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Entrevistamos al presidente del Parlamento Europeo para hablar de las sanciones a nuestro país, del día después del 'Brexit' y del turbulento futuro de la Union.
Por JORGE VALERO
21 de julio de 2016 / 10:23
Etiquetas:
En la revista
Política

Martin Schulz, fotografiado en su despacho de Bruselas.
© Marcela Caba
Martin Schulz ocupa la presidencia del Parlamento Europeo en uno de los momentos más sensibles para la Unión en toda su historia teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, la salida de Reino Unido o las sanciones a España. “En las próximas semanas nos esperan tormentas con truenos”, sentencia el político alemán tras conocer la decisión de los británicos de dejar la Unión. “Me sentí profundamente conmocionado. No me lo podía creer”, cuenta sobre el momento en que conoció los resultados del referéndum.
"EN ALEMANIA TENEMOS TRADICIÓN DE COOPERACIÓN ENTRE LOS PARTIDOS. PARA MUCHOS POLÍTICOS, PRIMERO ES EL PAÍS Y LUEGO EL PARTIDO".
En su día aseguró que los británicos acabarían quedándose en el club de los 28, y recalca que a pesar de que el 75% de los jóvenes votaron a favor de la permanencia, sólo un 43% de ellos acudió a las urnas. Sobre la diferencia generacional del proceso piensa que los mayores no se preocupan del futuro, “en el referéndum mucha gente no se preocupó de la próxima generación”. Además, critica a Boris Johnson y Nigel Farage, principales estandartes de la campaña de apoyo al Brexit, por dejar la primera línea de la política británica tras empujar a su país fuera de la UE, “nunca vi en mi vida tal grado de irresponsabilidad. El precio lo pagarán los jóvenes y los que pierdan su trabajo porque las grandes compañías se marchen del Reino Unido”, sentencia.
Tras el Brexit, Schulz señala a Alemania, Francia e Italia como elementos clave para solucionar los problemas en los que se encuentra inmersa la UE. ¿Y España?, “es un estado miembro de la UE extremadamente importante, pero desde hace un año está en campaña electoral permanente. El país está ensimismado. Fue siempre uno de los motores del desarrollo europeo. Pero tras las elecciones de diciembre han seguido meses de negociaciones. Ahora se han celebrado nuevas elecciones, y se encaran semanas con una situación irresoluta (…) Necesitamos a España en el centro de la política europea”. El Gobierno español lucha actualmente por reducir la multa impuesta por la UE por violar las reglas fiscales de la UE, que pueden llegar a los 2.000 millones de euros (0,2% del PIB). “Necesitamos credibilidad al aplicar el Pacto de Estabilidad. Pero también necesitamos estabilidad social en los estados miembros”, añade Schulz al respecto, “las sanciones a España no son la mejor opción. Yo preferiría evitarlas si hay alguna manera de hacerlo. Si no existe, tenemos que discutir qué tipo de medidas [punitivas] se adoptan”.
Schulz es un buen conocedor de España, país que ha visitado más de una decena de veces desde que es presidente. Conoce al Rey y a los principales actores políticos de nuestro país, a quienes no ve muy proclives a realizar una gran coalición al estilo alemán. “No es una cuestión política, sino de contenido. Existen muchas posibilidades, pero honestamente también observo muchas diferencias”, admite. Sobre Pedro Sánchez y el PSOE, declara que “lo ha tenido difícil después de que el anterior Gobierno socialista atravesara turbulencias en los últimos años”. Además, considera al líder socialista como amigo y le define como un “hombre muy responsable que propone soluciones concretas”, a pesar de la división de la izquierda española. También tiene palabras para Pablo Iglesias, a quien califica como un buen político a pesar de que “ve sus responsabilidades como líder de la oposición, no como alguien que quiere gobernar el país”; y su partido, “Podemos es un movimiento, no un partido coherente. Es una suma de diferentes tendencias políticas con algunos denominadores comunes. Fue extraordinario que la formación consiguiera mantenerlas durante algún tiempo”.
Los orígenes de Schulz se remontan a Hehlrath (Alemania), localidad minera cercana a las fronteras con Bélgica y Holanda. Criado en el seno de una familia de clase obrera, no pasó por la universidad, y fueron los libros quienes se encargaron de forjar su visión del mundo. Éstos no evitaron que los problemas con el alcoholismo le llevasen a tocar fondo con 24 años e incluso a intentar suicidarse: “Hubo un momento en el que supe que, o bien cambiaba totalmente, o estaba perdido. Y cambié. (…) Seis años después era alcalde de mi ciudad. Cuánto más pienso sobre ello, menos entiendo cómo fue posible. He tenido el privilegio de vivir una existencia muy fascinante”.
Tras alcanzar la alcaldía de su ciudad natal de mano del SPD con tan sólo 30 años, dio el salto al Parlamento Europeo en 1994. “Desde que entró tenía claro que quería llegar alto”, recuerda el expresidente del Parlamento Europeo y entonces líder de los socialistas en la Eurocámara, Enrique Barón Crespo. La figura del alemán se hizo prominente tras su enfrentamiento con Silvio Berlusconi en 2003, cuando el entonces primer ministro italiano le comparó con el capo de un campo de concentración al criticar sus negocios en paralelo. De cara a conservar su asiento en enero de 2017, Schulz cuenta con un apoyo crucial dentro del partido rival, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, con quien mantiene una amistad que dura ya más de dos décadas y quien le define como “un europeo modelo: resuelto, infatigable, serio, pero con sentido del humor, lleno de fuerza interior y, sobre todo, con una convicción total”. Schulz tampoco da muchas pistas sobre una posible vuelta a la política alemana: “Soy el Presidente del Parlamento Europeo en tiempos extremadamente turbulentos. He conseguido en mi vida política más de lo que hubiera soñado. Así que, ¿cómo pensar sobre el futuro?”.
Entrevistamos al presidente del Parlamento Europeo para hablar de las sanciones a nuestro país, del día después del 'Brexit' y del turbulento futuro de la Union.
Por JORGE VALERO
21 de julio de 2016 / 10:23
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En la revista
Política

Martin Schulz, fotografiado en su despacho de Bruselas.
© Marcela Caba
Martin Schulz ocupa la presidencia del Parlamento Europeo en uno de los momentos más sensibles para la Unión en toda su historia teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, la salida de Reino Unido o las sanciones a España. “En las próximas semanas nos esperan tormentas con truenos”, sentencia el político alemán tras conocer la decisión de los británicos de dejar la Unión. “Me sentí profundamente conmocionado. No me lo podía creer”, cuenta sobre el momento en que conoció los resultados del referéndum.
"EN ALEMANIA TENEMOS TRADICIÓN DE COOPERACIÓN ENTRE LOS PARTIDOS. PARA MUCHOS POLÍTICOS, PRIMERO ES EL PAÍS Y LUEGO EL PARTIDO".
En su día aseguró que los británicos acabarían quedándose en el club de los 28, y recalca que a pesar de que el 75% de los jóvenes votaron a favor de la permanencia, sólo un 43% de ellos acudió a las urnas. Sobre la diferencia generacional del proceso piensa que los mayores no se preocupan del futuro, “en el referéndum mucha gente no se preocupó de la próxima generación”. Además, critica a Boris Johnson y Nigel Farage, principales estandartes de la campaña de apoyo al Brexit, por dejar la primera línea de la política británica tras empujar a su país fuera de la UE, “nunca vi en mi vida tal grado de irresponsabilidad. El precio lo pagarán los jóvenes y los que pierdan su trabajo porque las grandes compañías se marchen del Reino Unido”, sentencia.
Tras el Brexit, Schulz señala a Alemania, Francia e Italia como elementos clave para solucionar los problemas en los que se encuentra inmersa la UE. ¿Y España?, “es un estado miembro de la UE extremadamente importante, pero desde hace un año está en campaña electoral permanente. El país está ensimismado. Fue siempre uno de los motores del desarrollo europeo. Pero tras las elecciones de diciembre han seguido meses de negociaciones. Ahora se han celebrado nuevas elecciones, y se encaran semanas con una situación irresoluta (…) Necesitamos a España en el centro de la política europea”. El Gobierno español lucha actualmente por reducir la multa impuesta por la UE por violar las reglas fiscales de la UE, que pueden llegar a los 2.000 millones de euros (0,2% del PIB). “Necesitamos credibilidad al aplicar el Pacto de Estabilidad. Pero también necesitamos estabilidad social en los estados miembros”, añade Schulz al respecto, “las sanciones a España no son la mejor opción. Yo preferiría evitarlas si hay alguna manera de hacerlo. Si no existe, tenemos que discutir qué tipo de medidas [punitivas] se adoptan”.
Schulz es un buen conocedor de España, país que ha visitado más de una decena de veces desde que es presidente. Conoce al Rey y a los principales actores políticos de nuestro país, a quienes no ve muy proclives a realizar una gran coalición al estilo alemán. “No es una cuestión política, sino de contenido. Existen muchas posibilidades, pero honestamente también observo muchas diferencias”, admite. Sobre Pedro Sánchez y el PSOE, declara que “lo ha tenido difícil después de que el anterior Gobierno socialista atravesara turbulencias en los últimos años”. Además, considera al líder socialista como amigo y le define como un “hombre muy responsable que propone soluciones concretas”, a pesar de la división de la izquierda española. También tiene palabras para Pablo Iglesias, a quien califica como un buen político a pesar de que “ve sus responsabilidades como líder de la oposición, no como alguien que quiere gobernar el país”; y su partido, “Podemos es un movimiento, no un partido coherente. Es una suma de diferentes tendencias políticas con algunos denominadores comunes. Fue extraordinario que la formación consiguiera mantenerlas durante algún tiempo”.
Los orígenes de Schulz se remontan a Hehlrath (Alemania), localidad minera cercana a las fronteras con Bélgica y Holanda. Criado en el seno de una familia de clase obrera, no pasó por la universidad, y fueron los libros quienes se encargaron de forjar su visión del mundo. Éstos no evitaron que los problemas con el alcoholismo le llevasen a tocar fondo con 24 años e incluso a intentar suicidarse: “Hubo un momento en el que supe que, o bien cambiaba totalmente, o estaba perdido. Y cambié. (…) Seis años después era alcalde de mi ciudad. Cuánto más pienso sobre ello, menos entiendo cómo fue posible. He tenido el privilegio de vivir una existencia muy fascinante”.
Tras alcanzar la alcaldía de su ciudad natal de mano del SPD con tan sólo 30 años, dio el salto al Parlamento Europeo en 1994. “Desde que entró tenía claro que quería llegar alto”, recuerda el expresidente del Parlamento Europeo y entonces líder de los socialistas en la Eurocámara, Enrique Barón Crespo. La figura del alemán se hizo prominente tras su enfrentamiento con Silvio Berlusconi en 2003, cuando el entonces primer ministro italiano le comparó con el capo de un campo de concentración al criticar sus negocios en paralelo. De cara a conservar su asiento en enero de 2017, Schulz cuenta con un apoyo crucial dentro del partido rival, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, con quien mantiene una amistad que dura ya más de dos décadas y quien le define como “un europeo modelo: resuelto, infatigable, serio, pero con sentido del humor, lleno de fuerza interior y, sobre todo, con una convicción total”. Schulz tampoco da muchas pistas sobre una posible vuelta a la política alemana: “Soy el Presidente del Parlamento Europeo en tiempos extremadamente turbulentos. He conseguido en mi vida política más de lo que hubiera soñado. Así que, ¿cómo pensar sobre el futuro?”.