Libros, libros, libros

España es muerte, alcohol, fracaso... Pero leyendo a Manuel Vilas quiero ser español
En 'Ordesa', el escritor de Barbastro logra un desgarrador canto a las cosas sencillas y a un país que ya no es el de sus padres
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Manuel Vilas. (EFE)
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ALBERTO OLMOS
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17.01.2018 – 05:00 H.


Quien tiene un amigo tiene un 'blurb'. Eso he pensado al ver algunas novedades recientes fajadas de elogios. El 'blurb' era potestad del crítico, que hacía su reseña con mucho cuidado de incluir en ella una frase susceptible de vender libros. "Corran a comprarlo", por ejemplo, era la afirmación definitiva del descrédito de un crítico. Hay que ser romo como el suelo para cerrar una reseña diciendo: "Corran a comprarlo".

La labor de espigar 'blurbs' correspondía a los editores, y se han visto cosas fascinantes en la práctica intelectual del recortable. Mi ejemplo favorito tiene como actores al suplemento 'Babelia' y a la editorial Lengua de Trapo. La excelente novela 'Nada es crucial', de Pablo Gutiérrez, fue recibida con suma animadversión por Fernando Castanedo. "Carente de la más elemental humanidad", "le sobra elocuencia" o "nada resulta decisivo ni sobresaliente" era lo que afirmaba. Sin embargo, si se asoman al libro en Amazon o en una librería, verán de pronto que Fernando Castanedo es el fan número uno de 'Nada es crucial': "Inteligente y brutal, ágil y en ocasiones de un brillo deslumbrador", dice. ¿Cómo puede ser? Bueno, es difícil hablar mal de un libro todo el tiempo, el crítico es humano, siempre acaba por señalar alguna virtud, y ahí estará el editor para transformar la piedad en ovación.

Peligroso
La verdad es que Manuel Vilas ha hecho muy mal renunciando en su nuevo libro —donde si a algo se renuncia radicalmente es a todo lo que hace no tanto se llamaba Generación Nocilla— al mejor 'blurb' de todos los tiempos, que eran estas palabras de Javier Calvo: "Manuel Vilas es el escritor más peligroso que hay ahora mismo en España".

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Portada de 'Ordesa'.


Con la cantidad de chorradas que se dicen de los amigos escritores, que alguien te tilde de 'peligroso' es un gran acierto. Ya dijo Pushkin —lo cita Vila-Matas, pero también podemos leer a Pushkin sin Vila-Matas—: "va errando / en la penumbra de los bosques / con la novela peligrosa". El errabundaje peligroso de Eugene Oneguin era —ojo— como lector. Y así Vilas: su novela es peligrosa, no para él, sino para quien la lee.

Yo tengo por muy dudoso que un elogio en una faja venda más libros que, no sé, un marcapáginas muy cuco que te den si compras el libro. Pero no es otra mi aspiración en el artículo de hoy que conseguir que Alfaguara y Manuel Vilas me saquen un 'blurb'. Se lo pondré fácil.

España
El último libro de Manuel Vilas es excepcional (quizás este 'blurb' es un poco exagerado). Bueno, 'Ordesa' (Alfaguara) está llamado a ser uno de los libros de año (este es casi peor que "vayan a comprarlo")... ¡Ay!

No es tan fácil resumir una lectura grata y singular en una frase que guste en el departamento de 'marketing'. Porque lo que trae Manuel Vilas en 'Ordesa' es, prácticamente, sangre. Yo no sé cómo sigue vivo el autor después de transfundirse entero en estas páginas.

En España, la ayuda que recibe un exalcohólico es facilitarle que vuelva a beber

Padres muertos, divorcio, alcoholismo, pobreza; España. Esos son los motivos recurrentes de este salmo proletario, un evangelio de verdades sobre la vida que he subrayado hasta dejar sin punta mi lápiz. "En España, la ayuda que recibe un exalcohólico es facilitarle que vuelva a beber". "El español quiere que mueran todos los españoles para quedarse solo en la península Ibérica". "En España siempre le ha ido muy bien a la gente que va a misa".

Nadie escribe sobre España (incluso: "España", esa palabra) como Manuel Vilas. Lo que hace Vilas con el nombre de nuestro país es lo que hace el mundial con la bandera: por un momento, dan más ganas de ser español. Ya su novela 'España' ponía en primer plano un nacionalismo fatal, desprejuiciado, como de llevar a la familia otra vez a Cullera.

Las cosas del punk-rock
En 'Ordesa' hay mucha materia, mucha reivindicación de las cosas. "No hay ideas salvo en las cosas", escribió insistentemente William Carlos Williams, y Vilas sigue este mandato a través del polvo de los objetos, de las ruedas de su automóvil, hasta llegar al centro mismo del capitalismo, que es —dice Vilas— "poesía".

"He pensado, como siempre, en la ruina económica. La vida de un hombre es, en esencia, el intento de no caer en la ruina económica. Da igual a qué se dedique, ése es el gran fracaso. Si no sabes alimentar a tus hijos, no tienes ninguna razón para existir en sociedad".

A Vilas le bastan las palabras más sencillas y la repetición para que su prosa suene incontestable. Es punk-rock, himnos instantáneos

Me ha interesado mucho disfrutar de este libro y buscar de qué está hecho, cuál es su fuerza retórica: apenas tiene. A Vilas le bastan las palabras más sencillas y un prodigioso sentido de la repetición para que su prosa suene incontestable. Es punk-rock, Vilas, tres acordes, directo al grano, himnos instantáneos (esto como 'blurb' no está mal, amigos).

Así:

"Mi madre se murió sin saber que se moría. No sabe que está muerta. Solo yo lo sé.

Ella no lo sabe".

https://blogs.elconfidencial.com/cu...ordesa-manuel-vilas-alfaguara-espana_1506840/
 
ATURA
Vicente Aleixandre: recopilado y reivindicado: "Cuando un poeta no puede ser utilizado políticamente, no interesa"
MATÍAS REBOLLEDO
17 ENE. 2018 12:46
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Vicente Aleixandre. en el jardín de su casa de la calle Velintonia.


La nueva Poesía completa del poeta sevillano recibe bautismo en la Real Academia Española


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La sede de la Real Academia Española en Madrid ha sido el lugar elegido para la presentación de la Poesía completa (Lumen) de Vicente Aleixandre. Coincidiendo con el 40º aniversario del Nobel del escritor sevillano, esta nueva edición pretende homenajear a uno de los grandes poetas de la contemplación. "Para la Academia es un honor y un orgullo poder celebrar a un escritor de este calibre. Aleixandre es la modernidad", afirmó José María Merino, que ejerció de maestro de ceremonias en sustitución del director de la RAE, Darío Villanueva, que no pudo asistir.

Vicente Aleixandre fue, en esencia, el gran poeta del amor. Toda su lírica es, haciendo uso de una expresión suya "una aspiración a la luz", pero una aspiración desde el amor a la naturaleza y al hombre en su dimensión más cósmica. Todo lo que cantó es fruto de su más profunda experiencia vital. Tal y como él mismo llegó a afirmar: "A lo único a lo que no se puede obligar a la poesía es a mentir".

La presentación de su Poesía completa contó con el editor de la antología, Alejandro Sanz: "La figura de Aleixandre me acompaña desde mi adolescencia, como el flechazo de su verbo incendiario", confesó. Sanz afirmó que "la solidez cósmica de Vicente, al que no pude conocer en vida, no tiene parangón en el S. XX". El editor se refirió a la nueva obra como "una celebración de la palabra de Aleixandre". El editor reivindicó de manera vehemente la conservación de la casa de Aleixandre en Madrid, de la que dijo es un "espacio vivo por el que desfilaron todas las generaciones de posguerra" y que se está perdiendo "por culpa de la ignorancia, porque cuando un poeta no puede ser utilizado políticamente, no interesa".

Preguntado acerca de la falta de algunos poemas que había señalado el editor de la antología previa, Sanz declaró que "ninguna edición se acercará más que ésta hasta que se hagan públicos todos los archivos relacionados con el poeta. Estas poesías son las más completas hasta la fecha. Esto no puede ser un album de cromos en el que si falta uno ya no vale para nada. La edición anterior estaba llena de erratas y ha habido que depurar y adecuar". Además, la compilación que presentó la editorial Lumen cuenta con siete poemas inéditos, incluidos en cartas del poeta, que el propio Sanz se encargó de recitar.

En palabras del crítico Andreu Jaume, Aleixandre es uno de los pocos poetas que "pudo sentar cátedra. Es uno de los escritores más importantes del S. XX". El poeta y periodista Javier Lostalé, que ha estudiado la obra de Aleixandre durante más de medio siglo, recordó el discurso de Aleixandre para ingresar en la RAE e hizo especial hincapié en uno de los temas más reconocibles del poeta: el amor. "Leer a Vicente es encarnarse en la poesía, disfrutar de un lenguaje perfecto", afirmó. Por último, la académica Clara Janés también dejó su imagen de Vicente Aleixandre: "La obra que hoy se presenta es la única manera de adentrarse en el laberinto que es su poesía. También es una exaltación plena de la libertad, es certeza de un nexo y una mano única para pasear por los poemas que se escribieron entre 1927 y 1975".

http://www.elmundo.es/cultura/literatura/2018/01/17/5a5f36f3e2704eb21f8b45df.html
 
Philip Roth: “Ninguna de las conductas más extremas que han salido en los periódicos me sorprende”
El autor analiza el movimiento #MeToo, la presidencia de Donald Trump y su retirada de la escritura en una entrevista con 'The New York Times'

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El escritor Philip Roth, en Nueva York en 2010. ERIC THAYER REUTERS

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EL PAÍS
Madrid 17 ENE 2018 - 11:46 CET

Philip Roth se pasa la mayoría de su tiempo leyendo. Ha sustituido la escritura de sus propios libros por el descubrimiento de los de otros. “Leer ha reemplazado el placer de escribir y constituye el principal estímulo de mi vida intelectiva”, asegura Roth, que lleva años apartado de los focos, en una entrevista con The New York Times. A lo largo de la charla, el autor explica por qué en 2012 anunció que no publicaría más libros, tacha de bufón al presidente Donald Trump y analiza también la ola de denuncias por acoso sexual liderada por el movimiento #MeToo.

“En pocos meses dejaré la vejez para adentrarme en la vejez profunda [cumplirá 85 años el 19 de marzo]. Me parece asombroso seguir aquí al final de cada día. Al acostarme sonrío y pienso: ‘He vivido un día más’. Y me fascina despertarme ocho horas más tarde y seguir aquí: ‘He sobrevivido otra noche”, explica el autor al principio de la charla. Sus jornadas se convierten en una especie de “juego” en el que, de momento, sigue ganando, “en contra de todas las probabilidades”.

Para ocupar ese día a día, Roth se dedica a leer, sobre todo de Historia: principalmente de EE UU, pero también de Europa. Apenas cata novelas, tal vez por la sobredosis del pasado: “Me pasé toda mi vida laboral leyendo, estudiando y escribiendo ficción. Hasta hace siete años casi no pensaba en otra cosa”. Tal vez por eso, el autor asegura que tampoco echa de menos su época como escritor. De hecho, demuestra tener muy claro por qué lo dejó y no muestra la menor intención de retomarlo: “En 2010 empecé a tener la fuerte sospecha de que ya había sacado lo mejor de mi trabajo y lo siguiente sería inferior. Ya no poseía la vitalidad mental, ni la energía verbal o la forma física necesarias para construir y mantener un largo ataque creativo de cualquier duración sobre una estructura tan compleja y exigente como una novela”.

Desde luego, sin embargo, la energía verbal no le falta para referirse al presidente de EE UU, Donald Trump. Roth considera que nadie podría haber previsto la “catástrofe” que vive su país actualmente, la “commedia dell’arte de un bufón presumido”. Ni siquiera el presidente Charles Lindbergh de su La conjura contra América es comparable con el mandatario actual, según Roth: “Hay una clara diferencia de estatura”. En la obra, el escritor imaginaba que Lindbergh, al que retrataba como un fascista, racista, firme defensor del supremacismo blanco, derrotaba a Franklyn Delano Roosevelt en las elecciones presidenciales de 1940, lo cual cambiaba el destino de EE UU y del mundo entero. Aún así, por lo menos, Lindbergh era un “héroe americano”, por su hazaña de ser el primer piloto en cruzar el Atlántico en solitario en un avión, en 1927. Frente a él, “Trump es un fraude masivo, la suma malvada de sus deficiencias, vacío de todo, salvo de la ideología hueca de un megalómano”. "Qué naíf fui al creer en 1960 que era un estadounidense que vivía en tiempos ridículos", agrega.

Respecto al movimiento #MeToo, Roth, que ha buceado a fondo en lo más oscuro del deseo sexual masculino a lo largo de su trayectoria literaria, no se muestra sorprendido de lo que desvelan las denuncias: "Ninguna de las conductas más extremas sobre las que he estado leyendo en los periódicos me ha asombrado".

https://elpais.com/cultura/2018/01/17/actualidad/1516184194_243060.html
 
Literatura
Mejora el índice de lectura en España hasta el 65,8% de la población
    • EL MUNDO
    • Madrid
  • 18 ENE. 2018 11:35
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La Feria del Libro de Madrid, en su última edición JAVIER BARBANCHO

El porcentaje de lectores de libros mayores de 14 años en España, en el que Madrid es puntero, se ha incrementado en el último lustro hasta el 65,8 % de la población, un aumento de 2,8 puntos, aunque un 40,4 % no lee nunca o casi nunca por ocio.

El barómetro de hábitos de lectura y compra de libros de la Federación de Gremios de Editores de España (FGE) pone de manifiesto que el 59,7 por ciento de los españoles lee en su tiempo libre al margen del trabajo o estudio, y que las mujeres leen más libros, revistas y en redes sociales, mientras que los hombres son más partidarios de prensa, cómics, webs y foros en internet.

Madrid sigue siendo la comunidad autónoma con mayor índice de lectores, y Navarra, La Rioja, Asturias, Murcia, Castilla La Mancha y Andalucía son las que han experimentado un mayor crecimiento de lectura en los últimos años.

El estudio, divulgado este jueves, revela también que más del 40 % de la población sólo lee en papel mientras que un 20 % lee libros en su tiempo libre en soporte digital.

La lectura en formato digital de todo tipo de contenidos se ha situado en el 76,3 %, 18 puntos más que en 2012, pero la de libros es menor que la de prensa o redes sociales.

http://www.elmundo.es/cultura/literatura/2018/01/18/5a607873468aeb34758b4600.html
 
Hola

¿Sois seguidores de los sermones laicos que sobre cualquier tema escriben en los medios del stablisment los grandes totems literarios como Antonio Muñoz Molina, Perez Reverte, Savater, Vargas Llosa, Edurne Uriarte...?

Independientemente de lo buenos que sean como escritores de prosa (y eso también va por gustos en algún caso), que nadie les discute, el profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid Ignacio Sanchez-Cuenca, les da un buen repaso a su arrogante vanidad de creer que entienden de todos los temas, que ellos como intelectuales siempre están a favor del "bien", que no son cerriles ni les ciegan sus prejuicios personales, sin darse cuenta de los contrasentidos en que caen respecto a lo que decian años atrás, cambiando su opinión tan imparcial, tan sobrehumana, en función de como sopla el viento de sus intereses. Y ponen su nombre al servicio de quienes les interesan. Y entienden de todo, sientan cátedra en cualquier tema. El autor afirma que en la prensa internacional se acude a academicos especialistas en un tema para llenar las columnas de opinión, pero en España siempre son este atajo de escritores consagrados que, por haber vivido la transición, ya no se les puede toser y lo que dicen va a misa, sin darse cuenta que resultan tan ridículos como Sanchez Dragó.​

El profesor Sánchez-Cuenca si que se ha dado una panzada leyéndoles en las hemerotecas durante años para pillarles en sus manipulaciones y mentiras.

Su libro es:

LA DESFACHATEZ INTELECTUAL
El gran zasca a 'figurones' como Vargas Llosa, Javier Cercas y Luis Garicano

Ignacio Sánchez-Cuenca publica ‘La desfachatez intelectual’, un riguroso análisis sobre la baja calidad del debate público en España

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José Ignacio Wert, Esperanza Aguirre, y Mario Vargas Llosa
Víctor Lenore
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Tiempo de lectura15 min

14.03.2016 – 18:55 H. - Actualizado: 06.04.2016 - 12:17H.

Tres frases sirven para hacernos una idea. Primera: “Esperanza Aguirre es la Juana de Arco del liberalismo” (a pesar de la trama Gürtel, Fundescam y el tamayazo). Lo dice Vargas Llosa y punto. Segunda: “José Luis Rodriguez Zapatero es el peor gobernante de España desde Fernando VII” (por lo visto, mucho más dañino que Francisco Franco y Miguel Primo de Rivera). Lo dice Félix de Azúa y punto. “Sin Juan Carlos I no habría democracia en España” (qué importa la aportacióna de los sindicatos, el movimiento estudiantil o el Partido Comunista, además de que en nuestro entorno europeo todo sean democracias). Lo dice Javier Cercas y punto. El debate público en España funciona a base de sentencias lapidarias, sin verificar, que distintos ‘figurones’ sueltan desde sus poltronas mediáticas. Del público se espera que comulgue con ruedas de molino, basadas en el prestigio de quien enuncia la frase, más que en argumentos bien construidos, que se apoyen con datos verificables.

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'La desfachatez intelectual', de Ignacio Sánchez-Cuenca​
Esto es lo que denuncia, de manera sólida y minuciosa, el nuevo libro del profesor de Ciencias Políticas Ignacio Sánchez-Cuenca (Valencia, 1966). Su último libro, ‘La desfachatez intelectual’ (Libros de La Catarata), es un sonoro ‘zasca’ a los columnistas de mayor prestigio de nuestra esfera pública. Les acusa de “machismo discursivo”, “cultura de amiguetes” y “provincianismo intelectual”. Estamos ante uno de los títulos más polémicos y necesarios del año. En el capítulo final, Sánchez-Cuenca explica que el panorama comienza a mejorar con un ecosistema mediático más abierto y riguroso. Nos acercamos a su despacho para charlar con el autor.

Pregunta. ¿Cuál fue su motivación para escribir ‘La desfachatez intelectual’?

Respuesta. Sé que el texto puede despertar cierta irritación entre los aludidos. Quería señalar la impunidad que domina el debate público en España. Con esto me refiero a que si uno dice un disparate, una tontería o una ridiculez, no espera ser replicado, sobre todo si es uno de los grandes intelectuales del país. Son lo que yo llamo, de forma un poco cruel, los figurones del mundo intelectual.

P. La forma habitual de contestar a libros como el suyo es el silencio.

R. No tengo ninguna expectativa de respuesta por su parte. Pero sí espero que el libro contribuya a fomentar cierto debate sobre cómo mejorar nuestra esfera pública.

P. Señala el precio de cuestionar a los figurones: si alguien critica con dureza a Fernando Savater, se reducen drásticamente las posibilidades de colarse en El País, de publicar en la revista 'Claves de la razón práctica '(que él dirige) o de ganar el Premio Anagrama de ensayo (donde es jurado habitual).

R. Mi ventaja es que no estoy en ese mundillo, ni quiero estar. Me dedico a dar mis clases y publicar en revistas académicas. No aspiro a premios ni a tener una relación privilegiada con ellos. Yo puedo permitirme el lujo, pero quien dependa de su creación ensayística y literaria tiene que pensárselo dos veces a la hora de criticarlos, ya que sus tentáculos son muy largos. No digo que ellos ejerzan un poder coactivo, pero si uno critica con dureza a uno de ellos sus posibilidades de medrar van a ser menores.

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Fernando Savater y Andrés Herzog en un acto de UPyD Foto: Efe/J.P. Gandul
P. Aparte de los figurones destacados, ¿diría que existe una tradición de intelectuales invisibilizados? Pienso en Manuel Sacristán, Jesús Ibañez y Francisco Fernández Buey, entre otros.

R. Es una pregunta difícil. Hay intelectuales que no gozan del reconocimiento que merecen y otros disfrutan más del que les corresponde. Lo que no tengo claro es que sea un fenómeno estructural. Los tres autores que mencionas tenían tesis políticas marxistas o muy radicales. Eso ya complica mucho que lleguen al gran público. Es cierto que alguien con planteamientos marxistas no tendría tanto problemas en Francia o Reino Unido. Lo que sucede aquí es que muchos de los intelectuales famosos fueron muy radicales en su juventud, pero terminaron abandonando la izquierda. Sienten un rechazo grande hacia quienes no han seguido su trayectoria. Eso podría explicar la marginación por parte de los Juaristi, los Savater, los Vargas Llosa, etcétera.

P. ¿Por qué estuvieron tan ciegos los intelectuales de éxito durante la crisis económica?

R. Mi tesis es que se obsesionaron con el nacionalismo. No atendían a muchas más cosas. Eso fomentó el aislamiento en el que vivían. Se separaron demasiado de la sociedad. Fueron poco sensibles y muy condescendientes con todo lo que podemos llamar nueva política, me refiero al entorno del 15M. En el fondo, les recuerda un poco a sus años mozos, donde algunos fueron anarquistas, otros marxistas-leninistas y alguno hasta militó en las filas de ETA.

P: Vargas Llosa es la firma donde se aprecia mayor distancia entre su enorme talento literario y el estilo ramplón de sus columnas.

R. Como hombre de letras, es el que más lejos ha llegado. Merece todos los premios Nobel que le quieran dar. Es una figura central en la literatura del siglo XX. El problema es que sus razonamientos políticos son totalmente esquemáticos, previsibles y simplistas. Nos choca mucho porque no quedan tantos intelectuales que razonen con el nivel de desfachatez que él maneja, pero en el pasado hubo muchos como él en la izquierda, que manejaban planteamientos de manual soviético de materialismo histórico. Ahora no nos acordamos de ellos. Pero Vargas Llosa seguramente razona en sus columnas con el mismo simplismo que manejaba cuando era de izquierda en los años sesenta. Hay un abismo entre su obra literaria y su aportación periodística. No tengo una explicación de cómo se puede ser tan brillante en 'Conversación en la catedral', una obra maestra, y tan mostrenco en el debate público. Divide el mundo en liberales y antiliberales, nacionalistas y antinacionalistas, como si no existieran matices. Su apología de Esperanza Aguirre llega al extremo de defender la tesis de que si ella hubiera gobernado España, la crisis hubiera sido mucho menos profunda.

Vargas Llosa es una figura central en la literatura del siglo XX. El problema es que sus razonamientos políticos son totalmente esquemáticos

P: ¿Son más responsables los figurones o los directivos que les dieron espacio en los medios?

R: Hay una responsabilidad compartida, pero la principal es la de quien pone su firma en la opinión. Somos muy críticos con el sectarismo de los partidos políticos, con la manera tan brutal en que defienden a los suyos y descalifican a los contrarios, pero en el mundo del debate público pasa algo similar. Se establecen lazos muy fuertes entre periódicos y escuderías literarias del mismo grupo mediático. Les dejan decir lo que sea. Deberían prescindir de los artículos de sus autores si la calidad es mucho menor que las de sus novelas. Una vez entras en el grupo, de ahí no te saca nadie. Se establecen lazos que no son sanos.

P. Cita a César Molinas y cómo da las gracias en un libro a Javier Moreno (ex director de El País) por dejarle decir lo que le da la gana.

R. Molinas es un economista excelente, matemático de formación, con una inteligencia formidable, pero cuando opina de política dice cosas que no tienen base ninguna. ¿Por qué El País le da tanta cancha? Habrá que preguntarles a ellos, porque han publicado análisis de Molinas en portada que no sobreviven el más mínimo escrutinio crítico. En mi libro, se desmontan con datos.

P. Me ha llamado la atención el caso de Javier Cercas. En un dossier de homenaje al rey, suelta una frase rotunda, que dice que “Sin Juan Carlos I no habría democracia en España”. Eso no encaja muy bien con su libro ‘Anatomía de un instante’, donde acusa al rey de cierta complicidad, desidia o ambigüedad con el ambiente golpista previo al 23-F.

R. Disfruto mucho de las novelas de Cercas, pero como columnista se ha vuelto muy sentencioso. Formula grandes frases, que luego no fundamenta. Creo que lo que expone 'Anatomía de un instante' es que el rey no supo cortar el ambiente malsano de las tramas golpistas de la época contra Suárez. Cercas no se ha atrevido a dar el paso de decir que hubo complicidad entre el rey, Armada y los golpistas. Quien sostiene esa tesis es Pilar Urbano. Lo que no entiendo es que se permita el exceso de decir que sin el rey no habría democracia en España. A mí esa frase me parece un absurdo, se mire como se mire. El rey tuvo un papel importante en la forma en que llegó la democracia, pero hoy España sería un país democrático hubiéramos tenido rey o no. Sencillamente, se daban los condiciones sociales y económicas para que la hubiera, como sabe cualquiera que haya estudiado un poco de política comparada. Pero sí, en 'Anatomía de un instante' era más crítico con la figura del rey que en el homenaje colectivo que hizo El País al monarca el día de su abdicación.

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Javier Cercas en Santander. EFE/Esteban Cobo
P. Su libro transmite la sensación de que El País es un diario que se ha ido degradando con los años.

R: Soy lector suyo de toda la vida. Empecé con poco más de diez años. Hoy lo sigo porque es el diario de referencia en España. A mí siempre me han tratado con extrema generosidad: dejé de colaborar con ellos por voluntad propia y solo tengo agradecimiento con ellos. Lo que sucede es que, desde que estalló la crisis, se produjo un divorcio entre el periódico y sus lectores, que ha sido muy dañino para la marca. Se alejaron demasiado de la España real. Como lector y excolaborador, no me gusta la marcha que ha cogido. Ha traicionado muchos de sus valores fundacionales. Tengo una visión crítica, no han sabido reconocer los problemas nuevos que estaban surgiendo. No han dado la importancia necesaria a los desahucios, ni a la creciente desigualdad, ni a la crisis social en general. Me sorprendió en 2010 la reacción de entusiasmo de El País cuando las instituciones europeas obligan a España a imponer el ajuste fiscal. Su discurso fue “por fin se ha acabado el populismo del PSOE”. Estaban hablando de populismo ya en 2010, años antes de que surgiera Podemos. El País se puso a celebrarlo, en plan “por fin va a haber políticas de Estado”; pues mira dónde nos han llevado esa políticas. Se ha vuelto un diario autocomplaciente..

P. ¿Usted es capaz de distinguir El País de El Mundo y ABC?

R: Se ha producido un fenómeno curioso: la división ahora está entre periódicos de papel (que se parecen cada vez más entre sí) y diarios digitales (que están más atentos a las preocupaciones que dominan la sociedad civil). Esto al margen de que la línea editorial tire a izquierda o a derecha. Los de papel parecen caminar a rastras. Las nuevas tendencias se generan en mayor medida en los medios digitales. Ahora tenemos un ecosistema mediático mucho más plural, cito medios como CTXT, Infolibre, el blog Piedras de papel o plataformas como Agenda Pública o Politikon. Le pongo un ejemplo: todos los figurones tienen opiniones muy rotundas sobre la educación. La mayoría cree que se ha dejado de leer, que nadie escribe como antes, que todo es un desastre. Los expertos matizan mucho esas percepciones. En cualquier caso, yo no quiero que desaparezcan las visiones generalistas, dando paso a especialistas con anteojeras, sino que se establezca un diálogo entre firma de visión amplia y quienes llevan muchos años estudiando un asunto concreto y se quedan pasmados por la alegría con que otros sueltan diagnósticos. Ese cruce me parece enriquecedor. Al abrir el terreno de juego, se ha cuestionado mucho más el papel de los figurones. Se ha demostrado que sus opiniones no tienen tanto valor como se creía.

La división ahora está entre periódicos de papel (que se parecen cada vez más) y diarios digitales (más atentos a las preocupaciones de la sociedad)

P. Recuerda una expresión de Jordi Gracia, que habla del “síndrome del Narciso herido”. Como si los figurones pensasen que lo peor de la situación del país fuera que los demás no estamos a la altura de su sensibilidad política y estética.

R. Recomiendo a los lectores ‘El intelectual melancólico’, el panfleto de Jordi Gracia, porque es muy certero y divertido. Hace pensar mucho. Esta es una actitud que caracterizo como una aproximación moral a la política: los intelectuales a los que me refiero piensan que la política realmente existente nunca está a su altura. La actualidad les produce irritación o melancolía, pero no les estimula a buscar soluciones. Esta aproximación estética se remonta a la Generación del 98. Lo que produce son unos vaivenes muy fuertes: de repente, estos intelectuales se entusiasman con una novedad, por ejemplo la aparición de UPyD, que llegan a ver como la solución a todos los males del país. Luego, de repente, les entra la decepción y van a otra ideología. La mayoría han pasado por el marxismo, por la socialdemocracia, por el liberalismo, por el conservadurismo y han completado el espectro hasta el narcisismo. Me parece una aproximación esteril al debate público.

P. Hay un sector que no trata en el libro y que me gustaría que comentara. Me refiero al ala dura de los columnistas, por ejemplo Alfonso Ussía, Jiménez Losantos y Salvador Sostres, que tienen un registro mucho más bestia o kamikaze. ¿Cree que su función es llevar el discurso tan a la derecha que cualquiera a su lado parezca sutil y razonable?

R. En el texto no he querido descender a los infiernos de estas firmas más gamberras o maleducadas, no sé bien cómo calificarlas. Algo que me llamó la atención es que intelectuales con una capacidad estética y moral muy desarrollada sean capaces de juntase con tipos como Hermann Tertsch y Jiménez Losantos en el manifiesto de los Libres e iguales. Esto me dejó muy confundido. En cierta medida, al firmar con ellos, Savater, Trapiello, Juaristi y los otros están legitimando el discurso de Tertsch y Losantos. Hablamos de gente que ha mantenido durante años la teoría de la conspiración del 11-M, defendiendo que fue ETA. Me parece incomprensible que se mezclen.

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Luis Garicano. Foto: EFE/Emilio Naranjo
P. Termino con asunto candente: desmontas bastantes argumentos de Luis Garicano, que ha pasado de ser una firma influyente a ejercer de gurú en las políticas del pacto entre el PSOE y Ciudadanos. Ahora sus opiniones están en el centro del debate político y sus errores los podemos pagar todos. ¿Tendríamos que estar preocupados?

R. Garicano es un gran economista, con un trayectoria brillante, pero cuando opina de política le pasa lo mismo que a muchos de sus colegas. Sencillamente: no han leído lo suficiente para construir los argumentos que maneja. Con Garicano estoy de acuerdo en muchos cosas, por ejemplo su visión de la educación en España, pero cuando se mete de lleno en política no se impone los mismos niveles de exigencia que al hablar de economía. En su libro ‘El dilema de España’ es tremendamente simplista, llega a decir que tenemos que escoger entre Venezuela y Dinamarca. No creo que este sea un dilema real: ni vamos a llegar a los niveles abismales de Venezuela, que es casi un Estado fallido, ni vamos a alcanzar la altura de Dinamarca. Durante las próximas décadas, seremos un país europeo normal de la periferia. Si gana Podemos, esto tampoco va a parecerse a Venezuela, ni se va a descomponer el sistema social y económico. Es de un simplismo tremendo.

P. ¿Más ejemplos?

R. También considero muy pobres los ejemplos que pone para ilustrar sus reformas, cosas como el carné por puntos o la Ley Antitabaco. Esos son ámbitos donde resulta sencillo cambiar las cosas porque no hay ganadores y perdedores. Cuando hay más en juego, como el mercado de trabajo, en el mercado educativo o la caja de las pensiones, los conflictos se complican mucho. Muchos problemas no se pueden cambiar a golpe de BOE, sino que necesitas negociar con los agentes sociales. En esas situaciones, es crucial conseguir un consenso para que la sociedad no disuelva tus decisiones. Los liberales del estilo de Garicano jamás piensan en las consecuencias sociales de sus reformas. Si las cosas les salen mal, se llevan las manos a la cabeza y dicen “Cómo puede ser la sociedad tan irresponsable”. Y no es cuestión de eso, sino de que sus cálculos estuvieron mal hechos desde el principio. Una reforma solo es sostenible si cuenta con el apoyo de la sociedad. Veo una especie de ingenuidad reformista, pensar que se puede cambiar un país de la noche a la mañana. Allá los partidos que quieran hacerle caso.

 
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González Férriz: "Los obreros se pasaron a la derecha alarmados por mayo del 68"
El año en que se cumple medio siglo de aquellos hechos que conmovieron al mundo, el periodista traza una radiografía ejemplar del movimiento en su nuevo libro
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Manifestación en París en mayo de 1968. (EFE)

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DANIEL ARJONA
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19.01.2018 – 05:00 H.

La Nochevieja de 1967 el presidente Charles De Gaulle felicitó el nuevo año a los franceses con su tradicional mensaje televisivo. Tenía 78 años, hablaba despacio y se mostraba optimista: "A menos que se produzca una grave sacudida que conmocione el universo, nuestra situación seguirá progresando. (...) Sobre todo con los jóvenes que hacen su trabajo nuestra república encontrará una colaboración cada vez más activa y amplia. Saludo el año 1968 con serenidad". Apenas unos días después, su ministro de Juventud, François Missoffe, visitaba sonriente la universidad de Nanterre cuando le sorprendió una algarada y un estudiante pelirrojo llamado Daniel Cohn-Bendit le trató de "nazi". Cinco meses después, aquellos jóvenes en los que confiaba De Gaulle levantaban los adoquines de París para arrojarlos contra la policía. La grave sacudida inesperada se había producido y, esta vez sí, iba a "conmocionar el universo".

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'1968'.(Debate)


La fama del mayo francés no se corresponde con su importancia relativa en aquel año de convulsiones globales. Alemania, Italia, Estados Unidos, México, Checoslovaquia se revolvían contra el pasado de un lado a otro del planeta y sus habitantes deseaban, y temían, "que una cierta idea de sociedad estaba al borde del abismo". Se cumplen ahora 50 años de los hechos de mayo del 68 y Ramón González Férriz, periodista y columnista de El Confidencial, estrena las conmemoraciones y el debate en nuestro país con '1968. El nacimiento de un mundo nuevo'(Debate, 2018), una historia global que recoge y enriquece la interpretación original que el autor esbozó en su anterior libro, 'La revolución divertida' (Debate, 2012). A saber, que los revolucionarios de mayo fortalecieron el capitalismo y, añade ahora, que "el neoconservadurismo estadounidense actual es una reacción contra el 68, una especie de oposición alarmada por lo que se percibe como una cultura juvenil enloquecida e irresponsable".

PREGUNTA. Uno de los clichés más repetidos de Mayo del 68 es el de su "recuperación", la denuncia de la reapropiación y tergiversación de sus ideas tanto por los propios revolucionarios reconvertidos como por la cultura y la economía de nuestro tiempo. ¿Cómo se atreve un liberal como tú a meterle mano a aquellos hechos?


RESPUESTA. Me interesan porque son ideológicamente ambiguos. Los manifestantes franceses eran muy de izquierdas -trotskistas o maoístas, muchas veces-, pero se consideraban profundamente contrarios al Estado. Decían odiar la burocracia, las intromisiones de la autoridad en la vida privada. Y no tenían ninguna clase de interés por la economía: en sus reivindicaciones, en ningún momento se les ocurre pedir, no sé, mejores pensiones o subsidios de desempleo o alguna reivindicación clásica de la izquierda. En Estados Unidos, por ejemplo, están los revolucionarios tradicionales que dicen querer hacer una revolución para derrocar al gobierno, pero al mismo tiempo los hippies, que son muchos más, solo quieren que el gobierno les deje en paz, crear una especie de “nación” dentro del país en la que no se apliquen las leyes del Estado (sobre todo las antidroga). Son profundamente individualistas pero tienen la retórica de lo común, la vida en la comuna, no ser materialista. Al mismo tiempo, los hippies que tienen más éxito, los que forman grupos de rock que triunfan globalmente, se vuelven increíblemente ricos.

Todo es muy atractivo desde el punto ideológico, y creo que ha influido mucho en las ideologías posteriores. Si escribí el libro fue en gran medida por eso.



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Ramón González Férriz


PREGUNTA. En tu libro anterior, 'La revolución divertida', argumentabas que los revolucionarios del 68 contribuyeron a fortalecer a su mayor enemigo, el capitalismo. En 'Divertirse hasta morir', Neil Postman aseguraba que la cultura de masas mostraba la superioridad de la distopía de Huxley sobre la de Orwell: no hace falta prohibir ningún libro, basta con que nadie quiera leerlos, el peligro no está en el control sino en la trivialidad y el deseo. ¿Las reivindicaciones individualista y hedonista constituyeron la mayor fuerza del 68... y también su mayor debilidad?


RESPUESTA. Por un lado, yo creo que el individualismo (con límites) y el hedonismo han hecho mucho más bien que mal a nuestra sociedad. De modo que ese legado creo que es positivo. Y creo que eso sirvió para demostrar que el capitalismo es un sistema muy dúctil, que se adapta a cualquier situación y que en las últimas décadas ha sido crecientemente tolerante (no solo por el 68, toda la revolución cultural de los años sesenta iba en esa dirección, y a mí me gusta, mas o menos). Pero el capitalismo también aportó a la cultura de masas algo que en ese momento asustó mucho a los conservadores, además de a la izquierda tradicional: una especie de frivolidad perpetua, toda la vida convertida en fiesta y provocación, una desatención absoluta por la complejidad de la existencia, todo, como dices, trivialidad y deseo. La cultura popular actual ha heredado algo de eso, sin duda.

1968 mostró que el capitalismo es un sistema adaptable y tolerante, pero también frívolo, y eso asustó a los conservadores

El problema del 68, y es un problema que, un poco pretenciosamente, he tratado de aclarar en el libro, es que se ha convertido en un fetiche cultural. O, mejor dicho, que en España identificamos el 68 con el mayo francés, pero en realidad el mayo francés casi fue el acontecimiento menos importante de ese año. Puede que ideológicamente fuera lo más trascendente, pero los hechos importantes tuvieron lugar más bien en Checoslovaquia, en México, en Estados Unidos, en Alemania, también en España. Y muchos de ellos no fueron frívolos, sino auténticas tragedias: asesinatos -en el caso mexicano el asesinato por parte del Estado de centenares de personas-, la creación de grupos terroristas -como ETA en España, que mata por primera vez en ese año-, la invasión de Checoslovaquia por parte de la URSS... Todo eso también fue el 68.



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Los tanques soviéticos aplastan la Primavera de Praga en 1968


PREGUNTA. Boadella comentaba irónicamente hace unos años que el 68 era como uno de esos suflés franceses tan apetitosos como hinchados. ¿El mito del 68 es un producto legítimo de la historia o de la incontinencia de sus hermeneutas?


RESPUESTA. El problema del 68, y por eso yo decidí hacer el libro como lo hice, es que ha sido mucho más atendido por hermeneutas ideológicos que por historiadores. La sobreinterpretación de lo que pasó ese año (a la que yo he contribuido, sin duda) ha hecho que los acontecimientos que realmente sucedieron se hayan desvanecido, o más bien dispersado: todo el mundo sabe que mataron a Martin Luther King, a Bobby Kennedy, que unos atletas negros levantaron el puño en unas olimpiadas o que Raimon cantó en la Facultad de Políticas y Económicas de la Complutense. Pero eso ¡sucedió todo en 1968! Y aunque no estaba coordinado, si existían profundas relaciones entre todos estos hechos. De modo que sí, el mayo francés está hinchado, pero el año en sí es clave para la historia, una especie de resumen de los convulsos sesenta y un prólogo de los bestias -terrorismo, gran crisis económica, fin del sueño de la nueva izquierda- años setenta.

Los estudiantes daban lecciones de revolución a los empleados inmigrantes que trabajaban en las fábricas de sus padres

PREGUNTA. Y sin embargo, los que se reclaman hoy herederos del 68 denuncian que prestar tanto interés al movimiento estudiantil y su revuelta contra las costumbres rebaja y banaliza lo que también fue, especialmente en Francia, la mayor huelga general salvaje de los trabajadores de los años dorados de la socialdemocracia...


RESPUESTA. Una de las cosas más llamativas del 68 es la arrogancia con que los estudiantes afirmaban hablar en nombre de la clase obrera. En realidad, en su mayoría eran chicos de clase media que no sabían muy bien qué era la clase obrera ni cómo se comportaba, que solo conocía las versiones que aparecían en los libros de Debord o de Vaneigem. Tenían muy idealizados a los trabajadores y por eso creían que su lucha era la misma (también la de los campesinos vietnamitas o los estudiantes senegaleses). Los obreros, naturalmente, sabían que no era así. Y de hecho, detestaban a aquellos jóvenes, les caían bastante mal y pensaban que, pese a tanta algarada revolucionaria, esos chavales, cuando fueran adultos, serían sus jefes. El Partido Comunista y la CGT no querían saber nada de ellos. Se sumaron a las protestas de los jóvenes franceses porque aborrecían a De Gaulle, porque creían que podían sacarle rédito material y, en definitiva, porque no tuvieron más remedio. No podía ser que hubiera una revolución de izquierdas y que ellos no estuvieran allí. Pero no tenían ninguna clase de interés en la revolución: querían mejoras laborales, y cuando las lograron -aumento del salario mínimo del 35 por ciento, subida del sueldo medio del 10 por ciento y más vacaciones- llegó el principio del fin de la revuelta.

Algo importante y duradero del 68 en la izquierda -no solo en Francia, sino también en España, Estados Unidos e Italia- fue que los estudiantes y los intelectuales iban por un lado y los obreros por otro. A veces, eso adoptaba expresiones un poco grotescas, como los chicos de Milán que estudiaban diseño y arquitectura y les daban lecciones de revolución a los empleados inmigrantes procedentes de Sicilia que trabajaban en las fábricas de sus padres.



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Disturbios de mayo del 1968 en París. (EFE)


PREGUNTA. La llama libertaria prendió con fuerza en unas revueltas que se enfrentaban por igual al capitalismo y al comunismo. Situacionistas franceses, yippies californianos, panteras negras, estudiantes checos y mexicanos, feministas, libertarios catalanes... ¿Quiénes son tus preferidos?


RESPUESTA. Por lo que sufrieron, es casi inevitable sentir simpatía y debilidad por los luchadores por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, que predicaban la no violencia y vieron como su líder era asesinado, por los estudiantes mexicanos que fueron masacrados por su propio gobierno y por los checoslovacos que creyeron que se podía construir un comunismo democrático y fueron aplastados por la Unión Soviética.

Pero con algo más de frivolidad, creo que por descarte, diría que los hippies y los yippies estadounidenses. Eran completamente insoportables, pero no tenían las pretensiones intelectuales que manifestaban los revoltosos europeos, que eran increíblemente pomposos en términos de teoría revolucionaria e interpretación marxista. Hay algo en la actitud hippie -fumar porros, considerar el s*x* con desconocidos una especie de acto de generosidad mínima, escuchar buen rock- que me parece envidiable. Los yippies eran unos cretinos, pero sus formas de llamar la atención eran geniales: iban a la bolsa de Nueva York y tiraban billetes para ver cómo los brókers se agachaban y reírse de ellos, nombraron a un cerdo candidato a presidente, dijeron que habían contaminado el agua de Chicago con LSD y que la gente en cualquier momento se pondría a flipar… Eran un imán para la televisión.

Después del 68 se forman grupos terroristas en Estados Unidos, Italia, Alemania y Japón; se abrió una fase de delirio ideológico absoluto

PREGUNTA. La cuestión de la violencia resultó clave en las discusiones de entonces y sobrevuela así todo tu libro. Por un lado, las revueltas fueron en general pacíficas y a los viejos revolucionarios franceses les sorprendía el escaso interés de los estudiantes en "tomar las armas". Por otro, en los 70 la violencia de extrema izquierda sacude Alemania, Italia, España. ¿El terrorismo fue la criatura maligna del 68?


RESPUESTA. Sí. En el 68, como decía, ETA mata por primera vez. Y después del 68, cuando los más politizados de las revueltas se dan cuenta de que estas no van a conseguir una verdadera revolución, se forman grupos terroristas en Estados Unidos, Italia, Alemania y Japón. El 68 abrió una fase de delirio ideológico absoluto entre una minoría. Muchos de quienes habían sido sus colegas en las manifestaciones del año se asustaban al ver cómo se radicalizaban. Pero no es de extrañar, en cierto sentido era casi inevitable que la lectura de Frantz Fanon o del propio Sartre llevara a la violencia a una minoría.

PREGUNTA. Relatas cómo tras su asimilación -o derrota - las ideas sesentaiochistas hallaron refugio en las universidades y entre la élite intelectual alejándose de las preocupaciones de la gente. ¿Explica quizás esa superioridad moral el lamentable estado de la izquierda hoy y de los nuevos movimientos populistas de extrema derecha que cargan contra la casta progresista en defensa de "los trabajadores"?


RESPUESTA. Sí, creo que tiene que ver. Se vuelve a repetir una situación en que las ideas que podrían generar una izquierda más radical que la socialdemocracia parten muchas veces de intelectuales o universitarios con un conocimiento superficial del mundo obrero (el que queda) y de las verdaderas necesidades de la clase trabajadora. Esto ha sucedido siempre, por supuesto, pero creo que el PSOE en los ochenta, por ejemplo, o antes el laborismo británico, sí lograron crear una coalición entre los votantes universitarios y los trabajadores organizados en sindicatos. No es sorprendente, en ese sentido, que los votantes de los partidos más de izquierdas en España sean también los que tienen ingresos más elevados.



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El 'Black Power' en las Olimpiadas de México, 1968


La derecha siempre ha aprovechado el hecho de que esta izquierda, muy presente en el 68, es vista con profundo recelo por las clases bajas. El neoconservadurismo estadounidense es una reacción contra el 68, una especie de oposición, alarmada por lo que se percibe como una cultura juvenil enloquecida e irresponsable. El Frente Nacional francés, que se funda a principios de los setenta, también es en parte una reacción al 68 y a lo que se percibe como una falta de patriotismo por parte de los jóvenes (aunque en este caso es más complejo). El auge del conservadurismo en Gran Bretaña en los años setenta también tiene mucho de respuesta airada a la nueva izquierda, y de hecho Thatcher explota el instinto conservador de parte de las clases trabajadoras contra lo que se consideran los excesos y frivolidades de una juventud ideológicamente superficial. Los obreros se pasaron a la derecha alarmados por mayo del 68.

PREGUNTA. Trazas paralelismos entre los hechos de mayo y el surgimiento en España de movimientos como el 15-M o Podemos aunque los primeros explotaron en un contexto de prosperidad y los segundos en plena crisis. En cualquier caso, parece que nuestro propio mayo languidece hoy: bajón en las encuestas y un cambio radical en el eje del debate, de la economía a la identidad. De Gaulle ganó por mayoría aplastante en 1969. ¿Rajoy&Rivera enterrarán también esta "Spanish Revolution"?


RESPUESTA. No sé cuál es el futuro electoral de Podemos, pero “Spanish Revolution” ya no va a haber. Creo que en 2014 Podemos hizo lo correcto. Recogió un clamor social, se apoderó simbólicamente de él y lo introdujo en las instituciones. Me parece lo responsable. Otra cosa es hasta qué punto sus líderes disfrutan de la vida institucional o si tienen la paciencia necesaria para pensar en términos que vayan más allá de la indignación y la comunicación, y para hacer políticas e influir de verdad en las leyes que se hacen. Aunque, sin duda, gente preparada para hacerlo tienen.

La crisis brutal actual acaba… con un regreso de la derecha al poder; los intelectuales no tenemos ni idea de lo que pasa

La historia es muy rara y nos recuerda todo el rato que no podemos ser intelectualmente mecanicistas. Una crisis brutal, iniciada por unos claros excesos de la banca que fueron permitidos por los políticos, que arruina a mucha gente e interrumpe la carrera profesional de mucha otra que tenía grandes expectativas acaba… con un regreso de la derecha al poder. Es muy llamativo. Y la muestra más evidente de que los intelectuales y quienes pensamos mucho en las ideas políticas y las ideologías, sus orígenes y motivos, no solemos tener ni idea de lo que pasa.

https://www.elconfidencial.com/cult...50-aniversario-ramon-gonzalez-ferriz_1507396/
 
A saber, que los revolucionarios de mayo fortalecieron el capitalismo y, añade ahora, que "el neoconservadurismo estadounidense actual es una reacción contra el 68, una especie de oposición alarmada por lo que se percibe como una cultura juvenil enloquecida e irresponsable"


:ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:

Este tipo delira, que forma de malinterpretar los ideales del 68... Vamos, ellos inventaron el capitalismo liberal brutal, no Adam Smith, ni el taylorismo, ni el consevadurismo...

Por un lado, yo creo que el individualismo (con límites) y el hedonismo han hecho mucho más bien que mal a nuestra sociedad. De modo que ese legado creo que es positivo

¡Otro que gusta de hacer sentencias sin argumentarlas, quizás porque son absurdas y se cree que diciéndolo va de guay!

Estos liberales de hoy dia que tienen que terminar con toda alternativa del actual mundo que defienden con todas sus injusticias no se cansan. ES una sandez decir que el individualismo, con o sin límites, ha hecho bien a la sociedad. El hombre de por si es un ser gregario, consiguió sobrevivir, evolucionar y destacar sobre las demás especies gracias a la colaboración de la tribu en la supervivencia. Hemos llegado a este nivel de civilización por la herencia de conocimientos, no porque quien aprendiese se llevase lo aprendido a la tumba sin compartirlo. Por otra parte, el hedonismo es solo una característica del individualismo. No confundamos el valor del ocio en nuestras vidas con el hedonismo.

Y decir que el individualismo y el hedonismo es la herencia del 68 es solo una mentira para hundir el mito de la izquierda europea. Como en las distopias orwellianas, hay que desactivar cualquier alternativa ideológica o social que cuestione el status quo establecido.

Está claro que desea defender la actualidad, la derecha liberal que rige el mundo y miente descaradamente al decir que los obreros en general se pasaron a la derecha. En Inglaterra fueron las clases medias empobrecidad que no querian pagar impuestos ni servicios sociales los que votaron a la Thatcher, no los obreros, y mucho menos cuando les hundió el sistema sanitario, el sistema educativo, las minas, las fábricas...

La historia es muy rara y nos recuerda todo el rato que no podemos ser intelectualmente mecanicistas. Una crisis brutal, iniciada por unos claros excesos de la banca que fueron permitidos por los políticos, que arruina a mucha gente e interrumpe la carrera profesional de mucha otra que tenía grandes expectativas acaba… con un regreso de la derecha al poder. Es muy llamativo. Y la muestra más evidente de que los intelectuales y quienes pensamos mucho en las ideas políticas y las ideologías, sus orígenes y motivos, no solemos tener ni idea de lo que pasa.

Se llama a si mismo intelectual y se cree el ladrón que todos son de su condición. Como él no sabe argumentar nada, nadie puede hacerlo, la realidad actual es misteriosa, eso sí, él puede preveer que ya no va a haber sublevación popular nunca jamás, y no se en que se basa si se confiesa incapaz de conocer la realidad. Es decir, no sabe por qué hay lo que hay (no me lo creo, pero es feo defender lo que hay)pero puede preveer el futuro. Alucinante.

No merece la pena el tipo ¡vaya caradura!

No conocia a este individuo, pero ¡se habrá quedado ancho con su libro!
 
Las cartas del “amor loco” de Simone de Beauvoir
El director de ‘Shoah’, Claude Lanzmann, vende a la Universidad de Yale las 112 misivas que la filósofa le envió cuando eran amantes

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FOTO: Jean-Paul Sartre (centro), Simone de Beauvoir y Claude Lanzmann cenan juntos en un restaurante de París en una imagen de los años sesenta. / VÍDEO: Tráiler de 'Shoah', dirigida por Lanzmann. ARCHIVO BETTMANN

SILVIA AYUSO
París 22 ENE 2018 - 09:55 CET

Claude Lanzmann tenía 27 años cuando se convirtió en el amante de Simone de Beauvoir, de 44, en julio de 1952. Ninguno ocultó jamás una relación que se prolongó durante siete años y que la escritora y filósofa conjugó con la que mantenía y siguió manteniendo con Jean-Paul Sartre hasta la muerte de este. Lanzmann, director de la monumental película sobre el Holocausto Shoah en 1985 y uno de los documentalistas más respetados del mundo, no fue el único amante de la autora de El segundo s*x* que, como Sartre, preconizaba las relaciones abiertas. Pero sí fue el único con el que Beauvoir llegó a convivir, algo que ni siquiera hizo con el impulsor del existencialismo.

Pasado el amor, quedó la amistad, que se prolongó hasta la muerte de Beauvoir, en 1986. Y 112 cartas de “amor loco” que la autora de Memorias de una joven formal le escribió a lo largo de los años de su relación, sobre todo durante sus viajes, y cuya existencia se desconocía hasta ahora, a pesar de la fama epistolar de Beauvoir. Las misivas, de las que apenas empiezan a conocerse algunos extractos, han sido vendidas a instancias de Lanzmann por la casa de subastas Christie’s a la biblioteca Beinecke de libros y manuscritos raros de la Universidad de Yale, por un monto no revelado. El trato se cerró el viernes pasado y, desde entonces, no ha arreciado la curiosidad en Francia por esta inesperada maniobra del intelectual de 92 años.

De hecho, la decisión de enviar al “exilio americano”, como ha descrito su venta a Yale el diario Le Monde, unas cartas guardadas celosamente durante tantas décadas no ha sido fácil para Lanzmann, antiguo secretario de Jean-Paul Sartre y que a la muerte de Beauvoir pasó a dirigir la revista Les Temps Modernes, fundada por la pareja de filósofos.

Si ha dado este paso, ha explicado Lanzmann en un comunicado transmitido por Christie’s y reproducido por la prensa francesa, ha sido por la “escandalosa ley” hereditaria de Francia que estipula que los derechos sobre los escritos de un autor, incluso las cartas dirigidas a otros, deben pasar a sus parientes. “El contenido de esas misivas, según esta increíble ley, pertenece al que las escribe pero nunca a los destinatarios, a quienes están dirigidas”, lamenta Lanzmann. En el caso de Simone de Beauvoir, los derechos de edición sobre las cartas que le escribió a Lanzmann están por tanto bajo control de su hija adoptiva, Sylvie Le Bon de Beauvoir. Y ahí está precisamente el problema. Porque Le Bon y Lanzmann tienen una mala relación desde hace años.

A pesar de haber publicado otras cartas de su madre, la hija nunca ha querido hacer lo mismo las de Lanzmann, asegura este. El documentalista va más allá aún en una entrevista con Le Monde publicada este fin de semana al afirmar que Le Bon quiere borrarle por completo de la vida de Simone de Beauvoir.

Odio
“Sylvie Le Bon no desea solamente oponerse a la publicación de mi correspondencia con Simone de Beauvoir. Ella desea, pura y sencillamente, eliminarme de la existencia de Simone de Beauvoir. Es la única manera, piensa ella, de hacerme inofensivo”, asegura Lanzmann al diario parisino. ¿Pero de dónde viene este “odio”, como califica el documentalista el sentir de la hija de su antigua amante y amiga hacia su persona? Según Lanzmann, el enfrentamiento comenzó cuando Le Bon decidió, en 1990, publicar el libro Cartas a Sartre, algo a lo que él se oponía porque muchas de las misivas incluidas hablaban de personas aún vivas. Lanzmann recuerda que ya en su autobiografía, La liebre de la Patagonia, afirmaba que Castor, como llamaban a Simone de Beauvoir, “no las habría publicado jamás ni habría permitido que se hiciera”. Pero la hija de Simone de Beauvoir no le hizo caso y, a partir de ahí, comenzó un distanciamiento que no ha hecho más que agravarse con los años, asegura ahora Lanzmann. La hija de la filósofa no ha querido explicar sus motivos para no publicar las cartas, subraya el periódico.

No está claro por ahora qué va a suceder con esta “excepcional y apasionada correspondencia”, como la ha descrito el propio Lanzmann. La librería de Yale ha dicho que por el momento solo estarán disponibles en su sala de lectura, según la agencia France Presse. Pero Lanzmann asegura a Le Monde que no descarta su publicación en Estados Unidos. “Todavía no hemos hablado de ello, pero tengo intención de hacerlo pronto”, adelanta.

“CHÉRI’, MI NIÑO ADORADO”


“Chéri, mi amor absoluto, mi niño adorado, no hay palabras para describirte mi amor”, le escribía Simone de Beauvoir a Claude Lanzmann en 1953, según el extracto de una de las cartas publicado por Le Monde. “Sí, mi querido niño, tú eres mi primer amor absoluto, ese que solo se conoce una vez, o jamás”, afirmaba con una pasión que no sorprende a Agnes Poirier.

“Tras cumplir 40 años, De Beauvoir pensaba que ya no era deseable, pero [con Lanzmann] vivió una segunda juventud”, dijo a AFP la autora del libro de próxima publicación Left Bank (orilla izquierda) sobre cómo “ideas que moldearon el mundo moderno” se formaron en París durante los tumultuosos años intelectuales de los cuarenta y cincuenta.

La carta está datada en Amsterdam. Según la Universidad de Yale, la mayor parte de las 112 epístolas fue escrita por la filósofa cuando estaba de viaje con Sartre, con quien hizo sonadas visitas a países como Cuba, Rusia, China o Japón.


https://elpais.com/cultura/2018/01/21/actualidad/1516555448_145870.html

 
Así sería hoy la España de '13, Rue del Percebe'
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El historietista Francisco Ibáñez retrató a la sociedad de los años 60 como una comunidad de vecinos.


"Representó muy bien el país en transición a la modernidad, un poco paleto, un poco chorizo y un poco gamberro"


Ibáñez: "La censura no me dejaba usar palabras como culo en Mortadelo y Filemón"

En 1961 Francisco Ibáñez recibió un encargo de la editorial Bruguera. «Hay este espacio para llenar», fue todo lo que le dijeron al asignarle la contraportada del semanario Tío Vivo con motivo de su relanzamiento. Ibáñez, entonces un pipiolo de 25 años, ya había creado a Mortadelo y Filemón (y a la familia Trapisonda), así que pensó que aquella página tenía que ser otra cosa. Cuando nadie se planteaba rebasar límites en el género de las viñetas, él vio que allí había sitio no sólo para un personaje o dos, sino para una comunidad entera: la de 13, Rue del Percebe.

«Posiblemente sea nuestras Meninas: esa fachada seccionada es una de las imágenes más icónicas y reconocibles del tebeo español», apunta Paco Roca, Premio Nacional del Cómic en 2008 y conocedor de los años dorados de Bruguera tras recrearla en su trabajo El invierno del dibujante.

Para varias generaciones de lectores, 13, Rue del Percebe ha sido como una segunda casa. O como una ventana a la incorrección política. «Mostraba a los lectores las trifulcas, puyas y desmanes acaecidos en seis pisos, una tienda de ultramarinos, la portería, la buhardilla, la azotea, el hueco del ascensor y la alcantarilla», analiza la serie el editor Antoni Guiral. «Durante al menos sus seis primeros años de historia, se erigió en ejemplo de cómo sacar el máximo partido de una parodia de la vida cotidiana, demostrando así el oficio de su creador para el humor de protagonismo social», añade el divulgador y responsable de la colección Del tebeo al manga.

«Representó muy bien esa España en transición a la modernidad, un poco paleta, un poco choriza y un poco gamberra. A mí me encantaba esa fantasía de poderte meter en las casas de la gente y ver qué estaban haciendo», reconoce a su vez Alberto Caballero, creador con su hermana Laura de las comedias televisivas Aquí no hay quien viva y La que se avecina. Dos ficciones que comparten con la historieta el espíritu sarcástico y la voluntad de «arrancar la cuarta pared».

Meter todo un país en una página es algo solamente al alcance de un genio absoluto como Ibáñez. Ha pasado, sin embargo, más de medio siglo y es momento de hacerle un lavado de cara a aquella finca de clase media de la España desarrollista. Un bloque cuya localización (¿Barcelona? ¿Madrid?) jamás ha revelado su autor, lo que ha contribuido a su universalidad.

¿Qué estereotipos de la vida urbana contemporánea convivirían en el inmueble? ¿A qué se dedicarían sus inquilinos? ¿Cómo se reflejaría en ellos nuestra mayor diversidad social, los cambios en el mercado laboral, la revolución tecnológica o la conciencia medioambiental?

Vayamos puerta por puerta.

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La comunidad de '13, Rue del Percebe', revisitada en 2018. ILUSTRACIÓN: GABRIEL SANZ


ALCANTARILLA

Antes: Don Hurón. Ahora: Nadie.

El subsuelo como solución habitacional no fue una idea de Ibáñez. Como el resto de habitantes de 13, Rue del Percebe, Don Hurón residía allí en régimen de alquiler, lo que confirma que la presión inmobiliaria ya existía a principios de los 60. Hoy los madrileños destinan 8,1 años de sueldo íntegro a la compra de una vivienda estándar, según hizo público en octubre la Sociedad de Tasación. En la versión 2018 de la finca, la alcantarilla ha sido sellada. La infravivienda se llama piso patera y donde estaba la tapa de hierro se ha instalado un punto de recogida de Amazon. En la ciudad de Madrid hay más de 150 de estos lockers.
BAJO IZQUIERDA
Antes: Don Senén. Ahora: Un local pop up.

Una tienda efímera ocupa el lugar del ultramarinos que regentaba el dependiente estafador. El directorio de Marcas Pop Up contabilizó el año pasado 150 eventos (mercadillos de ropa de segunda mano, alimentación, diseño...) en la capital. «Es un formato muy eficaz para que pymes y autónomos que venden habitualmente online tengan de vez en cuando presencia física. Supone tanto una línea de consumo como de autoempleo», argumentan los promotores de una tendencia al alza. ¿Por contagio hipster? Más bien por el precio del alquiler...

BAJO DERECHA
Antes: La portería. Ahora: Un locutorio.

La llegada a España de población procedente de África, Asia, América Latina y Europa del Este (2,6 millones en enero de 2017, según el INE) ha propiciado en la última década y media la apertura de bazares, restaurantes, cibercafés y locutorios. Pese al mayor acceso doméstico a internet y la popularización de los smartphones, 600 de estos locales siguen operando en Madrid. Además de ofrecer conexión barata, permiten enviar remesas. Son un icono de la globalización a pie de calle.

PRIMERO IZQUIERDA
Antes: El veterinario. Ahora: Un conductor de Uber con su marido.

La economía colaborativa avanza por varios sectores, como el del transporte de viajeros. Según datos del Ministerio de Fomento, en Madrid hay 2.636 licencias de vehículos de transporte concertado, frente a 15.258 de taxi. Los nuevos tiempos también tienen su reflejo en lo social. Casi 40.000 parejas homosexuales se han casado en España desde la reforma del Código Civil en 2005 (INE). La represión ha dado paso a la convivencia.
PRIMERO DERECHA
Antes: Doña Leonor. Ahora: Un piso de Airbnb.

La dueña de la pensión en la que se hacinaban los huéspedes habría visto cómo se ha transformado el sector turístico. Airbnb, con más de 13.000 pisos en Madrid, el triple que en 2014, según datos de agosto de la propia plataforma,ha engullido buena parte de los ingresos de los hostales de toda la vida. 600 de ellos resisten en el centro de la capital. Eso sí: muchos se anuncian como B&B (bed and breakfast).
SEGUNDO IZQUIERDA
Antes: Una anciana amante de los animales. Ahora: La misma anciana, pero sin animales.

Por la entrañable solterona no habría pasado el tiempo. Su personaje no responde a un cliché, sino a una realidad social. En 2016, más de 4,6 millones de españoles vivían solos (25,2% de hogares). Casi dos millones tenían 65 o más años. 1,3 millones eran mujeres. Por otro lado, ese 2016 cumplió una década la Ley de Dependencia. Ha beneficiado a 852.000 personas. Otras 350.000 están en lista de espera.
SEGUNDO DERECHA
Antes: El científico. Ahora: Nadie.

El piso que primero fue de un investigador loco -al que la censura franquista obligó a sustituir- y luego de un sastre está vacío en 2018. ¿Reflejo de la situación de la I+D autóctona (la inversión pública en ciencia cayó hasta el 1,19% del PIB en 2016)? Pudiera ser, pero no. La pareja sin hijos que lo tuvo como domicilio hasta el principio de la crisis fue desalojada. Un informe de Amnistía Internacional estimaba que desde 2008 se habían puesto en marcha 578.000 ejecuciones hipotecarias en España. De nuevo, la España de la alcantarilla.

TERCERO IZQUIERDA
Antes: Ceferino, el caco. Ahora: Un hacker.

El ladrón torpe no habría tenido muchas dificultades para diversificar su negocio. Del hurto común podría haber pasado a la ciberdelincuencia. Hacer frente a la amenaza digital será igualmente lucrativo. La seguridad en internet moverá en todo el mundo 150.000 millones de euros en 2020, estima la agencia de análisis Gartner. A todo esto, el hacker de 2018 tendría un gato. En cuatro de cada 10 hogares españoles hay un animal de compañía.
TERCERO DERECHA
Antes: Doña Benita y sus traviesos cinco hijos. Ahora: Padre, madre y la parejita.

La familia supernumerosa es hoy un modelo familiar minoritario. La tasa de fertilidad española es la tercera más baja de la UE (1,33 nacimientos por mujer). Por otro lado, el matrimonio con dos hijos que todavía viven en casa representa el 15% de los hogares. En el nuevo 13, Rue del Percebe el hijo mayor es treintañero y desempleado (España padece la segunda tasa de paro juvenil más alta de la UE, un 37,9%). Su hermana sí tiene trabajo. Pero no llega a mileurista.
BUHARDILLA
Antes: Manolo. Ahora: Un neohippy.

El habitáculo del moroso está casi irreconocible. De momento, en su puerta no hay una cola de acreedores. Además, su nuevo propietario ha instalado un huerto urbano en la terraza. Allí enseña meditación. Un informe de 2016 de Ipsos Public Affair estima que el negocio del yoga mueve 30 billones de dólares al año.


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La primera página de '13, Rue del Percebe' se publicó en el semanario 'Tio Vivo' el 6 de marzo de 1961. EDICIONES B


José Manuel Robles, doctor en Ciencias Políticas y Sociología y profesor en la Universidad Complutense, señala la incorporación de la mujer al mercado laboral remunerado como uno de los grandes motivos del cambio. «Un joven que leyese el cómic se sorprendería de la división sexual del trabajo y los roles sociales que iban unidos a esa división:las mujeres que planchan, las solteronas que se quedan en casa, la portera... Lo que señalo no es sólo el hecho de que las mujeres sobre todo representadas en el ámbito de lo privado, sino que tienen que cargar con los estigmas tradicionalmente atribuidos a ese estatus, como el de la portera cotilla o la mujer que se queda para vestir santos. Este tipo de atribuciones machistas y deplorables eran comunes en la España en la que nací».

Caballero, que sitúa a Ibáñez a la altura de «dioses de la comedia del siglo XX» como Enrique Jardiel Poncela, Miguel Mihura y Rafael Azcona, asegura que quien lea 13, Rue del Percebe y no haya vivido esa época «descubrirá una España triste, doméstica y miserable, pero muy tierna, llena de perdedores que luchan día a día por sobrevivir».

«Aunque sea un espejo deformante, creo que hay mucho de lo que éramos. Quizá de lo que seguimos siendo», concluye Guiral.

http://www.elmundo.es/papel/historias/2018/01/23/5a60de4ae2704edb3b8b45a9.html
 
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Sipnosis:
Escenario, el frente ruso, durante la segunda guerra mundial. Protagonistas principales, las mujeres que combatieron allí, especialmente las integrantes de la unidad femenina que capitaneaba la comandante Baida. El número de mujeres que formaron parte del ejército de la U.R.S.S. superó las 120.000, sólo en tierra, pero el batallón de la comandante Baida se distinguió de forma singular. Tenía que sobresalir por fuerza. Lo formaban tiradoras de élite, capaces de agujerear una moneda a cien metros de distancia con capacidad de sacrificio increíbles. Eran muchachas como Stella Antonovna, la ucraniana que, cuando los alemanes invadieron a sangre y fuego el país, voló carreteras, plantó minas, aniquiló patrullas enemigas, convirtió en gigantescas antorchas depósitos de combustible... Y se enamoró de Piotr Salnikov (emocionante historia). Heroínas de una pieza, con el corazón en su sitio. Batallón de mujeres, representa la vuelta de Konsalik, una vez más, a la línea bélica en la que es experto y en la que tantos éxitos ha cosechado. Reincide en el tema de la epopeya y la inhumanidad de la guerra, tema que domina a fondo y para el que su ilimitada fantasía tiene siempre nuevas variantes de acción, nuevas situaciones tensas, nuevas peripecias emocionantes para que el lector esté en vilo hasta que el punto final de la novela deja en libertad su ánimo, atrapado desde el principio en los lances del relato.
 
No mientas, no lees porque no te da la gana
Un informe de lectura afirma que en España ya lee el 65% de la población, que compramos una media de 10 libros al año y que no visitamos las bibliotecas, aunque nos gustan mucho.
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Marilyn Monroe leyendo

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ALBERTO OLMOS
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@alb_olmos
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TIEMPO DE LECTURA5 min
24.01.2018 – 05:00 H.

¿Te gusta leer? No. El que decía no era yo y los que preguntaban, comerciales del Círculo de Lectores. Desde los años 90, y hasta un momento indeterminable del siglo XXI, te esperaban a la salida del Metro con sus atriles de cartón y sus marcapáginas, para abordarte con esa pregunta: ¿Te gusta leer? Yo siempre les dije que no, unas veces de palabra, otras moviendo de izquierda a derecha la cabeza y otras moviendo de izquierda a derecha el libro que llevaba en la mano.

Hace tiempo que no me preguntan si me gusta leer, pero a 5.000 personas se lo han preguntado estos días. Gracias a esas 5.000 personas sabemos que en España lee un 65,8% de la población mayor de 14 años. Es decir, no sabemos nada.


Informe

La Federación del Gremio de Editores no hacía esta encuesta desde 2012, y cinco años han bastado para que un 2,8% más de españoles crea que lee. Si no se vuelve a hacer esta encuesta en los próximos 50 años, el 100% de los españoles leerá. ¡Ya que preguntas!

A ojo, el 65,8% de los españoles mayores de 14 años son como 25 millones de personas. 25 millones de personas lee un libro al menos cada trimestre. Esto es fácil de comprobar si sale usted ahora a la calle y se da una vuelta durante cuatro o cinco horas hasta que encuentre a alguien leyendo en un banco. Ahí tiene usted 25 millones de españoles.

En España no leen 25 millones de personas ni aunque pongan la tele dentro de los libros

Quiere decirse que en España no leen 25 millones de personas ni aunque pongan la tele dentro de los libros. ¡Pregúntenme a mí y les digo cuántos leen! ¿Cuántos leen, cuántos leen, señor Olmos? Ay, les tengo que decir yo todas las verdades.

En España lee un número similar al que compra el libro que más haya vendido nunca. 'Los pilares de la Tierra', 'Los hombres que no amaban a las mujeres', 'Patria'... Pongan, siendo muy generosos, 2 millones de personas. Y en España son lectores el número de personas con que cuentan para ser leídos todos los libros que casi nadie lee y que venden entre 300 y 1500 ejemplares; es decir, en España son lectores entre 6.000 y 10.000 personas. No hagan una encuesta cuando me pueden preguntar a mí, hombre.

Orgullo de Castilla y León
Philip Roth estimó en algún sitio y hace ya algunos años que en Estados Unidos quedaban 75.000 lectores. Díganle al viejo Philip que en Estados Unidos leen 200 millones de personas y le verán romperse la cadera voluntariamente.

La encuesta o informe de la Federación del Gremio de Editores dice también que en España se compran de media 10 libros al año. Yo realmente quiero ponerme en la situación de una persona que va por la calle -o a cuya puerta llama un encuestador- y, después decir que le gusta leer, encaja la siguiente pregunta: ¿cuántos libros compra usted al año? ¿Qué va a saber el pobre hombre cuántos libros compra al año?

Siendo de Segovia, me llena de orgullo que Castilla y León sea la comunidad autónoma que menos libros compra en España

Imaginen que la pregunta fuera: ¿cuántos taxis toma usted al año? El que casi nunca coge un taxi dirá que 4, 6 o 10 por simple pudor social. Recuerda que llamó a un taxi para ir a un entierro, que es un poco lo mismo que comprar un libro porque te vas de vacaciones, así que entre entierros y vacaciones uno siempre ha hecho algo que casi nunca hace unas diez veces al año. Lo mismo vale para los tríos.

Siendo de Segovia, me llena de orgullo que Castilla y León sea la comunidad autónoma que menos libros compra en España. Apenas 5 al año. Bravo. Un castellano no miente nunca.

Razones y Bibliotecas
Porque hay mucha mentira en este informe. Por ejemplo, entre las razones para no leer casi la mitad de los que no lo hacen dicen que es por la falta de tiempo. Hombre, si dedicas cinco horas al día a ver series de televisión, Operación Triunfo o el fútbol, no es que no tengas tiempo de leer, es que prefieres ver series, OT y a Messi. Las explicaciones del no lector las completan cosas como “no me interesa”, “no veo bien las letras” y “prefiero hacer otras cosas con mi ocio”. Lo normal sería que el 100% de los que no leen dijeran que no leen porque no les da la gana. No me parece tan preocupante que el 40% de la población no lea un libro nunca como que el 40% de la población crea que tiene que pedirnos perdón por no hacerlo.

Casi todos los libros que tomo prestados de la biblioteca están como nuevos, incluso después de 25 años allí metidos

Finalmente, como usuario número 1 de las bibliotecas de Madrid he encontrado una gran verdad en este barómetro: sólo el 30% de la población ha entrado en una biblioteca a lo largo del año. Nunca entenderé por qué no hay colas para entrar en las bibliotecas, pues son el único sitio del mundo donde puedes encontrar gratis el mismo producto que sigue a la venta en una tienda. Casi todos los libros que tomo prestados de la biblioteca están como nuevos, incluso después de 25 años allí metidos.

El barómetro del gremio de editores, sin embargo, no acaba de entender lo que es un usuario de biblioteca. Valora la frecuencia (semanal, mensual, trimestral) de tus visitas a ella, dando a entender que ir mucho es propio de grandes lectores. Lo cierto es que, si puedes tomar prestados hasta seis libros de una biblioteca, ¿qué necesitad vas a tener de ir allí todos los días? Es exactamente lo contrario: si vas mucho a la biblioteca, no lees.

Yo voy mucho.

https://blogs.elconfidencial.com/cu...me-lectura-espana-25-millones-libros_1510129/
 
Los Rivero escapan por fin de la censura
Una edición ilustrada recupera el texto original de la novela de Dolores Medio que ganó el Premio Nadal en 1952

PEDRO ZUAZUA
Madrid 22 ENE 2018 - 23:30 CET
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Ilustración para el libro 'Nosotros, los Rivero'. REBECA MENÉNDEZ


La radio se había estropeado y, en aquella habitación realquilada en un piso en la madrileña calle de Bretón de los Herreros, no había otra forma de conocer las noticias. A las dos de la madrugada, alguien llamó a la puerta. “¿Es usted Dolores Medio?”, inquirió el visitante. “Sí, la misma”, contestó ella. “Su novela Nosotros, los Rivero acaba de ganar el Premio Nadal”, le espetó él. En ese momento, en Barcelona, los invitados a la cena en el hotel Oriente en el que se fallaba el galardón estaban ya volviendo a sus casas. No sin cierto estupor: no era solo que la ganadora no acudiera a la gala a recoger el premio, es que nadie la conocía, ni tan siquiera los miembros del jurado. Era 1952.

“Fue un acto de literatura en estado puro, por parte del jurado y de la autora”, señala la escritora Ángeles Caso, quien ha liderado el proyecto de publicación de la novela íntegra (Libros de la letra azul), con la inclusión de las partes que la censura se llevó por delante y las ilustraciones de Rebeca Menéndez. Un trabajo de casi 11 meses que logró dar con el texto original y con una dolorosa sorpresa: la carta en la que Dolores Medio suplicaba que le señalaran los “errores” que había cometido. “Hay que ponerse en la piel de la autora. Para ella tuvo que ser una humillación. Pero las ganas de publicar, de convertirse en escritora, pesaban más”, matiza Caso. Dolores Medio, fallecida en 1996, no quiso hablar nunca de aquella carta, ni de su encontronazo con la censura.


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Ilustración para el libro 'Nosotros, los Rivero'. REBECA MENÉNDEZ


La novela, que utiliza la técnica de la retrospectiva, tiene mucho de autobiográfica. Transcurre en Oviedo entre 1924 y 1934, y narra la vida de Lena Rivero, una niña de familia acomodada que abraza la República con devoción y a la que la Revolución asturiana golpea con fuerza. “Es completamente reprobable”, concluía, subrayado en rojo, el informe del censor. “La censura hizo un muy buen trabajo, ya que consiguió cambiar por completo el carácter de la novela”, indica Cosme Marina, presidente de la Fundación Dolores Medio. Para su publicación, desaparecieron los sentimientos “moralmente reprobables”, cualquier atisbo de idea política alejada de la norma o de ataque a la iglesia.

Medio, nacida en Oviedo en 1911, era hija de una familia acomodada y conservadora a la que un incendio y la muerte del padre llevaron a la ruina económica. Junto a su madre, su hermana y su tía, alternó diferentes trabajos desde los 14 años al mismo tiempo que estudiaba. Fue maestra rural de la República. La Comisión depuradora del Magisterio le abrió varios expedientes. Frecuentaba el Ateneo y el Centro Obrero en compañía de su novio, un socialista convencido que, tras la Guerra Civil, se casó con una rica campesina de familia franquista.

Con su relato Nina ganó el Premio Concha Espina y comenzó a trabajar en el semanario Domingo, ocupándose del consultorio sentimental. Se mudó a Madrid y se matriculó en Educación y en Periodismo. En 1962 estuvo en la cárcel —experiencia que relató en Celda común— por participar en una manifestación en apoyo a la huelga de los mineros asturianos. “Es un referente para una generación de mujeres que se rebeló, que se sumó a la República y que después sufrió el tremendo paso atrás que fue la dictadura”, explica Caso, que destaca la capacidad de la autora para reflejar, desde un personaje íntimo, toda una época de profundos cambios sociales y políticos. También de una mujer que quería ser escritora y que, con todo en contra, lo consiguió. Como lo hicieron otras escritoras de su generación: Ana María Matute, Carmen Martín Gaite o Carmen Laforet.

“El papel de Dolores Medio se irá revalorizando con el tiempo. Tanto su importancia literaria como su postura ética y vital, que se mantuvo fiel a los principios”, destaca Marina. Manuel Díaz-Faes, miembro del patronato de la fundación a cargo de la edición hace un símil pictórico: “Esta nueva edición consigue devolver a la obra original su brillantez, su modernidad y su compromiso, que le fueron arrebatados a lápiz, tachón y tijera”.

https://elpais.com/cultura/2018/01/18/actualidad/1516276704_049327.html
 
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