Libros, libros, libros

ESCRITORES
Stefan Zweig al desnudo
El Literaturarchiv Salzburg lanza una web donde se puede bucear por primera vez en el inabarcable legado personal del autor austriaco

DAVID GRANDA
Salzburgo 18 JUN 2018



1529236079_289932_1529236159_noticia_normal.jpg

Stefan Zweig en una imagen sin datar.



Cuaderno de anillas de 92 hojas, 30x20 cm, tapas color césped recién cortado, adquirido en una compra privada a Christie’s en Londres en 2014 en un lote con otros manuscritos de Stefan Zweig por una suma elevada de seis cifras. Cuando el investigador recién llegado logra por un instante levantar la cabeza tras hojear fascinado el borrador original de El mundo de ayer se encuentra con la mirada cómplice de Lina Maria Zangerl.

"En el manuscrito de Montaigne descubrimos un mosquito", dice la archivera del Literaturarchiv Salzburg. Stefan Zweig compró el cuaderno en Petrópolis: nos parece un testigo silencioso de las últimas semanas de Zweig viviendo en el exilio y de la ruta del cuaderno de regreso a Europa como parte del patrimonio literario que conservó su editor Atrium Press hasta que llegó a nosotros.

Ahora ese mosquito brasileño, los cuadernos originales de Montaigne y El mundo de ayer y hasta más de 280 manuscritos de Stefan Zweig se pueden hojear y ojear en la web stefanzweig.digital que acaba de lanzar el Literaturarchiv Salzburg tras varios años de trabajo en su digitalización. Entre ellos, Momentos estelares de la humanidad, las biografías de Balzac, María Antonieta y Magallanes, las obras de teatro Tersites y Adam Lux y los relatos póstumos Clarissa y La chica de la estafeta de correos. Este colosal proyecto aspira a convertirse en una plataforma en Internet que conecte todos los archivos de Stefan Zweig en el mundo. De momento registra el material que conserva el Archivo Literario de Salzburgo y la biblioteca Daniel A. Reed de la Universidad de Nueva York en Fredonia.

En el manuscrito de Montaigne no sólo hablan los mosquitos. Fue la última biografía en la que trabajó Zweig poco antes de su muerte y en los márgenes escribió anotaciones que pueden leerse como una nota a pie de página de su propio su***dio: “¿Cómo puedo no caer preso de este mundo de locura, del que no tengo poder para aliviarme y del que no puedo escapar? ¿Cómo puedo salvar la mayoría de edad y la humanidad en mí mismo? ¿Cómo puedo no desesperar?”


1529236079_289932_1529236226_sumario_normal.jpg

Una hoja manuscrita de Stefan Zweig.


En el cuaderno de El mundo de ayerdonde Zweig escribió sus memorias habla la tinta violeta. Zangerl dibuja una biografía del escritor con la fisicidad de los manuscritos:

–Se puede aprender mucho de la obra de Stefan Zweig, de su personalidad y de su vida observando los detalles tangibles de los cuadernos originales. Por ejemplo, durante sus años felices en Salzburgo escribía siempre con tinta violeta. En su exilio americano no fue capaz de encontrarla y tuvo que escribir con la tinta azul corriente.

La web facilita vías temáticas de investigación que arranca con la serie sobre María Antonieta. Junto con el original de agosto de 1932, se muestran las pruebas de corrección, los bocetos, las notas de trabajo e incluso el formulario del contrato para las traducciones: el proceso creativo de Stefan Zweig al desnudo. También reúne virtualmente fragmentos de la misma obra que se habían dispersado tras la muerte de Zweig, como el elogio a Sigmund Freud Worte am Sarge Sigmund Freuds.

La biblioteca de Zweig
Stefan Zweig vivió 15 años en la colina de Kapuzinerberg en Salzburgo. Allí se convirtió en el escritor más traducido del mundo al mismo tiempo que Hugo von Hofmannsthal y Max Reinhardt lo marginaban de la vida artística local porque despreciaban sus libretos. El Archivo Literario de Salzburgo se encuentra en Residenzplatz: justo en la misma plaza donde hoy se permite el acceso al universo creativo de Zweig a todo aquel que tenga conexión a internet, los nazis hacían en 1938 una hoguera con sus libros.

–Salzburgo era una ciudad muy parda –recuerda Klemens Renoldner, director del Stefan Zweig Centre, también en Salzburgo, inaugurado en 2008 para difundir el legado del escritor. Se refiere al uniforme nazi–. El nazismo caló muy rápido. El antisemitismo venía de antiguo. Se exilió en el momento adecuado, aunque también le movieron razones familiares.

Zweig abandonó Austria en 1934 cuando la policía registró su casa con la excusa de buscar armas. Furioso con la deriva política y triste en un matrimonio fracasado, Zweig lo dejó todo, a su mujer y a sus dos ruidosas hijas fruto de un matrimonio previo que tanto le molestaban cuando trabajaba, su hermosa casa, su biblioteca borgiana. El escritor austriaco, que amaba a los perros y no a los gatos, el café y no el té, era un bibliófilo insaciable. Compró libros en Viena y Salzburgo y no dejó de hacerlo durante su exilio en Londres, Bath, Petrópolis. La web también ha indexado más de 1.300 títulos de su biblioteca personal, que hoy se encuentran dispersos por el mundo entre sus herederos en Londres y varias colecciones públicas y privadas, y los exhibe catalogados incluso con las dedicatorias, el ex libris y aclarando si hay subrayados y anotaciones personales: una fuente de primera mano, casi de voyeristas, para saber qué leía y qué fuentes utilizaba Zweig para escribir sus propias obras.

Se puede leer el bautismo de tinta que Zweig le dedicó a un rarísimo ejemplar de Une saison en enfèr de Arthur Rimbaud (“La edición completa, salvo siete ejemplares, fue destruida por el propio autor. Este es uno de los existentes”). Los libros de Joseph Roth revelan las tiernas palabras que le dedicó su viejo amigo gruñón y alcoholizado (“Stefan Zweig, a quién le debo Job –y más que Job y mucho más de lo que cualquier libro pueda significar–…”). Se puede incluso seguir el rastro al destino y la ubicación actual de los libros que Zweig tenía de Rilke, ante cuya tumba Zweig pronunció la oración fúnebre en 1927.

En 1942 cuando Europa era, en palabras de Joseph Roth, un cadáver que se había suicidado, Stefan Zweig y su segunda esposa Lotte Altman se quitaron la vida. Un día antes había enviado a sus diferentes editores repartidos por el mundo Novela de ajedrez. El manuscrito de ese relato también está abierto en canal en la web.


novela-de-ajedrez.jpg



https://elpais.com/cultura/2018/06/17/actualidad/1529236079_289932.html

Mi inspiración. Gracias Pilou :)

He escogido „María Antonieta“. Cae en los años que vivió en Salzburg, una de mis ciudades preferidas y a la que afortunadamente puedo ir a menudo. Me lo imagino escribiendo y paseando por der Kapuzinerberg.

Y al lío :) Esto promete!
 
Los brujos de Chávez, interesante obra del venezolano David Placer.... es increíble lo que relata y lo que se llega a hacer por conservar el poder.
 
La gran escritora que borró su nombre
La editorial Renacimiento rescata la obra de María Lejárraga, la mujer que escribió las obras con las que su esposo, Gregorio Martínez Sierra, conoció el éxito. Novelista y dramaturga, murió pobre y exiliada


1537121678_040945_1537123695_noticia_normal.jpg




EVA DÍAZ PÉREZ
Sevilla 17 SEP 2018


Escribió en silencio, en soledad entre cuatro paredes, lejos de los aplausos por las obras de teatro que salían de su pluma. Su nombre es una ausencia, una sombra, un vacío y una historia dolorosa. María de la O Lejárraga (San Millán de la Cogolla, 1874-Buenos Aires, 1974) atravesó todo un siglo y fue una de esas mujeres brillantes y pioneras de la Edad de Plata de la literatura española, que abarcó desde 1900 hasta la Guerra Civil. Novelista, dramaturga, ensayista, traductora, feminista y, sin embargo, ausente de las portadas de sus libros. El nombre que leemos es el de su marido: Gregorio Martínez Sierra, quien recibía elogios en los estrenos de Canción de Cuna o El amor brujo y El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, mientras la autora y libretista esperaba en casa.

En estos tiempos en los que la historia de la creación parece estar curando olvidos y variando la brújula del canon oficial, la figura de María Lejárraga regresa con sed de justicia poética. La recuperación de su nombre en la portada de su obra supone el reconocimiento a una de las más destacadas autoras de su época.

Ahora la editorial Renacimiento rescata Viajes de una gota de agua, una colección de cuentos infantiles que la autora publicó en Argentina en 1954, cuando ya vivía en el exilio. Juan Aguilera Sastre e Isabel Lizarraga Vizcarra, expertos de la Edad de Plata, son los responsables del estudio introductorio y de otros dos rescates editoriales: Cómo sueñan los hombres a las mujeres y Tragedia de la perra vida y otras diversiones. Teatro del exilio (1939-1974).

El reconocimiento, para el marido
Esta edición tiene un valor especial porque aparece con su nombre auténtico: María Lejárraga, tal como hizo la autora, por primera y única vez en su vida, con su debut, Cuentos breves, publicado en 1899. Precisamente, el enfado que provocó en su familia que su nombre apareciera en esta primera obra fue la razón por la que decidió borrarse.

Al casarse con Gregorio Martínez Sierra, ella decidió esconderse tras su nombre. Ambos formaron una de las más fructíferas parejas artísticas de la época. Gregorio era el responsable de la dirección de las obras y quien se llevaba la gloria en los estrenos. María aceptó ese papel de sombra, como tituló oportunamente Antonina Rodrigo su biografía de la autora: María Lejárraja, una mujer en la sombra.

Gregorio llevaba la parte visible de la sociedad, pero ella era quien escribía. A veces, los ensayos se paraban porque María estaba escribiendo el último acto de la obra firmada por Gregorio Martínez Sierra. Todo el mundo sabía que Lejárraga era la "negra" de su exitoso marido. Hasta tal extremo llegó esta situación que Gregorio pronunciaba discursos feministas que escribía su mujer. Ahí está el libro Cartas a las mujeres de España donde ella anima a la libertad e independencia femenina, aunque su nombre no aparece por ninguna parte. A pesar de este silencio, Lejárraga llegó a ser diputada socialista en la Segunda República, experiencia que relató en su libro Una mujer por los caminos de España, escrito en el destierro.


1537121678_040945_1537123994_sumario_normal.jpg


María Lejárraga y su marido en su casa de Madrid. ARCHIVO MANUEL DE FALLA


La historia de Lejárraga tiene un momento especialmente doloroso. Su marido se enamoró de la famosa actriz Catalina Bárcena con quien tuvo una hija. El matrimonio se rompió, pero Lejárraga siguió colaborando con su marido y escribiendo los libros que él continuaba firmando.

El gran desengaño de Lejárraga llegará en 1947 con la muerte de Gregorio Martínez Sierra, cuando la hija de Catalina Bárcena exigió los derechos de autor de su padre. María vivía con escasos recursos en el exilio y fue entonces cuando reaccionó y comenzó a publicar con su nombre, pero aún refugiada en los apellidos de su marido: María Martínez Sierra. Y decidió escribir sus memorias — Gregorio y yo— donde desvela en qué consistió la colaboración. Una obra en la que por fin sale del silencio, aunque de forma muy tibia.

Viajes de una gota de agua es un libro de melancolías, el recuerdo dolorido de la exiliada: "Es un ejercicio de nostalgia alentada por la desazón de sentir que sus libros se prohibían en España y que tampoco hallaba modo de acceder a los escenarios españoles, donde solo de manera ocasional se reponía su producción anterior", explican Juan Aguilera e Isabel Lizarraga.

Con uno de estos cuentos, Lejárraga sufrió otra decepción. La autora, a través de su traductora Collice Portnoff, envió en 1951 a Walt Disney el manuscrito de Merlín y Viviana, donde contaba la historia de un perro que se enamora de una gata coqueta, por si le interesaba para alguna película. Sin embargo, a los dos meses Disney se lo devolvió. En 1955 se estrenó La dama y el vagabundo con la que se podrían encontrar ciertas similitudes. En una carta a su traductora habla del supuesto plagio: "La enviamos a Walt Disney, la tuvo un par de meses y la devolvió diciendo que no admitían más que las obras que habían encargado. Después, hizo una película, La dama y el vagabundo, que era la misma historia, sin más cambio que haber convertido la gata en perra elegante. Esta vez no quise protestar, ¿para qué?".

A pesar de que se ha hablado de plagio, "los parecidos son escasos aparte de que el proyecto de Disney comenzó a gestarse mucho antes de que María le enviase su original", según los autores del estudio. Sería así, pero para María Lejárraga fue otro nuevo episodio de apropiación de su obra. Ahora, por fin, aquellas historias escritas en soledad no olvidan quién fue la verdadera autora.


LA VENGANZA CONTRA LOS ADÚLTEROS


A pesar de que durante años silenció su nombre, hay una secreta proyección autobiográfica en sus obras. En ocasiones, Lejárraga introducía trasuntos de la relación entre su marido y la actriz. Era una forma de venganza porque esas obras las interpretaba Catalina Bárcena y el marido infiel era quien dirigía. Juan Aguilera e Isabel Lizarraga señalan que en uno de los cuentos se descubre esta intención: Merlín, el perro atontado, es un personaje de buen corazón que podría ser Gregorio, sometido a las veleidades de un amor caprichoso; mientras que Viviana, la gata egoísta, engreída, cínica, cruel, podría representar los rasgos negativos que veía en Catalina".


maria-lejarraga.jpg




https://elpais.com/cultura/2018/09/16/actualidad/1537121678_040945.html



 
FILOSOFÍA APLICADA
La guía de Nietzsche para una buena vida
El nuevo libro de John Kaag sobre el pensador busca atar la filosofía a los entresijos del día a día

imagen-sin-titulo.jpg


Foto: iStock.
ADRIÁN LÓPEZ
TAGS

18/09/2018
Derrotar la complaciencia, equilibrar la cordura y la locura o enfrentarse a lo inalcanzable. John Kaag afronta estos temas en su nuevo libro 'Hiking with Nietzsche: On Becoming Who You Are'. Es una exploración solo de los ideales de Friedrich Nietzsche, sino de cómo su experiencia de vida se relaciona con nosotros como individuos en el siglo XXI, tal y como abordan en 'The Atlantic'.

Si muchos creen que la filosofía no sirve para nada, aprenderían una barbaridad viendo 'Merlí' en Netflix. Esta serie tiene como propósito defender el pensamiento libre. Además de apostar por una de las asignaturas más castigadas en los planes de estudio modernos, el protagonista logra el milagro de implicar a sus alumnos en las clases y muestra cómo enfrentarse a la vida y al día a día a través de la historia de varios filósofos.

Según Jose Antonio Marina la filosofía puede proporcionar en este momento un conjunto de conocimientos suficientemente justificados. Esta estudia dos temas principales: el funcionamiento de la inteligencia humana, en sus dimensiones teórica y práctica. La primera dimensión se ocupa de los problemas del conocimiento y de la verdad. La segunda, de la acción. Y en ambos casos, de los criterios de evaluación científicos y morales. También aspira a comprender las creaciones de esa inteligencia. A lo largo de la historia, los seres humanos nos hemos dedicado con perseverancia a crear lenguajes, inventar religiones, hacer música, pintar, organizar la convivencia, explicar el mundo, elaborar técnicas, etc, pero el haberse posicionado más cerca de la poesía que de la ciencia ha planteado problemas para su introducción dentro de nuestra sociedad.

Filosofía como terapia
Nietzsche pretendió "aterrorizar en lugar de instruirnos". "Conviértete en lo que eres" fue la cita que eligió para el epígrafe de su disertación de posgrado (una línea de las odas del poeta griego Píndaro). Privado de contexto, este pronunciamiento puede parecer tan vacío como el texto de un manual de autoayuda. Después de todo, ¿cómo puede alguien dejar de ser quien es? ¿Hay alguna instrucción más trivial? La cita completa del autor, sin embargo, describe una tarea desalentadora: "Aprende y conviértete en lo que eres". Nietzsche sabía que si la filosofía puede servir como terapia, es entregando una sacudida eléctrica al alma.

La filosofía prospera cuando proporciona un antídoto contra el abatimiento de la cordura


Kaag, presidenta del departamento de esta asignatura en la Universidad de Massachusetts, comenzó a experimentar con lo que podría llamarse filosofía en primera persona, como una investigación robusta de lo que él llama el "material de la vida cotidiana". El alemán se aleja de la identificación del sujeto con la conciencia, pero en otra dirección: en lugar de la actividad productiva postulará la "vida" como factor en torno al que se constituye la realidad.

Esta está sometida al cambio, que está regulado por la lucha de elementos contrarios y abocada a una repetición infinita en el contexto de un ciclo cósmico que la conduce a un eterno retorno, en relación con el que todo alcanza su sentido. En esa lucha, la conciencia trata de fijar el movimiento, de anularlo, sustituyendo por conceptos el movimiento real de las cosas, sustituyendo lo vital por una representación de lo vital. Recuperar la verdad, poner de manifiesto la radical prioridad de la vida sobre la conciencia será, en buena medida el proyecto nietzscheano. Además, en este nuevo libro, Kaag describe el ideal matrimonial de Nietzsche: una unión que encarna "el deseo de la pareja de crear algo que sea más que la suma de las partes", sin caer nunca en "una larga estupidez".



foto-wikimedia.jpg


Foto: Wikimedia.


El trabajo más reciente de Kaag representa otro esfuerzo por restaurar la filosofía a su relevancia anterior: atarla al desorden de la experiencia cotidiana. El senderismo con Nietzsche explora dos cálculos relacionados pero distintos con los halagos de la vida moderna. Kaag está fascinado con la idea de la decadencia que Nietzsche mencionó por primera vez en 'El nacimiento de la tragedia' y que lo preocuparía el resto de su vida. Mezclando biografía, historia intelectual y ensayo personal, el autor ha conseguido una confirmación de que la filosofía prospera cuando proporciona un antídoto contra el abatimiento saludable de la cordura.

Autoayuda
Tras hacer dos viajes siguiendo los pasos del pensador, y dándose cuenta de que los años la han hecho madurar sus ideas, Kaag aseguro que el alemán no prescribe dificultades por sí mismo. Aunque el lenguaje metafórico que empleó a lo largo de su carrera es tremendamente inconsistente, en última instancia fue un defensor de la salud, pero esta, enfatizó, no es sinónimo de disfrute.

Que la filosofía se haya posicionado más cerca de la poesía que de la ciencia ha planteado problemas para su introducción dentro de nuestra sociedad

El autor aconseja celebrar nuestro sufrimiento. Podemos evitarlo deshaciéndonos del compromiso y aislándonos de las dificultades que forman parte de la existencia humana más plácida. Kaag concluye que una celebración de la vida no implica la autoinmolación, pero necesariamente conlleva dificultades. Cada instante es necesario, incluido el sufrimiento y la pérdida, que se incluyen en el ciclo del devenir eterno de nuestra existencia. Ten en cuenta lo que niegas, desprecias o maldices porque serás responsable de condenar tu propia vida a la miseria vital. Tómatela como aventura o un experimento que carece de finalidad.

La filosofía de Nietzsche es un canto optimista a la vida.Paradójicamente, y a pesar de la poca congruencia con su circunstancia personal, su obra muestra las ilimitadas oportunidades para decirle sí a la existencia en todo momento, y a pesar de que algún mal externo o corporal pretenda ahogarla: hay que afirmar la vida interior y combatir las patologías del espíritú.



John%20Kaag%20Photo%20and%20Hardcover%2007132018.jpg



https://www.elconfidencial.com/alma...-18/como-vivir-mejor-segun-nietzsche_1616944/
 
Estoy leyendo, por primera vez, un libro que fué muy polémico para su autora, la filósofa judia Hannah Arendt, cuya teoria de la "banalidad del mal" estudiada siguiendo el juicio que se hizo en Jerusalen al nazi genocida Adolf Eichmann - secuestrado por el Mossad israelí en Argentina - le atrajo las iras y enemistad de buena parte de la opinión publica judia.



En el texto la autora afirma que aparte de un deseo de mejorar su carrera, Eichmann no mostró ningún rastro de antisemitismo o daño psicológico. Su subtítulo famoso introdujo el concepto banalidad del mal, que también sirve como últimas palabras del capítulo final. En parte, por lo menos, la frase se refiere al comportamiento de Eichmann en el juicio, no mostrando ni culpa ni odio, alegando que él no tenía ninguna responsabilidad porque estaba simplemente "haciendo su trabajo". Él cumplió con su deber...; no sólo obedeció las órdenes, que también obedeció a la ley., (p. 135).

También probó que sin la colaboración de los Comités del Pueblo Judio, que proporcionaba las listas de los judios "deportables", los nazis no hubiesen conseguido matar a tantos millones de judios. Afirma que en Polonia, los judios que acabaron en los campos de exterminio apenas vieron a los alemanes entre sus verdugos, más que como dirigentes. Dichos comités también exponian ante los oficiales seguidores de Himmler, -quien a medida que se acercaba el Ejercito Rojo más dispuesto estuvo a ser "benévolo" con judios de alta posición social que podrian hablar a su favor en la Mesa de Paz - los nombres de quienes podian ser salvados, cosa que a Eichmann le parecia una traición a las órdenes del Führer, cuya palabra era Ley no escrita.

Denunciar la complicidad de altas autoridades judias en el Holocausto le costó a Arendh la ruptura con amigos de toda la vida y la repulsa de gran parte de las victimas. Sin embargo, nada puede cambiar la realidad y ella explica las razones por las que esas personas decidieron colaborar con los nazis.

Hannah Arendh escribe con una fluidez impresionante unos temas morales tan fuertes y controvertidos.
 
La editorial Media Vaca, Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial
El jurado ha otorgado el galardón “por el cuidado exquisito del catálogo, la calidad de sus libros, el respeto a los lectores y al resto de agentes de la cadena del libro”


EL PAÍS
18 SEP 2018


1537271479_012863_1537271613_noticia_normal.jpg



La editorial Media Vaca ha obtenido el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural correspondiente al año 2018 por "el cuidado exquisito del catálogo, la calidad de sus libros, el respeto a los lectores y al resto de agentes de la cadena del libro".

El premio, que concede el Ministerio de Cultura y Deporte, tiene por objeto distinguir el conjunto de la labor editorial de una persona física o jurídica que haya destacado por su aportación sobresaliente e innovadora a la vida cultural española. Tiene carácter honorífico y, por ello, carece de dotación económica.

Media Vaca fue fundada en Valencia Vicente Ferrer (Valencia, 1963) y Begoña Lobo (Bilbao, 1963). Empiezan a publicar sus primeros libros en diciembre de 1998. En la actualidad, su catálogo se compone de 64 títulos divididos en seis colecciones, donde se mezcla ficción y no ficción: Libros para niños, Últimas lecturas, Grandes y pequeños, Mi hermosa ciudad y El mapa de mi cuerpo.

Aunque en los libros de Media Vaca es fundamental el peso de la ilustración –y es tal vez el rasgo que más los caracteriza- la mayoría de los proyectos suelen partir de propuestas literarias y textos preexistentes. A lo largo de sus veinte años de vida, la editorial ha recibido un buen número de premios nacionales internacionales, entre los que destacan el Bologna Ragazzi Award que otorga la Feria del Libro para Niños de Bolonia, la feria más importante del sector, y que ha obtenido en cuatro ocasiones, siendo hasta el momento la única editorial española acreedora de este premio

https://elpais.com/cultura/2018/09/18/actualidad/1537271479_012863.html






 
EL ESCRITOS LOS ELIMINÓ PARA EVITAR LA CENSURA
El verdadero retrato de Dorian Gray: se publican los pasajes prohibidos de Wilde
SP Books saca a la venta una edición de lujo en la que reproduce íntegramente la obra tal y como la concibió el escritor inglés, además de las correcciones que llevó a cabo


imagen-sin-titulo.jpg


El escritor británico Oscar Wilde. (CC)

RUBÉN RODRÍGUEZ
TAGS

19/09/2018
Oscar Wilde nunca llegó a difrutar en vida del éxito de 'El retrato de Dorian Gray'. El escritor británico siempre consideró que la calidad de su primera y única novela era suficiente para conseguir el reconocimiento del público y de la crítica, pero los límites morales de la época pronto se convirtieron en un poblema para el autor y sus obras. Tanto que ahora se ha sabido que su creación más importante llegó incluso a ser autocensurada por él mismo.

Escrito en 1891, 'El retrato de Dorian Gray' nació imbuido de polémica, al tratarse de una obra que rompía varios esquemas sociales de la época, en la que incluso la homosexualidad era un delito. Precisamente, para evitar problemas, el propio Wilde decidió cambiar su obra una vez acabada: tras realizar una lectura a su manuscrito, decidió que debía de cambiar ciertos pasajes, al entender que podrían conllevarle situaciones de riesgo. Pese a ello, no logró esquivar el castigo.

Y es que la publicación de la obra sería la que, a la postre, le condenaría a tener que pasar dos años en la cárcel: el padre de uno de sus mejores amigos (y también amante) Alfred Douglas, terminaría por acusarle de homosexualidad, siendo condenado a prisión por indecencia grave. Al salir de la cárcel, decidió emigrar a París en busca de una vida mejor, pero pocos años después de llegar a la capital francesa terminaría falleciendo en la indigencia con solo 46 años.

Wilde nunca llegó a ver el éxito de 'El retrato de Dorian Gray', una obra que con el paso del tiempo se convertiría en una referencia de la literatura. Ahora, más de un siglo después de su muerte, por fin se dará a conocer la obra original, tal y como el escritor británico la concibió antes de autocensurarse: la editorial SP Book ha puesto a la venta una edición de lujo con el manuscrito original tal y como lo redactó Wilde, además de las correcciones sobre el mismo texto.

Una relación 'prohibida'
En un principio, el libro estaba pensado para mostrar una relación homosexual entre Basil Hallward y Dorian Gray. Sin embargo, el propio autor decidió rebajar el tono del vínculo entre ambos, para finalmente convertirlo en simplemente una relación de buena amistad y así evitar un hipotético problema con la Justicia. Así, se ve cómo cambió términos como "pasión" o "belleza" por "sentimiento" o "aspecto bueno". Pero incluso hay cambios sustanciales en la estructura de la obra.



imagen-sin-titulo.jpg

El manuscrito de SP Books (SP Books)


Así, en el manuscrito decidió eliminar una de las confesiones de Basil en la que afirmaba "el mundo se vuelve joven para mí cuando sostengo su mano". Pero la más importante es la declaración de amor en torno a la que giraba el libro: "Es totalmente cierto que te he idolatrado con mucho más romance del que un hombre debiera jamás consagrar a un amigo. De una manera en que nunca he amado a una mujer… Admito por completo que te he adorado locamente, extravagantemente, absurdamente".

Ahora SP Book ha decidido sacar a la luz una nueva obra en la que muestra el verdadero contenido de 'El retrato de Dorin Gray' y las correcciones que sufrió la obra para superar la censura de la época. Eso sí, tendrá una tirada exclusiva de 1.000 ejemplares por un valor aproximado de 225 euros. Un libro adelantado a su época que ahora ve la luz como en realidad fue concebido: con una relación homosexual entre protagonistas que el propio Oscar Wilde terminó por autocensurar.

https://www.elconfidencial.com/cult...ratos-prohibidos-oscal-wilde-censura_1618092/
 
Antony Beevor narra el fracaso aliado que alargó la Segunda Guerra Mundial
Literatura
    • ALBERTO ROJAS
    • Madrid
  • 20 SEP. 2018


15373848434758.jpg




portada_la-batalla-por-los-puentes_antony-beevor_201805152151.jpg




El historiador superventas y gran cronista de la Segunda Guerra Mundial presenta 'La batalla de los puentes', un viaje a la sangría humana de la operación 'Market Garden'


Su fino humor inglés y sus modales de gentleman contrastan con la crudeza de su obra y su discurso. "No podría explicarle el Brexit a un piloto británico de la Segunda Guerra Mundial porque ni siquiera lo entiendo yo", dice Antony Beevor, el gran cronista del conflicto europeo, sentado en la terraza de un céntrico hotel de Madrid, donde presenta La batalla por los puentes (Ed. Crítica), un repaso a la Operación Market Garden y al gran fracaso aliado que alargó de forma absurda la guerra en Europa.

Después de afrontar enormes desafíos para reescribir batallas como Stalingrado o Berlín, que le dieron enorme fama pero también provocaron polémicas con las autoridades rusas, el historiador inglés y antiguo oficial del 11º Regimiento de Húsares del Ejército británico pone el foco en la fallida operación que tenía que liberar los países bajos y abrir el camino hacia el corazón de Alemania. "Market Garden fue importante a nivel simbólico. Los alemanes recibieron una enorme carga de moral gracias a esta victoria, pero a los aliados les hizo despertar. Traían una sensación de euforia por el exitoso desembarco en Normandía y el avance tan rápido hacia el Reich. Gracias a esta derrota, se dieron cuenta de que la guerra iba a durar mucho más de lo previsto y de que mucha más gente iba a morir por el camino. Porque murió más gente desde esa fecha de 1944 en adelante que en todo el resto de la guerra".


15373848303571.jpg

Paracaidistas estadounidenses, a punto de embarcar para saltar sobre Holanda.



Beevor traslada al lector a los combates por los grandes puentes holandeses, que tenían que tomarse por sorpresa y esperar a la llegada de las tropas de tierra por la llamada carretera del infierno. En la acuarela aparecen oficiales británicos dirigiendo a sus hombres con un paraguas, divisiones panzer movilizadas a toda velocidad con reclutas adolescentes, resistencias heroicas casa por casa, ejecuciones de prisioneros por los dos bandos y un plan del mariscal Montgomery que estaba maldito nada más nacer.

Con este libro, Beevor ya ha analizado las tres grandes operaciones aerotransportadas de la Segunda Guerra Mundial: la batalla de Creta, el día D en Normandía y Market Garden. Después de esta última, no se han vuelto a usar a ese nivel: "Lo más interesante es que los aliados sacaron conclusiones opuestas de la experiencia de Creta de la que obtuvieron los Alemanes. Hitler, por una vez, acertó al descartar las grandes operaciones con paracaidistas en el resto de la guerra. En Normandía los aliados tuvieron éxito, pero en su esencia, este tipo de apuestas tiene el peligro de no contar con tropas terrestres de respaldo en pocos días para apoyar el despliegue por el aire. Son tropas muy vulnerables. En 1944 existía una fantasía, sobre todo en EEUU, que decía que las tropas aerotransportadas iban a ser el futuro no sólo de la guerra sino de las misiones para mantener la paz en la posguerra. El caso es que no hemos vuelto a ver este tipo de despliegues en otros conflictos".


15373768227453.jpg

Anthony Beevor. SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL



Beevor ha vendido tantos libros porque ha conjugado la Historia con mayúsculas, esa de las grandes operaciones militares sobre los mapas, con las vivencias del soldado de trinchera y el civil que huye de las bombas. "En los años 80 se puso de moda la historia oral como género, una colección de diarios y cartas a la que le faltaba mucho contexto para explicar las cosas. Cuando me pude a trabajar en el libro Stalingrado supe que había que integrar las grandes operaciones militares con el relato de sus protagonistas, los soldados y los civiles. Era la única manera de medir las consecuencias de las decisiones de Hitler o Stalin sobre los que iban a sufrirlas", comenta. En su bibliografía hallamos una mirada similar a la suya en un libro titulado Un escritor en guerra, la historia de Vasily Grossman, el periodista ruso que acompañó a las tropas soviéticas de Stalingrado a Berlín: "Grossman, de forma instintiva, tiene un acercamiento parecido al mío. Siempre le interesó el individuo y descubrió antes que nadie que el deber del escritor es devolver la individualidad a las víctimas, que es de lo que pretenden privarles los asesinos. Cuando me enfrenté a sus reportajes sobre el horror de Treblinka entendí que el deber del escritor es contar ese horror. El deber del lector es leerlo".

Así, armado con el factor humano de Grossman pero con la curiosidad necesaria para acudir a fuentes nunca consultadas, sigue destruyendo mitos sobre los que se han construido relatos falsarios:"Muchos historiadores alemanes han acudido a nuestros centros en el Reino Unido y eso sirve para acabar con versiones nacionalistas que cada país tenía de la Segunda Guerra Mundial. Ahora es más difícil mantener ciertos mitos, pero todavía queda gente interesada en crear fake news sobre la Segunda Guerra Mundial. Quedan algunos interesados en recargar las leyendas, como por ejemplo Putin pagando películas de guerra que buscan construir una verdad a partir de leyendas".

No quiere desvelar nuevos proyectos pero asegura que no tendrán nada que ver con el Pacífico: "Mi amigo Ian W. Toll, historiador basado en el teatro bélico asiático bromea conmigo: 'Si te costó bucear en los archivos rusos, prueba con los japoneses'".

- ¿No le apena que estemos ante la muerte generacional de aquellos que vivieron la Segunda Guerra Mundial y aún podían contarla?


15373849770470.jpg

Los enormes padecimientos de la población civil, que sufrió hambruna en Holanda.



- Ya es demasiado tarde para la historia oral, porque los pocos que quedan vivos ya han leído los episodios en los que ellos mismos participaron escritos por otros, y eso ha deformado sus recuerdos. Ya no es una fuente directa. Por eso lo importante es volver a los documentos de época, las cartas y los diarios escritos en ese momento. Ya sabemos lo poco fiable que es la memoria del ser humano.

- Usted, que ha estudiado la génesis del totalitarismo en Europa, ¿qué opina del avance de los discursos populistas y xenófobos en la actualidad?

- A la gente le da miedo el futuro y los problemas de la globalización y creen que la Unión Europea tiene la culpa. Estamos entrando en un tiempo peligroso porque no sólo hay un pánico a la inmigración y a aspectos democráficos. A las poblaciones les cuesta lidiar con tanto cambio social y económico. Entre aquellos que votaron proBrexit hay algunos que son racistas, por supuesto, pero hay muchos que están confundidos y asustados por el futuro. Y esto también sucede en Suecia, Italia, Austria... Eso podría aumentar de forma dramática por efecto del calentamiento global, que provocará mayores desastres en África como grandes sequías, hambrunas y cosechas arruinadas. Y tendremos oleadas migratorias aún más grandes hacia Europa. Las elecciones morales a las que se enfrentará Europa serán terribles. La inmigración provocará una división aún más fuerte en sociedades como Alemania, como hemos visto en Chemnitz, y podría funcionar como acicate del fascismo, lo que representa una grave amenaza para la democracia.


http://www.elmundo.es/cultura/literatura/2018/09/20/5ba27d1f468aebaa268b45fc.html
 
Yo estoy convencida de que Antony Beevor es un inmortal que vivió la II Guerra Mundial en todos los frentes gracias a la tecnica de la teletransportación. De ahí su conocimiento de hasta el más mínimo detalle de la II Guerra Mundial. ;) Debió de impactarle mucho porque no piensa en otra guerra, es capaz de contar - si eso le interesase - que agua de colonia gastaba el general Montgomery, primero contó la guerra en global y ahora batalla a batalla, tiene tema hasta la tumba, jajajaja...

En serio, es admirable ver su bibliografia, toda una vida metido en la II Guerra Mundial. A otros colegas brittish les ha dado por la España imperial o la Guerra Civil. Alucinante.
 
'La Retornada': el nuevo fenómeno literario que llega de Italia
CULTURA
Literatura
15373658524060.jpg


La escritora italiana Donatella Di Pietrantonio, autora de 'La Retornada'. DUOMO EDICIONES.


Donatella Di Pietrantonio debuta en España con 'La Retornada', una novela que ha obtenido el Premio de los Libreros italianos y los prestigiosos premios literarios Campiello y Bracanti en Italia.

La muchacha sube la escalera de su casa con una bolsa de zapatos revueltos en una mano y una maleta en la otra. No hay cálida bienvenida en el hogar. Observa a su nueva madre, biológica, que advierte su presencia: "Has llegado -espeta- Tus cosas, déjalas ahí".

L'Arminuta (en castellano, La Retornada) es la historia de una niña de 13 años que descubre que es adoptada y -ese mismo día- es devuelta a su familia originalque, de repente, se convierte en su segunda familia. La Retornada, todo un éxito en su Italia natal, es también la primera novela en español de la premiada escritora Donatella Di Pietrantonio, calificada ya de fenómeno literario por la crítica.

Ganadora del Premio Brancati por su obra Bella mia (2014) y del Premio Campiello por La Retornada (2017) -entre otros-, Donatella recoge en esta última el recuerdo presente de la maternidad, como hija, el gran tema que las atraviesa a ambas. Como ella misma descubre, "la maternidad es una cuestión recurrente por motivos personales", ya que de pequeña tuvo una relación difícil con el mundo de lo maternal. "Probablemente, en aquel contexto surgió mi escritura", reconoce.

Donatella nació en un pequeño pueblo italiano de la provincia de Teramo, hija natural de padres campesinos, como la protagonista de su libro. Tuvo una infancia humilde, alterada por la imagen de una madre ausente, dedicada a las labores del campo durante "todas las horas de luz solar" y convertida en ama de casa cuando se retiraba el día. La autora recuerda a una madre sin tiempo para ser madre, sometida a una autoridad masculina, y revive a las mujeres de su pasado que "nunca estaban disponibles para sus hijos".

Con un lenguaje conciso y austero, pero efectivo, la italiana compone un relato de aprendizaje que alcanza el estrato más profundo de lo humano. Preguntada por la reminiscencia de las películas realistas de cine italiano de los años 50 enL'Arminuta, ella responde que, respecto a su obra, "la realidad es así de dura, o incluso más". Al hilo de los años posteriores, comenta que creció acostumbrada a escuchar conversaciones sobre adopciones informales, una dinámica no regulada pero muy extendida en la Italia de las décadas de los sesenta y setenta: "La práctica de ceder a los hijos, por parte de las familias pobres, a parejas estériles y acomodadas era bastante común" hasta que llegó al país la Ley de Adopción en 1983. Este panorama dibuja un universo no tan distante del de la España de la época, por lo que se espera que el argumento conecte bien con el público español.

Los niños pasaban de una familia a otra, sin ningún tipo de garantía de lo que serían sus vidas, y lo que sucediera a partir de entonces era "cuestión de suerte", explica conmovida. Inquieta, su pregunta era "¿de quién se sienten hijos?". De La Retornada dice que es una hija "particularmente desafortunada", pues su circunstancia empeora tras su segundo abandono. Un mal día, la que ella consideraba su familia no quiere seguir adelante con su crianza y la devuelve al lugar del que procedió; "se vuelve a encontrar en las mismas condiciones que determinaron que su primera familia renunciara a ella".

"Mi madre no me abandonó, pero yo sí me sentí abandonada"
Sin embargo, la autora habla claro: "No hay nada de autobiográfico en este libro. Yo no fui abandonada, pero mi experiencia de abandono, por muchos motivos distintos, sí está". La idea que traslada es la de que "si por alguna razón nos ha faltado la madre, este deseo nos acompaña toda la vida. Durante toda la vida, nos sentimos obligados a merecer ese amor que no hemos recibido. Es una persecución que no tiene final".

Para construir a sus personajes, Donatella conecta con ellos a partir de los grandes temas que trata en su obra a través de ellos. "Procedo a la inmersión de mí en el personaje. Naturalmente, esto lo puedo hacer sólo con ciertos temas, que me pertenecen de una manera profunda. No podría entrar en la cabeza de un violador", por ejemplo.

La figura de una madre impasible, nuestra relación con ella, la identidad, la diferencia social y emocional, el sentimiento de no pertenencia o la culpabilidad giran alrededor de una protagonista en parte antagónica, en duelo interno permanente contra el dolor del porqué: ¿Por qué ha sido doblemente abandonada? Es un suspense que se mantiene a lo largo de toda la trama. La Retornada, siempre expuesta al riesgo de perder su felicidad, incurre en la paradoja de sentir celos de un muerto (su hermano fallecido), "quien capta todo el sufrimiento [esto es, toda la atención] de su madre biológica compartida. Cuenta Donatella, metiéndose en la mente de La Retornada por un instante, lo que la chica sintió sobre su madre, al verla tan alejada de sí: la certeza de que "el dolor no la destruyó cuando la abandonó a ella".

Para ella, admite, es más fácil identificarse con la niña de la historia que con la mujer que la narra en tercera persona con perspectiva desde la edad adulta, como sobreviviéndose a sí misma. Quizá porque, como a sus lectores más empáticos y reconocidos en La Retornada, le acerca a su propio miedo original.

Para terminar, Donatella se refiere a la obra como un "homenaje a todas las que resistieron", así, en femenino. Una novela que acoge a cualquiera, por las cuestiones que trata y su fondo, ya que, en una situación de abandono y desengaño, concluye, "todos somos

iguales".



41HopBAhbWL._SX324_BO1,204,203,200_.jpg





http://www.elmundo.es/cultura/literatura/2018/09/19/5ba259b246163f70a48b45f6.html
 
Ahora he acabado „La desaparición de Stephanie Mailer“
Lo compré porque me habían gustado otros dos de Joël Dicker ( el caso Harry Quebert y el de los Baltimore). Y qué plancha :(

He entrado aquí buscando ideas.
A ver si encuentro inspiración.
Tengo varios esperando, pero me apetece buscar algo nuevo :)

Vaya, ese creo que lo tengo yo. Voy a ver.
Sí, y resulta que me lo compré ¡en francés! Para practicar... ¿No te ha gustado?
A mí el de Harry Quebert me gustó mucho. El otro lo tengo pero no lo he leído aún.
Mis últimas tres lecturas:
la-senda-oscura_9788432201912.jpg
9788490663196.jpg
51PhnpxY7HL._SX322_BO1,204,203,200_.jpg
 
Editorial Tusquets: así se hizo
El sello fundado por Beatriz de Moura cumple medio siglo el año que viene. Su archivo es un retrato plural de la literatura contemporánea
1537524334_075402_1537542510_noticia_normal.jpg

De izquierda a derecha, Ana Bohigas, Oscar Tusquets, Antonio López Lamadrid, Beatriz de Moura, Salvador Dalí y el editor francés Jean-Jacques Pauvert.


JUAN CRUZ
22 SEP 2018



Albert Camus la puso a pensar sobre la vida. Toni López, su compañero, la ayudó a hacer de Tusquets una empresa. Y Gabriel García Márquez salvó su editorial del naufragio un año después de su fundación en Barcelona.

Beatriz de Moura llamó a su amigo Gabo, que era un muchacho al que había conocido antes de la fama, en algún local nocturno de Barcelona. “Gabo, tú eres muy rico y Tusquets necesita dinero”. De pocas palabras, el que luego sería Nobel colombiano, que ya disfrutaba de la miel de Cien años de soledad, le respondió: “Te voy a hacer un regalo que te hará rica”.

Ese regalo fue Relato de un náufrago, que salió en 1970, un año después de fundada Tusquets, por Oscar Tusquets y por ella, y del que se llevan vendidos millones de ejemplares de más de un centenar de ediciones. Salvó a Tusquets, como si a ella misma también la rescatara de un naufragio.

Ahora lo cuenta ella en la oficina del Fondo Antonio López Lamadrid, que ha acogido hasta ahora el grueso del legado recopilado por ella a lo largo de medio siglo de historia editorial. Perfectamente clasificado (por el departamento de manuscritos que dirigen los responsables del departamento, Javier Docampo y María José Rucio) ahora esa historia, repleta de correspondencia y de documentos editoriales, reposa donde ella ha querido, la Biblioteca Nacional de España. Está aún en proceso de clasificación y tardarán algún tiempo los investigadores en tener acceso completo a la historia de esta mujer, que, parafraseando a Gabo en el título de su reportaje más famoso, es “una editora que estuvo cincuenta años en Tusquets y a veces en La Balsa [un restaurante de Toni en Barcelona], fue convertida en heroína, [no] se hizo rica y fue recordada para siempre”.

1537524334_075402_1537542748_sumario_normal.jpg

Correspondencia de Beatriz de Moura con Mario Vargas Llosa. ÁLVARO GARCÍA


Ella no ha sido rica, ni falta que le hizo, pero su experiencia es el tesoro de una de las más audaces editoras de la historia contemporánea española. En el despacho de su oficina, a la que ella llama El Palomar, recuerda ese suceso mayor con Gabo. En los documentos que ya están en la BNE hay un riguroso, y cuidado, manuscrito en el que García Márquez escribe a lápiz (que no se ha despintado) el primitivo título del libro. “Cuando llegó a Barcelona él venía de la miseria más absoluta, y Cien años de soledad le solucionó la vida”. Por eso, cuando Tusquets estaba en peligro de naufragar, le hizo aquella llamada de socorro. Y el regalo que, según él, la haría rica fue la historia del náufrago. “Vino un día, en efecto, me entregó unos recortes del periódico El Espectador, me dijo que había publicado esa historia de un náufrago y que por eso se tuvo que ir de su país. Entonces me propuso que lo publicáramos”.

Él sabía dónde: en la colección Marginales, una idea que traía Beatriz de Moura de su paso por Lumen (con Esther Tusquets, entonces su cuñada, hermana de Óscar, su compañero en aquel tiempo). A Gabo ella lo presentaba, cuando aún no lo nimbaba la fama, como “este colombiano que dice que es escritor”. “Mi llamada fue franca, y su respuesta también, 'te voy a hacer un regalo que te hará rica…'. Me trajo unos trozos de periódico, empiezo a leer la aventura, 'es divertidísimo, ¿lo tienes todo?', le dije. '¡Claro, si me hice rico gracias a este reportaje!', me soltó. '¿Crees que se puede publicar sin pagarle nada al periódico?', seguí. 'De eso me encargo yo”.

El mejor amigo de Gabo, Álvaro Mutis, envió todos los reportajes. Quizá fue la propia Beatriz la que mecanografió el conjunto. Nunca se escribieron, pero ese texto mecanografiado y el papel en el que Gabo escribió de su puño y letra el título que quería para el libro reposan como el simbólico rescate que Gabriel García Márquez hizo de una joven editora que naufragaba entonces entre las dudas de su mesa camilla en Barcelona.

1537524334_075402_1537528010_sumario_normal.jpg
ampliar foto
Marina Curiá, Gabriel García Márquez y Beatriz de Moura, en el Price en 1969.


De Mario Vargas Llosa, el otro intrépido sudamericano que trajo el boom bajo el brazo a Barcelona, sí hay correspondencia entre los donativos de Beatriz de Moura. Entre esas cartas, “una preciosa, de despedida, cuando yo decidí dejar la editorial en las manos de Juan Cerezo y del grupo Planeta”. En esa carta “Mario expresaba una cierta tristeza porque él consideraba mi adiós como una especie de abandono… Yo le conté la crisis que había entonces, 2009, con cuarenta personas a mi cargo y con la ausencia de Toni, que nos había dejado un año antes”. El Nobel peruano tiene una intensa relación de amistad que Tusquets pero un solo libro, Elogio de la madrastra, en su catálogo. “Él vino personalmente de Londres a entregarnos el manuscrito. Seguía viaje a Lima, para presentarse a las elecciones. Quería que su libro saliera en 1990, cuando empezaba su campaña. ¡Y nos entrega un libro que quería que apareciera en la colección erótica, La Sonrisa Vertical! ¡Quiere ser presidente y publica erotismo! Mario es así”.

-¿Qué sintió al dejar toda esta documentación en Biblioteca Nacional?

-Alivio. Permitía que ese fondo tuviera su espacio propio.

Descansan ahí cincuenta años de historia. No todo ha sobrevivido; los faxes, maldición que sepultó correspondencias, se ven mal, pero hay registrado abundante intercambio literario, personal o editorial, con escritores como Milan Kundera (muy abundante), Jorge Semprún, Fernando Aramburu, Almudena Grandes, Javier Cercas, Luis Landero o Carlos Castilla del Pino… No hay cartas con Marguerite Duras, cuyo El amante fue un suceso mundial y, para Tusquets, una especie de reedición del éxito de Relato de un náufrago… “Con Marguerite Duras la correspondencia era por teléfono. Oía su voz, potente, llena de su historia de alcohol y cigarros. Fui a visitarla varias veces porque me di cuenta de que era un personaje arisco. Tengo cartas enormes de su propio editor, Jerôme Lindon, en las que me contaba las crisis personales que él mismo pasaba… Pero con la Duras la relación era telefónica”.

Esa relación con Lindon la acercó a la Duras. “Él me recomendaba, era 1990, que no aumentara el tamaño de Tusquets. Pero ya habíamos empezado a vender libros en América, gracias a las gestiones de Toni, y se estaba produciendo un crecimiento lento de la editorial. Ahí es cuando entra en escena Marguerite Duras, a la que yo apreciaba como escritora. Ella pedía fortunas. Y acababa de escribir El amante, que aún no se conocía. 'Prepárense a pagar mucho dinero si la quieren', nos advirtió Lindon. Fue una lotería, y Toni era muy aficionado a las apuestas. Ella no hablaba de dinero, pero le interesaba mucho, y también se interesaba por lo que habíamos publicado. Le gustó. El acuerdo se firmó cuando ella salía de su segunda cura de alcohol”.


1537524334_075402_1537542935_sumario_normal.jpg

Correspondencia de Beatriz de Moura con Milan Kundera. ÁLVARO GARCÍA


La escena en la que se establece la portada es casi tan emocionante como aquel regalo de Gabo. Estaban Toni y Beatriz con la autora de El amante ante una mesa llena de fotografías que la Duras había puesto allí para que fuera elegida la que sería adecuada para la cubierta. “Era un libro duramente autobiográfico, requería una fotografía suya”. Y de pronto Beatriz de Moura ve asomar lo que parecía un retrato de la joven Duras, de la época en que sucede esa tremenda historia de amor. “Su cara se iluminó. La foto era de aquella cara suya, era ella verdaderamente, una niña atenta y temerosa del mundo. '¿Está dispuesta a poner su cara en la portada?', le dije. '¿Y la de quién si no?', me dijo. Y entonces nos hizo levantar para que fuéramos a la calle a comer”.

Con Milan Kundera, otro de los éxitos buscados con ahínco por la editora a la que Gabo salvó en 1970, sí hay mucha correspondencia, risueña o profesional. “Personalmente era histriónico, hacía teatro. No era, cuando lo conocimos, una persona muy conversadora, expansiva o franca”. Pero en sus cartas (y en sus postales), avanzada la relación, ya era chispeante. “En un principio era como suelen ser los emigrantes del Este, un emigrado que anda con pies de plomo. Para él Chequia, su 'pequeño país', como le decía, era historia del principio de Europa, la cuna de la que partió todo. Me estudié esa historia, y también aprendí a no hablar ante él de política, '¡esa mierda!”

En la primera carta que subsiste en la historia de la correspondencia Moura-Kundera la editora le explicaba su deseo de publicarlo, le ofrecía su catálogo y le decía que estaría dispuesta a ir (con Toni, que era el gerente de Tusquets) a verle en París. Kundera la llamó por teléfono, “se quedó encantado con mi voz, le gustó mucho que en nuestro catálogo estuvieran Samuel Beckett y Czeslaw Milosz, aunque a este lo consideraba un mal escritor…”. Y se fueron a ver a Kundera, “¡como quienes se ponen a escalar el Everest!”. Histriónico, teatral, irónico, risueño. ¿Su carácter se transparenta en su correspondencia? “Muy poco. Iba muy al grano, no se salía del tema que tocaba, corregía cosas, preguntaba por las traducciones”. Ese fue el primer escollo de la relación: Kundera quería traducciones rigurosas, y ella le garantizó esa pureza, y le demostró que la traducción francesa a la que había sido vertida su obra no le hacía justicia, esos periodos tan largos para alguien que escribía como Kafka. “Ahí me pidió que yo fuera la que lo tradujera. Me tocó. Creo que él se había informado, sabía que yo había traducido del francés”. Fue amiga de Kundera, sí. “Lo fui mientras él quiso… Fue muy claro. Había firmado una carta diciendo que mientras estuviéramos al frente sus libros serían de Tusquets. Él sintió como una catástrofe cuando le fuimos a decir qué podía suceder con la salud de Toni. En los últimos tiempos creo que, de todos los editores que tiene, solo se ve con Gallimard”.

Albert Camus, en cuyo país, Argelia, ella vivió en la infancia, con su padre diplomático. Y la correspondencia que se conserva en su legado con la hija del autor de El extranjero, Catherine Camus, explica esa relación filial con el escritor y fraternal con su descendiente. La conoció por casualidad, y por casualidad Tusquets es editor de un libro decisivo de Albert Camus: el último. Se habían encontrado en Fráncfort, en un bar; a Catherine le sorprendió escuchar español. La amistad (y la proximidad a la literatura del Nobel de origen argelino, y menorquín) los llevó a la casa de Catherine. Por casualidad, Beatriz vio que ella y su marido de entonces, Robert Gallimard, trabajaban en un manuscrito, que resultó ser El primer hombre.

Fue un revoltijo de emociones que dieron de sí otro de los grandes éxitos de la editora que se salvó del naufragio. Era, dice, como hablar con Camus. ¿Y qué sentía, en esa correspondencia que ahora está en la BNE, hablando con su hija? “¡Como si me estuviera escribiendo con él! Todas las cartas de esa época de la edición que preparamos juntas tenían que ver con el libro. Con mucho cuidado, con mucho respeto. Cuando Robert y ella me decían que se quitaba o se mantenía determinado párrafo, yo pensaba en él, y maldecía o me alegraba, según”.

Argelia marcó la infancia de Beatriz de Moura. Aquel sol que reinó sobre la época en que Camus sitúa El primer hombre es ahora, cuando lo evoca en la humedad mediterránea de Barcelona, como una luz que viene de lejos.

La donación está llena, claro, de nombres españoles. El descubrimiento “gozoso” de Luis Landero, los esfuerzos tremendos (“qué talento, qué rigor de esta gran mujer trabajadora”) de Almudena Grandes, “el dolor secreto” de Jorge Semprún, la prosa de Fernando Aramburu (“creo que me di cuenta de que venía Patria"), la fortaleza literaria, y humana, de Cristina Fernández Cubas, de sus grandes amigas… Y, ay, la ruptura con Javier Cercas, cuyo Soldados de Salamina fue otro de los éxitos que cosechó esta editora cuyo gusto por leer resplandece en la historia de la edición en lengua española.

Ahora investigadores y curiosos pueden reconstruir (casi) toda esa historia, y podrán percibir humores y malhumores, negativas y afirmaciones. Es como sumergirse en una conversación infinita que, miren por donde, comienza casi con un naufragio.

LAS ANDANZAS ESPAÑOLAS
1537524334_075402_1537527815_sumario_normal.jpg

Jorge Edwards, Carlos Trías, Antonio Colinas, Antoni Marí, Manuel Talens, Cristina Fernández Cubas, Luis Sepúlveda, Almudena Grandes, Mercedes Abad, Mario Vargas Llosa y Oscar Tusquets (de pie), y Luciano G. Egido, Beatriz de Moura y Jorge Wagensberg (sentados), en la fiesta del 25 aniversario de Tusquets en 1994.


Muchos textos contenidos en la correspondencia están resguardados por el copyright. Afectan también a los autores españoles que han publicado en Tusquets,y que en una medida muy amplia siguen publicando en la editorial fundada por Beatriz de Moura. Sobre el tenor de esa relación con ellos algunas cosas dice la editora.

Semprún. “Había en él un dolor concreto, oculto. Está en el silencio que él mismo quiso imponer a su periodo en el campo de concentración. Y a su salida, que no debió ser fácil, y que no aparece por ningún lado. Era muy pudoroso, con las palabras también. En francés puedes irte por las ramas, y en español no. Él no tenía palabras que le parecieran adecuadas para explicar ni la más mínima anécdota sobre el campo”.

Almudena Grandes. “Hay muchas cartas entre ella y Toni. Es muy seria en su trabajo, no he visto a ninguna mujer trabajar así; quizá solo a Cristina Fernández Cubas, a la que no le sobra ni una palabra, es una de las grandes, al nivel de Almudena, pero por otros motivos... El trabajo de esta es profuso, por su propio carácter, por su curiosidad, que no tiene fin. Se impone esta disciplina que no es propia de una mujer. No conozco otras escritoras que tengan el mismo rigor en la escritura y en la percepción de un hecho. Ella va a la base de un hecho histórico un poco a la manera de Maigret, con la misma severa mirada, aunque sus personajes no están desquiciados. Yo tuve un problema con ella y me volví a Barcelona pensando que íbamos a perder a una gran autora por mi culpa. Ella había incluido una caja mágica en una narración y a mí me parecía que sobraba. Entonces Toni tomó las riendas y lo resolvió. Y tenían una larga correspondencia que está ahí, y además comían muchas veces, sin mí, por supuesto. Cuando hubo otra novela le pasé el texto a Juan Cerezo, entonces joven editor. 'Entiéndete tú, que Almudena se entiende mejor con hombres”.

Luis Landero. “Su primera carta es de 1990, y yo le contesto. Juegos de la edad tardía está tan ajustadamente escrita que no hay posibles desencuentros entre editora y escritor. No había imperfección. Vi desde ese principio que era un escritor como la copa de un pino. Lo único que me cabreó fue saber que había enviado antes el manuscrito a otros. Lealtad mutua, sin problemas”.

Fernando Aramburu. “Hay mucha correspondencia con él. Recibí su primera novela a principios de los ochenta; ya tenía que ver con Patria. Cuando leí esta me di cuenta. Tiene cosas muy buenas; a veces tiene caídas, pero leves, que quizá yo note ahora porque leo por placer. Pero creo que cada día está más libre, que cada libro es un paso adelante. Su cambio vino con El trompetista de la utopía. Ahora escribe cosas que tienen que ver con él. En sus viajes a Euskadi se encontraba con cosas que están en Patria. Finalmente, ya puede hablar de ese reencuentro. Y creo que ahora va a escribir cosas infinitamente mejores”.

Javier Cercas. “Fue muy bonita nuestra correspondencia, hasta que dejó de serlo, cuando irrumpió Carmen Balcells con un correo electrónico en el que parece que ya se acababa nuestra relación, tras el éxito de Soldados de Salamina. Hubo un silencio. Allá él si consideraba que con Carmen estaba más seguro. Nosotros no hemos hecho públicas nunca esas cartas”.

El año próximo se cumplen 50 años de Tusquets, y Beatriz de Moura cumple ochenta años. Es posible que entonces este volumen de documentos (más de 150 cajas) sea del dominio de los investigadores que acudan, en persona o por web, a la Biblioteca Nacional, a consultar la historia de una de las editoras más cosmopolitas de Europa.

https://elpais.com/cultura/2018/09/21/babelia/1537524334_075402.html
 
Back