Libros, libros, libros

¿Alguien ha leído La sustancia del mal?

Dicen que ha tenido buenas críticas.
 
La novela negra, la más leída este verano
La novela negra está triunfando este verano. Los lectores eligen este tipo de obras para relajarse y disfrutar de la lectura durante los meses de vacaciones. Hoy te contamos los libros de este género que más se están vendiendo en nuestro país.

POR
EDUARDO VARGAS
-
9 AGOSTO 2017



Este verano la novela negra está triunfando. Muchos aficionados a la lectura aprovechan su tiempo libre durante las vacaciones estivales para empaparse de la sabiduría y las aventuras que desprenden estos libros.

La novela negra gusta porque cuenta historias con un toque realista y con un contexto sociopolítico que refleja bien a una sociedad como la nuestra, en la que hay ambientes sórdidos y violentos. Hoy te traemos algunos de los libros de novela negra que más están triunfando durante estos meses por si estás interesado en leer alguno de ellos. ¡Te ayudamos a elegir!







Recursos inhumanos – Pierre Lemaitre
Esta novela nos cuenta la historia de Alain Delambre, un directivo en paro y con depresión de 57 años que ha perdido toda esperanza en encontrar trabajo. Cuando una empresa de reclutamiento decide al fin considerar su candidatura, está dispuesto a todo con tal de conseguir el empleo y recuperar su dignidad, desde mentir a su esposa hasta pedirle dinero prestado a su hija para poder participar en la prueba final del proceso de selección: un simulacro de toma de rehenes. Alain no escatima medios para preparar a fondo su candidatura. Si descubre que los dados están trucados, la ira acumulada en años de desagravios no tendrá límites… Y el juego de rol podrá convertirse en un macabro juego de muerte. Esta obra ha sido galardonada como Mejor Novela Negra de Europa este año.



Las sombras de Quirke – Benjamin Black
Benjamin Black vuelve para contar la historia de Quirke, un trabajador de Dubín. Es a él a quien llaman cuando aparece un cuerpo en el interior de un coche calcinado: todo apunta al su***dio de un funcionario advenedizo, pero Quirke no puede quitarse de la cabeza la sospecha de que algo no encaja. La única testigo se ha esfumado y han borrado todo rastro de ella. Al reunir las piezas de su desaparición, el patólogo se ve atraído hacia las sombras del universo de las élites de la ciudad de Dublín: sociedades secretas y política eclesiástica de altos vuelos, políticos corruptos y hombres con mucho dinero que perder. Mientras la psicoanalista austriaca Evelyn Blake entra en su vida y en su corazón, la pista acaba por llevar a Quirke hacia su propia familia, y pasado y presente entran en colisión. Los crímenes de antaño han de permanecer ocultos, y Quirke ha agitado la telaraña. La novela ha sido galardonada con el Premio Best Novel Valencia Negra 2017.



Aviso de muerte – Sophie Hénaff
La historia gira en torno al asesinato del comisario Serge Rufus, padre del exmarido de Capestan, protagonista de la obra. Capestan siempre odió a su suegro, pero todavía no ha sido capaz de olvidar al hijo. Mientras tanto, un hombre en Provenza descubre su nombre en un monumento a los caídos, perturbadora premonición que se cumplirá de inmediato y que hará que la brigada deje París para investigar unas muertes extrañamente anunciadas. Sophie Hénaff es conocida como la sucesora de Fred Vargas.



El Ángel – Sandrone Dazieri
El Ángel es el retorno a las librerías españolas del escritor italiano Sandrone Dazieri tras el éxito internacional de No está solo… Y es la esperada vuelta de la inolvidable pareja de investigadores formada por Colomba Caselli y Dante Torre en este nuevo y electrizante thriller de aterradora actualidad. Dante sigue lejos de ser un hombre normal: manojo de manías y fobias, inseguro pero brillante, intuitivo, observador, insomne y desordenado, el colaborador de la policía experto en personas desaparecidas, comienza a dar señales de una fuerte depresión… Solo él será capaz de intuir la verdad sobre la oleada de crímenes que todos consideran obra del terrorismo. Colomba sigue demostrando sus ataques de ira y sus problemas para mantener la calma…Apartada del cuerpo por su comportamiento insubordinado, encuentra junto a Dante un equilibrio que oscila entre la protección, la admiración y la compasión, y de nuevo se deja llevar por las locas teorías de su compañero. Esta novela está triunfando en todas las librerías.


http://www.tmagazine.es/arte/novela-negra/



A mi, fuera de mi adorado comisario Montalbano, no me gusta la novela negra, hasta que me topé con Pierre Lemaitre y las novelas que no tiene por protagonista al poli enano es - que son excesivamente sordidas y previsibles, todo lo contrario a "Nos vemos allá arriba" (premio Goncourt), Tres dias y una vida y la fabulosa "Recursos inhumanos". La escandinava es perfecta como somnifero si padeces de insomnio.
 
¿Alguien ha leído La sustancia del mal?

Dicen que ha tenido buenas críticas.


Hola @Cinema ,
te refieres a esta obra?


Luca d'Andrea
Alfaguara / Rosa dels Vents
Trad.: Xavier González Rovira / Neus Nueno Cobas.
468 / 464 páginas.
20,90 euros


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Yo no la he leído,pero según las criticas..dicen que es el thriller literario del año

Te adjunto la sinopsis para que que te hagas una idea
Saludos
pilou12


En 1985, durante una terrible tormenta, tres jóvenes son brutalmente asesinados en el Bletterbach, un enorme cañón tirolés cuyos fósiles cuentan la historia del mundo. Treinta años más tarde, el documentalista estadounidense Jeremiah Salinger se instala en la pequeña localidad alpina junto a su mujer y su hija pequeña y, a medida que va conociendo a los habitantes de la comunidad, se obsesiona con ese caso nunca resuelto. Nadie a su alrededor desea remover el pasado, como si aquel sangriento acontecimiento llevara consigo una maldición, y todos parecen esconder secretos inconfesables.



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'La sustancia del mal', de Luca d'Andrea: un sorprendente rompecabezas detectivesco
Luca d'Andrea sitúa su misterio en la cordillera alpina de las Dolomitas


RAMON VENTURA

Martes, 13/06/2017 a las 23:32 CEST

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Las Dolomitas. / XAVIER JUBIERRE

Siempre explico que me resistí al embrujo de 'Los hombres que no amaban a las mujeres', el primer tomo de la trilogía Larsson. Fue la perseverancia de mi mujer la que me hizo superar la página 50 para luego, absolutamente deslumbrado, entender la fascinación que aquel magnífico libro generaba. Ha vuelto a suceder; y les insistiré como entonces mi esposa hizo: 'La sustancia del mal', al inicio, parece una novela tan solo destinada a gente que ama la escalada, la alta montaña, las excursiones o la BTT; la medicina también; e incluso la televisión. Pero hay que superar ese inicio y progresar. Y el libro os iluminará salvajemente y entenderéis por qué se ha traducido a más de 30 idiomas. Pues, como decía más o menos Pierre Lemaitre, en literatura, el crimen es tan poderoso como el amor. Y (aquí) hay mucho de ambos.

'La sustancia del mal' es -claramente- un 'whodunnit', un rompecabezas detectivesco que se rige por tres criterios: el crimen es un enigma, la resolución es el proceso, desvelar la autoría el objetivo; el investigador será un amateur y dispondrá (como el lector) de los mismos datos y posibilidades de resolverlo; y -finalmente- la identidad del asesino o asesinos no se nos revelará hasta la última página. Por entre medio gozaremos de múltiples indicios, líneas de sondeo que son un atolladero, giros inesperados y escenas de magnífica ternura en oposición a otras de gran tensión y discreta elegancia narrativa.

¿Similitudes con 'La verdad del caso Harry Quebert'? Sí, en que os lo pasaréis igual de bien, pese a que aquí no hay ningún síndrome de página en blanco. Será para muchos un libro sorprendente y una obra de eclécticas influencias, que el mismo autor registra: Jeffery Deaver, Jo Nesbo, Stephen King.

LA NATURALEZA DE LAS DOLOMITAS
Toda la trama gozará de un único y magnífico decorado: las Dolomitas, la montaña carismática del Tirol, la majestuosa cordillera alpina, sugerente e implacable: es la dimensión amenazadora de la naturaleza que Arthur Machen describió -maestro romántico- en sus libros. Y el Bletterbach, un cañón arcaico y galería de fósiles, 8.000 metros de largo y 400 de profundidad, maravilloso parque alpino, museo al aire libre de la formación del Planeta, donde los temporales martillean la tierra y escenario del mutilación en masa protagonista del libro, una incógnita matanza que como una maldición contaminará (a lo largo de 30 años) la memoria de un idílico paraje -en el Alto Adige italiano- con el eco de la imborrable sospecha.

Y el otro protagonista será un foráneo, el esposo de una joven del valle, un norteamericano que sufrirá el choque de los usos sociales y culturales, un documentalista atónito por un trauma en la nieve y que carga sobre sus hombros todo el peso de sus remordimientos. Las villas típicas y los parajes espléndidos deberían sosegar los dolorosos recuerdos pero despertaran la necesidad de redención, la búsqueda de los homicidas y el compromiso con la verdad. Todos serán presuntos homicidas: los vecinos, la familia, un monstruo antediluviano y... el diablo, ¿como una metáfora o una figura al fondo? El mal difuso, esquivo, nunca muy evidente, en la negrura.

http://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20170613/luca-dandrea-sustancia-mal-critica-6101907
 
Hola @Cinema ,
te refieres a esta obra?


Luca d'Andrea
Alfaguara / Rosa dels Vents
Trad.: Xavier González Rovira / Neus Nueno Cobas.
468 / 464 páginas.
20,90 euros


Ver el archivo adjunto 570977

Yo no la he leído,pero según las criticas..dicen que es el thriller literario del año

Te adjunto la sinopsis para que que te hagas una idea
Saludos
pilou12


En 1985, durante una terrible tormenta, tres jóvenes son brutalmente asesinados en el Bletterbach, un enorme cañón tirolés cuyos fósiles cuentan la historia del mundo. Treinta años más tarde, el documentalista estadounidense Jeremiah Salinger se instala en la pequeña localidad alpina junto a su mujer y su hija pequeña y, a medida que va conociendo a los habitantes de la comunidad, se obsesiona con ese caso nunca resuelto. Nadie a su alrededor desea remover el pasado, como si aquel sangriento acontecimiento llevara consigo una maldición, y todos parecen esconder secretos inconfesables.



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'La sustancia del mal', de Luca d'Andrea: un sorprendente rompecabezas detectivesco
Luca d'Andrea sitúa su misterio en la cordillera alpina de las Dolomitas


RAMON VENTURA

Martes, 13/06/2017 a las 23:32 CEST

1497348206216.jpg


Las Dolomitas. / XAVIER JUBIERRE

Siempre explico que me resistí al embrujo de 'Los hombres que no amaban a las mujeres', el primer tomo de la trilogía Larsson. Fue la perseverancia de mi mujer la que me hizo superar la página 50 para luego, absolutamente deslumbrado, entender la fascinación que aquel magnífico libro generaba. Ha vuelto a suceder; y les insistiré como entonces mi esposa hizo: 'La sustancia del mal', al inicio, parece una novela tan solo destinada a gente que ama la escalada, la alta montaña, las excursiones o la BTT; la medicina también; e incluso la televisión. Pero hay que superar ese inicio y progresar. Y el libro os iluminará salvajemente y entenderéis por qué se ha traducido a más de 30 idiomas. Pues, como decía más o menos Pierre Lemaitre, en literatura, el crimen es tan poderoso como el amor. Y (aquí) hay mucho de ambos.

'La sustancia del mal' es -claramente- un 'whodunnit', un rompecabezas detectivesco que se rige por tres criterios: el crimen es un enigma, la resolución es el proceso, desvelar la autoría el objetivo; el investigador será un amateur y dispondrá (como el lector) de los mismos datos y posibilidades de resolverlo; y -finalmente- la identidad del asesino o asesinos no se nos revelará hasta la última página. Por entre medio gozaremos de múltiples indicios, líneas de sondeo que son un atolladero, giros inesperados y escenas de magnífica ternura en oposición a otras de gran tensión y discreta elegancia narrativa.

¿Similitudes con 'La verdad del caso Harry Quebert'? Sí, en que os lo pasaréis igual de bien, pese a que aquí no hay ningún síndrome de página en blanco. Será para muchos un libro sorprendente y una obra de eclécticas influencias, que el mismo autor registra: Jeffery Deaver, Jo Nesbo, Stephen King.

LA NATURALEZA DE LAS DOLOMITAS
Toda la trama gozará de un único y magnífico decorado: las Dolomitas, la montaña carismática del Tirol, la majestuosa cordillera alpina, sugerente e implacable: es la dimensión amenazadora de la naturaleza que Arthur Machen describió -maestro romántico- en sus libros. Y el Bletterbach, un cañón arcaico y galería de fósiles, 8.000 metros de largo y 400 de profundidad, maravilloso parque alpino, museo al aire libre de la formación del Planeta, donde los temporales martillean la tierra y escenario del mutilación en masa protagonista del libro, una incógnita matanza que como una maldición contaminará (a lo largo de 30 años) la memoria de un idílico paraje -en el Alto Adige italiano- con el eco de la imborrable sospecha.

Y el otro protagonista será un foráneo, el esposo de una joven del valle, un norteamericano que sufrirá el choque de los usos sociales y culturales, un documentalista atónito por un trauma en la nieve y que carga sobre sus hombros todo el peso de sus remordimientos. Las villas típicas y los parajes espléndidos deberían sosegar los dolorosos recuerdos pero despertaran la necesidad de redención, la búsqueda de los homicidas y el compromiso con la verdad. Todos serán presuntos homicidas: los vecinos, la familia, un monstruo antediluviano y... el diablo, ¿como una metáfora o una figura al fondo? El mal difuso, esquivo, nunca muy evidente, en la negrura.

http://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20170613/luca-dandrea-sustancia-mal-critica-6101907
Sí, la he visto anunciada en revistas y dicen que está muy bien.

Pero me ha pasado, más de una vez, que me han decepcionado novelas de las que todo el mundo hablaba maravillas. Por eso preguntaba si algun@ lo había leído.
 
Familia - Consumo
Familia - Consumo
Trueque de libros de texto, una actividad cada vez más implantada

Los altos precios y la necesidad de ahorrar llevan a las familias a buscar otras alternativas
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MÓNICA SETIÉN - SetienMonica 25/08/2017 12:06h - Actualizado: 04/09/2017 08:43h. Guardado en: Familia Consumo

Se acerca el comienzo de curso y, aunque algunas familias ya se ocuparon de hacerse con los libros de texto en junio, la mayoría está ahora instalada en la vorágine de compras que supone el curso escolar.

Los libros de texto son un artículo muy caro, y si se cuenta con más de un hijo el gasto puede alcanzar cantidades astronómicas. El coste medio por alumno oscila entre los 600 y los 800 euros. Los libros de texto son uno de los artículos más caros, ya que cuestan entre 200 y 300 euros, según señalan las organizaciones de consumidores que advierten de que los precios no han dejado de crecer en la última década. Por ello y desde hace unos años cada vez más las familias recurren a la donación y al trueque.

Desde el AMPTA o asociaciones de alumnos de colegios e institutos se está empezando a poner en marcha el llamado trueque de libros. Los alumnos pueden donar los libros usados y por cada uno de ellos que aporten tiene la posibilidad de coger otro del curso que van a estudiar. De esta manera, las familias ahorran dinero y además ayudan a otras que lo puedan necesitar.

Donación de libros

Pero no solo a nivel escolar se pueden donar libros. Diversas ONGs y asociaciones realizan campañas de recogida de textos, ya sea para personas desfavorecidas en España o fuera de ella. Una de ellas es la Fundación Melior que pone en marcha al campaña «No sin mis libros». Con esta iniciativa pretenden hacer un llamamiento solidario a la población y así poder recoger libros y material escolar para su donación e intercambio entre los alumnos de familias con pocos recursos. El objetivo de esta campaña es ofrecer una alternativa a las familias con hijos en edad escolar que por su situación económica no pueden afrontar la vuelta al cole.

Por su parte, Ayudemos a un Niño, una organización sin ánimo de lucro radicada en Almería, también recoge material escolar para niños desfavorecidos de Nicaragua. Intentan llenar un contenedor rumbo al país centroamericano y lo denominan «Un Contenedor de ilusión». A través de donaciones y de puntos de recogida en supermercados y grandes superficies, intentan concienciar a la gente de que hay pequeños muchos más desfavorecidos que nosotros.

Trueque sí, pero por internet
Las nuevas tecnologías también acuden al rescate de las familias desesperadas. Es el caso de Truequebook, una página web creada hace cinco años por Nuria Marín, una madre emprendedora que afirma que «queremos dar utilidad a los libros, a los uniformes, a los patines, a los maillot de gimnasia rítmica, a los kimonos de karate, a las raquetas de pádel, en definitiva, a todos lo que hemos utilizado durante el curso escolar y ahora está en un armario ocupando espacio porque “da pena tirarlo”». La idea surgió de la necesidad de «aprovisionar» a tres hijos de libros y darse cuenta de que en su propio colegio no había ninguna iniciativa que pusiera en contacto a los padres para poder intercabiar textos. Nuria dice que «con esta web volvemos a ayudarnos unos a otros como se hacía antaño».

La web, que ya cuenta con más de 5.000 usuarios de toda España, fue pionera en el intercambio de material escolar en España, pero a pesar de ello, no le supone ningún rendimiento económico a su fundadora y administradora: «El registro es gratuito y yo no me llevo nada por cada transacción. La gente se pone en contacto y ellos mismos acuerdan el intercambio de material». Este sistema sirve para todo tipo de perfiles de gente. No sólo lo usan las familias que necesitan ahorrar dinero, también las que están en buena posición económica y quieren donar los libros o gente concienciada con el reciclaje y la necesidad de enseñar a los niños a cuidar los libros».

Por su parte, Bookint.eu se presenta como una aplicación para la gestión del intercambio de libros de texto en los centros de enseñanza: escuelas, universidades, etc. Está creado teniendo en cuenta las necesidades de las familias con hijos en edad escolar, estudiantes universitarios y en colaboración con asociaciones de madres y padres de alumnos y asociaciones de estudiantes.

http://www.abc.es/familia/consumo/a...cada-mas-implantada-201708251206_noticia.html
 
LITERATURA
Paul Auster: "Trump nos tiene agotados"
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Paul Auster. EL MUNDO




Paul Auster, leyenda y héroe de la literatura estadounidense, estrena su primera novela en siete años, una obra monumental que regresa a los escenarios, los personajes y los juegos por los que su obra es reconocible para millones de lectores. La novela tiene además el aliciente de abordar los "pecados originales" de la sociedad de su país (el esclavismo y la aniquilación de los indios, según el propio Auster), en un momento en el que la presidencia de Donald Trump hace que millones de americanos vivan en una gran sesión de terapia colectiva

Leonardo Padura tiene un libro de ensayos que se llama Yo quisiera ser Paul Auster. ¿Y ese título? Hay una razón: Padura, que es cubano, se dio cuenta un día de que Auster siempre hablaba en las entrevistas de béisbol y de cine, "las dos cosas que a mí más me gustan en la vida", decía. En cambio, a él sólo le preguntaban por Fidel Castro y aquello no le parecía justo. Bien: que llegue ahora la noticia hasta La Habana en desagravio. Paul Auster está presentando este verano 4 3 2 1(editado por Seix Barral), su primera novela en siete años, y ya nadie le pregunta por los Dodgers ni por los Yankees ni por Billy Wilder. Ahora, todo el mundo le pregunta por Donald Trump.

Pues eso, empecemos con Trump. Qué tremendo todo, ¿no? "No estoy enfadado con Trump porque sea un psicópata maníaco depresivo. Hay mucha gente que es así. Estoy enfadado con los 50 millones de estadounidenses que lo votaron", dijo ayer el escritor estadounidense en algún momento de la serie de ruedas de prensa y entrevistas que encadenó este lunes en Madrid. "El abril pasado tuve un momento de optimismo porque Trump había sido un revulsivo para muchos de nosotros y vivíamos un momento de reacción tremendo. Ahora, han pasado los meses, Trump se ha asentado y nos está agotando a todos".

Auster tampoco quiere sonar del todo pesimista. "Hay un nuevo activismo que no había visto en mi país desde hace 50 años, desde la época de la Guerra de Vietnam, con millones de personas involucradas. Y lo interesante es que las mujeres son la fuerza conductora. Ya no es el Partido Demócrata, son las mujeres. El Partido Demócrata está muy confundido: ya no es el partido de la clase trabajadora, ya no puede ser una versión un poco más maja del PartidoRepublicano... Puede que vaya a convertirse en el partido de las minorías. Es un tema complicado que nos puede llevar horas".

Tres párrafos. ¿Ya hemos cumplido con el señor presidente? Hablemos entonces de 4 3 2 1, novela de la que, seguramente, hayan llegado noticias contradictorias. Algunos de sus primeros lectores hablan de la mejor novela del autor, la más extensa (900 páginas) y la más ambiciosa, y otros confiesan una gota de hastío. Y todos tienen su parte de razón. La gracia al enfrentarse al nuevo auster, en 2017, es la promesa de reencontrar la voz de un viejo amigo y no el desafío de descubrir nuevos placeres.

¿Es así, señor Auster? "Bueno, si a usted le funciona, a mí me parece muy bien".

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4 3 2 1 toma a un personaje, un niño llamado Ferguson, nacido en Newark, en 1947, en una familia judía (mismo lugar, mismo año y mismo origen que el del escritor) y lo sigue hasta los 20 años. El encanto es que lo acompaña cuatro veces a través de cuatro vidas distintas en las que, muy austerianamente, pasan cosas fuera de la lógica. A un Ferguson se le cae un árbol encima durante una tormenta, a otro le sale una novia belga y bipolar, a otro se le muere el padre en un incendio...

"Escribí un libro que se llamó La música del azar y, desde entonces, voy cargando con la palabra azar escrita en la frente, pero no me gusta nada. Si quieren, hablamos de habla de lo inesperado, que es una parte fundamental de la vida.La palabra azar tiene algo determinante que niega la voluntad y el deseo de las personas, la dignidad humana. Las personas no funcionan así; las personas tienen un propósito sobre el que interviene lo inesperado, para bien o para mal... Así es la vida".

4 3 2 1 está llena de paisajes y personajes reconocibles para los lectores de Auster. Páginas adentro esperan los mismos suburbios de Nueva York de siempre, habitados por blancos de clase trabajadora, emigrantes rusos o polacos, gente buena y sencilla que trabaja mucho y, poco a poco, prospera. Entonces tiene hijos que se obsesionan con el béisbol y descubren la literatura y van a estudiar a lugares como Columbia o Princeton.Y allí se enteran de que el mundo es más complicado de que lo que parecía, leen poesía, se olvidan del deporte y se enamoran de chicas que son un poco insondables...

"Lo de las mujeres yo no lo veo así", responde Auster si se le pregunta por un supuesto patrón romántico en sus novelas. "Me enorgullezco de hacer personajes femeninos fuertes. Quizá en las primeras novelas no lo consiguiera del todo, pero ya en El país de las últimas cosas la narradora era una mujer genial que se llamaba Anna Blume".

"Soy un feminista, quiero que lo pongan bien claro en las entrevistas", dice Auster, encantado de que ya lo conozcan por ahí como el marido de Siri Hustvedt. "Y ya estoy a punto de ser conocido como el padre de Sophia Auster. Me siento bendecido por tener a este par de genios viviendo conmigo".

¿Y los hombres? En 4 3 2 1, unos Ferguson salen adelante y otros no en función de la relación que tienen con sus padres varones. Todo depende de que los odien mucho poco o nada. "Lo que los determina son los padres pero no importa tanto su afecto como su éxito o su fracaso económico. Su dinero... De todos ellos, hay uno que pierde a su padre y se queda en una situación muy precaria. Y es el chico más confundido, el que se mete en más problemas... También es el que más se merece ser querido. Aunque yo los quiero a todos".

Qué bonito. Auster ya no es el galán de los tiempos de Smoke, pero sigue siendo encantador. Inhala un cigarro sin tabaco, se ríe educadamente de sí mismo cuando alguna pregunta le ofrece la ocasión de ponerse solemne y cuenta detalles que son como para ponerlos en el escaparate de una boutique.

"Escribo a mano en cuadernos grandes Clairefontaine, papel cuadriculado, cuadros grandes, 96 páginas cada cuaderno. Esta novela está escrita en ocho cuadernos. Leo en voz alta lo que escribo, se lo leo a Siri [Hustvel] y después grabo yo mismo mis audiolibros. Es importante leer en voz alta, corrijo errores y me doy cuenta de la música de la obra".

¿Y qué música tiene 4 3 2 1? "Es un ballet. La novela va danzando_Otras novelas mías sonaban como el ritmo de alquien que corre". La idea del ballet le gusta al autor: "No sé si está novela se puede convertir en una película. En una serie de televisión, puede .Pero lo de hacer un ballet con 4 3 2 1, eso sí me interesa".

Auster se refiere a los cuatro Ferguson de su novela como Ferguson 1, 2, 3 y 4, como si fueran movimientos en una partitura. ¿Qué ocurriría si alguien escribiera la historia de Paul 1, 2, 3 y 4, cuatro vidas paralelas en las que fuera un escritor distinto cada vez? "No soy capaz de imaginarlo. Pero, si me comparo con los Ferguson [que también son escritores], lo que me diferencia de ellos es la precocidad. Con 20 años yo escribía cientos y cientos de páginas impublicables. Los textos que ellos hacen, en cambio, son legibles... Mi problema fue que tardé mucho tiempo en entender lo que hacía y por eso me frustraba. Me frustraba tanto, que a los 23 años lo dejé. Decidí que la prosa de ficción se había acabado para mí y me dediqué los siguientes siete años a la poesía. Algunos ensayos también escribí en esa época, algunos artículos, pero nada de ficción. Hasta que llegó lo inesperado, de pronto se abrió una puerta y escribir prosa fue posible. Hice una pieza pequeña, Espacios blancos, que terminé una noche, a las dos de la madrugada. Fuera nevaba y yo me fui a la cama con la sensación de que había nacido a una nueva vida. A las siete de la mañana sonó el teléfono. Era mi tío que me contaba que mi padre había muerto esa noche. Tenía 66 años y no tenía mala salud. Fue un shock. La misma noche en la que yo volví a nacer. Entonces, me puse a escribir ciegamente sobre mi padre. Aquello fue La invención de la soledad".

Sólo queda preguntar por John Ashbery, poeta, vecino y amigo de Auster, recién fallecido. "Lo admiraba mucho y disfruté de su sentido del humor. En 1976 le dieron uno tras otro los tres grandes premios de poesía que se dan en Estados Unidos. Un amigo se lo encontró y le dijo: '¿Cómo estás John?'. 'Un poco depre. Llevo una semana sin que me den ningún premio'. Otra broma suya era: 'No es lo mismo ser un poeta famoso que ser famoso'. Bebía, fumaba, trasnochaba... No sé cómo pudo llegar a los 90. Escribió con una libertad extraordinaria en una época dorada. Buen viaje, John".

Furia y miedo americano, desde los años 60 hasta hoy
En el escenario de '4 3 2 1' hay hechos reales reconocibles para cualquier lector: la oposición a la Guerra de Vietnam, los disturbios raciales en Newark y Nueva York en los años 60, el asesinato de John Fitzgerald Kennedy ... "Si pienso en los grandes cataclismas políticos de mi vida, me salen el 11-S y el asesinato de Kennedy. La elección de Trump podría estar a ese nivel pero todavía está ocurriendo. Pero también podría nombrar la decisión de George W.Bush de invadir Irak y, la confusión terrible de las elecciones de 2000, cuando Bush se impuso a Gore a través de lo que, en mi opinión, fue un golpe de Estado dirigido por la Corte Suprema a las órdenes del Partido Republicano. Y, si vamos más atrás, Vietnam sigue apareciendo como el gran trauma que desgarró América y del que todavía no nos hemos recuperado".


También es reconocible el lugar, Nueva York. "Nueva York va de dinero. Dinero, dinero y dinero. A Nueva Inglaterra llegaron los puritanos y crearon una comunidad que iba de religión, pero en Nueva York estaban los holandeses y a ellos lo que les interesaba era el dinero". Entonces, esa imagen romántica de Nueva York por la que tanto ha hecho Auster, ¿es un fraude? No. "También está el arte. Nueva York es la ciudad que hace que todo el mundo piense: 'si lo consigo allí, lo puedo conseguir en todas partes. Eso lo comprendí después del 11-S, viendo un musical de 1932 que se llamaba 'Calle 42'. Una mujer bailaba claqué, lo gracioso es que no lo hacía muy bien. Yo lo veía y pensaba: ¿Seguirá viniendo aquí la gente a intentarlo? Caí en cuánto quiero a mi ciudad y empecé a llorar".

http://www.elmundo.es/cultura/literatura/2017/09/05/59ada3e9e2704e083e8b45ef.html
 
'BERTA ISLA' ES SU NUEVA OBRA

Javier Marías: "Estamos peligrosamente cercanos al franquismo"
El autor madrileño publica una novela de espías en la que convergen sus obsesiones más conocidas: el secreto, el matrimonio, la traición, y donde asume su alejamiento del presente
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Javier Marías. (Carmen Castellón)
AUTOR
ALBERTO OLMOS
Contacta al autor
@alb_olmos
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TIEMPO DE LECTURA23 min
05.09.2017 – 13:42 H.

En casa de Javier Marías (Madrid, 1951) no hay internet, pero se puede fumar. Con eso ya está dicho todo.

O no: durante la entrevista llegó un fax. Ver llegar un fax en 2017 es una cosa que tienes que contar. A lo mejor solo ha llegado un fax en toda España ese día y tú sabes a quién. ¡A Javier Marías!

Nuestro idolatrado autor vive en el centro de Madrid, en un piso del que no recuerdo nada, porque siempre había —incluso en el suelo— una sustancia plúmbea que me impedía verlo bien: libros, libros y más libros. Entre ellos, 'Berta Isla' (Alfaguara, 2017), su nueva novela, que sale estos días.

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'Berta Isla'. (Alfaguara)


Digo idolatrado y él no se lo cree —como medio Twitter—. Lo cierto es que una joven amiga editora quería venir conmigo a la entrevista solo para conocerlo; que Milena Busquets tuiteó en medio de la polémica sobre Gloria Fuertes que “Javier Marías es el mejor escritor español vivo, a años luz del resto”; que en una presentación de la novela 'Atila', del joven autor Javier Serena, no se hablaba de otra cosa que de la presencia de Marías entre el público, o que yo mismo he afirmado que ir a conocer a Javier Marías era como ir a conocer a Borges.

Eso sí: ¿qué entrevista va a hacer uno en este plan?

PREGUNTA. ¿Eres consciente de tu condición de mito literario?

RESPUESTA. Antes de nada, bueno, aprovecho que nos vemos para agradecerte que he visto de vez en cuando en entrevistas o artículos, y un poco en contra de la tendencia de la gente, no sé si de tu generación exactamente (¿qué edad tienes tú?), que alguna vez me has mencionado para bien...

P. Muchas veces, de hecho. Mi generación creo que te tiene bastante aprecio, de mi edad hacia abajo, eres, como digo, un mito; vamos, alguien a quien impresionaría ver en persona. ¿No lo tienes asumido?

R. No, no, francamente no. Me alegra saberlo, porque además lo lógico, natural y habitual es que la siguiente generación literaria más bien hago caso omiso o incluso ataque a la generación precedente. Eso toca y yo lo hice, lo hice cuando era joven, y por tanto si eso pasa no me voy a quejar y es el orden natural de las cosas. Pero tengo una cierta sensación de que gente de tu generación piensa algo como, bueno, este, sí, se habla de él, y todavía está vivo y tal, pero no nos enseña nada.

Siento que la siguiente generación piensa de mí algo como, bueno, se habla de él, y todavía está vivo y tal, pero no nos enseña nada

P. ¿No crees que haya escritores influidos por ti, incluso discípulos?

R. Discípulos propiamente no. Ni yo lo he pretendido ni me he rodeado nunca de cohortes ni nada que se le parezca.

P. La generación que quizá te ha puesto más pegas es la de los nacidos en los sesenta, Antonio Orejudo o Rafael Reig, por ejemplo. Pero no son todos en esa generación, y menos en la siguiente.

R. Sí, algunos escritores más jóvenes han sido tan amables de mencionar mi obra, como Gonzalo Torné, tú mismo, Marcos Giralt Torrente. Luisgé Martín también, alguna vez.

P. Después de tantos años siguiendo tu obra, y de leer tus entrevistas, y de encontrar algunas nuevas, como esta en la biblioteca de Nueva York, tengo la sensación de que ya traigo las respuestas conmigo. Me lo sé todo.

R. No sabes hasta qué punto me aburro a mí mismo...



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Javier Marías. (Carmen Castellón)


P. He leído como diez veces lo de que vivías aquí con tu padre como “dos viudos”; lo de la pitillera con la cita de Kipling; lo de que escribes a máquina y sin plan; también que tienes ese cuadro de ahí y un alfiler de corbata con el retrato de Shakespeare, que perteneció al actor Robert Donat... ¿No se sabe quizá demasiado de ti, ya solo con las entrevistas?

R. No, porque, bueno, este tipo de cosas son superficialidades. No sé si equivocadamente, la verdad es que tengo un poco la sensación, a pesar de que este tipo de cosas se sepan, de que al mismo tiempo soy más bien hermético, no se sabe mucho de mí. La misma sensación que tengo también por el número de años que llevo publicando, y siendo por tanto persona pública: yo veo a muchos colegas que van por la calle casi esperando a ser reconocidos, por ejemplo, y yo en cambio nunca me entero de nada, voy como he ido toda la vida, a veces cuando voy con mi mujer, con mi pareja, vamos, a veces me dice, mira, esos te han reconocido, ¿ah, sí?, no me he dado cuenta de nada. De esa misma manera que voy por la calle como si nada, tengo la sensación de que por mucho que haya contado, en realidad no he contado nada. O nada de lo importante. O nada de lo secreto. Todo el mundo tiene sus secretos.

'Berta Isla'
P. En 'Berta Isla' descolocas un poco a tus lectores prescindiendo de la referencia a Shakespeare en el título y eligiendo como tal un nombre propio.

R. Es por no hacer siempre lo mismo, claro. Y, dicho sea de paso, es muy tentador que Isla sea visto como concepto, soledad o aislamiento... Es solo un apellido que me parece buen apellido... Yo siempre, cuando elijo un apellido, miro en la guía —guardo como oro en paño la última guía impresa— y compruebo que ese apellido no sea ni muy común ni muy raro. 'Isla' hay como 50. Una cosa que cada vez detesto más, por desgracia, se está poniendo de moda: detesto las alegorías, detesto las utopías, detesto las distopías... Nunca me han gustado. Espero que no tengas alguna de ellas. Odio esas novelas donde los personajes se llaman el Coronel, el Niño... Lo encuentro todo un poco... Creo que el culpable es uno que me gustaba mucho hasta esa novela, que es Cormac McCarthy...

Algo que cada vez detesto más, por desgracia, se ha puesto de moda: detesto las alegorías, detesto las utopías, detesto las distopías...

P. Hasta 'La carretera'.

R. Esa justamente a mí no me gustó nada, me gustaron las anteriores. Es la que, en cambio, le ha hecho famoso.

P. Hay algo que me ha llamado la atención de 'Berta Isla', y es la tendencia de los narradores a desvelar, digamos, las referencias que al lector culto le acuden a la cabeza según va leyendo... Como 'El coronel Chabert' o The Killers.

R. Yo nunca oculto mis fuentes, a diferencia de muchos otros escritores. A veces lees un libro y luego lees las declaraciones del autor y menciona a 800 autores y tal, y no menciona al que realmente le ha inspirado, para despistar o lo que sea. Yo o bien he traducido o bien publicado en el Reino de Redonda libros que me han influido mucho.

P. Como Janet Lewis.

R. Sí, el asunto del hombre que desaparece es tan viejo como la historia de la literatura, porque el primer desaparecido es Ulises, y por otro lado es un tema, la desaparición de alguien y su reaparición, que desde hace tiempo me ha venido rondando. Entonces hace unos años leí esta novelita de Janet Lewis ('La mujer de Martin Guerre'), que es muy muy anterior a la película que se hizo sobre el caso real. Esta novela es del 41 o algo así. Es una novela sin pretensiones, pero me pareció una joya. En cierto sentido me estimuló y, bueno, pues sí, voy a tratar este asunto que me viene rondando, y de una manera más extensa y evidentemente de una manera distinta. Yo no tengo inconveniente en decir lo que me estimula, lo que me influye, lo que me espolea. Siempre reconozco mis deudas. Yo en eso procuro ser muy honrado, lo que adeudo lo reconozco y no tengo inconveniente en decirlo y no me parece desdoro. Hay mucha gente que sí, oculta lo que le influye como si eso fuera un demérito.

Hace 15 años uno salía a la calle y no veía a un señor de 70 años en pantalones cortos haciéndole una foto a una baldosa

P. ¿Te planteas ahora las novelas de forma distinta a como lo hacías hace años?

R. La mayoría de mis novelas, por lo menos desde 'El hombre sentimental' en adelante, han sido novelas sobre el presente, novelas que hablaban del tiempo en el que las estaba escribiendo, y eso sucede hasta 'Tu rostro mañana' inclusive'', y 'Los enamoramientos' también. Pero luego me he dado cuenta de que en las dos últimas novelas no sucede así: en 'Así empieza lo malo' la acción transcurre en 1980 y en 'Berta Isla', entre 1969 y 1995, más o menos. He pensado que quizás una de las razones de que en mis dos últimas novelas me haya ido más atrás es que el tipo de densidades o de conflictos o de intensidades o de personajes que a mí me interesa tratar quizá son más inverosímiles en la época actual, porque yo tengo una cierta sensación de, llamémoslo, desustanciación de la gente, y al decir de la gente no me refiero a las generaciones jóvenes, no es aquello de los jóvenes de ahora... Es algo que afecta a la sociedad entera, incluso a gente que tiene a lo mejor 60 o 70 años y que tenía más sustancia hace tiempo, y ha dejado de tenerla. No sé, por poner un ejemplo tonto: hace 15 años uno salía a la calle y no veía a un señor de 70 años en pantalones cortos haciéndole una foto a una baldosa... O tirándose tomates en una tomatina, y ahora sí. Ahora ves a señores de 70 que hace años tenían una sustancia que han perdido.

P. Digamos que la sociedad se ha infantilizado.

R. Sí, totalmente infantilizada y como si la gente careciera de profundidad, con excepciones evidentemente. Hoy en día hay una superficialidad que hace unos años no existía. El tipo de conflictos o el tipo de ambigüedades que a mí me interesa tratar en mis novelas y en la vida, si las pongo en 2017, tengo la sensación de que no son creíbles. Tal vez. Puedo estar equivocado.

P. Leía tu novela cuando sucedieron los atentados en Barcelona y Cambrils y escuché a un experto decir que estaba claro que no podíamos defendernos solo con la tecnología, y que hacía falta gente sobre el terreno, espías, infiltrados, topos, como el protagonista masculino de 'Berta Isla'.

R. Yo creo que no se puede prescindir de ellos. En la novela hay un momento en que se pone en cuestión la propia inmoralidad de la figura del espía, Berta Isla está hablando con su marido, y comentan un par de escenas del 'Enrique V' de Shakespeare. Ella dice que la labor del espía es en sí misma una bajeza, ganarse la confianza de alguien para luego traicionarle, el propio concepto, también viejo como el mundo, es una vileza, hacer eso. Y Tomás, el marido, le dice, bueno, ya, esto se ha hecho siempre, ¿qué te crees que era el caballo de Troya? Es hacerse pasar por quien uno no es, es engañar, es traicionar desde el primer momento, pero supongo que es una suciedad necesaria.



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Javier Marías. (Carmen Castellón)


P. Hay mucho debate sobre cómo enfrentarse al terrorismo yihadista.

R. Yo creo que estamos viviendo una de las épocas más hipócritas de la historia, ríete tú del siglo XIX, lo que pasa es que la gente aún no lo percibe o está imbuida de esa misma hipocresía, pues no lo admite. Pero estamos en una época en la que todo el mundo quiere ser muy virtuoso; y queremos transparencia, y queremos saber esto y queremos saber lo otro y queremos que se quiten los nombres de las calles de un señor de hace 150 años... En fin. No hay nadie impoluto. Y la sociedad en cambio tiene un afán por que todo sea impoluto y por que nosotros seamos impolutos, y la gente se siente muy bien y se da a sí misma una imagen ejemplar. Y, sin embargo, fíjate tú, en ese aspecto del espionaje, es curioso que de lo que no ha habido apenas protestas, que yo sepa, es del hecho de que en estos atentados de Barcelona a la mayor parte de los terroristas los hayan matado, sin más, cuando lo normal en esta sociedad tan virtuosa es que se dijera: “¿Cómo los han matado?, podrían haberles disparado a las piernas”, o: “Deberían haberlos detenido”. Esto sería lo normal. Lo cierto es que han pasado ya dos semanas desde lo atentados y no he visto que nadie haya protestado por eso. En esta sociedad muy hipócrita y virtuosa la gente también percibe cuándo se trata de aniquilar o de que te aniquilen, y el ejemplo más claro es el de la II Guerra Mundial. Ahí quedó claro en un momento dado que con esa gente no se podía dialogar, y no había más remedio que mancharse. Y evidentemente si uno se mete en una guerra, y en una guerra con un adversario muy sucio, uno se mancha. A veces no hay más remedio.

Se dice a menudo, normalmente después de las elecciones, que el pueblo nunca se equivoca. ¿Cómo que nunca se equivoca?

P. Esta enmienda a la totalidad de la gente me recuerda un pasaje de 'Berta Isla' que traigo subrayado; dice el narrador: “El pueblo, que a menudo es vil y cobarde e insensato, nunca se atreven los políticos a criticarlo, nunca lo riñen ni le afean su conducta (...) Se ha erigido en intocable y hace las veces de los antiguos monarcas despóticos y absolutistas”.

R. Una de las cosas que se dicen a menudo, normalmente después de las elecciones, es que el pueblo nunca se equivoca. ¿Cómo que nunca se equivoca? No digo que no acierte a veces; acertó cuando votó a Obama, para mi gusto; pero, vamos, a lo largo de la historia, la gente, el pueblo, llámalo como quieras, se ha equivocado infinidad de veces. Y no te digo en el último año: que hayan votado a Trump, que hayan votado el Brexit, que lleven no sé cuántos años en Venezuela votando a Maduro o a Chávez antes, que voten a Putin, que voten a Erdogan... Bueno, no sé, “la gente nunca se equivoca, el pueblo siempre tiene la razón”, ¿qué me está usted diciendo? En España, a Franco no lo votó nadie, se nos impuso después de una guerra; pero fue aclamado después, por la mayor parte de la población. Yo eso lo he vivido. Yo tenía 24 años cuando murió Franco, y España era sociológicamente franquista, si no políticamente convencida, sí sociológicamente.

Autoficción y biografía
P. En algún ensayo sobre autoficción española se sitúa 'Todas las almas' como una de las pioneras de este subgénero en nuestro país. ¿Cómo llegaste a ese juego metaliterario que luego se ha puesto tan de moda?

R. Antes de 'Todas las almas' publiqué un texto titulado 'Autobiografía y ficción', y hablaba en él de que era interesante hacer ficción utilizándose a uno mismo. Y hablé de Bernhard, que evidentemente lo hacía en sus libros, de Azúa, que lo había hecho en 'Historia de un idiota contada por él mismo', y de alguno más... Este es un terreno tentador, decía. Pero no sé si yo hice exactamente lo mismo. Es que lo de la autoficción me parece una cosa también muy vieja. La diferencia con las obras del pasado es que hasta hace relativamente poco no se sabía nada de los autores, ni siquiera se sabía cómo eran físicamente. En realidad, resulta indiferente la procedencia de los materiales, que se correspondan con algo vivido o no, o con un hecho real, es indiferente, todo es pasado por un filtro y tiene que convertirse en un tejido sin fisuras, por así decirlo, tejido literario, que es lo que llega al lector.



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Javier Marías. (Carmen Castellón)


P. La moda de la autoficción quizás ha allanado el camino para la llegada masiva de la autobiografía, con éxitos tan llamativos como el de Karl Ove Knausgard.

R. Sí. Yo intenté leer el primer volumen, 300 páginas leí, que no son pocas. Son pocas comparadas con el total, dado que el conjunto tiene 3.000, pero 300 páginas son 300 páginas, y llegó un momento en el que bueno, esto... [Marías separa las manos como si dejara escapar algo]

P. La tendencia actual es recrudecer este autobiografismo en busca de lo incontable: violaciones, asesinatos, incluso incestos. ¿Qué opinas de la literatura del duelo? En 'Berta Isla' hay un momento en el que se dice que escribir un libro sobre la muerte del propio hijo es indecente.

R. Hay muchos libros sobre la muerte de un padre, de una madre, de un hijo. Yo entiendo perfectamente que ante una cosa tan terrorífica como debe de ser la muerte de un hijo o de una hija alguien escriba, porque escribir, y eso no es novedad, ayuda, sobre lo que sea, y por eso la gente desde hace muchísimo tiempo lleva diarios, y al poner por escrito su día se explica a sí misma, todo eso me parece perfectamente respetable. Que uno escriba me parece normal, que lo publique ya empieza a parecerme otra cosa.

Si escribes sobre la muerte de tu madre, ¿no hay una explotación de la tragedia? Soy perro viejo y sé reconocer lo que es facilón

P. “Literatura oportunista y barata”, dices en el libro.

R. No digo que todo el mundo que lo haya hecho lo sea o tenga ese ánimo. Es que hay muchos casos ya, demasiados. ¿Aquí hasta qué punto no hay una explotación de la tragedia? Yo creo que soy perro viejo y he leído mucho y sé reconocer lo que es facilón. Si uno cuenta eso, incluso si lo cuenta mal, el hecho en sí mismo es tan grave que es muy fácil provocar la compasión y la empatía del lector. De la misma manera que me parece muy facilón cuando hay truculencias. Si tú cuentas en una novela, como en 'American Psycho', le arrancó los ojos, mal o bien contado, estremece, no hace falta ningún arte para contar eso. Hay un elemento de oportunismo, de abaratamiento incluso, el hecho de publicar ese tipo de cosas abarata la propia tragedia. Insisto, escribirlo me parece normal, y no digo que nunca se publiquen buenos libros así. Hay un libro que en su día me gustó mucho, el famoso libro de CS Lewis 'Una pena observada'. Era un libro muy fino, muy leve, muy pequeñito; fino en el sentido de que el análisis era muy fino. No recuerdo que fuera un libro exhibicionista, el título estaba muy bien elegido. El análisis de cómo se sentía ese hombre al haber perdido a su mujer, a la que tanto quería. No vi ninguna operación dudosa. Estoy viniendo a decir que puede no haberla en algo de lo que se publica ahora. Pero empieza a haber una moda y es algo sospechoso. Que haya tantos casos y ya no sea la excepción sino una especie de norma: ah, que me ha pasado esto, pues libro al canto.

P. Siempre has sido un gran defensor del pudor, por otro lado.

R. Bueno, mi padre perdió a su primogénito y lo conté en 'Negra espalda del tiempo', y él lo contó también en sus memorias, escribió tres tomos de memorias en los años ochenta. Era el mayor de mis hermanos, nació en 1945 y murió con tres años y medio. Mi padre en sus memorias habla de ello y es evidente que conmueve, pero son dos páginas, y de una manera sobria, decorosa. En 'Berta Isla' se dice también que durante mucho tiempo los soldados no decían ni mu de lo que habían padecido o visto o vivido en el frente; las víctimas tenían una especie de pudor a contar lo que se les había hecho, gente que había estado en campos de concentración. Lo raro es que alguien contara nada, porque era incontable, según unos, según otros porque revivir el horror les devolvía a él; o porque se siente pudor de contar lo que te han hecho. Desde hace tiempo es todo lo contrario, conceptos como pudor, discreción, sobriedad, hay una gran parte de la sociedad que ni siquiera los entiende. Es todo lo contrario, todo el mundo quiere ser víctima. Y si no es víctima real es víctima inventada; todo el mundo quiere pertenecer a alguna minoría oprimida.

Hoy todo el mundo quiere ser víctima. Real o inventada; todo el mundo quiere pertenecer a alguna minoría oprimida

P. Estás describiendo Twitter bastante bien sin conocerlo. En esta red social se montó una considerable bronca por tus afirmaciones sobre Gloria Fuertes. La —por lo demás— valiosa poeta Elena Medel venía a decir en un artículo que ninguneabas a Fuertes —cito— “por ser mujer, lesbiana y pobre”.

R. ¡Por eso! Lo de pobre, no sé, quién no ha sido pobre en alguna época. De jóvenes todos hemos sido pobres, y luego hay mucha gente que lo sigue siendo hasta la ancianidad. Mi familia ha sido muy pobre, a lo mejor parece que no porque mi padre era escritor: mis padres en el año 41, cuando se casaron —lo sé por Emilio Lledó, que fue muy amigo de ellos—, tenían dos pesetas y media. Era todo lo que tenían en casa. Mi padre encima no podía ganarse la vida porque estaba represaliado por el Régimen, no podía trabajar en la universidad, no podía salir impreso durante muchos años, en fin. Quién no ha sido pobre. Más bien yo diría que a lo mejor son esos motivos espurios los que han impelido a una buena parte de la sociedad española, de pronto, a decir que es una gran poeta. Lo único que yo dije en ese artículo es: me resulta imposible suscribir esto. No opiné, no dije: a mí me parece una mierda. No tengo nada contra ella por ser mujer, estoy rodeado de mujeres estupendas y además en ese artículo ponía una lista de mujeres buenísimas a las que no siempre se hace caso y he publicado a un montón de mujeres en el Reino de Redonda.

[Llega el fax. Javier Marías acude a apretar un botón; parece no haber acabado con la cuestión anterior, pues inmediatamente prosigue]

En todo caso, para terminar con este asunto que mencionas, lo que es un poco penoso, a la vez que preocupante, es que se ha pasado en poco tiempo de: toda opinión es respetable, que era una bobada porque no toda opinión es respetable, a: no tolero ninguna opinión que me contraríe. Ahora estamos en eso. Si yo digo: “Me resulta imposible suscribir la grandeza de Gloria Fuertes”, estoy diciendo “ME resulta...”, no estoy diciendo: “Es una mierda”. Ese otro artículo del teatro que también soliviantó... Para mí este tipo de teatro, para mí, no gracias. No dije este teatro es horroroso y no vayan a verlo y los que van a verlo son unos... No dije nada de ese estilo. Esto ya... que uno diga “para mí no, gracias” o “me resulta imposible no sé qué” resulta hoy intolerable. Estamos cercanos peligrosamente al franquismo, ¿eh? El franquismo, que se presenta como lo contrario a nuestro tiempo, pero en el fondo es la misma censura y el mismo intento de que la gente se autocensure. Y ya padecí el franquismo, no estoy dispuesto.

P. La verdad es que no sales de una polémica y entras en otra. Llevas toda la vida así. No sé si ha habido algún momento en concreto realmente atosigante en este sentido.

R. He tenido polémicas con Herralde en su día, que es alguien muy poderoso, tuve polémicas con Cela, que era poderosísimo, la tuve con Juan Goytioso, que era poderosísimo... En ese sentido, he sido imprudente. Nunca me he sentido arropado, digamos, por el estamento literario, y supongo que hay una serie de razones, entre las que puede contarse un artículo que escribí sobre Cela cuando Cela era intocable, en el año 87, imagínate, antes incluso de que le dieran el Nobel. Me gané muchas enemistades en ese mundo y, bueno, no sé, todo esto son subjetividades y puedo estar equivocado. A menudo he sentido que lejos de auparme y de alentarme cuando todavía era un escritor más bien joven, parte de los suplementos literarios y de los colegas mayores que yo trataban de hacer lo contrario, de echarme para abajo. Es más, yo creo que si mis libros no hubieran tenido la fortuna que han tenido en el extranjero, o en unos cuantos países, supongo que quizá la percepción de mí como escritor en mi propio país sería otra. En el extranjero no hay aversiones, no hay manías, llega un libro de un señor y la gente lo lee sin tener en cuenta qué ha opinado ni de quién es amigo o enemigo.

Pérez-Reverte y yo somos muy distintos, y hay muchas cosas en las que no coincidimos, pero nunca olvidaré que me ofreció su ayuda

P. Hablando de amigos, a mucha gente le llama la atención tu amistad con Pérez-Reverte.

R. Somos muy distintos, evidentemente, y hay muchas cosas en las que no coincidimos y en las que estamos en desacuerdo, y hay cosas suyas que a mí me irritan un poco y sin duda habrá cosas mías que a él le irritan. Pero nunca olvidaré una cosa. Igual que te he dicho que procuro ser honrado al reconocer mis deudas literarias, también procuro reconocer a quien se ha portado bien conmigo en un momento en el que no era fácil. Yo recuerdo que cuando me fui de Anagrama, en fin, fue una época difícil... Lo que me encontré fue un enorme vacío, por no decir animadversión, probablemente inducida, en la mayor parte de los autores, de mis colegas. Un autor siempre es más débil que un editor, da igual quién sea. Yo me encontré con una especie de vacío, supongo que había muchos autores que no se querían indisponer con una editorial tan influyente y tan importante como Anagrama, aunque lo normal es que hubiera habido una cierta solidaridad. Y recuerdo que Pérez-Reverte, al que por entonces no conocía de nada, un día que coincidimos en una presentación de algún libro o algo así, me dijo, oye, si necesitas algo, un abogado que yo te pueda recomendar, cualquier cosa, cuenta conmigo y tal. Y yo se lo agradecí mucho. Este hombre no tenía por qué, no era conocido, no era amigo mío.

P. Y desde entonces...

R. No, eso fue un día suelto. Luego cuando coincidimos escribiendo uno al lado del otro [en un suplemento dominical] empezamos a hacernos bromas de una columna a otra y empezamos a tratarnos... Pero aquel gesto yo lo agradecí, y no sé si él apreciaba mis novelas o no o si las había leído. Mira, esto no lo voy a olvidar. Podemos tener diferencias, pero al menos —después de haber escrito 'Tu rostro mañana' uno nunca sabe de quién se puede fiar— en estos aspectos es una persona de la que uno piensa, bueno, me puedo fiar. Y no son muchas las personas que uno cree que son de fiar.

https://www.elconfidencial.com/cult...-berta-isla-entrevista-alberto-olmos_1438381/
 
Muere Kate Millett, la revolucionaria sexual
Publicó 'Política Sexual' en 1970, texto que se convirtió en un mapa para entender el feminismo que todavía sigue vigente
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Kate Millett en el año 2000. TOPHAM PICTUREPOINT CORDON PRESS
ISABEL VALDÉS
7 SEP 2017 - 08:35 CEST



A veces, aquellos que sientan bases sobre las que después se remueve el mundo, tienen tiempo de verificar si lo hicieron bien, mal, regular o, incluso, de maldecir por llevar razón medio siglo después. Kate Millett tuvo ese tiempo. La escritora y activista feminista murió el pasado 6 de septiembre en París, a punto de cumplir los 83 y rodeada por un panorama que reafirma en gran parte la vigencia de aquel discurso que comenzó en 1969; aquel año leyó su tesis doctoral en la Universidad de Oxford y unos cuantos meses después la convertía en Política Sexual (Doubleday, 1970), uno de los libros imperdibles para entender el feminismo de la segunda ola, el llamado radical, defensor de la teoría de que cualquier desigualdad social tiene en su origen la dominación del hombre sobre la mujer.

Millett fue infinidad de cosas en aquel Estados Unidos en el que la izquierda empezaba a chisporrotear y las mujeres, en bloque, marchaban envueltas en pancartas reclamando la propiedad de su propio cuerpo, el aborto, la atención a la infancia, el papel de las mujeres en la familia, en sus puestos de trabajo... Fue la primera en pergeñar y leer una tesis doctoral sobre género, posgraduada en Oxford y Columbia; escultora, cineasta, bipolar y panfletaria; miembro de la Organización Nacional de Mujeres y durante un tiempo también del grupo New York Radical Women; madre de Women's Art Colony Farm, una comunidad de mujeres relacionadas con el mundo de la literatura y el arte en un pequeño pueblo del condado de Dutchess (Nueva York); profesora de inglés en Japón durante dos años, donde conoció al que después, ya de vuelta en Estados Unidos, fue su marido, el escultor Fumio Yoshimura; defensora de los derechos de la mujer en Irán, de donde fue deportada más temprano que tarde y acusada de islamofobia; miembro de la institución estadounidense Salón Nacional de la Fama de Mujeres (National Women's Hall of Fame)...


Y fue visionaria. Acuñó la frase "lo personal es político", cuatro palabras que resumían con nitidez su discurso: que el heteropatriarcado nace y se consolida en el ámbito privado y pasa a expandirse a lo público, donde las relaciones de poder adquieren el carácter político que sirve para seguir manteniendo la dominación. De ahí, ese párrafo que ahora sirve para recordarla: "El amor ha sido el opio de las mujeres como la religión de las masas. Mientras nosotras amábamos, ellos gobernaban. Tal vez no se trate de que el amor en sí sea malo, sino de la manera en que se empleó para engatusar a la mujer y hacerla dependiente, en todos los sentidos. Entre seres libres es otra cosa".

Ella, libre, se atrevió a definirse como bisexual, acabó siendo portada del Times el 31 de agosto de 1970. Su discurso y su rostro dieron la vuelta al mundo. Betty Friedan, líder feminista liberal de aquellos años y premio Pulitzer en 1964 por Mística de le feminidad (1963), lo recuerda en su biografía (Mi vida hasta ahora, Cátedra, 2003). "El furor se concentró en un reportaje de portada de la revista Time sobre Kate Millett, que se desacreditó como portavoz del movimiento porque admitió que era bisexual. Personalmente, a mí me daba igual que lo fuera. Eso era cosa suya. Pero odiaba las tácticas de las lesbianas radicales que habían forzado a Kate a confesar públicamente que era bisexual en una reunión de la Universidad de Columbia".

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Marcha de mujeres en Washington en 1970. WARREN K LEFFLER

Millett no tuvo durante mucho tiempo esa libertad absoluta que su movimiento demandaba. Y desde esa posición, aventuró la jerarquía familiar como espejo y lazo de unión con la sociedad y punto sobre el que gravita el patriarcado; definió los estereotipos culturales que intentan vestir a hombres y mujeres con un carácter, un temperamento y un lugar en el mundo según el s*x*; puso sobre el papel mucho de lo que venían sufriendo las mujeres a lo largo de la historia, en casi todas las esferas, desde la literatura hasta el sindicalismo, la economía, la política, la familia, los círculos sociales.

Las hubo delante de ella, las hubo después, las seguirá habiendo. Y, como guía entre generaciones, sirva el último párrafo de su Política sexual, un mapa que, pese a casi medio siglo, todavía se puede transitar: "Tal vez una segunda ola de la revolución sexual pueda finalmente lograr su objetivo de liberar a la mitad de la raza de su subordinación inmemorial —y en el proceso nos acerquemos mucho más a la humanidad—. Tal vez incluso podamos retirar el s*x* del duro terreno de la política, pero no hasta que hayamos creado un mundo más soportable que el desierto que habitamos".

KATE MILLETT, EN ESPAÑOL
La primera ola del feminismo, desde la Ilustración hasta los 60 y en escueto resumen, se caracterizó por la lucha para esos primeros (y básicos) derechos que hoy damos por hechos: sufragio, educación, igualdad dentro del matrimonio o derechos de propiedad. Con los setenta y los ochenta, la segunda ola intentó avanzar hacia los derechos reproductivos, el rol en la familia y en el lugar de trabajo.

Fue en ese segundo periodo en el que Kate Millett (14 de septiembre de 1934, Saint Paul, Minnesota, EE UU, - 6 de septiembre de 2017, París) tomó nombre y forma. Aunque su bibliografía en inglés es más extensa, solo dos de sus obras han sido traducidas al castellano. En México se tradujo por primera vez Política Sexual en 1975 (en España lo editó Cátedra en 2010); y en 1990, Editorial Hacer y Vindicación Feminista, editaron la autobiografía En pleno vuelo.

https://elpais.com/cultura/2017/09/06/actualidad/1504734065_757864.html
 
La revolución de la salsa
El rescate del libro de César Miguel Rondón escrito en los setenta ofrece una visión crítica de la historia del género caribeño

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De izquierda a derecha, los músicos José Mangual Jr., Milton Cardona, Héctor Lavoe y Willie Colón, en una actuación en la década de los setenta.

DIEGO A. MANRIQUE
Madrid 7 SEP 2017 - 00:43 CEST
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Grata noticia: sale en España El libro de la salsa, de César Miguel Rondón. Turner se ha ocupado de ponerlo al día, gracias a un prefacio-coda que nos sitúa en 2017, con el reggaeton y el chavismo como presencias condicionantes.

El libro de la salsa ahora añade complementos como un encomio del novelista Leonardo Padura, gran aficionado al género, pero lo esencial es el texto original, de 1979. El autor es un radiofonista venezolano que vivió muy de cerca el boomde la salsa, tanto en Nueva York como en Caracas. Venezuela, recuerda, nadaba en oro tras la crisis del petróleo en 1973 y era parada obligada para las estrellas salseras.

Por entonces, había temas tabú. Rondón sugería vagamente las drogas como responsables del deterioro artístico de Héctor Lavoe o Ismael Rivera. No podía ser más explícito, explica: “había lazos entre los bajos fondos y la farándula. Por no hablar del público: en cualquier concierto de salsa, apestaba a marihuana.”

Lo que distinguía a Rondón era su visión crítica. Defendía ardorosamente su estética de “lo bravo”, repartiendo palos y alabanzas, en un campo donde apenas existía el periodismo musical: los grandes medios desconfiaban del malandrajeque supuestamente encarnaba la salsa; la única revista especializada, Latin NY, estaba conectada directamente con Fania Records.

Ah, la Fania: llegó a tener un monopolio de facto sobre la salsa grabada, al menos hasta que surgieron competidoras en Puerto Rico, Colombia o Venezuela. Rondón es áspero con la discográfica neoyorquina: funcionaba con listas negras y evitaba pagar a muchos artistas. También lamenta sus intentos de crossover, cuando se pretendió seducir al público anglo con Fania All-Stars, un combinado que obedecía al mínimo común denominador, al menos en discos. Reconoce, no obstante, la alta calidad sonora de las producciones de Fania, gracias al ingeniero Jon Fausty.

Pecado original
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Celia Cruz, en torno a 1980. DAVID CORIO GETTY IMAGES

Se enfrenta igualmente al supuesto pecado original de la salsa: que aprovechó el embargo estadounidense para explotar los hallazgos cubanos. Aquí hace una distinción entre los discos que picaban en la cantera afrocubana, en lo que denomina matancerización (en referencia a la Sonora Matancera), y los trabajos más audaces, que se beneficiaban del cosmopolitismo de Nueva York, donde se sentía el aliento del latin jazz y coincidían músicos de todo el ámbito caribeño. “Mis simpatías están con la vanguardia”, puntualiza Rondón, “pero adoro los discos matanceros que hacía Johnny Pacheco, por ejemplo. Aunque era vergonzoso que, aprovechando la ruptura con Cuba, muchos sones clásicos no llevaran el nombre de sus autores legítimos”.

Estamos ante uno de esos raros libros donde el autor reconoce sus errores. Atribuía a la salsa el carácter de “manifestación totalizante del Caribe actual”. Así, Rondón celebraba el resurgir del merengue en Nueva York; en 2017, sin embargo, afirma con rotundidad que “no es salsa el merengue, en cualquiera de sus variantes”, lo que supone aparcar a uno de sus favoritos, Juan Luis Guerra. Tiene igualmente palabras afiladas para la llamada “salsa erótica”: “tremenda redundancia, la salsa es intrínsecamente erótica. En la interpretación y no digo nada del baile, que anticipa un encuentro horizontal.”

¿Qué cosa es la salsa?, preguntaría un ingenuo. Rondón desmenuza detalles instrumentales como la preponderancia de los trombones o la conformación de la sección rítmica. Pero enfatiza el componente sociológico de esa música: es la voz del barrio hispano, sin grandes diferencias entre el Bronx y sus equivalentes de San Juan, Caracas o México DF.

Esa “autenticidad” le obligó a contorsiones complicadas. Disculpaba el machismo de muchas letras a la vez que abría espacio para los textos politizados de su amigo Rubén Blades, tan discutidas por un medio marcado por las posturas extremistas del exilio cubano. El popular Oscar D’León sufrió un boicot tras actuar en Cuba en 1983; hasta la afable Celia Cruz se negaba a compartir escenarios con D’León.

El subtítulo del libro es “Crónica de la música del Caribe urbano”. Lo de “urbano” le exigía prescindir de las historias y las formas musicales rurales. Hoy le plantea una situación incómoda: el reguetón y similares se definen como “urbanos” (eufemismo impuesto por la corrección política en EEUU, que sirve para no decir “negro”).

ATAQUE DEL PRESIDENTE PERCUSIONISTA


Tras cubrir la ascensión y caída de la salsa, Rondón se recicló en exitoso creador de telenovelas, comenzando con Ligia Elena (1982), inspirada por una risueña canción de Rubén Blades. Como periodista de información general, ha chocado con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, que le amenazó vía Twitter. Tras recuperar el pasaporte, que le fue confiscado, se refugió en Miami, desde donde sigue presentando su programa despertador para Venezuela, en la cadena Circuito Éxitos: “Empieza, como es obligado, con el himno bolivariano. Para no crearme más problemas, he renunciado a los editoriales.

¿Qué ha hecho Rondón para despertar las iras de un presidente que precisamente alardea de ser salsero y percusionista? “En uno de esos programas que emite por los canales oficiales, Maduro se burlaba de mí, decía que era un sifrino, un burgués incapaz de bailar. Cuando el presidente de la nación te dedica insultos personales, te inquietas. Cualquier cosa puede ocurrirte”.

El libro de la salsa original transmitía entusiasmo…y preocupación. Ya en 1979, a pesar del fenomenal éxito de Siembra (el LP de Blades con Willie Colón que incluía “Pedro Navaja”), Rondón escribía que “algo raro está sucediendo”. Detectaba un declive creativo que se complicaría con la debacle económica de Fania, que de repente debía competir con la disco music para atraer a los bailones. Fue una batalla perdida.

https://elpais.com/cultura/2017/09/05/actualidad/1504636949_515273.html
 
Hijos de la Stasi’ y el ‘noir totalitario’ del otro lado del Telón de Acero
08 DE SEPTIEMBRE DE 2017


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Tom Hardy en una escena de la adaptación cinematográfica de El niño 44.


Escribía en junio Lluís Fernández en La Razón sobre Hijos de la Stasi, de David Young, (traducción de Carlos Jiménez Arribas, Harper Collins Ibérica, 2017) y titulaba su reseña como “la consagración del ‘noir totalitario’”. Y citaba, junto con la de Young, a autores como Philip Kerr o Tomb Rob Smith. Hace unos semanas yo mismo utilizaba esta misma novela para abrir el debate sobre si debería haber un premio específico en España para el thriller y el policíaco de ambientación histórica. Así que creo que ha llegado el momento de hablar algo más de este asunto.

Hijos de la Stasi es una entretenida novela policíaca clásica ambientada en la República Democrática Alemana (la Alemania comunista) en 1975. Un equipo de la Policía del Pueblo en Berlín Oriental es encargada de investigar un peculiar crimen: una adolescente ha aparecido horriblemente mutilada a los pies del célebre Muro. Y es peculiar el asunto porque todo parece indicar que la chica huía… pero de la parte occidental… Y, además, la todopoderosa y aterradora Stasi está muy interesada en el caso.

Young logra mantener el ritmo y logra que lo mejor de la novela sea el ambiente histórico de la Alemania de Honecker y el paroxismo del espionaje y la continua violación de la vida privada e intelectual de la ciudadanía por parte de la Stasi. Eso fue lo que, seguramente, le llevaría a ganar el CWA Historical Jagger Award de 2016, ya que la trama más policial, siendo entretenida y estando bien llevada, tiene algún momento bastante forzado, sobre todo llegando a la parte de su resolución.

Young ha publicado una segunda novela en su país (Stasi Wolf, Lobo de la Stasi en mi traducción libre) este 2017 y se espera para 2018 la tercera (con el título provisional de A Darker State, un estado más oscuro). En su web podemos leer que hay contratadas ya por la editorial que le publica en su idioma original cinco historias protagonizadas por la detective Karin Müller.

Coincido con Fernández en hablar de “consagración” de ese “noir totalitario” que durante décadas había estado copado por la Alemania nazi (desde La noche de los generales, la excelente La hora estelar de los asesinos o la serie Bernie Gunther de Kerr o la de Martin Bora de Ben Pastor… Aunque no puedo dejar de recordar las tres excelentes historias de El comisario Di Luca, agente de la policía fascista de Mussolini, que Carlo Lucarelli escribió en los 90 y que en España publicó Tropismos) y que, en los últimos tiempos, se ha ido abriendo el campo con acierto hacia otras épocas y lugares: la URSS estalinista de El niño 44 de Tom Rob Smith; las serie del inspector Mascarell en la España franquista de Jordi Sierra i Fabra; o la de Arturo Andrade, de Ignacio del Valle…

Las historias negras ambientadas en épocas de regímenes totalitarios, como las que se ambientan en escenarios bélicos, tienen el encanto especial de hacer palpable una terrible paradoja: ¿qué importa un crimen concreto e individual en una situación donde todo el sistema es criminal y víctima? Y a ese dilema, los autores de este género híbrido están sacando mucho jugo.

Y, quizá sí, una de las novedades es que los autores están girando su mirada hacia los regímenes comunistas del siglo XX. Y como estas historias son menos conocidas que sus ‘primas’ del nazismo o el franquismo, os dejo cuatro sugerencias…

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Hijos de la Stasi, de David Young (Harper Collins Ibérica). Correcta y entretenida novela negra donde un equipo de la policía criminal debe investigar un brutal crimen a los píes del Muro de Berlín. Policías y víctimas sentirán la presión asfixiante de la Stasi sobre el caso. La han comparado, y en cierto sentido con acierto, como una mezcla de la serie Bernie Gunther de Kerr con la película ‘La vida de los otros’. Y la protagonista es una mujer, cuya vida familiar dará alguna sorpresa.


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El niño 44, de Tom Rob Smith (traducción de Mónica Rubio, Salamandra Black). Un asesino en serie en un país que no concibe ni admite que existan: la URSS de 1953. Asfixiante thriller donde casi da más miedo el estado que el asesino. A veces casi más que una novela con ambientación histórica una distopía. Me gustó especialmente el matrimonio protagonista y la forma de actuar del asesino. Hace unos años saltó al cine.



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Asesinato en el Kremlin, de Alejandro M. Gallo (Rey Lear). Un crimen político en la URSS previa a la Segunda Guerra Mundial. Alejandro M. Gallo utiliza el crimen real de Serguéi Kirov y demuestra por qué es uno de los mejores autores nacionales a la hora de mezclar lo negro y lo histórico. Buen policíaco, buen thriller político en la URSS de los años 30.



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Parque Gorki, de Martin Cruz Smith (Ediciones B). Cruce de novela policíaca y de espías ambientada en la URSS de finales de los 70 y protagonizada por el investigador jefe de la milicia de Moscú, Arkady Renko. La cosa empieza con el hallazgo de tres cadáveres en el parque del título y la cosa acaba con la KGB de por medio y una trama de espionaje internacional. Más que histórica, novela policiaca entretenidilla y una de las pioneras en usar la ambientación soviética (aunque el autor sea de EE UU). Es el arranque de una serie de ocho novelas protagonizadas por Renko.

https://blogs.20minutos.es/xx-siglo...totalitario-del-otro-lado-del-telon-de-acero/
 
¡Silencio, cámara y acción! 7 novelas que Hitchcock filmó y que deberías leer

08 DE SEPTIEMBRE DE 2017


No nos vamos a engañar, querid@s, da cierto reparo empezar una novela cuya adaptación a celuloide has visto una, o incluso varias veces.


(Psycho, 1960/Paramount)

Piensas que no te va a enganchar porque ya conoces la trama y el final, sabes que te han pisoteado la libertad para imaginar personajes, situaciones y escenarios, y temes que, para colmo, pueden haberte masacrado sin pudor el original. Pero en el caso de Alfred Hitchcok quizá podamos darle una vuelta de tuerca al enunciado, y ver en el coloso británico no a un revienta-ficciones literarias, sino a un prescriptor de buenas novelas y relatos de suspense y thrillers psicológicos. Al fin y al cabo, queridos, él era un genio en lo suyo -el celuloide y el humor negro- y un altísimo porcentaje de sus guiones eran adaptaciones literarias. Así que, siendo realistas, antes que cineasta era buen lector. Y un buen lector es siempre un estupendo prescriptor de títulos en los confines de reginaexlibrislandia.

Y con ese espíritu cinefilo-bibliófilo he decidido homenajear a Sir Alfred Joseph Hitchcock, montando un rinconcito dedicado a 7 de las novelas que él filmó y que no deberías dejar de leer. Como he mencionado, de sus más de cincuenta películas en seis décadas de carrera, la gran mayoría provenían de obras literarias (novelas, relatos y obras teatrales). Pero por desgracia algunas están descatalogadas en castellano y otras son prácticamente imposibles de encontrar. De ahí que mi selección regina se base en nuestro criterio reginaexlibrislandiano y en las existencias en stock de esos títulos en sus respectivas editoriales.

¿Listos, reginaexlibrislandianos de pro?

Pues ¡Silencio, cámara y acción! Van 7 novelas que Hitchcock filmó y que deberías leer según Regina ExLibris:

1. Los treinta y nueve escalones. John Buchan. Losada. Publicada en 1915, filmada en 1935. John Buchan, escribió Los treinta y nueve escalones, cuando estallaba la I Guerra Mundial. En esta vertiginosa narración introdujo a su héroe famoso: Richard Hannay, atrapado en una dramática carrera para frustrar un complot contra Gran Bretaña. La visita de un vecino llamado Scudder pulveriza la monotonía de Hannay en Londres, al revelarle que ha tenido que fingir su muerte para escapar de una trama de conspiración y espionaje que detonará un conflicto bélico internacional. Horas después, Hannay encuentra a Scudder muerto en su apartamento, así que, convencido de que es una trampa para empapelarle el asesinato, toma el relevo en la misión de su vecino y va en busca de los enigmáticos 39 escalones. Así arranca una trama de huída hacia adelante para salvar el pellejo y resolver el misterio. Con un ritmo trepidante para ser una de las primeras novelas de espías, fue un best seller desde su publicación e inauguró la serie de otras cuatro novelas protagonizadas por Richard Hannay (Greenmantle, Mr. Standfast, Los tres rehenes y La isla de las ovejas).


Los treinta y nueve escalones.

2. La dama desaparece. Ethel Lina White. Alba Rara Avis. Publicada en 1936, filmada en 1938. Después de unos días algo ajetreados en un hotel de montaña del Este de Europa, la joven y rica Iris Carr coge impaciente el tren a Trieste. En un vagón repleto, la única persona que no parece serle hostil es una institutriz inglesa, la señorita Floy, con la que entabla conversación. Poco después se queda dormida y, al despertar, el lugar de su nueva amiga lo ocupa otra mujer. La señorita Floy parece haberse desvanecido: nadie en el tren recuerda haberla visto e Iris empieza a creer que no está en sus cabales, dudando de si aquella mujer es real, o si, como le sugieren otros, el episodio fue un sueño fruto del cansancio y la tensión del viaje. Sin embargo, Iris sabe que la damita inglesa es real y, con la ayuda de un joven que la cree solo a medias, trata de llegar a la verdad. Impecable muestra del misterio de la habitación cerrada, donde no hay cadáver pero sí una desaparición, y donde Ethel Lina White te lleva como lector al límite, inoculándote una ansiedad extrema con la silueta de la esquiva señorita Floy, y difuminando a golpe de letra la línea que separa lo real de la alucinación. Un tren que ningún lector debería dejar pasar.



La Dama Desaparece

3. Rebeca, Daphne du Maurier. Debolsillo. Publicada en 1938, filmada en 1940.Nadie que conozca la película homónima habrá olvidado la voz en off con la que que arranca Rebeca, la obra más lograda de Daphne du Maurier. “Anoche soñé que volvía a Manderley“. Así comienzan los tortuosos recuerdos de la segunda señora De Winter, que la transportan de nuevo a la impresionante mansión situada en la húmeda y ventosa costa de Cornualles. Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso caserón que, aunque hermoso e imponente desde el exterior, oculta una atmósfera inquietante y opresiva. Desde que se instala, la joven va a ser inexorablemente fagocitada por la fantasmal presencia de la primera señora De Winter, la hermosa Rebeca, muerta pero nunca olvidada. Su habitación permanece intacta, sus vestidos listos para ser lucidos y su sirvienta, la siniestra señora Danvers, aún le profesa una devoción malsana. Y con el espeluznante presentimiento de que algo maligno le está aprisionando el corazón, la joven comienza a investigar el verdadero destino de Rebeca: el oscuro secreto de Manderley. Impresionante narración que es, a la vez, drama psicológico, novela de terror gótico y relato de suspense. Un artefacto literario perfecto que clava al lector en el ennegrecido corazón de Manderley para acompañar a su protagonista por el angustioso calvario de sus recuerdos. Brutalmente buena. Y no fue la única obra de la du Maurier que filmó el coloso inglés: entre otros, Los pájaros se basó también en un espléndido y sobrecogedor relato de doña Daphne.


Rebeca

4. La ventana indiscreta. Cornell Woolrich. Espasa Calpe. Publicada en 1942, filmada en 1954. Máximo exponente de la pericia narrativa de Cornell Woolrich (Nueva York, 1903-1968), uno de los mayores genios del suspense, cuyas tramas en apariencia anodinas y cotidianas devienen en situaciones límite y claustrofóbicas en las que la inteligencia, el sentido común y muchas veces el humor se convierten en los verdaderos protagonistas. La clave de su éxito fue poner el foco narrativo en la víctima, en personas corrientes siempre en manos del azar. En este caso es un hombre que, convaleciente de una lesión, está recluido en su casa y con la movilidad limitada. Si otra cosa que hacer, se entretiene observando la vida en los apartamentos situados frente al suyo, y de ahí pasa a voyerista semiprofesional, observando y analizando las costumbres, las idas y las venidas de sus vecinos. Y todo cambia el día en que una concatenación de pequeños cambios en la rutina de uno de los matrimonios le inocula la certeza de que se ha cometido un crimen y de que, salvo que él haga algo al respecto, el culpable saldrá impune. Una maravilla que es, a la vez, una inyección letal de suspense y adrenalina bibliófila en el lector.


La ventana indiscreta

5. Pero… ¿quién mató a Harry? Jack Trevor Story. Alba Rara Avis. Publicada en 1949, filmada en 1955. Verano, campiña inglesa, mariposas, tardes somnolientas, luz estival, noches estrelladas cargadas de magia y de quietud… y un cadáver abandonado en el bosque que parece no encontrar su lugar de descanso porque cada vecino y visitante que se topa con él lo desentierra para enterrarlo después en otro rincón a fin de autoinculparse del crimen. Cada cual tiene sus motivos, no para haber matado al difunto, sino para querer cargar con el muerto. Así que aquí lo que sobran son sospechosos y lo que tiene entre manos el lector es una hilarante vuelta de tuerca a los mecanismos del género policiaco y una comedia negra cargada de ironía y de humor inglés del bueno que Hitchcock filmó en 1955. Si la película es endiabladamente divertida la novela original es perversamente desternillante.


Pero ¿quién mató a Harry?

6. Extraños en un tren. Patricia Highsmith. Anagrama. Publicada en 1950, filmada en 1951. En la narrativa highsmithiana el crimen es una forma de realización personal, y Patricia Highsmith activa como nadie ese “yo perturbado” que cada lector lleva dentro introduciendo un héroe-criminal cercano y en alguna encrucijada cotidiana, frente a una víctima con la que no simpatizaría, porque conocerá cuanto sucede desde el punto de vista del protagonista, quien expone los hechos como buen psicópata: sin ápice de culpa ni empatía. Por eso Hitchcock la filmó de forma magistral y por eso al lector de Extraños en un tren más que de compadecerse por quienes van a morir, de lo que le entran ganas es de saber más de los mecanismos mentales de ese desconocido que le propone a otro un intercambio de asesinatos durante un viaje en tren. Tú matas por mí, yo por ti, nadie relaciona los crímenes y luego cada uno por su lado festejando en silencio el crimen perfecto. El sórdido dueto Bruno-Guy será, desde la página uno, un trío letal con un lector clavado en el mismo vagón de tren.


Extraños en un tren

7. Psicosis, Robert Bloch. Factoría de ideas. Publicada en 1959, filmada en 1960. Norman Bates es un hombre solitario que, recluido entre alcohol y libros de psicología, regenta con su madre el Motel Bates, un pequeño edificio donde antaño se hospedaban numerosas personas que pasaban por la carretera. Ellos viven al lado, en el caserón sobre el Motel. Pero la construcción de una nueva vía asoló al establecimiento e hizo que el motel perdiera clientela, por lo que ya sólo tienen clientes ocasionales. Pero una noche de tormenta, cuando Norman se dispone a apagar las luces del Motel, un coche se detiene delante de la casa. Una mujer se apea de él, es Mary Craine, y, tiene su propia historia y, bastante nerviosa y agotada, solicita alojamiento. Las habitaciones son viejas y húmedas, pero están limpias, y el encargado, Norman Bates, parece un tipo bastante agradable, aunque un poco raro. Después Mary conocerá a la madre de Norman. Y verá el cuchillo de carnicero. La pesadilla acababa de empezar. Y el relato también. Una novelita de muy fácil lectura que engancha de principio a fin, que te deja suelto como lector en un enclave aterrador y bajo la sombra, no sólo de Norman Bates, sino de otra serie de personajes tirando a espeluznantes.


Psicosis

https://blogs.20minutos.es/diariode...elas-que-hitchcock-filmo-y-que-deberias-leer/
 
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