María Fidalgo Casares - Recopilatorio de Artículos Casa Real Española

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La reina Letizia Ortiz no siempre supo cuidar su estilo este verano
Por María Fidalgo Casares el 07 de septiembre de 2014 en sociedad · comentarios

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Letizia, en un concierto benéfico exhibiendo el sujetador.

Con sus actitudes en su primer verano de reinado, Letizia Ortiz demostró falta de capacidad de adaptación, de humildad y autoaceptación de su privilegiada pero secundaria situación real.


Este verano, todos los augurios se confirmaron. Parece que Letizia Ortiz no atiende a razones. Existen asesores con sentido común que le orientan, por lo que la realidad es que sigue impermeable o reticente a consejos y sugerencias, anteponiendo su yo y su voluntad por encima del comportamiento que debería tener como la reina que ya es.

El diario ABC comentaba el año pasado la preocupación del entonces Principe por el “difícil encaje de su esposa en la Institución”, preocupación que ha quedado claro que estaba más que fundada. Y visto lo visto, sin propósito ni visos de enmienda. La imagen pública de Letizia nada boyante, en vez de remontar, sigue bajando en picado. Afortunadamente y –pese a ella- la figura de Felipe VI se consolida. En palabras de la neoyorkina Kate Reardon, una de las mayores expertas en protocolo, ”las royals no pueden vestir con ropa extravagante y ridícula porque se tomaría como una ofensa para el pueblo”.

Dada la extensión del tema, ya que los errores de Letizia Ortiz juegan en diversas ligas, y ya que gran parte de los medios alaban solo sus aciertos -que tambíen existen-, analizaremos en varios capítulos los errores más evidentes, máxime cuando en estos estertores del verano no apetece entrar en sesudas disquisiciones; empezaremos por lo más frívolo.

1. Elegancia. Este año no aparece en la lista de la prestigiosa Vanity Fair. Es verdad que en los actos oficiales supera la corrección, y a veces roza la brillantez… que queda fulminada por su tendencia al exhibicionismo corporal y a algo tan explícitamente sexual como marcar nalgas y pecho. Algo no solo muy impropio de una reina, sino de cualquier mujer elegante que se precie. Con la elegancia está reñida también enarbolar un varelismo casi absoluto y la mala elección de los modelos o complementos -como en Francia el ir sin medias y con un sujetador tipo air bag o en Santiago en una conmemoración de la tragedia de Angrois elegir un traje de boda-. Algo que ya comentamos en anteriores artículos para MUNDIARIO. Pero lo peor es lo de su estilo casual, como dicen los cursis…

2. Las transparencias era algo a lo que nos tenía acostumbrados cuando era princesa, incluso en actos políticos… pero rizó el rizo en su última comparecencia en un concierto benéfico en Mallorca en el que se le ocurrió ponerse una camisola transparente –negra, color en el que la transparencia tiene connotaciones eróticas- que dejaba evidenciar todo su sujetador. ¿No estamos hablando de que era un acto muy informal y se le pasó, ya que llevaba tacones de aguja de 10 centímetros. Tanto es así que la prensa apenas difundió las fotos.

3. Los vaqueros rotos. Dan una imagen de dejadez, de fashion victim que está en las antípodas de la imagen que debe dar una reina…Y es un posado del que se tenía conocimiento. Hay fotos de la agencia oficial Efe. No es una Spice Girl, ni Marta Sánchez. Muchas teenagers se pelean con sus padres por la negativa de éstos a dejarles llevar el vaquero roto… ¿Hay algún interés en empatizar con la juventud? Una juventud que solo ve a una cuarentona obregonizada y una ciudadanía que ve que a esta reina no cuida su imagen. Hasta en el monárquicoABC Funes decía que "Doña Letizia llevó al límite el modelo, convirtiendo en aceptable lo ridículo recurriendo a un atuendo imposible que distaba mucho de ser elegante. Es recomendable mantener la prudencia". Peñafiel recoge el eco de la la prensa británica que aventuraba cómo habría sentado entre los españoles look homeless y ¡Hola!, siempre cortesana, solo pudo señalar tal vez con cierta ironía soterrada que "Letizia, suma a la tendencia de los ripped jeans que han puesto de moda actrices y modelos".. Otros titulares de revistas del couché -"Letizia reina rockera"- parecen reirse de ella en su cara.

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4. Exhibir su delgadez. Pese a los rumores sobre todo publicados en gran parte de Europa de la anorexia que supuestamente padece, que no sería un buen ejemplo para la juventud, ella exhibe los brazos y omóplatos, que es lo más llamativo de la leti-esqueleti como la llama una brillante forera de un destacado foro de opinión social. En la recepción de la Almudaina lució un traje tipo Vilma Picapiedra en blanco correcto y lucido... pero impropio para ella por su omóplato descarnado. Nada de disimular con blusitas holgadas o mangas anchas... todo a la vista.

5. Calzado inapropiado. Aunque suele acertar, a veces incurre en lo mismo. Ella no es una veinteañera que sale con su pandilla a dar una vuelta. Es la reina. La mujer del Cesar no debe solo serlo sino parecerlo. Pero suele calzarse cuando va casual unas zapatillas como niña de instituto. También yerra cuando lleva pantalones pitillos, que para los expertos en moda están reñidos con la elegancia, y solo son medianamente admisibles de sport y con bailarinas planas, Letizia los usa en actos oficiales y con tacones.

6. Camisetas. Letizia no debería llevar camisetas salvo en momentos muy playeros o en la más estricta intimidad. Y mucho menos de inspiración indie. Hay blusas y camisitas monísimas y glamourosas con las que estaría mucho más correcta y ad hoc.

7. Peinado. El pelo nunca ha sido su fuerte. A veces han sido muy obvios sus postizos. El problema es que en actos protocolarios no se admite la melena suelta si es por debajo del hombro, que es como suele llevarla y además en muchos casos con aspecto descuidado.

8. Shorts de Leonor. Leonor también ha sido víctima de las incorrecciones. En un posado de prensa en una excursión por la sierra mallorquina la niña levaba un minishort de encaje, de un tallaje inferior al de su edad o un modelo inadecuado en el que se vislumbraban las nalgas y ropa interior, algo poco apropiado en la que será una futura reina. Sofía llevaba unas sandalias con pedrería muy extrañas para que una niña ande por la sierra.

9. Retoques estéticos. Aparte de las pestañas postizas, que parece que se han quedado en sus ojos para no volverse a ir, el varapalo que se le ha dado en los medios por su metamorfosis estética, impúdica en tiempos de crisis, parece que ha caido en saco roto. En sus últimas fotos hay cierto toque mefistofélico en sus cejas y un cierto achinamiento. De vez en cuando sorprende con extrañas expresiones faciales que evidencian un enganche a los retoques.

10. Parece tener un afán en no aceptar la edad que tiene e irresponsabilidad en la imagen de su cargo. Este interés de la consorte en dar la nota, con inadecuados atuendos, impropios para su edad, condición y circunstancias -en las que ha ingresado de forma voluntaria y de las que se beneficia enormemente, tanto ella como su entorno- según algunos psicólogos sería solo explicable por un interés obsesivo de llamar la atención hasta en actos que no tendrían repercusión alguna. Este ansia estaría provocada porque el cargo le obliga a permanecer en una sombra en la que parece que debe, pero no quiere permanecer. Podría faltarle de capacidad de adaptación, de humildad y autoaceptación de su situación real.

En 2015 comienza su agenda en solitario. Volvemos a darle el beneficio de la duda.
 
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¿Decepcionaron los Reyes en su tercera visita a Galicia? ¿Hubo espantá de Letizia?
Por María Fidalgo Casares el 30 de septiembre de 2014 en sociedad · comentarios

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Los Reyes en Marín (Pontevedra).

La comparecencia de los Reyes en Galicia ha dejado mucho que desear. Felipe, por anular sin previo aviso una comida con sus compañeros y familias, y Letizia, por su actitud y atuendo.


Los Reyes de España, continuando con su agenda oficial, presidieron en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra) el acto conmemorativo al XXV aniversario de la entrega de los Reales Despachos a la promoción de 1989, a la que el Rey pertenece. Esta sería su tercera visita a la comunidad gallega. La primera, la celebración del Día de Galicia y conmemoración de la tragedia de Angrois (A Coruña) y la segunda en el comienzo del curso escolar en Pereiro de Aguiar (Ourense).

El monarca quiso estar junto a sus antiguos compañeros y la noche previa compartió cena en la cercana localidad de Combarro (Pontevedra) donde comió pulpo berberechos y empanada gallega… Aunque era una velada con consortes, doña Letizia hizo mutis por el foro y no apareció. No dio ninguna explicación, ni tenía acto oficial alguno que se lo hubiera impedido, por lo que fue “un feo en toda regla”. Se limitó a estar al día siguiente en la celebración oficial. Y no sólo eso, según el Diario Pontevedraviva permaneció ajena a todo el acto que se desarrollaba en la explanada de la Escuela Naval. “En su actitud ausente perrmaneció ajena a las bromas de Don Felipe con sus compañeros y eludió entablar conversación con aquellas personas que le iba presentando su marido. Llegó a permanecer durante algunos momentos con los ojos cerrados, para desesperación de los medios gráficos".

Aún teniendo decidido prolongar su estancia en las Rías Baixas y comer el domingo en la parroquia de Beluso (Pontevedra) con los compañeros y sus familias… nada más terminar el acto Letizia “dio la espantá” y se largó a Madrid... de nuevo sin que ningún acto necesitara su presencia... volviendo a confirmar esa máxima de "ser princesa en horario laboral" que tanto se criticó en su momento. Pero lo más llamativo fue que la misma mañana de la comida el Rey anuló su presencia sin que Zarzuela diera otra razón que “razones de índole personal”.

Aunque de Letizia nunca se supo, al menos el monarca tuvo el detalle de excusarse personalmente ante los decepcionados dueños del restaurante y saludar a los trabajadores. También hizo lo propio ante los propietarios y tripulación del ‘Crucero de Hío’, barco que le llevaría de Marín a Beluso junto a sus compañeros de promoción y que habían preparado la chafada visita real con especial detalle.

Ante las disculpas de Su Majestad, los propietarios del local lo obsequiaron con varias cajas de porexpán llenas de marisco percebes, nécoras, gambas y camarones.

Según la revista Vanitatis, desde la Casa Real no se quiere proporcionar información acerca de este asunto ya que pertenece a la parcela privada del Rey, ni tampoco quiere pronunciarse sobre la precipitada ‘espantá’ de la Reina. ¿Presiones de Letizia? ¿Berrinche de la Reina que hubiera querido permanecer el fin de semana en la ciudad de los rascacielos?


Desaires a estamentos militares


La Reina Letizia cuando era princesa había demostrado en los actos militares una clara descortesía a la institución, apareciendo mal vestida, mal peinada e incluso sin tacones, en un estamento en que la correcta uniformación es uno de los pilares básicos de la disciplina. El disgusto de los militares ya se había expresado en estas ocasiones considerando estos gestos todo un desaire,… pero se le concedía el beneficio de la duda de que cuando fuera reina tomaría conciencia de que el protocolo exige que cuando la pareja va de uniforme militar, en las entregas de despachos a los oficiales, el protocolo pide para ellas la media gala: vestido corto o traje con falda...

Además había más motivos. Por un lado en su reciente visita a Estados Unidos había destacado por su elegancia, y el escándalo de la imputación de su familia le exigía una conducta intachable. Pero de nuevo, a Letizia se la refanfinfló. Aunque esta vez no ha sido la peor, tampoco estuvo nada acertada. Por supuesto prescindió de la media gala protocolaria y apareció con una especie de camisetilla negra, unos pantalones ceñidos en exceso que destacaban sus piernas arqueadas,nalgas demasiado señaladas, sin bolso... aunque afortunadamente esta vez llevaba tacones y una chaquetilla “de vestir”, aunque más vista que el tebeo ¿Tanto le costaba haberse esmerado para “reconciliarse” en este acto castrense con la institución que había mostrado su disgusto por sus salidas de tono estislíticas?.

Además, el Rey rejuró la bandera, al igual que los demás miembros de su promoción. Posteriormente sus mujeres procedieron a besar la bandera, pero Letizia no quiso hacerlo, con el argumento peregrino de que "ya lo había hecho dos veces"… como si hubiera un límite. Sin entrar en juicios de valor podemos imaginarnos el descontento de los militares y estupefacción de los presentes.

Según el diario Pontevedraviva, "se relacionó esta reacción al auto de apertura de juicio oral contra la familia directa de Doña Letizia acusados de un delito de insolvencia punible y alzamiento de bienes”. Aunque esta interpretación parece estar tomada un poco por los pelos, si bien lógicamente este tema podría preocuparle, en su cargo va inherente el cumplir con su deber y su agenda, y acompañar al Rey en todos los actos que sea posible.

Y cierto es que lo de la imputación es un varapalo para su imagen, pero se avecinan nubarrones más negros. Según Juan Luis Galiacho, de El Confidencial, a la acusación de su familia habría que añadir un nuevo escándalo: la segunda parte del libro de su primo David Rocasolano en el que “ahonda en profundidad en los que son los supuestos negocios lucrativos aparejados al cargo real de Letizia Ortiz, como son sus relaciones con determinadas firmas comerciales, de alguna de las cuales luce con profusión sus productos como los de la marca Zara (Amancio Ortega), o los de Mango (Isak Andic). Con esta última firma la recién coronada reina de España mantiene un estrecho vínculo de amistad, que Rocasolano amplia en su libro a otros calificativos más productivos”.

Si esto fuera así, la polémica de sus habituales errores de imagen, sus controvertidos cambios estéticos, y su episódica actitud más que dudosa serían pecata minuta. A ver por dónde sale...
 
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Surrealista vestiabrigo de Letizia Ortiz en su primer Día de la Hispanidad
Por María Fidalgo Casares el 15 de octubre de 2014 en sociedad · comentarios

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Trasera del vestido de Letizia.

La Reina Letizia vuelve a dar la nota con un vestiabrigo que rozaba el surrealismo, las niñas con una vestimenta poco apropiada y una actitud poco respetuosa con el desfile de las Fuerzas Armadas.


Primer día de la Hispanidad como Reina. Todas las miradas del mundo de la moda y del couché estaban esperando el traje de Doña Letizia en su primera comparecencia como reina el Día de las Fuerzas Armadas. Esta vez no podía aparecer exhibiendo su extrema delgadez con los brazos al aire- el día se antojaba fresco y lluvioso- y el abrigo o chaqueta que luciría, ya que por la época del año no podía ir a cuerpo gentil, decididamente impediría esa obsesión por el ceñido excesivo y la exhibición de anatomía que ha prodigado desde su coronación, tan impropios no sólo de una reina, sino de cualquier mujer elegante que se precie, como hemos comentado en nuestros por lo visto exitosos artículos de MUNDIARIO.

¿Qué llevaría? Que el tema militar no le gusta es más que obvio, ya que suele acudir a los actos militares sin cuidar su indumentaria -lo que irrita a una institución que valora mucho la correcta uniformación- e incluso en su último acto de la Academia Naval, sin contemplaciones no quiso besar la bandera…

Y apareció con un abriguito diminuto de tweed imitación Chanel en color azul plomo, cómo no de Varela. Kate Middelton había llevado uno muy parecido. Menos mal.. Pero ah! ¡Qué raro! ¿No le queda demasiado ceñido?. Y cuando se dio la vuelta, vimos algo inaudito… ¡La parte de atrás no era un abrigo, era de una tela distinta, más elástica y fina para que consiguiera ceñir la cintura y poder marcar un exagerado busto por delante y sus nalgas por detrás!… algo que ningún abrigo normal podría hacer por muy a la medida que lo llevase. Era un trampantojo, es decir era un vestido ceñidísimo, casi reventón, y para que pareciera un abrigo sólo la tela de abrigo estaba en la parte delantera, y la de la trasera la comprimía de tal manera que parecía que "envasaba su cuerpo al vacío". El de la Middelton, aun siendo algo ajustado era de verdad, y claro no ceñía nada, por lo que era muy elegante y éste, más propio de una starlette.

Pocos se percataron de la surrealista argucia… y es que hay que rendirse a la evidencia que parece superior a sus fuerzas ir con algo un poquito holgado, ya se empieza a sospechar que esa fidelidad varelista es porque es el que le diseña lo de "Todo por la causa", que en este caso es ceñir hasta lo imposible… A Letizia le salvó que sin darse la vuelta pocos repararon en el ceñi-recurso.

Estaba guapa de cara y no se pasó con el maquillaje, algunos comentaron que era para disimular algo el reciente relleno de labios.


Peinado y atrezzo

El peinado nada lucido, el pelo muy lamido y poco estructurado y con la melenita sin arreglar, con cierto aspecto de desaliño, debido posiblemente por esa obsesión suya de parecer más joven. Algo que va consiguiendo, ya que parece la hermana pequeña de la Letizia de la pedida, pero no con pactos con el diablo -que se sepa- sino gracias a su adicción a los rellenos y cirugías estéticas. Los zapatos correctos y los pendientes con poca presencia y se echó de menos un bolso de mano.


Los modelos de las niñas

Y para las niñas eligió -Dios mío- unos trajes holgados en estampado toile de joy de la firma gallega Nanos. Eran monos, pero parecían Laura Ingalls y la cieguita bajando con el perro por las laderas de Walnut Grove, bajo la atenta mirada del macizo Michael Landon en la Casa de la Pradera… mucho más propios para los cumpleaños de las amiguitas o una visita a la abuelita, que para la Fiesta de la Nación a la que sirven, que es una celebración solemne.

El rechamante modelo que luce Leonor en el Museo de Cera, esa imagen que hace parecer angelicales a las niñas de El Resplandor y que ha hecho correr ríos de tinta en la red, asemejaba para una recepción en el Buckingham Palace al lado de estos modelos bucólico-pastoriles que les plantó Letizia para el Día de la Hispanidad. Los zapatos demasiado informales y las medias transparentes poco apropiadas.


Actitud

La Reina Letizia, que suele resbalar en asuntos de protocolo, de nuevo volvió a saltárselo, se pasó el tiempo tocando a sus hijas de forma continuada, desde que salieron del coche. No tuvo palabras con los miembros del Gobierno ni saludó al público al terminar el acto. Al abandonar la tribuna, salió corriendo detrás de las niñas, sin esperar a su marido, que por cierto estaba fantástico con el uniforme.

La nueva Reina, en lugar de ver el desfile mostrando respeto e interés a las Fuerzas Armadas,a las que pertenece su marido, estuvo muy dstraída, tonteando frívolamente con las hijas, como si estuvieran viendo la cabalgata de reyes. De la poca atención al desfile, algo se contagió Felipe, que normalmente jamás falla y roza la perfección en temas protocolarios.

En cuanto a su actitud en la recepción se le vio distendida y sonriente, mucho más simpática de lo que es habitual…Se comentaba que al ser la única mujer de la realeza presente (qué raro sigue sonando eso a algunos) estaba encantada en el Palacio Real, sin infantas ni reina que la empequeñecieran (de tamaño) ni le quitasen protagonismo.

Estas ausencias fue algo que no ha sido muy entendido por la ciudadanía, ya que por mucho que quieran reforzar la imagen de la nueva pareja aunque no sean cabezas coronadas, Don Juan Carlos sigue siendo Jefe de las Fuerzas Armadas, Sofía es la Reina Madre y muy valorada por los españoles, por lo que su presencia contribuiría a reforzar la institución y la Infanta Elena es la digna heredera de la campechanía y proximidad borbónica de la que de momento adolece Felipe VI.

En fin, cousas veredes, que dicen en Galicia, pero eso del abrigo "envasado al vacío" para marcar es mucho.
 
http://www.mundiario.com/articulo/s...sturiania-impostada/20141028234357023779.html

La reina Letizia, de los desacertados últimos looks a una asturianía impostada
Por María Fidalgo Casares el 29 de octubre de 2014 en sociedad · comentarios

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Las canas de Letizia

Sigue sin acertar en sus looks otoñales. Resultó insignificante frente a Máxima en La Haya y mostró un gran desequilibrio en la coordinación de vestidos y peinado en los premios Príncipe de Asturias.


Pocos días después de que el Día de la Hispanidad luciera el surrealista vestiabrigo del que hablamos en nuestro exitoso artículo de MUNDIARIO -Surrealista vestiabrigo de Letizia Ortiz en su primer Día de la Hispanidad-, la reina Letizia Ortiz tuvo un duelo de reinas en su visita a La Haya con la argentina Maxima Zorreguieta. Lamentamos decir que fue un duelo que la española perdió estrepitosamente. Máxima iba de reina, lo que es… y ella iba tan ceñida que parecía Mariquita Pérez, lo que no es o al menos no debería ser.

La costumbre de Holanda, país anfitrión, exigía en este tipo de actos ir con la cabeza cubierta con tocado o sombrero, o como excepción el pelo recogido, y las manos con guantes... Pero ella ná de ná… el pelo suelto, lamido, y con mal aspecto, como "si tuviera cuatro pelos"… pero lo peor no es eso, sino que mostraba tres dedos de raíz sin teñir y con canas. Esto fue tan escandaloso que motivó que varias páginas de diferentes diarios españoles, incluídos algunos considerados cortesanos y varios internacionales, dieran cuenta de este desaliño, atribuyéndolo algunos de ellos a sus problemas alimenticios… Esto podría explicar la calidad del pelo, pero el tema de las canas o el peinado en ningún caso es atribuíble a estos desórdenes, falta de recursos o de tiempo, ya que dado su papel de representación, son gastos que van cubiertos en el cargo y que deben obligatoriamente asumirse.

No es de recibo que en una visita a unos reyes reinantes no tenga en cuenta aspectos tan básicos que cualquier mujer que se arregla un poco jamás obvia. Con respecto a la costumbre de los guantes, algo que sin lugar a dudas le favorecería ya que las manos no son su fuerte, también se la refanfinfló. Esto extraña, no solo por el desaire al país anfitrión, sino sobre todo porque cuando va a los países ismlámicos bien respetuosa que es con las costumbres de indumentaria.

Ni siquiera el rojo brillante del conjunto correcto, aunque demasiado entallado que lucía hizo palidecer a la rutilante Máxima... Ni tampoco el intenso maquillaje, ni ese sujetador tipo airbag que tanto le gusta llevar a modo de vedette. La comparativa era odiosa, si bien Máxima pudo pecar de ampulosa, que lo hizo, la raquitiquez de Letizia la hacía aún más insignificante.

En los Premios Príncipe de Asturias algo mejor... algunos días. En los Premios Príncipe de Asturias el aspecto de Doña Letizia estuvo algo mejor... algunos días. Volvió a repetir con Felipe Varela, eso que bien sabe que este casi monopolio del modisto es muy criticado… pero el problema es que cuando acertaba con el vestido, lo chafaba con el peinado.

El primer día para el concierto apareció bien peinada —relativamente porque se veían pegotes de laca sin cepillar- pero volvió a lucir el omóplato descarnado y los ceñimientos habituales de pecho y nalgas tan impropios de una reina, así como las negras transparencias tan propias de la ropa interior.

El segundo look fue mejor: la correcta falda blanca que ya lució en la abdicación de Don Juan Carlos, pero fue peinada de nuevo como si tuviera cuatro pelos.

El tercer modelo: un encajadísimo traje de encaje azul, supuestamente como homenaje a “su tierra”... aunque el tono de azul no era ni remotamente pariente del de la bandera asturiana... no gustó demasiado porque parecía una mala copia de Missoni y el ribete era demasiado corriente. El maquillaje exagerado en fucsia y los preciosos pendientes tampoco iban demasiado conjuntados.

Pero el día de Boal, en la entrega del galardón al pueblo más hermoso del año en Asturias, ya fue increíble… Se le ocurrió ponerse unos zapatones de Frankenstein, una torera demasiado corta, un pantalón ceñido en las nalgas separando ambos glúteos… y los cuatro pelos. Nadie se explicaba como se le ocurrió tal conjunto. Y para colmo algo muy principesco: unas gafas de sol colgando del canalillo.

Con respecto a sus actitudes estuvo muy bien, casi pegajosa con su marido, cariñosa con la gente y muy sonriente, incluso cuando saludó a esas lavanderas de atrezzo, amodo de folklórico NODO que nadie se creyó (vamos, que en un pueblo de pocos habitantes el día que va el rey van a estar lavando en el arroyo).

Señalar que la familia de la reina no apareció por allí. Las ausencias de su abuela, padre y tía se justificaron por la imputación de un supuesto delito de alzamiento de bienes, pero sí acudió la madre de Letizia. Costó reconocerla ya que se ha apuntado a la moda de los retoques estéticos que sigue a rajatabla su hija y apareció con look y guantes a lo Hayworth y una melena muy impropia de su edad. La sindicalista estaba irreconocible... sus facciones eran otras.. No sabíamos que el sindicalismo enfermeril diera para costear operaciones estéticas... y qué extraño en alguien que ha recibido un premio solidario el gastarse el dinero en esas fruslerías. Recordemos que por sus grandes merecimientos en 2005 se le concedió a Doña Paloma la Gran Cruz al Mérito Humanitario.


Asturianía impostada

Letizia cuando llega a Asturias es tan expresiva que raya la sobreactuación… Se esfuerza en exhibir la emoción que le embarga en su tierra impostada. Pero no hace falta... hoy se sabe que eso de la asturianía fue un adorno cuando se presentó como prometida, porque la realidad es que es una chica de la periferia madrileña, en la que se crió y vivió casi toda su vida hasta que se casó. Incluso hasta adquirió vivienda allí.

Pero claro, su adscripción de extrarradio capitalino para una futura princesa parece que tenía poco glamour… y la asturianía le venía como anillo al dedo, dado el hermosísimo título que ostentaría: Princesa de Asturias. Porque las profundas raíces asturianas que tanto parangonaron en sus primeras comparecencias no eran tales, que queda claro si nos atenemos a sus ancestros.. -que es a lo que hay que atenerse cuando hablamos de raíces-.

Sus abuelos maternos, Francisco y Enriqueta y su madre son del barrio de Prosperidad de Madrid y de una barriada de Alicante.. Su abuela paterna, Menchu, la locutora, proviene de la Aldea de San Miguel, denominado coloquialmente como La Aldeílla en Valladolid, lugar en el que veranearon de niñas Letizia y sus hermanas, aunque como su padre era ferroviario, vivió en diferentes ciudades -entre ellas Santander en la que nació la famosa abuela de forma casual –.

Cuando conocimos a Menchu viviá en una casita en las bucólicas montañas de Asturias de reciente adquisición, pero en cuanto enviudó a la primera de cambio se mudó a La Zarzuela y después a la soleada Marbella- … Y con respecto a su abuelo paterno y el único asturiano de verdad de toda la parentela, José Luis Ortiz, resulta que según muchos testimonios posiblemente no era su abuelo biológico ya que su padre habría sido supuestamente concebido de una relación premarital y nacería en 1949, sólo algunos meses después de contraer matrimonio y es reconocido y criado por José Luis,

La Reina Letizia vivió con sus padres su infancia en Asturias y nunca máis… Y es muy clarificador señalar que cuando se promete al que era entonces Príncipe no tenían vivienda en el Principado ni su padre, ni su madre, ninguna de sus dos hermanas, ni ella… cuando ya tenían posibles para adquirirla. Y para los norteños el sentimiento de la propiedad es casi una necesidad, existencial y si no que nos lo digan a los gallegos: "galego sin casa non é de fiar".
 
http://www.mundiario.com/articulo/p...renombre-reina-roja/20141128114249024629.html

¿Podría ser recordada la Reina Letizia con el sobrenombre de 'la Reina Roja'?
Por María Fidalgo Casares el 28 de noviembre de 2014 en politica · comentarios

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Caricatura de Letizia Ortiz con una bandera republicana.

Letizia podría ser recordada como “la Reina Roja” por su pasado progresista, su interés por los líderes de izquierda y su extraña relación con los símbolos institucionales y los asuntos militares.


Reyes y reinas han sido recordados por sobrenombres. Letizia podría ser recordada como “la Reina Roja” por su interés por los líderes de izquierda, la desgana en los actos militares y su rechazo a los símbolos institucionales.

En efecto, algunos reyes y reinas de la historia universal han sido recordados por epítetos o sobrenombres. “La Loca”, “La Grande” ,“El Hermoso", “El Hechizado"… Aunque los reyes no deben significarse políticamente, ya que son reyes de todos los españoles y no deben mostrar - aunque las tengan- simpatías por uno u otro bando, a este paso Letizia Ortiz podría ser recordada como “la Reina Roja”. A su “interés” por los líderes de izquierda como Pedro Sánchez o Pablo Iglesias, la desgana en los actos militares y religiosos, la gota que ha desbordado el vaso ha sido su dificilmente calificable relación con los símbolos institucionales, que son inherentes a la condición monárquica.

Siendo princesa había sorprendido su negativa a beber en los brindis por la monarquía que suelen cerrar los ágapes oficiales -la disculparon por una supuesta abstemia que no era tal cuando tomaba cañas por Tirso de Molina-, su negativa a jurar bandera en la última entrega de despachos de la Escuela Naval, pero ya el colmo ha sido el prohibir en palacio las ceremonias de izado, arriado de bandera y toque de oración, obligadas en instalaciones militares.

La reina Letizia ha sido, según fuentes del propio palacio, la responsable de estas medidas, que rompen la tradición de la guardia militar del Rey. Además, ha mandado trasladar el mástil que sostiene la enseña desde las proximidades del cuerpo de guardia a las dependencias administrativas del complejo, junto a un parking, lo que ha creado un enorme malestar entre la guardia real y militares de carrrera por el desprecio que supone.

En un principio la prensa mostró hacia Letizia un cortesanismo que rayaba el ridículo más sonrojante, pero secretos a voces ya desacreditaban a la prometida del entonces Príncipe por su condición no sólo de divorciada y plebeya, sino de "agnóstica, republicana, sindicalista y de izquierdas", algo que recoge en su libro Letizia Ortiz. Una republicana en la corte del Rey Juan Carlos, el periodista Isidre Cunill.

Estos supuestos, atribuídos a la futura princesa, y que muchos consideraron una pataleta de los monárquicos por la más que dudosa elección del principe, parece que no iban tan desencaminados, tal y como está demostrando en los últimos tiempos.

Repasaremos uno por uno estos indicios y las últimas actuaciones de la ya Reina en estos ámbitos

1- Agnosticismo. Parece que Letizia abjuró del agnosticismo al abrazar la fe de Cristo y casarse por la iglesia… De hecho hizo varias declaraciones grandilocuentes al respecto como cuando Rouco Varela,, que se mostraba reticente a unir en matrimonio al Príncipe con una mujer que se había declarado atea, le preguntó ¿Por qué es ahora importante para usted casarse por la Iglesia católica?”. Ella respondió: “Porque cuando conocí a Felipe vi la luz de la fe”. ( sic)

Los teólogos coinciden en que conversión en edad adulta es la más auténtica ya que se hace con plena consciencia, frente al bautizo de nacimiento que se hace en la inconsciencia y luego continua por inercia. La conversión de Letizia Ortiz parecía ser un auténtico spot publicitario planetario para el catolicismo, en una época de crisis de vocaciones, apostasías e indiferencias.. Pero no fue así. Un ortodoxo podría ver hilando fino a una falsa conversa por la poca entrega en las ceremonias, cierto desdén al protocolo en las visitas papales, negativa a santiguarse en ritos catedralicios, poca atención en las liturgias, negativa al recogimiento de la mantilla, como vimos recientemente en su primer acto como reina el día del Patrón de España.

El exhibicionismo corporal del que hace gala y sobre todo la gran frivolidad que supone su adicción a las cirugías estéticas en tiempos de penurias de su pueblo, tampoco están muy en consonancia con alguien que en plena consciencia alcanzó la luz de la fe de Cristo.

2- Sindicalismo. Aunque hoy por su tren de vida y aspecto no lo parezca, suponemos que la simpatía por el sindicalismo sería influencia de su madre, que era una ardiente sindicalista a día de hoy no olvidada en el sector sanitario de Asturias por sus controvertidas actuaciones...

No tenemos constancia que Letizia estuviese sindicada cuando trabajaba en RTVE, aunque podría haberse afiliado a la UGT en sus primeros tiempos. Hoy que sepamos no hay sindicatos de royals… pero se ha evidenciado la poca sintonía que hay entre ella y las casas reales europeas, -entre otras actuaciones su negativa a ser madrina de la hija de la princesa de Suecia-,

Su abandono de los actos públicos en fin de semana, -recordemos la espantá que dio este verano en Galicia relatado en nuestro artículo de MUNDIARIO¿Decepcionaron los Reyes en su última visita a Galicia? ... y sobre todo esa asombrosa declaración de "querer ser trabajadora sólo de lunes a viernes" es una reivindicación laboral en toda regla pero por cierto muy alejada de los deberes de una auténtica reina para la que no debe haber horario ni vacaciones cuando se la necesita.

3- Republicanismo. Que extrañamente el día de su Proclamación su traje luciera unas piedras con los colores de la bandera tricolor para algunos fue un guiño para iniciados, al menos no parece un hecho baladí, porque en principio la necedad o la casualidad no se contempla en un traje tan destacado.

Recién proclamado Felipe VI, el periodista británico Andrew Morton sacó a la luz el libro 'Ladies of Spain”, donde narra el republicanismo exacerbado de su familia con frases como: “Su familia odiaba al rey”, “Cada Nochebuena la familia de Letizia veía el mensaje navideño del Rey entre abucheos”, La inoportuna declaración de Henar, su tía carnal, de su férrea convicción republicana coincidiendo con la proclamación de su marido, engrosa este apartado.

Según asegura su primo, David Rocasolano, en ‘Adiós Princesa’, tanto los Ortiz como los Rocasolano son familias de tradición republicana, si bien su republicanismo es “más posturero que combativo, más genético que ideológico”.

4-Izquierdista. La simpatía de Letizia a los líderes de la izquierda tampoco es casual.. Todos sus conocidos de antes de casarse reafirman el progresismo ideológico de Letizia, “mamado” en casa... En su estancia mexicana pudo mostrar sintonía con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y por el Subcomandante Marcos, haciendo suyas suyas algunas de las reivindicaciones de los zapatistas.

Hace poco tiempo, Letizia coincidió con Madina..., y se deshizo en sonrisas y aspavientos empáticos, algo que nunca le ha pasado con líderes de la derecha, -aunque era algo al que el gran Borbón nos tenía muy acostumbrados…Recordemos sus coleguismos con González y su frialdad con Aznar-..

Pero Letizia rizó el rizo, cuando se coló literalmente en una audiencia del líder socialista Pedro Sanchez con el extraño motivo de "querer saludar a su antiguo compañero"... ya que no fueron compañeros en absoluto... Es cierto que nacieron el mismo año y fueron al mismo instituto, el Ramiro de Maeztu, pero era un centro de más de mil alumnos en el que era imposible que coincidieran ya que Sánchez estaba matriculado en el turno normal y ella iba al nocturno, destinado entonces a facilitar la titulación a aquellos alumnos que trabajaban, o a aquellos estudiantes con dificultades académicas o repetidores ... En ninguno de los dos casos estaba ella... que se sepa, pero iba al nocturno...? ¿Qué se le perdía en esa audiencia más que llamar la atención de los medios o del guaperas Sánchez?

Porque Pedro Sánchez es difícil que la hubiera conocido, de hecho confesó que no la conocía, aunque sí es posible que recordara, no a ella, sino su caso, ya que no era habitual que las alumnas menores mantuvieran relaciones con sus profesores y su caso fue sonado... ya que siendo menor tuvo relaciones con Alonso Guerrero, profesor del centro y entonces pareja de la poetisa Ada Salas, algo que por cierto sus padres consistieron, Habría que analizar en la ideología de Letizia la influencia del que fue su primer marido, Pygmalion y primer mentor, que se muestra sin complejos como un ciudadano de izquierdas. Como articulista político se muestra rabiosamente anticlerical y en su artículo, “El contrato social”, carga las tintas sin piedad contra el poder, los ricos y el capitalismo. Otro artículo dedicado a la victoria de Rajoy, “Madrid/Mordor”, relaciona la mayoría absoluta del PP con la bomba atómica y el ascenso de Hitler al poder. Vamos que muy centrado el hombre.

Se ha publicado que el ex marido de la reina Letizia, Alonso Guerrero, podría ser el candidato del Colectivo Podemos en Extremadura. Dicen que le han visto ya en varias asambleas defendiendo de forma didáctica los planteamientos rupturistas de la formación. Algunos se atreven a vaticinar que Guerrero, aún en la sombra, se está colocando estratégicamente para desempeñar un papel importante en el partido en Madrid, e incluso se fantasea con que llegue a ser ministro de Cultura con el morbo añadido de sus encuentros con la Reina.

La vinculación de la Reina a Podemos tampoco sorprende. Su tía Henar declaró que reconocía a Coleto como "El Nuevo Mesías"... pero lo más grave es que Pablo Iglesias, republicano ferviente y admirador del chavismo y leninismo -sistemas muy monárquicos por lo visto- declaró a Jordi Evole en prime time que "La princesa Letizia quiere conocerme"... Obviamente no haría una declaración así en un programa líder de audiencia si no tuviera constancia fidedigna de tal deseo...

Y es que ya hace tiempo que se comentó que Letizia era el valor más activo del republicanismo en España... El sociólogo Javier Barraycoa (Barcelona, 1963) vaticina que Felipe VI, presionado por el separatismo y la izquierda radical en auge, podría llegar a un pacto para aceptar el cargo de presidente vitalicio de la república. Afirma en su libro que "Doña Letizia sería una primera dama vitalicia a imagen de la de los Estados Unidos. No cabe duda de que eso le encaja más. Así́ podría reconciliar su vida: una republicana metida a reina, para convertirse, de nuevo, en una republicana con aires de reina. Su vida habría tenido sentido: republicanizar al último de los Borbones".

Así consagraría su sobrenombre: Letizia, "la Reina Roja".
 
http://www.mundiario.com/articulo/a...cencia-navidena-rey/20141228232253025629.html

¿Fue Letizia la nefasta mano que meció la cuna en la comparecencia del Rey?
Por María Fidalgo Casares el 29 de diciembre de 2014 en a-fondo · comentarios

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Felipe VI, en su primer discurso navideño como rey de España. / Casa Real

El exitoso discurso navideño de Felipe VI pudo contar con la dirección de Letizia. Muy fructífera en la oratoria del rey, pero controvertida en la puesta en escena por el cúmulo de errores que exhibió.


El discurso navideño del nuevo Rey se esperaba en los medios y en la ciudadanía con gran expectación. Felipe VI era consciente de que su intervención iba a ser analizada con lupa. Se preveían cambios en el fondo y en la forma que marcarían distancia con los tradicionales mensajes de su padre. Sesudos analistas hacían cábalas sobre la orientación que tendría.

El rey apareció como es, regio y apuesto con la barba que tanto le favorece y que confiere gran atractivo a un rostro que sin ella resulta insulso. La corbata azul cobalto, símbolo de los borbones y único guiño a la tradición y la barba más nívea que nunca magnificaban sus espectaculares ojos azules que normalmente pasan desapercibidos… El texto, aunque un tanto simplón, gustó porque afrontó los tres problemas cruciales del Estado: crisis, corrupción y separatismo catalán. La dicción de Felipe fue perfecta… (qué diferencia con la pastosidad juancarlista). Los gestos contenidos y la mirada firme. El monarca logró con creces comunicar son su pueblo.

Tuvo suerte y su país se volcó… Fue el discurso más visto del último sexenio y aprobado con media de notable por las distintas fuerzas políticas. Fernando Ónega llegó a decir categórico en la radio: "el discurso del rey ha sido de diez sobre diez". Sin embargo, como analizaremos en detalle, se comentaba a voces que él había estado espléndido, pero que la puesta en escena era incomprensible y con errores de bulto impropios de profesionales de primera fila que son los que se supone están al mando de espacios tan señalados. Nadie comprendía cómo se había fallado tanto y en cosas tan nimias… pero dada la gran audiencia y posiblemente para alentar al nuevo monarca en su primer discurso, y ser positivos en un país en los que las buenas noticias son tan escasas, los medios evitaron las críticas.


Todo rechinaba

Porque la verdad es que todo rechinaba. El atrezzo rozaba el ridículo. Apareció sentado en una silla de envergadura mínima que parecía que iba a romperse con los casi dos metros de su regio inquilino (no esperábamos un trono de oro y rubíes a lo monarca oriental, pero al menos un sillón con cierto empaque)…En lugar de elegir un entorno institucional que reforzara la entidad de dinastía o un lugar de trabajo que dejara traslucir la pesada tarea que lleva sobre sus hombros el jefe del Estado, el discurso se desarrolló en una salita “de estar” como de mueblería ya que brillaba todo en exceso, con un protagonismo total e incomprensible de un sofá rojo que se comía la pantalla y que arrinconaba al monarca en una esquina, y que para más gloria era flanqueado por una gran flor de Pascua, cual arbusto tahitiano…

Y lo más grave e hiriente para muchos españoles, el ninguneo al símbolo del Estado por excelencia -la bandera- que se veía sólo de refilón huyendo de su necesario y obligatorio protagonismo. El Belén, símbolo cristiano introducido por los Borbones en España procedente de Nápoles, del que Patrimonio posee ejemplares de primer orden, aparecía transmutado en unas figurillas propias de una caja de todo a cien. Si hubiera sido la salita de estar del matrimonio aún hubiera tenido un pase por la cursilada y el populismo de mostrarse como un españolito más, pero es que encima ni era.. Fue una estancia ex profeso decorada de plató y ficticiamente personalizada con escogidas instantáneas familiares y un muy poco explicable -dado el origen de Letizia- retrato pictórico de la reina "de niña". Junto al peculiar escenario, planos con errores garrafales como colocar la cara del monarca paralela a un picaporte, llevar las mangas del traje arrugadas como un acordeón, unas extrañas luces navideñas que asemejaban de discoteca tras la ventana enmarcando la silueta del rey y distrayendo espectador, y sobre todo la sillita de marras…


El padre de la amiga de la reina

Pero lo incomprensible encajó de repente cuando Fernando Ónega en prime timeen uno de los programa estrella del fin de semana sorprendió al auditorio afirmando: "Veo un fondo letiziano en la puesta en escena". Para no comprometer a la Reina consorte no tiene poder alguno para diseñar o confeccionar discursos reales y menos dirigir comparecencias que deben pasar por asesores oficiales -que sería una injerencia en toda regla en asuntos de estado- no afirmó de forma categórica pero se descolgó con unos contundentes: "Me imagino a la reina Letizia de directora de escena", "Estoy convencido de que Letizia interviene aunque no aparezca en la imagen", y un "No tengo pruebas pero sí el convencimiento moral de que Letizia estaba detrás de todo"… Y es que lo que no dejarían de ser suposiciones en cualquier caso, en el caso del periodista lucense cobra una dimensión distinta que roza la certeza porque Fernando Ónega es el padre de una de las mejores amigas de la Reina, Sonsoles, con la que mantiene una estrecha relación. Su información o su "pálpito" tiene muchos más visos de verosimilitud que una simple elucubración.

Hilando fino, puede uno imaginarse a la reina pavoneándose en privado por el éxito de su intervención, desconocedora de las críticas demoledoras a la puesta en escena, pero “chafada” de no poder disfrutar del reconocimiento público de su gran labor, y de que no se alabara públicamente al menos su innegable y fructífera labor de "coach" de su esposo en asuntos de oratoria. Con esta conveniente filtración de Ónega, los medios y el pueblo sabrían que ella era la responsable y brillaría como la gran profesional que es.

Pero aunque Ónega pudo transmitir tal vez inconscientemente los deseos de la reina, no se cegó…Criticó el dudoso entorno en que se desarrolló la comparecencia real y recalcó como gran experto en discursos (inolvidable la autoría de sus discursos de Suárez y su famoso Puedo prometer y prometo" ) que el éxito de la comparencia no radicaba en el texto del mensaje, que calificó de un discreto "normalito", sino en la capacidad de comunicación del Rey. También hilando fino podríamos suponer que Letizia pudo intervenir en la redacción del texto ya que el periodista de Pol dejó caer que a la reina le sustaba escribir (¡qué casualidad!).

Oído lo oído… no sólo entienden las grandes deficiencias de la puesta en escena (que se sepa, Letizia nunca fue experta en dirección escénica) sino sobre todo el ninguneo de la bandera -tras el escándalo de Zarzuela de hace pocos meses del que los medios culparon directamente a Letizia- y el rechazo a los símbolos cristianos representado en la ridiculización del Belén (pese a que confesó que “cuando conoció a Felipe "vio la luz de Cristo”) en la línea de lo que contamos recientemente en el exitoso artículo de MUNDIARIO ¿Será recordada Letizia con el sobrenombre de la Reina Roja?


Salidas de tono

La injerencia de la Reina en asuntos que no le competen es algo que preocupa a la institución que no acaba de fiarse de ella. Porque no es la primera vez. Su participación en tareas de estado que siendo objetivos suele ejecutar con eficacia y profesionalidad, aparecen salpicadas por salidas de tono, espantadas, deserciones, faltas al protocolo que no están beneficiando precisamente al Rey que a veces da la sensación de parecer un títere en manos de una esposa desconsiderada y que no acaba de tomar conciencia de su papel sólo de consorte...

Preocupa su influencia en Felipe VI que, pese a todo pronóstico y su corta trayectoria como rey, es muy valorado por los españoles y parece tener unas dotes que auguran un reinado provechoso. Su última actuación off the recordque fue despachar con discreción, contundencia y diligencia a la inefable Corinna fue un gran punto a su favor, así como el distanciarse convenientemente y con firmeza de su supuestamente corrupta hermana.


El día de la FAO

Para muestra un botón comentar la comparecencia de hace apenas un mes de Letizia en la FAO en Roma en la Conferencia sobre la malnutrición. Como suele hacer en algunas ocasiones eligió un modelo completamente fuera de lugar para mayor gloria de su body, ya que pese a que era un acto oficial matutino en un organismo serio para hablar de un tema duro y con tintes humanitarios que hubiera requerido un traje de un color neutro y corte mas riguroso, optó a modo de starlette por un maravilloso y llamativo vestido rojo pasión con brillos y taconazos también rojos a juego que le sentaba como un guante y marcaba sin recato senos y nalgas y que le favorecía una barbaridad pero que ni el más relajado experto en protocolo ni el más básico sentido común consideraría el adecuado para estar hablando de hambre en el mundo.

Pero lo peligroso no fue eso sino que si comparamos el vídeo de su comparecencia con el texto oficial, podemos constatar que introdujo latiguillos, modificó pausas y tiempos verbales. Algo que no puede hacer ya que son las opiniones de un país en un organismo internacional cuidadosamente elaboradas y supervisadas y que cualquier matiz dudoso puede ocasionar un roce diplomático… De hecho, si hubiera sido una contratada para leerlo, sería despedida ipso facto… Pero Letizia estas alteraciones las hizo no solo con naturalidad, sino hasta regodeándose con un bolígrafo en la mano... Parece que no se “confundió víctima de los nervios”…

Todo esto sumado a un discurso que fue amplamente criticado por su frivolidad e incoherencia… El Papa Francisco hablando del hambre en el mundo y ella de una dieta saludable y las bondades de la dieta mediterránea como si los pobres pudieran elegir, de lo pernicioso de la comida procesable cuando ha sido el mejor activo contra las hambrunas, incluso de frasecitas en la línea del illuminatti Zapatero como "el sujeto real" y un tufo a la defensa de un ecologismo fuera de lugar apuntan a la autoría intelectual del discurso la propia Leticia… que podría haber querido marcar metafóricamente con el acompañamiento incomprensible del bolígrafo.


"La adoran"...

Sin embargo, su imagen cada vez es más valorada por los medios en Europa, como recogía El Mundo recientemente. Incluso se atrevió a afirmar el periódico que "la adoran". Algo lógico ya que es muy vistosa, los trajes le sientan de cine con esas hechuras de modelo de talla 34 con siliconas y rellenos que confieren a su cuerpo una gran exhuberancia femenina, y está más bella y joven cada día gracias a los retoques estéticos. Nada que ver con el poco juego que daba Doña Sofía que tan bien representaba su papel, pero que parecía transmutada en un símbolo monárquico más, sin dar cancha alguna para comentar peinados, complementos o esbeltez porque educada como reina sabía que su papel no era el de protagonista…

Pero bueno mientras sea solo eso, que brille de starlette a costa de la imagen de España. Pero, por favor, las ínfulas de directora cinematográfica que las deje para vídeos domésticos de Leonor y Sofía.
 
http://www.mundiario.com/articulo/s...k-picassiano-coruna/20150220193101027360.html

Letizia, desatino estacional y desconcertante look picassiano en A Coruña
Por María Fidalgo Casares el 21 de febrero de 2015 en sociedad · comentarios

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Los Reyes de España, en A Coruña.

La reina Letizia sorprendió en A Coruña con un imposible look picassiano, abrigo blanco a modo de albornoz de baño y un desartino estacional evidente, según esta cronista.


La Reina de España sigue desconcertando… Ya no es que siga sin acertar con ciertos looks, que a veces parezca no ser consciente de su edad, que siga sin enterarse de que ahora su tarea “estética” debiera ser adquirir el empaque de reina que corresponde a su condición, que debe olvidar esos toques de vedette, o que incluso su desenfrenada carrera de retoques estéticos parezca no tener fin -de hecho este mes se hicieron eco diferentes medios de sus nuevos repasitos y una nueva intervención ( frontoplastia)-… ahora ha incluído un nuevo ítem en esta retahila: el desatino estacional.

Y es que, al margen de modas y tendencias, hay una norma de sentido común en la que cada estación lleva aparejada las prendas correspondientes a las condiciones metereológicas. De no ser así, se cae en el ridículo más estrepitoso… De nuevo los estilistas y expertos en protocolo vuelven a preguntarse qué es lo que hacen los asesores de esta royal y cómo es posible que nadie de su entorno tenga la mano suficiente para hacerle ver estas cosas, ya no de gusto, sino del más puro sentido común… Y si es que ella no atiende o no se pliega a consejos de personas más formadas que ella en estas lides, pues que los cesen porque, visto lo visto, son perfectamente prescindibles.

Hace apenas unos días, en la recepción de los Premios Nacionales de Cultura, en uno de los inviernos madrileños más gélidos de las últimas décadas, se le ocurrió presentarse en el patio de El Pardo ¡con los brazos desnudos desde el hombro!. Era chocante su imagen en la foto de grupo, todos los comparecientes ataviados con ropas adecuadas a la estación y ella, en el centro, con un blanquinegro vestido de Carolina Herrera propio de una recepción veraniega. La única explicación es su afán extremo en la exhibición de su anatomía, porque no es que caiga en errores tan burdos de los que alerta cualquier revistilla juvenil -“para que estés favorecida potencia tus virtudes y suaviza tus defectos”-, ella al exhibir sus brazos esqueléticos a toda costa, aún fuera de lógica, tiempo, estación y ocasión… demuestra que para ella sus brazos son hermosísimos y los luce para que todo el mundo contemple su maravillosa figura y vean lo delgada que está -por si no lo sabíamos-.

Es una distorsión porque, evidentemente, si han hecho correr ríos de tinta en la prensa europea relacionándolos con un desorden anoréxico, no es por su hermosura precisamente. Una delgadez que no corresponde a su constitución natural, como se empeñan en hacernos ver, sino una búsqueda que ha sido una constante en su vida, desde que era estudiante y sorprendía con fiambreras con insípida lechuga, frente a los crujientes bocadillos de pan con embutido de sus compañeros.


Una ciudad tomada por la Policía

A Coruña se levantó tomada por la policía, ya que también estaría presente el presidente portugués Cavaco Silva y había cierto revuelo por una manifestación relacionada con la ley zapateril de recuperación de la Memoria Histórica, que según Ramón Tamames es ilegal porque vulnera la ley de Amnistía y que para muchos no ha hecho sino avivar rencores y odios ya superados.

La Reina Letizia, a primera hora de la tarde, que amenazaba lluvia, paseó por las calles herculinas con un abrigo de Varela de color blanco y muy ceñido a la cintura. La prenda, o bien estaba muy mal cortada, o es que a ella le faltaba percha para llevarla, porque ataviada con él parecía recién salida de la ducha como si fuera un albornoz aterciopelado o una bata de desayuno… Además por alguna extraña razón parecía que no llevaba nada debajo, lo que acentuaba la sensación de prenda interior…

El aspecto de Letizia no era muy favorecedor porque para las empedradas calles de A Coruña eligió unos divinos pero excesivamente altos tacones burdeos de aguja que le hacían mirar al suelo y bambolearse con los adoquines… Además su talante, en este paseo “del batín”… no fue el que debería, se le veía muy seria, con ciertos “morritos enfurruñados”, gestos incómodos y como algunas veces, incurrió en errores y titubeos de protocolo a la hora de colocarse o posar.

Pero el modelo interior ya fue como dicen los gallegos en esa contundente expresión 'a repanocha'... No solo nos obsequió con este “desatino estacional” , ya que tanto al acto de las Medallas de Oro do Eixo Atlántico como a la exposición de Picasso acudió a cuerpo gentil pese a las bajas temperaturas, contrastando con los lógicos trajes de lana y abrigo del resto de la comitiva y los espectadores ataviados de anoraks y bufandas, sino que eligió un modelo difícilmente calificable que ahora comentaremos.. Hizo la entrada triunfal en ambos eventos saludando cual actriz en festival…

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Los Reyes de España, en A Coruña.

¿Homenaje al carácter marinero de A Coruña?

Como pieza estrella del atuendo destacaba una falda de vuelo de ajustadísima cintura alta y con cancán. Esta falda hubiera estado bien con una camisa de seda o similar, pero Letizia ideó una combinación imposible: una camisetilla de cuello barco de rayas. Alguien, por intentar justificar lo injustificable, quiso ver un homenaje al carácter marinero de la ciudad o incluso al propio Picasso.

Lo peor de la camisetilla no era la camiseta en sí, que con otro look podía resultar francamente estilosa, sino la combinación resultante, y además tan “arremetía” para ceñirse que hasta le tiraba de las sisas cuando levantaba el brazo y sobre todo, el sujetador que llevaba debajo, cual pinup de los 50 ocruzado mágico de Playtex de los 70, marcando su pecho en dos protuberancias descompensadas para su frágil figura, y completamente impropio para una reina.

Iba tiesa como una vara para marcar más todavía. Porque de nuevo con esa pulsión biológica del “marcaje” que la domina tenía que compensar… ya que iba tan sueltita de abajo tenía que ceñirse arriba como una vedette, otra de las constantes que debería corregir como reina que es. Un bolso granate con grumos extraños y muy poco adhoc completaban la composición. La joyas, lo más logrado, eran discretas y muy bien elegidas.


Maquillaje excesivo...

Con respecto a su rostro, el maquillaje era excesivo, los labios tan rojos le endurecían las facciones. Todos sus recientes retoques estéticos, a la vista eran muy poco perceptibles, o al menos poco eficaces ya que no se la veía más hermosa. Sin embargo han debido aumentar su autoestima porque despejó su cara y no optó por esa melenita que le hace parecer tener “cuatro pelos” y que últimamente se pone hasta en actos en los que está claramente desaconsejada por el protocolo, sino por un elegante recogido.

Lamentablemente no acertó, aunque el peinado era muy elaborado, tal vez por las mechas entremezcladas de diferentes colores, algunos con textura de canas, la hacían aparecer despeinada (así calificada en un medio cortesano) y transmutaron su rostro en un personaje mas propio de la Casa de Bernarda Alba o de madre de las niñas de la Isla Mínima.

Eso sí, lo del cuerpo gentil debe ser adrenalina para su body ya que en cuanto dejó el abrigo abandonó la actitud seria y todo fueron sonrisas y saludos a los que acudieron a verlos, por cierto que no eran muchos comparados con las multitudes que atraían los reyes anteriores, a la Infanta Elena o Doña Sofía en solitario, pero sí bastantes más que aquellos convocados por la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña que intentaron con poco éxito boicotear el acto, reclamando a los monarcas que condenaran el fascismo del franquismo (ilusamente ya que fue el régimen que los llevó al trono ) y contradictoriamente ya que algunos portaban emblemas de regímenes políticos cuya dureza superaba con creces al del ferrolano… Consignas como "Máis lacóns e menos Borbóns", "Queremos un pisiño como o de Felipiño"... aderezaron sus reivindicaciones.

Cousas veredes, que dicen en Galicia… ya creíamos que habíamos visto todo. Pues no,… ahora la Reina también tiene “desatino estacional.” A ver con que vuelve a sorprendernos. Estaré atenta no lo duden...
 
http://www.mundiario.com/articulo/s...andalias-marbellies/20150313080908028150.html

Letizia desbarra ante Santa Teresa con mono discotequero y sandalias marbellíes
Por María Fidalgo Casares el 13 de marzo de 2015 en sociedad · comentarios

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Los Reyes en la exposición de Santa Teresa.

La reina Letizia Ortiz vuelve a pasarse por el forro cualquier mínima referencia a lo que es el decoro, la concordancia estacional y el protocolo, según esta cronista.


Por la noche acudió a un Concierto de las Víctimas del Terrorismo con un top negro, bonito para una fiesta de Nochevieja pero ajustado y con transparencias y brillos poco adecuado para la ocasión, el pelo suelto también demasiado informal para un acto tan serio y pantalones de tiro corto con vaqueras trabillas que le ceñían las nalgas y marcaban sus piernas arqueadas. Idem. No acertó y estuvo muy poco respetuosa, pero posiblemente ningún medio lo comentará porque siguen knockeados por el numerito que montó en la conmemoración del centenario de la Santa de Ávila.

Nada más y nada menos que se le ocurre presentarse en la Muestra de Santa Teresa de Jesús, 12 de marzo a pleno día – eran las 7 de la tarde- y con 14 grados de temperatura, con veraniegas sandalias doradas con taconazo de tiras tipo marbellí, un mono con cremallera de esos que en los 80 se ponían los concursantes de “La Juvenud Baila”, marcando cintura con un macro cinturón doradísimo, sin medias, pendientes enormes y por supuesto sin chaqueta o similar dejando los brazos desnudos al aire...


La luz de Cristo y Santa Teresa

Cuando se casó, los mentideros decían que tuvo que confirmarse ya que no lo había hecho de niña. No lo había necesitado para su boda civil anterior en el “asturianisimo” Almendralejo (ah, perdón Badajoz... qué raro una tan asturiana casándose fuera de "su tierra") ... Y en este acto de confirmación fue cuando expresó su neoconversión con la inolvidable y mística frase: "He descubierto la Luz de Cristo".

Posiblemente estos días con la próxima comunión de Leonor le habrán refrescado el tema de “la luz”.. Pues no sabemos si ahora la volvió a ver o no... pero desde luego la de Santa Teresa no la vio en absoluto… la única luz que debió recordar fue la de la bola de cristalitos que colgaba de las discotecas de su adolescencia cuando vivía en la barriada periférica de Madrid… porque se le ocurrió sin ningún tipo de recato aparecer así, como si hiciera un bolo de los 80 sin consideración hacia la Santa, hacia la cultura española, hacia los presentes- muchos de ellos religiosos- y hacia los propios españoles a los que representa.

El mono no era ajustado -menos mal- por delante, pero por detrás (una reprobable constante en ella) le dividía las nalgas. Llevaba cerrando el escote una gran cremallera que recordaba aquella de “Busco a Jacques”, las sandalias de tiras lucían más potenciadas con la manicura de uñas rojo fuego y el cinturón de aspecto plasticoso era como aquellos que llevaban los de Mecano cuando bamboleaban “perdidos en la habitación”… Sólo para una cena informal con amigos en una noche costera de revival de los 80, tendría un pase, pero hasta los más cortesanos coincidirían en que no era el atuendo más adecuado para contemplar las 110 piezas entre libros, pinturas, grabados y esculturas dedicadas a la Santa acompañada del religioso experto en la muestra.

Hace poco Letizia se descolgó en A Coruña en la exposición del primer Picasso con una camisetilla de rayas, supuesto homenaje al pintor malagueño como ya comentamos en MUNDIARIO. Pues hombre, no hacía falta que aquí hubiera ido vestida de teresiana, pero si se hubiera plantado unas sandalias planas y ascéticas y un trajecito de estameña... pues hasta hubiera tenido su punto… pero no, el starlettismo es superior a sus fuerzas. Y si no hay ocasión se la inventa para poder lucirse, aún a fuerza de hacer el ridículo más espantoso y lo que es peor dejarnos mal a los españoles que le pagamos para que nos represente con dignidad, no para sus lucimientos y devaneos de vedette.

Hasta los medios más cortesanos han comentado el modelo con medias verdades porque la evidencia era brutal… Los asistentes al verla se mantuvieron entre la estupefacción y el bochorno... Dios mío, si no es capaz de vestirse para la ocasión en el homenaje a una Santa católica, doctora de la Iglesia y emblemática para la cultura española, ¿qué será capaz de hacer en otros ámbitos de su vida?

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Letizia se presenta vestida de discoteca en la Muestra Conmemoración del Centenario de Santa Teresa con un mono y sandalias veraniegas muy poco adecuadas a la ocasión y a la estación del año.

¿Estamos ante la prueba de su verdad?

No habíamos caído... La exposición de la santa de Ávila se llama Santa Teresa “La prueba de mi verdad”... ¿Será que la reina Letizia Ortiz se inspiró en lo segundo, lo aplicó a sí misma y olvidó lo primero? ¿Será este traje "la prueba de su verdad"?
 
http://www.mundiario.com/articulo/s...-mallorquina-pascua/20150406224808028949.html

Letizia desaira: la heredera en minifalda y zapatillas en la misa mallorquina de Pascua
Por María Fidalgo Casares el 07 de abril de 2015 en sociedad · comentarios

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La Familia Real española en la misa de Palma.

La reina desaira a la Iglesia y a la sociedad de Palma presentando a la princesa de Asturias en la misa solemne de Pascua vestida con minifalda y zapatillas de playa.

La Familia Real española acudió a la tradicional celebración del Domingo de Resurrección en Palma de Mallorca y usó dos aviones para desplazarse y permanecer sólo 8 horas en la isla. Es tradición de décadas su comparecencia en esta misa solemne de Pascua celebrada por el obispo en la Catedral de Mallorca, por lo que su consideración social, institucional y religiosa justificaba el gasto exclusivo que se hizo para tal desplazamiento, ya que no pasaron allí la Semana Santa. Esta importancia contrastó con el absoluto "desenfado" que mostró la reina Letizia al presentar “de esa guisa” a sus hijas. aparte del desaire que constituyó que apenas pasaran unas horas en la isla y se largaran. Estuvo también presente la reina Sofía pero el rey Juan Carlos no acudió y prefirió ceder el protagonismo a su hijo.

No existe más protocolo de vestuario infantil para niñas en las conmemoraciones religiosas que el decoro y el sentido común, algo que parece fallarle episódicamente a la actual reina. No olvidemos la reciente polémica que levantó su indumentaria en la conmemoración de Santa Teresa, tal y como pudimos leer en nuestro exitoso artículo de MUNDIARIO, titulado: Letizia desbarra ante Santa Teresa con mono discotequero y sandalias marbellíes.

Pero la reina Letizia parece que se deleita especialmente faltando el protocolo, sobre todo en algunos eventos relacionados con la religioso y lo militar y es algo que no solo ciñe a su personal figura sino que está extendiendo al vestuario de sus hijas.

En el último desfile de las Fuerzas Armadas, en su primera comparecencia como reyes, presentó a las niñas vestidas con trajes campestres, muy similares a las de las modestas campesinas Ingalls de la Casa de la pradera, por cierto ateridas de frío a cuerpo gentil en un otoñal y fresco octubre.

En Palma no daban crédito cuando este Domingo de Resureccción Letizia rizó el rizo presentando a la heredera en zapatillas de playa de lona azul, tipo de las que se encuentran en cualquier mercadillo, con pinta de usadas y una falda cuya mínima longitud podría desatar comentarios que no deben escribirse dado que debemos respeto a una menor. Algo impropio en una niña de su edad y condición y aún más en una misa... y nada menos que en la misa del Domingo de Resurrección.

El resto del atuendo infantil, aunque fuera de la prestigiosa firma gallega Nanos, parecía en la niña como de trapillo… mono y gracioso que -algo más largo- podría poner a su hija cualquier madre normal en una misa dominguera de cualquier localidad de playa. La minifalda diminuta iba acompañada de blusa y chaquetilla de diferentes largos como descoordinados que daban a la princesa cierto aspecto de homeless refinada.. La infanta Sofía iba un poco más digna en vestuario, aunque también llevaba zapatillas, esta vez no de playa sino de ballet. Ni calcetines ni medias y las melenas sueltas sin una diadema o lacito que las adornara un poco en una fecha tan señalada.


Normal para unas cosas pero no para otras...

Letizia parece querer exhibir que es una madre corriente que acude a su trabajo pero el quid de la cuestión es que ella no es una madre normal ni tampoco su hija. Porque una hija normal no puede congelarse el cordón umbilical para salvaguardar sus células madre en una prestigiosa clínica como tampoco puede ir al colegio más caro de Madrid, ni tener los mejores médicos y profesores ni la mejor formación, ni las mejores oportunidades que una chica normal jamás soñaría... y todo ello pagado por los españoles a los que le debe un respeto.

No era una misa para salir del paso... era una de las conmemoraciones más importantes del año en Baleares, comunidad que tanto se ha volcado con la Familia Real. Este es el primer año de la princesa de Asturias y Letizia parece querer ningunear que son la reina de España y la heredera al trono y que deben dar una imagen institucional. No se le paga para que se de una vuelta de trapillo, sino para que nos represente con dignidad.


Letizia tampoco acertó con su look

Letizia tampoco estuvo nada acertada con su manido look de pantalón ceñido separando las nalgas, camiseta y americana más vista que el tebeo. El peinado de melena suelta que le hace parecer tener cuatro pelos sueltos que lleva últimamente y sus inseparables pestañas postizas La misa de Pascua en la Catedral de Palma se merecía un traje más apropiado o menos visto y sería mucho más adecuado que no llevara pantalones, no porque las mujeres no deban ir con pantalones a la iglesia, sino porque ya es la reina...

Su actitud tampoco estuvo muy cuidada, el gesto un tanto ordinario de tocarse continuamente el cierre de la chaqueta, el no santiguarse ni ella ni las niñas -tanto la reina Sofia como Felipe sí lo hicieron- y entrar parloteando entre flashes, dar la espalda sin respeto al altar, saludar a los de los bancos traseros... y empujar y toquetear a las niñas sin recato.

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Zapatillas reales.

Flaco favor a la imagen de la monarquía española

No se entiende que Letizia le haga este flaco favor a la imagen de la monarquía, sobre todo cuando ha asumido voluntariamente su papel… Jamás vimos tal comportamiento en las infantas Elena y Cristina cuando eran niñas… Eso que manifestó Letizia de que "seguiría el impagable ejemplo de la reina " o fue un chiste o parece que le cuesta mucho seguirlo, ya que han pasado más de 10 años y episódicamente da la nota y no cumple estéticamente con su función... Algo que nunca hizo la reina Sofía. Si no le gusta ser reina o no está cómoda, está a tiempo de renunciar… seguro que le espera un futuro exitoso en cualquier campo que quiera ejercer…

Esta vez, incluso Felipe VI, algo poco usual, aparecía un poco descuidado con chaqueta desabotonada que no hacía juego con el pantalón y una corbata poco acertada. Esperemos que por una vez no se cumpla eso de que "dos que duermen en el mismo colchón..."
 
http://www.mundiario.com/articulo/a...on-extrema-delgadez/20150424173244029578.html

Letizia triunfa con su nuevo peinado pero alarma su gratuita exhibición de extrema delgadez
Por María Fidalgo Casares el 24 de abril de 2015 en a-fondo · comentarios

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La reina Letizia durante la gala de Woman.

Triunfa con su peinado pero ahí están sus gratuitas, inadecuadas y antiprotocolarias exhibiciones de extrema delgadez, que cada vez son más reiterativas y confirman cierto desorden de imagen.

La reina Letizia causó sensación con su drástico cambio de peinado: una melena 'midi', por encima del hombro. La reina está muy favorecida, rejuvenecida, el pelo más saneado, el cuello más largo y estilizado. Aún siendo un look muy atrevido, le da un plus de distinción.

Letizia ha acertado. El pelo nunca ha sido fuerte y últimamente no convencían sus recogidos y mucho menos las melena lisas con aspecto de pelo escaso y despeinado. El look Bob le sienta francamente bien.

Sin embargo este acierto unánimemente alabado por todos ha ido aparejado a un tema que comienza a alarmar.Tanto es así que empieza a trascender a medios habitualmente cortesanos.

En la entrega de los Premios Woman, donde que estrenó el famoso peinado -a pleno día y en pleno abril- decidió optar contra natura por un nocturno traje palabra de honor, negro y brillantes lentejuelas de gran escote delantero y espalda y brazos al aire. Hermosísimo era, pero propio de una cena Nochevieja. No llevaba chaqueta ni chal. Un acto que obviamente, dada la hora y la estación, hubiera requerido claramente otro tipo de indumentaria. Esto, que no hubiera sido más que una descabellada elección, dada la extrema delgadez de la reina y las protuberancias omopláticas que exhibía, y más sin venir a cuento, y saltándose toda lógica desató todo tipo de comentarios. “Apología de la anorexia” “mal ejemplo la juventud”, “pérdida de papeles”, “excesivamente delgada”... fueron sólo algunos de los epítetos dedicados.


¿Pierde el norte?

La reina Letizia parece estar perdiendo el norte… Sus exhibiciones de extrema delgadez y de su brazos raquítico-fibrososo no sólo están fuera de tono, de lugar, de estación, y protocolo, sino que comienzan a rayar la obsesión y comienza a hablarse sin trabas de "desequilibrio". Desequilibrio al exhibir un cuerpo que roza claramente la anorexia/ vigorexia con el pésimo ejemplo que eso supone para toda la juventud es de este transtono, -cuya reina parece alentar cual sinónimo de belleza sintiéndose "divina de la muerte". Nadie en su sano juicio exhibiría de forma tan gratuita e inapropiada estas extrañas protuberancias de la espalda. Está clara que tiene desvirtuada la imagen de su propio cuerpo. Este desorden de la imagen de uno ante los demás tiene un nombre y un diagnóstico.

Esto explica que esos asesores sean incapaces de frenarle a llevar ropas veraniegas en pleno marzo , prescindir de las chaquetas en gélidas temperaturas (A Coruña ), monos discotequeros, brazos al aire en vespertinos actos de seriedad (Santa Teresa), la única royal en actos con los brazos totalmente al descubierto (Dinamarca) y este look de nochevieja en los premios Woman que si analizamos su actitud haciendo entrada cual estrella hollywoodienae eclipsando a todos -cuando se supone que en las entregas de premios los importantes son los premiados-..., resulta un poco sonrojante constatar que hasta la ordinaria Salma Hayek, aun poco atinada, a su lado parecía una princesa, Adriana Carolina Herrera una reina y ella una starlette en ascensión.

Esta obsesión por exhibir brazos sólo es comparable a su empeño en ir ceñidísima con los que algunos jocosamente llaman "trajes condón", que llegan a incluir hasta abrigos que modifica surrealistamente para que le marquen, así como marcar el pecho con sujetadores tipo airbag o cruzado magico que rozan el ridículo extremo como el que ha llevado a los Premios Cervantes.

No sabemos qué tipo de reina quiere ser: reina de las pasarelas, reina de las adolescentes anoréxicas, reina de las tendencias, de las cuarentonas obregonizadas. Jamás Rania, que supuestamente es su referente, ni la ínclita Lady Di cayeron en semejantes situaciones A ver cuando se da cuenta de algo "de cajón". Es una imagen institucional. Tiene una responsabilidad con el cargo que ocupa. No puede imponer su voluntad. Tiene que ir como tiene que ir, algo que va aparejado a los grandes privilegios de su cargo, del que se beneficia ella y todo su entorno.


El libro Final de Partida

La unanimidad de los medios en resaltar lo hermosa que está con su nuevo peinado ha sido una alegría efímera ya que, paralelamente, ha salido a la luz el libro “Final de partida“ que no la deja precisamente en buen lugar. La mala relación con su suegro, atisbada tímidamente en el libro de Onega, se testimonia por escrito: Que Juan Carlos siempre supo que no estaba preparada para ser reina y que intentó presionar todo lo posible a su hijo para que se divorciase de ella. Entre otros datos habla de la indignación del Rey al ver cómo de una forma tan poco profesional e inconsciente se largaba de Palma dejando sólo a su marido ya sus hijos, sin reparar en deberes y comparecencias pendientes.

La inquina de Don Juan Carlos -lógica, sobre todo, cuando la opinión publica conoció que en las Nochebuenas de la Familia Rocasolano uno de los divertimentos era mofarse de su discurso-, con respecto a lo de las espantás, tenía más razón que un santo, ya que a día de hoy (véase en Galicia este verano) lo siguió haciendo...

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No siempre encaja en su papel de reina de España

Letizia Ortiz no acaba de encajar su papel de reina y parece que tampoco hace mucho para remediarlo. Esta Semana Santa hubiera sido una buena oportunidad de haberse acercado a su pueblo y haber apoyado todas las semanas santas del territorio peninsular. En este país en crisis, con una maltrecha economía, la Semana Santa trasciende el hecho religioso para convertirse en todo un revulsivo económico y un balón de oxígeno para la hostelería y el sector turístico. Al menos el rey Felipe se acercó a Sevilla para abrir una semana santa gloriosa. No hubiera estado demás que la pareja real hubiera hecho un periplo por Málaga, Valladolid, Zamora, Cartagena o Ferrol. Pero ya sabemos del rechazo de Letizia ante cualquier acto tanto militar como religioso.

Parece que eso de ser reina en horario laboral lo lleva a rajatabla y eso incluye sus propias vacaciones, aunque habría que consultar el derecho y el convenio colectivo de las royals. Unas royals con las que parece no querer saber nada... Recientemente en Dinamarca exigió alojarse en un hotel diferente e incluso llegar a los eventos en coche y no en autobús como el resto, estropeando las magníficas relaciones de su marido con sus “primos europeos”, amistad entre realeza que es muy útil en roces diplomáticos y comercciales. Es algo que han cuidado y cuidan muy mucho todos los países con monarquía y uno de sus principales activos internacionales.

Esta Semana Santa permaneció perdida. Nadie sabe dónde estuvo, aunque se rumorea que fue al Algarve portugués. La única aparición pública que hizo fue en la misa de Pascua mallorquina en la que mostró su desdén estando pocas horas en la isla, pese al dispendio que supuso movilizar dos aviones para su traslado, y que visitiera a la heredera con minifalda y zapatillas.

Finalmente, un mensaje a Su Majestad Don Felipe: Su padre habrá incurrido en errores, pero pasará a la histoira como un gran estratega. Siempre supo estar donde debía para conservar el trono. De un Juanito el Breve bajo la sombra del dictador se convirtió en un férreo monarca constitucional alabado por la izquierda. Hágale caso. Por ella no se preocupe, estará como pez en el agua. Le espera un futuro como el de Lady Di adorada por la prensa del corazón, por el pueblo llano y con suculentos contratos comerciales y profesionales. Piénselo señor.
 
http://www.mundiario.com/articulo/s...ardia-civil-vitoria/20150514222828030200.html

Letizia: todo gloria para su royal body en la entrega de bandera a la Guardia Civil de Vitoria
Por María Fidalgo Casares el 15 de mayo de 2015 en sociedad · comentarios

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La reina ante la bandera y las impropias pinzas de su vestido

En la entrega de Bandera en Vitoria, Letizia se presentó con una indumentaria inadecuada y desató tibias críticas y sonrojantes aplausos. También serviles justificaciones cortesanas.


La reina Letizia ha hecho correr ríos de tinta sobre su reciente indumentaria en la entrega de la bandera a la XI Zona de la Guardia Civil (País Vasco). Una bandera de por sí polémica porque se filtró su coste capciosamente -sobredimensionado por diez- intentando generar desafección en uno de los cuerpos más castigados del funcionariado español.

Letizia fue preparando el terreno para que se estuviera más pendiente de ella de lo que era habitual. Las crípticas palabras de alguien próximo a la Zarzuela intensificaron la expectación. "Lo que lleve puesto estará cargado de simbolismo", se dijo.

Ya se ha publicado muchas veces el desdén de la Reina en el atuendo en los actos militares y religiosos, por lo que sus asesores sabían perfectamente que la nueva reina es persona non grata en ciertos estamentos oficiales, sobre todo en el castrense, por el desprecio que ha mostrado vistiendo de trapillo, marchándose antes de finalizar las ceremonias oficiales, no acudiendo a los ágapes que organizan o, como hizo recientemente, negándose a compartir mesa y mantel con las mujeres de los compañeros de su marido, obligando a lasteenagers asistentes a formar una mesa con ella en las que las interrogaba con altivez a la vez que les ordenaba guardar silencio sobre todo lo allí sucedido.

Durante el reinado de don Juan Carlos, doña Sofía, y las infantas Elena y Cristina, e incluso la propia Letizia, cuando 'chupaba rueda', ejercieron de madrinas en la entrega de banderas a unidades o barcos de las Fuerzas Armadas, y siempre acudieron vestidas de largo y negro riguroso con peineta y con mantilla del mismo color.

Aunque no hubiera norma escrita, tanto la reina Sofía como sus hijas durante décadas lo lucieron aportando tanta elegancia, seriedad y empaque a estos actos. Parecía lo más lógico y respetuoso a la institucion que así se continuara, sobre todo cuando ella se comprometió ante millones de testigos que seguiría el ejemplo impagable de la reina Sofía. Pero como sabemos que la actual Reina hace lo que le da la 'soberana gana' en la elección de la indumentaria, sin atender a lógica, sentido común, edad, estación, posición, protocolo, dress code, circunstancia como hemos señalado en sucesivas ocasiones en nuestros exitosos artículos de MUNDIARIO a ese respecto.

Aquí su gana ha sido hacer todo lo contrario... ¿Qué largo? Pues corto. ¿Qué negro? Pues blanco ¿Qué mantilla? Sin ella ¿Qué es un acto militar? Con el color de la paz. ¿Qué es una bandera española? Pues llevo pedrería con los colores de la tricolor. Pero todo para la gloria de su hermosura.


Justificar lo injustificable

Han sido más que sonrojantes las explicaciones dadas por los medios, tanto los más cortesanos como los menos... Además, muy variadas. Algunos insistiendo en que era una tradición impostada... (que le digan a Hobswan o a la gran Semana Santa ferrolana la importancia de the invention of tradition), otros incluso para disculparla rescatando las fotos de Victoria Eugenia o ¡Carmen Polo! sin mantilla en estos actos, otros diciendo que el traje elegido mostraba el gran respeto a la institución o ya los más 'visionarios' afirmando sin reparo que "este atuendo era revolucionario y que formaba parte de un proyecto de renovar la Monarquía de adaptación a los nuevos tiempos”. Si todas las "revoluciones" de una monarquía van a ser de lo que se pone o deja de ponerse la consorte, pocos conocimientos tenemos de revolución... o que venga un sesudo politólogo y que explique en qué consiste porque suena a tomadura de pelo.

Incluso otros medios se han empeñado en mostrar que Sofía entregó banderas siendo princesa con vestidos coloridos... pero obviando que cuando se convirtió en Reina, adoptó el 'total black', con tanto éxito que la han copiado las esposas de algunos políticos de diverso cuño e incluso de otras nacionalidades para ese tipo de actos.

Ademas el uso de la mantilla y la peineta fueron característicos de la gente del pueblo y la aristocracia no la utilzó hasta que Isabel II y sobre todo La Chata empezaron a lucirla. No es en absoluto monárquica, sino un accesorio del pueblo, cultural y reconocido en el mundo entero como atrezzo genuinamente español. Ella, como representante de España, tendría el deber de usar símbolos nacionales, y portarlos con orgullo y más proviniendo del pueblo llano. La griega Sofía usaba mantilla con naturalidad. No es un accesorio rancio.

En diversos ámbitos, la mismisima Jackie, la primera dama más moderna y elegante de la historia reciente, la duquesa de Alba, que hizo de su capa un sayo, o la ínclita Carmina Ordóñez que acuñaría para la posteridad la expresión "divina de la muerte", que por cierto tanto le va a la royal, la llevaron con gran porte y sin complejos.

Pero es que la única razón y la más aplastante -aunque nadie se atreva a publicarlo- y lo disfracen con majaderías, es que a Letizia es una etiqueta que no le favorece nada, y por ello, a ella, no le encaja dentro de sus planes. Piensa -y a los hechos nos remitimos como una surgerystetic victim-, sumado al de una supuesta vigoanoréxica de ego desmedido; encontrarse hermosa está por encima de todo. Gloria para su body.

Y como todos estaban pendientes -Queen Letizia of Spain delivers of the National Flag to the 11th District of the Guardia Civil in Basque Country at the Vitoria-Gasteiz Headquarter on May 13, 2015 in Vitoria-Gasteiz, Spain- de ella eligió quizás su traje más favorecedor: el traje de la Proclamación, un traje precioso del que ya avisamos en MUNDIARIO fue hecho para gloria de su belleza y no para la ocasión, pues ahí si había norma escrita y se la refanfinfló completamente y faltó al protocolo -sin vuelta de hoja- en la ceremonia más importante de su vida y la de su marido. Un traje que, por su importancia, según los entendidos no debe repetirse. De hecho la Reina Sofía jamás lo hizo más que para ser pintada por Gyenes.


Piedras sobre su tejado

Letizia sigue sin parecer consciente de que la monarquía se asienta en la continuidad, y sigue tirando piedras sobre su tejado y el de su marido y descendientes cuando rompe el protocolo en aras de una supuesta modernidad que es ajena completamente a la esencia de la monarquía.

Y en aras de esa modernidad, ¿admitiríamos que el general fuera con otro color? ¿Se les ocurriría a los guardias civiles aparecer en traje de faena y esperarla en una estancia interior en lugar de aguardarla bajo el sol?. Y en aras de la modernidad, ¿por qué no fue en autobús y nos ahorró el coste del transporte a los españoles?

Aquí no es todo por la pasta... Es todo por su gloria personal y gloria para su body.

No es comparable la categoría y solemnidad que confiere al acto el traje de gran gala, largo con mantilla, que un dos piezas de cóctel, hermosísimo y sentándole como un guante. Ideal como ya dijimos para un bautizo o alegre ceremonia matutina. Sumaba el inri de que o se lo han estrechado con unas costuras picudas desatinadamente simétricas o no sé que prenda interior llevaría, pero el efecto era que iba marcando los pezones, alqo que por supuesto nadie ha publicado aunque viendo las fotos sea más que obvio. Con respecto al resto, estaba guapa, se dice que lucía un nuevo y ligero retoque labial, y el maquillaje no estaba mal, ha recuperado la raya verde del ojo. Lo peor, el peinado; en el moño postizo el cabello parecía enmarañado y no demasiado limpio. Una media sonrisa acompañó toda su comparecencia. Lo dicho: estaba en plena gloria para su body.


Ciertos desequilibrios en los actos recientes...

Con relación a los actos recientes, ha mostrado ciertos desequilibrios, aunque no comparables a los dislates de los Premios Woman o la Conmemoración de Santa Teresa. En el Premio Cervantes compartió un traje de institutriz con un modelo rojo ceñidísimo de esos que en los foros llaman traje condón de starlette. La foto paseando con Goytisolo -ella hombros atrás marcando pecho- era de nota. En la Celebración de la Cruz Roja fue sobria y discreta, pero con unos pantalones que no le favorecían porque tan estrechos mostraban sus piernas arqueadas y unas nalgas muy marcadas y portaba un bolso étnico de mercadillo, inexplicable. Sin embargo, iba estupenda y monísima en la audiencia con el lider italiano, y atinó en en los actos de la catástrofe de GermanWings, muy discreta en Francia y en el funeral, ceñida de más para un evento de este tipo, pero muy cercana y atenta con los familiares, por lo que gustó muchísimo su actitud.

En los Premios de la Discapacidad lució su look más apropiado de la temporada. Nos pudimos hacer una idea de la reina que todos querríamos ver siempre: elegantísima y totalmente royal sin ninguna estridencia. Le acompañaba su suegra doña Sofía y tal vez su presencia le impuso el sentido común que tanto parece faltarle en algunas ocasiones. A ver si eso del ejemplo impagable de la reina -aunque sea con carácter retroactivo- se manifiesta, como se pedía a los espíritus en las sesiones de clarividencia.
 
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