Mujeres.

La 'niña' gitana que rompió la inercia y llegó a la política
Viernes, 12 abril 2019 - 02:02
Sara Giménez, activista gitana en favor de la igualdad, es la 'número tres' de Ciudadanos por Madrid para las elecciones generales

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JAVI MARTÍNEZ
Sara Giménez (Huesca, 1977) calienta ya para dar el tercer gran salto de su vida. Ha apostado fuerte siempre, rompiendo moldes, superando barreras, y hasta ahora ha ganado. Este nuevo desafío le da «vértigo», pero no duda.

Es la número tres de la lista de Cs por Madrid. Es gitana y lo lleva por bandera. Proviene de una familia de vendedores ambulantes. La suya fue una niñez de escenarios cambiantes: del puesto del mercadillo a la escuela y de allí al cuarto de estar de una vecina «que tenía enciclopedia y compraba el periódico». Se le llena la boca con el verbo «aprender».

Es la tercera de cuatro hermanos. Ninguno ha estudiado. Es la única. Está acostumbrada. La primera mujer gitana que consiguió la licenciatura en Derecho en Aragón; la única en la clase de la escuela, la única en el aula de la universidad. Y ahora, probablemente, la única con escaño en el Congreso.

«Yo quería estudiar pero no era lo que se esperaba de mí. La inercia me empujaba a acabar el graduado escolar, ennoviarme y casarme. Esa era la inercia y yo la rompí», relata.

La segunda batalla llegó con el salto a la Universidad. Dejar Huesca y marchar a Zaragoza. «Tuve que pelear mi decisión», recuerda. Una parte de la comunidad gitana jugaba en su contra. «Le decían a mi padre: '¿Te has vuelto loco? ¿Cómo vas a dejar que se vaya la niña?'». Los dos primeros años fueron difíciles para su familia. Después, explica, «vieron que yo seguía siendo la misma niña gitana de siempre y pasaron del miedo al orgullo».

Echa la vista atrás y le gusta señalar que a la hora de romper con lo establecido, a menudo, las mujeres «van por delante». «Creo», dice, «que somos grandes socializadoras».

Con un pie ya en el Congreso, Sara Giménez asegura que sigue existiendo el antigitanismo. Ella, que como jurista lleva 18 años trabajando en la Fundación Secretariado Gitano y es la representante española en el Comité contra la Discriminación y la Intolerancia del Consejo de Europa, afirma, no obstante, que hay una gran diferencia entre España y los países del entorno.

«En Europa», explica, «el rechazo es violento. Hay agresiones a campamentos gitanos, expulsiones masivas, niños que se escolarizan como discapacitados mentales en Chequia, Eslovaquia, Eslovenia...». En España, por el contrario, «somos un Estado modelo con buenas políticas de inclusión». «Pero eso no significa que hayamos alcanzado la igualdad de oportunidades», avisa.

No cae en la tentación de culpar sólo a los payos. Para ella hay «corresponsabilidad»: aboga por que el Estado garantice el derecho a la educación de los niños gitanos porque «es la llave a la vida» e insiste en que las familias gitanas, por su parte, tienen que «apostar muchísimo más por la educación de sus hijos».

Es consciente de que en ese mundo ella es un referente y eso implica «la responsabilidad de tirar de otros». «Una educación elevada», recalca, «no te hace perder la esencia de lo que eres».

Por todo esto decidió dar el tercer salto: esta vez a la política. Se siente fuerte porque cree tener ya una madurez profesional en el campo de los derechos humanos y en la lucha contra la discriminación. «Para incidir en las políticas públicas, qué mejor que estar en la primera línea allí donde se toman las decisiones», explica.

Por eso, cuando recibió una «propuesta muy seria» de Albert Rivera, a quien conoció hace un año, el Día Internacional de la Mujer, no dudó.

Él quería «perfiles profesionales» para profundizar en el terreno de la igualdad. Ella quería que «la diversidad entrara en la política». «Me da vértigo», dice, «pero también muchísima ilusión». Y añade: «En el centro me veo bien, me siento cómoda».

"UN MUNDO MUY DIFERENTE AL MÍO"
Su objetivo en el Congreso sería aprobar una Ley Integral de Igualdad de Trato y no Discriminación. Una ley en la que empezó a trabajar en 2011 con Pedro Zerolo y que «se quedó dos veces en el tintero».

Su talante, dice, es «muy de llegar a acuerdos» y su intención es situarse «muy cerca de la ciudadanía». «No soy ingenua», asegura, «sé que entro en un mundo muy diferente al mío. Yo no soy política de base pero creo que tengo cosas que aportar».

Se declara «constitucionalista», firme defensora de la unidad del Estado y de la diversidad. Como gitana, defiende los valores que le identifican como grupo pero, insiste, «eso no es óbice para creer en la unidad y en la igualdad». «Todo lo que segrega», dice, «provoca pérdidas».

Es consciente de que la vida que está a punto de estrenar tiene una cara B dura. Tendrá que sacrificar una parte de los pequeños placeres que más disfruta: ir al gimnasio, bailar con su hija de 13 años, comer en casa de sus padres... Borra rápido el anticipo de melancolía y asegura estar viviendo «con emoción la alegría» que hay en su familia. A partir de ahora repartirá su tiempo entre Madrid, Huesca y el AVE. «Vuelvo», dice optimista, «al nomadismo gitano».
https://www.elmundo.es/espana/2019/04/12/5caf82b6fc6c833e068b4756.html
 
Jeanne Calment vivió 122 años: ¿realidad o fraude?
Un investigador pone en duda la verdadera edad de Calment: sugiere que su hija suplantó su identidad para evadir impuestos.
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1 Siete hábitos saludables (basados en la evidencia) para vivir más años y mejor

Jeanne Louise Calment nació el 21 de febrero de 1875 y falleció el 4 de agosto de 1997 en Arlés (Francia). 122 años y 164 días. Es la persona documentada más longeva de la historia. Pero una investigación del matemático ruso Nikolay Zak, junto a un artículo de Yuri Deigin, empresario relacionado con la biotecnología y las terapias antienvejecimiento, ponen en duda la veracidad de una edad tan sorprendente como estudiada.

Zak, en su trabajo, cuestiona la validez del historial de Calment: «Revelo múltiples contradicciones en sus entrevistas, biografías, fotos y documentos. Sugiero una explicación de estas discrepancias basada en la hipótesis de que la hija de Jeanne, Yvonne, adquirió la identidad de su madre después de su muerte para evitar pagar el impuesto de sucesiones y que la muerte de Jeanne Calment fue reportada por su familia como la muerte de Yvonne en 1934», explica.

Por ejemplo, el matemático pone en duda la altura de la mujer, que con 57 años medía 152 cm. En revisiones posteriores, ya con 114 años, su altura era de 150 cm. «En casi 60 años solo ha perdido dos centímetros de altura, lo que no es consistente con la dinámica observada», dice Zak, señalando estudios que estiman la pérdida de estatura relacionada con la edad debido, por ejemplo, a la osteoporosis, en 8-10 cm. A este supuesto añade que «la joven Yvonne era más alta que Jeanne», tratando de refutar la hipótesis más polémica de su estudio.

contundente mensaje acusatorio: «Por qué el récord de longevidad de Jeanne Calment puede ser falso». Para ello, entre otros argumentos, compara fotografías de madre e hija en distintos periodos, señalando rasgos que, con el paso de los años, parecían ser más propios de Yvonne que de Jeanne.



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Para Deigin, la imagen de la derecha, atribuida a Jeanne Calment, es clave para diferenciar a ambas, ya que muestra como barbilla, cuello o mandíbula inferior son similares a la imagen atribuida a una joven Yvonne Calment (izquierda).



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Validación de una longevidad excepcional


Estas conclusiones han sido rápidamente discutidas por uno de los, seguramente, mayores conocedores de la vida de Jeanne Calment, el gerontólogo y covalidador de la longevidad de Calment Jean-Marie Robine. En declaraciones a Le Parisien, Robine calificaba de «inestable» y de no basarse «en nada» dichas argumentaciones.

«Nunca antes se había hecho tanto para probar la edad de una persona. Nunca encontramos nada que nos permitiera sospechar de su edad. Teníamos acceso a información que sólo ella podía saber, como los nombres de sus profesores de matemáticas o de las criadas que pasaban por el edificio. Se le hicieron preguntas sobre estos temas. O no lo recordaba o respondía bien. Su hija no podía saberlo».

En la década de los 90, Robine y el también gerontólogo Michel Allard se encargaron de validar la vida de Calment a través de declaraciones simples y verificables, como la identidad de sus padres, detalles sobre el apartamento en el que vivió casi toda su vida o el nombre de una de sus sirvientas.

Robine, que asegura que nunca ha tenido dudas sobre la veracidad de los documentos, apela también a la imposibilidad del supuesto engaño debido a que la familia Calment era habitual de los clubes de clase alta de Arlés. «¿Te imaginas a cuánta gente habrían mentido? ¿De la noche a la mañana, Fernand Calment [el marido de Jeanne] habría hecho que su hija se pareciera a su esposa y todo el mundo habría permanecido en silencio? Es absurdo».

Para Michel Vauzelle, alcalde de Arlés en el momento en que falleció Jeanne, la teoría es «completamente ridícula e imposible», ya que la mujer fue monitorizada por varios médicos, tal y como recoge CBS News.

Pese a que, como ha reconocido el propio Zak, no hay pruebas «de hierro fundido», su trabajo ha generado un gran debate, llegando a plantearse la posibilidad de exhumar ambos cuerpos, los de madre e hija, para realizar pruebas de ADN.



Mejorar la medición de la longevidad


Precisamente, el planteamiento del uso de pruebas de ADN ha generado un debate paralelo entre expertos sobre el modo en que se registran los datos de una persona. Un certificado de nacimiento y otro de defunción puede decir mucho de la vida de alguien, pero pueden contener errores que desvirtúen las estadísticas, tal y como explica el biólogo de la Universidad Nacional Australiana Saul Justin Newman en su trabajo « Errors as a primary cause of late-life mortality deceleration and plateaus».

«Lo que necesitamos es una forma de medir biológicamente la edad de una persona», explica Newman en The Verge. «Algo que no pueda ser falsificado, que no pueda ser accidentalmente intercambiado o tomado por un hermano».

Aumentar la esperanza de vida es algo que la ciencia todavía está en proceso de descubrir. La expectativa, desde el año 1900, se ha duplicado. Vivimos más, pero «si existe un límite fijo biológico, no estamos cerca aún», comentaba Elisabetta Barbi, demógrafa de la Universidad de Roma a The New York Times. En 2016, se fijó un límite máximo de edad en 115 años, pero meses después un grupo de investigadores italianos sugirió que quizá no haya ningún límite.
https://www.abc.es/sociedad/abci-je...s-realidad-o-fraude-201904180206_noticia.html
 
UNA “EPIDEMIA SILENCIOSA”
Las hijas perdidas de América

Estados Unidos investiga el silencioso fenómeno de la elevada desaparición de mujeres indígenas
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Vestidos en la exposición REDress en el Museo de Nacional de los Indios Americanos, en Washington (SMITHSONIAN INSTITUTION)
BEATRIZ NAVARRO, WASHINGTON
21/04/2019 00:29
Actualizado a 21/04/2019 10:32

Todos los días Kimberly tiene la tentación de coger el teléfono y llamar a su hermana. O de gritar su nombre cuando no puede más con el dolor que sufre desde que hace un año y diez meses Ashley Loring Heavyrunner fue vista por última vez en la reserva de la tribu Blackfeet –o Pies Negros– en Montana. “¿Cuánto tiempo tendré que seguir rumores y no encontrarte? ¿Cuánto tiempo seguiremos en la oscuridad? ¿Cuánto tiempo te van a mantener lejos de nosotros?”. No pasa un día sin que Kimberly la busque. Bajo la lluvia, en el barro, entre la nieve, difundiendo su caso en las redes.

“Es mayor de edad, ya volverá”, dijeron a la familia cuando ésta denunció su desaparición. Después de nueve meses sin noticias y muchas quejas por la chapucera instrucción del caso por la policía tribal, el FBI abrió al fin una investigación. “La historia, por desgracia, es demasiado familiar”, dijo con amargura el senador Steve Daines, representante de Montana en el Congreso, cuando Kimberly fue a testificar sobre el drama de la desaparición y el asesinato de las mujeres indígenas. Una “epidemia silenciosa”, lo llaman en algunos estados.

De 1.870 casos desde el 2015, la mitad de las mujeres fueron asesinadas y el 40% siguen desaparecidas

Nadie sabe con certeza cuántas son, porque los casos no siempre se denuncian y porque para eso algún organismo oficial debería contarlas, pero todos los datos indican que las mujeres indígenas tienen muchas más posibilidades de ser secuestradas, violadas y asesinadas que la media de las mujeres estadounidenses. Se sabe por ejemplo que un 84% de las indígenas ha experimentado violencia en algún momento de su vida (más de la mitad, de tipo sexual). O que la violencia es la primera causa de fallecimiento entre las nativas de entre 10 y 24 años. En algunas reservas tribales y regiones de Alaska las cifras de asesinatos de mujeres son diez veces superiores a la media nacional, según un informe del Departamento de Justicia del 2006.

El Centro Nacional de Información sobre Delitos registró 5.712 desapariciones de mujeres indígenas en el 2016 pero el FBI sólo tenía 116 casos activos de este colectivo en su base de datos, según un informe del Instituto Nacional de Justicia. De los 1.870 casos que la oenegé indígena Sovereign Bodies Institute ha documentado desde el 2015, el 50% fueron asesinadas y el 40% siguen desaparecidas.

El tráfico sexual guarda relación: son ‘versátiles’ y pueden hacerlas pasar por asiáticas o hawaianas

“La respuesta no es sencilla. Esta es una crisis que se ha ido creando a lo largo de varios siglos y hará falta esfuerzos sostenidos en muchos frentes para entenderla y afrontarla”, advirtió Sarah Deer, profesora de la Universidad de Kansas, una de las mayores expertas en el tema, durante una reciente audiencia en la Cámara de Representantes del Congreso. Deer, miembro de la nación Muscogee Creek, sitúa el origen de la violencia contra mujeres indígenas en la colonización, las expulsiones de sus tierras y el trauma de los internados para niños indios.

El obstáculo más citado para la correcta investigación de los casos son los problemas jurisdiccionales entre las tribus, los estados y las agencias federales, que lleva a que muchos casos no se investiguen o no se persiga a los culpables. Aunque en principio en las reservas la policía tribal está en primera línea, en 1978 el Tribunal Supremo retiró la capacidad de las naciones indias de procesar y juzgar a no indios. Con leyes diferentes en función del delito y el lugar exacto en que se produce, la confusión está servida y por tanto los retrasos. El enrevesado marco legal lleva a situaciones absurdas, como la llegada de los investigadores a la escena del crimen con cinta métrica y mapas para determinar dónde se ha disparado el arma y dónde estaba la víctima para decidir quién es responsable.

En algunos casos las desapariciones parecen estar conectadas con el tráfico sexual de personas. “Hay sobradas pruebas de que algunos depredadores buscan específicamente mujeres y niñas nativas” a sabiendas de las complicadas cuestiones jurisdiccionales que surgen cuando desaparecen, afirma Deer. Algunos estudios indican que los traficantes las buscan por su “versatilidad”, ya que pueden ofrecerlas también como asiáticas o hawaianas. Otros factores son la falta de recursos de la justicia tribal, la desconfianza instintiva de los indígenas hacia las autoridades o la indiferencia oficial.

La mayor parte de las desapariciones se produce no obstante en zonas urbanas, donde hoy vive la mayor parte de la población indígena. Problemas socioeconómicos como el paro o las adicciones hacen que las mujeres desaparecidas no siempre sean las “víctimas perfectas” a ojos de las autoridades, como se discutió durante un simposio en el Museo de Nacional de los Indios Americanos, en Washington, una lluviosa tarde de marzo. En el exterior ondeaban, fantasmagóricos, decenas de vestidos rojos vacíos. Donados por comunidades indígenas, forman parte del proyecto REDress, con el que la artista canadiense Jamie Black, miembro de la tribu métis, quiere resaltar la ausencia de estas mujeres y llamar la atención sobre el problema.

En Canadá se ha detectado un fenómeno similar pero van varios pasos por delante. El Gobierno encargó una gran investigación hace unos años y sus conclusiones se presentarán este mes. Un estudio preliminar reveló que el 11% de las personas desaparecidas y el 23% de las asesinadas en el país son mujeres indígenas, aunque sólo representan el 4% de las canadienses. En EE.UU., estados como Montana, Washington, Arizona, Minnesota o Dakota han elaborado leyes en los últimos años para investigar el problema y dedicarle más recursos.

Apenas ahora se empieza a hablar del asunto a nivel federal. La Cámara de Representantes ha aprobado este mes una ley contra la violencia contra las mujeres que incluye una enmienda para facilitar el intercambio de información y se han presentado dos proyectos de ley en el Senado para recabar datos y reunir a víctimas, líderes tribales y otras autoridades para hacer recomendaciones sobre cómo afrontar el problema.

En las audiencias preparatorias rodaron lágrimas conforme cómo las frías y difusas cifras oficiales se transformaban en historias reales, las vidas de Ashley, Alyssa McLemore, Tamera Bearcomesout o Rosenda Strong, una chica a la que se le perdió el rastro el año pasado en un casino de una reserva. “Estará todavía de fiesta y tomando drogas”, les dijeron los agentes cuando denunciaron la desaparición, contó su familia. “Está claro que estas mujeres no han recibido el apoyo ni los recursos que pedían. Les pido disculpas por no haber afrontado este problema en el Congreso hace mucho tiempo”, dijo emocionado el congresista Rubén Gallego como cierre de la última audiencia.
https://www.lavanguardia.com/intern...8187/desaparicion-mujeres-indigenas-eeuu.html
 
Una mujer demanda al Estado tras perder la custodia de sus hijas por trabajar demasiado
Una doctora en Derecho abre el debate jurídico sobre la dificultad para las madres de conciliar y no aparcar su trabajo
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SeguirÉrika Montañés@emontanes
Madrid
Actualizado:24/04/2019 09:02h
38Los bofetones de una madre a su hijo por negarse a ir a la ducha le cuestan dos meses de cárcel

Apenas ocho kilómetros distan Bergondo y Sada, ambas poblaciones de La Coruña. En la primera localidad se encuentraElena del Pilar Ramallo Miñán,conocida en Galicia por su dilatada trayectoria profesional y proyección internacional, como directiva en seis universidades; en la segunda están sus hijas, de 13 y 7 años, cuya custodia perdió el año pasado, para más inri, «un día de la mujer, el 8 de marzo», en un juicio, cuando menos, controvertido, lamenta. El argumento clave fue que trabaja demasiado tiempo y fuera de casa, enfrascada en viajes y conferencias, tal y como declaró la abuela materna de las niñas y que la juez apreció como la única prueba testifical en la vista.

Doctora en Derecho, creadora de la primera Cátedra del Banco Santander de Responsabilidad Social Corporativa (RSC)de la Euroregión Galicia-Portugal, delegada de Dirse (Directivos españoles) en Galicia, el currículo de Ramallo es interminable. Tiene siete libros en su haber, además de ser la acreedora de un sinfín de artículos y proyectos. Ha trabajado para el Ministerio de Igualdad como académica gallega en el ámbito de la RSC. Pero ahora se enfrenta a su peor dilema «de género»: ¿debe una mujer brillante y divorciada aparcar su trabajo para no perder a sus hijos? ¿Les sucede lo mismo a los hombres?

Ella misma se ha encargado de abrir el debate jurídico. Habla para ABC mientras decide con su abogada, Ana Rego, cómo eleva una demanda contra el Estado ante la instancia judicial pertinente, con toda probabilidad la Audiencia Provincial de La Coruña. Ramallo acusa al sistema de someter a un «agravio comparativo a todas las mujeres porque en cuanto alcanzan cierto nivel, se las estigmatiza socialmente». De hecho, según ella, «como madre, mujer y ciudadana, demanda que nadie más en España, por el hecho de trabajar y amar su trabajo, pueda perder a sus hijos». «Nunca he marginado mi tarea como madre», alega.

«El Correo Gallego», la juez consideró como prueba sólida para arrebatarle la custodia que, en un principio, iba a compartir con su exmarido, S. R. L, la declaración de su madre y abuela de las niñas, que se quejó de que no atendía a las pequeñas y «estaba siempre nerviosa por dedicarse a su profesión en exceso». «He tenido que dedicar miles de horas a mi trabajo, robándoselas al sueño y con mucho esfuerzo», esgrime. Porque ha tenido que compaginar, «como millones de mujeres» –precisa– ese sacrificio diario por despuntar en su trabajo con la crianza de dos hijas, S. y O., que hoy tienen 13 y 7 años.

Hace cuatro años, cuando decide poner punto y final a su matrimonio comienza su «infierno» particular, relata. El auto, fechado el pasado 12 de marzo de 2018 y dictado por la juez de Instrucción número 2 de Betanzos, Carmen López, recoge, con la aquiescencia de los progenitores de Elena, que se le otorgue la custodia al padre porque ella «pasa demasiado tiempo fuera del hogar conyugal». «La juez fundamentó su decisión jurídica en la palabra de mi exmarido, sin otra prueba, ni médica ni de otro tipo, para dictaminar que no estoy capacitada para ser madre», y «destrozó mi corazón y mi vida», apela. Él dijo que ella «no está bien psicológicamente». La primogénita, con 12 años, también declaró: «Mi madre no está bien, como dice mi padre», señaló la niña. La sentencia firme, a la que ha tenido acceso este diario, no admite recurso, y está dictada por dos juezas en primera y segunda instancias, la número 2 y la número 4 de Betanzos, Emma Mourenza.

Ramallo y su letrada reprueban que la juez consideró prueba de cargo la declaración de la madre de la doctora (con quien tiene desavenencias desde hace años). La abuela de las pequeñas alegó que su hija debería ocuparse de atender a sus niñas y no trabajar fuera de casa, porque el trabajo del padre ya era lo suficientemente bueno como para mantenerlas, una idea que «choca»de frente con las ansias de realización personal y profesional de la mujer del siglo XXI, dice Ramallo. «En la España de 2019 tenemos que evitar que esto pase», dice, y completa: «Mi pecado fue el día que dejé de ser la mujer del ingeniero (la profesión de mi exmarido). Todavía hay un parte de esta sociedad que pide la igualdad, pero considera que la mujer tiene que criar a sus hijos todo el tiempo, si no, es una mala madre».

«Sobre conciliación y techos de cristal»
En plena campaña electoral, con los líderes políticos enfrascados en un debate que habla de «conciliación» y de «techos de cristal», esta directiva demanda al sistema que todavía aplaude a los altos cargos varones y les anima a destacar en sus oficios para que enmiende sus errores. Mientras, «consiente este castigo jurídico» y condena a mujeres que se vuelcan con su perfil laboral, haciendo auténticas cábalas para cumplir con todos los deberes que la maternidad implica.

«La sociedad machista pervive, considera que las mujeres que estudian, son independientes, desarrollan trabajos con viajes y responsabilidades profesionales destacadas, y que, además, se divorcian, somos malas madres. He sufrido comentarios como “¿qué habrá hecho para que le quiten a una madre a sus hijas?”. Es una perversión del sistema, se vulnera mi derecho al trabajo y me provoca un gran perjuicio profesional», comenta, apenada. «Me han quitado a mis hijas por trabajar», remata.



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«Prevaleció la opinión de un hombre sobre su esposa; no me permiteron hablar»
Elena Ramallo rehizo su vida al poco de separararse y eso complicó todo el proceso. Su exmarido utilizó la artillería jurídica a su alcance: interpuso varias denuncias, tanto contra ella por maltrato a las niñas, como hacia su nueva pareja, por presuntos abusos sexuales sobre la mayor, aunque todas las denuncias fueron desestimadas. «En el caso de la custodia, sin permitirme hablar, prevaleció la opinión de un hombre sobre su esposa», asegura.

Para la juez número 2 de Betanzos, quedó probada la mala relación que tenía Ramallo con su primera hija. «Mi exmarido –se queja– ha incumplido el régimen de visitas y la pérdida de contacto no ha tenido consecuencias judiciales, a pesar de mis reiteradas denuncias, lo que ha provocado, en una edad como la adolescencia, la ruptura total del vínculo materno-filial. Llevo año y medio sin verla».
https://www.abc.es/sociedad/abci-de...e-trabaja-demasiado-201904232000_noticia.html
 
Soy calva, ¿y qué?
Son mujeres sin pelo y se han asociado para quitarse la peluca cuando les dé la gana y gustarse tal como son
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Elisabet Rodríguez, Núria Garriga, Mari Carmen Suárez y Julia Vincent son el núcleo duro de la asociación Apelo, que se propone sacar del armario la alopecia femenina
ANA MACPHERSON,
BARCELONA
28/04/2019 02:36
Actualizado a 28/04/2019 11:52


“Veintitrés años en la jaula que para mí ha sido la peluca. No iba ni al baño sin ella”, reconoce Julia Vincent, 31 años, profesora de adultos y actriz. “La primera vez que fui sin nada a una piscina me di cuenta de que no me había sumergido desde hacía años. ¡Me pasé dos horas jugando con el agua!”.

“El pañuelo a mí me ha acompañado hasta en el s*x*”, apunta Núria Garriga, 37 años, actualmente cuidadora de personas mayores. “Tu mente está todo el tiempo en tu pelo”.

“Yo acabo de comunicarlo por el WhatsApp de mi línea de autobús, porque cuando estoy conduciendo uso peluca, igual que llevo corbata. No quiero que nadie me distraiga preguntando si estoy enferma o qué me ha pasado. Pero después, el resto del día, quiero que sepan que soy así, tal cual, pelona”, afirma María del Carmen Suárez, 46 años, conductora de autobús y exprofesora de autoescuela.

“En mi trabajo me han visto en todas las etapas de pañuelos o cintas que tapan, y soy desde hace tiempo la rubia, con toda la ironía, y trabajo de cara al público sin problema, sin un pelo en el cuerpo, aunque no sé qué tendría que hacer si cambiara ahora de trabajo”, observa Elisabet Rodríguez, 37 años, ingeniera agrícola aunque describe su tarea como administrativa.

Estas cuatro mujeres son el núcleo duro de Apelo, una asociación de mujeres con alopecia. Sí, de mujeres, porque también hay mujeres calvas. Desde que salieron en un programa de TV3 el grupo no para de crecer.

Están encantadas de haberse reconocido, de descubrir que no están solas y de darse cuenta de lo guapas que se ven cuando se miran en las otras. Se contagian la alegría de prescindir cuando les da la gana de la peluca, el pañuelo o el gorro.

“Lo más visible es nuestra alegría, míranos en estas fotos cuando nos acabábamos de conocer”.

“¿Que qué nos pasa? Pues que estamos calvas. Tenemos alopecia. Y no tenemos ni idea de cuántas somos, porque esto es una consecuencia estética de diversos desarreglos, desde trastornos autoinmunes, los más frecuentes, a alteraciones hormonales de causas más o menos identificadas. Pero no estamos juntas por una enfermedad o por reivindicar una causa médica. Nuestro encuentro es porque necesitamos vernos, escucharnos, darnos ideas sobre micropigmentación de cejas y pestañas, nudos de pañuelos, saber que no somos casos únicos.... Nuestra reivindicación es ser pelonas, pero pelonas molonas”.

Las causas de su alopecia son diversas, pero proclaman que no están enfermas aunque necesitan apoyo

En un café de la calle Parlament de Barcelona están ellas cuatro, la madre de Elisabet, Mari Carmen, y varios niños, hijos de estas pelonas que están más que acostumbrados a explicar esa normalidad sin pelo de sus madres a quien les pregunte en clase o en el parque. “Los niños no tienen problema. Te preguntan por qué no tienes pelo y se lo explicas y listo. El problema lo tienen los padres”. Pero reconocen que el cole es un momento difícil, que a algunas los hijos les pidieron que fueran con peluca. “Tienes que hablarlo mucho antes de dar el paso para que lo normalicen y sepan qué decir a quienes les preguntan si su madre se va a morir”.

Julia perdió el trabajo por su calvicie. Actriz en un grupo de teatro que iba de escuela en escuela, usaba la peluca que tocara a su papel durante la obra. “Pero a a la hora de cargar y descargar, iba sin. Y me dijeron que eso preocupaba porque podría asustar a los niños. Siempre llevé mi calvicie con un sentimiento negativo. Tengo una alopecia autoinmune, la más frecuente, que ahora incluso me ha dejado sin cejas pero con pestañas. Y hace un par de año se produjo el clic. Estaba en un pozo. Los que me hacían la peluca me ofrecieron hacer de modelo. Las fotos de promoción tuvieron un montón de me gusta y por un segundo sentí que mi alopecia se convertía en algo positivo.Luego otra vez me sentí una mierda. Apelo nace para esta gente”.

Eli tiene placas de calvicie desde los 8 años. “Yo le peinaba con cuidado para que no se vieran y le llevé por todos los dermatólogos y tratamientos que puedas imaginar”, explica su madre, Mari Carmen. Su alopecia areata siempre supuso un derroche de ingenio para disimularlo. “Durante el embarazo tenía un pelazo que no veas, como el de mi hija. Hace cuatro años ya se cayó del todo, de todo el cuerpo”. Desapareció en dos o tres meses. La línea del ojo y las cejas están dibujadas con micropigmentación. “Hay que repasarlas”.

Mari Carmen recuerda que empezó con manchas de calvicie y en un mes lo perdió todo. A los 38. “El pelo te impacta, pero tienes las pelucas. Las cejas y las pestañas es otra cosa, te desdibujan. ¡Parecía enferma! Y tiene guasa que lleve 8 años sin un pelo y el otro día me vi uno en la barbilla. Bueno, lo que nos hemos ahorrado en depilación”.

Núria tiene una alopecia androgenética: pelo por todo el cuerpo. Ella sí que tira de láser en el pecho, la cara... Y su cabeza es calva en la coronilla y las entradas. “Me pasé cuatro años sin salir y sin quitarme ante los demás el buzo, para taparme la cara, no sólo la cabeza. No hay ayuda de ningún tipo. Es muy caro eliminar ese hirsutismo. Y el trastorno hormonal que tengo no parece justificar esta alopecia. Sigo intentando más consultas”.

Se sabe poco de lo suyo. Ni estadísticas. “A veces nos beneficiamos de los efectos secundarios de otros medicamentos”.

¿Ligar? “Es todo un filtro lo de ser pelonas”.
https://www.lavanguardia.com/vida/20190428/461906500173/alopecia-mujeres-apelo.html
 
La belleza negra logra el triplete en EE.UU.
Durante décadas, las mujeres negras no podían participar en los concursos de belleza. Este año, se han llevado todas las coronas
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SeguirJavier Ansorena@jansorena
Corresponsal en Nueva YorkActualizado:07/05/2019 00:38h

«Tengo mi pelo, tengo mi cabeza, tengo mi cerebro, tengo mis orejas, tengo mis ojos, tengo mi nariz, tengo mi boca, tengo mi sonrisa», cantaba Nina Simone, una de las grandes voces durante los años duros de la lucha por los derechos civiles de la minoría negra en EE.UU. En la misma canción «Ain’t Got No, I Got Life», la artista hablaba de que podían no tener casa, ni clase, ni dinero, ni perfume, ni colegio, pero nadie les podía quitar su cuerpo, su vida, su libertad.

La canción se grabó en 1968, cuando todavía al cuerpo negro no se le permitía participar en los concursos de belleza. Ese mismo año, la celebración de Miss America, en Atlantic City (New Jersey), fue agitada. Las feministas protestaban la misoginia del concurso tirando sujetadores, rulos, pelucas o pestañas postizas a la basura y el racismo de aceptar solo mujeres blancas. En otro hotel cercano, se organizó un Miss Black America, para coronar a una mujer de color, Saundra Williams. «Miss America no nos representa porque nunca ha habido una concursante negra», dijo entonces Williams. «Con este título, puede mostrarles a las mujeres negras que ellas también son hermosas».

Dos años más tarde, Miss America tuvo su primera concursante negra, después de que Cheryl Browne ganó el concurso estatal de Iowa. Un gran paso para un concurso que hasta 1940 tenía una norma escrita, la número 7, sobre quién podía participar: «Mujeres de buena salud y raza blanca».

La primera ganadora negra fue Vanessa Williams, en 1984, y otras mujeres de su misma raza empezaron a llevarse las coronas de los otros concursos de belleza consolidados en el país, como Miss USA -Carole Gist se impuso en 1990- y Miss Teen USA (para adolescentes), ganado por Janel Bishop en 1991. Desde entonces, otras han repetido su éxito y los concursos empiezan a celebrar a las mujeres hispanas o asiáticas. Este año, la culminación de la inclusión de la belleza negra en el canon estadounidense se ha producido con una triple corona: Nia Franklin se ha llevado el Miss America; Cheslie Kryst ha conquistado el Miss USA y Kaliegh Garris se ha impuesto en el Miss Teen USA. «La gente dirá que la raza no importa», aseguró Franklin tras su triunfo. «Pero la raza importa en América, por la historia, por la esclavitud».

El triple triunfo ocurre en un momento en el que los concursos de belleza, que empezaron a popularizarse en EE.UU. a comienzos del siglo XX, tratan de encontrar un encaje cada vez más difícil en la época de MeToo: privilegian una mayor inclusión -raza, orientación sexual, aspecto- y una menor tratamiento de la mujer como objeto. En los últimos años, Miss USA y Miss Teen USA han permitido participar a mujeres transexuales y Miss America ha eliminado el desfile con bañadores. Las ganadoras de este año han demostrado los esfuerzos en la diversificación de las concursantes por raza, pero todavía queda mucho por avanzar para otras minorías, como la hispana y la asiática.

https://www.abc.es/estilo/belleza/abci-belleza-negra-logra-triplete-eeuu-201905070038_noticia.html
 
INDIA
20 metros de descenso sin cuerda: así arriesgan su vida algunas mujeres para obtener agua en India
Un vídeo grabado el 20 de abril en Badewadi, en el Estado de Maharashtra, muestra su peligrosa bajada a un pozo tras secarse las fuentes por la sequía






Varias zonas del oeste de la India se están recuperando de una grave sequía, por lo que muchas mujeres se ven obligadas a arriesgar su vida para obtener agua para sus familias. El vídeo fue grabado el 20 de abril en el pueblo de Badewadi, del Estado de Maharashtra, donde se puede ver cómo algunas mujeres descienden por un pozo de unos 20 metros de profundidad usando cuerdas sin ninguna medida de protección mientras cargan con cubos en las manos. Las fuentes de agua se encuentran prácticamente secas en 25 aldeas de Trimbakeshwar Taluka, en el distrito de Nashik, según ha informado El Comercio.

https://elpais.com/elpais/2019/05/03/videos/1556880666_610828.html
 
Una activista alemana se enfrenta a 20 años de cárcel por salvar a mil migrantes en el Mediterráneo
Según Pia Klemp, el efecto del juicio es el de «criminalizar» las misiones de rescate marítimo
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Pia Klemp es activista, bióloga y capitana de barco. La joven, de 35 años y nacida en Bonn, Alemania, será juzgada en Italia por ayudar a rescatar a más de mil migrantes en el Mediterráneo. Si es declarada culpable, Klemp podría enfrentarse hasta a 20 años de cárcel y multas por ayudar a la inmigración ilegal.

Más de 100.000 personas han firmado una campaña en la plataforma Change «en solidaridad con todos los valientes y comprometidos ayudantes y para que se haga un llamamiento al ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, para absolver a los rescatistas de inmediato».

Según Klemp, en declaraciones recogidas en «DW», el efecto del juicio es el de «criminalizar» las misiones de rescate marítimo. Además, el barco de la mujer fue incautado en 2017 e Italia le ha prohibido navegar por la costa italiana.

El gobierno de Conte acusa a la activista de estar involucrada en el rescate de un millar de migrantes que intentaban llegar a Italia.

Sin embargo, Klemp asegura que los rescates «estaban en consonancia con la política de las Naciones Unidas». Además, salvar vidas humanas estaría ligado a «las responsabilidades básicas de un capitán de barco».

La bióloga ha asegurado que, en caso de ser condenada, podría llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo, Francia.

https://www.abc.es/sociedad/abci-ac...rantes-mediterraneo-201906141217_noticia.html
 
Hawa Touré, superviviente de ablación: "En la noche de bodas te acuestas con tu marido y el dolor es terrible, pero tienes que aguantar"

La activista mauritana reside en Fuerteventura y ha hecho de su vivencia su lucha a través de la asociación Diambe, dedicada a sensibilizar sobre las consecuencias de la mutilación genital femenina: problemas vaginales, sexuales, depresión o ansiedad
En el mundo, más de tres millones de mujeres y niñas son sometidas a esta práctica: "Las secuelas de la ablación son eternas, yo la sufrí con diez años y no lo olvidaré jamás"
Touré ha hecho de Canarias su campo de batalla por ser un territorio en el que conviven personas procedentes de países donde se ejecuta la escisión: "Muchas mujeres africanas viven aquí y cuando van de vacaciones a su país aprovechan para mutilar a las niñas"

Natalia G. Vargas - Las Palmas de Gran Canaria
21/06/2019 - 21:53h
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Hawa Taoré, activista mauritana que lucha por erradicar la mutilación genital femenina. MANOLO DE LA HOZ

Hawa Touré tenía solo diez años cuando en el interior de una pequeña casa en la ciudad de Kaedi, al sur de Mauritania, sufrió la mutilación genital. Esta tradición vigente en el país desde tiempos inmemorables condenó a la activista a la ablación, al igual que al 70% de las mujeres de su país que quedan abocadas a la escisión desde su nacimiento, según datos de Unicef. "Más allá de las secuelas físicas, las consecuencias psicológicas son eternas", confiesa. Desde 2005 esta práctica es ilegal en Mauritania y, pese a que se trata de una costumbre menguante, sigue ejecutándose en la clandestinidad. En el mundo, afecta aproximadamente a tres millones de mujeres y niñas.

La vida y la lucha de Touré quedaron marcadas por esta vivencia. En la actualidad tiene 43 años, reside en Fuerteventura y preside la asociación de mujeres mauritanas Dimbe, integrada por 18 personas y encargada de desempeñar una ardua labor de sensibilización acerca de la salud sexual femenina. La activista ha hecho de Canarias su campo de batalla por ser un territorio en el que convive una amplia comunidad de personas procedentes de países donde se ejecuta la ablación. "Por ejemplo, hay muchas mujeres africanas que viven aquí y que cuando van de vacaciones a sus lugares de origen aprovechan para mutilar a las niñas", explica.

La sensibilización y la formación constituyen el eje central de su trabajo, no solo mediante charlas formativas impartidas a las potenciales víctimas de esta práctica y a sus familias, sino también a profesionales de los centros de salud y de servicios sociales porque "son quienes tienen contacto directo con ellas". No es una tarea fácil, ya que en el Archipiélago hay "muchas personas que ni siquiera saben lo que es la mutilación", pese a relacionarse día a día con mujeres condicionadas por esta realidad, revela.

Hemorragias, infecciones e incluso la muerte son algunas de las complicaciones inmediatas que puede provocar la ablación, según la Organización Mundial de la Salud. A largo plazo, problemas sexuales, menstruales, vaginales, depresión o ansiedad. La escisión se practica habitualmente a las niñas en edad temprana. Hay ocasiones en las que, cuando llega el matrimonio, el ritual se repite.

"Las mayores dicen que la intención es defender el honor de la familia protegiendo la virginidad", cuenta Touré. Antes de casarse, las mujeres mutiladas no pueden tener relaciones sexuales con ningún hombre. "Lo peor es la noche de bodas, el dolor es terrible cuando te acuestas con tu marido, pero tienes que aguantar", lamenta. El sufrimiento se lleva por dentro y "eso afecta más que el sufrimiento físico, pero es una situación que no es agradable de contar".

En España viven más de 55.000 niñas y mujeres procedentes de países en los que se las mutila, tal y como publicó Médicos del Mundo el pasado 6 de febrero, día mundial contra la mutilación genital femenina. Por su parte, esta asociación ha exigido al Gobierno central un sistema de salud público concienciado en el que se conozca esta práctica y sus consecuencias, con un protocolo integral que garantice la atención especializada no solo a las supervivientes, sino también a familiares.

Este verano, Hawa Touré recorrerá con su asociación Tenerife y Gran Canaria, ya que su activismo se mueve a caballo entre las islas y Mauritania. En los últimos meses ha vuelto a visitar su país de origen en el marco de una investigación sobre la permanencia de la ablación en las distintas regiones de forma ilegal. Sin embargo, confiesa que le ha resultado muy complicado localizar a quienes ejecutan la mutilación genital.

En el país africano hay importantes colectivos de mujeres que luchan por erradicar esta histórica costumbre. Una lucha que trasciende a las aulas, ya que, según cuenta Touré, un amplio grupo de docentes que se ocupa de dar charlas y de recordar a las familias y a las menores las consecuencias de la escisión. Algunos de los países del continente africano en los que la movilización ha logrado que se prohíba la mutilación son Senegal, Níger o Etiopía, entre otros.

https://www.eldiario.es/canariasaho...erviviente-ablacion-acuestas_0_912359316.html
 
Olivia de Borbón: “Si no entro en política es porque soy una leona defendiendo a mi familia”
Hija del duque de Sevilla y pariente del rey Felipe VI, dejó por unas horas su plácida vida familiar en Marbella para acompañar al estilista Alberto Cerdán
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Asegura que le encanta la política y no se pierde un debate. (Instagram)
ANDRÉS GUERRA, BARCELONA
03/07/2019 06:00
Actualizado a 03/07/2019 08:02

Lo que mejor la caracteriza, apellido al margen, es su melena del color de un bosque en otoño. Aunque es hija del duque de Sevilla y alemana por parte de madre, podría pasar perfectamente por una aristócrata irlandesa. Así como Cayetana Guillén Cuervo debe el papel que la lanzó a la fama al hombre a quien ambas acompañan (en la película Más que amor, frenesí), Olivia siempre le agradecerá que rescatase esa naturalidad salvaje y europea que forma parte de su identidad.

Olivia de Borbón y Hardenberg ha viajado a Barcelona para acompañar a Alberto Cerdán en un concurrido acto social en el que el estilista, uno de los preferidos de las famosas, ha explicado los cuidados imprescindibles para cuidar el cabello en verano tras ofrecer una lección magistral de su oficio. Toda una master class. Aprovechamos la circunstancia para preguntarle el porqué de su paso atrás en la agenda social y averiguamos que su ideología, que tiende al azul, es completamente flexible y alejada de prejuicios.

Olivia, muy preocupada por la sostenibilidad, valora el proyecto ‘Madrid Central’ pero censura que se haya hecho tan deprisa y sin valorar otros impactos

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Olivia con su estilista de cabecera, Alberto Cerdán, en su salón de Johann Sebastian Bach en Barcelona. (Cris G. Gabarró)
¿Qué importancia le das a tu cabello en una escala del 1 al 10?

Te diría que un diez porque es muy parte de mí. Es parte de mi identidad y nunca he necesitado cambiarlo por cuestión de trabajo. No soy actriz, no tengo que interpretar a otra persona. Este color es el que me recuperó Alberto Cerdán hace 25 años; pasé por la típica edad de mechas rubias y no sé qué, esas mechas horrorosas que se hacían antes en Madrid, y pude recuperar mi color de niña.

¿Cómo es tu nueva vida en la Marbella? ¿Alguna vez echas de menos el ajetreo de Madrid?

No. En muy contadas ocasiones echo de menos eso de “voy a bajar a la calle y me tomo un café rápido con una amiga”. Es que la tranquilidad que tengo ahora es otro mundo: estoy con mis hijos en el jardín once meses al año, no hay polución, podemos ir a la playa a jugar al aire abierto, no hay ruido de coches y sirenas… La contaminación acústica es lo que más me perturba cuando voy a Madrid. En Marbella no existe. Es una calidad de vida que no se paga con dinero. Y adoro la vida de Madrid, ¿eh? Una ciudad en la que se pueden hacer cosas distintas cada día.

Una contaminación acústica aparejada a otra peor. ¿A favor o en contra de Madrid Central?

Mmm… Estoy a favor de que existan núcleos urbanos peatonales pero creo que se ha hecho muy rápido y se ha perjudicado al pequeño comercio. Se ha ido muy deprisa para ponerse medallas.

Sin embargo, ahora que ya está implantado, el actual consistorio ha comenzado a desmantelarlo.

Yo estoy convencida de que se trata de una reorganización porque es algo complicado. Tienes la almendra central sin contaminación pero alrededor hay el doble. Lo que quitas del centro, lo desplazas. Por otra parte, los coches de gasoil y gasolina contaminan pero las fábricas de coches eléctricos, también. Y las baterías. ¿Dónde las almacenas cuando ya no sirven?

No se trata de Madrid. Peatonalizar el centro se trata de una realidad que ya lleva tiempo funcionando en las principales ciudades europeas.

Sí, es una tendencia general pero bien resuelta. Coches no contaminantes pero ¿los aviones? ¿Y la barbaridad que contaminan los cruceros? Ha de haber una compenetración entre distintas áreas para que sea una solución global.

Ecologista convencida
Quiero que mis hijos no hereden un mar de plástico y puedan ir al campo a pasar una tarde sin correr entre carreteras”

OLIVIA DE BORBÓN
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Al acto también acudió la actriz y presentadora Cayetana Guillén Cuervo. (Cris G. Gabarró)
Te veo muy interesada en la sostenibilidad.

Sobre todo, desde que fui madre. Siempre he sido consciente de la importancia de preservar el entorno. Soy mitad alemana y en Alemania llevan muchísimos años legislando al respecto, usando productos biodegradables, etc. Lo llevo viendo en casa de mi abuela desde que era niña. En España, en 40 años nos hemos dado prisa en todo salvo en esto. Quiero que mis hijos no hereden un mar de plástico y puedan ir al campo a pasar una tarde sin correr entre carreteras.

Con las ideas tan claras, ¿te has planteado alguna vez entrar en política?

Me encanta la política, me fascina, veo los programas de debates y me gusta escuchar opiniones distintas. Son fan de ‘Al rojo vivo’. Aunque soy fiel en mi voto, procuro leerlo todo. ¿Sabes por qué no entro en política? No porque me prejuzguen por mi apellido, sino porque soy una leona defendiendo a mi familia. Y sabemos que por atacarte, hacen daño a tu entorno, a tu familia. Y no es que la mía tenga nada que esconder, pero no soportaría que nadie atacase a mis hijos o a mi marido. No lo permitiría.

Por lo que me has dicho antes, apuesto a que votas azul. Quizá naranja, como tu pelo, pero apuesto por el azul.

(Risas) No soy nada radical en las ideas. Uno de mis mejores amigos es de una ideología completamente opuesta. Si me convencen de que una idea distinta es la mejor, adelante. En lugar de pelearnos por los colores, los políticos deberían hallar soluciones, ya que les pagamos entre todos.

Continúas vinculada a los negocios de tu familia alemana pero has sido imagen de importantes firmas. Fuiste embajadora de Aristocracy, la línea accesible de Suárez. ¿Qué recuerdas de esa época?

Les guardo un cariño tremendo. Estoy muy orgullosa de la labor que hicimos todos. Cambiamos un concepto de joyería: ahora se ve mucho esa joyería asequible integrada en moda pero fuimos los primeros. Hoy viajo mucho menos, la tecnología me permite trabajar muy bien desde casa.

Hablando de Alemania: Ludi Von Salm, con quien se te relacionó hace unos años, acaba de casarse en los Hamptons. No hubiese estado mal darse una vuelta por allí, ¿no?

(Risas) No podría ir, con dos niños… Pero si me hubiesen invitado, ¿por qué no? Somos amigos desde hace mucho tiempo y tenemos un montón de amigos en común; él es íntimo de mis primos alemanes. No sé quién se inventó que aquello fue una relación. No llegó a tanto: fue algo divertido y ya está. Y no se terminó por malos rollos; cada uno vivía en un país y nada más.

Sin rencores
Sobre el asombroso parecido de su vestido de novia y el de Belén Esteban: “Bueno, quizá no estuvo acertado por parte de la diseñadora y podría haberse hecho algo para que coincidiese tanto. Pero es triste que sobre tu boda salgan cosas feas, así que deseo lo mejor a todo el mundo porque, al fin y al cabo, es un vestido precioso”

OLIVIA DE BORBÓN
El próximo mes de octubre se cumplirán cinco años de tu boda con Julián Porras. ¿Qué balance haces?

Maravilloso. Tengo un marido que, de verdad… Es un caballero: me cuida, me adora, me defiende, es el mejor padre. Mejor que el primer día porque me ha dado lo más preciado que tengo, mis hijos. Y porque veo cómo ellos le miran. Por eso me he alejado de la vida pública, porque no me quiero perder ni un segundo: fiestas seguirá habiendo dentro de cinco y de diez años pero mi hija solo ha aprendido a caminar una vez y mi hijo solo ha aprendido a decir papá y mamá una vez. Y quiero estar presente. Es lo que he elegido.

A propósito de fiestas, estoy seguro de que te habrá llegado el comentario y quisiera saber qué piensas: ¿Qué opinas de que el vestido de novia de Belén Esteban fuese tan parecido al tuyo, un Pronovias Atelier?

Exactamente, creo que el primero que hizo Hervé Moreau al incorporarse a la firma. La verdad es que no quería hablar de este tema, por varias razones: no me gustan las polémicas, especialmente por tonterías, que al final es eso, y porque el día de una boda es de la novia y es su día más feliz. Y no pretendo enturbiar y crear más polémica porque a mí me hubiese dolido. Yo quería ir como una princesa porque ese día me sentía así; y es un vestido de corte princesa. ¿Que se parece más o menos? Bueno, quizá no estuvo acertado por parte de la diseñadora y podría haberse hecho algo para que coincidiese tanto. Pero es triste que sobre tu boda salgan cosas feas, así que deseo lo mejor a todo el mundo porque, al fin y al cabo, es un vestido precioso.



Original:
https://www.lavanguardia.com/gente/20190703/463252829101/olivia-borbon-entrevista.html
 
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