Las tradiciones navideñas de la Familia Real sueca
Los Bernadotte cumplen con un listado de tradiciones que no cambia.
Cada Navidad en Suecia se convierte en una sucesión de rituales en los que todos los miembros de la Familia Real tienen su papel.
Una de las tradiciones más entrañables consiste en elaborar una corona de Adviento a base de ramitas de pino atadas con una cinta roja, que se termina de adornar con piñas, acebo y muérdago, elementos típicos de los países escandinavos. Este elemento tan navideño suele colocarse generalmente sobre una mesa junto a cuatro velas que simbolizan la luz de la Navidad.
El 13 de diciembre es el día de esta patrona de los ciegos a la que se venera en todo el mundo, pero muy especialmente en el norte de Europa. Durante esta jornada se suceden las procesiones de niñas vestidas de blanco con cinturones rojos que desfilan por las calles, cantan villancicos y reparten café y bollos de azafrán conocidos como Lussekatt. Encabeza esta procesión una niña designada como Lucía y que se distingue por una corona de velas sobre su cabeza.
Los planes sencillos, relajados en el hogar son también una tónica en el seno de la Familia Real sueca. A este ambiente acogedor se une una iluminación tenue, el amor por las velas, las chimeneas, la madera, las mantas, los jerseys de lana y los libros. Todos estos ingredientes consiguen crear una sensación de armonía y felicidad conocida como hygge, que también reflejan los vídeos que suele difundir Victoria de Suecia. En ellos muestra algunas de estas típicas escenas familiares, ya sea elaborando galletas, tirando bolas de nieve o simplemente rodeada de sus seres queridos.
Uno o dos días antes de Navidad, las familias acuden a seleccionar el abeto que adornará sus casas durante todas estas fiestas.
Cada año se reúnen en vísperas de la Navidad en el castillo de Drottningholm, donde aprovechan para compartir momentos entrañables en los que las velas siempre están encendidas. Así, además de recoger madera, terminar de decorar las estancias y escuchar música, Carlos Gustavo de Suecia y los suyos suelen atender a la lectura del Evangelio de Silvia de Suecia y almorzar juntos. Posteriormente, asisten a un concierto privado en su honor.
El día de Navidad culmina con el tradicional discurso del rey, otra de las costumbres que, año tras año, no suele faltar a esta cita de la Familia Real de Suecia.
Los Bernadotte cumplen con un listado de tradiciones que no cambia.
Cada Navidad en Suecia se convierte en una sucesión de rituales en los que todos los miembros de la Familia Real tienen su papel.
Una de las tradiciones más entrañables consiste en elaborar una corona de Adviento a base de ramitas de pino atadas con una cinta roja, que se termina de adornar con piñas, acebo y muérdago, elementos típicos de los países escandinavos. Este elemento tan navideño suele colocarse generalmente sobre una mesa junto a cuatro velas que simbolizan la luz de la Navidad.
El 13 de diciembre es el día de esta patrona de los ciegos a la que se venera en todo el mundo, pero muy especialmente en el norte de Europa. Durante esta jornada se suceden las procesiones de niñas vestidas de blanco con cinturones rojos que desfilan por las calles, cantan villancicos y reparten café y bollos de azafrán conocidos como Lussekatt. Encabeza esta procesión una niña designada como Lucía y que se distingue por una corona de velas sobre su cabeza.
Los planes sencillos, relajados en el hogar son también una tónica en el seno de la Familia Real sueca. A este ambiente acogedor se une una iluminación tenue, el amor por las velas, las chimeneas, la madera, las mantas, los jerseys de lana y los libros. Todos estos ingredientes consiguen crear una sensación de armonía y felicidad conocida como hygge, que también reflejan los vídeos que suele difundir Victoria de Suecia. En ellos muestra algunas de estas típicas escenas familiares, ya sea elaborando galletas, tirando bolas de nieve o simplemente rodeada de sus seres queridos.
Uno o dos días antes de Navidad, las familias acuden a seleccionar el abeto que adornará sus casas durante todas estas fiestas.
Cada año se reúnen en vísperas de la Navidad en el castillo de Drottningholm, donde aprovechan para compartir momentos entrañables en los que las velas siempre están encendidas. Así, además de recoger madera, terminar de decorar las estancias y escuchar música, Carlos Gustavo de Suecia y los suyos suelen atender a la lectura del Evangelio de Silvia de Suecia y almorzar juntos. Posteriormente, asisten a un concierto privado en su honor.
El día de Navidad culmina con el tradicional discurso del rey, otra de las costumbres que, año tras año, no suele faltar a esta cita de la Familia Real de Suecia.