesia, con un fenotipo y una apariencia radicalmente distinta a la nuestra, vivió hace 30.000 ños, cuando ya no había neandertales en el planeta. Y si nos retrotaemos a hace 100.000 como una cifra arbitraria pero de referencia, en la Tierra había sapiens, neandertales, floresiensis, especies relictas de Homo erectus, y ese linaje distinto que ha sido descubierto con datos genéticos que son los denisovanos. Yo me posiciono claramente en la idea de que ha habido diferentes especies humanas. Y eso no lleva a otros temas interesantes. Esto que antes llamábamos humano y que es un concepto único ahora se nos desdobla y hay que matizar de qué estamos hablando.

-La coexistencia con otras especies humanas, ¿nos hace bajar del pedestal?

-Nos quita otro poquito de arrogancia, ese sentimiento que históricamente ha sido tan operativo, que nos ha permitido arrasar. Copérnico nos quitó el centro del Universo. Darwin nos quitó el destino final de la evolución y nos puso en un marco más general y ahora la paleontología humana nos está quitando el trono de ser únicos en cuanto a humanos y nos pone al lado de otros a los que también llamamos humanos. En este conocimiento caben posiciones éticas y morales y prejuicios sociales y políticos que todos llevamos como parte de nuestra propia arquitectura. No seríamos nada sin prejuicios, no seríamos sapiens sin ideas preconcebidas.

-¿Pero cómo pudieron hibridarse distintas especies?

-Ese es un falso debate. En los últimos años se ha puesto de manifiesto que efectivamente ha habido hibridación entre diferentes grupos humanos: entre neandertales y sapiens; entre sapiens y denisovanos; entre denisovanos y neandertales; entre denisovanos y una especie no identificada mucho más primitiva.... Ahí están los datos genéticos. La teoría nos dice que especies distintas no pueden hibridarse, pero eso reposa sobre una definición de lo que es una especie biológica que no corresponde estrictamente con lo que es la naturaleza. La naturaleza biológica es mucho más esquiva, para bien y para mal.

-¿A qué se refiere?

-El concepto de especie más manejado, el de especie biológica, asegura que una especie es un conjunto de poblaciones que son interfecundas pero que no son fecundas con otras especies. Y eso es una definción demasiada estrecha. La naturaleza nos desborda. Ejemplos vivos: Cada vez es más evidente el cruce entre osos polares y osos pardos porque con el cambio climático los pardos suben más al norte y su distribución se ha empezado a solapar con la de los osos polares. Hay hibridación en la naturaleza cuando las condiciones lo propician. En EE.UU. es frecuente la hibridación entre lobos y coyotes, que también se reconocen como especies diferentes.

-Usted es un experto en neandertales. ¿Qué hemos aprendido de ellos?

-Nos permiten entendernos a nosotros mismos. Se trata de la especie humana más próxima a nosotros, lo que significa que compartimos un último antepasado común que vivió probablemente en la mitad occidental de Eurasia, hace entre medio millón y 800.000 años. A partir de ese último antepasado común, los neandertales evolucionaron a su manera y los sapiens a la nuestra, de tal manera que la comparación de nuestra anatomía y nuestro comportamiento con los suyos nos sirve de vara de medir. Si compartimos un rasgo significa que es heredado desde ese último antepasado común y si no, significa que puede ser una característica propia y exclusiva de cada especie.

-Los de El Sidrón siguen hablando después de tanto tiempo. ¿Todavía les quedan cosas por decir?

-La colección de neandertales de El Sidrón es la mejor que hemos recuperado: trece individuos representados con todas las partes del esqueleto. Nosotros vamos tirando de diferentes hilos. A medida que vamos avanzando, van saliendo resultados. Lo último ha sido la influencia de la endogamia en su desaparición. Ahora, tenemos en marcha un estudio del crecimiento y queremos saber si también pasaban la adolescencia, ese cambio tan conflictivo que es muy peculiar de nuestra biología. La pregunta es, ¿cuándo apareció ese rasgo en nuestra evolución? Si los neandertales también tenían estirón puberal, cabe sospechar que es heredado y viene de más antiguo en la evolución humana. Si no, seguramente sea una singularidad sapiens. Estamos intentamos sacar información de los huesos para que nos den la respuesta y es posible que ese sea uno de nuestros próximos resultados.

-¿Cuál es el fósil que falta por encontrar y dónde puede aparecer?

-Estoy muy implicado en esto. Para mí el fósil que falta por encontrar es el del último antepasado común que compartimos con los chimpancés hace 6 o 7 millones de años. Siempre se ha buscado en el Este de África (Etiopía, Kenia, Tanzania), pero nosotros lo estamos buscando en el oeste de África, en Guinea Ecuatorial, porque ahí es donde están los ecosistemas donde viven actualmente los chimpanés y los gorilas.

-Van a buscar la moneda fuera de la luz de la farola.

-Efectivamente. En el este de África aparecen fósiles y el que viene detrás hace lo mismo. En el oeste, que es inmenso, no hay registros porque es difícil que los restos se conserven en un ecosistema de bosque lluvioso, donde el tipo de sedimentación es completamente distinto. Pero hemos empezado a buscar por allí a ver si tenemos la fortuna de dar con la aguja en el pajar. El componente de suerte en esta profesión no es pequeño.

-¿Y qué hay de Asia? ¿Lo que ahí aparezca puede cambiar la perspectiva?

-Es un continente inmenso. En tanto terreno la capacidad de sorpresa se multiplica. Y Asia ha dado sucesivas sorpresas: el hombre de Java, el de Pekín... Actualmente la sorpresa podría venir por dos lados: si los australopitecos salieron de África y vivieron en Asia y si también llegaron allí Homo sapiens más antiguos de los que conocemos actualmente, similares a los de Marruecos (los fósiles de 300.000 años de Jebel Irhoud).

-También dejaremos fósiles. ¿Qué dirán de nosotros?

-Dirán que nuestro esqueleto se está convirtiendo en algo muy debilitado, muy poca cosa. Los que vivimos en sociedades occidentales, especialmente las urbanas, estamos perdiendo mucha masa muscular, mucha masa ósea, porque nuestro nivel de ejercicio es muy bajo. Por otro lado, también dirán que somos muchos. Y aparecerán elementos exógenos a nuestros cuerpos, implantes. Esos elementos que ya encontramos en antropología en excavaciones relativamente recientes, irán a más hasta los implantes biónicos.

-Una investigación señala que los huesos de pollo serán la mayor huella de la humanidad en la Tierra.

-Te puedo decir que las veces que he ido a Guinea Ecuatorial siempre voy mirando al suelo buscando cosas. En los bosques encuentro muy pocos huesos, pero en los poblados encuentro muchos y desperdigados, y casi todos son de pollo. Así que se verifica.

-¿Seguiremos los sapiens evolucionando?

-Sí, los fenómenos evolutivos no paran. Alguna vez se ha dicho que habíamos dejado de evolucionar porque hemos cortocircuitado la selección natural con el desarrollo cultural. Pero evolucionaremos por la selección genética o artificial. De hecho, ya lo estamos haciendo. El cambio es consustancial a nuestro universo y a nuestra existencia, así que a alguien se le ocurrirá algo para poder hacerlo.

https://www.abc.es/ciencia/abci-cru...coyotes-hacen-lobos-201903012150_noticia.html
 
Antonio Rosas, paleoantropólogo
«Nos cruzamos con los neandertales como los coyotes lo hacen con los lobos»
El investigador del CSIC recoge en su último libro las historias de los fósiles que han marcado la evolución humana
Judith de Jorge@judithdj
MadridActualizado:01/03/2019 21:50h0¿Acabó la endogamia con los neandertales?
Es una historia inmensa que define lo que somos. Antonio Rosas, profesor de investigación del CSIC y director del Grupo de Paleoantropología del Museo Nacional de Ciencias Naturales, realiza en su último libro, «Los fósiles de nuestra evolución» (Ariel), un viaje por los principales yacimientos donde han aparecido los restos que explican nuestro pasado como especie. Desde Ardipithecus ramidus, unos homininos que vivieron en África hace 4,4 millones de años, los más antiguos que conocemos, a Homo erectus, pasando por la famosa Australopithecus afarensis«Lucy», o la sorpresa de Homo habilis. Sin olvidar a Homo antecessor de Atapuerca, antepasado más directo de los neandertales, la especie a la que pertenece la familia de El Sidrón en Asturias, referencia a nivel mundial y cuyo estudio dirige el doctor en Biología. A estos fósiles se les unen mucho más en un árbol intrincado y con profundas raíces en el que nosotros, Homo sapiens, no somos más que una de las ramas.

-¿Qué nos hizo humanos?

-Lo que entendemos por humanos es un complejo sumatorio de muchas cualidades que han ido añadiéndose a lo largo de la evolución. Por ejemplo, no se puede concebir a un ser humano sin que tenga un andar bípedo, pero el bipedismo surgió hace 6 millones de años. No se puede concebir a un ser humano sin que tenga una tecnología a su alrededor, pero las herramientas aparecieron hace 3 millones de años. No concebimos a un ser humano sin que tenga un cerebro grande, una cabeza redonda, pero el cerebro empezó a ser grande hace aproximadamente medio millón de años. Si hablamos de los sapiens, nos definen el desarrollo exponencial de la tecnología y la capacidad de formar grandes redes sociales, tan de moda últimamente.

-A algunos expertos no les gusta hablar de especies humanas. Prefieren referirse a grupos o poblaciones.

-Hay dos posturas un tanto radicales: los que pensamos que ha habido diferentes especies humanas y los que piensan que son variantes de una especie global. El debate más intenso siempre se ha producido en la diferenciación entre neandertales y sapiens. Pero el estudio de los neandertales nos dice que sus raíces evolutivas son antiguas, por lo menos medio millón de años, lo cual a mi juicio es un argumento poderoso para hablar de una especie distinta que ha tenido su propio linaje.

-Y algunas de esas especies han vivido hasta hace no tanto tiempo.

-Sí. Homo floresiensis, en la isla de Flores en Indonesia, con un fenotipo y una apariencia radicalmente distinta a la nuestra, vivió hace 30.000 ños, cuando ya no había neandertales en el planeta. Y si nos retrotaemos a hace 100.000 como una cifra arbitraria pero de referencia, en la Tierra había sapiens, neandertales, floresiensis, especies relictas de Homo erectus, y ese linaje distinto que ha sido descubierto con datos genéticos que son los denisovanos. Yo me posiciono claramente en la idea de que ha habido diferentes especies humanas. Y eso no lleva a otros temas interesantes. Esto que antes llamábamos humano y que es un concepto único ahora se nos desdobla y hay que matizar de qué estamos hablando.

-La coexistencia con otras especies humanas, ¿nos hace bajar del pedestal?

-Nos quita otro poquito de arrogancia, ese sentimiento que históricamente ha sido tan operativo, que nos ha permitido arrasar. Copérnico nos quitó el centro del Universo. Darwin nos quitó el destino final de la evolución y nos puso en un marco más general y ahora la paleontología humana nos está quitando el trono de ser únicos en cuanto a humanos y nos pone al lado de otros a los que también llamamos humanos. En este conocimiento caben posiciones éticas y morales y prejuicios sociales y políticos que todos llevamos como parte de nuestra propia arquitectura. No seríamos nada sin prejuicios, no seríamos sapiens sin ideas preconcebidas.

-¿Pero cómo pudieron hibridarse distintas especies?

-Ese es un falso debate. En los últimos años se ha puesto de manifiesto que efectivamente ha habido hibridación entre diferentes grupos humanos: entre neandertales y sapiens; entre sapiens y denisovanos; entre denisovanos y neandertales; entre denisovanos y una especie no identificada mucho más primitiva.... Ahí están los datos genéticos. La teoría nos dice que especies distintas no pueden hibridarse, pero eso reposa sobre una definición de lo que es una especie biológica que no corresponde estrictamente con lo que es la naturaleza. La naturaleza biológica es mucho más esquiva, para bien y para mal.

-¿A qué se refiere?

-El concepto de especie más manejado, el de especie biológica, asegura que una especie es un conjunto de poblaciones que son interfecundas pero que no son fecundas con otras especies. Y eso es una definción demasiada estrecha. La naturaleza nos desborda. Ejemplos vivos: Cada vez es más evidente el cruce entre osos polares y osos pardos porque con el cambio climático los pardos suben más al norte y su distribución se ha empezado a solapar con la de los osos polares. Hay hibridación en la naturaleza cuando las condiciones lo propician. En EE.UU. es frecuente la hibridación entre lobos y coyotes, que también se reconocen como especies diferentes.

-Usted es un experto en neandertales. ¿Qué hemos aprendido de ellos?

-Nos permiten entendernos a nosotros mismos. Se trata de la especie humana más próxima a nosotros, lo que significa que compartimos un último antepasado común que vivió probablemente en la mitad occidental de Eurasia, hace entre medio millón y 800.000 años. A partir de ese último antepasado común, los neandertales evolucionaron a su manera y los sapiens a la nuestra, de tal manera que la comparación de nuestra anatomía y nuestro comportamiento con los suyos nos sirve de vara de medir. Si compartimos un rasgo significa que es heredado desde ese último antepasado común y si no, significa que puede ser una característica propia y exclusiva de cada especie.

-Los de El Sidrón siguen hablando después de tanto tiempo. ¿Todavía les quedan cosas por decir?

-La colección de neandertales de El Sidrón es la mejor que hemos recuperado: trece individuos representados con todas las partes del esqueleto. Nosotros vamos tirando de diferentes hilos. A medida que vamos avanzando, van saliendo resultados. Lo último ha sido la influencia de la endogamia en su desaparición. Ahora, tenemos en marcha un estudio del crecimiento y queremos saber si también pasaban la adolescencia, ese cambio tan conflictivo que es muy peculiar de nuestra biología. La pregunta es, ¿cuándo apareció ese rasgo en nuestra evolución? Si los neandertales también tenían estirón puberal, cabe sospechar que es heredado y viene de más antiguo en la evolución humana. Si no, seguramente sea una singularidad sapiens. Estamos intentamos sacar información de los huesos para que nos den la respuesta y es posible que ese sea uno de nuestros próximos resultados.

-¿Cuál es el fósil que falta por encontrar y dónde puede aparecer?

-Estoy muy implicado en esto. Para mí el fósil que falta por encontrar es el del último antepasado común que compartimos con los chimpancés hace 6 o 7 millones de años. Siempre se ha buscado en el Este de África (Etiopía, Kenia, Tanzania), pero nosotros lo estamos buscando en el oeste de África, en Guinea Ecuatorial, porque ahí es donde están los ecosistemas donde viven actualmente los chimpanés y los gorilas.

-Van a buscar la moneda fuera de la luz de la farola.

-Efectivamente. En el este de África aparecen fósiles y el que viene detrás hace lo mismo. En el oeste, que es inmenso, no hay registros porque es difícil que los restos se conserven en un ecosistema de bosque lluvioso, donde el tipo de sedimentación es completamente distinto. Pero hemos empezado a buscar por allí a ver si tenemos la fortuna de dar con la aguja en el pajar. El componente de suerte en esta profesión no es pequeño.

-¿Y qué hay de Asia? ¿Lo que ahí aparezca puede cambiar la perspectiva?

-Es un continente inmenso. En tanto terreno la capacidad de sorpresa se multiplica. Y Asia ha dado sucesivas sorpresas: el hombre de Java, el de Pekín... Actualmente la sorpresa podría venir por dos lados: si los australopitecos salieron de África y vivieron en Asia y si también llegaron allí Homo sapiens más antiguos de los que conocemos actualmente, similares a los de Marruecos (los fósiles de 300.000 años de Jebel Irhoud).

-También dejaremos fósiles. ¿Qué dirán de nosotros?

-Dirán que nuestro esqueleto se está convirtiendo en algo muy debilitado, muy poca cosa. Los que vivimos en sociedades occidentales, especialmente las urbanas, estamos perdiendo mucha masa muscular, mucha masa ósea, porque nuestro nivel de ejercicio es muy bajo. Por otro lado, también dirán que somos muchos. Y aparecerán elementos exógenos a nuestros cuerpos, implantes. Esos elementos que ya encontramos en antropología en excavaciones relativamente recientes, irán a más hasta los implantes biónicos.

-Una investigación señala que los huesos de pollo serán la mayor huella de la humanidad en la Tierra.

-Te puedo decir que las veces que he ido a Guinea Ecuatorial siempre voy mirando al suelo buscando cosas. En los bosques encuentro muy pocos huesos, pero en los poblados encuentro muchos y desperdigados, y casi todos son de pollo. Así que se verifica.

-¿Seguiremos los sapiens evolucionando?

-Sí, los fenómenos evolutivos no paran. Alguna vez se ha dicho que habíamos dejado de evolucionar porque hemos cortocircuitado la selección natural con el desarrollo cultural. Pero evolucionaremos por la selección genética o artificial. De hecho, ya lo estamos haciendo. El cambio es consustancial a nuestro universo y a nuestra existencia, así que a alguien se le ocurrirá algo para poder hacerlo.

https://www.abc.es/ciencia/abci-cru...coyotes-hacen-lobos-201903012150_noticia.html
Pues Amiga @Coti7495, parece ser que lo del Amigo Darwin no esta muy claro todavia, mucha lo gente lo niega.-
 
Los últimos neandertales ‘veranearon’ en el sur de la península Ibérica
Una huella hallada en Gibraltar refuerza la teoría de la supervivencia de estos homínidos más allá de los 40.000 años establecidos como fecha de extinción




Raúl Limón

13 DIC 2019 - 06:14 ART

Fernando Muñiz, uno de los investigadores de las huellas de los neandertales, sostiene la reproducción de un cráneo de estos homínidos mientras muestra la huella hallada en Gibraltar.rn
Fernando Muñiz, uno de los investigadores de las huellas de los neandertales, sostiene la reproducción de un cráneo de estos homínidos mientras muestra la huella hallada en Gibraltar. PACO PUENTES

Hace 30.000 años, cuando Europa sufría episodios climáticos muy fríos y la nieve cercaba todo por encima del Ebro, los homínidos buscaron un refugio que les garantizara abrigo, recursos y más posibilidades de supervivencia. Los neandertales lo encontraron en el sur de lo que hoy es España y Portugal. La huella más reciente de esta especie, de 28.300 años, perteneciente a un adolescente de 1,30 metros de altura y hallada en una cantera de Gibraltar, demuestra el santuario que supuso el sur de la península Ibérica para esta especie y obliga a replantear la línea del tiempo de su extinción, situada hasta la fecha en 40.000 años.

“Eran pocos en la familia y vinieron a veranear a la costa del sur de la Península, como ahora”, bromea Joaquín Rodríguez Vidal, catedrático de Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva. Él, Fernando Muñiz, profesor de Cristalografía y Mineralogía de la Universidad de Sevilla, y Luis Miguel Cáceres, geólogo de la Universidad de Huelva, lideran con el también geólogo de la Universidad de Lisboa Carlos Neto De Carvalho el grupo que sigue las huellas de los últimos neandertales en el sur de la península Ibérica.
El vestigio que avala los nuevos datos sobre la supervivencia neandertal más allá de los 40.000 años establecidos en el norte de Europa es una pisada sobre la arena de 17 centímetros de largo por siete de ancho máximo y dos centímetros de profundidad. “La fotogrametría ha evidenciado la forma de los dígitos, el talón, el puente y las almohadillas”, explica Muñiz. “No hay duda de que se trataba de un homínido. La comparación con otras huellas mostraba que era de neandertal. La termoluminiscencia (OSL, siglas en inglés de optically stimulated luminescence) nos dio la fecha precisa: 28.300 años”, afirma.

Este hallazgo en la cantera de Catalan Bay (denominada así por una antigua migración catalana al Peñón), en la zona oriental de Gibraltar, refuerza la tesis ya publicada en 2006 en la revista Nature que cuestiona la fecha aceptada de la extinción de los neandertales hace 40.000 años. Ese trabajo mostró restos de piedras de 24.000 años talladas como lo hacían los neandertales (musteriense) y que fueron halladas en la cercana cueva gibraltareña de Gorham.

A la izquierda, localización de la huella en la duna de Catalan Bay. A la derecha, detalle de la misma.

A la izquierda, localización de la huella en la duna de Catalan Bay. A la derecha, detalle de la misma.

La huella hallada por el equipo hispanoluso, al igual que otros restos encontrados en el Algarve portugués, añade una evidencia más de la presencia de neandertales en la zona y en un momento en el que los Homo sapiens ya se encontraban asentados en Europa, aunque no hay restos de ellos en el área de Gibraltar hasta 5.000 años después.

Asentamientos estacionales
“Los neandertales coexistieron con los sapiens, aunque en esta zona no convivieron. En Gibraltar debió haber un grupo pequeño que llegó a la zona siguiendo los pasos de sus presas. Fueron asentamientos estacionales. Aquí hallaron variedad dietética y un clima, según los registros de polen, mucho más favorable para garantizar su supervivencia”, explica Rodríguez Vidal, uno de los autores de la investigación publicada por Quaternary Science Reviews.

Modelo en 3D de la huella hallada en Gibraltar.

Modelo en 3D de la huella hallada en Gibraltar.

Esas características hicieron del sur de la Península un refugio para neandertales y otras especies. Junto a la huella del homínido han encontrado otras de elefantes, cabras, bóvidos y felinos que también llegaron al sur huyendo del frío. Pero no hay rastros de sapiens en esa época y en esa área concreta, por lo que la tesis de que la competencia entre los homínidos causó la extinción de los neandertales también se cuestiona con estos hallazgos.

“No hay evidencias de violencia. Eran grupos muy pequeños que se vieron forzados a la consanguinidad, por lo que es más probable que esta fuera la causa de su extinción”, afirma Rodríguez Vidal.

Su teoría la respalda una reciente investigación de un equipo de la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Países Bajos) que ha publicado Plos One. Este estudio también establece la consanguinidad como principal causa de la desaparición de esta especie. “Nuestros resultados apoyan la hipótesis de que la desaparición de los neandertales podría haber sido el resultado solo de factores demográficos, es decir, el resultado simplemente de la dinámica interna que opera en poblaciones pequeñas”, concluye la investigación de Krist Vaesen, Fulco Scherjon, Lia Hemerik y Alexander Verpoorte.

"Nuestro estudio muestra que incluso sin la competencia, la extinción de los neandertales podría haber tenido lugar", aseguran los científicos holandeses.

El trabajo del equipo hispano luso se centrará ahora en el análisis de otras evidencias y rastros de la presencia neandertal en el sur de la península Ibérica para determinar hábitos y comportamientos. El objetivo principal son las cuevas, donde la conservación de restos es más posible. El hecho de haber hallado huellas de homínidos y de especies animales en una duna de Gibraltar ha sido una excepcionalidad por la composición de la misma y la erosión permanente a la que la somete el fuerte viento de levante. Pero queda trabajo por hacer en zonas más protegidas.

 
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