01/06/2019
“LA MUJER TIENE DERECHO A ROMPER UNA RELACIÓN SIN PAGAR POR ELLO”
YÁÑEZ: AMOR Y POLÍTICA, SU TÁNDEM
UN DESAMOR SUFRIDO CON LOBATÓN
POR A. DIÉGUEZ
Su ex pareja, el también periodista José Manuel Yáñez, ha sido condenado a seis meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento contra Domínguez. Ambos hablan con LOC sobre esta polémica y dan su punto de vista.
COMO REZA SU ESTADO DE WHATSAPP –“Celebrando la Justicia”–, Mari Pau Domínguez (56) intenta pasar página a su tormentosa relación con José Manuel Yáñez, a quien un juzgado de lo Penal de Madrid acaba de condenar a seis meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento que se le había impuesto en 2017 tras varios episodios de acoso. A pesar de que se le prohibió aproximarse a Domínguez a menos de 500 metros y a intentar comunicarse con ella durante dos años, Yáñez incumplió la orden y se presentó en el domicilio de la catalana a la una de la noche del 30 de marzo de ese mismo año. “En su interior, llamó repetidas veces al telefonillo hasta que ella atendió la llamada y dijo ‘abre’. Mari Pau no le abrió y Yáñez gritó ‘adiós’ y se marchó”, recoge una sentencia.
“Me parece que está suficientemente condenado y quiero olvidar el tema”, afirma Domínguez a LOC. “Es un asunto muy delicado que llevo arrastrando dos años. Es la segunda condena y, lo único que puedo decir es que, afortunadamente, tenemos la Ley de Violencia de Género”, añade Mari Pau, que no tarda en manifestar a este suplemento: “Ha sido una grandísima ayuda. Esta ley protege en los casos en los que se transgrede la libertad y tu derecho a no estar con una persona”.
Eso sí, sobre los hechos vividos con Yáñez, con el que mantuvo un noviazgo de año y medio, quiere guardar silencio: “De lo demás… Me ha tocado, mala suerte”. La catalana prefiere volcarse tanto en la hija que tuvo en su matrimonio con el periodista Paco Lobatón como en su trabajo: “En este momento, hago mis colaboraciones en TVE, en La Mañana, y en Castilla-La Mancha, en la radio pública. También estoy terminando una novela”.
PREGUNTA.- ¿Ya respira tranquila?
RESPUESTA.- Sí. Por fin. Los dos procedimientos, tanto el de acoso como el de quebrantamiento, han sido sentencias de conformidad. Es decir, él ha reconocido los hechos. Eso me tranquiliza porque no es agradable verte en la prensa, aunque seas víctima. Siempre he sido absolutamente discreta con mi vida personal.
P.- ¿Qué opina cuando algunos políticos aseguran que el hombre está en una posición desfavorable con la Ley de Violencia de Género?
R.- Hecha la ley, hecha la trampa. Cualquier ley puede ser utilizada de malas maneras y no sólo la de Violencia de Género. ¿Por ello se tiene que derogar? En absoluto. Habrá gente que ponga denuncias falsas, pero, desde luego, estamos infinitamente mejor. Hay una parte de lo que hoy se considera violencia de género, que es el acoso y que es lo que a mí me ha pasado. Antes ibas a una comisaría por eso, ponías una denuncia y no te hacían caso. Ahí no te matan, pero te hunden la vida.
P.- Defiende esta ley con contundencia.
R.- Es una auténtica barbaridad que algunos partidos políticos pidan su derogación. Los políticos hablan muchas veces de derechos, de conseguir libertades… Esto sí nos hace avanzar y pone a nuestro país entre los más avanzados. Cualquier mujer tiene el derecho de romper una relación sin que tenga que pagar por ello.
P.- ¿La justicia actúa con rapidez en casos como el suyo?
R.- En la primera aplicación, la de medidas cautelares, sí fue rápida. A mí me ocurrió de madrugada y, a las nueve de la noche del día siguiente, salí del juzgado con una orden de alejamiento. Eso sí que funciona y el protocolo de seguimiento de la Policía. Luego para el juicio del quebrantamiento… Al final, han sido dos años. Cuando ya es justicia más ordinaria, pues como todo…
Según recoge la sentencia, Mari Pau sufrió un acoso constante por parte de José Manuel Yáñez, quien llegó a saltar la valla de la casa de la catalana en varias ocasiones. La noche que el también periodista quebrantó la orden de alejamiento fue detenido en un bar cercano al domicilio de Domínguez en estado de embriaguez, un problema de alcoholismo por el que sigue en tratamiento. “Me estoy recuperando, aunque es una enfermedad crónica. Me estoy tratando no sólo por cumplimiento de la sentencia, sino por mi propio bienestar”, afirma Yáñez a LOC. “A raíz de todas estas vicisitudes, desarrollé una depresión profunda y una fibriomialgia grave, que me tiene con un 65 por ciento de discapacidad reconocida por la Comunidad de Madrid. Apenas puedo salir de casa”, añade. Ahora el ex de Mari Pau sólo quiere olvidar lo sucedido: “Yo nunca he negado los hechos”.
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En 2012, Mari Pau también vivió una dolorosa ruptura con Paco Lobatón, con el que llevaba casada desde 1991 y con quien tuvo una hija llamada Berenice. La separación se produjo en términos poco amistosos. A pesar de todo, ambos continuaron conviviendo dos años más en su casa de Aravaca (Madrid).
“LA MUJER TIENE DERECHO A ROMPER UNA RELACIÓN SIN PAGAR POR ELLO”
YÁÑEZ: AMOR Y POLÍTICA, SU TÁNDEM
UN DESAMOR SUFRIDO CON LOBATÓN
POR A. DIÉGUEZ
Su ex pareja, el también periodista José Manuel Yáñez, ha sido condenado a seis meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento contra Domínguez. Ambos hablan con LOC sobre esta polémica y dan su punto de vista.
COMO REZA SU ESTADO DE WHATSAPP –“Celebrando la Justicia”–, Mari Pau Domínguez (56) intenta pasar página a su tormentosa relación con José Manuel Yáñez, a quien un juzgado de lo Penal de Madrid acaba de condenar a seis meses de cárcel por quebrantar la orden de alejamiento que se le había impuesto en 2017 tras varios episodios de acoso. A pesar de que se le prohibió aproximarse a Domínguez a menos de 500 metros y a intentar comunicarse con ella durante dos años, Yáñez incumplió la orden y se presentó en el domicilio de la catalana a la una de la noche del 30 de marzo de ese mismo año. “En su interior, llamó repetidas veces al telefonillo hasta que ella atendió la llamada y dijo ‘abre’. Mari Pau no le abrió y Yáñez gritó ‘adiós’ y se marchó”, recoge una sentencia.
“Me parece que está suficientemente condenado y quiero olvidar el tema”, afirma Domínguez a LOC. “Es un asunto muy delicado que llevo arrastrando dos años. Es la segunda condena y, lo único que puedo decir es que, afortunadamente, tenemos la Ley de Violencia de Género”, añade Mari Pau, que no tarda en manifestar a este suplemento: “Ha sido una grandísima ayuda. Esta ley protege en los casos en los que se transgrede la libertad y tu derecho a no estar con una persona”.
Eso sí, sobre los hechos vividos con Yáñez, con el que mantuvo un noviazgo de año y medio, quiere guardar silencio: “De lo demás… Me ha tocado, mala suerte”. La catalana prefiere volcarse tanto en la hija que tuvo en su matrimonio con el periodista Paco Lobatón como en su trabajo: “En este momento, hago mis colaboraciones en TVE, en La Mañana, y en Castilla-La Mancha, en la radio pública. También estoy terminando una novela”.
PREGUNTA.- ¿Ya respira tranquila?
RESPUESTA.- Sí. Por fin. Los dos procedimientos, tanto el de acoso como el de quebrantamiento, han sido sentencias de conformidad. Es decir, él ha reconocido los hechos. Eso me tranquiliza porque no es agradable verte en la prensa, aunque seas víctima. Siempre he sido absolutamente discreta con mi vida personal.
P.- ¿Qué opina cuando algunos políticos aseguran que el hombre está en una posición desfavorable con la Ley de Violencia de Género?
R.- Hecha la ley, hecha la trampa. Cualquier ley puede ser utilizada de malas maneras y no sólo la de Violencia de Género. ¿Por ello se tiene que derogar? En absoluto. Habrá gente que ponga denuncias falsas, pero, desde luego, estamos infinitamente mejor. Hay una parte de lo que hoy se considera violencia de género, que es el acoso y que es lo que a mí me ha pasado. Antes ibas a una comisaría por eso, ponías una denuncia y no te hacían caso. Ahí no te matan, pero te hunden la vida.
P.- Defiende esta ley con contundencia.
R.- Es una auténtica barbaridad que algunos partidos políticos pidan su derogación. Los políticos hablan muchas veces de derechos, de conseguir libertades… Esto sí nos hace avanzar y pone a nuestro país entre los más avanzados. Cualquier mujer tiene el derecho de romper una relación sin que tenga que pagar por ello.
P.- ¿La justicia actúa con rapidez en casos como el suyo?
R.- En la primera aplicación, la de medidas cautelares, sí fue rápida. A mí me ocurrió de madrugada y, a las nueve de la noche del día siguiente, salí del juzgado con una orden de alejamiento. Eso sí que funciona y el protocolo de seguimiento de la Policía. Luego para el juicio del quebrantamiento… Al final, han sido dos años. Cuando ya es justicia más ordinaria, pues como todo…
Según recoge la sentencia, Mari Pau sufrió un acoso constante por parte de José Manuel Yáñez, quien llegó a saltar la valla de la casa de la catalana en varias ocasiones. La noche que el también periodista quebrantó la orden de alejamiento fue detenido en un bar cercano al domicilio de Domínguez en estado de embriaguez, un problema de alcoholismo por el que sigue en tratamiento. “Me estoy recuperando, aunque es una enfermedad crónica. Me estoy tratando no sólo por cumplimiento de la sentencia, sino por mi propio bienestar”, afirma Yáñez a LOC. “A raíz de todas estas vicisitudes, desarrollé una depresión profunda y una fibriomialgia grave, que me tiene con un 65 por ciento de discapacidad reconocida por la Comunidad de Madrid. Apenas puedo salir de casa”, añade. Ahora el ex de Mari Pau sólo quiere olvidar lo sucedido: “Yo nunca he negado los hechos”.
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En 2012, Mari Pau también vivió una dolorosa ruptura con Paco Lobatón, con el que llevaba casada desde 1991 y con quien tuvo una hija llamada Berenice. La separación se produjo en términos poco amistosos. A pesar de todo, ambos continuaron conviviendo dos años más en su casa de Aravaca (Madrid).