20/07/2019
MUERE EN RABAT EL PRIMER AMIGO PELIGROSO DEL REY JUAN CARLOS
Tchokotoua y el Rey Emérito fueron los inseparables del ‘clan de Mallorca’. Pero los escándalos del polémico aristócrata les distanciaron. Seguía haciendo negocios con Mohamed VI POR M. MESONES
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De origen georgiano, ostentó el título de príncipe. El Rey Juan Carlos y él se conocieron en un internado de la ciudad alemana de Friburgo y, más tarde, se reencontraron en Mallorca. Juntos e íntimos, formaron un grupo de amigos conocido como Clan Mallorca. Entre ellos estaban Marieta Salas y Marta Gayá.
Zourab Tchokotoua recaló en los años 70 en la isla con un supuesto título de príncipe georgiano como aval y el estatus de amigo de Don Juan Carlos. Durante años, el aristócrata fue uno de los miembros más íntimos del Rey Juan Carlos en Mallorca, junto a su mujer y otros amigos cercanos al Emérito.
Marieta y Zu se casaron en la catedral de Palma ante unas 7.000 personas, entre las que Salas recuerda, en una entrevista a Vanity Fair en 2018, al millonario alemán Gunter Sachs; el magnate de los centro comerciales, Robert Balkany; o el heredero al trono de Italia, Vittorio Emanuele de Saboya. “Nada más terminar la ceremonia nos fuimos a ver a Juan Carlos y a Sofía a Marivent. El Rey, que entonces aún era príncipe, era muy amigo de mi ex marido”, describió Salas.
La viuda del pintor griego Ioanne Saridakis donó el Palacio de Marivent a la Diputación Provincial de Palma, dos años después de la muerte de su marido en 1963. Según redactaba Marcos Torío para El Mundo en 2017, Zu medió para que la diputación de Baleares cediera el edificio a la Familia Real. Recurrió a las influencias de su suegro, Pedro Salas, un prohombre del franquismo, ex presidente de la Diputación y adinerado empresario, al tiempo que cimentaba una fortuna basada en operaciones inmobiliarias, el juego y el petróleo.
Joan Pericàs, redactor jefe de El Mundo / El Día de Baleares lo describía en sus textos de 1997: “Viste americana y vaqueros, y luce una medio melena heredada de los setenta que se empeña en peinarse hacia atrás con gomina. ZT, como le llaman los periodistas, observa cada mañana el balanceo de las embarcaciones, merienda tortilla de patatas en la barra de un bar situado en el paseo de una ciudad marítima”. Y añadía: “Nadie diría que es un príncipe georgiano nacionalizado norteamericano si no fuera porque los rincones cuchichean: ‘Ese que come ensalada con pollo es el amigo del Rey’, describía el periodista en su crónica.
Sin embargo, el propio Tchokotoua protagonizó el escándalo por el caso Los Almendros, cuando en 1978 un juez solicitó su ingreso en prisión por estafa inmobiliaria. Así, el príncipe pasó de ser el amigo íntimo de Don Juan Carlos a ser calificado como amistad peligrosa del Monarca.
Al final, después de uno de los procesos más largos de Baleares, se libró de la cárcel y se declaró insolvente para no indemnizar a los agraviados, que recibieron viviendas plagadas de humedades y grietas, según cuenta Marcos Torío. Los socios, Juan Oliver y Tomás Forteza, pagaron dos millones de euros, mientras Tchokotoua dejaba en el aire la construcción de un campo de golf y se veía envuelto en otro escándalo por la concesión de créditos ilegales en Tailandia. Entonces se jactaba de poder conseguir liquidez de 30 millones de dólares para un proyecto gracias a sus amistades.
Sin embargo, según describe Torío, tras el desaguisado de Los Almendros, decidió dejar España e instalarse en Marruecos, donde cerraba negocios en la órbita del monarca Mohamed VI, también amigo íntimo del Rey. Zu demostró que, si bien no era aristócrata de cuna, seguía moviéndose con soltura entre monarcas. A medida que se alejó del caso de Los Almendros de la isla, empezó a vivir entre Suiza y Marruecos. Los magníficos negocios que hizo el príncipe georgiano con Hassan II le sirvieron de trampolín para su desembarco en el país.
Fue el primero al que se le llamó “amigo del Rey”. Su cuerpo será trasladado a Suiza, donde recibirá sepultura.
MUERE EN RABAT EL PRIMER AMIGO PELIGROSO DEL REY JUAN CARLOS
Tchokotoua y el Rey Emérito fueron los inseparables del ‘clan de Mallorca’. Pero los escándalos del polémico aristócrata les distanciaron. Seguía haciendo negocios con Mohamed VI POR M. MESONES
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De origen georgiano, ostentó el título de príncipe. El Rey Juan Carlos y él se conocieron en un internado de la ciudad alemana de Friburgo y, más tarde, se reencontraron en Mallorca. Juntos e íntimos, formaron un grupo de amigos conocido como Clan Mallorca. Entre ellos estaban Marieta Salas y Marta Gayá.
Zourab Tchokotoua recaló en los años 70 en la isla con un supuesto título de príncipe georgiano como aval y el estatus de amigo de Don Juan Carlos. Durante años, el aristócrata fue uno de los miembros más íntimos del Rey Juan Carlos en Mallorca, junto a su mujer y otros amigos cercanos al Emérito.
Marieta y Zu se casaron en la catedral de Palma ante unas 7.000 personas, entre las que Salas recuerda, en una entrevista a Vanity Fair en 2018, al millonario alemán Gunter Sachs; el magnate de los centro comerciales, Robert Balkany; o el heredero al trono de Italia, Vittorio Emanuele de Saboya. “Nada más terminar la ceremonia nos fuimos a ver a Juan Carlos y a Sofía a Marivent. El Rey, que entonces aún era príncipe, era muy amigo de mi ex marido”, describió Salas.
La viuda del pintor griego Ioanne Saridakis donó el Palacio de Marivent a la Diputación Provincial de Palma, dos años después de la muerte de su marido en 1963. Según redactaba Marcos Torío para El Mundo en 2017, Zu medió para que la diputación de Baleares cediera el edificio a la Familia Real. Recurrió a las influencias de su suegro, Pedro Salas, un prohombre del franquismo, ex presidente de la Diputación y adinerado empresario, al tiempo que cimentaba una fortuna basada en operaciones inmobiliarias, el juego y el petróleo.
Joan Pericàs, redactor jefe de El Mundo / El Día de Baleares lo describía en sus textos de 1997: “Viste americana y vaqueros, y luce una medio melena heredada de los setenta que se empeña en peinarse hacia atrás con gomina. ZT, como le llaman los periodistas, observa cada mañana el balanceo de las embarcaciones, merienda tortilla de patatas en la barra de un bar situado en el paseo de una ciudad marítima”. Y añadía: “Nadie diría que es un príncipe georgiano nacionalizado norteamericano si no fuera porque los rincones cuchichean: ‘Ese que come ensalada con pollo es el amigo del Rey’, describía el periodista en su crónica.
Sin embargo, el propio Tchokotoua protagonizó el escándalo por el caso Los Almendros, cuando en 1978 un juez solicitó su ingreso en prisión por estafa inmobiliaria. Así, el príncipe pasó de ser el amigo íntimo de Don Juan Carlos a ser calificado como amistad peligrosa del Monarca.
Al final, después de uno de los procesos más largos de Baleares, se libró de la cárcel y se declaró insolvente para no indemnizar a los agraviados, que recibieron viviendas plagadas de humedades y grietas, según cuenta Marcos Torío. Los socios, Juan Oliver y Tomás Forteza, pagaron dos millones de euros, mientras Tchokotoua dejaba en el aire la construcción de un campo de golf y se veía envuelto en otro escándalo por la concesión de créditos ilegales en Tailandia. Entonces se jactaba de poder conseguir liquidez de 30 millones de dólares para un proyecto gracias a sus amistades.
Sin embargo, según describe Torío, tras el desaguisado de Los Almendros, decidió dejar España e instalarse en Marruecos, donde cerraba negocios en la órbita del monarca Mohamed VI, también amigo íntimo del Rey. Zu demostró que, si bien no era aristócrata de cuna, seguía moviéndose con soltura entre monarcas. A medida que se alejó del caso de Los Almendros de la isla, empezó a vivir entre Suiza y Marruecos. Los magníficos negocios que hizo el príncipe georgiano con Hassan II le sirvieron de trampolín para su desembarco en el país.
Fue el primero al que se le llamó “amigo del Rey”. Su cuerpo será trasladado a Suiza, donde recibirá sepultura.