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Mueren cuatro bebés por una bacteria en un hospital de Italia
En total, 96 niños fueron infectados por falta de higiene, según una comisión de investigación; el Citrobacter anidó en un grifo en terapia intensiva y llegó a los biberones.
El escándalo sanitario se descubrió gracias a una madre que perdió a su hija: «Es una masacre de inocentes que debería haberse evitado».
Ángel Gómez Fuentes
CORRESPONSAL EN ROMA
Actualizado:02/09/2020 11:38h
Por una gravísima negligencia sanitaria, una bacteria conocida como Citrobacter koseri ha matado a cuatro bebés en el hospital de la Mujer y el Niño de Borgo Trento en Verona.
El patógeno infectó, en el curso de dos años, a un total de 96 niños; de ellos, 9 sufrieron daño cerebral. La bacteria había anidado en el grifo del fregadero utilizado por el personal sanitario en terapia intensiva.
A los niños se les daba agua contaminada junto a la leche materna.
En esos dos años, el hospital de Verona no advirtió nada sobre la epidemia a las autoridades sanitarias y no se respetaron las normas de higiene para prevenir infecciones. Así lo pone de relieve un informe de 59 páginas de una inspección sanitaria, que es todo un acto de acusación.
Según las conclusiones de una comisión regional compuesta por 5 doctores, el Citrobacter habría colonizado el grifo, por falta o incumplimiento parcial de las medidas de higiene.
Usar agua del grifo y no agua esterilizada fue seguramente un error fatal. «La falta de higiene de las manos, productos en uso sin fecha de apertura y sin tapón, no cambiar los guantes con paciente nuevo», son algunas de las anomalías señaladas.
La batalla personal de una madre
La cadena de errores y omisiones se ha descubierto gracias a la batalla personal de una madre, Francesca Frezza, que perdió a su hija, Nina.
Ahora pide justicia: «Es una masacre de inocentes que debería haberse evitado. Lo que ha sucedido es muy grave.
El hospital de Verona tenía que haber sido cerrado de inmediato, para higienizar y encontrar el origen de la Citrobacter».
Sin la perseverancia de Francesca Frezza quizás no se habría llegado a saber la verdad: «No se hizo nada. Al final se tomó la decisión de cerrar ese departamento hospitalario, porque lo pedí yo. Me coloqué ante las puertas diciendo que no me movería hasta que tomaran medidas. Solo entonces adoptaron la decisión de cerrar.
Sin embargo, ellos también sabían que esa bacteria estaba allí, lo sabían desde 2018». Francesca Frezza sigue protestando porque el departamento de Obstetricia, que fue cerrado en junio, ha abierto con los mismos doctores. Frezza pide que los responsables dimitan.
Otra madre, Elisa Bettini, 36 años, ha contado también el calvario que sufrió por la muerte de su hija Alice, nacida el 4 de marzo. Era prematura, razón por la cual fue transferida a terapia intensiva neonatal. «Me dijeron que Alice tenía fiebre, meningitis por Citrobacter –ha contado Elisa a La Stampa-. Pregunté si había habido otros casos. Me respondieron que no.
En la sala de recién nacidos, hablando con las otras madres, descubro que no es cierto, y que hay al menos cinco casos, incluida Alice, y que sucedieron al menos desde el pasado mes de diciembre».
Alice murió el 16 de agosto, después de atroces sufrimientos.
La madre quiere saber quiénes cometieron los errores y que paguen por su responsabilidad: «No tolero que nieguen la evidencia. No quiero que esto suceda a otros niños».
Elisa, afirma llena de rabia: «He llorado por Alice, ahora es el tiempo de la justicia».
www.abc.es
En total, 96 niños fueron infectados por falta de higiene, según una comisión de investigación; el Citrobacter anidó en un grifo en terapia intensiva y llegó a los biberones.
El escándalo sanitario se descubrió gracias a una madre que perdió a su hija: «Es una masacre de inocentes que debería haberse evitado».
Ángel Gómez Fuentes
CORRESPONSAL EN ROMA
Actualizado:02/09/2020 11:38h
Por una gravísima negligencia sanitaria, una bacteria conocida como Citrobacter koseri ha matado a cuatro bebés en el hospital de la Mujer y el Niño de Borgo Trento en Verona.
El patógeno infectó, en el curso de dos años, a un total de 96 niños; de ellos, 9 sufrieron daño cerebral. La bacteria había anidado en el grifo del fregadero utilizado por el personal sanitario en terapia intensiva.
A los niños se les daba agua contaminada junto a la leche materna.
En esos dos años, el hospital de Verona no advirtió nada sobre la epidemia a las autoridades sanitarias y no se respetaron las normas de higiene para prevenir infecciones. Así lo pone de relieve un informe de 59 páginas de una inspección sanitaria, que es todo un acto de acusación.
Según las conclusiones de una comisión regional compuesta por 5 doctores, el Citrobacter habría colonizado el grifo, por falta o incumplimiento parcial de las medidas de higiene.
Usar agua del grifo y no agua esterilizada fue seguramente un error fatal. «La falta de higiene de las manos, productos en uso sin fecha de apertura y sin tapón, no cambiar los guantes con paciente nuevo», son algunas de las anomalías señaladas.
La batalla personal de una madre
La cadena de errores y omisiones se ha descubierto gracias a la batalla personal de una madre, Francesca Frezza, que perdió a su hija, Nina.
Ahora pide justicia: «Es una masacre de inocentes que debería haberse evitado. Lo que ha sucedido es muy grave.
El hospital de Verona tenía que haber sido cerrado de inmediato, para higienizar y encontrar el origen de la Citrobacter».
Sin la perseverancia de Francesca Frezza quizás no se habría llegado a saber la verdad: «No se hizo nada. Al final se tomó la decisión de cerrar ese departamento hospitalario, porque lo pedí yo. Me coloqué ante las puertas diciendo que no me movería hasta que tomaran medidas. Solo entonces adoptaron la decisión de cerrar.
Sin embargo, ellos también sabían que esa bacteria estaba allí, lo sabían desde 2018». Francesca Frezza sigue protestando porque el departamento de Obstetricia, que fue cerrado en junio, ha abierto con los mismos doctores. Frezza pide que los responsables dimitan.
Otra madre, Elisa Bettini, 36 años, ha contado también el calvario que sufrió por la muerte de su hija Alice, nacida el 4 de marzo. Era prematura, razón por la cual fue transferida a terapia intensiva neonatal. «Me dijeron que Alice tenía fiebre, meningitis por Citrobacter –ha contado Elisa a La Stampa-. Pregunté si había habido otros casos. Me respondieron que no.
En la sala de recién nacidos, hablando con las otras madres, descubro que no es cierto, y que hay al menos cinco casos, incluida Alice, y que sucedieron al menos desde el pasado mes de diciembre».
Alice murió el 16 de agosto, después de atroces sufrimientos.
La madre quiere saber quiénes cometieron los errores y que paguen por su responsabilidad: «No tolero que nieguen la evidencia. No quiero que esto suceda a otros niños».
Elisa, afirma llena de rabia: «He llorado por Alice, ahora es el tiempo de la justicia».
Mueren cuatro bebés por una bacteria en un hospital de Italia
En total, 96 niños fueron infectados por falta de higiene, según una comisión de investigación; el Citrobacter anidó en un grifo en terapia intensiva y llegó a los biberones
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