Los Kennedy

con Kick no solo fue lo del hombre divorciado, lo de Rosemary pesó mucho,fue Kick quien recomendó la lobotomia a Rosemary, y la madre nunca perdonó a su hija, si a eso le sumamos lo del protestante divorciado ... yo creo que habia mucho rencor, en tanto cuando Pat se divorció no lio nada, y bueno al hijo mayor, Chris, Pat lo abandonó en caso de su hermano Bobby que le consentía todo, Pat era superficial y caprichosa y se llevó a las niñas y practicamente abandonó al chico en casa de Ethel, el niño, Chris de la edad el tercer hijo de Bobby, David que murio de sobredosis también le daba a las drogas, solia decir que tra la muerte de su tio no le importaba a nadie, mira como estaba la cosa con Pat.... pero Rose nunca le retiró la palabra a Pat pese a sus escandalos, sus lios, y sus amantes, con kick habia algo mas de peso y tuvo que ver con rose. la lobotomía y el favoritismo descarado de Joe por Kick.

Joan pobre se me hacia muy buena persona y todos la quieren mucho, recuerdo que en la boda de Bobby Jr, la ultima la de Hines, la invitaron en tanto a la segunda espoasa de Teddy no, se me hacia muy frágil y Teddy tras lamuerte de su Bobby se descontroló, fue cuando mató a su amante-secretaria en un accudente de cohe tras dejarla abandonada e iba de amante en amante, cosa que le costó a Joan tres abortos, uno de ellos cuando lo de Chappaquiddick, a Joan que era fragil le dio por beber, tiene alcoholimso cronico desde hace 4 decadas, hay que sumar al niño mayor enfermo de cáncer... se me hacia que era buena pero frágil, hace mas de una decada que esta bajo la tutela de sus hijos, y más de lo que Teddy merecía.

Yo no he leido en ninguna parte - y he leido diferentes biografias sobre esta familia - que Kick recomendase la lobotomia de Rosemary, a ella ni le iba ni le venía y queria a su hermana, pero el que estaba obsesionado con el tema era el padre, porque temía que, por culpa de su ligero atraso mental, Rosemary terminase embarazada o dando un escándalo, asi que consultó con médicos para saber como poder "calmar" los impulsos sexuales de su hija, y vaya si lo consiguieron, la dejaron convertida en una niña de cinco años... Pero Kick no tenía motivo alguno para desear esa barbaridad a su hermana, era Kathleen la reina de las fiestas de Londres mientras su padre era embajador... De todos modos, Rose Kennedy no se opuso a la intervención, no sé con qué derecho después se autoexculpaba por la suerte de su hija... Ahora, si lo dices por algo será, pero me extraña que ningún libro haya mencionado el tema de que Kick apoyó la lobotomia, yo lo que he leido, y tiene lógica, es que Rose no toleró, en modo alguno, que se casase con un protestante, el joven marqués de Hartford, William Cavendish -. Para ella, con eso Kick se había condenado al infierno.

En cuanto a que Mary Jo Kopechne era amante de Edward Kennedy, los padres de la chica llevan años intentando limpiar lo que consideran una mancha en la reputación de su hija muerta, ella había sido colaboradora de campaña de Bobby Kennedy y ahora formaba parte del equipo de Edward, pero niegan categóricamente que Mary Jo fuese amante de Kennedy, él se habría ofrecido a llevarla a su casa -seguramente con intenciones de más, claro - y después ya sabemos que solo pensó en cómo salir corriendo sin sacarla del coche, donde se ahogó porque la abandonó, no por impacto del accidente... pero era un Kennedy y salió de rositas, con la carrera presidencial hundida, pero siendo senador vitalicio hasta el final.

Con respecto a Christopher Lawford, no sabía nada sobre el tema... Por cierto, participó como actor en la película "Trece dias", es el piloto que saca las fotos de las plataformas lanzamisiles en Cuba... ¡que cosas, participar en una peli sobre tus tios en la Casa Blanca!
 
Con semejante ejemplar yo hubiese tenido varios, jajaaa...si, se decia que ella tenia un amante, un modelo de Calvin Klein creo, o actor, ahora mismo no recuerdo, habian sido pareja antes de john y luego retomaron, el chico publicò un libro contando todo eso...voy a buscar a ver si encuentro...

¡Esto del modelo si lo recuerdo! El tipo sale al cabo de un montón de años diciendo eso...
 
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http://www.elmundo.es/elmundo/2013/07/08/gentes/1373253890.html

La tragedia que unió a JFK y Jackie Kennedy

Nunca fueron lo que se dice un matrimonio bien avenido. Al tipo serio y de discursos elocuentes en Washington o Berlín le pudieron las faldas en demasía, un factor que, sumado a su empeño por no mostrar afecto en público, le alejaron de una las mujeres más admiradas del momento, la primera damaJacqueline Kennedy.

Esa distancia, y el hecho de estar a punto de ruptura, es algo que ha quedado reflejado en un nuevo libro que saldrá a la venta a partir del 16 de julio, una obra — 'JFK Last Hundred Days'— sobre los 100 últimos días de vida de John Fiztgerald Kennedy por el historiador Thurston Clarke.

Sin embargo, cuenta Clarke que cuando todo parecía perdido, una tragedia consiguió recomponerlos, la muerte de su hijo Patrick Kennedy en 1963. Irónicamente, eso fue el rompehielos más poderoso para volver a acercarlos.

Antes, Kennedy ni siquiera había logrado estar ahí para ella, ausente en el parto de un bebé prematuro. Kennedy lamentó el no poder haber llegado a tiempo con una de esas frases para la historia que le han acompañado de forma perpetua desde su trágica muerte en 1963. "Nunca estoy ahí cuando me necesita".

Problemas
Y no fue la primera vez en un largo historial de problemas médicos. La que después sería mujer del magnate griego Aristóteles Onassis siempre tuvo problemas durante sus múltiples embarazos. Tras sufrir un aborto en 1955, volvió a quedarse embarazada un año más tarde, durante la convención demócrata en la que su marido estuvo nominado como vicepresidente junto a Adlai Stevenson, uno de los primeros pasos del joven Kennedy hacia la Casa Blanca.

Aquella niña iba a llamarse Arabella Kennedy, pero diversas complicaciones impidieron que pudiera sobrevivir al parto. Nació muerta, una tragedia de que la que el político demócrata no supo nada hasta tres días después, estando a bordo de un crucero con varias mujeres jóvenes, de acuerdo al relato de un periódico europeo.

Pero el nacimiento de la pequeña Caroline Kennedy habría de salvar los muebles unos meses después, con el político presente en el hospital durante el parto y con un buen ramo de flores para ir corrigiendo el rumbo. Tres años más tarde tampoco habría problema con el legendario John John, llamado a preservar la dinastía política antes de que su avioneta se estrellara durante el verano de 1999 con su mujer a bordo.

El presidente no llegó a experimentar aquellos años, pero sí una tragedia parecida con su tercer vástago, nacido el 7 de agosto de 1963, meses antes su propio asesinato en Dallas a manos de Lee Harvey Oswald. "Nada debe pasarle a Patrick, porque no puedo ni pensar el efecto que podría tener en Jackie", le dijo el mandatario a su suegra, Janet Auchincloss, antes de viajar a Boston para acompañar a su bebé en el hospital infantil de la ciudad. Pero no había cura para lo que tenía el pequeño en ese entonces, el llamado síndrome de distrés respiratorio, una enfermedad que acabó con su efímera existencia 48 horas después de su alumbramiento.

Cuenta Clarke en su recuento de los últimos cien días del presidente que al mandatario lo despertaron ese trágico día a las dos de la madrugada, y que en su camino a ver a Patrick le llamó la atención las quemaduras de otro bebé, con tiempo suficiente para detenerse a escribirle una nota a su madre. "Mantenga su valor. John F. Kennedy", rezó el escrito.

Sufrimiento
Su gesto bondadoso no le trajo la suerte necesaria para salvar a su hijo. A las 4:13 de esa madrugada fue pronunciado muerte ante los ojos de su padre, destrozado por dentro pero manteniendo la compostura durante algunos minutos. "Presentó una gran batalla. Era una niño precioso", indicó.

Después se retiró a una sala contigua para llorar de forma desconsolada durante 10 minutos, una imagen captada por uno de los fotógrafos de la Casa Blanca al que pidió que no publicara la foto de su sufrimiento.

No sabía entonces que esa angustia se tornaría en bálsamo para su matrimonio, refugiado en los brazos de su mujer para apaciguar el golpe. Ella incluso le confesó unas horas después de la muerte del pequeño Patrick que lo único que no hubiera podido soportar hubiera sido perderle a él. "Lo sé... lo sé", respondió Kennedy de rodillas y sollozando.

Acercamiento
A partir de ese momento algo cambió entre ellos, agarrados de la mano cuando nunca se habían esforzado en mostrar afecto en público. Más bien todo lo contrario, siempre recatados y distantes.

Lo demuestran las fotos y los gestos documentados del ex presidente en sus últimos días de existencia, siempre juntos "como dos niños pequeños", un detalle, el de agarrarse las manos, quizá insignificante para muchos pero muy significativo para los que no se separaban de la pareja, como recuerda uno de los miembros del servicio secreto, Clint Hill.

Además de los gestos de cariño, Kennedy optó por variar su rutina para pasar más tiempo con su mujer. Entre el 14 de agosto y el 24 de septiembre pasó 23 noches entre Cape Cod y Newport con ella, volando incluso a mitad de semana. Se volvieron, en palabras del historiador Arthur Schlesinger, "extremadamente cercanos y muy afectuosos".

Así fue como decidieron pasar juntos y unidos esos últimos meses de casados, antes de que la tragedia volviera a golpear su historia.
 
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La tragedia que unió a JFK y Jackie Kennedy

Nunca fueron lo que se dice un matrimonio bien avenido. Al tipo serio y de discursos elocuentes en Washington o Berlín le pudieron las faldas en demasía, un factor que, sumado a su empeño por no mostrar afecto en público, le alejaron de una las mujeres más admiradas del momento, la primera damaJacqueline Kennedy.

Esa distancia, y el hecho de estar a punto de ruptura, es algo que ha quedado reflejado en un nuevo libro que saldrá a la venta a partir del 16 de julio, una obra — 'JFK Last Hundred Days'— sobre los 100 últimos días de vida de John Fiztgerald Kennedy por el historiador Thurston Clarke.

Sin embargo, cuenta Clarke que cuando todo parecía perdido, una tragedia consiguió recomponerlos, la muerte de su hijo Patrick Kennedy en 1963. Irónicamente, eso fue el rompehielos más poderoso para volver a acercarlos.

Antes, Kennedy ni siquiera había logrado estar ahí para ella, ausente en el parto de un bebé prematuro. Kennedy lamentó el no poder haber llegado a tiempo con una de esas frases para la historia que le han acompañado de forma perpetua desde su trágica muerte en 1963. "Nunca estoy ahí cuando me necesita".

Problemas
Y no fue la primera vez en un largo historial de problemas médicos. La que después sería mujer del magnate griego Aristóteles Onassis siempre tuvo problemas durante sus múltiples embarazos. Tras sufrir un aborto en 1955, volvió a quedarse embarazada un año más tarde, durante la convención demócrata en la que su marido estuvo nominado como vicepresidente junto a Adlai Stevenson, uno de los primeros pasos del joven Kennedy hacia la Casa Blanca.

Aquella niña iba a llamarse Arabella Kennedy, pero diversas complicaciones impidieron que pudiera sobrevivir al parto. Nació muerta, una tragedia de que la que el político demócrata no supo nada hasta tres días después, estando a bordo de un crucero con varias mujeres jóvenes, de acuerdo al relato de un periódico europeo.

Pero el nacimiento de la pequeña Caroline Kennedy habría de salvar los muebles unos meses después, con el político presente en el hospital durante el parto y con un buen ramo de flores para ir corrigiendo el rumbo. Tres años más tarde tampoco habría problema con el legendario John John, llamado a preservar la dinastía política antes de que su avioneta se estrellara durante el verano de 1999 con su mujer a bordo.

El presidente no llegó a experimentar aquellos años, pero sí una tragedia parecida con su tercer vástago, nacido el 7 de agosto de 1963, meses antes su propio asesinato en Dallas a manos de Lee Harvey Oswald. "Nada debe pasarle a Patrick, porque no puedo ni pensar el efecto que podría tener en Jackie", le dijo el mandatario a su suegra, Janet Auchincloss, antes de viajar a Boston para acompañar a su bebé en el hospital infantil de la ciudad. Pero no había cura para lo que tenía el pequeño en ese entonces, el llamado síndrome de distrés respiratorio, una enfermedad que acabó con su efímera existencia 48 horas después de su alumbramiento.

Cuenta Clarke en su recuento de los últimos cien días del presidente que al mandatario lo despertaron ese trágico día a las dos de la madrugada, y que en su camino a ver a Patrick le llamó la atención las quemaduras de otro bebé, con tiempo suficiente para detenerse a escribirle una nota a su madre. "Mantenga su valor. John F. Kennedy", rezó el escrito.

Sufrimiento
Su gesto bondadoso no le trajo la suerte necesaria para salvar a su hijo. A las 4:13 de esa madrugada fue pronunciado muerte ante los ojos de su padre, destrozado por dentro pero manteniendo la compostura durante algunos minutos. "Presentó una gran batalla. Era una niño precioso", indicó.

Después se retiró a una sala contigua para llorar de forma desconsolada durante 10 minutos, una imagen captada por uno de los fotógrafos de la Casa Blanca al que pidió que no publicara la foto de su sufrimiento.

No sabía entonces que esa angustia se tornaría en bálsamo para su matrimonio, refugiado en los brazos de su mujer para apaciguar el golpe. Ella incluso le confesó unas horas después de la muerte del pequeño Patrick que lo único que no hubiera podido soportar hubiera sido perderle a él. "Lo sé... lo sé", respondió Kennedy de rodillas y sollozando.

Acercamiento
A partir de ese momento algo cambió entre ellos, agarrados de la mano cuando nunca se habían esforzado en mostrar afecto en público. Más bien todo lo contrario, siempre recatados y distantes.

Lo demuestran las fotos y los gestos documentados del ex presidente en sus últimos días de existencia, siempre juntos "como dos niños pequeños", un detalle, el de agarrarse las manos, quizá insignificante para muchos pero muy significativo para los que no se separaban de la pareja, como recuerda uno de los miembros del servicio secreto, Clint Hill.

Además de los gestos de cariño, Kennedy optó por variar su rutina para pasar más tiempo con su mujer. Entre el 14 de agosto y el 24 de septiembre pasó 23 noches entre Cape Cod y Newport con ella, volando incluso a mitad de semana. Se volvieron, en palabras del historiador Arthur Schlesinger, "extremadamente cercanos y muy afectuosos".

Así fue como decidieron pasar juntos y unidos esos últimos meses de casados, antes de que la tragedia volviera a golpear su historia.

Magnífica aportación. Fué evidente para todo el mundo el acercamiento de la pareja por el cambio que dió él respecto a ella y los niños... Por eso Jackie se quedó con ese recuerdo suyo tras el asesinato y grabó esas cintas como catarsis ante el dolor, olvidando las amarguras anteriores en su matrimonio, pero el cambio de él ya había empezado tras la crisis de los misiles, en la época en que engendraron a Patrick...

Algo que también he leido es que, tras el asesinato, Jackie guardó el Chanel rosa, se negó a lavarlo o tirarlo, lo guardó en su caja porque tenía la sangre de él, y ese traje debe estar en manos de Caroline como una reliquia religiosa...
 
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DALLAS
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El periodista Teddy White logró entrevistar a la viuda del Presidente Kennedy después del asesinato, trabajo que la revista Life no quiso publicar para no herir la sensibilidad de los norteamericanos. Había pasado una semana cuando White logró la conversación con Jackie en la casa de los Kennedy en Hyannis Port (Masschusetts).
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“Oí esas pequeñas detonaciones. Vi como Connally [Gobernador de Texas] se agarraba los brazos… Jack se volvió y yo me volví… Todo lo que recuerdo es un edificio grisáceo enfrente. Entonces Jack se volvió … Parecía desconcertado… Entonces se desplomó hacia atrás…Pude ver cómo se le caía un pedazo de cráneo”, explicó a White con gran compostura la viuda del 35 presidente de la nación”, contó Jackie.

La mujer del Presidente tenía 34 años y mostró una entereza que conmovió el mundo. No quiso, a pesar de todas las presiones, abandonar la sala del hospital Parkland donde médicos residentes intentaban revivir al Presidente herido de muerte. El médico personal de Kennedy, quien no intervino en la reanimación, defendió la presencia de Jackie, quien les dijo con firmeza: “Es mi marido; es su sangre, todo su cerebro está esparcido sobre mi”, sobre su sastre rosado Chanel. Poco antes había entregado a la enfermera jefe la “masa cerebral y un trozo de cráneo” que guardaba celosa en su mano derecha protegida por un guante que ya no era blanco, estaba manchado de sangre. Le besó los pies de su marido, “más blancos que la sabana”, le contó a White.


Jackie solo se lavó la sangre de su rostro cuando abordó el Air Force One y tuvo que ser testigo del juramento del vicepresidente Johnson como nuevo Presidente de los Estados Unidos. Le contó al periodista de Life que cada noche, antes de irse a dormir, a su esposo le gustaba escuchar discos y que su canción favorita era el final del famoso musical de Broadway ‘Camelot’, que concluía así: “No olvidemos/Que una vez existió un lugar/Que durante un breve pero brillante momento fue conocido como Camelot. Nunca volverá a haber otro Camelot”, le dijo. “Habrá otros grandes presidentes, pero jamás volverá a haber otro Camelot”.

http://www.las2orillas.co/jackie-kennedy-minutos-despues-del-asesinato/
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