Los terribles efectos de los padres narcisistas sobre sus hijos

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Los terribles efectos de los padres narcisistas sobre sus hijos
Educación



El narcisismo siempre ha existido, aunque en los últimos tiempos, una sociedad volcada cada vez más en la imagen física y la apariencia, ha llevado las tendencias narcisistas al extremo exacerbando estos rasgos de personalidad. Por eso, los hijos de padres narcisistas engrosan una fila que no hace sino crecer. Esas personas, incluso de adultas, seguirán llevando las cicatrices de una crianza marcada por el egocentrismo y la falta de empatía.
Crianza narcisista: El vínculo de la frialdad y el egoísmo
Los padres que sufren un trastorno de personalidad narcisista tienen problemas para sintonizar emocionalmente con sus hijos y carecen de la empatía necesaria para ponerse en su lugar y satisfacer sus necesidades emocionales.
Por eso, ser criado por padres narcisistas tiene un efecto emocional devastador y duradero en los niños. Los padres narcisistas suelen ser encantadores con los demás, pero a puertas cerradas sus hijos tienen que luchar con su soledad, dolor y sentimientos de inadecuación. Es normal que estos niños crezcan pensando que no son dignos de ser amados ya que, si sus padres no les aman, ¿quién lo hará?

Algunos de los efectos de la crianza narcisista son:
- El niño no se sentirá escuchado, a veces incluso puede tener la sensación de no existir para sus padres.
- Los sentimientos del niño no son reconocidos, por lo que este no recibe la validación emocional que necesita, lo cual le impide confiar en sus emociones y probablemente crecerá con una duda que le mutila y paraliza.
- El niño es tratado como un accesorio, más que como una persona, lo cual crea sentimientos de alienación. Ese niño no aprenderá a desarrollar su sentido de sí mismo y probablemente se sentirá usado o manipulado.
- El niño es más valorado por lo que hace que por sus valores como persona, por lo que este pequeño tendrá miedo a mostrarse como es en realidad y ser auténtico.
- El niño aprenderá que su apariencia es más importante que cómo se siente o lo que es, por lo que probablemente construirá una máscara social que terminará cubriendo su verdadero “yo”. Ese niño tendrá la tendencia a buscar la validación externa en vez de la validación interna, lo cual le hará dependiente de las opiniones de los demás.
- El niño se sentirá emocionalmente vacío ya que sus padres no satisfacen sus necesidades afectivas. Es probable que su desarrollo emocional se atrofie ya que no logrará instaurar un apego seguro.
- El niño brindará apoyo a sus padres, en vez de ser al revés. De hecho, en muchos casos estos niños maduran de forma precoz y se convierten en cuidadores emocionales de sus padres.
- El niño se sentirá criticado y juzgado, en lugar de ser aceptado y amado. Eso suele generar una sensación de frustración ya que la búsqueda natural de amor, aprobación y atención en sus padres será vana.
- El niño crecerá sintiendo que no es lo suficientemente bueno, lo cual crea daños en su autoimagen y autoestima.
- El niño no tendrá un modelo a seguir para establecer relaciones emocionales saludables, lo cual suele notarse más adelante en la vida cuando establezca sus relaciones de pareja. De hecho, es habitual que los niños criados por padres narcisistas establezcan relaciones dependientes.
- El niño recibirá un mensaje controvertido por parte de sus padres, quienes les transmiten: “tienes que hacerlo bien para que me sienta orgulloso porque eres una extensión de mí, pero no lo hagas demasiado bien como para eclipsarme”. De hecho, relacionarse y tratar a un narcisista suele ser complicado, una complejidad que se acrecienta cuando se trata de los padres.
El niño a menudo será avergonzado y humillado por los padres narcisistas, por lo que tendrá que cargar con los problemas emocionales y las inseguridades de estos. Como resultado, no es extraño que al crecer los hijos de padres narcisistas reporten tasas más elevadas de depresión, ansiedad, problemas de autorregulación, baja autoestima, perfeccionismo extremo o incluso trastornos alimenticios y de abuso de sustancias.
Las historias de los hijos de padres narcisistas difieren, pero todas agitan las mismas pancartas emocionales pues existen daños muy serios a nivel psicológico. Estas personas a menudo necesitan realizar un profundo trabajo emocional para recuperarse y poder mantener relaciones maduras.
https://www.rinconpsicologia.com/2018/11/padres-narcisistas-crianza.html
 
Hola, me he sentido un poco identificada con este artículo, como efecto de una educación con tintes narcisistas y superficiales, quizá, no tan evidente como pone en el texto, pero lo he leído y me he reflejado en el.

Soy la tercera de una familia numerosa, de 5 hijos, y ahora, con la madurez, ves las cosas desde otro punto de vista, desde una perspectiva más analítica y reflexiva.

He sido una persona sumamente perfeccionista desde mi infancia, buscando continuamente la aceptación de mis padres, que parece que al final nunca era suficiente, o por lo menos no me lo han sabido demostrar. Siempre pretendiendo llevar el pelo bien, la ropa bien, siempre pretendiendo estar perfecta, sacar las máximas notas y no permitiéndome nunca el fracaso.

Hoy, tengo una buena profesión, un buen trabajo, un montón de sobresalientes conseguidos, pero una carencia de enhorabuenas, de qué bien lo has hecho y de un acompañamiento en mis éxitos.

Me he sentido muchas veces sola, a pesar de pensar que no había dado problemas, que había cumplido con todo. Por eso creo que siempre he necesitado estar en pareja, monógama en serie, buscando el cariño, un nido dónde sentirme arropada. Resumiendo, treinta y pocos y hoy estoy con mi octavo novio. Miro hacia atrás y muchas veces he buscado la aceptación de la persona con la que estaba por parte de mi familia, que sólo cuantificaba su valía según la posición social y la nómina. Quería llevar un trofeo. Pero nunca era suficiente. Ahí estaba mi hermana, sin trabajo, sin estudios, en búsqueda de un adinerado que la mantuviese; el caso es que los encontraba, por suerte o desgracia, así que una persona honrada, trabajadora con sus estudios universitarios cualquiera nunca llegaba a ser suficiente y claro, siempre en una familia de múltiples hermanos, todo va unido a la comparativa, dónde la independencia y la autosuficiencia de una mujer, que tanto esfuerzo supone siempre quedaba desbancada por la cartera del acompañante, que cuanto más engrosada pareciera y si venía unida a un gran coche desvirtuaba cualquier otro objeto de enorgullecimiento. Este punto se le da especialmente bien a mi madre.

He intentado trabajar esto, autoanalizarme, intentar ver cuál ha sido o es mi responsabilidad en todo esto; ¿ quizá se me ha adjudicado el rol de la independiente ? ¿ de la que no necesita nada ?, pensando en mis errores he querido acercarme, pero en esos intentos con mi padre siempre he tenido como respuesta la comparativa, ¿ papá, sabes qué me ha pasado en el trabajo ? ¿ papá, sabes que me preocupa ? y siempre como respuesta, cuando yo era como tú yo lo hice mejor y todo era más díficil y mira todo lo que he conseguido, no sé de qué te quejas, yo , yo , yo y yoooooooooo. Mi padre el protagonista. Mi padre el narcisista. Al final, ya casi prefería evitar la respuesta, he optado por la distancia.

Hace un tiempo, el azar me puso delante a una persona maravillosa, que me acompaña en mi día a día desde el profundo amor y desde el equilibrio, desde la sensatez y de la naturalidad, y me está sirviendo de aprendizaje, y me está ayudando a ver muchas cosas de forma diferente. Un espejo de mí, que me ayuda y me mejora y que no tiene nada que ver de lo que había conocido y que, obviamente, mis padres no han hecho ningún esfuerzo por conocerle ni empatizar con el, quizá, será, porque carece de porsche...Aún así, me queda mucho por trabajar, muchas veces me siento vulnerable y sensible, y muchas veces sola en el marco de mi familia. Aún así, echo de menos, un simple ¿ cómo estás?.
 

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