OP
pilou12
Guest
200
Me acerco a ella, voy a sus brazos y nos conjuntamos paso a paso el uno al otro, rielo, vibrando, y aun cuando la música se interrumpe por un locutor que habla español tan rápido como el cascabeleo de las castañuelas, seguimos bailando, porque las guitarras están ahora encerradas en nuestras cabezas, igual que nosotros somos prisioneros de nuestro abrazo, de nuestras carcajadas, cada vez más altas, tan altas que no reparamos en una llave que chasca, en una puerta que se abre y luego se cierra. Pero el loro lo oye.)
Polly: ! Vaca sagrada!
Voz de mujer: ¿Qué es esto? ¿ Qué ocurre aquí?
Polly: Oy vey! Oy vey!
Mary: ! Vaya! ! Hola, señora Berkowitz, señor Berkowitz! ¿Qué tal están ustedes?
( Y ahí se quedan, flotando en el aire, como los globos de Mickey y Minnie Mouse en un desfile de Mary del Dįa de Acción de Gracias. No es qu esos dos tengan nada de ratonil. Sus encolerizados ojos, los de ella colorados detrás de unas gafas de arlequín con montura adornada de lentejuelas, absorben la escena: nuestros picaros mostachos de de helado, el acre humo de la hierba polucionando la habitación . La señora Berkowitz se adelanta airosamente y apaga la radio.)
Señora Berkowitz: ¿Quién es este hombre?
Mary: Creía que no estaban en casa.
Señora Berkowitz: Evidentemente . Le he preguntado: ¿quién es ese hombre?
Mary: No es más que un amigo mío. Me está ayudando. Hoy tengo mucho trabajo que hacer.
Míster Berkowitz: Está usted borracha, mujer.
Mary (engañosamente dulce): ¿ Cómo dice usted?
Señora Berkowitz: Dice que está usted borracha. Estoy sorprendida. Sinceramente.
Musica para camaleones - Truman Capote
Me acerco a ella, voy a sus brazos y nos conjuntamos paso a paso el uno al otro, rielo, vibrando, y aun cuando la música se interrumpe por un locutor que habla español tan rápido como el cascabeleo de las castañuelas, seguimos bailando, porque las guitarras están ahora encerradas en nuestras cabezas, igual que nosotros somos prisioneros de nuestro abrazo, de nuestras carcajadas, cada vez más altas, tan altas que no reparamos en una llave que chasca, en una puerta que se abre y luego se cierra. Pero el loro lo oye.)
Polly: ! Vaca sagrada!
Voz de mujer: ¿Qué es esto? ¿ Qué ocurre aquí?
Polly: Oy vey! Oy vey!
Mary: ! Vaya! ! Hola, señora Berkowitz, señor Berkowitz! ¿Qué tal están ustedes?
( Y ahí se quedan, flotando en el aire, como los globos de Mickey y Minnie Mouse en un desfile de Mary del Dįa de Acción de Gracias. No es qu esos dos tengan nada de ratonil. Sus encolerizados ojos, los de ella colorados detrás de unas gafas de arlequín con montura adornada de lentejuelas, absorben la escena: nuestros picaros mostachos de de helado, el acre humo de la hierba polucionando la habitación . La señora Berkowitz se adelanta airosamente y apaga la radio.)
Señora Berkowitz: ¿Quién es este hombre?
Mary: Creía que no estaban en casa.
Señora Berkowitz: Evidentemente . Le he preguntado: ¿quién es ese hombre?
Mary: No es más que un amigo mío. Me está ayudando. Hoy tengo mucho trabajo que hacer.
Míster Berkowitz: Está usted borracha, mujer.
Mary (engañosamente dulce): ¿ Cómo dice usted?
Señora Berkowitz: Dice que está usted borracha. Estoy sorprendida. Sinceramente.
Musica para camaleones - Truman Capote