Vamos a misa y luego al parque. Así empezamos criticando al cura y luego ya enlazamos con otros temas.Y yo recordando las aventuras con el primo Jacobo en el pajar, el mozo con el que me revolqué antes de haberme casado con Brazacos, el aguerrido policía Nacional que iba a detenerme por disponer de armas en casa sin licencia y en un plot twist, se echó para atrás y encubrió mi delito, cayendo rendido ante el encanto de mi aliento matinal.
Nos espera una vejez de la hostia. Siempre quise ser una vieja de estas que se pasan la tarde en el banco del parque o en misa diaria.