Estoy feliz porque estar aquí significa que estoy bien, o mejor... porque he estado un mes en la cama y muy preocupada», y ha aprovechado para pedir a sus colegas de profesión que no la acosasen por la calle. «Os pido que cuando voy a darme la quimio tengáis un poco de respeto. Son muchas sesiones y os tengo todos los días en la puerta de casa y siguiéndome. Paso seis horas en el hospital y cuando salgo estoy mal, estoy cansada y si pudierais evitarlo, lo agradecería», ha confesado.
También ha avisado que no llega peinada al plató porque «no me puedo pasar ni cepillo ni peine porque tengo el pelo muy debilitado y se me puede caer... solo puedo peinarme con los dedos». Sobre su estado de salud actual, asegura que «he pasado un mes horrible, que no se lo deseo a nadie. Esto no es vida. Yo tengo fuerzas pero ahora no puedo, me cuesta hasta levantarme», y ha dicho que «si me dicen que ya no voy a poder curarme, dejaría la quimio y la medicación y todo... me compraría una casa en el campo y me quedaría ahí disfrutando de lo que me quedase», aunque «muchos de mi familia no lo entienden y se enfadan cuando digo esto».