Maria Teresa- De Plebeya a Gran Duquesa

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Suegros de Maria Teresa

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María Teresa de Luxemburgo nació el 22 de marzo de 1956 en Marinao- La Habana. En octubre de 1959, y como consecuencia de la revolución castrista, la familia de la Gran Duquesa emigró a los Estados Unidos. A partir de 1965, la familia se estableció en Suiza. Sería durante sus estudios de Ciencias Políticas en la Universidad de Ginebra donde la gran duquesa María Teresa conocería a su futuro marido, el por entonces Heredero al Gran Ducado luxemburgués, Enrique, con el que contraería matrimonio en 1981. Fruto de su unión nacieron 5 hijos: el príncipe Guillermo (11 de noviembre de 1981), Heredero al trono casado con Estefania de Lannoy; el príncipe Félix (1984) casado con Claire y padre de Amalia y Liam, el príncipe Luis (1986), casado con Tessy Anthony y padre de dos niños, Gabriel (2006) yNoah (2007); la princesa Alejandra (1991), y el príncipe Sebastián (1992)
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María Teresa de Luxemburgo: Una mujer valiente

Amada por su familia y admirada por su pueblo, ha llevado con dignidad su papel como gran duquesa y ha sabido enfrentar todas las vicisitudes que la vida le ha presentado

Por: Mari Rodriguez Ichaso

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Foto: AP. / 2016 Cour Grand-Ducale / Sylvie Lancrenon / All Rights Reserved

Este es un año marcado por eventos importantes en la vida de la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo: cumplió 35 años de casada con el gran duque Enrique el pasado 14 de febrero, 60 años de edad el 22 de marzo, y 16 años de haber sido nombrada gran duquesa el próximo 7 de octubre.

Nacida el 22 de marzo de 1956, en La Habana, Cuba, en el seno de una distinguida y rica familia, María Teresa Mestre tenía 3 años cuando abandonó Cuba después del comienzo de la Revolución. Vivió en Nueva York, estudió en el colegio Marymount y en el Liceo Francés, y después se mudó a España con su familia. Años más tarde, en 1980, la joven comenzó a estudiar Ciencias Políticas en la Universidad de Ginebra, Suiza, y allí conoció a Enrique, quien nunca se identificó como el príncipe heredero de Luxemburgo ni dijo que pertenecía a una de las familias mas antiguas de la realeza europea: la casa real Nassau-Weilburg. Lo llamaban “el soltero de oro de la nobleza”, y pronto aquel estudiante alto y rubio se enamoró locamente de la bella cubana.

Cuando finalmente María Teresa supo quién era Enrique (lo que la enfadó muchísimo), despues de un noviazgo rápido y apasionado, la pareja se casó en una preciosa ceremonia el 14 de febrero de 1981 (ella iba vestida de Balmain couture). Así se convirtió en una de las primeras plebeyas aceptadas en la realeza.María Teresa y Enrique comenzaron a representar a su bello país. Tienen cinco hijos y tres nietos: el príncipe heredero Guillermo, casado con la condesa Stéphanie de Lannoy; el príncipe Félix, casado con Claire Lademacher y padres de la pequeña Amalia y de Liam; el príncipe Luis, casado con Tessy Antony y padres de Gabriel y Noah; la princesa Alejandra y el príncipe Sebastián.

Aunque ha llevado una vida relativamente feliz, no todo ha sido de color de rosa para la guapa María Teresa... Hace unos años se supo que su suegra, la gran duquesa Josefina Carlota (nacida princesa de Bélgica y hermana de los exreyes Balduino y Alberto) no aceptaba a su nuera, a quien llamaba despectivamente “la criolla”, y de quien hablaba mal a todo el que quería escucharla, sin mucho disimulo. No solo le molestaba que su nuera no fuera de la aristocracia, sino que viniera de una isla del Caribe, queJosefina Carlota menospreciaba como un lugar inferior, con habitantes mestizos y pobres. Durante muchos años María Teresa sufrió en silencio la enemistad de su suegra, pero en el 2002, cuando ya era gran duquesa, pues su esposo había sido nombrado gran duque, habló sin tapujos a un grupo de periodistas amigos, diciéndoles: “Mi suegra quiso destruir mi matrimonio por mi origen plebeyo”. Ella les pidió que no publicaran sus palabras, pero el periódico Le Soir lo hizo y abrió así la caja de Pandora.

El gran duque Enrique, quien siempre ha admirado mucho la entereza y el carácter sincero de su esposa, la apoyó completamente, aunque Josefina Carlota negó que eso fuera cierto y dijo que mantenía una excelente relación con su nuera y con sus nietos. Pero cuando la mamá de Enrique murió el 10 de enero de 2005, la prensa publicó más revelaciones sobre lo mal que se llevaban los actuales grandes duques con los antiguos. Al parecer, Josefina Carlota también filtró a la prensa rumores de que su hijo le era infiel a María Teresa con otras mujeres. Sí, aunque parezca un acto de maldad, algunos periodistas importantes de Luxemburgo hablan de esto... Desde los años 1990 comenzaron a escucharse esos comentarios y dicen que María Teresa hizo seguir a su marido y descubrió su affair con una mujer que vivía en el gran ducado.

Según algunas amigas de María Teresa, que la veían en Key Biscayne —el elegante suburbio de Miami, donde ella adoraba pasar vacaciones de incógnito, y hasta iba a tomar su cafecito cubano en el popular café Oasis—, aunque a ella le afectaban esos comentarios sobre su marido, y en una ocasión los negó públicamente, ha tratado de ignorarlos. Ahora, 35 años después de su unión, a Enrique y a ella se les ve tan felices y bien llevados como el primer día.

María Teresa es una mujer muy sincera, que “da la cara” para enfrentar cualquier situación difícil relacionada con su familia. Hace poco salió en defensa de su nuera, la princesa Stéphanie, por la relación de esta con una empresa acusada actualmente de haber estafado a 300 inversionistas. Ella aseguró que la esposa del príncipe heredero Guillermo había sido engañada por la firma Kepha Invest para promocionar sus actividades, pero que ella desconocía las prácticas fraudulentas de la compañía. También habló sobre la lucha de su hijo Luis contra la dislexia, y animó a los padres a no desalentarse ante los trastornos de aprendizaje que pueden tener sus niños. “Hoy Luis es un hombre felizmente casado y padre de familia”, dijo.

Pero María Teresa de Luxemburgo no olvida de dónde provino. En el año 2002 visitó Cuba y la acompañaron dos de sus hijos. Entonces declaró: “Hay algo muy fuerte que he descubierto y se llama cubanía. Un sentimiento que cuando uno crece en una familia cubana no se pierde nunca”. Recientemente, la gran duquesa, muy involucrada en trabajos de caridad y proyectos de las Naciones Unidas, ha dicho que quisiera volver a Cuba con Muhammad Yunus, el premio Nobel de la Paz 2006, con quien ha trabajado en varios proyectos, para poder ayudar “al pueblo cubano que tanto ha sufrido durante muchos años”, con la creación de microcréditos.

Aunque está muy orgullosa de sus raíces, en una entrevista reciente a la emisora de radio RTL, la gran duquesa dijo que se siente identificada totalmente con su país de adopción. “Soy luxemburguesa. Al casarme encontré mi país”, dijo esta mujer luchadora y segura de sí misma, que está consciente del papel que desempeña al lado del gran duque Enrique.

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