Los/as grandes pianistas de la Historia

CRÍTICA | CLÁSICA
Magdalena Kožená y Mitsuko Uchida, de menos a más
La mezzosoprano y la pianista vuelven a actuar juntas en una pequeña gira que arrancó este martes en Bilbao

PABLO L. RODRÍGUEZ
Bilbao 16 ENE 2019

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La pianista Mitsuko Uchida y la mezzosoprano Magdalena Kožená durante su recital en Bilbao. SOCIEDAD FILARMÓNICA DE BILBAO



¿Qué escritor o músico no ha tenido alguna vez el secreto deseo de patear a un crítico? Eduard Mörike no pudo resistir ese anhelo y lo convirtió en motivo de uno de sus más divertidos poemas, Abschied, publicado dentro de Gedichte (1838). Cincuenta años después, Hugo Wolf elevó esos versos a una especie de ópera en miniatura con que culmina sus magistrales Mörike-Lieder para voz y piano. El crítico se presenta furtivamente en casa del artista, en lo que podría ser el preludio: “Tengo el honor de ser su crítico”, le dice mientras el piano representa sus nudillos en la puerta. Una vez dentro, le espeta, con pomposidad, y en lo que podría ser el primer acto, que tiene una nariz de “tamaño cósmico”. El artista escucha de mala gana, mientras el piano plasma su creciente indiferencia en el segundo acto. Pero llega el desenlace del acto final y, tras acompañarle a la puerta, le suelta una “patadita” que le hace precipitarse escaleras abajo, algo que ilustra magistralmente el teclado. Wolf termina su Lied entonando, con sorna y a ritmo de vals vienés, los tres versos finales del poema: “No he visto nunca nada parecido, / ¡jamás en todos los días de mi vida / he visto a un hombre bajar las escaleras tan deprisa!”.

La obra concluye con un postludio, donde la pianista británica de origen japonés Mitsuko Uchida (Tokio, 1948) “aporreó” magistralmente, tal como marca la partitura, ese vals vienés. Esta miniópera, de poco más de tres minutos, fue lo mejor de la primera parte de su recital con la mezzosoprano checa Magdalena Kožená (Brno, 1973), el pasado martes en la histórica sede de la Sociedad Filarmónica de Bilbao. Un concierto que, tras casi cincuenta minutos de música maravillosa, no terminaba de despegar. Era el arranque de una pequeña gira que concluirá, el próximo domingo, en el Rudolfinum de Praga, tras pasar, este jueves, por el Palau de la Música Catalana. Kožená y Uchida han recuperado para su reencuentro un magnífico programa, que ya hicieron juntas hace cuatro años, con Lieder de Schumann, Wolf, Dvořák y Schönberg, pero que en Bilbao funcionó de menos a más. Abrieron con el último ciclo de Schumann, Gedichte der Königin Maria Stuart (Poemas de la reina María Estuardo), donde Kožená mostró las virtudes líricas de su canto, pero también sus limitaciones dinámicas y la inconsistencia de su tesitura, con agudos tensos y graves descoloridos. Uchida mantuvo un austero segundo plano, aunque propició los mejores momentos musicales del ciclo, que escuchamos en Abschied von der Welt, un adiós al mundo donde el compositor alemán parece evocar la sencillez musical isabelina.

La selección de once Mörike-Lieder mostró, todavía con mayor claridad, la distancia musical entre la cantante y la pianista. Uchida volvió a crear potenciales ambientes desde el piano, que Kožená trataba de alcanzar con entrega, pero sin éxito. Un buen ejemplo fue Das verlassene Mägdlein, con esa luz desnuda y fría, que Uchida dibujó en los primeros compases, y que Kožená no supo utilizar para dar vida al sufrimiento de esa doncella abandonada. Funcionaron mucho mejor los Lieder en tono humorístico, como el encanto y desparpajo que escuchamos en Elfenlied, pero no los más intensos, como Wo find’ ich Trost. La mezzo no encontró aquí ni la sutileza vocal ni la profundidad musical necesaria para expresar esa aflicción que Wolf evoca citando el Parsifal, de Wagner, y que seguramente escribió para Ferdinand Jäger, el tenor que estrenó el personaje homónimo de la ópera.

La segunda parte cambió ostensiblemente. Para empezar, por el interés que tiene escuchar las ocho Písně milostné (Canciones de amor), de Dvořák, con su prosodia original en checo. Por fin, el canto de Kožená fluyó idealmente, tal y como escuchamos en la bellísima V tak mnohém srdci mrtvo jest, con ese paraíso evocado casi al final sobre el trémolo del piano. E incluso la tensión de sus agudos se compensaba con más musicalidad, algo evidente en la canción final, Ó duše drahá jedinká. Pero lo mejor del programa llegó con la amplia selección de los Brettl-Lieder que Schönberg escribió, en 1901, para el cabaret de Ernst von Wolzogen en Berlín. Kožená encontró, de repente, toda la flexibilidad musical y teatral. Pero, además, Uchida, que es una sensacional intérprete de Schönberg, supo extraer del piano todos los guiños de modernidad, como en esa fascinante caracterización con ritmos cruzados de un rey que quiere pasear como alguien anónimo, en Einfältiges Lied. Y el ascenso del recital se confirmó con otro divertido vals para terminar, Arie ausdem Spiegel von Arcadien, basado en un fragmento de Emanuel Schikaneder, el libretista de La flauta mágica, de Mozart.

Faltaba lo mejor de la noche, que llegó en la propina. Kožená anunció Lavečka, de Janáček, incluida en su recopilación de canciones populares moravas. Una pieza sencilla y estrófica que permitió a la mezzo no solo evocar su región natal, sino también hacer mucha más música que en toda la velada. Al final del concierto, descendimos con sumo cuidado por la empinada escalinata de la Filarmónica de Bilbao. Nunca se sabe.

https://elpais.com/cultura/2019/01/16/actualidad/1547651510_237535.html
 
Don shirley


Donald Walbridge Shirley
(29 de enero de 1927 - 6 de abril de 2013) fue un pianista y compositor estadounidense de música clásica y jazz. Grabó muchos álbumes para Cadence durante los años 1950 y 1960, experimentando con el jazz con una influencia clásica. Escribió sinfonías de órgano, piano concerti, un concierto para violonchelo, tres cuartetos de cuerdas, una ópera en un acto, obras para órgano, piano y violín, un poema de tono sinfónico basado en la novela Finnegans Wake de James Joyce y un conjunto de "Variations "sobre la leyenda de Orfeo en el inframundo .

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Don Shirley - The Very Best of Don Shirley - The Piano Jazz Legend

 
hania rani [hanna raniszewska, 1990]
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«i think i am the same person as an artist and as a person. music is my way of communication and i see the art, the music as a whole thing, with no borders, divisions, or even genres»

| eden (2019)
:cry:

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Hania Rani es una compositora y música que divide su vida entre Varsovia y Berlín. Sus composiciones para piano nacieron de una fascinación por el piano como instrumento, y su deseo de interpretar su sonido y sus posibilidades armónicas en su totalidad ya su manera.
Con su álbum debut para Gondwana Records que se lanzará en 2019, su objetivo es proyectar una sensación de espacio y tiempo ilimitados, y hacer eco de la influencia de los paisajes islandeses y las montañas polacas de Bieszczady dentro de su música. Como todos los grandes artistas, Hania Rani siempre está evolucionando musicalmente, y siempre inquieta en sus creaciones musicales, buscando dónde su próximo proyecto podría llevarla y estamos encantados de ser parte de su viaje.



| glass (2019)


| hawaii oslo (2019)


| tak tak to ja con dobrawa czocher (2015)
 
Última edición:
Lang Lang: «He aprendido que a veces hay que saber parar y darse un tiempo para hacer las cosas»
El pianista chino, que ha vuelto a España tras recuperarse de una tendinitis en su mano izquierda, tocó en el Museo del Prado ante «Las Meninas»
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Julio Bravo@juliobravo1963
Madrid
Actualizado:22/03/2019 01:59h0El primer amor de Lang Lang

Luminosamente vestido de blanco -chaqueta, pantalón y camiseta-, solo roto por las zapatillas deportivas blanquinegras y, claro, por su asiático cabello oscuro; después de haber reposado apenas una hora en la habitación del hotel, al que había llegado tras viajar toda la noche desde Nueva York; pero sonriente y complaciente con los fotógrafos, a los que mostraba orgulloso sus manos, sus valiosas herramientas de trabajo. Así se presentó el pianista chino Lang Lang (1982) en Madrid. En el Teatro Real ofrecerá hoy un concierto junto a la orquesta titular del coliseo, bajo la dirección de Ivor Bolton, con obras de Mozart («Sinfonía Nº 41 en Do mayor “Júpiter”» y la obertura de «La clemenza di Tito») Beethoven («Concierto para piano y orquesta n.º 2») clausurará la IV edición de Formentor Sunset Classics. «He elegido este concierto porque es una música preciosa, con momentos muy poéticos, especialmente en el segundo movimiento. Beethoven lo escribió muy joven, pero entre los movimientos ya se observa un progreso como músico». Y el día 25 tocará junto a la Orquesta de la Comunidad Valenciana, bajo la batuta de Josep Caballé Domenech, el «Concierto para piano núm. 24», de Mozart, junto a obras de Weber y Richard Strauss.

Pero antes, Lang Lang ofreció anoche a un selecto público una delicatessen: la interpretación de dos piezas en el Museo del Prado, ante «Las Meninas» de Velázquez, en un breve concierto para un público exclusivo. «No es la primera vez que hago algo similar; toqué una vez ante el templo de Dendur en el Museo Metropolitano de Nueva York; he tocado también entre tiburones en el Oceanográfic de Valencia... Pero nunca he tocado ante un cuadro; el Prado es, además, uno de los museos que más me gustan del mundo, y en él hay cuadros verdaderamente maravillosos.. Estoy emocionado e impaciente. Tengo la suerte además de que me van a dar un tour privado».

Lang Lang es desde hace años uno de los pianistas clásicos más populares y con mayor actividad. En noviembre de 2017, una tendinitis en su mano izquierda le obligó a parar y amenazó seriamente su carrera. Ese período de descanso le ha servido de reflexión. «He tenido mucho tiempo para pensar sobre la música, sobre mi carrera y sobre mi futuro -asegura-. Y he vuelto más agradecido si cabe por poder dedicarme a esta profesión y valorándola aún más de lo que lo hacía. Es fantástico poder tocar e influir en gente para que ame la música».

Piano Book» (D.G.) recoge piezas emblemáticas y populares. «He recogido mis obras favoritas desde que toco el piano, y quiero sensibilizar al sector educativo de la importancia de la formación musical; nunca es suficiente el dinero que se destina a ella». Pero, asegura, no necesita de ese repertorio popular para atraer a los jóvenes. «Ya existe el vínculo; la música clásica tiene la belleza necesaria para conectar con el público joven».
https://www.abc.es/cultura/musica/a...po-para-hacer-cosas-201903220159_noticia.html
 
Don shirley


Donald Walbridge Shirley
(29 de enero de 1927 - 6 de abril de 2013) fue un pianista y compositor estadounidense de música clásica y jazz. Grabó muchos álbumes para Cadence durante los años 1950 y 1960, experimentando con el jazz con una influencia clásica. Escribió sinfonías de órgano, piano concerti, un concierto para violonchelo, tres cuartetos de cuerdas, una ópera en un acto, obras para órgano, piano y violín, un poema de tono sinfónico basado en la novela Finnegans Wake de James Joyce y un conjunto de "Variations "sobre la leyenda de Orfeo en el inframundo .

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Don Shirley - The Very Best of Don Shirley - The Piano Jazz Legend



Muy interesante!
 
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