Mantenidos por sus mujeres
28 / 03 / 2014 Celia Lorente
La publicación de unas curiosas conversaciones confidenciales entre Nicolas Sarkozy y Carla Bruni en el Elíseo en las que ella sugiere, entre bromas, que es quien paga las facturas comunes ha dejado sorprendido a medio mundo. “En mi caso –dice Sarkozy– resulta que hice muy buen negocio casándome con Carla. En nuestra pareja, es ella la que paga las facturas domésticas”, y Bruni le responde: “Sí, está claro que soy yo quien paga”. Con sorna, y en presencia de sus consejeros de Gobierno, el aún presidente de la República Francesa en esos momentos le responde: “Anda, anda... te lo digo claro, lo mío es convertirme en un señor Ramírez cualquiera y pasar por la caja que tiene mi esposa”.
A pesar de los avances en igualdad de género, en cuestiones de dinero los estudios realizados siguen diciendo que cuando la mujer gana más que el hombre la relación se tambalea. ¿Los motivos? Para un hombre, que su mujer le mantenga o incluso que su sueldo sea inferior al de ella le hace sentirse incómodo y fuera de su rol genético como abastecedor del clan familiar. Todavía se identifica hombría con poder, y el dinero es una forma de poder.
Sin embargo, hay hombres a los que no solo no parece importarles vivir de sus compañeras, sino que lo hacen sin ningún cargo de conciencia. Las Jurado tienen tradición de ser mujeres que llevan en casa los pantalones, la fallecida Rocío lo hizo con sus dos maridos, y su hija Rociíto sigue sus pasos. Su primer marido, Antonio David Flores, guardia civil de profesión, abandonó el cuerpo tras casarse y verse envuelto en un escándalo por irregularidades cometidas en el ejercicio de su labor. Luego, puso en marcha varios negocios, el primero fue una inmobiliaria, Rocío Carrasco participó en ella; posteriormente optó por el ocio nocturno hostelero en Sevilla; y luego por una cadena de tintorerías. Tras su divorcio en 2001 se negó a pagar la pensión de sus hijos. Rocío Carrasco convive en la actualidad con Fidel Albiac, que también abandonó sus aspiraciones, en este caso a policía local, al poco tiempo de iniciar su relación con ella. Tras empezar a convivir montó con la ayuda de ella su propia empresa, Yamaguchi Producciones Artísticas, dedicada a la representación e imagen. A pesar de que la proyección de Rocío Carrasco podía ayudarle a prosperar en ese mundillo, Yamaguchi no ha dejado de acumular pérdidas –y algunas deudas– y en la actualidad prácticamente no tiene actividad conocida. En el registro mercantil Fidel Albiac aparece también como administrador único de otra sociedad, Campobiac SL, cuyo objeto es “la promoción, organización, dirección, administración, desarrollo y ejecución de toda clase de explotaciones ganaderas y el montaje y explotación de toda clase de industrias o comercios relacionados con la hostelería”. Esta empresa tampoco tiene actividad y su último depósito contable es de 2012. La hija de la Jurado tampoco es que haya salido muy trabajadora y el matrimonio tiene por ahora cubiertos sus gastos con la sustanciosa herencia de la cantante de Chipiona.
La que sí es un “curranta”, como ella misma se define, es Concha Velasco, la actriz no ha parado en toda su vida de trabajar. Su marido Paco Marsó murió en 2010 cuando ya llevaban divorciados dos años. Fueron tres décadas de convivencia en las que ella llevó todo el peso familiar. Se conocieron en los años setenta del siglo XX mientras trabajaban en una obra de teatro bajo la dirección de Adolfo Marsillach. Se casaron y a partir de aquel momento Marsó se dedicó en exclusiva a producir aquellos proyectos en los que Concha era protagonista. El actor llegó a crear también una editorial a la que denominó Marsó-Velasco, sin gran éxito. En los últimos años de su vida, se vio envuelto en temas relacionados con la prensa rosa, no solo por su divorcio con Velasco, sino también por otros asuntos relacionados con una hija habida de una relación anterior.
Tampoco acabó bien con su compañero la actriz Carmen Maura, que afirmaba en una entrevista: “He sido estafada por el señor con el que he vivido 13 años”. Así explicaba cómo se había quedado en la ruina tras haber confiado a su pareja, el empresario Antonio Moreno Rubio, toda la administración de sus bienes. “En un momento dado, y a petición suya, le entregué poderes universales para firmar cualquier cosa a mi nombre”, ha dicho. Cuando vino a darse cuenta, su dinero había desaparecido y tuvo que subastar sus dos casas para salir del apuro económico.
Era yo quien pagaba.
A Isabel Pantoja tampoco le salió bien su relación con Julián Muñoz y en el juicio por blanqueo de dinero en el que ambos se vieron implicados, la tonadillera aseguró ante el tribunal que el exalcalde de Marbella “jamás” le dio dinero “porque no tenía nada” y que era ella quien le mantenía. “Era yo la que le daba a él, era yo quien le mantenía, era yo quien le di trabajo, era yo quien le pagaba su sueldo”, declaraba en el juicio. La vivienda de la urbanización La Pera, donde la pareja convivió un tiempo, también la pagaba ella de su bolsillo.
La cantante Paulina Rubio decidió divorciarse de Nicolás Vallejo Nájera, Colate, del que dijo que durante su matrimonio “no hacía nada”, que nunca trabajó, “ni tampoco hizo el intento”. Tras el divorcio, el empresario siguió empeñado en que la mexicana lo mantuviera. Le solicitó a través de su abogado un seguro de vida, la renta de la casa y que ella fuera la encargada de la manutención y de todos los gastos del hijo que tienen en común. Ante las demandas, Paulina argumentó que “él es joven, bilingüe, inteligente y educado, con títulos de negocios, físicamente activo y saludable, y además tuvo sus negocios en el pasado. Por ello debe buscarse un trabajo para poder mantenerse tras el divorcio”. Actualmente el único trabajo que se le conoce a Colate es su participación como concursante en el programa de TVE, Mira quién baila. Pero por el acuerdo de divorcio al que llegó en marzo de 2013, Paulina le proporcionará unos 243.000 euros, a pagar en tres años. A Madonna, sin embargo, no solo no le importa mantener a sus jóvenes parejas, sino que además presume de ello. A su exnovio Jesús Luz le pagaba una mensualidad para que dejara su profesión de modelo y la acompañara a todas partes, unos 10.000 dólares (7.200 euros) según In Touch Weekly. También le pagaba un profesor particular de inglés para que mejorara en este idioma y poder comunicarse mejor con él. Ahora con su nuevo amante, el bailarín Timor Steffans, de 26 años, tampoco escatima en gastos.
Otra gran diva, la cantante Jennifer Lopez, tampoco tiene reparo en mantener a su novio, el bailarín Casper Smart. Pero a diferencia de Madonna, a ella no le gusta pagar y le ha dado 10.000 dólares para que sea él quien saque la cartera cuando toque. Además, le ha regalado un Bentley descapotable blanco con el que se pasea por Los Ángeles. J. Lo tampoco se olvida de echar una mano a su pareja a la hora de cumplir su sueño de convertirse en actor y ya está rodando su primera película, Restored Me, que le tiene “entusiasmado”.
Y en excedencia está Alfonso Díez Carabantes, marido de la duquesa de Alba, de su puesto como funcionario de Correos. Acompañar y cuidar de Cayetana es ahora su principal trabajo. El anterior marido de la de Alba tampoco daba palo al agua, estar casado con la mujer con mayor patrimonio de España conlleva sus privilegios. Jesús Aguirre, doctor en Teología y exsacerdote jesuita, se dedicó a la vida contemplativa tras su enlace con la duquesa. Era un hombre culto, once años menor que ella, y se llevó muy bien con sus hijos. Desde su matrimonio se dedicó, con la ayuda de su hijastro mayor, Carlos, a gestionar el patrimonio familiar de los Alba.
28 / 03 / 2014 Celia Lorente
- No trabajan, ni falta que les hace, porque sus mujeres cuidan de ellos y de que no les falte de nada. Aunque, a veces, esto trae problemas.
La publicación de unas curiosas conversaciones confidenciales entre Nicolas Sarkozy y Carla Bruni en el Elíseo en las que ella sugiere, entre bromas, que es quien paga las facturas comunes ha dejado sorprendido a medio mundo. “En mi caso –dice Sarkozy– resulta que hice muy buen negocio casándome con Carla. En nuestra pareja, es ella la que paga las facturas domésticas”, y Bruni le responde: “Sí, está claro que soy yo quien paga”. Con sorna, y en presencia de sus consejeros de Gobierno, el aún presidente de la República Francesa en esos momentos le responde: “Anda, anda... te lo digo claro, lo mío es convertirme en un señor Ramírez cualquiera y pasar por la caja que tiene mi esposa”.
A pesar de los avances en igualdad de género, en cuestiones de dinero los estudios realizados siguen diciendo que cuando la mujer gana más que el hombre la relación se tambalea. ¿Los motivos? Para un hombre, que su mujer le mantenga o incluso que su sueldo sea inferior al de ella le hace sentirse incómodo y fuera de su rol genético como abastecedor del clan familiar. Todavía se identifica hombría con poder, y el dinero es una forma de poder.
Sin embargo, hay hombres a los que no solo no parece importarles vivir de sus compañeras, sino que lo hacen sin ningún cargo de conciencia. Las Jurado tienen tradición de ser mujeres que llevan en casa los pantalones, la fallecida Rocío lo hizo con sus dos maridos, y su hija Rociíto sigue sus pasos. Su primer marido, Antonio David Flores, guardia civil de profesión, abandonó el cuerpo tras casarse y verse envuelto en un escándalo por irregularidades cometidas en el ejercicio de su labor. Luego, puso en marcha varios negocios, el primero fue una inmobiliaria, Rocío Carrasco participó en ella; posteriormente optó por el ocio nocturno hostelero en Sevilla; y luego por una cadena de tintorerías. Tras su divorcio en 2001 se negó a pagar la pensión de sus hijos. Rocío Carrasco convive en la actualidad con Fidel Albiac, que también abandonó sus aspiraciones, en este caso a policía local, al poco tiempo de iniciar su relación con ella. Tras empezar a convivir montó con la ayuda de ella su propia empresa, Yamaguchi Producciones Artísticas, dedicada a la representación e imagen. A pesar de que la proyección de Rocío Carrasco podía ayudarle a prosperar en ese mundillo, Yamaguchi no ha dejado de acumular pérdidas –y algunas deudas– y en la actualidad prácticamente no tiene actividad conocida. En el registro mercantil Fidel Albiac aparece también como administrador único de otra sociedad, Campobiac SL, cuyo objeto es “la promoción, organización, dirección, administración, desarrollo y ejecución de toda clase de explotaciones ganaderas y el montaje y explotación de toda clase de industrias o comercios relacionados con la hostelería”. Esta empresa tampoco tiene actividad y su último depósito contable es de 2012. La hija de la Jurado tampoco es que haya salido muy trabajadora y el matrimonio tiene por ahora cubiertos sus gastos con la sustanciosa herencia de la cantante de Chipiona.
La que sí es un “curranta”, como ella misma se define, es Concha Velasco, la actriz no ha parado en toda su vida de trabajar. Su marido Paco Marsó murió en 2010 cuando ya llevaban divorciados dos años. Fueron tres décadas de convivencia en las que ella llevó todo el peso familiar. Se conocieron en los años setenta del siglo XX mientras trabajaban en una obra de teatro bajo la dirección de Adolfo Marsillach. Se casaron y a partir de aquel momento Marsó se dedicó en exclusiva a producir aquellos proyectos en los que Concha era protagonista. El actor llegó a crear también una editorial a la que denominó Marsó-Velasco, sin gran éxito. En los últimos años de su vida, se vio envuelto en temas relacionados con la prensa rosa, no solo por su divorcio con Velasco, sino también por otros asuntos relacionados con una hija habida de una relación anterior.
Tampoco acabó bien con su compañero la actriz Carmen Maura, que afirmaba en una entrevista: “He sido estafada por el señor con el que he vivido 13 años”. Así explicaba cómo se había quedado en la ruina tras haber confiado a su pareja, el empresario Antonio Moreno Rubio, toda la administración de sus bienes. “En un momento dado, y a petición suya, le entregué poderes universales para firmar cualquier cosa a mi nombre”, ha dicho. Cuando vino a darse cuenta, su dinero había desaparecido y tuvo que subastar sus dos casas para salir del apuro económico.
Era yo quien pagaba.
A Isabel Pantoja tampoco le salió bien su relación con Julián Muñoz y en el juicio por blanqueo de dinero en el que ambos se vieron implicados, la tonadillera aseguró ante el tribunal que el exalcalde de Marbella “jamás” le dio dinero “porque no tenía nada” y que era ella quien le mantenía. “Era yo la que le daba a él, era yo quien le mantenía, era yo quien le di trabajo, era yo quien le pagaba su sueldo”, declaraba en el juicio. La vivienda de la urbanización La Pera, donde la pareja convivió un tiempo, también la pagaba ella de su bolsillo.
La cantante Paulina Rubio decidió divorciarse de Nicolás Vallejo Nájera, Colate, del que dijo que durante su matrimonio “no hacía nada”, que nunca trabajó, “ni tampoco hizo el intento”. Tras el divorcio, el empresario siguió empeñado en que la mexicana lo mantuviera. Le solicitó a través de su abogado un seguro de vida, la renta de la casa y que ella fuera la encargada de la manutención y de todos los gastos del hijo que tienen en común. Ante las demandas, Paulina argumentó que “él es joven, bilingüe, inteligente y educado, con títulos de negocios, físicamente activo y saludable, y además tuvo sus negocios en el pasado. Por ello debe buscarse un trabajo para poder mantenerse tras el divorcio”. Actualmente el único trabajo que se le conoce a Colate es su participación como concursante en el programa de TVE, Mira quién baila. Pero por el acuerdo de divorcio al que llegó en marzo de 2013, Paulina le proporcionará unos 243.000 euros, a pagar en tres años. A Madonna, sin embargo, no solo no le importa mantener a sus jóvenes parejas, sino que además presume de ello. A su exnovio Jesús Luz le pagaba una mensualidad para que dejara su profesión de modelo y la acompañara a todas partes, unos 10.000 dólares (7.200 euros) según In Touch Weekly. También le pagaba un profesor particular de inglés para que mejorara en este idioma y poder comunicarse mejor con él. Ahora con su nuevo amante, el bailarín Timor Steffans, de 26 años, tampoco escatima en gastos.
Otra gran diva, la cantante Jennifer Lopez, tampoco tiene reparo en mantener a su novio, el bailarín Casper Smart. Pero a diferencia de Madonna, a ella no le gusta pagar y le ha dado 10.000 dólares para que sea él quien saque la cartera cuando toque. Además, le ha regalado un Bentley descapotable blanco con el que se pasea por Los Ángeles. J. Lo tampoco se olvida de echar una mano a su pareja a la hora de cumplir su sueño de convertirse en actor y ya está rodando su primera película, Restored Me, que le tiene “entusiasmado”.
Y en excedencia está Alfonso Díez Carabantes, marido de la duquesa de Alba, de su puesto como funcionario de Correos. Acompañar y cuidar de Cayetana es ahora su principal trabajo. El anterior marido de la de Alba tampoco daba palo al agua, estar casado con la mujer con mayor patrimonio de España conlleva sus privilegios. Jesús Aguirre, doctor en Teología y exsacerdote jesuita, se dedicó a la vida contemplativa tras su enlace con la duquesa. Era un hombre culto, once años menor que ella, y se llevó muy bien con sus hijos. Desde su matrimonio se dedicó, con la ayuda de su hijastro mayor, Carlos, a gestionar el patrimonio familiar de los Alba.