Nacionalidades de hombres o mujeres más atractivos por experiencia.

Myheritage es la peor empresa para averiguar el origen étnico, prueba con 23andme o Ancestry, también puedes probar gedmatch para averiguar tu ascendencia de hace 5000 años. Por cierto, hay personas que en el test son 100% británicas son morenas, a veces el fenotipo no coincide con el genotipo.

En reddit hay un hilo donde la gente postea sus test, un ejemplo:
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Esta es morena y tiene mucho de británica, escandinava y francés y alemán.
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Cuando yo lo hice, una de esas no enviaba a Europa y la otra cobraba un ojo de la cara... Ahora con el archivo bruto subiré el resultado para que compare en sus bases de datos. Te cobran como $20 pero tienes esa comparación.
 
Gedmatch es gratuito, solo tienes que enviar tus datos que tienes en myheritage o cualquier otra empresa.

Por ejemplo, sabias que la gran mayoría de musulmanes en Al andalus eran hispanorromanos e hispanovisigodos conversos y es por eso que los españoles generalmente tienen poco o casi nada de árabe y de norafricano.
Sí, cuando salió el tema me puse a leer mucho y en los vídeos que sube la gente hay muuucha gente culta que comenta las jugadas, la verdad es que se aprende mucho de historia, detalles que se dejan pasar y que se toman por insignificantes.
 
Te recomiendo que en gedmatch uses la calculadora k13 y k36, los norafricanos tienen más de íberos que nosotros de norafricanos.
Tambies puedes usar Mytrueancestry que también es gratuito.



En Mytrueancestry a muchos españoles les sale "ilirios".

Prima, lo tenía un poco apartado y me vas a obligar a coger el ordenador el domingo y ponerme a ello ?
 
Los cubanos se han ganado una fama, si quieres busca vídeos de la antigua RDA y la URSS, donde dejaban embarazada las mujeres y se volvían a sus isla para no volver.



Precioso
Unos machos alfa
Pasando de los hijos
Si..... Motivan....
Anda qué... Yo de la DDR me quedo con Jahn
 
@Zoila Prinzeza prima he aprendido mas de geografia y demografia contigo en este hilo, que con mi profesor del bachillerato. Eres una master!!!! Este hilo me ha encantado.
Yo puro productito nacional, pero oye me ha ido bien, fisicamente y visualmente me gustan los nordicos, y los turcos ( pero los que se ven en las novelas), que ya luego segurito visito a Estambul y con mi buena suerte, me encuentro con todos los orcos del pais.
 
Los hispanoamericanos son muy diversos, hay los del tipo criollo(descendientes de europeos), mestizo, indígena andino, zambo, trirracial(tipo caribeño), etc.
Lo sé, prima. En mi caso fueron cubanos, paraguayos, colombianos y costarricenses, y todos iguales, cortaditos por el mismo patrón de machismo, las relaciones eran "tú eres mía y me obedeces" y todos pusieron cuernos, encima.
Habrá buenos? Por supuesto, no lo dudo ni digo que todos sean igual ni mucho menos, pero yo lo siento en el alma, no voy a descubrirlo.
Edito: Vale, te referías al físico, soy lerda XD En general, excepto los indígena andino, me parecen atractivos. En general, porque también he visto a cada callo curioso, como en todos lados.
 
Los italianos del norte y los del sur son muy diferentes en apariencia(los del norte son más claros y altos que los del sur) y en genética, los del sur tienen muchos genes del Levante(Palestina Siria y Líbano), Anatolia(actual Turquia), Mesopotamia, norafricano y griegos isleños(levantinos helenizados). Los del norte son más celtas mezclados con toscanos(romanos).
Ya, ya
Tengo mucha familia de Italia
Del Norte gracias a Dios
 
Gracias a las compañeras que gustan de mis relatos y para todas vosotras aquí os comparto otra experiencia internacional, pero esta vez con moraleja incluida. Nos trasladamos a Túnez hace ya muchos años atrás.

En el marco de mi trabajo, mi jefe decidió enviarme durante un mes a Túnez con el fin de reemplazar a un colega que había sufrido un accidente de coche y yo ni lerda ni perezosa acepté el reto. Al llegar allí me asignaron una habitación en un elegante hotel con vista al mar y una enorme piscina. En la recepción del establecimiento trabajaba un guapo joven moreno y de ojos verdes (una sonrisa blanca como de comercial de dentífrico) que llamó mi atención desde el primer día. Luego de varios días el chico empezó a tratar de establecer una conversación conmigo y hubo una excelente química entre ambos. Me parecía eso sí bastante joven y me atreví a preguntarle y me dijo que tenía 24 años. En ese entonces yo tenía 29 años y pensé que aunque menor tampoco era abismal la diferencia. Luego me invitó a que saliéramos a cenar una noche y obviamente acepté. Fuimos a un pequeño restaurante típico y el guaperas (era la versión tunecina de Maxi Iglesias para que os hagáis una idea) se tragó casi toda la botella de vino. Me dijo que estaba algo nervioso porque no tenia costumbre de salir con una chica y que su familia era muy conservadora. Se lanzó y me dijo que le gustaba y quería hacer el amor conmigo. Le dije que fuéramos a mi habitación y me respondió que era imposible porque siendo empleado del hotel tenía totalmente prohibido visitar los dormitorios y mucho menos tener intimidad con los huéspedes. Además él no podía llevarme a su piso porque vivía en una casa con otros funcionarios del hotel con habitaciones compartidas.

Así las cosas, le dije que fuéramos a otro hotel y aceptó. Al llegar tuvimos que presentar nuestros DNI y el tipo de la recepción se partía de risa junto a un colega y hablaban en árabe entre ellos y me volvían a ver con mirada de burla. Al pagar la habitación (la pagué yo porque para los ingresos tunecinos era relativamente cara) me dijo el empleado del hotel que iba a cobrarme una tasa adicional de 50€ porque así la policía no se enteraría que una extranjera estaba en su establecimiento "durmiendo" (hizo el gesto de las comillas con sus manos) con un chico tunecino de apenas 19 años. Casi me muero de la vergüenza. Fue un mal rato y pagué el dichoso soborno y subimos. El chico me dijo que no había querido decirme su verdadera edad porque sabía que lo rechazaría. Temblaba como un conejo nervioso. Se sentó en el borde de la cama y no paraba de temblar y su mirada viendo la alfombra. Le dije que ya había pasado y que lo disculpaba. Me preguntó si podía desnudarlo yo. Procedí a hacerlo y bendita sorpresa: el niñato tunecino tenía una enorme herramienta oscura y de un grosor impresionante. No podía creerlo. Nos duchamos y luego nos fuimos a la cama. Allí me dijo que era su primera vez. Y apenas empezaba a tocarlo y me dice mejor no sigas porque me vengo. Fue meterla y acabar. Dos bombeos y llegar al climax.

Se recuperó pronto y ya el segundo round fue mucho más intenso. Empezó a darme placer con su lengua según yo le iba explicando y tardó más durante la penetración. Esa noche no dormimos. Salí del hotel con una enorme angustia al tener que pasar frente a la recepción y sentía que todos me señalaban. A la semana siguiente me cambié de hotel para poder seguir viendo a mi guapo tunecino. Ya no me importaba la diferencia de edad y allí llegaba él todas las noches para estar juntos. Eso sí en cada cena acababa con el vino. En el minibar del hotel hacía lo mismo con las cervezas. Pero follaba como un Dios. Rápidamente aprendió lo que me gustaba y con aquella imponente pistola de carne que el Universo le había otorgado me tenía totalmente embelezada. Encima tenía un cuerpo como hecho a mano (jugaba al fútbol) con unas piernas y un trasero de campeonato.

Mi estadía en Túnez llegó a su fin y me fui dejando el compromiso de regresar en cuanto pudiera. Le regalé algo de dinero porque sabía que ganaba una miseria. Me escribía dos veces por semana (cartas de puño y letra). Era una alegría abrir mi buzón y encontrar una de sus cartas llenas de romance y pasión. Uno de mis colegas de oficina tenía que viajar a Túnez en esos días y con él le envié al chico varios regalos (ropa y perfumes). Mi colega al regresar me comentó que era un chico guapísimo y muy educado. Pasaron semanas y no recibía más cartas, su teléfono no respondía y llamé al hotel donde trabajaba y me dijeron que había renunciado y no sabían nada de él. Desaparecido por completo.

Un año y medio después de aquello, recibí una carta desde Túnez. De inmediato me alegré y al abrirla me percaté que no era su letra. Un hermano suyo me escribí contándome que sabía de mi existencia y mi dirección. Su hermano le había hablado de nosotros. Me decía que éste se había marchado del país y que ahora vivía en Irlanda. Se casó con una irlandesa de 46 años (él con 21) y que tenía un hijo con ella. Que se encontraba bien. Y me decía el hermano en su misiva que fuera a Túnez a conocerle y tuviéramos una relación. O que en su defecto le trajera yo a Suiza!!! en pocas palabras que como el hermano se marchó a Irlanda entonces él se ofrecía como reemplazante. El chico decía tener 23 años. Por supuesto que ni siquiera le respondí. Di el asunto por finiquitado y aunque reconozco que aquello me dolió, pasé página. No obstante le conté la anécdota a aquel colega quien le había conocido en su viaje a Túnez. Y me dijo: mira yo no te lo quise decir pero cuando estuve allí salimos varias veces a comer juntos y acabamos en la cama. Me dijo que él era bisexual y que el chico le comentó que quería experimentar con otro hombre y él por supuesto no se hizo de rogar ante tan apuesto muchacho. El colega era casado con una mujer muy guapa y con una hija de pocos meses.

Yo en ese momento no sabía si reír o llorar y no se si me dolía más que el tunecino se casara con una irlandesa y le hiciese un hijo o el haberse acostado con mi colega.

A este colega ya os imaginais adonde le mandé después de aquello y traté de hacer borrón y cuenta nueva. Luego vinieron otras experiencias y me casé con mi Zoilo. Una tarde muchos años después viendo la televisión británica aquí en Ginebra (aunque es suizo al Zoilo le gusta ver la BBC), presentaron la historia de los indigentes extranjeros en Dublín. Y allí apareció el tunecino. Se había convertido en un habitante de la calle, sin domicilio fijo, drogadicto y alcohólico. Contó su historia: casado con una irlandesa que podía ser su madre a la cual embarazó y luego ella le acusó ante las autoridades de haberla utilizado para obtener su residencia en Irlanda. Obviamente le creyeron a ella y él recibió una orden de expulsión la cual nunca cumplió y acabó perdiendo su empleo y sin dinero. Cayó en el alcohol y la droga. Le faltaban varias piezas dentales y su rostro estaba hinchado por la vida que llevaba. Ya nada quedaba de aquella sonrisa espectacular que tenía y de su belleza. Era otro hombre. Se me salieron las lágrimas y mi marido me preguntó que me ocurría. Le conté que cuando era soltera había conocido a ese chico y que tuve una relación con él. Mi marido se ofreció a que fuésemos a Irlanda y tratar de rescatarlo pero yo me negué. No quería reabrir la herida. Nunca más supe de él.

Disculpas por lo largo del texto pero esta experiencia no sabría contarse de otra manera que no sea con la minuciosidad de los detalles que dan para entender de alguna forma la complejidad de la naturaleza humana. Espero os haya gustado mi historia y tomad nota aquellas que desean prolongar los placeres de sus vacaciones más allá de las puertas del hotel. Los amoríos de verano y de viaje a veces merecen quedar en el placentero recuerdo de lo que fueron y no en la pesadilla de en lo que pueden llegar a convertirse. Un saludo a tod@s y feliz sábado.
 
Gracias a las compañeras que gustan de mis relatos y para todas vosotras aquí os comparto otra experiencia internacional, pero esta vez con moraleja incluida. Nos trasladamos a Túnez hace ya muchos años atrás.

En el marco de mi trabajo, mi jefe decidió enviarme durante un mes a Túnez con el fin de reemplazar a un colega que había sufrido un accidente de coche y yo ni lerda ni perezosa acepté el reto. Al llegar allí me asignaron una habitación en un elegante hotel con vista al mar y una enorme piscina. En la recepción del establecimiento trabajaba un guapo joven moreno y de ojos verdes (una sonrisa blanca como de comercial de dentífrico) que llamó mi atención desde el primer día. Luego de varios días el chico empezó a tratar de establecer una conversación conmigo y hubo una excelente química entre ambos. Me parecía eso sí bastante joven y me atreví a preguntarle y me dijo que tenía 24 años. En ese entonces yo tenía 29 años y pensé que aunque menor tampoco era abismal la diferencia. Luego me invitó a que saliéramos a cenar una noche y obviamente acepté. Fuimos a un pequeño restaurante típico y el guaperas (era la versión tunecina de Maxi Iglesias para que os hagáis una idea) se tragó casi toda la botella de vino. Me dijo que estaba algo nervioso porque no tenia costumbre de salir con una chica y que su familia era muy conservadora. Se lanzó y me dijo que le gustaba y quería hacer el amor conmigo. Le dije que fuéramos a mi habitación y me respondió que era imposible porque siendo empleado del hotel tenía totalmente prohibido visitar los dormitorios y mucho menos tener intimidad con los huéspedes. Además él no podía llevarme a su piso porque vivía en una casa con otros funcionarios del hotel con habitaciones compartidas.

Así las cosas, le dije que fuéramos a otro hotel y aceptó. Al llegar tuvimos que presentar nuestros DNI y el tipo de la recepción se partía de risa junto a un colega y hablaban en árabe entre ellos y me volvían a ver con mirada de burla. Al pagar la habitación (la pagué yo porque para los ingresos tunecinos era relativamente cara) me dijo el empleado del hotel que iba a cobrarme una tasa adicional de 50€ porque así la policía no se enteraría que una extranjera estaba en su establecimiento "durmiendo" (hizo el gesto de las comillas con sus manos) con un chico tunecino de apenas 19 años. Casi me muero de la vergüenza. Fue un mal rato y pagué el dichoso soborno y subimos. El chico me dijo que no había querido decirme su verdadera edad porque sabía que lo rechazaría. Temblaba como un conejo nervioso. Se sentó en el borde de la cama y no paraba de temblar y su mirada viendo la alfombra. Le dije que ya había pasado y que lo disculpaba. Me preguntó si podía desnudarlo yo. Procedí a hacerlo y bendita sorpresa: el niñato tunecino tenía una enorme herramienta oscura y de un grosor impresionante. No podía creerlo. Nos duchamos y luego nos fuimos a la cama. Allí me dijo que era su primera vez. Y apenas empezaba a tocarlo y me dice mejor no sigas porque me vengo. Fue meterla y acabar. Dos bombeos y llegar al climax.

Se recuperó pronto y ya el segundo round fue mucho más intenso. Empezó a darme placer con su lengua según yo le iba explicando y tardó más durante la penetración. Esa noche no dormimos. Salí del hotel con una enorme angustia al tener que pasar frente a la recepción y sentía que todos me señalaban. A la semana siguiente me cambié de hotel para poder seguir viendo a mi guapo tunecino. Ya no me importaba la diferencia de edad y allí llegaba él todas las noches para estar juntos. Eso sí en cada cena acababa con el vino. En el minibar del hotel hacía lo mismo con las cervezas. Pero follaba como un Dios. Rápidamente aprendió lo que me gustaba y con aquella imponente pistola de carne que el Universo le había otorgado me tenía totalmente embelezada. Encima tenía un cuerpo como hecho a mano (jugaba al fútbol) con unas piernas y un trasero de campeonato.

Mi estadía en Túnez llegó a su fin y me fui dejando el compromiso de regresar en cuanto pudiera. Le regalé algo de dinero porque sabía que ganaba una miseria. Me escribía dos veces por semana (cartas de puño y letra). Era una alegría abrir mi buzón y encontrar una de sus cartas llenas de romance y pasión. Uno de mis colegas de oficina tenía que viajar a Túnez en esos días y con él le envié al chico varios regalos (ropa y perfumes). Mi colega al regresar me comentó que era un chico guapísimo y muy educado. Pasaron semanas y no recibía más cartas, su teléfono no respondía y llamé al hotel donde trabajaba y me dijeron que había renunciado y no sabían nada de él. Desaparecido por completo.

Un año y medio después de aquello, recibí una carta desde Túnez. De inmediato me alegré y al abrirla me percaté que no era su letra. Un hermano suyo me escribí contándome que sabía de mi existencia y mi dirección. Su hermano le había hablado de nosotros. Me decía que éste se había marchado del país y que ahora vivía en Irlanda. Se casó con una irlandesa de 46 años (él con 21) y que tenía un hijo con ella. Que se encontraba bien. Y me decía el hermano en su misiva que fuera a Túnez a conocerle y tuviéramos una relación. O que en su defecto le trajera yo a Suiza!!! en pocas palabras que como el hermano se marchó a Irlanda entonces él se ofrecía como reemplazante. El chico decía tener 23 años. Por supuesto que ni siquiera le respondí. Di el asunto por finiquitado y aunque reconozco que aquello me dolió, pasé página. No obstante le conté la anécdota a aquel colega quien le había conocido en su viaje a Túnez. Y me dijo: mira yo no te lo quise decir pero cuando estuve allí salimos varias veces a comer juntos y acabamos en la cama. Me dijo que él era bisexual y que el chico le comentó que quería experimentar con otro hombre y él por supuesto no se hizo de rogar ante tan apuesto muchacho. El colega era casado con una mujer muy guapa y con una hija de pocos meses.

Yo en ese momento no sabía si reír o llorar y no se si me dolía más que el tunecino se casara con una irlandesa y le hiciese un hijo o el haberse acostado con mi colega.

A este colega ya os imaginais adonde le mandé después de aquello y traté de hacer borrón y cuenta nueva. Luego vinieron otras experiencias y me casé con mi Zoilo. Una tarde muchos años después viendo la televisión británica aquí en Ginebra (aunque es suizo al Zoilo le gusta ver la BBC), presentaron la historia de los indigentes extranjeros en Dublín. Y allí apareció el tunecino. Se había convertido en un habitante de la calle, sin domicilio fijo, drogadicto y alcohólico. Contó su historia: casado con una irlandesa que podía ser su madre a la cual embarazó y luego ella le acusó ante las autoridades de haberla utilizado para obtener su residencia en Irlanda. Obviamente le creyeron a ella y él recibió una orden de expulsión la cual nunca cumplió y acabó perdiendo su empleo y sin dinero. Cayó en el alcohol y la droga. Le faltaban varias piezas dentales y su rostro estaba hinchado por la vida que llevaba. Ya nada quedaba de aquella sonrisa espectacular que tenía y de su belleza. Era otro hombre. Se me salieron las lágrimas y mi marido me preguntó que me ocurría. Le conté que cuando era soltera había conocido a ese chico y que tuve una relación con él. Mi marido se ofreció a que fuésemos a Irlanda y tratar de rescatarlo pero yo me negué. No quería reabrir la herida. Nunca más supe de él.

Disculpas por lo largo del texto pero esta experiencia no sabría contarse de otra manera que no sea con la minuciosidad de los detalles que dan para entender de alguna forma la complejidad de la naturaleza humana. Espero os haya gustado mi historia y tomad nota aquellas que desean prolongar los placeres de sus vacaciones más allá de las puertas del hotel. Los amoríos de verano y de viaje a veces merecen quedar en el placentero recuerdo de lo que fueron y no en la pesadilla de en lo que pueden llegar a convertirse. Un saludo a tod@s y feliz sábado.
Jo, prima, qué pena. Cuando has dicho que se casó con una mucho mayor pensé "bueno, al menos formó una familia y estará bien", pero ese final...Pobre chico.
 
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