Matilde Solís estalla en Facebook contra los que la "destruyeron"

@Crunia muchos besos!!! yo he estado en dos ocasiones bordeando la depresión, igual en uno llegué incluso a entrar, no sé. Al final me decidí a hablar con alguien profesional y tuve muchísima suerte y a quien he podido y ha querido oírlo se lo he recomendado. Honestamente no es algo distinto a ir al médico o a cualquier otro profesional, abogado o arquitecto, que puedes necesitar cuando tú solo no puedes o no sabes resolver algo. El tema tan tabú de las enfermedades mentales tiene que ir acabándose de una vez, que no es sólo la enfermedad sino casi peor el estigma que lo rodea todo, con su secretismo y vergüenza añadida, cuando no debería haber nada de eso.
Volviendo al cotilleo a mí esta mujer me ha transmitido siempre una pena enorme, crecer en según que entornos puede ser muy difícil y tóxico cuando no puedes o quieres amoldarte y te falla el carácter y valor para ponerte el mundo por montera.
 
Pues eso, que el analfabetismo emocional impera , tal vez interese que así sea, y para evadirse del dolor nada mejor que anestesias varias: alcohol, drogas, y muchos màs etcs.
 
A veces me cuesta creer que esta mujer, proviniendo de un ambiente tan proclive a esconder lo que no gusta o a a barrer bajo la alfombra, se haya animado a escribir esto en una especie de ejercicio de catarsis.
La depresión es la enfermedad del dolor del alma y jamás deja de ser comprendida por quien no la padece.
No es fácil convivir con una persona deprimida ni con ninguna otra con enfermedades mentales pero tampoco se deben tomar a la ligera comentarios que hagan precisamente por su patología.
Lo que esta mujer dice (y no con todas las palabras) es que ha sufrido una relación abusiva por parte de su terapeuta, la persona que se supone que debería ayudarla a recuperarse. Se sobreentiende que este abuso podría tener un cariz sexual, pero también se puede referir a una relación de dominio en la que el terapeuta intente inmiscuirse en todos los aspectos de la vida de la paciente, fomentando la dependencia y prolongando innecesariamente la relación con ella.

Hace poco vi Love & Mercy, una película que relata la relación abusiva entre Brian Wilson, líder del grupo Beach Boys, y su terapeuta, Eugene Landy. Brian siempre fue muy sensible, pero a medida que su fama aumentaba empezó a agravarse su condición. Tenía pensamientos obsesivos, se quedaba paralizado en la cama por días. Le costaba mucho relacionarse con otro lenguaje que no fuese la música: solo se sentía bien componiendo y en el estudio; incluso fue dejando las giras y presentaciones en vivo porque le entraban ataques de pánico. En un momento, su familia contrata a este tipo que terminó adueñándose de la vida de Wilson: lo separó de su familia (esposa, hijas, madre, hermanos...), asumió el control de sus bienes y finanzas. Landy se fue a vivir a la mansión de Wilson, mientras éste vivía en un pequeño chalet en la playa bajo gente de su confianza. Económicamente nada le faltaba, pero no podía salir solo y estaba sobre medicado. No tenía libertad para nada y Landy quería obligarlo a grabar nuevos discos, de manera que pudiera quedarse con las ganancias como manager. De hecho hasta estaba redactando un testamento para quedar él como beneficiario, lo que hace suponer que algún día se desharía de Wilson. En sus condiciones era muy fácil que fuese víctima de una sobredosis. La que logra sacar a Wilson de esa relación abusiva es una chica con la que empezó a salir. Landy deja que se relacionan pensando que podía controlarla y sumarla como aliada, pero la chica se da cuenta de lo que pasa y hace todo lo posible para que la familia Wilson demande a Landy y le quiten la tutela legal que tenía sobre Wilson. Hoy esa chica es la esposa de Brian Wilson. Llevan como 20 años juntos.
 
Última edición:
Yo he pensado en lo segundo, en una relación de dominio o dependencia. Aunque una cosa no quitaría la otra.

Y en el tema de la religión. Hay gente muy fanática que lleva sus creencias a su profesión.

Pero la verdad es que son sólo especulaciones mias.

A mí también me parece que es más una relación de dominio y dependencia.
Hay que tener en cuenta que es la persona deprimida se siente desvalida y cree que ha perdido el control de su vida y se pone en manos de un profesional de la salud, al que se suele respetar y tener en muy buen concepto. Cuesta tanto tomar hasta las decisiones más banales que se siente un alivio enorme cuando alguien a quien se considera una persona de confianza (en este caso el psiquiatra) impone unas normas.
Muchas personas se rebelan ante el hincapié que hacen los profesionales de la salud mental en la importancia de la voluntad del paciente ("si tú no quieres, si tú no aceptas la realidad, no conseguiremos avanzar ") y prefieren delegar.
 
@francachela, parece que esta mujer tiene una tremenda necesidad de liberarse. Desde luego, Facebook no es el lugar idóneo para hacerlo ni para una denuncia, pero dados sus orígenes, creo que ha dado un paso enorme.

No conozco a Matilde Solis y sé muy poco o casi nada de su vida pero puedo imaginarla como una mujer frágil e hipersensible que probablemente sentía que no encajaba en su familia y que tampoco se sintió comprendida. Es justo en ese momento cuando una empieza a pensar que hay algo terrible en su persona y la autoestima, que nunca ha estado precisamente alta, roza mínimos históricos.


Puedo imaginarmela consumida por la tristeza y la ansiedad, a sus padres y hermanos queriéndola muchísimo pero sin llegar a entenderla y enviándola a la consulta de un psiquiatra con muy buena reputación, muy conocido y seguramente muy caro también.
Sobre todo me imaginó el silencio, el mirar para otro lado, el secretismo, el fingir... porque lo que para mucha gente lo que no se nombra, no existe.
 
Con todo eso que describes @Crunia , el sufrimiento va haciéndose mucho màs grande y la incomprensión de los demás hacia tī y viceversa también. Por supuesto estas más que convencida de que la única responsable de lo mal que lo pasan los demás y de cómo está la situación eres tú, además de ser incapaz de colocarte en otra perspectiva...

Me ha llamado la atención su escrito, ha demostrado un acto de valentía que dicen , paradójicamente, que es propio de los tímidos, aquellos que nunca hablan y cuando lo hacen dejan a todos boquiabiertos, pero lo que me ha parecido un ejercicio de sinceridad ha sido hablar abiertamente de su intento de su***dio. Es una liberación para el alma llamar a las cosas por su nombre y quitarles las etiquetas de lo socialmente correcto.
 
Por cierto, mucho valor demuestra el tal José Madrid para hablar de "novela decimonónica" al hablar de la vida complicada de una mujer que intentó matarse.
Sin mencionar, por supuesto, la denuncia que hace Matilde, no vaya a ser que le metan el puro a Vanitatis.
Me sorprende la ingenuidad y la temeridad de Matilde Solis en las redes sociales: perfil público, escribir sin cortapisas, etc... Pero más todavía me sorprende que los "periodistas" caigan en semejante bajeza. En fin, no sé de qué me sorprendo.
 
También me parece que Matilde no ha reflexionado sobre las consecuencias que tendría este ¿desahogo? haciendose público en internet. ¿Tal es su necesidad de lanzarlo a los cuatro vientos sin ningún filtro?, ¿ no le han hecho pensar, ya que dice que lo consultó con sus hijos, que no es el medio más adecuado sencillamente porque a través de la red todo el mundo lanza su opinión y pueden llegarle algunas que pudieran hacerle daño?.
 
Habla abierta y claramente de su intento de su***dio y describe muy bien cómo se desencadenó: en el momento en el que ella empezó a darse cuenta de que su relación con este hombre no era beneficiosa para ella ni normal en el contexto de la relación psiquiatra-paciente, justo cuando empieza a verbalizarlo, tiene lugar una conversación telefónica en la que el sabe cuales resortes debe tocar para callarle la boca y hacerla sentir culpable y avergonzada.
Lo que el ignoraba es que Matilde cayó en ese momento en un estado de desesperación tal que pensó que lo mejor que podía hacer era quitarse de en medio.
O lo sabía y le importaba un bledo.
No es lógico ni normal que la relación "indefinible", como la define Matilde, se prolongue tanto sin experimentar ninguna mejoría ni que se convierta en " una especie de amistad ".
 

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