Los gastos de hipoteca y el Tribunal Supremo

Pero, pero ¿Desde cuando Felipe tiene trabajo extra para presentar decretos leyes? ¡Por Dios, no le hagas trabajar mas horas que lo vas a derrengar!:woot:




Ainssssssss es verdad, gracias Idolo me he confundido, hay tal profusión de tontos/as en Moncloa y Zarzu que me he liado......
 
PSOE y Podemos subieron el impuesto al cliente en plena crisis
POLÍTICA
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  • 8 NOV. 2018 02:02
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El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, durante una rueda de prensa. Luca PiergiovanniEFE
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Pese a cargar ahora contra el Supremo, Iglesias llevó aumentarlo en su programa electoral

El Tribunal Supremo da la razón a los bancos y falla que el cliente pague el impuesto de las hipotecas

La contundente retórica desplegada por el PSOE y Unidos Podemos para cargar contra el Tribunal Supremo -por rectificar su primer fallo y endosar después el pago del impuesto de las hipotecas al cliente y no a las entidades bancarias- se ha visto comprometida por la hemeroteca, que ha dejado al descubierto que ambos partidos respaldaron durante los años de la crisis económica subir este impuesto cuando no había dudas de que éste repercutía directamente en el ciudadano y no en los bancos.

Es más, Podemos, uno de los actores políticos que más aspavientos está haciendo con este tema para deslegitimar la decisión del Poder Judicial, llevó precisamente la subida del impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD), que es un gravamen cedido a las comunidades autónomas, entre las promesas de su programa para las elecciones autonómicas de 2015.


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Entre sus 215 medidas para un proyecto de país, presentadas por el partido de Pablo Iglesias, se abogaba por reducir al máximo las bonificaciones de esta tasa para cobrar más a los ciudadanos y recaudar más en las comunidades autónomas. Y, como consecuencia de esto, votó a favor en Aragón en el año 2015 para elevar la presión fiscal en un 50% de lo que ya estaba. Lo que situó a la región en el grupo de cabeza de las comunidades autónomas que más gravaban a los clientes. Puesto que pasó de un 1% a un 1,5%. El tipo máximo. Como el que tienen Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Galicia y Murcia.

Entre los parlamentarios que votaron a favor estuvo Pablo Echenique, por entonces líder regional del partido morado, que está siendo ahora uno de los más beligerantes contra el Supremo. «Ya sabíamos que los ricos se compraban gobiernos. Hoy se han comprado el Supremo», dijo el pasado martes.

En el PSOE sucede más de lo mismo. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, dijo ayer estar dispuesta a poner en marcha un «paquete de medidas potente» para compensar el daño que la decisión del Supremo supone para los contribuyentes. En la carrera iniciada, en plena precampaña electoral, para responder a la indignación generada, llamó ayer la atención la sensibilidad de Díaz, dado que la Junta no sólo aplica a sus contribuyentes el tipo más alto de entre todas las autonomías, sino que aprobó un incremento del mismo en el año 2012, en plena crisis, cuando el gravamen pasó del 1,2% al 1,5%.

Entonces, cuando el mercado inmobiliario estaba ya seriamente tocado por la estallido de la burbuja, la Junta, presidida por José Antonio Griñán, aplicó una subida del impuesto de Actos Jurídicos Documentados que colocó a Andalucía en el escalón más alto. En aquel año Díaz se había incorporado ya al Ejecutivo como consejera de la Presidencia, si bien esa subida del impuesto se aprobó meses antes.


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En la última legislatura, la presión de Ciudadanos, con el que tenía un acuerdo parlamentario, llevó a Díaz a aplicar dos rebajas fiscales significativas. La primera en el tramo autonómico del IRPF y la segunda en el Impuesto de Sucesiones. Sin embargo, en ningún momento se había planteado la Junta prescindir de los ingresos generados por el impuesto sobre los AJD. Pese a ello, Díaz no ha dudado ahora en ponerse de parte de los contribuyentes y en contra de los bancos, a los que acusó de haber provocado la crisis y no haber devuelto el dinero del rescate.

Ahora anuncia un paquete «potente» de medidas para paliar el efecto de esta decisión, que afectaría a 300.000 personas con un saldo de 600 millones de euros.
 
Estamos esperando dimisiones de miembros del TS por el asunto de las hipotecas. NO sólo la de Lesmes que al fin y al cabo finaliza su mandato el 4 de diciembre, sino de todos los que provocado éste escándalo, y como primero y principal el tal Diez-Picazo, quien fue su voto el que determinó el favorecimiento a los bancos. Estaban 13 para favorecer a los hipotecados y 14 para favorecer a los bancos. El voto de Diez Picazo fue determinante para poner el resultado final 15 a 13.

https://www.20minutos.es/noticia/3484762/0/diez-picazo-impuesto-hipotecas-sentencia/

No nos dispersemos en otra clase de impuestos. Centremonos en ésto.

¿Para cuando el rodar de cabezas del TS? Me importa un pito la de Lesmes que está al caer su mandato, pero tienen que rodar mas cabezas porque el asunto es infumable.
Completamente de acuerdo con lo que dices, pero no me parece el completo todavía.
Que rueden cabezas, sí, pero además y como colofón que la clase jurídica tenga unas connotaciones más exigentes y no intocables, que no estén convencidos de su inviolabilidad dentro de un sonado aislamiento.
La cosa no es puntual, de alguna manera hay que reformarla desde la raiz.
Y que tan gran órgano JUDICIAL esté en manos de los mercados y finanzas es que ya no tiene ni censura previa.
 
Montero lideró la revuelta contra Rajoy para no bajar el impuesto de Actos Jurídicos
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María Jesús Montero
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La ahora ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se convirtió -en tiempos de consejera del ramo en la Junta de Andalucía- en la principal abanderada de la “armonización fiscal”, la equiparación de impuestos entre regiones para evitar, decía, la “competencia desleal” de otras comunidades como Madrid.

La realidad es que Andalucía tenía entonces, como tiene ahora, el impuesto de Actos Jurídicos Documentados -el conocido como ‘impuesto de las hipotecas’- más alto de España, en el 1,5% (al igual que otras comunidades como Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Galicia y Murcia. La Comunidad de Madrid, en cambio, es una de las regiones con el gravamen más bajo (en el 0,75%).

La ministra fue especialmente crítica contra el Gobierno de Mariano Rajoy por el modelo de financiación autonómica, como evidenció en algunos de los Consejos de Política Fiscal y Financiera (CPFF), en los que se mostró una firme defensora de la armonización fiscal y atacó la “competencia” entre comunidades.


En esas reuniones, llegó a calificar a la Comunidad de Madrid de “paraíso fiscal” por sus impuestos bajos y acusó a la región, presidida por Ángel Garrido, de “dumping fiscal”.

El impuesto de Actos Jurídicos Documentados, popularizado ahora por la polémica con la decisión del Tribunal Supremo, es un impuesto socialista: fue establecido por Felipe González, a través del Real Decreto Legislativo 1/1993, que determinó que el sujeto pasivo será “el adquirente del bien o derecho y, en su defecto, las personas que insten o soliciten los documentos notariales, o aquellos en cuyo interés se expidan”. Es decir, el impuesto lo tendría que pagar el cliente.


Montero no solo no cuestionó ese impuesto durante sus años como consejera autonómica -constituye una importante fuente de ingresos para las regiones- sino que gobernó manteniéndolo en el tipo más alto, que había sido adoptado unos meses antes de su llegada a la consejería.

En otra decisión polémica, la ahora ministra aplicó el impuesto de Actos Jurídicos a las herencias. Una medida inédita que obligaba, por ejemplo, a que un heredero que hubiese abonado la parte correspondiente del bien a sus hermanos tuviese que pagar también el gravamen. El impuesto supone una carga importante especialmente para las rentas más modestas.

El Gobierno de Pedro Sánchez, en un insólito choque con el Poder Judicial, aprobará este jueves un real decreto ley para que que sean los bancos y no los compradores de una vivienda quienes asuman el pago del impuesto de las hipotecas.

El presidente del Ejecutivo lo anunció en una rueda de prensa en La Moncloa, este miércoles, tras la resolución del Tribunal Supremo que determina que sean los clientes los que hagan frente al pago del impuesto.

“Queremos que nunca más los españoles paguen este impuesto y que lo pague el sector financiero”, afirmó Sánchez.

El cambio consiste en la modificación del artículo 29 de la ley que regula el impuesto de Actos Jurídicos para que el pago de esta tasa “corresponda siempre a los bancos”.

Además, Sánchez anunció la creación de la Autoridad Independiente para la Protección de los Clientes Financieros que protegerá los derechos de los consumidores en su relación con los bancos.

El dirigente socialista consideró que “la compra de una vivienda es un gran plan de inversión y de vida que debe contar con seguridad política”.
 
El objetivo real de los copresidentes es otro: someter al Supremo
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Los copresidentes del Gobierno, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, —tanto monta, monta tanto— pretenden someter la voluntad del Tribunal Supremo manipulando el enfado de los españoles. La aparente preocupación que muestran por los ciudadanos es sólo un disfraz de sus verdaderas intenciones: sacar rédito político de la situación y condicionar las decisiones de la cúspide del Poder Judicial español. Puro totalitarismo populista. Si el PSOE estuviera realmente en contra de esta medida, las ocho comunidades autónomas donde gobierna no cobrarían un 72% más por el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD) que aquellas regiones donde gobierna el PP. No obstante, y ante el descontento que ha provocado el fallo de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, ambos kamikazes de la política están aliados para alentar la rabia y los instintos más primarios de los ciudadanos.

Esta irresponsabilidad política fomenta de manera innecesaria la tensión social. Atacar al Alto Tribunal es atacar los propios cimientos de nuestra convivencia y también la estabilidad del país. Factores indispensables en un momento donde el futuro económico se presenta incierto. Por ello, resulta inadmisible que Pedro Sánchez respalde el escrache al Tribunal Supremo que ha organizado Podemos de cara al próximo sábado. Un respaldo que viene después de que Pablo Iglesias apelara a la “rabia” de los ciudadanos para impulsar distintas manifestaciones callejeras. Todo ello obedece a una estrategia de la coalición PSOE/Podemos para conseguir nuevos votantes mediante la creación de una corriente de indignados. Antes de apoyar el acoso de Podemos, Sánchez había anunciado una modificación por decreto ley para que los bancos paguen el IAJD, al contrario de lo dictaminado por el Tribunal Supremo.

Con independencia de que la decisión del Alto Tribunal pueda ser cuestionable, no es el mejor mensaje posible el hecho de que salga el presidente del Gobierno al día siguiente desautorizando de una manera tan radical una decisión del Supremo. Además, resulta paradójico que el jefe del Ejecutivo muestre una preocupación tan súbita cuando su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, mantuvo este mismo impuesto en su tipo más alto —el 1,5%— durante su etapa como consejera de la Junta de Andalucía. Prueba de que tras las oportunistas apariciones de Sánchez e Iglesias hay una operación política que tratan de concretar con sumo ventajismo. El deber de los ciudadanos es reclamar lo que creen que es suyo, sin duda, pero también no dejarse manipular por unos partidos que no sólo legislan “en caliente”, sino que además quieren dar un golpe de mano al Tribunal Supremo.
 
PSOE y Podemos subieron el impuesto al cliente en plena crisis
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El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, durante una rueda de prensa. Luca PiergiovanniEFE
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Pese a cargar ahora contra el Supremo, Iglesias llevó aumentarlo en su programa electoral

El Tribunal Supremo da la razón a los bancos y falla que el cliente pague el impuesto de las hipotecas

La contundente retórica desplegada por el PSOE y Unidos Podemos para cargar contra el Tribunal Supremo -por rectificar su primer fallo y endosar después el pago del impuesto de las hipotecas al cliente y no a las entidades bancarias- se ha visto comprometida por la hemeroteca, que ha dejado al descubierto que ambos partidos respaldaron durante los años de la crisis económica subir este impuesto cuando no había dudas de que éste repercutía directamente en el ciudadano y no en los bancos.

Es más, Podemos, uno de los actores políticos que más aspavientos está haciendo con este tema para deslegitimar la decisión del Poder Judicial, llevó precisamente la subida del impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD), que es un gravamen cedido a las comunidades autónomas, entre las promesas de su programa para las elecciones autonómicas de 2015.


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Entre sus 215 medidas para un proyecto de país, presentadas por el partido de Pablo Iglesias, se abogaba por reducir al máximo las bonificaciones de esta tasa para cobrar más a los ciudadanos y recaudar más en las comunidades autónomas. Y, como consecuencia de esto, votó a favor en Aragón en el año 2015 para elevar la presión fiscal en un 50% de lo que ya estaba. Lo que situó a la región en el grupo de cabeza de las comunidades autónomas que más gravaban a los clientes. Puesto que pasó de un 1% a un 1,5%. El tipo máximo. Como el que tienen Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Galicia y Murcia.

Entre los parlamentarios que votaron a favor estuvo Pablo Echenique, por entonces líder regional del partido morado, que está siendo ahora uno de los más beligerantes contra el Supremo. «Ya sabíamos que los ricos se compraban gobiernos. Hoy se han comprado el Supremo», dijo el pasado martes.

En el PSOE sucede más de lo mismo. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, dijo ayer estar dispuesta a poner en marcha un «paquete de medidas potente» para compensar el daño que la decisión del Supremo supone para los contribuyentes. En la carrera iniciada, en plena precampaña electoral, para responder a la indignación generada, llamó ayer la atención la sensibilidad de Díaz, dado que la Junta no sólo aplica a sus contribuyentes el tipo más alto de entre todas las autonomías, sino que aprobó un incremento del mismo en el año 2012, en plena crisis, cuando el gravamen pasó del 1,2% al 1,5%.

Entonces, cuando el mercado inmobiliario estaba ya seriamente tocado por la estallido de la burbuja, la Junta, presidida por José Antonio Griñán, aplicó una subida del impuesto de Actos Jurídicos Documentados que colocó a Andalucía en el escalón más alto. En aquel año Díaz se había incorporado ya al Ejecutivo como consejera de la Presidencia, si bien esa subida del impuesto se aprobó meses antes.


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En la última legislatura, la presión de Ciudadanos, con el que tenía un acuerdo parlamentario, llevó a Díaz a aplicar dos rebajas fiscales significativas. La primera en el tramo autonómico del IRPF y la segunda en el Impuesto de Sucesiones. Sin embargo, en ningún momento se había planteado la Junta prescindir de los ingresos generados por el impuesto sobre los AJD. Pese a ello, Díaz no ha dudado ahora en ponerse de parte de los contribuyentes y en contra de los bancos, a los que acusó de haber provocado la crisis y no haber devuelto el dinero del rescate.

Ahora anuncia un paquete «potente» de medidas para paliar el efecto de esta decisión, que afectaría a 300.000 personas con un saldo de 600 millones de euros.



http://arainfo.org/aprobada-la-ley-de-medidas-para-el-mantenimiento-de-servicios-publicos-en-aragon/

No eran SOLO PODEMITAS. Fueron el PSOE, CHA, Podemos e IU, es decir, las izquierdas. Las derechas se opusieron...
 
PP y PSOE ultiman un acuerdo para repartirse los puestos en el Poder Judicial en plena crisis de la Justicia


Las negociaciones se encaminan para que una mujer presida el órgano de gobierno de los jueces y el Ejecutivo de Sánchez confía en que la composición sea paritaria

El PSOE reserva uno de sus puestos para Unidos Podemos, que elegiría a Victoria Rosell, pero no ha contactado con las fuerzas independentistas

Irene Castro
53 comentarios

08/11/2018 - 20:44h
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Pedro Sánchez y Pablo Casado en su encuentro en Moncloa. MONCLOA

El independentismo catalán pide participar en la renovación de la cúpula del poder judicial
PP y PSOE ultiman un acuerdo para repartirse de nuevo los puestos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Los dos partidos negocian la nueva composición del órgano de gobierno de los jueces así como la presidencia del Tribunal Supremo en un momento de grave crisis de la justicia en vísperas del juicio del procés y tras el escándalo de la sentencia de las hipotecas que ha enterrado el prestigio del alto tribunal.




El pacto para la renovación del CGPJ está "adelantado", según las fuentes consultadas por eldiario.es, aunque quedan por cerrarse algunos flecos. El lunes termina el plazo, después de varias prórrogas, para que se registren las propuestas de los grupos: "El lunes les informaremos de la propuesta del PSOE y si va acompañado de otros partidos o no", expresó en una entrevista la número dos del partido, Adriana Lastra.

Sánchez y Casado acordaron iniciar las conversaciones en su reunión en el Palacio de La Moncloa a principios de agosto. Es el único encuentro que han mantenido, y han dejado las negociaciones en manos de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y de su antecesor por parte de los conservadores, Rafael Catalá, que se han reunido en varias ocasiones.

El reparto para la renovación que constitucionalmente está prevista para inicios de diciembre, que es cuando acaba el mandato de Carlos Lesmes, es que PP y PSOE se adjudiquen la mitad de los nombramientos cada uno. Las Cortes tienen que designar a los 20 vocales del CGPJ –de los que doce son magistrados designados a partir de las propuestas de las asociaciones y ocho por las formaciones exclusivamente– con una mayoría cualificada de tres quintos. Una vez compuesto, eligen al presidente, que generalmente ya llega pactado.

El PP es imprescindible para la renovación del órgano judicial dada la mayoría reforzada que requiere su composición por lo que los socialistas han puesto sus esfuerzos en llegar a un entendimiento con Catalá, aunque fuentes del PP aseguran que "no hay acuerdo" y que ni siquiera está encauzado. El PSOE es más optimista.

Una terna de mujeres
Las negociaciones sí están encarriladas para que la presidencia del Poder Judicial recaiga por primera vez en una mujer. El PSOE también pretende que la composición del órgano de gobierno de los jueces sea paritaria. En la actualidad, solo nueve de los 21 integrantes son mujeres. Los nombres que están en la terna de las conversaciones son los de Encarnación Roca, actual vicepresidenta del Tribunal Constitucional; María Lourdes Arastey, miembro de la Sala Social del Supremo; Pilar Teso, magistrada de lo contencioso-administrativo también del alto tribunal; y Ana Ferrer, miembro de la sala de lo Penal. La última es la que más suspicacias despierta en el PP.

El acercamiento de PP y PSOE se produce pese a que Sánchez anunció la ruptura de relaciones con Casado, después de que este le acusara de ser "partícipe" en el "golpe de Estado" en Catalunya. Los socialistas reconocieron ya entonces que no se trataba del fin de los tratos entre ambos partidos porque los dos se "necesitan".

De hecho, la negociación del reparto de los puestos del Poder Judicial ha sido una prioridad para el Gobierno, que espera que modificaciones como la del CGPJ para que los miembros tengan de nuevo dedicación exclusiva tampoco se frustren ante el encuentro que han logrado con el PP: "Tiene que renovarse porque es una obligación y una urgencia democrática y queremos que estén reflejadas todas las sensibilidades no políticas o ideológicas sino sociales, que haya gente experta en violencia de género, en lucha contra la corrupción", argumentó Lastra.

Sus palabras sobre la necesidad de renovar el CGPJ –más allá de finiquitar el de Lesmes– se produjeron justo cuando el Supremo cambió radicalmente su decisión sobre el pago del impuesto de las hipotecas para que lo asumieran los clientes en vez de la banca, como inicialmente había dictaminado. El presidente del Gobierno emplazó al alto tribunal a hacer "autocrítica" y enseñó a Lesmes la puerta de salida, aunque la decisión en el Gobierno estaba tomada desde mucho antes. Catalá también se ha distanciado de Lesmes, con quien no mantiene una buena relación. Eso ayuda a que el PP facilite la renovación y no la bloquee, como hizo durante el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2008.

PP y PSOE, que suman los apoyos parlamentarios precisos para sacar adelante la renovación, han negociado de espaldas al resto de formaciones en un momento en el que los jueces han anunciado una huelga, entre otras cuestiones, por la politización de la justicia. Pero el Parlamento no ha sido capaz en lo que va de legislatura de llegar a un entendimiento para cumplir con algunas de las sugerencias de instituciones, como el Consejo de Europa, que reclaman que sean los jueces y no los partidos en el Parlamento los que designen a su órgano de gobierno.

Cesión a Podemos y fuera el resto de partidos
Ciudadanos se excluyó de la negociación del reparto porque no está de acuerdo con el modelo de elección. Los de Albert Rivera abandonaron el Pacto por la Justicia en el Congreso por la negativa de PP y PSOE a permitir que doce vocales del CGPJ sean elegidos por los jueces.

El PSOE sí tiene previsto cederle a Unidos Podemos un nombre de los diez que tiene que proponer. La formación de Pablo Iglesias optará por la magistrada Victoria Rosell, que fue diputada del grupo confederal y dimitió por una investigación del juez Salvador Alba a partir de una querella del exministro José Manuel Soria que finalmente fue archivada.

En el Gobierno no tienen intención de involucrar a los partidos independentistasen la renovación del Poder Judicial, aunque el Govern sí tiene intención de participar.

PP y PSOE dejarían fuera, por tanto, a los nacionalistas de la renovación de la cúpula judicial en un momento en el que las formaciones independentistas han cargado contra el sistema judicial por el juicio del procés. Los socialistas dan precisamente importancia a que ese proceso judicial se dé con un nuevo CGPJ y una nueva presidencia del Supremo: "Espero que los juicios que vengan se hagan ya con los órganos renovados", ha expresado la presidenta del PSOE, Cristina Narbona.

https://www.eldiario.es/politica/PP-PSOE-Poder-Judicial-justicia_0_833617421.html
 
Esta movida va de someter a la justicia, en concreto al Supremo. El impuesto lo inventan los socialistas, lo cobran y lo suben las Autonomias. Y ahora Cum Fraude obliga a los bancos??
Algo huele muy mal
 
Supremo disparate


Díez Picazo votó en beneficio de la banca, aun a costa de dejar al Supremo en la ridícula tesitura de rectificarse a sí mismo tres semanas después de haber cambiado de jusrisprudencia y desautorizar a sus expertos en Derecho tributario

Alfonso Pérez Medina
09/11/2018 - 20:29h
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Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Constitucional EFE

La decisión del Pleno de la Sala Tercera del Tribunal Supremo de volver a su doctrina tradicional para que sigan siendo los clientes los que paguen el principal impuesto que grava la constitución de una hipoteca es tan legal desde el punto de vista jurídico como la que establecieron sus especialistas en Derecho tributario para cargar el pago a los bancos. Pero para llegar a esa estación de término se ha recorrido un camino repleto de disparatadas decisiones que deja por los suelos la imagen del Alto Tribunal, en vísperas de uno de los juicios más importantes de su historia, y que presenta a aquellos que deberían actuar como máximos garantes de la Justicia en protagonistas de cutres intrigas palaciegas.




Disparatada por completo ha sido la gestión de la crisis del presidente de lo Contencioso-Administrativo, Luis Díez-Picazo, que si quería convocar el Pleno, debería haberlo hecho antes de que se dictaran las tres sentencias de la doctrina Rivas, o al menos cuando se hubieran resuelto otras nuevas en sentido contrario. Pero actuó tarde, provocando un cisma inédito en la historia reciente del alto tribunal e invocando a la antijurídica razón de la “enorme repercusión económica y social” de la medida, que deja la peligrosa conclusión de que todos los justiciables son iguales ante la ley pero los bancos son más iguales que los ciudadanos.

El gol por la escuadra que le colaron a Díez-Picazo con el giro jurisprudencial que él mismo calificó de “radical” solo puede entenderse por su negligente actuación como presidente, ajeno al asunto más importante que se estaba deliberando en la Sala Tercera a pesar de haber participado en la estimación del recurso, y por el recelo que su nombramiento, pilotado por la mano del presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, suscitó entre sus compañeros.

Letrado del Ministerio de Justicia y catedrático de Derecho Constitucional, el hombre de moda en la Justicia española accedió al Supremo por el turno de juristas de reconocido prestigio y fue elegido únicamente por 12 de los 21 vocales del CGPJ, que decidió no renovar al entonces presidente de la Sala, José Manuel Sieira, a pesar de que le triplicaba en número de sentencias dictadas y años de trayectoria en el alto tribunal. En su toma de posesión fue apadrinado por el magistrado Jorge Rodríguez-Zapata, que escribió uno de los votos particulares más duros contra la sentencia del Estatut.

Muy cuestionable también es que Díez-Picazo convocara, dirigiera y finalmente decidiera el Pleno de las hipotecas, en el que la banca se jugaba 16.500 millones de euros según el peor escenario dibujado por la agencia Moody’s, cuando el bufete de su propia familia defendió a Cajasur en un pleito por las cláusulas suelo y cuando él mismo ejerció, entre 2011 y 2017, como profesor del centro universitario Cunef, promovido por la Asociación Española de Banca. Del mismo Pleno se apartó el magistrado Octavio Juan Herrero, que vive en Rivas-Vaciamadrid, la localidad cuyo Ayuntamiento presentó el recurso, y que tiene dos hijos con viviendas de protección oficial en el municipio.

En el Supremo cada vez son más voces las que critican la resolución de la crisis, con un tribunal abierto en canal durante más de 15 horas de debate retransmitidas en directo y una propuesta trampa de Díez-Picazo (que pagaran los bancos sin ningún tipo de retroactividad) que ni siquiera se atrevió a defender y que presentó la magistrada Pilar Teso por temor a que, si la defendía el presidente, fuera rechazada con más virulencia aún que la que finalmente cosechó (17 votos en contra y 11 a favor).

Y ahí se unieron los extremos. El sector más conservador apostó por salvar a la banca de cualquier pago y otros miembros de la Sala se opusieron a la propuesta por considerar que no se puede impedir a los ciudadanos que hayan contratado una hipoteca en los últimos cuatro años, no prescritos a efectos fiscales, reclamar a Hacienda la devolución del impuesto, tal y como hace la Administración tributaria en sentido contrario cuando una liquidación no se ajusta a sus cuentas.

Díez Picazo, obcecado en que a la banca el Pleno no le saliera a pagar, se opuso a que se votara esta propuesta o la de la retroactividad total y, entre las protestas de sus compañeros, forzó la votación de una resolución simplista (que paguen los bancos o que paguen los clientes) y no dudó en cambiar el voto, una vez más, en beneficio de la banca. Aun a costa de dejar al Supremo en la ridícula tesitura de rectificarse a sí mismo tres semanas después de haber cambiado de jusrisprudencia y desautorizar a sus expertos en Derecho tributario. A pesar de que muchas voces en el tribunal apuntaban que lo mejor habría sido no hacer nada, dejar que los clientes plantearan sus reclamaciones y resolver el asunto de la retroactividad en los nuevos contenciosos que se habrían planteado.

El disparate supremo de las últimas semanas también deja muy tocado, a unos días de que expire su mandato, al propio Lesmes, que primero solicitó una nota aclaratoria sobre la sentencia, después pidió perdón a los ciudadanos y dio a entender que la jurisprudencia se confirmaría y finalmente echó la culpa de todo a los políticos por redactar una normativa ambigua. Resulta incomprensible que el presidente del Supremo no calculara lo que se le venía encima cuando el único voto particular discrepante del tribunal de la doctrina Rivas fue el de Dimitry Berberoff, su jefe de gabinete en el CGPJ durante los últimos cuatro años.

Si el espectáculo judicial no había sido suficientemente clarificador, el Gobierno de Pedro Sánchez, que durante los días previos al Pleno alertó sobre los riesgos que una decisión contraria a la Administración podría provocar en el objetivo de déficit ante la Unión Europea, anunció la modificación de la ley para que, ahora sí, los bancos paguen el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Una ley que ningún Gobierno había tocado desde 1993 salvo para subirle el impuesto a los ciudadanos.

https://www.eldiario.es/zonacritica/Supremo-disparate_6_834026604.html
 
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