Mireia Belmonte recupera la ilusión con un concursante de «OT»

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Mireia Belmonte recupera la ilusión con un concursante de «OT»
La nadadora olímpica mantiene una relación desde hace varios meses con el cantante Ángel Capel, de la edición 2009.

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La nadadora Mireia Belmonte (28 años) está este fin de semana en Pardubice (República Checa) preparándose para el Mundial de Gwangju (Corea). Es su año a nivel deportivo, pero también podría serlo a nivel emocional. Según ha podido saber este periódico, la deportista de élite estaría ilusionada con Ángel Capel, el cantante y concursante de la edición de 2009 de «Operación Triunfo». Aunque los compromisos profesionales de ambos les impiden verse con toda la frecuencia que les gustaría, habrían sido pillados por los paparazi en uno de sus últimos encuentros, que hasta ahora habían pasado desapercibidos.

Ninguno de los dos accede a hacer comentarios sobre esta incipiente relación y menos aún a dar detalles. Comparten a través de sus redes sociales un emoticono de un corazón y un candado como comentario a las pocas imágenes que cuelgan ambos en sus perfiles. Un código que podría interpretarse como una señal clara de amor o sentimiento indestructible entre ambos.



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Ángel Capel, concursante de «Operación Triunfo» en 2009 - ABC
La nadadora es muy celosa de su vida privada y ni siquiera hizo ningún comentario sobre su ruptura a finales del pasado año con el piragüista Javier Hernanz con quien mantuvo una relación de casi cuatro años.El deportista ya ha rehecho también su vida, tal y como se pudo ver en las imágenes exclusivas publicadas por la revista «Corazón» el pasado mes de marzo, en las que se le podía ver en actitud cariñosa con una joven morena. Ante la realidad que plasmaban las fotografías, Hernanz no tuvo más remedio que reconocer que lo suyo con Mireia formaba parte del pasado desde finales de 2018, sin dar ningún tipo de explicación.

Mutismo absoluto
Tampoco Capel responde ni siquiera al teléfono. En el curriculum sentimental del guapo cantante no encontramos nada serio con ninguna famosa aunque se le hayan intentado adjudicar varios romances. Su exposición mediática solo alcanza al terreno profesional. Lleva unos meses residiendo en Tarragona por motivos laborales y alejado de las citas sociales de la capital, donde se le podía ver en ocasiones.

Ángel es uno de los integrantes del trío musical de «The Dance on Movies», un espectáculo musical que ofrece PortAventura en el Gran Teatro Imperial del área temática inspirada en China. Durante aproximadamente una hora repasa las bandas sonoras de películas como «Rocky», «La Máscara» o «Cantando bajo la lluvia». El joven cantante tiene dos actuaciones diarias por la tarde y tres los fines de semana y festivos.

Luchador incansable y soñador, tiene claro que la industria musical es complicada pero las casi 700.000 visualizaciones de su último y pegadizo single, «Si me das», le mantienen vivo aunque no descarta estudiar algo relacionado con el deporte o con los animales, dos de sus otras pasiones.

Los cantos de la sirena
La nadadora catalana también compagina el deporte profesional con su licenciatura en Publicidad y Relaciones Públicas en la UCAM (Universidad Católica de Murcia). El mes pasado acudió al campus para someterse a un examen parcial de Sociología. «Tengo mente y cuerpo para nadar rápido y hacerlo bien. Tengo que aprovechar el momento en el que estoy», decía en una de sus últimas entrevistas a un medio deportivo.

Belmonte suena como favorita para ser la abanderada de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Un reto que le haría mucha ilusión como mujer y como campeona olímpica. Una carrera deportiva que no le deja mucho hueco para el amor de momento. Aunque por lo visto el canto del almeriense ha seducido a la sirena catalana.

https://www.abc.es/estilo/gente/abc...ilusion-concursante-201905180037_noticia.html
 
El Mundial condena a Mireia Belmonte a nadar menos
Actualizado Domingo, 28 julio 2019 - 17:48
La española, que acaba el Mundial sin medallas, ya mira a Tokio'20: debería seleccionar pruebas y centrarse en mariposa y estilos

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Mireia Belmonte, tras quedar fuera de la final de los 400 estilos. EFE
En las gradas del pabellón de la Universidad Nambu, la sede del Mundial de natación de Gwangju, un recinto de un azul tan monótono -las gradas, el techo, el escenario- que sorprende, Mireia Belmonte observaba la final de los 200 metros mariposa el pasado jueves y pensaba. En su prueba, la especialidad que dominó con oros en los Juegos de Río 2016 y el Mundial de Budapest 2017, no había superado las semifinales y ante ella, la nueva campeona, la húngara Boglárka Kapás, vencía con un tiempo dos segundos más lento que su récord de España, una marca que rebajó hasta 16 veces en su carrera, algunas incluso en series. ¿Qué hubiera pasado si se hubiese centrado en los 200 metros mariposa para este Mundial? Ya nunca lo sabrá, pero la reflexión le acompañará en su camino hacia los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

En los próximos meses, Belmonte debe recoger sus conclusiones del Mundial que acabó ayer y, junto a su entrenador Fred Vergnoux, pronosticar cuáles son sus mejores opciones para colgarse su quinta medalla olímpica y quién sabe si hasta su sexta. La falta de éxito en Gwangju ya se esperaba después de un año complicado con vértigos y lesiones, pero no tanto su distancia respecto a las mejores en algunas de sus pruebas. Según lo vivido, la decisión rumbo a Tokio 2020 parece evidente: apartarse del fondo, que se ha puesto complicadísimo por la inclusión de los 1.500 metros en el programa de los Juegos, y enfocarse en los 400 estilos y los 200 mariposa, donde no hay ninguna rival inalcanzable.

«Ha sido un Mundial un poco raro. En algunas pruebas había mucho nivel y otras no tanto. Nunca sabía si con mi marca me daba para entrar en la final o no», comentaba Belmonte que a su edad, 28 años, sabe que su cuerpo ya no concede recuperaciones tan breves y que reducir su programa, de seis a dos o tres pruebas, podría permitirle un tiempo valiosísimo para mejorar ciertos detalles. Por ejemplo: las salidas. En los últimos meses, junto a su biomecánico Raúl Arellano, la nadadora ya había estado trabajando para perfeccionar su punto débil, el salto del poyete, ése en el que siempre pierde unas centésimas respecto a sus adversarias, y si se apartara del fondo aún podría dedicarle muchos más esfuerzos. Ella y Vergnoux siempre han defendido que los inconvenientes de nadar muchas pruebas se compensaban en competición, pero ahora el equilibrio es complicado.

Belmonte se marcha del Mundial con dos sólo dos finales, dos octavos puestos, en 800 metros y 1.500 metros, que le han demostrado la dificultad que entrañan esas distancias. La aparición junto a Katie Ledecky de jóvenes como Ariarne Titmus, Simona Quadarella, Wang Jianjiahe o Leah Smithhacen que incluso en sus mejores marcas la española no hubiera pasado de un quinto o un sexto puesto. En los 200 mariposa y los 400 estilos, en cambio, con sus registros hubiera sido oro y plata sólo por detrás de Katinka Hosszú. Finalizado el campeonato, Belmonte marcha hoy mismo a Tokio donde disputará una prueba de la Copa del Mundo, luego acudirá a Terrassa para competir medio Open de España de verano y ya entonces sí tendrá las tres últimas semanas de agosto de vacaciones. En septiembre será momento de sentarse en la mesa y plan:menos balas, más posibilidades de acertar.
https://www.elmundo.es/deportes/mas-deporte/2019/07/28/5d3daebbfdddff29b18b45ec.html
 
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