Mujeres con una vida poco común

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Anna Leonowens
fue una institutriz británica que se hizo famosa por sus publicaciones sobre los cinco años que había pasado en Siam para poder dar clase de inglés a los niños del rey Mongkut. Su biografía ha sido llevada al cine en dos ocasiones. En la primera Deborah Kerr interpretó su papel en “ El rey y yo “ y más recientemente Jodie Foster, en la película “ Anna y el rey”, se metió en la piel de esta extraordinaria mujer.


A pesar de que afirmaba haber nacido en Caernarfon, País de Gales, como Anna Harriette Crawford, recientes investigaciones han descubierto que no hay ningún registro de su nacimiento allí, noticia que fue un duro golpe para la ciudad, que hacía tiempo que la reclamaba como uno de sus nativos más famosos. La versión oficial de su historia dice que a la edad de quince años viajó a la India para vivir con su madre, que había vuelto a casarse después de la muerte del padre de Anna, un capitán del ejército, en acción. Había pasado los años en el internado y en casa de familiares. Pero ahora se cree que pudo haber nacido en la India en 1831, de familia deraza mixta, y que su nombre de soltera era Anna Edwards. Posiblemente quiso ocultar sus orígenes humildes al escribir que ella había nacido una Crawford en Caernarfon y al otorgarle a su padre rango de capitán. De esta manera no sólo se protegía a sí misma, sino también a sus hijos, que habrían tenido mayores oportunidades si se desconocía sus orígenes mixtos.


La relación de Anna con su padrastro no era feliz, y más tarde lo acusó de ejercer presión sobreella, como su hermana, para casarse con un hombre mucho mayor. La joven vivió en el lejano Oriente y aprendió hablar con fluidez sánscrito, hindi, persa y árabe. De regreso con su familia a la India, se casó, a la edad de diecisiete años, con su novio de la infancia, Thomas LouisLeonowens. En 1852, Anna sufriría la pérdida de su primer hijo y comenzó a sentirse enferma. Se le prescribió un cambio de clima y el matrimonio viajó hacia Australia. El viaje desde Singapur fue largo y la joven dio a luz un hijo, Thomas, a bordo. Sobrevivieron a un naufragio en el Cabo de Buena Esperanza y días más tarde, llegaron a Perth, donde su esposo encontró rápidamente trabajo como empleado en la administración colonial.





En Perth, Anna, intentó poner en marcha una escuela para señoritas. En marzo de 1854, su hijo murió y, en ese año, vino al mundo su hija Avis Annie. En 1855, la familia se trasladó a Lynton, en donde Anna dio a luz a su hijo Louis. Dos años después, la familia se trasladó a Singapur. En 1859, Anna se quedó viuda y pobre. Para mantener a sus dos hijos retomó la docencia y abrió una escuela donde estudiaban los hijos de los oficiales británicos. En enero de 1862, el cónsul de Siam en Singapur fue a visitarla. La dama escuchó con atención su propuesta. Al parecer, el reyMaha Mongkut de Siam estaba buscando una institutriz inglesa que se encargara de la educación de su hijos y querían saber si ella estaría interesada en aceptar el cargo.


La señora Leonowens era una viuda de treinta y un años, con dos hijos pequeños a los que mantener, y los oficiales con frecuencia se olvidaban de pagar las cuentas. Su precaria situación económica la animó a aceptar la insólita oferta, y tres semanas después, en compañía de su hijo pequeño Louis, abandonó Singapur en un barco de vapor rumbo a Bangkok. Durante cinco años trabajaría como institutriz de los sesenta y siete hijos y de las muchas esposas y concubinas del rey de Siam.


El monarca tenía un carácter complejo. Culto e inteligente, estaba, sin embargo, limitado por su propia educación y tradiciones. Éste debía tener un cierto grado de respeto por la mujer europea, de otro modo no la hubiera empleado como uno de los maestros a quienes confió la educación de sus muy amados hijos. La vida en palacio no fue fácil para esta mujer independiente y de estricta moral victoriana, que detestaba la esclavitud y los harenes. Gracias a su tenacidad, consiguió tener su propio hogar fuera de los muros de palacio y gozar de cierta libertad. Esta dama se ganó el respeto del rey y sus opiniones sobre la dignidad del ser humano calaron hondo en Mongkut y su hijo el príncipe heredero. Siempre tuvo el valor de decir lo que pensaba y de interceder ante el rey por alguna de sus esposas o esclavas.



Anna no fue sólo institutriz en la corte sino que se convirtió en la secretaria privada y traductora del rey Mongkut. Su trabajo era de máxima responsabilidad, ya que llevar la correspondencia del rey era un asunto serio y de vital importancia para impulsar las relaciones entre Siam y las grandes potencias como Inglaterra. Y agotador, porque como cuenta la propia Anna, el rey requería de sus servicios a cualquier hora del día. A pesar de todo aceptó el encargo pero con una sola condición: ya que tenía que trabajar en la misma habitación que el rey debía permitírsele estar derecha en su presencia y no postrada como sus súbditos. La institutriz también le fue muy útil al rey de Siam para organizar recepciones a importantes autoridades inglesas.


La marcha de Anna de Siam no tuvo, como popularmente se cree, nada que ver con la muerte del rey, y él no le suplicó que permaneciera. Además, ella estaba en el proceso de negociar el regreso a su corte cuando éste se puso enfermo y murió. El príncipe Chulalongkorn, con quince años, le escribió una cálida carta de agradecimiento por sus servicios, pero no la invitaba a volver a Siam. Que el rey tuvo a Anna en alguna estima se manifiesta por el hecho de que, tanto ella como su hijo, fueron mencionados ambos en su testamento, aunque nunca recibirían su legado. Anna no regresó a Siam desde su partida en 1867, pero siguió de cerca los avances y reformas que introdujo su pupilo el príncipe Chulalongkorn, entre otras, algunas por las que ella tanto había luchado, la abolición de la esclavitud, la libertad religiosa, la creación de escuelas y hospitales.


La hija de Anna se casó con Thomas Fyshe, un banquero escocés que puso fin a las preocupaciones monetarias de la familia. Su hijo Louis regresó a Siam en 1882, tenía el mismo espíritu inquieto y aventurero que su madre y el nuevo rey le nombró en su recuerdo oficial de su caballería. Anna vivió sus últimos años escribiendo artículos sobre sus experiencias en la corte del rey Mongkut, dando conferencias y codeándose con los más importantes intelectuales de Nueva York. Llegó incluso a trabajar como enviada especial, cuando en 1881, y tras el asesinato del zar Alejandro II, una publicación la contrató para viajar a Rusia y escribir varios artículos. No aceptó un puesto fijo en la redacción porque por aquel entonces esta incansable viajera deseaba pasar más tiempo con sus nietos y dedicarse a su familia. Anna Leonowens murió el 19 de enero de 1915, a los 83 años de edad. Fue enterrada en el cementerio de Mount Royal en Montreal.
 
Mil gracias a todos.:a04:
No solo se trata de cotillear este foro, aquí esta la prueba.
 
Anita Delgado fue una bailarina y cantante de cuplés que llegó a convertirse en princesa de Kapurthala. Nació en Málaga el 8 de febrero de 189O. Era hija de Angel Delgado y Candelaria Briones que regentaban un pequeño café "La Castaña", en el que la niña muy pronto mostró sus inquietudes artísticas. Junto a su hermana Victoria ingresó en la Academia de Declamación malagueña, recomendadas por el escritor Arturo Reyes, que era amigo de su padre y profesor de dicha institución. Hasta que la mala situación familiar les obligó a traspasar el local y marchar a Madrid donde concentraron sus ilusiones.



En Madrid, ella y su hermana fueron contratadas para hacer de teloneras y bailar entre pase y pase de las artistas del café-concierto Central-Kursaal donde los intelectuales y artistas solían acudir. Las dos hermanas actuaban todas las noches con el nombre de Las Hermanas Camelias.Entre los intelectuales y artistas que admiraron la belleza de las dos hermanas estaban Ramón María del Valle-Inclán, Pío Baroja y Julio Romero de Torres. En este escenario del Kursaal un notable espectador quedó prendado de ella, se trató del Maharajá de Kapurthala, Jegait Singh,príncipe indio que acudió a Madrid con motivo de la boda del joven rey Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg. El Maharajá tenía treinta y cuatro años y contaba con cuatro esposas en su palacio de Kapurthala. Le envió joyas y dinero que la muchacha rechazó indignada.


Tras el atentado de Mateo Morral a los Reyes de España, los invitados se apresuraron a regresar a sus países. Desde Francia, el Maharajá insistía y pedía a Anita que se casara con él. En un principio no aceptó, pero en una de las cartas que le envía le comunica que se casará con él. Anita había enseñado esta carta a sus amigos Romero de Torres y Valle-Inclán para que le corrigieran la ortografía antes de ser enviada a Francia. Valle-Inclán redactó una nueva misiva que convertía la aceptación de matrimonio de Anita en una poética declaración de amor hacia el Maharajá. Con dinero y promesas de una vida mejor, el Maharajá convenció a los padres de Anita para que dejaran que se trasladara a París, donde durante el siguiente año recibiría la educación necesaria que una princesa debía tener.



Después viajó a la India donde se casó el 28 de enero de 1908 a la edad de dieciocho años. La ceremonia será recordada por su fastuosidad pues la novia llegó montada en elefante, adornada de mirra y sedas. Anita se encontró con un país completamente distinto al suyo, con gentes distintas, con tradiciones distintas y con una gran boda. Lujo, joyas, criados... Las esposas anteriores de su ya marido nunca la acogieron bien y los británicos tampoco, a pesar de la gran curiosidad que sentían por ella. El Maharajá estuvo muy pendiente de Anita y se desvivió para que ella estuviera bien. Tuvieron un hijo, Ajit, al que enseñó el idioma español. Durante años fueron una pareja de moda, viajaron mucho a Europa, Estados Unidos y Sudamérica generando siempre una gran expectación, nubes de paparazzi les perseguían allá donde iban. Rápidamente Anita se adaptó a la vida que le ofrecía su marido y a las normas que su nueva situación le exigía.



En 1914 debido al comienzo de la Primera Guerra Mundial, su marido viaja a Europa para ponerse al servicio del ejército británico, Anita le acompaña haciendo importantes donativos a los hospitales franco-británicos. Las relaciones en el matrimonio comenzaron a enfriarse. El Maharajá, poco a poco, fue prestando menos atención a Anita y volvió a tener nuevas amantes. Ella se enamoró de un hijo de él, Karan. Como consecuencia de esta relación, Anita se quedó embarazada siendo obligada a abortar por su marido. En cuanto ella se repuso de la grave anemia causada por el aborto, el Maharajá se divorció de ella prohibiéndole volver a la India pero siempre le pasó una cuantiosa pensión para que pudiera seguir viviendo en Europa con el lujo al que se había acostumbrado. Anita se instala en París con su hijo nacido unos años antes. Una vez en París asiste a bailes y fiestas, donde lleva una vida disipada y bastante díscola.



Tras la guerra civil española Anita se trasladó a vivir a Madrid donde vivió muy holgadamente gracias a la pensión que recibía puntual y generosamente de su ex esposo, que quería que esta siguiera viviendo como una princesa. Karan, el hijo del Maharajá, siempre que viajaba a Europa solía visitarla viviendo un gran idilio que jamás pudo llegar más allá de los encuentros esporádicos y secretos, hasta que él se casó con una inglesa. La muerte de su ex marido en 1949 la afectó profundamente. Vivió un amor secreto y tranquilo con su secretario, Ginés Rodríguez, hasta su muerte en 1962 debida a sus dolencias coronarias. Anita escribió un libro de sus impresiones en la India. Su biógrafa oficial Elisa Vázquez de Gey escribió tres libros sobreAnita Delgado, la Princesa de Kapurthala.


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Estas són algunas de las joyas que pertenecerón a Anita. La primera era su preferida y está en la fotografia del hilo, la otra pertenecia al elefante preferido del Marája, usada durante los cerimonilaes (ver fotografia) y fué muy dificil para Anita que el Marajá le regalara. Salieron a subasta hace unos años.
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Con permiso os dejo la biografía de esta mujer.
Era prima de mi abuela y en casa se guardaban infinidad de fotos de ella.
Saltó muchas normas de la época por sus escándalos.


Manuela Tejedor Clemente, La Preciosilla


Y de entre todas las estrellas y divas del cuplé de primeros de siglo, destacó una figura, la de Preciosilla, y no por su voz precisamente, si no por su alocada forma de vida y su carrera llena de críticas y escándalos.

Manuela Tejedor Clemente nace en 1893 en Calatayud, en la provincia de Zaragoza, al igual que Raquel Meller. Siendo niña se trasladó con su familia a Madrid, dónde una tía suya paterna regentaba una pensión que frecuentaban artistas de la época, entre otras, Pastora Imperio. Y siendo muy joven, fallece su padre, y su madre no tiene más remedio que poner a sus dos hijas a trabajar. Manuela llevaba tiempo preparándose en clases de canto y baile, solamente llegó a destacar en el baile. Debutó a los 15 años en el Petit Palais de Madrid teniendo un éxito clamoroso. Aún así nunca llegó a ser la primera estrella. De su debut saldrían nuevos contratos, nuevas actuaciones por distintos teatros de la capital, entre ellos el Royal Kursaal o el Teatro Nuevo.

En 1911 fue denuncia por movimientos obscenos por representar estos un atentado a la moral. Fue absuelta de esto. Quién se fijó en sus movimientos, en su potencial, no como cantante si no general, fue el compositor Quinito Valverde que acompañó a la cupletista en su carrera hasta su pronto fallecimiento en 1918. De mano del joven compositor debutó en París, donde obtuvo un discreto reconocimiento, y a su vuelta, más actuaciones en Madrid, San Sebastián, Barcelona o Valencia. Después vendría una gira por Cuba de cinco meses de duración, volviendo ya como una gran artista consolidada. Y sin embargo, pese a ser una artista tan reconocida, la polémica no dejó de acompañarla y las malas críticas a sus actuaciones tampoco. Relanzó un poco más su carrera compartiendo escenario con La Chelito, sin lugar a dudas una cumbre de divas. Su hermana, Mercedes, que fue conocida como Mussetta tuvo una carrera siempre a la sombra de su hermana.

Acusada de vividora, amante de los trajes carísimos para sus actuaciones, del champán, de los cangrejos, de las joyas, y de la fama, nunca tuvo una seria relación sentimental, solamente se le conocen breves romances con hombres adinerados, diputados, políticos en general, militares y gente en general pudiente. Sus actuaciones dónde mostraba esa voz tan poco modulada y su escaso talento, tenía sin embargo el respado del público que la aclamaban en cada actuación. Su repertorio destacaba por las rumbas eróticas. Grabó decenas de discos en la segunda y tercera quincena del S. XX destacando su larga carrera sobre los escenarios.

En sus años de mayores éxitos, rivalizó y polemizó con la bailarina Pastora Imperio, a la que había conocido en la pensión de su tía Enriqueta Tejedor, sobre Preciosilla, la Imperio dijo en cierta ocasión "Preciosilla... ¿Qué furcia será?" Y ya con unos años encima, sus apariciones sobre los escenarios fueron disminuyendo en número, su cuerpo otrora admirado representaba ya la edad que tenía y el público, que cambiaba de gustos pronto dejó de verla como una diva. Como casi toda diva del cuplé, esta fue muy de derechas, y el estallido de la Guerra Civil le sorprendió de lleno en Madrid, de dónde no pudo salir, actuó para las tropas republicanas e incluso llegó a ser denunciada y amenazada por alguna loca anarquista marxista y sus bienes fueron confiscados en aras de la causa republicana. Sin embargo, finalizada la contienda, Preciosilla dejó de actuar, decidió vivir del dinero que había conseguido (y recuperado) a lo largo de su carrera, y dedicó parte de su fortuna a actividades piadosas.



Fallecería repentinamente a los 59 años, sin tiempo para hacer un testamento. Dejaría a su hermana 5 millones de pesetas de la época, dinero con el cual su hermana Mercedes, al poco de su muerte mandó construir un impresionante mausoleo.

Preciosilla y Chelito, las provocadoras
 
Enriqueta Faber.


No son pocos los casos de mujeres que en siglos pasados para poder ejercer la profesión escogida tuvieron que vestir ropas de hombre; pero ninguna ha sido objeto de tantas y tan diversas y controvertidas opiniones como es el caso de Enriqueta Faber. Mujer emancipada e intrépida, se hizo pasar por hombre para estudiar medicina en París, participó en las guerras napoleónicas, emigró a Cuba donde ejerció como médico ocultando su feminidad, y para no levantar sospechas, se casó con una mujer pobre y enferma, hasta que fue descubierta. No existe ni una sola imagen de esta mujer extraordinaria, pero han quedado un buen numero de novelas, obras de teatro, biografías y una película cubana que se presentó en el Festival de cine en el año 2000.


Enriqueta nació en Lausana, Suiza, en 1791. Sus abuelos fueron Juan Faber e Isabel Caven, quienes eran muy ricos y aficionados a las artes. La muchacha de finos modales, cuatro pies y diez pulgadas de estatura, piel blanca, mejillas rosadas, ojos azules, cabellos rubios, nariz abultada, boca y frentes chicas, quedó huérfana y arruinada a los 16 años de edad y pasó al amparo de su tío Enrique, Barón de Avivery y coronel del ejército francés. Desde entonces vivió en la casa del tío Barón, en Paris, hogar donde abundaban las fiestas y tertulias. Allí conoció al oficial de cazadores Juan Bautista Renaud, con quien se casó, matrimonio del que nació un niño. Algunas versiones dicen que el pequeño murió a los 8 días después del parto y otras que fue arrancado de los brazos de su madre para ser entregada a una baronesa incapaz de procrear.

En 1808, Juan Bautista, oficial del ejército napoleónico marchó a Austria. Como otras esposas de militares, Enriqueta lo acompañó. El militar murió en la batalla de Wagram y la joven quedó viuda con sólo 18 años, momento en que resuelve no depender más ni de su tío ni de ningún hombre. Tuvo incluso la idea de "hacer enterrar ocultamente a mi marido y declararme el sustituto de su persona". No pudo, contrajo viruelas y fue evacuada a Francia. Decidió vestir de hombre y estudiar medicina en la Universidad de París, bajo el nombre de Enrique Faber. Junto a otros graduados fue enviada a los ejércitos que trataban de conquistar Rusia. En los campos de batalla asistió a los heridos, pues su tío la incorporó a su regimiento como cirujano.



Después pasó al frente español, murió su tío y fue hecha prisionera, logrando escapar sin que se descubriera su s*x*. Cansada de guerras y cumpliendo el encargo de su tío de buscar a su esposa, Enriqueta abandonó Europa. En 1816 viaja a la isla de Guadalupe y ejerce su profesión en Fort Louis. No encuentra a la baronesa, quien entusiasmada por la prosperidad de los cafetales cubanos se había trasladado a Santiago de Cuba. Nueva travesía. El 19 de enero de 1819 Enriqueta llega a la ciudad de Santiago de Cuba, a bordo del velero La Helvetia. No demoró en la ciudad, ya que prefería un lugar recóndito donde despertara menos curiosidad su aspecto delicado, por lo que escogió a Baracoa. Muy valiente y segura de sí misma, Enriqueta siguió practicando la medicina, siempre vestida de hombre, logró mucha reputación por su alto nivel profesional y era muy querida, pues asistía a pacientes gratuitamente, de las zonas más pobres de la isla. Su filantropía también la llevó a impartir instrucción a un grupo de analfabetos, esclavos y libertos de raza negra.

Su soltería, aire de mundo y capacidad profesional debieron resultar muy atractivos a las casamenteras locales. Antes de rechazar a alguna señorita de sociedad, Enriqueta optó por lo que parecía la solución ideal, le propuso matrimonio a la veinteañera Juana de León, una muchacha huérfana y pobre que padecía de tuberculosis, a quien le pidió “vivir casados” pero como “buenos amigos”, pues al estar tan débil la enferma no podía dedicarse a cumplir con sus deberes como esposa.

El 11 de agosto de 1819 se efectuó la boda en la Iglesia Parroquial de Baracoa, quedando asentado en el libro de matrimonios de los residentes blancos. Poco tiempo después, su éxito como “médico” despertó la envidia de los colegas, quienes le prohibieron practicar la medicina hasta que pasara las pruebas de rigor, porque se decía que su título era falso y que pertenecía a un pariente fallecido en las batallas de Napoleón. Al mismo tiempo, la buena alimentación y los cuidados extremos reanimaron a Juana, quien ya no se conformaba con su pasivo papel de amiga.



Enriqueta viajó a La Habana a entrevistarse con el Gobernador, teniente general Juan Manuel Cagigal, quien el 22 de marzo de 1820 le otorgó la carta que le permitía residir y trabajar en cualquier lugar de la Isla. Un mes después, el Tribunal Protomedicato le dio el aval para ejercer su profesión, otorgándole además el cargo de Fiscal del Protomedicato en Baracoa, que lo facultaba para velar porque los médicos del territorio poseyeran las cualidades profesionales requeridas. Un nombramiento que no fue bien aceptado en la Villa, porque no entendían que un extranjero ostentará tal título. Todos los pasos de Enriqueta estuvieron acompañados de chismes e intrigas, situación que empeoró cuando Juana se enteró por fin de su condición de mujer y ella le confesó la verdad, rogándole guardar silencio y vivir como hermanas.

En mayo de 1822, Enriqueta partió sola y fijó su residencia en el pueblo de Tiguabos. Los rumores acerca de su feminidad la siguen. Unas palabras indiscretas de su lavandera revuelven los ánimos. Enriqueta desesperada comete grandes errores. Pretende demostrar virilidad buscando la compañía de gente soez amiga del alcohol y enzarzándose en disputas. En enero de 1823, Juana de León, verdaderamente ofendida o simplemente temiendo a la justicia, pidió la anulación del matrimonio y presentó querella criminal contra Enriqueta Faber, mediante el licenciado Garrido, que había sido el padrino de la boda. Enriqueta fue presa en febrero y se ordenó su reconocimiento por los facultativos, lo que ella trató de impedir confesando su verdadero s*x*, pero el examen se realizó. En la cárcel trató de envenenarse por haber llegado hasta ella el rumor de que se le iba a pasear desnuda por las calles. En junio de ese año un tribunal de Santiago de Cuba dictó sentencia, condenando a Enriqueta Faber a diez años de prisión en la Casa de Corrigendas situada en la Habana, y posteriormente ser deportada a cualquier punto en el extranjero.




Enriqueta apeló de esta sentencia a la Audiencia de Puerto Príncipe, escogiendo como defensor al licenciado Manuel Vidaurre, quien se interesó por ella. De su brillante informe son estos párrafos: “Enriqueta Faber no es una criminal. La sociedad es más culpable que ella, desde el momento en que ha negado a las mujeres los derechos civiles y políticos, convirtiéndolas en muebles para los placeres de los hombres. Mi patrocinada obró cuerdamente al vestirse con el traje masculino, no solo porque las leyes no lo prohíben, sino porque pareciendo hombre podía estudiar, trabajar y tener libertad de acción, en todos los sentidos, para la ejecución de las buenas obras. Qué criminal es ésta que ama y respeta a sus padres que sigue a su marido por entre los cañonazos de las grandes batallas, que cura a los heridos, recoge y educa a los negros desamparados y se casa nada más que para darle sosiego a una infeliz huérfana enferma? Ella, aunque mujer no quería aspirar al triste y cómodo recurso de la prostit*ción...” En este momento el fiscal interrumpió irónicamente y dijo, “debe ser una santa”, pero el defensor repuso rápidamente, “o mejor una víctima”.

La Audiencia le rebajó la condena de diez a cuatro años de servicio en el Hospital de Paula de la Habana, vistiendo traje de mujer, y que después saliera deportada del territorio español. Esta condena significó el desplome total de su vida, convirtiendo a la pacífica y bondadosa Enriqueta Faber en irascible y pendenciera. Por tratar de escaparse del hospital, se le envió a la casa de Recogidas San Juan Nepomuceno y posteriormente por intervención del Obispo de Espada, fue deportada a los Estados Unidos. Existen diferentes versiones de lo que pasó después con Enriqueta Faber, unos dicen que murió manteniendo el s*x* masculino y que fue conocido en Estados Unidos como el doctor suizo, pero la versión más aceptada es que en 1844 se dirigió a Veracruz vestida con el hábito de las Hermanas de la Caridad, respondiendo al nombre de Sor Magdalena, donde trabajó como portera. Después pasó a Nueva Orleáns, donde acabó sus días asistiendo a los enfermos. Se supone que falleció en 1856.
 
Ay cotis! Me decepcionan si recien se enteran de la existencia o vidas apasionantes de mujeres como Leonor de Aquitania, Frida Kahlo y tantas otras (quien no ha visto Ana y el Rey de Siam?)
Confieso que algunas de las piratas si eran nuevas para mi ( tampoco tan interesantes) o una tal Maria Sabina que no podemos comparar con las grandes mujeres de la historia
en fin....
 
HILDEGARDA DE BINGEN

Recientemente, un disco titulado “ Hildegard von Bingen: Canticles of Ecstasy ” ha gozado de gran éxito en Europa y en los Estados Unidos, tanto más inesperado cuanto que su contenido se limita a los himnos de Hildegarda de Bingen, una abadesa alemana del siglo XII. Lo que muchos ignoraban es que no sólo es la mística más importante de la Edad Media, sino también fue médico, compositora y escritora. Desarrolló una intensa labor religiosa, científica, artística e incluso política, fundó dos monasterios y mantuvo correspondencia con reyes, emperadores y papas. Escribió varios libros, algunos de ellos enciclopédicos, incluido dos tratados sobre ciencia y medicina. Una de las mentes más prolíficas y sorprendentes de la religión, el arte y la ciencia de todos los tiempos. Es conocida como la Síbila del Rin



Nació en 1098 en Bermersheim, Alemania. Última de los diez hijos de un matrimonio de la nobleza local, sus padres consideraron que había que regalarla a Dios como “diezmo”. A los seis años comenzó a tener visiones que siguieron durante el resto de su vida. Fue entregada al monasterio de Disibodenberg, que se encontraba bajo la órdenes de Jutta de Spanheim, quien se encargó personalmente de su educación. Así, tuvo un profundo aprendizaje de latín, griego, liturgia, música, oración y ciencias naturales, y además mantenía una disciplina ascética. Más tarde, a la edad de quince años, Hildegarda profesó como monja en este lugar. Cuando Jutta murió en 1136, Hildegarda fue elegida abadesa de la comunidad a la edad de treinta y ocho años.



Como las visiones continuaban, el monje Godfrey, su confesor, lo reveló a su abad, el cual lo comunicó al arzobispo de Maguncia, que examinó sus visiones con sus teólogos y dictaminó que eran de inspiración divina, y le ordenó que comenzase a escribirlas. Hildegarda tenía dudas sobre la oportunidad de escribir o no lo que percibía, y recurrió a San Bernardo de Clavaral, fundador de monasterios y uno de los grandes doctores de la Iglesia, con el que en el futuro mantendría una fluida relación epistolar, para que la aconsejara. No sólo recibió la aprobación de este santo, sino también la del Papa Eugenio III, quien autorizó la publicación de sus obras.


De los libros que escribió, se destacan: Scivias, de carácter místico; Liber Vitae Meritorum, sobre ética, y Operatione Dei, sobre teología. Otro de sus libros, el Liber Simplicis Medicinae es importantísimo para la medicina, pues en él se hace un acercamiento a la ciencia de curar desde una perspectiva global, incluyendo conocimientos de botánica y de biología. De la misma forma, el Liber Compositae Medicinae trata sobre las enfermedades, pero desde el punto de vista teórico, explicando sus causas y síntomas. Hildegarda no sólo se dedicó a escribir, sino que además compuso música gregoriana y escribió setenta y siete canciones, aproximadamente, y una ópera Ordo Virtutum. Como compositora fue más allá de las normas de la música medieval, otorgándole un nuevo lenguaje.




Su fama hizo que su comunidad creciera, de modo que tomó la decisión de establecer a sus monjas en un monasterio propio, para lo que fundó un convento en Rupertsberg, cerca de Bingen. Fue el primer monasterio de monjas autónomo, pues hasta entonces siempre habían dependido de otro de varones. Entre 1147 y 1150, las monjas se trasladan a su nuevo monasterio. Los monjes de Disibodenberg se opusieron a este traslado, pues veían disminuidas las rentas y la influencia de su monasterio, pero la tenacidad y energía de Hildegarda venció todas las dificultades y en 1150 el Arzobispo consagró el nuevo monasterio, que siguió atrayendo numerosas vocaciones y visitantes. En 1165, y debido al incremento de monjas en el convento de Rupertsberg, parte de ellas se transladaron al cercano convento de Eibingen, entonces vacío.



Se conservan casi 400 cartas a personas de toda índole que acudían a ella en demanda de consejos como árbitro que dirimiese sus contiendas. Se conservan las cartas cruzadas con dos emperadores, Conrado III y su hijo y sucesor el emperador Federico I Barbarroja, con los Papas, Eugenio III, Anastasio IV, Adriano IV y Alejandro III, con el Rey inglés Enrique II y su esposa Leonor de Aquitania, y una larga serie de nobles, cardenales y obispos de toda Europa, a quienes aconsejaba y si era necesario reprendía, escuchada por todos como referencia moral de su tiempo.





Hildegarda realizó al menos cuatro grandes viajes fuera de los muros del convento a instancias de los prelados de diversos lugares. En ellos predicó en iglesias y abadías sobre los temas que más urgían a la Iglesia: la corrupción del clero y el avance de la herejía de los cátaros. Fue la única mujer a quien la Iglesia permitió predicar al pueblo y al clero en templos y plazas.



Murió el 17 de septiembre de 1179 y fue sepultada en la iglesia de su convento de Rupertsberg del que fue Abadesa hasta su muerte. Sus reliquias permanecieron allí hasta que el convento fue destruido por los suecos en 1632. Actualmente sus restos se encuentran en Eibingen.





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Ay cotis! Me decepcionan si recien se enteran de la existencia o vidas apasionantes de mujeres como Leonor de Aquitania, Frida Kahlo y tantas otras (quien no ha visto Ana y el Rey de Siam?)
Confieso que algunas de las piratas si eran nuevas para mi ( tampoco tan interesantes) o una tal Maria Sabina que no podemos comparar con las grandes mujeres de la historia
en fin....
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No estamos hablando de grandes mujeres de la Historia, estamos poniendo ejemplos de mujeres que han vivido vidas poco comunes, es decir, que no se han dedicado a ir a la peluquería, tener un trabajito o dedicado a cuidar a su familia sin mas. Es decir, a mujeres que por una u otra cosa no han tenido una vida convencional. Las habrá interesantes, menos interesantes, admirables, repulsivas, cultas, incultas, bellas, feas, madres, vírgenes, monjas, ateas, negras, blancas y amarillas.
Y al que no le guste el hilo, pues que lo obvie, de la misma forma que otros obviamos lo que no nos interesa.
 
Ay cotis! Me decepcionan si recien se enteran de la existencia o vidas apasionantes de mujeres como Leonor de Aquitania, Frida Kahlo y tantas otras (quien no ha visto Ana y el Rey de Siam?)
Confieso que algunas de las piratas si eran nuevas para mi ( tampoco tan interesantes) o una tal Maria Sabina que no podemos comparar con las grandes mujeres de la historia
en fin....
Tranquila, sin decepciones, las conocemos, aunque no todas. Tal vez conozcan otros temas que ni imaginamos.
saludos cordiales

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La Primera Programadora de la Historia.


ADA LOVELACE. (ADA AUGUSTA BYRON KING )
Inglaterra 1815 - 1852

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Ada Augusta Byron, también llamada Lady Lovelace, fue uno de los personajes más interesantes de la historia de la computación; extraordinaria matemática inglesa del siglo XIX, capaz de idear algoritmos para máquinas electrónicas antes, incluso, de que existiese la electricidad.

Su historia, a pesar de corta, es peculiar y significativa. Fue una mujer adelantada a su tiempo, imbuida por el influjo de las ideas clásicas de la sociedad victoriana de su tiempo y relegada a un segundo plano por su papel de mujer.


Nació en Londres, el 10 de Diciembre de 1815, siendo hija del ilustre poeta inglés Lord Byron.


Ada no conoció a su padre, debido a que su madre, Annabella (Anna Isabella) Milbanke Byron, y Lord Byron, decidieron caminar por senderos separados cuando Ada apenas contaba con dos meses de edad, y es que las malas lenguas explican que la madre biológica de Ada era una persona inaguantable, hipocondríaca y totalmente neurótica, y Lord Byron un hombre que no se dejaba atar por una mujer (sus escarceos amorosos son muy conocidos y su “affair” con su medio hermana provocó esta separación). Así, su matrimonio no duró más de un año y en la separación, la madre de Ada consiguió la custodia; algo que le preocupaba en suma, ya que no tenía intención de que su hija se convirtiera en un poeta bohemio como su padre.


Tras la separación, Lord Byron se marchó hacia Suiza, luego Italia y más tarde Grecia. Se comenta que cuando Anabella dio a luz a Ada, Lord Byron le hizo a un amigo el siguiente comentario: “" Espero de los dioses hagan de Ada cualquier cosa menos poeta, es suficiente conque haya un loco en la familia, es suficiente"


A pesar de no haber conocido a su padre, éste mantenía una intensa correspondencia con su hija. Lord Byron le escribía a menudo y homenajeaba a su hija en sus continuas obras poéticas; así, no es extraño encontrar el nombre de Ada entre las heroínas de las obras del escritor. Esto continuó así hasta la muerte de su padre (murió en Grecia), cuando ella contaba con tan solo ocho años de edad.


La madre de Ada quería alejar lo más posible a su hija de todo lo que tuviera relación con su padre. Así, acercándole a las ciencias, la alejaba de las letras (o eso pensaba ella). Hay una curiosidad respecto a este tema. Lord Byron, a pesar de que no compartía ni entendía la afición de su esposa por las matemáticas, se llegó a referir a ella como "la “princesa del paralelogramo”".


Pero ya en su juventud Ada comenzó a presentar problemas de salud que gracias a su gran fuerza de voluntad consiguió superar. De hecho sus piernas quedaron totalmente paralizadas cuando era muy jovencita (alrededor de los 14 años) y pasó un largo lapso de tiempo tumbada en la cama, sufriendo las técnicas medicinales de la época a base de sanguijuelas; pero gracias a su tesón consiguió superar la enfermedad, fortalecer sus piernas y convertirse en una excelente amazona (aparte de la equitación amaba la gimnasia y el baile). Desafortunadamente los problemas de salud le seguirían acompañando durante toda su corta vida, entre ellos el asma.


El 8 de julio de 1835 se casó con William King, octavo barón de King, nombrado más tarde Conde de Lovelace y once años mayor que ella. Al contraer matrimonio Ada se convirtió en la Condesa de Lovelace, conocida posteriormente como Lady Ada Lovelace. King era un hombre bastante débil y al que Ada superaba en inteligencia, pero que la apoyó y ayudó en todo momento.


Ada recibió clases particulares de matemáticas y ciencias, sobre todo de la rama de Astronomía, contando entre sus tutores con el prestigioso Augustus de Morgan, el primer profesor de matemáticas de la Universidad de Londres.


De Morgan le presentó también a Mary Sommerville, una brillante matemática que acababa de publicar un libro sobre mecánica celeste. De este modo, Sommerville se convirtió en ejemplo a seguir para Ada. De nuevo la madre de Ada posibilitó este rumbo, ya que consideraba las matemáticas una buena asignatura para entrenar la mente con objeto de asegurarse que su hija escogía el camino de la disciplina.


En sus comienzos, Ada prestó atención por dos de las teorías imperantes en el momento: la frenología y el mesmetismo. La primera de ellas postulaba la posibilidad de reconocer el carácter de los individuos en base a las características fisiológicas, una postura que tuvo enorme impacto en la investigación de crímenes en el XIX. La segunda, apostaba por el magnetismo inherente a algunos animales. No obstante, fueron las cifras y los cálculos lo que realmente la apasionaría.


Su relación con Charles Babbage, el hombre que inventó la primera computadora, comenzó cuando ella visitaba su taller. Babbage estaba muy impresionado con la manera en que ella entendía su computador. Posteriormente, él pasó a ser su tutor y más tarde trabajaron juntos.


Cuando la ‘máquina analítica’ de Charles Babbage (matemático británico y científico) no era más que un elemento abstracto, Ada Lovelace (1815-1852) fue capaz de interpretar las notas del matemático, descifrando el funcionamiento de ese futuro aparato que aún no se podía construir.


Esta idea, sobre la que se asienta el desarrollo de la computación en siglos posteriores, fue olvidada durante años y solo con los trabajos de los primeros computadores fue recuperada y puesta en valor.


La brillante Ada Lovelace desarrolló una serie de instrucciones que permitían realizar cálculos de computación, y descubrió el que se considera el primer algoritmo de la historia, análogo a los que se utilizan hoy día en la programación electrónica de nuestros computadores contemporáneos.


Haciendo un recorrido por la creación de Ada Lovelace podemos ver la evolución histórica de la informática en una sucesión de imágenes de las máquinas que han dado lugar a las modernas computadoras.


Comenzando por las notas de Ada Lovelace y la ‘máquina analítica’ de Charles Babbage, y tras pasar por la primera computadora, llegamos a la computadora de mesa tradicional de los años noventa y, finalmente, a los actuales portátiles y tabletas. Evidencia de que éstos no hubieran podido desarrollarse sin las aportaciones matemáticas de Ada Lovelace.


Limitacion máquina analítica
En sus notas, Ada dice que la «máquina analítica» de Babbage sólo podía dar información disponible que ya era conocida: vio claramente que no podía originar conocimiento. La autora inglesa dio instrucciones para hacer cálculos con ella, teniendo en cuenta sus limitaciones.


En 1843 Ada Lovelace dio a conocer una serie de influyentes notas sobre la máquina analítica de Babbage que nunca llegó a construirse, aunque las firmó con sus iniciales por miedo a ser censurada por ser mujer. Ada Lovelace se llamó a sí misma una analista, un concepto realmente moderno para la época.


Una de sus geniales ideas fue la de que un cálculo grande podía contener muchas repeticiones en la misma secuencia de instrucciones, y ella notó que usando un salto condicional sería posible preparar solamente un juego de tarjetas para las instrucciones recurrentes. Así describió lo que nosotros ahora llamamos un "bucle" y una "subrutina".


Sus ideas fueron extendidas un siglo más tarde por el matemático británico Alan M. Turing en 1937 y por John von Neumann en 1946, ambos fundamentales en el desarrollo de la moderna computadora electrónica digital.


Su trabajo fue olvidado por muchos años, atribuyéndole exclusivamente un papel de transcriptora de las notas de Babbage. Este mismo caracterizó su aporte al llamarla “su intérprete” aunque recientes investigaciones muestran la originalidad de su punto de vista sobre las instrucciones necesarias para el funcionamiento de la «máquina analítica».


La mujer que poseyó tal percepción encontró un final dolorosísimo a los 36 años, enferma de cáncer uterino, dejando a Babbage solo para continuar sus trabajos.


Hoy en día se reconoce a Ada Lovelace como la primera persona en describir un lenguaje de programación de carácter general interpretando las ideas de Babbage, pero reconociéndosele la plena autoría y originalidad de sus aportes. Ada Lovelage es la madre de la programación informática.


En honor a ella se denominó ADA a un lenguaje de programación desarrollado por el Departamento de Defensa, EE.UU y su aporte
ha sido muy estudiado en los últimos tiempos, ya que en 2010 comenzó a rodarse una película sobre su vida, 'La encantadora de números'.


Homenaje de Google
El 10 de diciembre de 2012 Google recordó con un doodle conmemorativo a Ada Lovelace en el 197 aniversario de su nacimiento. Para celebrar su 197 cumpleaños Ada Lovelace puso su talento al servicio del doodle de Google donde ella aparece sentada a la mesa del buscador, hace cálculos y toma sus notas en un papel continuo que termina por dibujar las letras del logo del buscador. De fondo, una sucesión de aparatos electrónicos que se beneficiarían directa o indirectamente de sus trabajos.


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La Primera Programadora de la Historia.


ADA LOVELACE. (ADA AUGUSTA BYRON KING )
Inglaterra 1815 - 1852

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Ada Augusta Byron, también llamada Lady Lovelace, fue uno de los personajes más interesantes de la historia de la computación; extraordinaria matemática inglesa del siglo XIX, capaz de idear algoritmos para máquinas electrónicas antes, incluso, de que existiese la electricidad.

Su historia, a pesar de corta, es peculiar y significativa. Fue una mujer adelantada a su tiempo, imbuida por el influjo de las ideas clásicas de la sociedad victoriana de su tiempo y relegada a un segundo plano por su papel de mujer.


Nació en Londres, el 10 de Diciembre de 1815, siendo hija del ilustre poeta inglés Lord Byron.


Ada no conoció a su padre, debido a que su madre, Annabella (Anna Isabella) Milbanke Byron, y Lord Byron, decidieron caminar por senderos separados cuando Ada apenas contaba con dos meses de edad, y es que las malas lenguas explican que la madre biológica de Ada era una persona inaguantable, hipocondríaca y totalmente neurótica, y Lord Byron un hombre que no se dejaba atar por una mujer (sus escarceos amorosos son muy conocidos y su “affair” con su medio hermana provocó esta separación). Así, su matrimonio no duró más de un año y en la separación, la madre de Ada consiguió la custodia; algo que le preocupaba en suma, ya que no tenía intención de que su hija se convirtiera en un poeta bohemio como su padre.


Tras la separación, Lord Byron se marchó hacia Suiza, luego Italia y más tarde Grecia. Se comenta que cuando Anabella dio a luz a Ada, Lord Byron le hizo a un amigo el siguiente comentario: “" Espero de los dioses hagan de Ada cualquier cosa menos poeta, es suficiente conque haya un loco en la familia, es suficiente"


A pesar de no haber conocido a su padre, éste mantenía una intensa correspondencia con su hija. Lord Byron le escribía a menudo y homenajeaba a su hija en sus continuas obras poéticas; así, no es extraño encontrar el nombre de Ada entre las heroínas de las obras del escritor. Esto continuó así hasta la muerte de su padre (murió en Grecia), cuando ella contaba con tan solo ocho años de edad.


La madre de Ada quería alejar lo más posible a su hija de todo lo que tuviera relación con su padre. Así, acercándole a las ciencias, la alejaba de las letras (o eso pensaba ella). Hay una curiosidad respecto a este tema. Lord Byron, a pesar de que no compartía ni entendía la afición de su esposa por las matemáticas, se llegó a referir a ella como "la “princesa del paralelogramo”".


Pero ya en su juventud Ada comenzó a presentar problemas de salud que gracias a su gran fuerza de voluntad consiguió superar. De hecho sus piernas quedaron totalmente paralizadas cuando era muy jovencita (alrededor de los 14 años) y pasó un largo lapso de tiempo tumbada en la cama, sufriendo las técnicas medicinales de la época a base de sanguijuelas; pero gracias a su tesón consiguió superar la enfermedad, fortalecer sus piernas y convertirse en una excelente amazona (aparte de la equitación amaba la gimnasia y el baile). Desafortunadamente los problemas de salud le seguirían acompañando durante toda su corta vida, entre ellos el asma.


El 8 de julio de 1835 se casó con William King, octavo barón de King, nombrado más tarde Conde de Lovelace y once años mayor que ella. Al contraer matrimonio Ada se convirtió en la Condesa de Lovelace, conocida posteriormente como Lady Ada Lovelace. King era un hombre bastante débil y al que Ada superaba en inteligencia, pero que la apoyó y ayudó en todo momento.


Ada recibió clases particulares de matemáticas y ciencias, sobre todo de la rama de Astronomía, contando entre sus tutores con el prestigioso Augustus de Morgan, el primer profesor de matemáticas de la Universidad de Londres.


De Morgan le presentó también a Mary Sommerville, una brillante matemática que acababa de publicar un libro sobre mecánica celeste. De este modo, Sommerville se convirtió en ejemplo a seguir para Ada. De nuevo la madre de Ada posibilitó este rumbo, ya que consideraba las matemáticas una buena asignatura para entrenar la mente con objeto de asegurarse que su hija escogía el camino de la disciplina.


En sus comienzos, Ada prestó atención por dos de las teorías imperantes en el momento: la frenología y el mesmetismo. La primera de ellas postulaba la posibilidad de reconocer el carácter de los individuos en base a las características fisiológicas, una postura que tuvo enorme impacto en la investigación de crímenes en el XIX. La segunda, apostaba por el magnetismo inherente a algunos animales. No obstante, fueron las cifras y los cálculos lo que realmente la apasionaría.


Su relación con Charles Babbage, el hombre que inventó la primera computadora, comenzó cuando ella visitaba su taller. Babbage estaba muy impresionado con la manera en que ella entendía su computador. Posteriormente, él pasó a ser su tutor y más tarde trabajaron juntos.


Cuando la ‘máquina analítica’ de Charles Babbage (matemático británico y científico) no era más que un elemento abstracto, Ada Lovelace (1815-1852) fue capaz de interpretar las notas del matemático, descifrando el funcionamiento de ese futuro aparato que aún no se podía construir.


Esta idea, sobre la que se asienta el desarrollo de la computación en siglos posteriores, fue olvidada durante años y solo con los trabajos de los primeros computadores fue recuperada y puesta en valor.


La brillante Ada Lovelace desarrolló una serie de instrucciones que permitían realizar cálculos de computación, y descubrió el que se considera el primer algoritmo de la historia, análogo a los que se utilizan hoy día en la programación electrónica de nuestros computadores contemporáneos.


Haciendo un recorrido por la creación de Ada Lovelace podemos ver la evolución histórica de la informática en una sucesión de imágenes de las máquinas que han dado lugar a las modernas computadoras.


Comenzando por las notas de Ada Lovelace y la ‘máquina analítica’ de Charles Babbage, y tras pasar por la primera computadora, llegamos a la computadora de mesa tradicional de los años noventa y, finalmente, a los actuales portátiles y tabletas. Evidencia de que éstos no hubieran podido desarrollarse sin las aportaciones matemáticas de Ada Lovelace.


Limitacion máquina analítica
En sus notas, Ada dice que la «máquina analítica» de Babbage sólo podía dar información disponible que ya era conocida: vio claramente que no podía originar conocimiento. La autora inglesa dio instrucciones para hacer cálculos con ella, teniendo en cuenta sus limitaciones.


En 1843 Ada Lovelace dio a conocer una serie de influyentes notas sobre la máquina analítica de Babbage que nunca llegó a construirse, aunque las firmó con sus iniciales por miedo a ser censurada por ser mujer. Ada Lovelace se llamó a sí misma una analista, un concepto realmente moderno para la época.


Una de sus geniales ideas fue la de que un cálculo grande podía contener muchas repeticiones en la misma secuencia de instrucciones, y ella notó que usando un salto condicional sería posible preparar solamente un juego de tarjetas para las instrucciones recurrentes. Así describió lo que nosotros ahora llamamos un "bucle" y una "subrutina".


Sus ideas fueron extendidas un siglo más tarde por el matemático británico Alan M. Turing en 1937 y por John von Neumann en 1946, ambos fundamentales en el desarrollo de la moderna computadora electrónica digital.


Su trabajo fue olvidado por muchos años, atribuyéndole exclusivamente un papel de transcriptora de las notas de Babbage. Este mismo caracterizó su aporte al llamarla “su intérprete” aunque recientes investigaciones muestran la originalidad de su punto de vista sobre las instrucciones necesarias para el funcionamiento de la «máquina analítica».


La mujer que poseyó tal percepción encontró un final dolorosísimo a los 36 años, enferma de cáncer uterino, dejando a Babbage solo para continuar sus trabajos.


Hoy en día se reconoce a Ada Lovelace como la primera persona en describir un lenguaje de programación de carácter general interpretando las ideas de Babbage, pero reconociéndosele la plena autoría y originalidad de sus aportes. Ada Lovelage es la madre de la programación informática.


En honor a ella se denominó ADA a un lenguaje de programación desarrollado por el Departamento de Defensa, EE.UU y su aporte
ha sido muy estudiado en los últimos tiempos, ya que en 2010 comenzó a rodarse una película sobre su vida, 'La encantadora de números'.


Homenaje de Google
El 10 de diciembre de 2012 Google recordó con un doodle conmemorativo a Ada Lovelace en el 197 aniversario de su nacimiento. Para celebrar su 197 cumpleaños Ada Lovelace puso su talento al servicio del doodle de Google donde ella aparece sentada a la mesa del buscador, hace cálculos y toma sus notas en un papel continuo que termina por dibujar las letras del logo del buscador. De fondo, una sucesión de aparatos electrónicos que se beneficiarían directa o indirectamente de sus trabajos.


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Ay cotis! Me decepcionan si recien se enteran de la existencia o vidas apasionantes de mujeres como Leonor de Aquitania, Frida Kahlo y tantas otras (quien no ha visto Ana y el Rey de Siam?)
Confieso que algunas de las piratas si eran nuevas para mi ( tampoco tan interesantes) o una tal Maria Sabina que no podemos comparar con las grandes mujeres de la historia
en fin....

Lamento, por mi parte, tu desilusión... quien son, entonces, las biografías de las grandes mujeres (desconocidas) de la Historia?
En fin...
 
Las habrá interesantes, menos interesantes, admirables, repulsivas, cultas, incultas, bellas, feas, madres, vírgenes, monjas, ateas, negras, blancas y amarillas.

¿Amarillas?... Pues entonces Marge Simpson :a26:

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