Los Reyes en el tanatorio para despedir a su amigo Jaime Carvajal. Septiembre 2020

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Los Reyes acudirán al tanatorio para despedir a su gran amigo Jaime Carvajal

Los familiares del financiero siempre han estado muy unidos a la familia Borbón Grecia.
Este jueves estarán presentes para arroparlos en estos duros momentos.

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Felipe y Letizia, en la pasada misa funeral por las víctimas del covid. (EFE)

PALOMA BARRIENTOS
ACTUALIZADO: 03/09/2020 12:00


La muerte inesperada del banquero Jaime Carvajal Hoyos, marido de Xandra Falcó, este miércoles ha sido una de las noticias más impactantes del final del verano.

Ha conmocionado al mundo financiero, cultural y social, ya que Carvajal era un hombre muy querido y respetado.

El matrimonio acababa de llegar a Madrid desde su residencia de Mallorca, donde han pasado las últimas semanas de agosto con las tres hijas, Isabela, Camila y Blanca, que reiniciaban este curso en el extranjero después del parón por el coronavirus.

El tanatorio de Tres Cantos acogerá la capilla ardiente y hasta allí se desplazarán los Reyes para dar el último adiós al amigo y abrazar a la viuda y al resto de familiares directos que siempre han estado muy unidos a la familia Borbón Grecia.

El príncipe Felipe fue uno de los testigos de su boda y la infanta Cristina acudió con Iñaki Urdangarin a este enlace que en 1988 reunió al mundo financiero y social.

Jaime Carvajal, CEO de Arcano Partners.

Jaime Carvajal, CEO de Arcano Partners.

La madre de Jaime, Isabel Hoyos, muy discreta, fue la primera mujer que cuestionó la herencia de títulos por s*x* en vez de por primogenitura y llegó a reivindicar sus derechos a ostentar el título de marquesa de Almodóvar del Río en el Tribunal de Derechos Humanos en la ONU.



Jaime Carvajal, junto a su mujer y sus hijas. (Getty)

Jaime Carvajal, junto a su mujer y sus hijas. (Getty)

El padre, Carvajal y Urquijo, marqués de Isasi, estudió con don Juan Carlos en la finca Las Jarillas, cuando el conde de Barcelona envió con diez años a su hijo a España.

El grupo infantil también lo formaban los marqueses de Griñón y Cubas. Carlos Falcó, padre de Xandra, falleció el 20 de marzo a causa del coronavirus.

Una nueva tragedia para la empresaria y presidenta del club Fortuny, que aún intentaba recuperarse de la muerte del hombre más importante de su vida junto con su marido, Jaime Carvajal.

 
Última edición por un moderador:
Lo que es un misterio es de QUE a fallecido. Volvían de vacaciones, no es que estuviese enfermo, ni ha tenido un accidente. Aún y le hubieran descubierto un cáncer de colon en estado avanzado hubiera estado ingresado unas semanas... Si alguien supiera...
 
Sandra Falco, debe estar pasando uno de los peores momentos de su vida. En 5 meses ha perdido a su padre y a su marido.

D.E.P
 
A mi querido y admirado Jaime (Carvajal Hoyos)

3 septiembre, 2020/0 Comentarios/en Blog /por Pelayo Primo de Rivera y Oriol


Conocí a Jaime (o Jauma, como le llamaba cariñosamente desde que aprendió catalán) cuando empezábamos a tener vida propia, allá por finales de los 70. Cuando España aún se debatía con su recién estrenada democracia, que nuestros padres, Jaime y Miguel, ambos senadores reales, contribuyeron a recuperar para España.


Jaime era un excelente estudiante, obteniendo una las mejores notas de selectividad de Madrid. Pero no era el típico empollón. Tuvo una juventud muy completa llena de deporte, vida social e intereses muy amplios siempre dirigidos a conocer más cosas y de forma más profunda.


Estudio Físicas en Princeton, la universidad en la que Einstein acabo su vida profesional como profesor. Tras su paso por Lehman Brothers, donde se curtió como banquero de inversión, volvió a España a trabajar en Private Equity, cuando aquí aun no se sabía casi ni como se pronunciaba. De esta época recuerdo bien sus continuos viajes a Zaragoza para gestionar una empresa de juguetes. Me parecía sobrehumano el esfuerzo y la dedicación que requería pasar toda la semana viajando a un polígono industrial en una ciudad lejana y desconocida. Pero si hay algo que a Jaime no le asustó nunca fue el trabajo duro, y nunca se le caían los anillos. Se remangaba como el que más.


Posteriormente se fue a trabajar para el Banco Mundial a Washington bajo el mandato de Wolfenshon. En esa etapa creció como ejecutivo global en el mundo de las inversiones, lo que junto a su paso por el Banco Sabadell, donde aprendió catalán, le permitió montar Arcano, lo que fue siempre su sueño. Crear una empresa y dirigirla. Y hacerlo desde la excelencia y con ese espíritu arcano, reservado, cauteloso y discreto, como era Jaime.


Jaime era una persona ambiciosa, pero no solamente buscando el éxito personal y el enriquecimiento justo. Su ambición era holística, como gusta decir ahora. Incluía mejorar España en todos sus frentes. Hay quien pensaba que era un cruzado utópico, ya que buscaba siempre solucionar problemas imposibles. En 2017 me convenció para que me sumara a uno de esos sueños suyos, la fundación JUNTOS Sumamos. En ese momento, la deriva secesionista en Cataluña estaba llegando a unos niveles insostenibles y nos parecía que la sociedad civil española tenia que hacer algo para solucionarlo. Había alguna iniciativa semejante como la Sociedad Civil Catalana, que tenía como objetivo defender a los catalanes que querían seguir formando parte de España. Nuestro fin tenía que ser distinto si queríamos aportar valor, algo que Jaime nos recordaba siempre. Decidimos entonces que lo que debíamos ser era una Fundación que ayudara a acercar a las dos Cataluñas y a los secesionistas con el resto de España.


Ahora me viene a la cabeza alguna de las múltiples reuniones que tuvimos, cuando dudábamos sobre el éxito de nuestra fundación, y cómo nos consolábamos mutuamente diciendo que, si no teníamos éxito, al menos de mayor podríamos contar a nuestros hijos que dedicamos una parte de nuestras vidas a luchar por la unidad de España. A sus hijas, os garantizo que vuestro padre lucho como nadie por conseguir ese fin. Le indignaba tanto que alguien quisiera destrozar España que las pocas veces que le veías enfadado era cuando alguien osaba dar algún tipo de justificación a tal deriva, o si se caía en el error de la equidistancia. Sin embargo, tenía claro que la única forma de solucionar el problema era no rompiendo los puentes que existen entre los españoles.


Además de la Fundación, que aún presidía, estaba metido en veinte mil fregados. Coincidimos también en la fundación Hay Derecho, donde me consta que hace pocos días comenzó a empujar una nueva iniciativa por la unidad de España, una de sus obsesiones. Eso sí, siendo siempre una persona de centro, liberal y tremendamente respetuoso con todas las opciones políticas del espectro constitucional.


También recuerdo muy bien una cena reciente en un restaurante nuevo de Madrid. A Jaime le encantaba comer bien. No comía mucho ni fumaba ni bebía, excepto vino; y si era de Griñón, mejor. Durante esa cena, me contó lo orgulloso que estaba de Arcano, de la excelente relación que tenía con sus socios, del tiempo que habían dedicado a construir bien los cimientos de la compañía para que fuera una empresa sólida y duradera. Ante todo, poniendo por delante a las personas que trabajarán allí. Era conocedor de todo lo que me relataba de primera mano; Jaime no me estaba vendiendo ninguna moto. Sentía como propio lo que decía y, como nos conocíamos de toda la vida, además sabía que a mi no me iba a engatusar.


Recordaré siempre el viaje que nos hicimos con Bruno Entrecanales a la costa Oeste de EE. UU. Tras su paso por Princeton y Nueva York, Jaime tenía verdadera admiración por ese país y tenía obsesión por conocer la PCH, una de las carreteras más majestuosas del mundo. Alquilamos un descapotable de esos que habíamos visto en las películas y nos lanzamos a la aventura. Recuerdo que en el primer desayuno en un hotel de San Francisco nos encontramos con Jaime leyendo muy preocupado las noticias sobre la invasión de Sadam Hussein de Kuwait y sus posibles repercusiones. Por eso me acordaré siempre de que fue el 2 de agosto de 1990, hace ahora 30 años, un día antes de su cumpleaños.


El pasado martes hablé por teléfono con Jaime un buen rato sobre su verano que había sido maravilloso, y muy familiar como todos los años. Le vi lleno de vida, muy descansado tras un año difícil con el fallecimiento de su suegro y la enfermedad por COVID de un familiar muy cercano.
Las personas no mueren, desaparecen sus cuerpos. Las personas, sobre todo si son grandes como Jaime, sobreviven en nuestra memoria muchos años. Por eso he querido dejar escritas unas palabras sobre mi relación con Jaime, a quien consideraba no solamente un gran amigo, sino un referente y un ejemplo de vida.

 
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