Marlon Brando y James Dean habrían sido ‘amantes sadomasoquistas’

MARLON BRANDO : UN AMOR SECRETO






1 dic. 2011


Desde Cataluña, vuestra Louella Parsons, no quiero irme de puente, sin dejaros este cotilleo made in Hollywood, que me han enviado por mail, la noticia no tiene desperdicio ,siempre he sido muy respetuosa referente al gran Brando, y no había oído hablar en mi vida, de Wally Cox, he buscado imágenes en la Wiki y efectivamente Wally Cox existe o existía y aparece fotografiado junto al actor, por supuesto que no soy ajena a los rumores que han circulado sobre la bisexualidad de Brand , pero lo que mas me deja estupefacta es la pinta del tal Wally, no sé a lo mejor tenía otras cualidades, que no se pueden apreciar en las fotos...en fin pensaba que Brando tenía un gusto más exótico; os dejo con el articulo, para que vosotros juzguéis...




Las noticias sobre los devaneos homosexuales de Marlon Brando no son nada nuevo; pero la publicación de una foto del actor practicando el s*x* oral a otro hombre devuelve a la actualidad ésta faceta del actor de actores.






En la foto, presuntamente, aparece Marlon Brando dando cuenta de las magnitudes genitales de su amigo Wally Cox, famoso por su enorme… talento, entre otras cosas.
La leyenda cuenta que esta foto forma parte de la colección privada de Brando, y que fue ocultada durante años, mientras Brando se dedicaba a casarse y tener hijos a diestro y siniestro; aunque, siempre presuntamente, nunca dejó de lado esta faceta gay, que parece ser, compartió con otros actores como Cary Grant, Rock Hudson, Stewart Granger, Montgomery Clift, John Gielgud y James Dean. Curiosamente hay declaraciones del actor confirmando su bisexualidad; aunque nunca se tomaron muy en serio. Lo que queda detrás de esta explicita foto es una historia de amor por descubrir, la que unió en una amistad hasta la muerte entre él y Wally Cox. Una vez Brando dijo:








“si Wally hubiera sido una mujer, me hubiera casado con él y hubiesemos sido felices para siempre "

Marlon Brando conoció a Wally en Nueva York cuando era una aspirante a actor.
Compartieron apartamento, incluso en sus años más locos de alcohol, fiestas y mujeres.
Brando, en 1976, dijo esto sobre la homosexualidad:

“La homosexualidad está tan de moda que ya no es noticia. Como muchos hombres, yo, también, he tenido experiencias homosexuales y no me averguenzo. Nunca he prestado mucha atención a lo que la gente piensa sobre mi.”

Se cuenta incluso que en 1959, Anna Kasfhi quisó utilizar esta foto como prueba en su proceso de divorcio del actor, para obtener la custodia total de los hijos que había tenido con Brando.
Cuando Brando murió, sus cenizas fueron esparcidas por el californiano “Death Valley”, fueron esparcidas junto a las cenizas de Wally Cox. Decisión que su hijo Miko justificó con un lacónico “es lo correcto "La familia de Brando no ha dado detalles de por qué el actor guardaba los restos de su amigo, fallecido en 1973, pero les pareció lo correcto esparcir ambas a la vez. Tras lo que un amigo de la familia dijo que “Wally fue el gran amor de Brando.” Desgraciadamente no todos los tiempos pasados fueron mejores… para el amor.


Por su lado, Wally Cox, antes de morir, dijo algo así como: “Lo único que voy a echar de menos realmente de esta vida, será caminar entre los árboles con Marlon.”
Si su amor fue verdadero o sólo fruto de las necesidades comerciales de un biógrafo, quizás nunca lo sabremos categóricamente, pero es hermoso saber que ambos terminaron fundiendo sus cenizas con el viento.







WALLY COX, CON MARILYN...AMBOS CON UNA CARA DE " MUERMO "
En una carta que le escribe Marlon Brandoa Tennesse Williams, el 24 de mayo de 1955, dice entre otras cosas:


"A veces he tenido miedo porque el éxito canta una canción de cuna mortal para la mayoría de la gente. El éxito es como una prost*t*ta, real y sutil, a la que le gustaría verte durmiendo con el pexx a la vista"....


..."Usted ha sido tan valiente. Como pocos. Y es reconfortante pensar en ello. Probablemente usted no piense de sí mismo que es tan valiente, pero yo sé que sí lo es y aprendo de usted"...





" EL REMORDIMIENTO ES UN SENTIMIENTO COMPLETAMENTE INÚTIL, PERTENECE AL PASADO "
A expensas, de lo que el articulo diga, personalmente me da igual, si el tal Wally Cox, fue el amor de Brando...cosas más raras se han visto, bajo mi punto de vista, lo habría dicho " affaire" con el guapo Monty, porque Wally, era más feo que Picio, pero algo tendría el tío ??? y que está claro, que el actor dejo en su testamento bien claro, el tema de las cenizas y eso bajo mi punto de vista significa mucho. Es decir Wally Cox, fue muy importante en la vida del actor de actores, por sus brazos pasaron mujeres hermosas, esposas...pero Wally Cox, debía tener algo fascinante, o tremendamente divertido, algo que Brando, supo ver y quiso estar con él juntos para toda la eternidad, me consta que Brando, como todos los genios fue una persona extremadamente sensible y especial, su vida no fue solo el éxito que le consagró como una estrella del celuloide... antes de su muerte sufrió y mucho, el su***dio de su hija Cheyenne, le deprimió hasta el fondo de su alma, fue un golpe durísimo, que la vida le asesto, solo los que somos padres-madres podemos entenderlo a fondo la tragedia que vivió Brand. De todas formas creo que en él había algo " oscuro, atormentado " desde siempre, quizá su profesión le sirvió de catársis... y es que no siempre el físico lo es todo queridos amig@s, lo digo por el tema de Wally Cox. Sirva este pequeño homenaje, para ver más allá del ser, del monstruo cinematográfico que fue el mejor actor de todos los tiempos...alguien irrepetible y ÚNICO.









QUÉ TIERNO !!!!




QUÉ ESCÁNDALO DE HOMBRE !!!



ME PUEDE EL GESTO DE BRAND, A VIVIEN, COMO DICIENDO !!! A MI, ME LA VAS A DAR !!!

En el set de " Un tranvía llamado deseo "




ADORABLE CRIATURA


POR SI ESTÁIS INTERESADOS EN SABER MÁS SOBRE BUDDY, AQUÍ OS DEJO DOS ENLACES MUY INTERESANTES:
http://www.entrelineas.org/leer.asp?a=marlon-brando
http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2008/463/1218106329.html
 
La dolorosa belleza de Marlon Brando
Una nueva biografía revela la compleja personalidad de un actor que revolucionó el arte de interpretar. Patricia Bosworth retrata a un Brando obsesionado con sus padres, adicto a la comida para renegar de sí mismo.

ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS 9 AGO 2003
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Marlon Brando vive solo en Los Ángeles, en su casa de estilo japonés de Mulholland Drive. Pasa las horas hablando por teléfono y enganchado a Internet. Le gustan los chats y, al parecer, visita secretamente las páginas dedicadas a él para corregir datos equivocados. Anónimamente se comunica con muchas personas. Tiene 79 años y un carácter paranoico. Trata con desprecio su oficio y si trabaja es por cantidades astronómicas de dinero. De vez en cuando come en su casa con Johnny Depp (un joven actor por el que siente debilidad) o sale a algún restaurante de Beverly Hills con su amigo el promotor de boxeo Larry King. Le gusta llamar a la famosa presentadora Oprah Winfrey para intercambiar detalles sobre sus aumentos y pérdidas de peso. Brando tiene un candado en su nevera. Su clínica de adelgazamiento favorita está en el Reino Unido, pero apenas la visita. Se refugia en la comida para calmar sus estados de ansiedad y sus continuas depresiones. Dicen que se hizo desde muy joven adicto a la mantequilla de cacahuete y a las hamburguesas. Las teorías más simplistas lo achacan a que es hijo de alcohólicos. Otras lo atribuyen a un fatal instinto: Marlon Brando odiaba su belleza.

A Brando no le gustaba Stanley Kowalski, el personaje que (primero en el teatro y luego en el cine) le convirtió en icono.

Patricia Bosworth, periodista de The New York Times y Vanity Fair, recoge en su biografía sobre Marlon Brando (que en octubre edita en España Mondadori) la vida de un hombre que revolucionó el arte de actuar, que se atrevió a cambiar las técnicas tradicionales de declamación y que gracias a muy pocos trabajos (básicamente los de Un tranvía llamado deseo, ¡Viva Zapata!, Julio César, La ley del silencio, El rostro impenetrable, La jauría humana, El Padrino, El último tango en París y Apocalipse Now) es un icono del siglo XX. A partir de entrevistas con amigos y de otros libros, incluida la autobiografía de Brando (Las canciones que mi madre me enseñó,publicada en España por Anagrama) y la monumental que en 1994 escribió Peter Manso, Bosworth retrata -con admiración pero también con distancia- la trayectoria de un hombre tan sensible como furioso. Un actor cuyo magnetismo sexual, su melancólico egocentrismo y sus rasgos infantiles (tenía su casa llena de trenes de juguete y de animales, tortugas, mapaches...) le hacían irresistible a los ojos de cualquiera, ya fuera "mujer, hombre o animal".

Según la crítica de The New York Times, lo único lamentable del libro de Bosworth (perteneciente a la colección Penguin Lives) es "su brevedad". Otros comentarios subrayan que se trata de una biografía más interesada en la forja del actor que en los detalles de su vida privada. La biógrafa apenas se detiene en un suceso clave de sus últimos años: el su***dio de su hija Cheyenne, que se ahorcó después de que su hermano Christian asesinara a su novio. Christian dijo que quiso evitar que su cuñado pegara a su hermana, pero eso (y los millones invertidos por su padre en abogados) no le salvaron de la cárcel. Christian, adicto a las drogas desde muy joven, era el hijo favorito de Brando. De sus nueve vástagos reconocidos, Miko, hijo de la mexicana Movita y uno de los que menos gracia hacía a su padre -lo encontraba un niño muy pesado-, es hoy el que el que más cerca está de Brando. Miko, guardaespaldas de Michael Jackson, incluso logró que su padre le diera algunas clases de actuación al autor de Thriller.

Brando pasó de ser un hombre generoso que se hacía cargo de cualquiera que conocía (sus casas de Nueva York o su atolón de la Polinesia eran enormes comunas de amigos y conocidos que vivían a su costa) a ser un hombre receloso y desconfiado. Hoy apenas tiene amigos. Wally Cox (un flacucho con gafas extremadamente inteligente y culto) lo fue desde niño, y cuando murió Brando se peleó con su viuda por las cenizas. Al final ella permitió que Brando se las llevara. "Las necesita más que yo", dijo. Juntos compartieron casa durante años y juntos viajaban en moto sin rumbo.

Marlon Brando nació el 3 de abril de 1924 en una familia acomodada de Omaha (Nebraska). Él y sus dos hermanas (a las que siempre adoró y a las que dedicó, junto a su psiquiatra, su autobiografía) se criaron bajo el irresistible -aunque frágil- encanto de su madre, una rubia despampanante de origen irlandés llamada Dorothy -Dodie-Pennebaker. Su padre, Marlon Brando, era un fanfarrón autoritario a quien el actor siempre temió. No sólo dilapidó el dinero de su hijo en malos negocios, sino que le gustaba desautorizarle en público. En uno de los famosos monólogos que el actor improvisó en El último tango en París (juró que jamás se volvería a exponer de esa manera en una película) dejó ver el dolor que le había causado la relación de amor-odio con su progenitor, a quien el actor definió así: "Su sangre consistía en una mezcla de alcohol, testosterona, adrenalina e ira". Fue un estudiante desastroso, su madre -que había sido actriz- le llenó la cabeza de historias y canciones (Brando asegura que en su cabeza nunca deja de tararear) que disparaban su imaginación. Expulsado de varias escuelas, en 1943 viajó a Nueva York para vivir con sus hermanas, que entonces estudiaban en Manhattan.

Ese mismo año entraba en la clase de teatro de Stella Adler. Al verle llegar vestido con un pantalón de peto y unas viejas zapatillas, la profesora hizo un comentario rijoso: "¿Quién es este vagabundo?". Mirándola fijamente, el joven, de 19 años, simplemente contestó: "Marlon Brando". A las pocas semanas, Brando ya era su alumno favorito. Adler propuso a la clase que se comportaran como gallinas amenazadas por una bomba. Mientras todos cacareaban frenéticos por el aula, Brando se fue a un rincón y puso un huevo. "Stella me lo enseñó todo", afirmaría más tarde el actor. "No le enseñé nada. Sólo le abrí las puertas del sentimiento y la experiencia. Después ya no me necesitó".

El joven Brando siempre arrastró una profunda tristeza. Se sentía atraído por mujeres mayores que él, mientras intentaba -sin éxito- alejar a su madre de su padre. A Brando le repugnaba el donjuanismo de su padre y no entendía cómo su madre, siempre rodeada de artistas excéntricos y bohemios, volvía una y otra vez con él. El alcohol hizo estragos en ella y su hijo la buscaba en los bares donde se perdía, incluso una vez la llevó desnuda por las calles, inconsciente de tanto beber. Dodie se instaló con sus hijos en Nueva York. Allí, Brando se encerraba en el cuarto de su madre y actuaba sólo para ella durante horas. Cuando su madre dejó Nueva York para volver una vez más con su marido y para hacer una cura de desintoxicación, Brando se refugió en casa de Stella Adler. Su madre acabó siendo una de las mujeres pioneras en Alcohólicos Anónimos. Y él, según una conversación que mantuvo con el dramaturgo Clifford Odets, sintió que a partir de entonces ya no le necesitó como cuando era una bebedora incontrolada. "Pensé que ya no me quería". El 31 de marzo de 1954, cuando Brando ya era un actor famoso, Dodie moría agarrada a las manos de su hijo. Él le cortó un mechón de cabello, cogió la almohada sobre la que había muerto y un anillo de aguamarina que siempre llevaba en el dedo. Deambuló durante horas por la calle.

Marlon Brando siempre salió con infinidad de mujeres, guapas, feas, flacas y gordas. También, años después, confesó a una revista francesa que él, "como la mayoría de los hombres", había tenido relaciones homosexuales: "Y no me avergüenzo. En lo más profundo me siento ambiguo. De algún modo el s*x* carece de precisión. Digamos que el s*x* es asexual". En su juventud, su novia favorita era Celia Webb, una suramericana ardiente y elegante, madre de un hijo y diez años mayor que él, a quien conoció en casa de sus hermanas en Nueva York. Su amistad duró años. Sondra Lee, otra de sus novias de juventud, recuerda cómo un día fue a visitarle: "Marlon abrió la puerta y tras él vi a Celia en la cama. Estuvo encantador pero capté el mensaje. Los dos sabíamos que ella era especial". Sondra y Celia se hicieron amigas. "En aquella época todas las novias de Marlon éramos amigas. Aceptábamos la situación. Era un Dios, un rey... Aceptábamos el hecho de que era distinto". En 1947, Brando actuó con una de las estrellas más conocidas de Broadway, Tallulah Bankhead. La relación resultó difícil y lo echaron. Antes de las escenas de amor, él masticaba ajos. "Querido papá", escribía ese mismo año, "el 4 de octubre empiezo los ensayos de Un tranvía llamado deseo. Voy a cobrar 550 dólares a la semana y seré el segundo en cartel. El director es Elia Kazan. La protagonista es Jessica Tandy. Karl Maden hace un papel secundario. Es una obra fuerte, violenta y sincera, de impacto más emocional que intelectual". A Brando no le gustaba Stanley Kowalski, el personaje que (primero en el teatro y luego en el cine) le convirtió en icono. "Yo era la antítesis de Stanley Kowalski. Yo era de naturaleza sensible, y él, vulgar".

Cuarenta años después, Harold Brodky escribiría en The New Yorker:"La nueva encarnación del padre de clase trabajadora del país en Brando constituyó una importante invención cultural. [...] Era en muchos aspectos una especie de soldado desconocido, no física, sino espiritualmente muerto". En sus memorias, Tenessee Williams recuerda su primer encuentro con Brando: "Me pidió que paseáramos por la playa. No intercambiamos ni una palabra. ¡Nunca había visto a un hombre de tan extraordinaria belleza!".

Desde muy pronto Brando despreció la fama, temía a los fans y rechazaba el trato de favor que recibía. El éxito le perturbaba. Empezó a padecer insominio y jaquecas. En la célebre entrevista que Truman Capote le hizo en 1957 y que se tituló El duque en sus dominios, Brando (que durante cinco horas bebió mucho vodka) afirma que la gente sensible no logra evolucionar aterrada por las heridas. "Nunca se permite sentir porque siempre siente demasiado". Brando le confesó que se sentía incapaz de amar a nadie, de confiar en nadie. La entrevista se publicó en The New Yorker y su impacto fue enorme. Brando quería matar "al pequeño bastardo". Quería demandarle. Finalmente no lo hizo. Cuando le preguntaban decía: "Creo que le golpearé con un fideo mojado".
 
Podría ser, de esto se ha hablado mucho.

James Dean sentía obsesión-admiración por Brando, de ser cierta esta relación, me imagino el papel de cada cual, ser rumoreaba que Dean era masoquista en sus relaciones sexuales.

Creo, y esto es una opinión personal por todos los libros que he leído de ambos, que eran bisexuales, más acentuada esta bisexualidad en Dean, aunque estuvo muy enamorado de Pier Angeli, por ejemplo, esto se puede comprobar, ya no por las declaraciones del propio Dean, sino las de Pier, tenemos también su famosa nota de su***dio.

Brando era más de mujeres, aunque tuvo amantes masculinos también, pero sus grandes amores fueron féminas.
 
Yo, sinceramente, creo que Dean era un niño confundido y atormentado que aprendió rápidamente que tener relaciones con hombres lo beneficiaba, pero lo adolescente y hasta puro de su relación con Pier Angeli me dan a pensar que sus gustos realmente iban por otro lado, sólo que era muy tarde para cambiar y en últimas aprendió a disfrutar del s*x* con hombres. El tipo hizo de todo para gustarle a la mamá de Pier Angeli, que fue la verdadera instigadora del matrimonio con Damone. Me recuerda un poco al personaje de Leonardo Di Caprio en Atrapame si puedes, que siempre se hacía pasar por tipos más grandes y sofisticados, que salían con todo tipo de mujeres, pero de la que se enamoró, por la que quiso dejar su vida de engaños y mentiras, era de la enfermera de 17 años. En el fondo, era un niño y le gustaban las niñas como él.

Marlon era otra cosa. Mucho más cerebral, mucho más retorcido, más maquiavélico, un fascinante hijo de put... en todos los aspectos. De hecho, creo que lo tirano hacia sus mujeres tenía que ver, en últimas, con que disfrutaba más del s*x* con hombres. Ahora se sabe que también le iba el s*x* con hombres negros. Según Quincy Jones, Marlon y Richard Pryor fueron amantes, lo que confirmó su viuda. Quincy también contó que Marlon estuvo con el cantante Marvin Gaye y con el escritor James Baldwin. De este último ya se hablaba hace tiempo.
 
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