Mâs allà de los argumentos esgrimidos, se està produciendo un hecho del que lamentablemente ya tenemos experiencia: liberaciones masivas de presos.
Una vieja costumbre en Argentina.
Con los resultados que todos podemos imaginar.
En esta ocasiòn se respaldan en el peligro de los contagios por el coronavirus.
Las visitas a las càrceles estàn prohibidas desde hace un tiempo, por ese mismo tema.
Se supone que deberìan estar libres de la enfermeda.
Pero se han presentado numerosos recursos y los jueces, algunos, han dado vìa libre a violadores, secuestradores, titulares de delitos de narcotràfico...ninguno que haya robado una gallina o un pedazo de pan.
En muchos casos, conocidos, ya han reincidido y los han vuelto a apresar.
Es cierto que los presos tienen derechos como personas, pero no es menos cierto que las vìcitmas y sus familias tambièn los tienen, y doblemente, pues no han elegido terminar en un cementerio, o violadas o tantìsimas cosas espeluznantes màs.
Se ha producido una excarcelaciòn de un hombre de màs de 50 años, violador de una criatura que vive a poca distancia de su casa. Y los derechos de la vìctima? quièn puede asegurar que ese cretino no volverà a producir el mismo daño? Se sabe que los violadores no son recuperables. Debe la vìctima vivir aterrada y expuesta al peligro? Sobre todo cuando ya ha transitado la terrible experiencia de su dolor, vergûenza y todo lo demàs, el juicio, el alivio relativo ante la realidad de que su victimario estè donde correponde, y de pronto todo vuelve a fojas cero.
El gobierno ahora deslinda responsabilidad en los jueces, cuando es bien sabido que la justicia es permeable a la polìtica, sobre todo en momentos en que se han producido masivas renuncias de jueces para poder acceder a la jubilacion especial con que han contado hasta el momento los integrantes, todos, del poder judicial.
Existe un terrible antecedente similar en el gobierno peronista de Càmpora.
Los jueces alegan cosas impensadas por las liberaciones permitidas.
Sostienen que son controlados vìa tobilleras magnèticas. Lo cual no es cierto, ya se ha reconocido abiertamente que no existe tal cantidad para proveer a los que ya han sido excarcelados. Aùn hay una grandìsima cantidad de recursos presentados en el mismo sentido.
Que el sistema carcelario en Argentina es lamentable, nadie lo duda.
Pero ningùn gobierno ha hecho nada por morigerarlo.
Mientras la sociedad se ha indignado ante esta circunstancia y ha producido grandes manifestaciones de repudio ante la indefensiòn en que se vive.
Hasta aquì el resumen de la situaciòn...
Una vieja costumbre en Argentina.
Con los resultados que todos podemos imaginar.
En esta ocasiòn se respaldan en el peligro de los contagios por el coronavirus.
Las visitas a las càrceles estàn prohibidas desde hace un tiempo, por ese mismo tema.
Se supone que deberìan estar libres de la enfermeda.
Pero se han presentado numerosos recursos y los jueces, algunos, han dado vìa libre a violadores, secuestradores, titulares de delitos de narcotràfico...ninguno que haya robado una gallina o un pedazo de pan.
En muchos casos, conocidos, ya han reincidido y los han vuelto a apresar.
Es cierto que los presos tienen derechos como personas, pero no es menos cierto que las vìcitmas y sus familias tambièn los tienen, y doblemente, pues no han elegido terminar en un cementerio, o violadas o tantìsimas cosas espeluznantes màs.
Se ha producido una excarcelaciòn de un hombre de màs de 50 años, violador de una criatura que vive a poca distancia de su casa. Y los derechos de la vìctima? quièn puede asegurar que ese cretino no volverà a producir el mismo daño? Se sabe que los violadores no son recuperables. Debe la vìctima vivir aterrada y expuesta al peligro? Sobre todo cuando ya ha transitado la terrible experiencia de su dolor, vergûenza y todo lo demàs, el juicio, el alivio relativo ante la realidad de que su victimario estè donde correponde, y de pronto todo vuelve a fojas cero.
El gobierno ahora deslinda responsabilidad en los jueces, cuando es bien sabido que la justicia es permeable a la polìtica, sobre todo en momentos en que se han producido masivas renuncias de jueces para poder acceder a la jubilacion especial con que han contado hasta el momento los integrantes, todos, del poder judicial.
Existe un terrible antecedente similar en el gobierno peronista de Càmpora.
Los jueces alegan cosas impensadas por las liberaciones permitidas.
Sostienen que son controlados vìa tobilleras magnèticas. Lo cual no es cierto, ya se ha reconocido abiertamente que no existe tal cantidad para proveer a los que ya han sido excarcelados. Aùn hay una grandìsima cantidad de recursos presentados en el mismo sentido.
Que el sistema carcelario en Argentina es lamentable, nadie lo duda.
Pero ningùn gobierno ha hecho nada por morigerarlo.
Mientras la sociedad se ha indignado ante esta circunstancia y ha producido grandes manifestaciones de repudio ante la indefensiòn en que se vive.
Hasta aquì el resumen de la situaciòn...